¡¡¡¡¡ALTO!!!!! NO SIGAS SI AUN NO HAS LEIDO EL NUMERO 1 DE SHIELD: BATTLE ROYALE

Helitransporte de SHIELD. Sala de repuestos del hangar 12.

Dugan observa al equipo allí reunido y piensa que, tal vez, no vayan a ser suficientes. Frente a él, la agente Adrianna Phelps y veinte soldados leales que ha podido reunir en tan poco tiempo; Kaine y la agente Sherman, que parecen ser uña y carne, y, por último, la Condesa y el grupo conocido como El Equipo, compuesto por Jessica Drew, Felicia Hardy, la asesina Elektra y el mercenario Cardenal.

Dugan suspira y da un paso al frente:

- Muy bien, tropa - dice en el tono más animado que puede -, sé que muchos de vosotros no estáis muy a tono tras la escapadita del aeropuerto¹, pero sois todo lo que tenemos y nos enfrentamos a algo en lo que no podemos fallar. Hay un traidor en SHIELD que queremos sacar a la luz. La treta que vamos a llevar a cabo es peligrosa y costará trabajo y vidas, por lo que si alguno tiene la más mínima duda al respecto, le pido que se vaya ahora.

Kaine piensa que la pregunta puede ir dirigida a él. Después de todo, aunque tiene los recuerdos de estos últimos meses de pertenencia al cuerpo, acaba de volver de un viaje por el cosmos con uno de los seres más poderosos que han existido. Aún así, la vida que su retorcido hermano ha llevado aquí ha sido la suya y la oportunidad que Dugan le brindó y por la que tanto se ha esforzado, aunque haya sido en un cuerpo que no era el suyo², siguen siendo un motivo de peso para prestarle su ayuda.

- Sólo hablo por mí, Dugan - dice Kaine -, pero creo que aquí todos estamos más que dispuestos. Sólo dinos cuál es el plan.

- En menos de 2 minutos - prosigue Dum-Dum-, sonará la alarma de desalojo del Heli-Transporte. Con eso, limpiaremos la zona de posibles bajas colaterales en lo que creo será una auténtica batalla campal. Nuestra misión será retener todo lo que nos mande Knight, si es que nos manda algo, hasta que aparezca Nick Furia con el equipo Beta. Llegados a ese punto, tomaremos el Heli-Transporte y trataremos de desenmascarar a Knight y toda su traición. ¿Alguna duda?

- ¡Oh, sí! - la cavernosa voz proviene de un conducto de ventilación sobre el grupo -. ¿ Cómo vais a hacer todo eso si no salís vivos de esta habitación?

La rejilla de la ventilación cede y por ella salta Veneno. A la vez, la puerta de la habitación revienta hacia dentro y, antes de que el humo resultante se disipe, los antiguos miembros de los Cruzados entran a la carga.

- ¡Qué empiece el caos! - grita el Hombre Absorbente.

La actividad a bordo del enorme Heli-Transporte estaba siendo rutinaria: recogida de informes, control de satélites, etc. Entonces, sonó la alarma de evacuación y, como un sólo ser, el personal comenzó la ruta hacia las balizas de escape.

Menos de tres minutos después, sólo quedaba un pequeño grupo de personas a bordo, y no tenían mucho empeño por marcharse con los demás. Por desgracia, por orden de Knight, la sala de las celdas ya se había quedado sin vigilancia y un grupo de niños especiales se había quedado solo sin más compañía que la señal de emergencia, que no les inspiraba mucha confianza.

Entretanto, David Knight sopesaba sus opciones mientras veía el desarrollo de su gámbito a través de su personal puesto de vigilancia.

Trampero ríe socarronamente mientras uno tras otros sus cachivaches se encargan de los soldados de apoyo de Dugan. Acorrala a la agente Phelps y a otros tres agentes contra la pared oeste del almacén sin que los disparos de estos le lleguen a dar en el caos que se ha creado.

Titania trata de cazar a la Gata Negra mientras su pareja, Aplastador Creel lanza su maza contra Dugan y su grupo de agentes. La agente Jessica Drew hace uso de toda su habilidad en defensa de la Gata, pero las costillas de Titania no ceden ante la patada que le propina y, agarrando a la antigua Spiderwoman por la cabeza con una sola mano, la lanza contra una fila de cajas.

Veneno, con carne entre los dientes aún pendiente de identificar, intenta de un salto arrancarle la cara a Kaine, que se zafa con habilidad avisado por su recién recuperado sentido arácnido que, en su caso, si funciona con el simbionte de Brock, al no haber sido poseído nunca por él. De todas formas, sus músculos aún no están al cien por cien entre el tiempo que pasó en animación suspendida y su reciente batalla contra Spidercida. Molido como está, no puede detener las garras del alienígena que se clavan en su costado derecho y le levantan por los aires sin aparente esfuerzo.

- Hueles como él, muchacho - dice Veneno, jocosamente -, así que fingiré que lo eres y me comeré tu hígado.

Kaine hunde un fuerte puñetazo en la cabeza de Veneno, que se tambalea y le suelta. Según cae al suelo, el reluctante agente de SHIELD golpea de nuevo en el plexo solar a su rival, que escupe el aire que le quedaba y cae de rodillas.

- Y tú hueles a %&#@$ - dice Kaine -, así que fingiré que lo eres y tiraré de la cadena cuando acabe contigo.

Y Kaine, mientras Veneno salta hacia su cuello de nuevo, con rabia y furia inhumanas, piensa en lo genial que sería poder reforzar sus palabras con un cuerpo a punto de ceder por el esfuerzo.

Entretanto, dos miembros de los Cruzados se mantienen alejados de la pelea. En un corredor contiguo al almacén de la pelea, el Hombre Radiactivo y Tiburón Tigre pactan por su futuro.

- ¿Estamos de acuerdo entonces, camarada? - dice el super hombre chino -. ¿Abandonamos esta charada y cada uno por su lado? Al fin y al cabo, estas rencillas con la ley americana no deberían afectarnos a ninguno.

- Por supuesto, amigo - añade Tiburón Tigre -, pero, ya que vamos a retirarnos sutilmente, ¿qué te parece si dejamos un recuerdo para nuestros camarada y nuestros captores?

- ¿Cómo un regalo inesperado pero a la vez imperecedero?

- Como hacer que toda esta nave se estrelle contra la ciudad del presidente y cause una devastación como nunca se haya visto.

El doctor Chen Lu medita un instante y luego asiente. Ambos salen corriendo por el pasillo en busca de la sala de motores.

Dugan pugna por derribar al Hombre Absorbente, pero la velocidad a la que este le lanza su maza y la facilidad con la que, convertida su piel en acero, desvía las balas que le disparan hace que el veterano comando aullador caiga en la desesperación. La bola de Creel derriba unas cajas de armamento y aislan a Dugan de los agentes que le cubrían. En ese momento, el viejo Dum-Dum, ve pasar toda su vida por delante, mientras el Hombre Absorbente se dispone a aplastarle contra el frío suelo de la nave. Entonces, Cardenal se pone en medio todo lo rápido que le permiten sus propulsores. La bola de derribo lo revienta en el acto. Ni siquiera cae vivo al suelo.

Sus compañeros en la escena, todos enfrascados en sus propias batallas, todos incapaces de actuar ante la muerte de uno de los suyos.

Kaine, que sujeta a Veneno de los brazos mientras se zafa como puede de sus dentelladas, ve como Creel levanta una vez más su bola de demolición, esta vez para acabar de una vez por todas con el hombre al que le debe su nueva vida. Apoya sus pies en el pecho del simbionte y lo lanza con fuerza contra el Aplastador. Tanto Brock como Creel chocan contra la pared tras ellos, lo que Dugan aprovecha para salir de allí tan rápido como puede. Algo conmocionado, Creel intenta quitarse de encima a Veneno, que se revuelve enfurecido. Entonces, con las últimas fuerzas que su maltrecho cuerpo puede reunir, Kaine les sepulta a ambos con una caja de metal.

La respuesta de Titania no se hace esperar y pilla a Kaine a la carrera con el fin de empotrarlo contra una pared, pero Kaine, poder arácnido en mano, apoya sus pies contra la superficie y da una voltereta sobre su agresora, que choca contra el muro de metal y se vuelve, casi inconsciente. La culata del rifle de Dugan la golpea fuertemente en la cabeza y la tumba.

En ese momento, todo se ha vuelto silencio en el almacén, y en pie quedan la Condesa, Dugan, Phelps, la Gata Negra, Jessica Drew, Kaine y apenas unos ocho agentes de campo.

- ¡Un momento! - exclama la condesa - ¿Dónde está Elektra?

Como respuesta, el cuerpo ensangrentado del Trampero cae al suelo ante ellos y la asesina ninja limpia uno de sus sais fríamente. Todos la miran un poco decepcionados por sus actos.

- Uno de los suyos por uno de los nuestros - dice la hermosa y letal ninja griega -. Puede que no sea bonito, pero es lo justo.

El móvil de la agente Sherman suena entonces, de repente, rompiendo el gélido silencio que se ha creado entre los supervivientes. La voz temblorosa de la doctora Kafka la pide con urgencia hablar con Kaine y ella le pasa el teléfono. Mientras el clon se aparta para mantener la conversación y Sherman le asiste, el resto hacen un corro alrededor de Dugan y la Condesa.

- Muy bien, gente - dice Dugan -, creo que acabamos de tumbar lo mejor que tenían. Ahora debería ser todo más sencillo.

- Según ese panel - dice Drew, señalando una pequeña consola en la pared -, parece que la nave ha sido despejada. Tenemos vía libre para hacer lo que sea.

- Sólo hay que aguantar un poco más - interviene la Condesa -. Los Furia, Romanov y McKenzie aparecerán en breve y acabaremos con esto.

Aparte, Kaine cuelga el teléfono, aturdido.

- ¿Qué ha pasado? - pregunta Sherman -. ¿Kaine?

- Es Jameson - consigue articular Kaine, saliendo de su estupor -. La secta de sangre le ha secuestrado. Tengo que ayudarle, Laurie.

Entonces, todo se vuelve del revés. El Helitransporte comienza a escorar sobre si mismo sin control, empujando a los agentes contra las paredes del almacén y haciendo que las cajas se les vayan viniendo encima.

- ¡¿Qué pasa?! - grita Kaine mientras coge a Sherman al vuelo.

- ¡Sólo puede ser una cosa! - dice Dugan -. ¡Alguien ha apagado los motores de la nave!¡Caemos en picado!

Y, sí Dugan estuviera mirando al cielo desde un concurrida calle del centro de Washington, tal vez sería más consciente de lo terroríficas que han sido sus palabras.

1.- En nuestro número anterior.

2.- Como vimos en los números 13 a 18.

LA MARCA DE KAINE

Me despido de momento hasta el próximo número.

Nos leemos.