Norrin Radd renunció a su libertad para salvar a su planeta, convirtiéndose en Heraldo del Devorador de Mundos, Galactus. Enfundado en metal galáctico, con un tablero que obedece todas sus órdenes mentales, y dotado del poder cósmico, ahora surca el Universo como brillante centinela de las rutas espaciales.
#129 – Bienvenidos al infierno II
Por Anjuin Elekhan
Portada de Ikaro
Fecha de publicación: Mes 14 – 6/99
CAPÍTULO VIII:
En cada realidad, una forma distinta de representación. En cada universo, un aspecto distinto de un todo común. En cada cultura, un nombre, un regente. Hablamos del Infierno…
Estela se ha encontrado en muchas situaciones difíciles a lo largo de su existencia como centinela cósmico, pero los acontecimientos de los últimos tiempos le sobrepasaban. Aún aturdido por el mar de emociones que había asaltado de nuevo su vida, no alcanzaba a comprender qué estaba ocurriendo…
Nuevas entidades cósmicas de las que jamás había recibido noticias… Primero Odiel y Baladriel, y ahora, él.
– Yo soy Conciencia, y también a mí tu Pureza me resulta insoportable.
Nueva York es una gran ciudad. Pocos pueden ponerlo en duda, por supuesto. En ella, ocurren cosas que a menudo suponen la salvación del Universo. Allí residen los Cuatro Fantásticos, la familia más famosa del Planeta. Allí viven también nuestro vecino y amigo, Spiderman, y El Hombre Sin Miedo, Matt Murdock. Numerosos héroes y villanos, reunidos en una sola ciudad cuyos muros han sido más de una vez derribados y siempre se vuelven a levantar, aún más majestuosos que antes. Pero el vislumbrar las verdaderas razones de este cúmulo de circunstancias, no está al alcance de muchos. En absoluto.
Estela Plateada tiene que echarse hacia detrás, porque de pronto, al divisar el rostro de su adversario, le golpea una ola de energía psíquica. En un movimiento tan involuntario como inútil, se lleva las manos a la cabeza, tratando de detenerla. Un maremagnum de sentimientos le abordan, apenas dejándole tiempo para respirar. No puede detenerlos, y su cabeza está confusa… Sobre el ensordecedor trueno de confusión, se alza la risa de Conciencia…
Haciendo un enorme esfuerzo, abre los ojos, obligándose a sobreponerse al dolor. Ante sí, ve a un ser de aspecto humano, extraordinariamente hermoso, vestido pulcramente en un estilo gótico. Casi podría decirse que emanaba luz.
– ¿Qué tal me veo, Norrin?- Tan sólo parpadea un segundo, pero es suficiente para que al abrir los ojos de nuevo, Conciencia haya cambiado de forma, presentando unos defectos en su forma, vistiendo ropajes más oscuros.
– Quizás ahora me veas mejor…
Estela Plateada no puede sino cerrar los ojos, y tratar de escapar aunque sea un solo instante para recuperarse. Ante él, Conciencia extiende su mano, fría, hasta rozar un breve instante la frente de Estela Plateada. Un grito desaforado sale de su garganta, directamente desde el alma…
Sin duda, es una gran ciudad, e incluso algunos la llaman Capital del Mundo. Y no les falta razón. A menudo, tienen lugar acontecimientos extraños, pero ver una estrella fugaz a plena luz del día no es algo que todos imaginemos como normal. ¿O sí?
– Aquí Pájaro de Fuego, informando a Nido de Arena.
– Aquí Nido de Arena, ¿Qué ocurre?
– Señor, solicito información sobre un objeto volador no identificado, en el sector 6.
– Un segundo, Pájaro de Fuego. Sí, aquí está. ¿Confirmación visual?
– Afirmativo. Parece un meteorito.
– Espere…
Tras unos segundos, en los que el avión se iba acercando al meteorito, llega de la base una extraña comunicación.
– Negativo, Pájaro de Fuego, no es un meteorito, parece un humanoide.
– ¿Un humanoide? ¿Y qué hace, buscar un Burger King?
– Pájaro de Fuego, las órdenes son seguir el objeto a distancia prudente, hasta que pueda ser identificado.
– De acuerdo, Nido de Arena. Confirmen trayectoria…
– Confirmando… Lugar estimado del impacto, con un error inferior a diez metros… ¡Dios mío!
– ¿Qué sucede?
– ¡Manhattan!
Pocas veces un ser que es capaz de surcar los infinitos espacios estelares, de bañarse en la chisporroteante energía de una Super Nova, puede estar más derrotado de lo que se encuentra Estela Plateada. En su interior, su alma se desgaja, dividiéndose en múltiples facetas, que vuelven a juntarse, tan sólo para que el dolor sentido sea mayor. Y frente a él, ya caído y apenas consciente, se encuentra el causante de tanto dolor, un ser que se llama a sí mismo Conciencia.
– Norrin, Norrin. Me decepcionas.- El tono del ser llamado Conciencia es cómico, desafiante…
– Creí que serías algo más difícil de derrotar, pero eres tan blando como lo eran tus padres…
Estela Plateada se revuelve al oír mencionar a sus padres, mientras su cerebro parece arder, como queriendo autodestruirse.
– ¡NOOO!- Un estallido de energía sorprende un instante a Conciencia, que parpadea.
– No sé quién eres, Conciencia, ni por qué tienes interés en mí. Lo único que sé, es que… ¡NADIE VOLVERÁ A ATACAR A ESTELA PLATEADA!
La alarma ha cundido en Manhattan, y ahora muchos de sus habitantes miran pavorosos al cielo, temiendo algún peligro, rogando a sus dioses para que aparezcan los Vengadores, o los Cuatro Fantásticos. Pero Dios no les escucha, al menos no hoy, porque el meteorito sigue cayendo, directo desde el cielo, para estrellarse en medio de la ciudad.
Todo aquello que nosotros, simples humanos, evocamos en nuestras mentes cuando pensamos en el comienzo de la vida del planeta, los volcanes regurgitando la lava desde las entrañas del mundo, tormentas azotando la superficie, devastadores tornados asolando las aguas, separándolas entre sí, no son más que pálidos reflejos de la furia desatada en Estela Plateada. La energía fluye desde su interior, destruyendo el inhóspito paisaje a su alrededor. Conciencia se separa unos pasos, y adoptando la figura de un Titán, sonríe.
– ¡Vaya, Estela! Creí que no ibas a luchar por tu alma, pero veo que no será así… Así que enfrentarás tu poder cósmico, célebre en tu Universo, con el mío. Sea.
– Mi alma me pertenece. Y seguirá haciéndolo.
– Ya veremos.
Un rayo que parte de la mano de Conciencia, penetra en su estructura, como si no existiese, y con su contacto gélido, arrasa todas las barreras psíquicas que impusiera una vez Galactus. Con una mera fracción de su poder, Conciencia retoma los recuerdos de Estela Plateada, y los hace pasar una y otra vez ante sí, deleitándose en la destrucción de incontables mundos, en las muertes de Mantis, Nova, la destrucción de Zenn-La. Los ojos de Estela Plateada no muestran expresión alguna, abiertos de par en par, desencajada su mandíbula. Inerte, parece que su alma trata de huir del pasado. Quizá, después de todo, Estela Plateada no estaba en paz con su pasado… Y quizás eso signifique su muerte.
Emily emigró a los Estados Unidos en busca de la tranquilidad y estabilidad de las que carecía en su país, constantemente en guerra. Pero ella, que no murió en ninguno de los bombardeos de su ciudad, parece que va a morir ahora, lejos de aquellos a los que ama. Mira al cielo, y observa como cae, directamente hacia ella. En el último instante, cierra los ojos, moviendo la cabeza hacia arriba, y siente las lágrimas en sus mejillas. Le pide a Dios que la salve para poder volver a su país y ver a su familia, para no abandonarla nunca más.
Pero la paz que le falta a Estela Plateada siempre se ha visto compensada por su fuerza de voluntad. Y es ahora cuando…
– ¿Qué…? ¡Te estás liberando!
– Así es… «Conciencia«
Una tremenda explosión separa a ambos combatientes unos metros. Estela se incorpora, riendo, feliz.
– Gracias a ti he recuperado mis emociones.
– Pero, no… no puede ser… estabas derrotado…
– Me he enfrentado demasiadas veces a ti, como para que me derrotes tan fácilmente.
– ¿Así que me has descubierto?
– Sí, a pesar de que lo has hecho muy bien… Casi lo consigues, Mefisto.
Estela Plateada comienza a brillar de una forma en la que nunca antes nadie haya visto.
Mefisto, sé que jamás estaré del todo en paz con mi pasado, a pesar de que no fui totalmente responsable… Pero ahora soy otro, y lucho por redimir mis pecados. Y lo lograré. Ahora, voy a salir de aquí.
– No seré yo quién te lo impida… Pero recuerda…- La figura de Estela Plateada comienza a desvanecerse.- ..que no descansaré hasta que caigas a mis pies.
Si me preguntáis, os diré que yo si creo en Dios… Y a partir de hoy, muchos de los habitantes de Manhattan también lo harán, pues la estrella fugaz de pronto se detiene… Emily abre los ojos, y llora de emoción. Dios le ha escuchado. Allí está, sobre su tabla plateada, de pie, desafiante. Y de pronto, desaparece de la vista. Muchos habitantes de New York le ven surcar el cielo, y es identificado como Estela Plateada.
El Universo nos puede parecer siniestro, oscuro incluso, pero para un ser que ha estado lejos de él y ha estado acostumbrado a surcarlo a voluntad, le parece un paraíso de luminosidad y sensaciones… O lo sería si dicho ser no fuese Norrin Radd, Estela Plateada. Si dicho ser pudiese sentir algo…
– Mis emociones debieron volver al pasar a la otra realidad1, cuando todas me asaltaron y me enloquecieron… Y ahora de nuevo el vacío en mi alma.
– Pero ya habrá tiempo de averiguar la verdad más tarde. Ahora se impone una decisión. ¿Busco a mi hermano, cuya presencia siento en la Tierra? ¿O me preocupo por Odiel y Baladriel?
1.- Como se ha visto en los números anteriores de Estela Plateada/Marveltopia
Bueno, por suerte, esta serie no se basa en el número de ejemplares vendidos, ni ¡Bendito sea! Por la cantidad de correo procesado… Y esto ha sido todo. Espero que os haya gustado leerlo como a mí me ha gustado escribirlo…
No lo olvideis. AQUÍ ESTOY, ESCRIBID…
SALUDOS DESDE EL CIELO.