QUASAR #69
Emociones infinitas
Guión: Doctor Cómic y Bergil
Portada: La portada avisa que es un crossover con Emociones Primarias. Aparece Quasar de rodillas en el suelo. Un cartel dice Su hora más oscura.
Nota: Este numero transcurre paralelamente a Poderes
Cósmicos Vol. 2 # 23-24.
Emociones. Una de las principales cosas que distingue
a los seres sentientes del resto de los seres. A veces parecen una ventaja,
¿pero hasta que punto realmente lo son? ¿Qué ventaja
evolutiva nos dan? ¿No estaríamos mejor sin ellas, sin el
dolor que nos confieren, sin que ellas nublen nuestro juicio y no nos dejen
pensar claramente?
Eso mismo se había preguntado Wendell Vaughn muchas
veces anteriormente. En aquellos momentos, mientras viajaba por el espacio
rumbo a Titán mediante sus bandas cuánticas, no se lo preguntaba.
Sentía una mezcla entre alivio, tras habérsele pasado la
ansiedad de ver después de tanto tiempo a su amiga Kismet, y esperanza,
ya que le parecía que pese a lo oscuro de la situación, saldrían
victoriosos.
De vuelta a Titán, sin embargo, otros héroes
sentían muchas otras emociones dispares.
En la Sala de Ciencia...
- Y así, necesitaremos otro panel para atrapar
la energía que proporcionaran nuestros compañeros. ¿Crees
que con esto bastará, Hombre de Hierro?
- ¿Hmmm? Un momento, profesor Richards, que lo
consulte con el Sr. Stark desde la Tierra -dijo el Barón Zemo. De
manera inaudible fuera del casco, gritó al Arreglador para que le
diera la respuesta correcta, que tardó unos minutos en llegar debido
a la distancia entre la Tierra y Titán.
- No lo entiendo -pensó el Hombre Hormiga-. Algunos
sabemos de sobra que Tony Stark es el Hombre de Hierro. ¿Está
fingiendo para proteger su identidad, o es realmente un nuevo hombre tras
la armadura?
Igualmente, T'Challa, la Pantera Negra, observaba al
impostor metálico en silencio.
- Muchas gracias -dijo Mr. Fantástico, tras obtener
la respuesta minutos después-. Dr. Langkowski, dr. Foster, colocad
esos paneles con cuidado-. Y un Sasquatch y un Hombre Gigante hicieron
lo que les habían dicho.
En ese momento, la Mujer Invisible entró en la
habitación
- Reed, lleváis demasiadas horas seguidas trabajando.
Os merecéis un descanso.
- Pero cariño, tenemos que seguir trabajando,
el destino del Universo...
- El Universo os necesita enteros, no exhaustos. Señores,
cinco minutos para descansar, tenéis café ahí fuera.
- Hola cariño -dijo Diamante Lil a su marido-.
Le estaba contando a Lorna que, a pesar de que algo de acción está
bien, se está mejor retirado.
- Ya me gustaría que Alex y yo nos retiráramos
-dijo Lorna Dane, Polaris- pero ya lo hemos intentado otras veces (1)
y al final siempre acabamos de vuelta. Además, tal como están
las cosas, el mundo necesita a Kaos y a Polaris más que nunca.
- Hola grandullón, ¿de vuelta al negocio?
-dijo el segundo Hombre Hormiga.
- No estoy seguro -contestó el segundo Hombre
Gigante. Ambos habían adoptado identidades y poderes inventados
anteriormente por Hank Pym-. He recuperado los poderes, y estoy ahora
con los Eurocorps, pero no se que haré luego (2).
¿Y tú? ¿Eres realmente uno de los 4 Fantásticos
ahora? ¿O sois ya los 5 Fantásticos?
- Bueno, me considero más bien un asociado, pero
agradezco que de alguna manera me consideren parte de la familia. Además,
de unirse alguien, seria Lyja.
- ¿Quién?
- La esposa de la Antorcha Humana. Mira, esta ahí,
se esta entrenando luchando con esa tal Ganímedes.
- Vaya, cómo cambian las cosas, una skrull en
los 4 Efe. Oye, ¿y quien es el crío que se cree el Dr. Muerte?
- Oh, es una laaarga historia...
- ¡No deberíamos estar perdiendo el tiempo!
-gritó Kristoff.
- Vamos, deberías aprender a relajarte, chaval.
- dijo Sasquatch, el alegre gigante naranja.
- Me relajaré cuando haya muerto.
- Bueno, yo estuve muerto una temporada (3),
a lo mejor eso lo explica.
A Forja, que estaba escuchando la conversación,
se le escapó una carcajada. Pero pronto se olvidó. Como shaman
cheyenne, sus sentidos místicos estaban muy desarrollados, aunque
rara vez los usaba, prefiriendo su mutante habilidad con la tecnología.
Pero como había ocurrido no hacía tanto tiempo (4),
le podían ser realmente útiles. Y en aquellos momentos, le
decían que alguna amenaza mística se cernía sobre
ellos, tratando de pillarles desprotegidos.
- Estoy harto -pensaba Zemo-. Tengo que depender de inútiles
como Ebersol, mantener una absurda fachada para estos patéticos
héroes, y para colmo tengo que aguantar a negros, judíos,
gitanos y hasta a un piel roja, por no hablar de esos malditos mutantes.
Y ese asqueroso Vengador africano, Pantera Negra, no para de observarme,
esperando algún error. Pero pronto todo esto no importará,
mis planes pronto empezarán a dar fruto... y estos héroes
lo pagarán, si es que no han muerto todos en la próxima batalla.
- Ey, Hombre de Hierro, cuanto tiempo sin verte -dijo
Sota de Corazones, hablándole por la espalda. Zemo apenas pudo contener
un grito de furia y las ganas de desintegrar al ridículo héroe,
así que se limitó a maldecir en alemán en voz baja.
Pantera Negra había dejado de vigilar a Zemo durante
un momento, y trataba de meditar, lo que le resultaba difícil estando
en Titán. Como científico, Titán era el paraíso,
pero su parte más tribal se ahogaba en un planeta sin naturaleza.
Además, sus hipersentidos también empezaban a notar algo
en el ambiente. En ese momento, vio una imagen de gran belleza en el cielo.
Se trataba de Tormenta, la diosa del clima de la Patrulla-X.
- Hola, príncipe T'Challa -dijo ella.
- Hola Ororo, Diosa de los elementos -respondió,
besando su mano. Ambos se quedaron callados durante unos instantes. Se
habían conocido de jóvenes (5),
y de haber sido las cosas distintas, quizá podrían haber
acabado juntos. Pero distintas responsabilidades terminaron con esa posibilidad.
Aunque en otro tiempo, en otro mundo, quien sabía si...
- Lo siento, T'Challa, tengo que irme; Cíclope
esta organizando una sesión de entrenamiento por lo que pueda pasar.
Ha sido un placer.
- Si, yo también tengo que irme. El placer ha
sido mío.
- Eh, tú debes ser Nova.
- Y por lo que me han dicho, tu también.
- Oye, me alegro de que estés viva y todo eso.
En cuanto al nombre...
- ¿Es que no podemos tener el mismo nombre? En
la Tierra hay millones de seres vivos con el mismo nombre, por no hablar
ya del Universo.
- No, claro, podemos tener el mismo nombre. Pero si algún
día por el espacio oyes hablar de otros Novas, tranquila, es que
somos decenas, todo un grupo de gente como yo. Encantado de haberte conocido.
- Igualmente -. Lo que me faltaba, decenas de cabezones
como este por el cosmos con mi nombre, pensó Frankie Raye. Aunque
al menos, éste tiene un buen culo.
Estela Plateada estaba orbitando continuamente alrededor
de Titán, a la espera del peligro (y porque realmente se sentía
mas cómodo así).
"Si mi reciente enfrentamiento con los Siete Hermanos
(6)",
pensaba, "no hubiera ocupado todo mi tiempo reciente, me habría
dado cuenta de que esto estaba pasando".
- ¡Estela! - oyó una voz que le llamaba.
Giró la cabeza para ver la hipertrofiada forma de Billy Rayos Beta,
el ultimo korbinita, defensor de Asgard, y ex-compañero de Estela
en los Starmasters-. Estela, quiero preguntarte una cosa. Recientemente
estuve en Asgard, sólo para hallarla en ruinas, y a los Dioses perdidos.
Pude encontrar al Padre-de-Todos, y me dijo que tenia un plan para salvar
al Reino Dorado, y que me mantuviera a la espera, por si fracasaba, para
proteger a Midgard de aquella terrible amenaza (7)
Antes de poder preguntarlo, vi por qué no lo arreglaba todo: porque
tenía miedo. Su magia, aparentemente, había sido robada.
Pero sé que, si en mi interior aún queda algo de magia asgardiana,
podría salvarles. Así que tengo que preguntártelo:
cuándo Odín y tu unisteis vuestras fuerzas para salvarme
la vida y me recreasteis en este cuerpo (8),
¿quedó algo del Poder de Odín en mí?
- Sí... pero no puede ayudarte. El poder de Odín
que queda en tí no vino de él, sino de mí. Mediante
mi poder cósmico pude imitar las energías que llamáis
magia, y con ellas te reconstruí.
Rayos Beta se quedo callado un tiempo, asimilando lo
que acababa de oír, dudando entre agradecerle otra vez que le hubiera
salvado, o maldecirle por la blasfemia que había cometido. Optó
por no decir nada, aunque el desapasionado tono con el que le hablaba casi
le hacia decantarse por lo segundo.
En ese momento, Quasar volvía con Kismet a Titán
y se dirigía a sus dos ex-compañeros.
- No puede ser, los Starmasters juntos de nuevo. No nos
reuníamos desde... euh...
- Desde que dimití del grupo (9),
no dudes en decirlo. Lamento haberlo hecho así, pero trabajo mejor
solo. Aun así, valoro vuestra compañía, y es un honor
volver a colaborar con vosotros.
- Lo mismo digo.
- Y yo - y Quasar extendió su mano, y Billy y
Estela pusieron las suyas encima-. Esto, ¿alguien sabe que fue de
Zenit y Morfex?
- Hola Mentor -dijo el Señor del Fuego-. Como
dicen en la Tierra, un penique por tus pensamientos. Te veo sombrío.
- ¿Tanto se me nota? Estaba pensando en que vine
a Titán para vivir en paz, pero no hacemos mas que luchar. A veces
me pregunto si todo esto merece la pena.
- ¿Cómo puedes dudarlo? Mentor, construiste
un paraíso a partir de un mundo estéril. Este es un mundo
de paz, lleno de maravillas. No tienes la culpa de que los guerreros tengamos
que usarlo. Lo usamos para salvar vidas, no para destruir. Y tampoco debes
culparte por lo de Thanos.
- Si. Quizás tengas razón. Quizá
hoy ni siquiera tengamos que luchar. Gracias por la conversación,
Pyreus. Eres más sabio de lo que aparentas.
- Gracias Mentor -. El Señor del Fuego emprendió
el vuelo, contento de haber ayudado al patriarca Eterno. Pero mientras
vagaba por encima del bello paisaje de Titán, la duda también
le asaltaba. ¿Y si fallaba a Titán como fallo a su planeta
natal Xandar? (10)
¿Y si fallaba a su antiguo amo Galactus como fallo a su amigo Gabriel?
(11)
Y aunque ganaran, ¿qué mérito sería suyo? Como
siempre, seria gracias a Estela Plateada, el primer y mejor heraldo de
Galactus, el antiguo amor de Nova. No podía competir con él...
A pesar de seguir divagando en sus pensamientos, el Señor del Fuego
se percató de que bajo el estaba desarrollándose una pelea.
Eran Maxam y Drax, ex-Guardianes del Infinito, ambos con mas músculos
que cerebro, al parecer. Pyreus bajó con resignación y apartó
al Destructor, mientras la Cosa sujetaba a Maxam. Previamente, un muro
de energía cuántica entre los combatientes, cortesía
de Quasar, había impedido que la pelea llegara a mayores.
- ¿Qué pasa, Drax?
- ¿Qué hace ese asesino aquí? Seguro
que lo ha enviado Thanos para matarnos a todos.
- Oye, ya te he dicho que yo no tuve la culpa de matar
a Warlock (12).
Algo me hizo hacerlo. Y te aseguro que no soy un peligro- respondió
Maxam.
- No lo eres, hasta que nos traiciones y ataques por
la espalda.
- Tranquilo, Drax. La Cosa lo tendrá vigilado
por si acaso, pero el chico nos ha ayudado antes, y podría ayudarnos
ahora. Además, le hicimos un sondeo, y no parece albergar malas
intenciones. No dejes que tu rabia nuble tu juicio, ¿vale?
- Buuf, como estamos de los nervios hoy -comentó
Quasar.
Pronto, una alarma sonó por todo Titán,
llamando a los héroes a reunirse. Un contingente de superseres alienígenas
encabezado por la Guardia Imperial Shi'ar se acercaba, conminando a los
héroes a detenerse, tachando su intento de rescatar a Galactus de
crimen contra toda vida. Lo que les llevaría a la inminente batalla,
para la cual los héroes se estaban preparando.
- ¡Qué situación más chunga
es ésta! - gritó Ben Grimm al tratar de ponerse el traje
para el combate espacial.
- ¿Seguro que estos trajes resistirán en
el espacio? ¿Y al uso de mis poderes? - preguntó un preocupado
Guerra Relámpago
- Seguro: si Reed Richards ha dado el visto bueno, son
garantía de calidad. No solo permiten sobrevivir en el espacio,
y hasta usar poderes como los míos, sino que te permite desplazarte
aunque seas un peso muerto como Ben. ¡Si hasta tienen sistema de
radio con los demás!
- Chist, cerilla, deja la publicidad, que va a hablar
tu hermana.
Susan Richards, la Mujer Invisible, subió a un
estrado frente a la reunión de héroes. Tras ella estaban
Cíclope, Señor del Fuego y Mentor.
- Hola a todos. Sé que estas cosas las suele hacer
el Capitán América, pero como él no está (13)
me toca a mí. Seré breve. Mi marido y otros científicos
deben seguir trabajando para rescatar a Galactus. Así que debemos
impedir a toda costa que su trabajo sea interrumpido. En estos momentos,
la Guardia Imperial Shi'ar y otros alienígenas vienen a impedírnoslo.
No pueden comprender lo que hacemos, igual que nosotros no lo entenderíamos
en su lugar. No olvidéis que defienden lo que creen, igual que hacemos
nosotros. La diferencia es que nosotros luchamos por la vida de todo el
Universo. Así que estad preparados para esta conflagración,
y para posibles ataques posteriores. Y muchos de vosotros seréis
necesitados por los científicos conforme pase el tiempo, así
que la rapidez y coordinación serán vitales. Cíclope
y el Señor del Fuego coordinaran vuestro ataque. Si no hay mas preguntas,
suerte a todos, y allá vamos.
Los héroes reaccionaron poniéndose en marcha,
aunque con menos decisión que otras veces. Sue se preguntó
si es porque su discurso no llega al nivel de los del Capi, o...
- Quasar -dijo-. Te necesito aquí junto a mí
para proteger a los cerebros por si algún atacante se adelanta.
- Está bien -. "Me voy a perder la acción.
Bueno, la verdad es que ya he combatido suficiente a los Imperiales (14) para varios años. Y seguro que
al final acabo en alguna pelea", pensó, y su mente empezó
a repasar todas las grandes reuniones de héroes en las que había
estado. "La primera en la que estuve fue el Combate de Campeones
(15)
del
Gran Maestro, pero allí no hice mas que ser abducido y mirar como
otros luchaban. Pero jamás he visto otra reunión tan grande.
Por lo que me han contado, mientras estuve en el espacio me perdí
unas Guerras Secretas en otro planeta, y su conclusión en la Tierra
cuando su instigador Todopoderoso vino a la Tierra por curiosidad.
(16)Hubiera
sido curioso conocerle, aunque es mas simpático ahora como Kosmos.
La primera a la que fui tras volver de Urano fue aquella vez en que los
Vengadores y 4F nos enfrentamos a la invasión atlante bajo los auspicios
del antiguo ente maligno Set. (17)Tampoco
hice mucho, a todos los que nos habíamos acercado a su Corona Serpiente
anteriormente (18)
nos
entró una debilidad. Pero me reconforta saber que en otra realidad
fui yo quien derroto a Set. (19)
Otra
reunión, que fue casi una guerra en la que muchos héroes
nos vimos envueltos fueron los Actos de Venganza. Otra vez me cubrí
de gloria: unos robots hundieron la Hidrobase mientras estaba bajo mi protección
(20),
el Hombre Absorbente escapo pese a haberlo derrotado (21),
y mandé al Láser Viviente a otra dimensión(22),
lo que acabo trayéndome mas problemas de los que quiero pensar (23).
Atrapé
a unos cuantos villanos, sí, pero otros muchos escaparon, como solía
ser mi costumbre. La siguiente vez fue la lucha contra Thanos y su Guantelete
del Infinito (24),
aunque hasta un tiempo después no recordé mi participación
en aquello. Tampoco es que hiciera mucho, ninguno lo hicimos, pero yo acababa
de derrotar a Maelstrom y salvar el Cosmos (25),así
que me compenso. Al menos derroté a los impostores que Thanos mando
a por mí (26).
Después
ya vino la Operación: Tormenta Galáctica... Y quiero pensar
que salvamos miles de mundos, pero solo puedo pensar que por nuestra culpa,
por mi culpa, murieron billones de seres (27).
Si tan sólo lo hubiésemos impedido, si hubiésemos
actuado antes... Mejor no pienso mas en ello. Lo siguiente fue poco después,
cuando me llamaron para combatir al Magus (28).
Encontré a Eternidad (29),
me metí en una pelea sin sentido (30),
y cuando todo dependía de mí, fallé al usar el Nulificador
Supremo, y si no llega a ser por el Starbrand, habría muerto (31).
Afortunadamente pudieron pasar sin mí, igual que en la siguiente
gran reunión, la Cruzada del Infinito. Estaba tan ocupado buscando
mis propias bandas (32),
perdidas tras lo anterior, que no pude ayudarles. Sheesh, menudo protector.
Si no pude ni proteger ni a mi propia novia cuando la Flota Negra la capturo
buscando el Starbrand que yo le había pasado (33),
y tuve que reunir a unos cuantos héroes para rescatarla y salvar
la Tierra (34).
Y ahora ella esta exiliada en otro mundo (35).
Y mientras estaba por el cosmos, me habrían necesitado en la Tierra
para luchar contra Embate. Si hubiese estado allí, tal vez no habría
costado tanto detener a ese monstruo, quizá la Avispa no hubiese
muerto. Parece que haga lo que haga, lo termino estropeando. ¿Y
si ahora también lo estropeo? ¿Y si todo depende de mi y
fallo?". Quasar bajó a la superficie, apartando su mente de
la batalla, mirando al suelo. "¡No!", pensó. "¡No
volveré a caer en eso! Puede que haya cometido errores, pero hasta
el Capi los comete a veces. He hecho todo lo que he podido, y aprendo de
mis errores. Si no fuera por mi, el Universo ya habría sido destruido.
Porque ya aprendí que uno no puede rendirse así como así,
la autocompasión no lleva a ninguna parte. Aunque falle una vez,
aunque falle cien, debo seguir intentándolo. Porque tal vez a la
ciento uno lo conseguiré. Porque es mi responsabilidad como protector,
como héroe. ¡No me rendiré!"
Quasar cerró sus puños y se elevó.
Extendió sus brazos, y de sus bandas comenzó a formarse energía.
La energía empezaba a tomar forma curva, a la vez que más
y más energía seguía surgiendo de las formidables
bandas cuánticas. Era lo mas ambicioso que había intentado
con las bandas: cubrir el planeta entero con una esfera de energía.
Mientras lo intentaba (y lo conseguía, pues el poder de las bandas
era ilimitado, y su uso sólo dependía de la experiencia y
voluntad del usuario, y en este momento la de Quasar era máxima)
veía la pelea desarrollarse.
Había visto como Oráculo era la primera
en caer, ya que Binaria la había considerado la mayor amenaza debido
a sus poderes mentales. Había visto como Tempestad y Guerra Relámpago
intercambiaban megavoltios de electricidad, hasta que el terrestre se atrevió
a absorber la electricidad de su adversario, y la recanalizó contra
él, solo para ser abatido por detrás otro Shi'ar electromagnético,
Electrón, que entonces tuvo que medir sus poderes con Tormenta.
Veía a la Visión y a Astra en un baile fantasmal, tratando
cada uno de solidificarse dentro del otro sin éxito. Cómo
Bill Rayos Beta golpeaba al mecanoide simbiótico Estrella de Guerra
hasta que se separó en sus dos componentes, B'nee y C'cil, el mayor
de ellos golpeado por un rayo de plasma de Kaos, y el pequeño por
un rayo óptico de Cíclope. Vio impotente como Estela Plateada
parecía atacar a una desprevenida Nova, aunque no llego a atacar
porque Lyja, experta en cambios de forma, desvelo que "Estela" era en realidad
el multiforme Duende. El irónicamente llamado Titán creció
de tamaño y trato de aplastar a Maxam, pero este contraatacó
aumentado su masa también. Pegador se acercó rápidamente
a Fuego Solar dispuesto a atacar, cuando el mutante generó un géiser
de llamas que le impidió acercarse. Quasar vio a su recurrente adversario
Neutrón (antes llamado Quasar, irónicamente) atacar a Maxam,
y a Drax el Destructor atacarle a él. Vio a Kismet neutralizar a
Enana, antes de que logre penetrar la barrera cuántica reduciéndose
a tamaño subátomico, y sonreírle cuando le vio. Vio
al Señor del Fuego arrancándole la llama a Rayo Estelar con
toda su furia. Vio como Bola rebotaba encima de Binaria, pillándola
desprevenida. Vio a Piedra Filosofal deteniendo a Vindicador, transmutando
los circuitos de su traje en plomo. Afortunadamente, antes de que decidiera
transformar los trajes protectores de los demás héroes en
cualquier cosa, la Cosa logró golpear a Bola y lanzarlo hacia su
compañero, dejándolo inconsciente. Vio a Tormenta en posición
fetal, y encima de ella a Magia usando sus poderes; aparentemente, había
creado alguna ilusión que aterraba a Tormenta. Pero no duró
mucho, porque Kismet la golpeó por detrás. Vio a Noche generando
una zona oscura de la que Diamante Lil no podía salir, hasta que
la Antorcha Humana hizo brillar su llama a máxima intensidad, disipando
la oscuridad; a Colmillo tratando de arañar inútilmente el
cuerpo invulnerable de Lil, aprovechando su confusión, hasta que
desistió y trata de atacar a Lyja. Pero su sed de sangre reptil
se cortó cuando la skrull transformó su puño en algo
como el hierro y lo noqueó. Vio a Sota de Corazones y a Impulso
intercambiar rayos de energía, sin llegar a darse. Por suerte, pensó
Quasar, ya que ambos, además de generar energías similares,
están hechos de energía y necesitan llevar su traje intacto
para sobrevivir. Vio otra vez a Kismet, esta vez atrapando en una esfera
a Bailarina Lunar. Y a Terremoto, sus poderes tectónicos inútiles
en el espacio, cogiéndose a la Cosa y usando sus poderes en su piel
pétrea. Cerca de donde estaba Quasar se encontraba Ganímedes
sola, hasta que junto a ella apareció un Shi'ar (que Quasar reconoció
como el sucesor de Espía, un Imperial muerto que Quasar casi conoció
una vez (36))
y fue noqueado por un golpe de la Célibe; al parecer, que la Mujer
Invisible se había dado cuenta del ataque, y había hecho
visible a Espía. Vio a CPU activando los cohetes de Cíclope,
Kaos y Diamante Lil, mandándoles fuera de la batalla sin control,
hasta que se aburrió y decidió pelear con la Visión.
Y otra vez a Kismet, a punto de atacar a Sibila: pero, a pesar de darse
cuenta, el/la alienígena no trató de defenderse, ya que algo
que había captado con su telepatía la había traumatizado.
Kismet decidió dejar la batalla para tratar de ayudarle. Quasar
se sintió orgulloso. También vio a Rayos Beta en un mano
a mano con Ultimus, tras haber frito los equipos de Korath y Shatterax;
a la mayor parte del Cuerpo de Centuriones Nova debatiendo su postura gracias
a las palabras de Rich Rider, aunque algunos de los más cabezotas
se habían adelantado, y se lo estaban poniendo difícil a
Binaria y a Frankie "Nova" Raye, y...
- Voilà -. La burbuja estaba terminada. Quasar
bajó a la superficie para descansar un poco del esfuerzo realizado.
Pero desde allí, mirando hacia arriba, vio flotando a otro viejo
conocido: Uatu el Vigilante. Se acercó a hablar con él -.
Ey, Uatu, soy yo, Quasar. ¿Podrías decirme como van las cosas
según tu perspectiva? ¿Alguna ayuda, algo que debamos saber?
-. Pero el Vigilante continuó impasible-. Mira Uatu, he oído
lo que te paso, que te echaron de los Vigilantes (37).
Supongo que ahora quieres expiar tus culpas dejando de actuar. Pero, ¿no
ves que siempre que el Universo está en peligro acabas actuando?
Hablar mismo ya es actuar, ni siquiera hace falta un acto físico.
Pero lo que haces está bien. Es decir, vuestra misión es
registrar lo sucedido para la posterioridad, ¿no? Pues puedes seguir
haciendo eso, desde la Luna como te gusta, aun sin la aprobación
de tus compatriotas Vigilantes. Y si de vez en cuando actúas, no
pasa nada. Tu actuarás para que haya un universo que seguir vigilando,
no para "interferir en los asuntos de los mortales". No debes seguir culpándote
de lo que haces. Debes seguir tu propio código de conducta, y, quien
sabe, quizá algún día otros Vigilantes sigan tu ejemplo
o entren en razón y te readmitan-. Quasar paró un momento
para coger aliento-. Ya se que es un poco raro que alguien con menos de
medio siglo aconseje a alguien con millones de años, pero...
El (ex-)Vigilante se quedo inmóvil un rato, ante
la preocupada mirada de Quasar. Finalmente, habló:
- Aunque quisiera ayudaros, no podría. El Tribunal
Viviente decretó que los seres mortales eran los únicos que
podían intervenir en esto, ya que la situación fue causada
por seres mortales, y la participación de seres trascendentes solo
ha causado más problemas. Y mi raza no puede ser considerada mortal.
- Ah, vale. Pero piensa en lo que te he dicho, ¿vale?
-
Ese es el Uatu que conozco. Ya ha vadeado la sentencia
del Tribunal Viviente avisándonos del problema, pudiendo negar haber
actuado, ya que no ha movido un dedo. De algo sirven años de experiencia.
- Sin embargo, puedo hacer esto -. Uatu levantó
la mano, y antes de que Quasar se diese cuenta de que algo pasaba, ya no
estaban en Titán. Estaban en el espacio, frente a una inmensa flota
de naves de guerra.
- ¿Dónde estamos? ¿Qué es
todo esto? - El Vigilante no contestó, simplemente hizo otro gesto,
y aparecieron dentro de una de las naves. Estaba llena de skrulls.
- Lo siento, no querría interrumpir, pero... ¡Un
momento! No me pueden ver. Ah, ya se, estas haciendo de Fantasma de las
Navidades Presentes, ¿no es así? OK, enséñame
lo que tengas que enseñarme y volvamos al Sistema Solar.
El Vigilante señaló a uno de los Skrulls
en el puente de mando.
- ... y así, mi tripulación, hemos llegado
a la conclusión de que aunque nuestra tropa es capaz de arrasar
cien millones de veces la Tierra, con toda seguridad los malditos Vengadores
o los 4 Fantásticos sobrevivirían, rescatarían al
tres veces maldito Galactus, y lo lanzarían contra el Imperio Verdadero
para que nos devorara como hizo con el Mundo-Trono del Imperio original
(38).
Así que, dada que esa victoria nos es imposible, es nuestro deber
como auténticos skrulls el aceptar esta derrota con la muerte, como
exige el honor. ¡Pero nos llevaremos a las flotas de los demás
territorios Skrulls con nosotros! ¡A mis ordenes, ataque suicida
al resto de la flota!
Antes de que pudiera reaccionar, Quasar es teleportado
al interior de otra nave.
- No puede ser - gritaba otro comandante Skrull - Primero
la facción de S'Byll se niega a colaborar en este ataque, como se
niega a reconocer nuestra supremacía, y ahora estos cretinos se
atreven a atacarnos. Bien, olvidad la misión anterior, atacad a
las demás flotas, ¡por el honor y el Imperio!
Quasar volvió a ser teleportado fuera, a muchos
kilómetros de la flota, y pudo observar cómo en instantes
empezaban a sucederse las explosiones, y en cuestión de segundos
la miríada de naves se redujo a la mitad.
- ¡NOOOOO! -. Quasar sólo podía mirar
angustiado cómo sucedía todo esto, demasiado deprisa para
poder reaccionar-. ¿Por qué, Uatu, por qué me traes
a ver esto y no me permites hacer nada?
El Vigilante, como siempre, no dijo nada, pero el escenario
volvió a cambiar. Esta vez estaban en la sala del Trono de Chandilar,
capital del Imperio Shi'ar. Allí estaban el Canciller Araki (siendo
éste el nombre que por tradición adquieren todos los cancilleres
de la casa real Neramani) y la emperatriz Shi'ar, Lilandra.
- ¿Por qué, Araki? Haga lo que haga, he
condenado a mi pueblo. Si la Guardia Imperial fracasa, Galactus volverá,
y la responsabilidad de los mundos Shi'ar que destruya será mía,
por no haber destruido a los terrestres antes. Y si tiene éxito,
tal vez tengan razón los terrestres y sea el fin de la existencia.
Vienen noticias de que por todo el Imperio empiezan a multiplicarse desastres
naturales y sobrenaturales. Por K'ythri, ¿siempre tiene que haber
sangre en mis manos?
El escenario volvió a cambiar: un planeta perteneciente
al Fuero siendo devorado por la entropía, cuando todo a la vez parecía
ir mal. Y después, un planeta en el borde exterior del Puño
en el que no solo no iba nada mal, sino que todo iba demasiado bien: ningún
hecho parecía dejado al azar, todo transcurría mecánicamente,
sin ningún cambio.
Una y otra vez, la imagen iba cambiando. Quasar se daba
cuenta de que todo lo que veía esta transcurriendo casi al mismo
tiempo. El Vigilante le estaba prestando su omnivisión, el don o
la maldición de poder verlo todo a la vez, y Wendell solo podía
observar, con horror, una escena tras otra: planetas siendo engullidos
por sus propios soles, razas enteras realizando suicidios colectivos, leyes
universales dejando de cumplirse... hasta un Primigenio abandonando su
misión vital, y tratando de suicidarse.
- ¡Basta! ¿Por qué haces esto? ¿Por
qué me torturas enseñándome todo lo que no puedo salvar?
- gritó Quasar. Sin darse cuenta, las visiones pararon. Y el enigmático
Uatu habló.
- Igual que tú me has enseñado algo, yo
te lo he enseñado a tí. Quería que vieras que aunque
seas el Protector Universal, no puedes salvar a todo el mundo. Verás,
ésa no es tu misión. Si te hubieras parado a salvar a todos
los que has visto morir, no podrías estar de vuelta en Titán,
donde se te necesitará para lo que se te avecina. Y aunque habrías
salvado a millones, habría sido inútil, porque todo el Universo
habría perecido. Porque tu misión, joven Wendell, es proteger
toda vida del mal, si, pero siempre del mayor mal posible. Debes aceptar
que nunca podrás salvar a todos, para que tu conciencia descanse,
y puedas desempeñar correctamente tu tarea: salvar el cosmos.
Quasar logró superar el trauma inicial de lo que
había visto y oído en los últimos minutos, y se dio
cuenta de la verdad en sus palabras.
- Tienes razón. Debo dejar de plantearme si estoy
haciendo lo correcto, y hacerlo simplemente. Tratar de salvar vidas esté
donde esté, sí, pero sin perder de vista que también
soy humano y tengo unos limites. Gracias Uatu. Y ahora... ¡Espera
un momento! Época me dijo que combatiría a una amenaza doble
(39).
Una de las amenazas es la entropía que esta afectando al universo,
como dijo Reed Richards, pero la otra, ¿puede ser esa extraña
falta de fuerzas, esa desesperación hasta en los planetas no tan
afectados por el desorden? ¡Por eso me lo has enseñado! Y
Época también dijo que mis bandas pueden protegerme de ambas
amenazas. ¡Eso es! Cuando estaba en Titán empece a sentirme
mal, y a autocompadecerme, pero en el momento en el que logré sobreponerme,
y generé un campo cuántico a mi alrededor, dejé de
sentirme mal. Rápido Uatu, tengo que volver a Titán, antes
de que rompan la barrera cuántica.
Dicho y hecho, antes de que terminara la frase, volvía
a estar en la órbita del satélite de Saturno.
- Ahora sí, estoy seguro de que venceremos. La
clave está en hacer lo correcto, y en nunca, nunca rendirse - pensó
Quasar, mientras se dirigía a toda prisa al interior de la gigantesca
burbuja cuántica planetaria.
Y mientras Quasar se dirigía a salvar el universo,
Uatu se manifestó a unos minutos-luz de Saturno, para poder ver
un compañero observador cósmico.
- ¿Crees que lo conseguirán? Se enfrentan
a un enemigo superior -dijo Kronos, el antiguo eterno convertido en entidad
cósmica.
- Por supuesto. Pues esa es la grandeza de la humanidad,
una capacidad nata para superarse, para luchar pese a todo, aunque sea
una causa perdida, para no rendirse jamás. Lo que, junto a su capacidad
emocional y para distinguir entre el bien y el mal, cuando bien usada,
les convierte en una chispa que algún día eclipsará
a seres como nosotros, si no se dejan arrastrar por su lado oscuro.
- Tienes razón. Porque pese a todo lo que gané
al trascender (40),
echo de menos esas emociones, y esa sensación que llaman... humanidad.
(1) En Giant-Size X-Men
# 1, por ejemplo
(2) Ver actuales números
de Eurocorps
(3) Entre Alpha Flight
# 28 y 45
(4) En su segundo encuentro
con el Adversario, en Factor-X # 121
(5) Ver Marvel Team-Up
# 100
(6) Ver recientes números
de Estela Plateada
(7) Durante Falta de
Esperanza, en Thor # 407-410
(8) Ver Poderes Cósmicos
Unlimited # 4
(9) Ver Estela Plateada
Vol.2 # 122
(10) Xandar
fue destruido por Nébula y sus piratas en Vengadores # 260
(11) Gabriel
Lan, el Caminante Aéreo, fue destruido cuando Galactus desapareció,
en Estela Plateada Vol.2 # 109
(12) Maxam
creyó matar a Adam Warlock en Warlock y la Guardia del Infinito
# 42
(13) Los Vengadores
están ocupados con los hechos de la Cronotormenta, ver Vengadores
# 407-409
(14) En Quasar
# 32-33, 45-46 y 54.
(15) Ver Contest
of Champions # 1-3
(16) Ver Secret
Wars # 1-12 y Secret Wars II # 1-9
(17) En Atlantis
Ataca, la saga de los anuales del '89
(18) Quasar
llevó la Corona Serpiente en Marvel Two-In-One Anual # 5
(19) Se vio
en Quasar # 30
(20) Ver Vengadores
# 311
(21) Ver Quasar
# 5
(22) Ver Quasar
# 6
(23) Como quedarse
atrapado en el Nuevo Universo, poseer el Starbrand, pasarle el mismo a
su novia, y que varias entidades la persiguieran tratando de conseguirlo.
(24) En El
Guantelete del Infinito # 1-6
(25) Ver Quasar
# 24-25
(26) Ver Quasar
# 26-27
(27) Debido
a la explosión de la Nega-Bomba sobre el Imperio Kree en Hombre
Maravilla # 9
(28) Durante
la Guerra del Infinito
(29) Ver Quasar
# 37
(30) Ver Quasar
# 38 y Guerra del Infinito # 3
(31) Ver Guerra
del Infinito # 5 y Quasar # 40
(32) Ver Quasar
# 47-48
(33) En Desafío
Estelar # 1
(34) Durante
Desafío Estelar # 1-4 y Quasar # 54-56
(35) Desde
Quasar # 57
(36) Realmente
era un impostor, en Quasar # 62
(37) En Cuatro
Fantásticos # 400
(38) En Cuatro
Fantásticos # 257
(39) Ver episodio
anterior
(40) Kronos era un
líder Eterno que tras un accidente quedo expandido por todo el sistema
solar, convirtiéndose en un ser cósmico
ZONA QUANTICA
Hola a todos. Aquí esta el segundo y ultimo crossover
con Emociones Primarias. Espero que os guste, aunque quizá Quasar
no tenga todo el protagonismo necesario. Y ya sabéis, ni se os ocurra
perderos Poderes Cósmicos # 22-25 (ni el Anual # 1)
Y antes de despedirme, una pregunta a ver si contesta
alguien: ¿Pensáis que esta serie es demasiado inaccesible
para nuevos lectores? Ya se que se basa muchísimo en continuidad
anterior, esa es la idea, pero trato de explicar quien es quien (Escribiendo
notas si es necesario) Pues eso, decidme lo que pensáis, sea lo
que sea, a Pedro.Garcia@ua.es
Pues aquí nos vemos, espero que pronto. Hasta
entonces, saludos cósmicos.
Doctor Comic.
PRÓXIMO: Para saber
como termina la historia, no dejes de leer Poderes Cósmicos # 24-25.
Y no te pierdas la aparición de Quasar en el anual de Poderes Cósmicos.