PODERES COSMICOS VOL. 2 #26
Consecuencias
Guión:
Bergil
Portada: Dibujada por Ángel Medina. Homenaje a la de Nuevos Titanes v. I # 39. Se ve a todos los protagonistas de espaldas, caminando. En primer término se proyecta una sombra que muestra una gran cabeza redondeada y una capa con cuello subido y rígido (obviamente, se trata de un vigilante).
Quasar entró en la enfermería de Titán para despedirse
de Kismet. Su sorpresa fue mayúscula cuando no vio a nadie. Se dio
la vuelta para dirigirse al encuentro de alguien a quien preguntar... y
se encontró de frente con la propia Kismet.
- ¡Kismet! -exclamó-. ¿Qué haces levantada?
- Me parece que es evidente, Quasar -repuso la mujer de piel dorada-.
Me voy contigo.
-Pero... pero... ¡si apenas hace unos días no podías
ni moverte de la cama! No puedes...
- ¿Haberme recuperado tan pronto? ¿Estar ya bien? Sí
a las dos cosas.
- Pero...
- Ni una palabra más. Iré contigo. Me costó mucho
encontrarte, y no voy a perderte de vista otra vez.
Quasar pensó rápidamente. Sabía por propia experiencia
lo obstinada que podía ser Kismet cuando se le metía algo
entre ceja y ceja. Por otra parte, ¿qué mejor medio de vigilarla
que llevarla consigo? Decidido, asintió.
- Está bien. Vámonos, pues (1).
A solas en la cámara que hasta entonces había
ocupado en Titán, próxima a la enfermería, Ganímedes
empacaba sus escasas pertenencias y se preparaba para partir. Cogió
su bastón y dirigió una prostrera mirada a la habitación,
se puso la capucha, suspiró y traspasó la puerta. Avanzó
por los pasillos hacía poco tan concurridos y ahora silenciosos
sin cruzarse con nadie, hasta llegar a una de las exclusas que comunicaban
con el exterior de la luna.
Oyó pasos tras ella y se volvió. Era Mentor.
- Entonces -preguntó el anciano eterno-, ¿es definitivo?
¿Nos abandonas?
- Sí, Mentor -dijo Ganímedes, intentando sonreir-. Con
Jack desaparecido, no hay nada que me ate aquí. Quiero decir...
- No te preocupes -la cortó Mentor, con un gesto de comprensión-,
te entiendo. Bien, si tu decisión es firme...
- Lo es.
- ... entonces, no intentaré detenerte. Pero quiero que sepas
que aquí siempre serás bien recibida.
- Gracias, Mentor. Jamás os olvidaré.
Ganímedes atravesó la exclusa, subio por el corto pasillo
y salio a la superficie de Titán. Se concentró y levantó
el vuelo, alejándose más y más.
En otra habitación de Titán, Genis estaba
despidiéndose de su madre.
- Ten cuidado, Genis -dijo Eleusys, ajustándole el cuello de
la chaqueta.
- Sí, madre, lo tendré. Y tú, ¿qué
tal te encuentras? (2)
- Bien, bien. No me ocurrió nada serio, si exceptuamos el quedar
perdida en el tiempo y el espacio por espacio de varios meses. Pero supongo
que con unos días más de descanso quedaré completamente
repuesta.
- ¿Piensas regresar a casa?
- Es algo que todavía no he decidido, Genis. Quiero estar completamente
restablecida. Ya lo veré entonces.
- Bueno, debo partir ya.
- ¿Tan pronto? -. Como a la mayoría de las madres, a
Eleusys le parecía escaso el tiempo que pasaba en compañía
de su hijo-. ¿No puedes quedarte un poco más?.
- No, madre. ¿Cómo es eso que dicen en los seriales de
holovisión? El mal nunca descansa, o algo así. Lo
siento de veras, madre, pero debo partir. Hasta pronto.
Genis y Eleusys se separaron, intentando ambos que las lágrimas
no afloraran a sus ojos.
En Satirani, S'byll, el príncipe Dezan, Talos y
Kl'rt escuchaban el informe del servicio de inteligencia. Era el primer
acto de trabajo que realizaba la emperatriz desde que había resultado
herida en el atentado (3),
y se esforzaba por mantener la concentración.
- ...y los shi'ar y los kree fueron finalmente contenidos por los terrestres
en las proximidades de uno de los satélites del sexto planeta de
su sistema planetario. Entre los terrestres estaban... -y aquí el
oficial de inteligencia procedió a enumerar a todos los participantes
en la defensa de Titán-. Además, hay que mencionar que un
terrestre al que creíamos muerto, el llamado Capitán Héroe,
participó en la defensa. De hecho, fue él el que se enfrentó
al Pretor de la Guardia Imperial.
- Bueno, esos héroes terrestres no hacen más que
resucitar una y otra vez -dijo Kl'rt con una sonrisa torcida. También
era su primer acto de servicio desde su enfrentamiento con el tecnarca
(4)-.
De hecho, me extraña que el mil veces maldito Mar-vell no haya regresado
ya.
- En cuanto a las flotas de los autoproclamados emperadores
S'nuel y C'rteg, se enfrentaron entre sí cuando todavía se
encontraban a varios añosluz del sistema. Cuando el treinta y nueve
por ciento de la flota de S'nuel y el sesenta y dos por ciento de la de
C'rteg estaban destruidas o averiadas, de repente se detuvieron y regresaron
a sus bases respectivas. La capacidad de defensa de los territorios citados
ha pasado a ser de...
Kl'rt dejó de escuchar el tedioso informe. Por otra parte, no
le estaban contando nada que no supiera ya. De todos modos, se preguntó
si Dezan o Talos habrían establecido algún tipo de conexión
entre su desaparición y lo ocurrido en Titán. S'byll probalementa
podría haberlo hecho, de haber tenido noticia de su ausencia; pero
no había recuperado la consciencia hasta un par de días después
de su regreso.
Razorback paseaba por los alrededores del Star Stop
Café. Los gemelos por fin se habían dormido, y Taryn
había aprovechado para descabezar también una siesta, antes
de la siguiente toma (5).
No llevaba ningun rumbo fijo, le bastaba con contemplar las estrellas y
disfrutar del bendito silencio. Casi agradecía que U. S. y Al estuvieran
realizando un encargo y no estuvieran en casa...
Sus pasos le llevaron hasta donde el gigantesco ser conocido, muy apropiadamente,
como Gran Enilwen se encontraba encorvado sobre algo que Buford
no podía ver, ya que el alienígena estaba de espaldas..
- ¡Hola, Enilwen! -gritó-. ¿Cómo te va?
- ¡Razorback! -se alegró Enilwen, volviéndose-.
Enilwen se alegra de verte. ¿Cómo están los hijos
de Razorback y Taryn?
- Durmiendo, gracias a Dios.
- ¿Dios? Enilwen no conoce a Dios, Razorback. ¿Es acaso
Dios pariente de Xemmuu, el oso de peluche que hace dormir a la gente (6)?
- No, no, verás... -comenzó Razorback a intentar explicar
a Enilwen. Pero rectificó sobre la marcha, sabedor de que iba a
ser muy difícil que la mentalidad infantil de Enilwen lograra captar
lo que había querido decir. Así que cambió de tema,
y dijo en tono de admiración-: ¡Oye, tu colección de
piedras es increíble! (7)
- Gracias, Razorback. Enilwen está ordenando la colección.
- Oye, algunas rocas son verdaderamente grandes, Enilwen. ¡Hey
-dijo, aproximándose a una roca que medía varios metros-,
ésta es grande incluso para tí!
- Sí, es mi roca favorita. Huele mal, pero hace un ruido raro,
si acercas la oreja.
Razorback se aproximó a la roca y aplicó su oreja, agradeciendo
no llevar puesto su uniforme de superhéroe. En efecto, si uno escuchaba
con atención podía oir un ruido, como de maquinaria funcionando.
¿Y qué era aquel olor?
Jack Hart fue recuperando poco a poco la consciencia.
Poco a poco, lo sucedido antes de desvanecerse fue acudiendo a su memoria.
La batalla con los shi'ar había terminado, y todos estaban ahora
en Titán, trabajando juntos. De alguna manera, habían logrado
convencerles de que no obstaculizaran sus esfuerzos para rescatar a Galactus.
Entonces, cuando estaban a punto de romper la barrera entre las dimensiones,
apareció aquel fulano cósmico, el Intermediario. Algunos
héroes, entre los que estaba su amada Ganímedes, intentaron
detenerle o, al menos, frenarle un tanto. Pero sus esfuerzos fueron baldíos.
El Intermediario se deshizo de ellos casi sin despeinarse. Jack sintió
que la angustia crecía en su interior, y de repente no lo resistió
más. Se escabulló hacia la superficie y, una vez allí,
reunió todas sus energías, dedicó un último
pensamiento a Ganímedes y se dirigió a toda velocidad hacia
el Intermediario. Cuando estuvo a escasos centímetros, liberó
toda su energía. Luego... luego, la oscuridad más negra.
- ¿Dónde estaré? -preguntó, sin dirigirse
a nadie en particular.
Para su sorpresa, uan voz le respondió.
-Estás en mi casa, Sota.
Jack no lograba precisar dónde había escuchado antes
aquella voz, pero le resultaba muy conocida. Intentó levantarse,
pero algo le mantenía sujeto en posición horizontal. Lentamente,
un rostro violeta entró en su campo de visión.
- ¡Thanos! -exclamó.
- En efecto -replicó el titán, con una sonrisa sardónica.
- ¡Suéltame o...!
- ¿O qué? -dijo Thanos, poniéndose serio-. ¿Qué
harías, Sota? ¿Atacarme? Si apenas puedes moverte por tí
mismo. No estás mucho mejor que cuando tu hembra te entregó
a mis cuidados.
- ¿Ganímedes? -preguntó, sorprendido, Jack-. ¡No!
-gritó débilmente-. ¡No es posible!
- ¿Por qué iba a mentirte? ¿Qué ganaría
con ello? Pero, ya que parece que aquí estás tan a disgusto,
vete -dijo, pulsando un interruptor. Jack sintió de inmediato que
podía moverse, y se incorporó. Pero no se marchó.
Se quedó sentado, meditando. Tras unos minutos, Thanos dijo-: ¿Qué
pasa? ¿Has cambiado de opinión? ¿Lo has pensado mejor?
- ¿Por qué me entregó Ganímedes a tí?
-replicó, sin contestar a la pregunta del titán.
- Porque sabía, como sé yo, que mi padre y esa maldita
computadora no podrían curarte del mal que te aflije.
- ¿Y tú sí?
- Sí, yo sí. Thanos triunfará allí donde
otros fracasaron. ¿Qué es lo que vas a hacer?
- No tengo elección, Thanos. Estoy en tus manos.
En el hospital "Cedros del Sinaí", los médicos
atravesaban los pasillos, visitando a los enfermos. Uno de los doctores
se detuvo a hablar con una enfermera.
- ¿Cómo se encuentra el paciente de la 165, Helen?
- Estable, doctor -respondió-. Ahora está durmiendo.
¿Cuánto le queda?.
- Es difícil decirlo. Unas horas, unos días, un par de
semanas... ¿Se ha localizado a algún pariente?
- No, doctor. Bueno, es decir...
- ¿Sí, Helen? -la animó el doctor.
- Verá, doctor, el nombre de este paciente es Raye, ¿no?
Thomas Raye.
- Sí, ¿y?
- Bueno, una de las chicas dice que en sueños le oyó
pronunciar el nombre de la Antorcha Humana, y...
- ¿Cuál? ¿John Storm?
- No, no, dijo algo así como "Mi antorcha, mi Antorcha Humana...".
Eso es lo que dijo Sandy que oyó.
- ¿Qué demonios tendrá que ver este anciano con
los Cuatro Fantásticos? -se preguntó el doctor.
- Entonces, doctor... -dudó la enfermera.
- Llame a los Cuatro Fantásticos, Helen. No tenemos nada que
perder.
Bill Rayos Beta había abandonado Titán tras
el funeral de Avatar. Sin saber muy bien hacia dónde dirigirse,
descubrió que se encaminaba hacia la Tierra, el mundo que se había
acostumbrado a llamar Midgard durante su estancia con odín y su
pueblo. En su pecho creció la añoranza por los buenos amigos
que allí había conocido, y que constituían, de algún
modo, la única familia que ahora le quedaba. Decidió que
regresaría a la Tierra e intentaría pasar a Asgard. Aunque
Odín le había pedido que permaneciera en Midgard (8),
aquel mundo tenía defensores más que de sobra.
Drax el destructor no estaba precisamente de buen humor.
Aunque habían derrotado al Intermediario, Thanos se le había
escapado de las manos. Vale, de acuerdo que estaba en juego el destino
del Universo, y ante eso el propósito con el que fue creado no tenía
mucho sentido, pero aun así...
Sumido en sus pensamientos, dobló una esquina, y casi chocó
con Warlock y Gamora, que venían en dirección contraria.
- Hola, Drax -dijo Gamora-. ¿Cómo te va?
- Mal -respondió el Destructor.
- No pareces de muy buen humor -dijo Warlock-. ¿Podemos ayudarte
en algo?
- No.
- Bien, te dejamos entonces. Hasta la vista.
- Adiós.
Cuando Drax se hubo perdido de vista, Warlock y Gamora reanudaron su
conversación.
- ¿Crees que nos habrá oido, Adam?
- Eso carece de trascendencia, Gamora. Escucha, es importante que vuelvas
pronto con Thanos. Con independencia de que tenga o no éxito en
su búsqueda de las gemas, no conviene perderle de vista demasiado
tiempo. Tampoco se trata de eliminarlo, como intentaría hacer Drax
si le pusiera la mano encima. El Universo es tan cambiante que uno nunca
sabe cuándo podrá necesitarle, pero siempre es bueno saber
qué es lo que se trae entre manos. Además, quiero saber por
qué se ha ofrecido a curar a Sota de Corazones...
- De acuerdo, Adam. Partiré de inmediato.
- Una cosa más. No te descuides.
- ¿Qué quieres decir? -replicó Gamora, suspicaz.
- Es seguro que Thanos sabe que no estás allí por pura
bondad de corazón. A pesar de ello, no hagas nada que le haga decidir
que resultas prescindible.
- ¿Prescindible para él o para tí?
- Para él, claro. No hay nadie más que pueda estar tan
cerca de él y pasarme información, así que para mí
eres una valiosa fuente de información.
- Una valiosa fuente de información... ya veo, Adam.
Adiós.
- Adiós, Gamora.
Galactus, Nova y el Señor del Fuego se habían
alejado de Titán nada más terminar el incidente del Inetrmediario,
y ya estaban muy lejos del sistema solar de la Tierra. En ese momento,
llegaron aun campo de asteroides.
- Marchad, heraldos -dijo el Devorador de Mundos-, y encontrad un mundo
que sacie mi hambre.
- Bueno, ya estamos de vuelta al trabajo -dijo el Señor del
Fuego-. Parece que fue ayer cuando dejé de ser heraldo suyo...
- No divagues, y encontremos pronto un planeta para nuestro amo -dijo
Nova.
Tras ellos, Galactus se concentró y atrajo hacia sí los
asteroides con mayor contenido metálico. Lentamente, comenzó
a formar lo que sería el embrión de la maquinaria que le
permitiría construir Taa III.
En el Área Azul de la Luna, la desolación
reinaba por doquier. Desde que la ciudadela de Uatu implosionara (9),
llevándose la atmósfera consigo (lo que a su vez hizo que
los inhumanos se vieran forzados a regresar a la Tierra), las antiguas
ruinas habían permanecido en silencio.Pero eso iba a cambiar. Una
alta figura se materializó en mitad de lo que antes era la Zona
azul de la Luna. En silencio, levantó su mano derecha. Del suelo
comenzaron a surgir estrucutras: los muros se fueron levantando, perfectamente
lisos. En unas pocas horas, el trabajo estaba terminado. La figura cruzó
los muros y caminó hasta la sala de observación. Sin pronunciar
una palabra, se dirigió hacia las consolas y activó los dispositivos
de vigilancia, dando comienzo a su tarea. El nuevo Vigilante había
tomado posesión de su puesto.
(1) Si quieres saber
qué aventuras corren Quasar y Kismet, no te pierdas el episodio
70 de la serie Quasar.
(2) Eleusys fue secustrada por el
Hombre 4D en el Anual de Poderes Cósmicos,
ya en MarvelTopía.
(3) S'byll fue herida por una bomba
de la Tecnarquía, como pudo verse en Poderes Cósmicos
# 13 y
14.
(4) Lo que se contó en Poderes
Cósmicos # 14 y 15.
(5) Razorback y Taryn O'Connell fueron
padres de gemelos en Poderes Cósmicos
# 21.
(6) Ver La Sensacional Hulka
# 7.
(7) Tras dejar de coleccionar osos
de peluche, Gran Enilwen se dedicó a coleccionar rocas, como pudo
verse en La Sensacional Hulka # 43.
(8) Este encuentro se mencionó
en Quasar # 69. Aunque no se dice expresamente
en la colección El poderoso Thor, el encuentro tuvo lugar
durante Falta de Esperanza (El poderoso Thor # 507-510).
(9) En El ascenso de Atlantis
# 1, ante el intento de Nathaniel Richards de apoderarse de los secretos
que contenía.
En nuestro próximo número: Las tramas se
desarrollan y los distintos personajes de la serie prosiguen sus aventuras
en Poderes Cósmicos # 27,
en MarvelTopía en el mes de Julio.
Un saludo y no dejéis de leernos, y escribid a Autopista
hacia el espacio - Correo de los lectores (bergil@altavista.net) con
cualquier duda o comentario que os surjan. Que no muerdo, caramba, y es
muy agradable recibir e-milios (incluso aunque sean críticos).