PARA LOS QUE LLEGARON TARDE:

Tras la desaparición de Nick Furia, S.H.I.E.L.D. pasó a manos de David Knight, agente corrupto con apoyos en una importante red terrorista que quería sacar tajada de la organización. Tras resolver un complicado caso de asesinato, aunque sin llegar a ahondar en la trama detrás del mismo, Al McKenzie fue nombrado jefe de operaciones de S.H.I.E.L.D. y formó el equipo Élite para misiones importantes, formado por Lisa y Bruno Thorpe, Tigra y Zeitgeist, y capitaneado por G.W. Bridge. Dicho grupo estuvo a punto de descubrir la implicación de un importante jefazo de la agencia con la creciente mafia mutante, liderada desde Nuevo Méjico por el industrial Coppola. Acosados por este, abandonan la operación con una muestra de las drogas mutantes que estaban empezando a distribuir. Su situación no es segura en absoluto.

Entretanto, Nick Furia regresa de entre los muertos y, con ayuda de la Viuda Negra, Batroc, Shang Chi y Kaine, desvela un plan de dominación por parte de la organización de Garra Amarilla, ayudados por el Hombre Colectivo, que estaban usando armas desfasadas o experimentales de S.H.I.E.L.D. en sus operaciones. En su combate final contra el padre de Shang Chi, éste desvela a Nick Furia el nombre de su proveedor de armas: David Knight.

Decidido de una vez por todas a limpiar la agencia a la que consagró su vida, Nick Furia rescata a su hijo de prisión y, ayudado por la Viuda Negra, entra en contacto con Al McKenzie y G.W. Bridge, en quienes confía para poder apresar a Knight.

Equipo Elite. Transporte especial desde Nuevo Méjico. Afueras de Dallas.

Tigra charla con la cabeza enlatada que rescataron de los laboratorios de Coppola ajena al resto del grupo. Lisa Thorpe y Zeitgeist juegan a las cartas mientras Bruno Thorpe, sentado en el asiento del copiloto ve pasar grandes extensiones de llanura americana bajo su transporte.

Un disparo hace que Tigra, Lisa y Zeitgeist giren sus cabezas hacia la cabina a tiempo de ver como el piloto intenta disparar a Bruno.

- ¡Bruno! - grita Lisa Thorpe, su cuerpo tensándose para el ataque.

- ¡Deprisa! - articula su hermano, sujetando al piloto con ambas manos, forcejeando con la pistola -. ¡ Ha intentado matarme! ¡ No creo que sea de SHIELD!

- Muy astuto, capullo - dice el piloto. Lanza un cabezazo que aturde a Bruno Thorpe en el asiento. Después, se pone de pié desafiante mientras los demás le apuntan con sus armas -. Oh, qué bonitos regalos. ¿ Son para mí? - se arranca la casaca y todos ven como su pecho comienza a brillar -. No importa, sabía que este viaje sólo era de ida.

El hombre explota y se lleva con él toda la cabina de la nave. Antes de que la primera de las piezas del transporte toque el suelo, Bruno Thorpe ya está muerto. Su hermana no tiene tiempo de llorarlo ya que la decapitada nave no tarda en chocar contra el suelo de forma brutal.

Alrededor de los restos calcinados, sólo queda silencio y muerte.

Al Mckenzie, G.W. Bridge, Nick Furia, Mikel Furia y Nastascha Romanov. Washington, D.C.. Parking subterráneo de un centro comercial de las afueras.

- Lo que vamos a contaros os interesará - dice Nick Furia a Mc Y Bridge.

McKenzie mira a Bridge mientras los faros del coche en el que iban los Furia y la Viuda Negra se apagan. No puede evitar hacer un pequeño comentario socarrón al ver como se tensa la mandíbula de su compañero:

- ¡Qué alguien llame al Profesor X, aquí tenemos nuevo miembros para su equipo de mutantes proscritos: un x-muerto, un x-convicto y una x-bailarina rusa!

- En serio, hijo - dice Nick Furia, lo más calmado que puede -, no tenemos tiempo para chorradas.

- Pues deberías tener al menos tiempo para contar que haces aquí y por qué sigues vivo - apostilla Bridge.

Nick se acerca a su viejo camarada, flanqueado por sus dos compañeros, y apoya su mano en el hombro del enorme agente Bridge.

- Eso lo dejaremos de momento, G.W., cuando haya tiempo para charlar tomando unas cervezas. Ahora tenemos que hablar de Knight.

- ¿Qué sabes tú de eso? - dice Mc.

- Hace un par de meses, en China, unos "socios" y yo cerramos una trama terrorista basada en armas pertenecientes a diseños desfasados o rechazados por S.H.I.E.L.D. El cabecilla era un viejo conocido, Garra Amarilla. Tras perseguirle por medio mundo, conseguí sacarle el nombre de quién le había proporcionado el material: David Knight. Lo que pretendo ahora es arrancarle a ese capullo mi organización.

McKenzie traga saliva. Lo que él mismo ha recopilado recientemente apunta en una dirección muy similar a lo que cuenta Furia, así que parte de un punto de vista menos reacio que el de su compañero.

- No será fácil, Furia - interviene Mc -. Por lo que he podido deducir, Knight ha contactado con uno de los jefazos de la mafia mutante y no podría decir lo que pueda tener a su disposición para frenarnos.

- No importa - añade Nastascha -. Tenemos nuestros propios aliados y un buen plan para acabar con él. Sólo queríamos saber si contamos con vuestro apoyo.

- Con el mío no - apostilla Bridge -. Aún en el caso de que no fuera desconfiado por naturaleza, escuchad vuestras palabras. No tenéis pruebas, sólo sospechas y paranoia. No digo que sea un santo, pero no voy a seguir a ciegas a un muerto, una espía y un criminal sin al menos escuchar su versión.

Con esto, G.W. se marcha del parking sin mirar atrás en ningún momento. Al McKenzie intenta detenerle, pero es inútil. Nick detiene a Mikel, que empieza a andar hacia Bridge con intención de traerlo.

- No, hijo, así no. Que hable con Knight si es lo que quiere. Sólo espero que sobreviva.

- Y, ¿ con respecto al plan? - pregunta Mc.

- Bueno - contesta el coronel cogiendo su móvil -, tendré que preparar las posiciones si queremos sorprender a Knight antes que Bridge le vea - habla al teléfono entonces -. ¿Dugan? Contacta con la Condesa. Necesito al grupo sobre el objetivo en menos de una hora.

- ¿Qué vamos a hacer, exactamente? - pregunta de nuevo Mc.

- Vamos a secuestrar el Heli-Transporte - concluye la Viuda.

Kaine y Dugan. Aeropuerto de Dulles. Washington D.C.

El equipo de limpieza de SHIELD aún limpia los restos de la batalla entre Kaine y Spidercida¹ mientras Dum-Dum cuelga el teléfono tras hablar con Nick Furia. Su gesto se vuelve preocupado y algo aturdido, pero sigue con su plan. Marca por línea segura el teléfono de su camarada, la Condesa, para concretar la llegada.

- Soy Dugan.

- Sé que eres tú. Identificación de llamadas, ¿recuerdas?

- Sí, bueno, pasamos a la acción.

- ¿Cuando?

- Reúne a El Equipo. Tenemos que estar todos juntos y listos en el Heli-Transporte en una hora.

- Vale ... de acuerdo ... es precipitado, pero mi grupo estará allí. Contactaré con los apoyos que podamos tener a bordo.

- Bien. Cuantos más, mejor. Nos vemos en una hora - y Dugan cuelga el teléfono. Después, gira la cabeza hacia Kaine, que charla con la agente Sherman mientras se cogen de la mano. Justo cuando se decide a ir hacia él, la agente Phelps se planta en medio.

- Te has quedado pálido, Dum-Dum - increpa Phelps -. ¿Alguna otra de tus operaciones se ha convertido en mierda?

Dugan sopesa sus opciones: la agente Phelps es terca y algo obtusa a veces, pero si cree en lo que hace también es decidida y competente. Si les apoya, moverá a bastante gente con ella. Si les apoya. Así que, Dugan toma una decisión arriesgada, dadas las circunstancias.

- Necesito contarte algo, Adrianna. Necesito tu ayuda y también la de Kaine.

David Knight. Heli-Transporte de SHIELD en vuelo sobre Washington.

En su despacho privado, Knight coloca sus últimos expedientes. Sonríe y canturrea, debido al éxito de su encuentro con Coppola² y no se da cuenta de que algo falta en su despacho³. Su alegría es interrumpida por la poderosa figura de G.W. Bridge, que entra en ese momento en su despacho.

- ¿Podemos hablar un momento, señor Knight?

- Por supuesto, G.W. - dice Knight, aún sonriendo y dejando en el archivo la última de sus carpetas -, por supuesto. Parece preocupado.

- Lo estoy, señor. En las últimas horas no hago más que oír rumores constantes sobre usted, señor. Perdone que sea tan directo pero, de ser ciertas, tendría que detenerle ahora mismo y no sería agradable para ninguno de los dos - Knight se va tensando con cada palabra de Bridge. Se sienta en su butacón mientras su mano abre disimuladamente un cajón de su escritorio -. Me gustaría que se prestara a un interrogatorio, señor.

- Por supuesto, Bridge. Faltaría más. No tengo nada que ocultar pero sí me gustaría saber quién me acusa de esos ... teóricos cargos - sus dedos consiguen coger la pistola lentamente.

- Bueno, eso es lo que me plantea dudas. Al parecer, Nick Furia ha vuelto y está reclutando gente contra usted.

Algo le da mala espina de repente y Bridge, con la experiencia de años de servicio, desenfunda su automática rápidamente, apuntando a Knight, quién ya le ha encañonado con su arma. Bridge está algo desconcertado, pues no esperaba semejante atrevimiento en el cuartel general flotante de la agencia de seguridad más importante del planeta.

- Con el debido respeto, señor - dice Bridge -, suelte el arma o tendré que forrarle el culo de plomo.

- Con el debido respeto, escoria - Knight dispara sin aviso, hundiendo una bala en el pecho de Bridge -, eres demasiado educado para un agente con licencia para matar.

Nadie ha oído la bala, pues el arma de Knight tenía silenciador. Coge el pesado cuerpo de Bridge y lo arrastra hasta detrás de su escritorio. Después, a través del comunicador en su mesa, contacta con el agente de guardia en los calabozos y pide que le reúnan en una sala a un grupo de presos en particular.

Al McKenzie, Nick Furia, Mikel Furia y Nastascha Romanov. En ruta hacia el helipuerto de guardia de SHIELD en las afueras de Washington.

El coche está silencioso pese a estar lleno. Nastascha conduce, con Mc a su lado y, atrás, Nick y Mikel Furia preparan varias armas que necesitarán sin duda al llegar.

- Sigo sin entender - habla McKenzie - como nos ayuda secuestrar el Heli-Transporte. Si el Presidente lo toma como un acto terrorista nos reventarán en menos que canta un gallo.

- Es una treta - responde Nick Furia, desde el asiento de atrás -. Sólo queremos que Knight haga su movimiento. Si contacta con lo que queda de Garra Amarilla, si es que aún le apoyan, o con la gente de Coppola, nos dará la excusa que necesitamos. No tenemos pruebas salvo su posible comportamiento. Además, entre nuestros apoyos tenemos a todo el personal de vigilancia y alerta del puente. No comunicarán nada salvo orden mía.

- Y, al atacar de esta forma tan precipitada - añade la Viuda, con toda la ironía de la que es capaz en su voz -, le quitamos la posibilidad de pensar friamente.

- Salvo que tuviera algo planeado, por si acaso - indica Mc.

- Si lo tuviera - concluye Mikel Furia -, no habría volado a Nuevo Méjico para sellar un trato tan rápido con la mafia mutante. No, McKenzie, a Knight se le están acabando la respuestas.

- Dios, espero que sea así - dice Mc -. Si todo lo del disco es cierto, Knight podría tener el control de un montón de cabezas nucleares en Pakistán.

- ¿Qué? - dice Furia, sorprendido.

- No estoy seguro, no pude descifrar todo el archivo. Creo que lo llama Proyecto Watrick o algo así.

Nick Furia se sujeta al asiento del conductor y habla con la Viuda como si el fantasma de las Navidades del Futuro acaba de aparecerse ante él.

- Nastascha, frena - Furia sale del coche cuando este se detiene, los coches tras él pitando enfurecidos. Saca a la ex-agente del KGB y la hace sentarse atrás. Conduce él -. Que McKenzie te de el disco. Hay un portátil atrás. Mira bien ese dossier y hazme un plan de ataque antes de llegar al helipuerto.

- No entiendo - interviene Mc -, ¿qué pasa?

- El apocalipsis, hijo - dice Furia -. El apocalipsis-

David Knight. Heli-Transporte de SHIELD. Sala de interrogatorios de máxima seguridad de la bodega B.

Allí los tiene. Delante de él. el Hombre Absorbente, Titania, el Hombre Radiactivo, Tiburón Tigre y Trampero, los apresados miembros de los Cruzados⁴, otro fiasco de Knight, y Veneno, detenido por Kaine tras la debacle de Cleveland⁵. Acaban de aceptar ser sus peones voluntarios contra lo que se avecina a cambio de una redención ficticia en forma de falso perdón oficial. Cuando uno está colgado por las uñas no puede girar los brazos.

Knight sonríe, pues es irónico que le vayan a ayudar teniendo en cuenta que él formó a los Cruzados y los vendió cuando se convirtieron en un estorbo. Ahora le vuelven a ser útiles, pero alguien como él siempre aprecia esos pequeños detalles.

Tras reunirse con ellos, vuelve a su despacho y hace una nueva llamada, esta vez a Coppola.

- Necesito ayuda - dice Knight al teléfono -. Vienen a por mí, seguramente ya. Tengo un pequeño grupo que puede protegerme un tiempo pero me temo que me enfrento a alguien con bastantes más recursos: Nick Furia.

- No puede ser. No voy a meterme en nada contra Furia. Es arriesgado para mí y para mi gente.

- Escúchame, basura mutante - dice Knight, perdiendo compostura y paciencia ante su aliado -. Crees que eres difícil de controlar, que puedes imponer condiciones y que yo tragaré pero, antes de seguir con esta machada, te aviso que, si no acudes, haré que tu y toda la puta gente X en este planeta no seáis más que polvo. Un botón, amigo, sólo un botón y media India y Pakistán vomitarán misiles a todo el globo portando un virus letal para aquellos que tengan tus ... habilidades. Ahora, medita un momento tu respuesta antes de abrir esa sucia boca.

Coppola se lo piensa un instante. Hasta ahora, Knight no ha faroleado sobre lo que podía hacer. vendió a su propio grupo de asalto como muestra de confianza y, además, dirige la mayor agencia de seguridad mundial. Es probable que disponga de dichas armas. Además, obedecer y hacer que triunfe Knight, podría colocarle en una posición insuperable para tomar el control de una organización con escala mundial. Hace una pausa tensa y, finalmente, añade:

- ¿Qué necesitas?

- Hombres, y muchos. Todos los que puedas enviarme. Cuanto más peligrosas sean sus habilidades, mejor - la vista de Knight deriva un instante a una de las pantallas de vigilancia clandestina que tiene en su despacho: sus enemigos se están reuniendo ya -. Y los necesito cuánto antes. Te conseguiré un transporte de tropas de SHIELD en el aeropuerto de Nuevo Méjico en 20 minutos. No me falles.

Y Knight cuelga. Después, llama de nuevo a la sala de los Cruzados y sentencia:

- La situación ha comenzado. Os necesito en la sala de repuestos del Hangar 12. No hace falta que sobreviva nadie, ¿entendido?

1.- En el número 18 de Kaine.

2 y 3.- En el número 4 de SHIELD, vol. 2.

4.- En la serie limitada del mismo título.

5.- En los número 1 a 4 de Kaine.

U.S. POSTAL

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