Frente a la incesante invasión de supervillanos que está sufriendo Europa, ésta necesita un supergrupo que pueda combatir esos ataques. Para ello se crea el primer supergrupo europeo. ¡EUROCORPS!
#2 – Reencuentros
Por Jorge Cantero
Fecha de publicación: Mes 10 – 2/99
UN BOSQUE AL NORTE DE IRLANDA
Una flecha, un arco robusto, serenidad y sangre fría para no alertar al objetivo, fuerza para tensar el arco y por supuesto la presa. En este caso se trataba de un precioso gamo que estaba pastando sin saber que dentro de unos instantes iba a perder la vida. Artemisa se acercó lentamente hasta encontrar una posición en la que tenía la mejor visibilidad posible. Cogió una flecha de su carcaj, tenso el arco cautelosa y silenciosamente para no alertar su posición al gamo, y disparó. El animal ni siquiera lo vio venir. Su muerte fue instantánea ya que la flecha le dio justo en el corazón; no sufrió inútilmente. Artemisa se acercó contenta, no había perdido su toque. En ese momento otra figura, bastante alejada de Artemisa se acercó aplaudiendo. Era Molly Fitzgerald, más conocida como Trébol.
– Bravo, tengo que admitir que eres más que buena. Pero por si no lo sabías esta prohibido cazar este animal por aquí, querida.
– Las prohibiciones son para vosotros los mortales – Trébol gruñó, estaba harta de que la llamara así – además, yo no cazo por diversión. Esta va a ser nuestra comida.
– Bueno, si lo pones así… Por cierto, estas flechas no son como las que usaste para noquear a Rhino1.
– No, estas son otras. Y tengo de más tipos, cada una de ellas hechas por un dios diferente; esta que acabo de usar me la hizo Hefestos, el dios de la metalurgia. Esta hecha de puro acero. Puede atravesar cualquier cosa.
– Desde luego pesa lo suyo – dijo Trébol después de intentar arrancarla del cuerpo del gamo.
– Unos 80 kilos, es un acero especial. Por otro lado la que usé contra ese Rhino fue hecha por Dionisios, experto en venenos y pociones, y es capaz de dejar inconsciente a cualquier mortal. También tengo flechas hechas por Apolo, Zeus y por mi misma, por supuesto.
Estaba en esta explicación cuando empezaron a sonar dos buscas.
– ¿Que demonios…?
– Tranquila diosecita, sólo son los comunicadores. Nos avisan de que tenemos que ir a la base. Ahora entiendo porque quisiste que te acompañara. Si llegas a estar sola seguro que habrías destruido el busca por impertinente.
– Acertaste mortal. Yo no tengo tiempo ni ganas de aprender a usar estos extraños aparatos.
«Ya me esta cansando eso de llamarme «mortal« » pensó Trébol «la próxima vez que lo diga me va a oír.«
– Bueno, supongo que nos tendremos que ir.
– No hay prisa, Zeus me dio varios de sus rayos teleportadores, puedo teletransportarnos allí en cualquier momento. Además – sonrío – no pienso desaprovechar este animal. Vamos a hacer un fuego y comer como Zeus manda.
– Si tú lo dices. ¡Que demonios!, seguro que no nos esperan hasta dentro de unas cuantas horas, así que, ¡a comer!.
MANSIÓN RACINE. MARSELLA
– Veo que no atiendes a lo que te explico.
– A ti siempre chère, a ti siempre.
– Déjate de tonterías y atácame.
Franck Racine lo hizo, ¡como no hacer caso a su entrenadora y ayudante Úrsula!. Fue ella la que le enseñó todo lo que sabía sobre Sabate y alguna técnica más. Era una mujer de armas tomar, no por nada fue agente de Shield. Todos estos pensamientos pasaban por la cabeza de Franck, mientras se lanzaba hacia ella con una patada voladora. Úrsula la esquivó con facilidad y de la que llegaba al suelo le cogió por la cintura y le hizo una llave que le hizo caer al suelo.
– Ya estoy harta. ¿Por que siempre usas los pies?. Maldito sea el día que te enseñe esos movimientos. Te has olvidado de usar los brazos. Eres totalmente dependiente de tus piernas en combate, y no me vengas con que las manos la tienes para planear mejor con las alas.
– No te pases chère. Además noqueé a uno de los malos de un puñetazo.
– Oh, milagro. No puedo entender como has sobrevivido como mercenario antes de conseguir esas alas y convertirte en Halcón Peregrino.
– ¡Ey!, en aquella época sí que usaba las manos.
– Sí, para usar la pistola; por lo que he oído eras de gatillo fácil.
De repente se oyó un pitido. Era el comunicador de Peregrino. Para él fue perfecto, ya no aguantaba más los reproches de Úrsula.
– Bueno, el deber me llama.
– No te creas que te vas a librar tan fácilmente Franck, por lo que a mí respecta pienso hacerte entrenar hasta la extenuación, y ten por seguro que no te salvará ningún comunicador, ya lo creo que no…
Peregrino tragó saliva. Sabía que no bromeaba. Pero ahora tenía otras cosas que hacer. Por cierto, tenía que acordarse de preguntar a Guerra Relámpago que había sido de su predecesor, el cuál había trabajado con él en varias ocasiones2 y al que consideraba uno de los pocos amigos que tenía.
FACULTAD DE FILOLOGÍA DE MUNICH
Oliver Schulz estaba trabajando en su ordenador. Estaba pasando todos los apuntes por ordenador, cosa que no le tomaba demasiado tiempo, ya que era un mecanógrafo más que competente. Acababa de terminar cuando su compañero de cuarto Otto, el único que no se metía con él por el hecho de estar a punto de acabar la carrera con menos de 21 años.
– Que, genio, ¿qué estas haciendo?
– Estudiando, cosa que uno que tengo enfrente no creo que recuerde como se hace.
– Pero a cambio yo sé hacer algo que tú desconoces por completo, divertirme. Por dios chico, eres joven; sal y diviértete un poco, no creo que un día de diversión te jorobe el curso. Además, si no sales no sabrás lo que es la emoción y la aventura.
«Si él supiera» – Si, ya, y conociéndote tu idea de diversión es estar hasta altas horas de la madrugada al borde del coma etílico, dando patadas a cubos de basura y echando la vomitada en una esquina.
En esto que se oye, ¡sorpresa!, el comunicador. Otto miró a Oliver con un rostro interrogante.
– ¿Que es eso?
– Estooo… es mi busca… eso es…mi busca.
– ¿Tu busca?. ¿Y para que lo necesitas?
– Es queeeee… tengo un trabajo, eso es. Estoy trabajando de traductor para una empresa. Me recomendó mi padre.
– Pero bueno, o sea que estudias y encima trabajas. Pero que tío mas aburrido. Bueno, tú mismo, yo me voy a dar una vuelta.
Oliver suspiró. No era muy bueno dando excusas, pero por una vez coló. Ahora tendría que ir a la base para ver para que le llamaban.
FERIA AMBULANTE. DETROIT. HOGAR ACTUAL DE LOS INHUMANOS
– ¿Qué has hecho qué?
– Pues he hablado con los encargados de Eurocorps para decirles que estaríamos a su disposición, y ellos me dieron este aparato por el que nos llamarían si necesitaban de nosotros. Por eso ha sonado.
Mercurio no podía creer lo que estaba oyendo decir a su mujer.
– Pero ¿por qué?. Creía que querías descansar y cuidar de nuestra hija juntos.
– Ya, pero dime la verdad, ¿cuánto tiempo crees que aguantaras hasta que decidas ir por tu cuenta por ahí, dejándonos solas a Luna y a mí?. Te conozco don Pietro Maximof y sé que no podrás evitarlo. Eres demasiado inquieto para quedarte sin hacer nada durante mucho tiempo.
– Sí, pero…
– Nada de peros. Sabes tan bien como yo que esa fue la causa por la que falló nuestro matrimonio. Y no sé tú, pero yo no quiero volver a pasar por eso, así que vete a despedirte de tu hija y a decirle que se porte bien y que no tardaras y vámonos.
Mercurio obedeció. Sabía que cuando su mujer se ponía así no había quien la llevara la contraria. Además, en el fondo sabía que tenía razón. Solo le preocupaba una cosa. Que les iba a decir a sus nuevos «compañeros» después de haber afirmado que no los volvería a ver a su inimitable estilo.
BASE DE EUROCORPS. PARÍS
Mike Schneider llegó a la base. Nada más entrar se encontró con Giuseppe Mussi, su compañero como encargado del grupo.
– ¿Para que has llamado? – preguntó Schneider
– ¿Yo?, pensaba que habías sido tú.
– No, te lo aseguro. Pero entonces ¿quién ha sido?
– Me temo que he sido yo – dijo una voz femenina. Schneider y Giuseppe se dieron la vuelta. Era una despampanante rubia de metro setenta y mucho y de largas piernas. Tendría unos treinta y pocos años. Era por lo tanto mayor que Schneider, que todavía no había cumplido los treinta y más joven que Giuseppe, que se acercaba peligrosamente a los 50. Giuseppe fue el primero en recuperar la compostura.
– Bien, ahora que ya sabemos que lo has hecho tú, ¿quién coño eres?
– Pensaba que erais más listos. Creo que ya os habían dicho que ibais a ser tres los encargados del grupo. Pues bien, yo soy la tercera persona.
– ¿Tú?. Pero yo pensaba…
– ¿El qué? ¿Que seria un hombre?. Creía que eso ya había pasado de moda.
– Pilar Serrano.
– ¿Cómo?. Giuseppe se giro hacia su compañero.
– Su nombre es Pilar Serrano.
– ¿Nos conocemos?
– No en persona, pero oí hablar de ti de cuando era ayudante del embajador de Alemania en Madrid.
– ¿Y que habías oído?
– Que tenías tanto carácter como belleza, la cual hacía que la gente no se diera cuenta de lo primero hasta que era demasiado tarde.
– Bien, me gusta oír eso.
De repente una fuerte luz apareció en la sala.
– Bien, parece que ya van llegando – dijo Pilar.
Schneider y Giuseppe quedaron asombrados, nunca habían visto nada parecido. Ante sus ojos aparecieron la figura de un hombre, una mujer y la de un enorme perro con un extraño adorno en la cabeza. Pero mayor fue su sorpresa cuando Pilar se acercó tranquilamente a las 3 figuras.
– Así que este es Mandíbulas ¿Eh?. Es más grande en persona que en las fotografías.
– ¿Cómo es que le conoces?- dijo Mercurio sin ni siquiera saludar antes.
– Digamos que me gusta saberlo todo sobre las personas que trabajan conmigo – contestó Pilar- ¿Algún problema con ello?
– No- respondió Mercurio – «dios, es casi una copia de Valerie Cooper tanto en aspecto como en personalidad» penso Mercurio «esto no empieza precisamente bien«.
– Bien, porque no pienso permitir ninguna protesta por parte vuestra, y si la tenéis ya sabéis donde esta la puerta.
«Dios, es peor de lo que pensaba, se parece a Gyrich.«era más de lo que podía aguantar. Se disponía a replicarla cuando su mujer, previniendo lo que iba a pasar se le adelantó.
– No se preocupe, a mi marido no le importa, ¿Verdad?.
Mercurio, nada mas ver la mirada asesina de su mujer se calmó.
Pocos minutos después apareció Artemisa acompañada de Trébol. También se habían teleportado.
– ¿Qué es lo que ocurre? – pregunto Trébol a Schneider.
– No tengo ni idea, pregúntaselo a ella- y señalo a Pilar.
– Lo sabrás cuando estéis todos, ni antes ni después – dijo en tono serio.
– ¿Y tanta prisa para esto?.
– Estoy de acuerdo con la mortal, nos habéis arruinado una cacería para tener que esperar sentados a que vengan todos cuando podíamos estar aquí en el momento en que hubieran llegado.
– Si hubiéramos sabido que podías teleportarte quizá lo hubiéramos hecho – fue la rápida respuesta de Pilar.
– Bueno, no es que este de acuerdo con miss simpatías pero tiene razón. Por otra parte Juana de Arco, creo que todos sabemos ya que somos unos vulgares mortales para ti, así que ¿podrías dejar de recordárnoslo siempre?
Por un momento la tensión en la sala se podía cortar con un cuchillo. Artemisa tenía la mirada fija en Trébol y con el rostro muy serio, casi furioso. Pero de repente su rostro se suavizó y una ruidosa carcajada salió de su garganta.
– Tienes la lengua muy suelta mor… muchacha, no te cortas ante nadie. Me caes bien. – y le dio una sonora palmada en la espalda. Si hubiera sido un hombre el que la hubiera replicado quizá lo hubiera castigado ahí mismo por su impertinencia, pero era una mujer la que se lo había dicho, y no había mostrado ningún temor cuando lo hizo, y eso era algo que veía muy bien en las mujeres.
En ese momento apareció Guerra Relámpago en la sala. Nada mas entrar vio a Artemisa riéndose a carcajadas, a Trébol con un brazo en la espalda y a los otros con una mirada de alucinados.
– ¿Que ha ocurrido?.
– No te preocupes, nada importante – respondió Cristal.
Relámpago decidió no indagar en el tema. – De acuerdo, pero ¿a donde tenemos que ir?
– Hay que esperar hasta que llegue Peregrino.
– Y puedes esperar un buen rato. Nunca sabe llegar a tiempo a ningún lado – dijo una Trébol que ya se había recuperado de la «palmadita» de Artemisa.
– Hablas como si lo conocieras bien.
– Oh, no sabes cuanto.
Tuvieron que esperar una hora. Mercurio ya estaba inquieto corriendo de un lado a otro. Guerra Relámpago miraba ensimismado a Cristal, cosa de la que Trébol se percató.
– Te gusta ¿verdad Romeo?
– ¿Cómo?. No te entiendo.
– No te hagas el remolón, te he visto como mirabas a la rubita.
– No es verdad… Bueno no mucho. ¿Tanto se nota?
– Noooooo, que va. Pero te aviso, por tu bien que no se entere su maridito – dijo divertida – por si no lo sabías es bastante celoso… y peligroso – esto ultimo lo dijo poniendo la cara mas seria que podía.
– Tampoco será para tanto – dijo un no muy convencido Relámpago.
– Tú mismo.
Trébol sonrió. Ese chaval era más inocente de lo que aparenta, era muy fácil tomarle el pelo. Pero su sonrisa duró poco. Halcón Peregrino había llegado.
– Estabais esperando por mí. Que atentos.
– No porque lo merezcas- le replicó Trébol.
– Que quisquillosa chère.
Los demás estaban algo contrariados. No sabían la razón de la actitud de Trébol hacia Peregrino. De hecho durante el combate contra los 4 Temibles no habían tenido ningún roce. Pilar les sacó a todos de sus pensamientos.
– Bueno, ahora que estáis todos os voy a decir para que os he llamado – de su mano sacó un mando y con él apago las luces e hizo sacar un proyector. Schneider y Giuseppe se preguntaron de donde había sacado ese mando y ese proyector del que no tenían conocimiento.
– Estas fotos han sido tomadas hace 24 horas en plena ciudad de Barcelona. Como podéis ver un castillo de inmensas proporciones ha aparecido de la nada. Y no sólo eso, también han aparecido unas extrañas plantas gigantes que han estado destruyendo por los alrededores del castillo.
Cristal sintió un escalofrío. Estaba segura de saber quien había hecho eso, pero era imposible que fuera él.
– Como habréis imaginado, vuestra misión es descubrir quien ha sido el causante e todo esto y capturarle, así como destruir el castillo.
– Pero no podemos hacer eso. Ese castillo debe tener por lo menos 500 años, su valor cultural…
– No te preocupes por eso Relámpago. Según hemos sabido ese castillo es una copia idéntica a uno existente en Transilvania. Además, en el lugar donde estaba había edificios donde vivían muchas familias, y no creo que les hiciera gracia ver como se quedan sin casa sólo porque ese castillo es de «valor cultural».
Mercurio vio como su mujer se había puesto pálida.
– ¿Que te pasa?
– Nada, cariño, no te preocupes – ahora estaba segura. Tenía que ser él.
FABRICA DE ELECTRONICA DE EMPRESAS ROXXON. AFUERAS DE BARCELONA.
Una diminuta criatura va recorriendo los conductos de aire. En uno de sus oídos lleva comunicador donde una voz ronca le va dando indicaciones que, sorprendentemente, el animal entiende a la percepción.
– Bien mascota mía, bien. Sigue así. Sigue caminando por los conductos de aire. Ahí hay un cruce. Tranquilo, vete por el de la izquierda.
El animal obedecía las ordenes al instante.
– Bien, ya hemos llegado. Ahora mira a ver si hay algún guardia. Espera a que se vaya. Perfecto. Ahora abre la tapa y baja. Bien, muy bien mascota mía. Ahora vete hacia esa sala de ordenadores que tienes delante. Vamos, muy bien. Y ahora lo más delicado vete a la parte de atrás y abre la caja del ordenador con mucho cuidado.
El animal hace lo que le ordena voz. Dentro del ordenador hay un amasijo de cables y chips sobre los que destaca un microchip de color dorado algo más grande que los demás.
– Vamos, cógelo. Ya está. Y ahora sal de ahí rápido.
Nada más oír eso el animal sale raudo y veloz en dirección al conducto y escapa rápidamente. La misión había sido un éxito.
BARCELONA
El grupo llegó pronto a su destino. La nave era muy rápida, y no sólo eso; el diseño era casi una copia del quinjet de los Vengadores.
– Así que habéis robado el diseño a los vengadores – dijo Mercurio antes de marchar. Pilar había sido la encargada de responderle.
– Pues te equivocas. El diseño nos fue dado por Shield, y mejorado por nuestros técnicos. Simplemente decidimos que si adoptábamos el diseño exterior del quinjet de los vengadores tendría más aceptación entre el público.
– Solo os queda ponerle una E en el ala – bromeó Peregrino
– Eso lo van a hacer la próxima semana.
Aterrizaron cerca del castillo, aunque fuera del que parecía ser el radio de acción de las plantas. El espectáculo era dantesco. Alrededor del castillo había restos de carretera, coches y farolas. La sección europea de Control de Daños iba a tener mucho trabajo allí. Todos estaban muy sorprendidos por el espectáculo, menos Cristal, que ya había reconocido el castillo.
– A que esperamos, vamos – dijo.
El grupo se fue acercando. Las plantas, sintiéndose amenazas atacaron a los intrusos. Peregrino alzó el vuelo. Trébol, Artemisa y Mercurio las esquivaron con facilidad, mientras Guerra Relámpago y Cristal las destruían con sendos rayos.
Al poco rato una figura se fue acercando. Iba a lomos de uno de los tallos, cuando vio a Cristal, apareció en su rostro una mueca de sorpresa, y luego una gran sonrisa.
– Diablo- dijo Cristal
– Que sorpresa, no esperaba verte aquí, por lo menos tan pronto. Pero no conozco a tus amigos. ¿Vengadores?.
– Siento desilusionarte. Los Vengadores estaban ocupados, y antes de que lo preguntes, los Cuatro Fantásticos también, tendrás que conformarte con nosotros – dijo Peregrino
– Es una lástima. Esperaba enfrentarme con alguno de ellos, pero como has dicho, he de conformarme con lo que tengo.
Mientras Trébol se dirigió a Peregrino.
– ¿No te cansas de decir frasecitas de esas? – le dijo con sorna Trébol.
– Soy escritor de novelas de aventuras ¿recuerdas?, las frases dramáticas son mi especialidad.
– ¡Ja!. Si llamas a eso dramático no sé cómo puedes pretender vender tus novelas.
Por otra parte, Mercurio se acercó a su mujer.
– ¿De que conoces a ese tipo?.
– Me enfrenté varias veces con él cuando estaba con los 4 Fantásticos. Se llama a si mismo Diablo, el maestro de alquimia, pero lo último que sabía es que el Doctor Extraño le había borrado la mente3. Creía que no volvería a ser una amenaza.
– Ya sabes cariño, que aunque sean vencidos una y otra vez, los muy imbéciles nunca aprenden.
– Ese es el problema con él. Ha vivido cientos de años, y si algo ha aprendido es a sacar provecho de sus errores y a comprender a sus enemigos. Estoy preocupada.
– No se preocupe señora, ¡seguro que le venceremos!
Cristal se giro hacia la voz y sonrió; era Guerra Relámpago. Al principio no estaba muy seguro de que ser superhéroe fuese la mejor de las ideas, pero poco a poco le iba pillando el gustillo, más aún si Cristal le dedicaba sonrisas como esa.
Diablo les sacó a todos de sus pensamientos.
– Bueno querida Cristal, en honor a ti, voy a presentarte a unos amigos que ya conoces, los elementales – y de la nada aparecieron 5 figuras. Cuatro de ellas eran unos seres que equivalían a los 4 elementos; tierra, fuego, aire y agua; y una quinta figura dorada que Cristal reconoció al instante; el elemental oro4.
Artemisa rápidamente se lanzó hacia la figura dorada.
– Detente – le dijo Cristal, pero fue muy tarde. Cuando Artemisa golpeo a la criatura sintió como su cuerpo se transformaba en oro.- maldita sea, ¿Por qué no me escuchaste?.
La figura dorada se acerco esta vez hacia Cristal, pera esta ya le conocía y actúo en consecuencia. Hizo que la tierra que tenia a sus pies se hundiera y una vez que el elemental cayó en el pozo, elevó la temperatura del suelo hasta que el elemental de oro se fundió. Luego lo hizo enfriar, con lo que quedó solidificado entre la tierra, la cual hizo elevarse y la lanzó al espacio, llevándose a lo que quedaba del elemental oro con ella. Nada más ocurrir esto los efectos de la transformación de Artemisa desaparecieron.
– ¿Qué fue ese hechizo? – preguntó una todavía desorientada Artemisa.
– No fue ningún hechizo; fue alquimia.
Mientras esto ocurría Mercurio se enfrentaba al elemental de aire. Este le intentaba rodear sin éxito con la intención de extinguir todo el aire que tuviese a su alrededor y así asfixiarle, con escasos resultados. Sin embargo Mercurio si consiguió, con un gran esfuerzo, rodear a supervelocidad al elemental y formar un torbellino que lo envió en dirección al espacio a acompañar al elemental oro.
Peregrino estaba siendo perseguido por el elemental fuego. Rápidamente se dio cuenta que elemental se limitaba simplemente a perserguirle y lanzarle rayos, así que decidió poner en marcha un plan. Hizo que elemental le siguiera mientras volaba en dirección al mar. Cuando llegó se lanzo en picado hacia las aguas. El elemental, se limitó a seguirlo sin más. En el último momento cambio de dirección. Al elemental no le dio tiempo a hacerlo, por lo que cayó al mar y en poco tiempo quedó convertido en vapor.
Trébol no lo estaba pasando tan bien. A duras penas estaba consiguiendo escapar del elemental agua, pero pronto recibiría la ayuda de Artemisa. Esta cogió una flecha y se la lanzo al elemental. Nada mas llegar a su objetivo el elemental empezó a fundirse, y al igual que el elemental fuego, pronto quedaría solo vapor, y al final ni eso. Ante la mirada interrogante de Trébol, Artemisa decidió librarla de sus dudas.
– Fue hecha por Hades. Una vez llega a su objetivo, aumenta su temperatura igual a la del reino del infierno. Solo para cuando su objetivo ha desaparecido por completo.
Trébol le hizo una señal de agradecimiento, aunque le preocupaba el que Artemisa le hubiera salvado por segunda vez el pellejo. Aunque a decir verdad esto superaba en bastante a una persona cuyo único poder es tener buena suerte. Pero bueno, si Peregrino estaba en el grupo cualquiera podía estar.
Después de ver la actuación de sus enemigos, Diablo decidió jugar su as en la manga.
– Bien, muy bien, veo que ya habéis acabado con los entremeses. Pasemos ya al plato principal – y de la nada apareció un ser gigantesco formado solo de electricidad.
–¿EL AMO HA LLAMADO A ZZZAX?
– Sí, lo he hecho. Quiero que te encargues de estas molestias.
– El monstruoso ser no se hizo esperar. Antes de que tuvieran tiempo para reaccionar dejo inconscientes de un rayo a Trébol, Artemisa y Cristal. Mercurio, con su supervelocidad logro esquivarlo al principio.
– Lo siento, monstruo, pero tendrás que hacerlo mucho mejor para cogerme.
Pero sin que se diera cuenta, uno de los gigantescos ramas de la planta gigante, que se le acercó sin que se diera cuenta, le atrapó, momento que Zzzax aprovecho para lanzarle un rayo.
En ese momento llegó Peregrino. Aparte de él quedaba solo en pie Guerra Relámpago, que llevaba al elemental de tierra atrapado e una jaula eléctrica y al que los rayos de Zzzax no le habían afectado.
– ¿Qué ha pasado chico?
– Ese ser apareció de la nada y los dejó a todos inconscientes menos a mí. Sus rayos no me afectaron en absoluto.
– Seguramente serás inmune a ellos.
– Eso creo. Eso me da una idea. Quizá pueda absorberlo dentro de mí y hacerlo desaparecer. Voy a intentarlo – dijo un confiado Guerra Relámpago.
– No chico, es muy peligroso. No …
Pero era tarde, Relámpago se acercó hasta Zzzax.
– ¿QUE ES LO QUE QUIERES DE ZZZAX, PULGA HUMANA?
– Nada, solo acabar contigo- y entró en contacto con el ser. Multitud de rayos empezaron a danzar de un lado a otro, mientras en el centro tanto Relámpago como Zzzax parecían brillar más y más hasta que repente una gran explosión tuvo lugar. Después de eso sólo quedó Guerra Relámpago. Peregrino se acerco a él.
– Muy bien chico, lo has hecho muy bien, ahora vamos a ayudar a los dem…
Peregrino titubeó. Los ojos de Relámpago estaban distintos. Parecía como si tuvieran dentro diminutos rayos rondando de un lado a otro. En ese momento lo comprendió. No había sido Guerra Relámpago quien había dominado a Zzzax, sino que este había poseído el cuerpo del chico. Pero no tuvo tiempo para reaccionar porque fue tumbado por un rayo.
Después todo quedó en calma hasta que la voz de Diablo rompió el silencio.
– Buen trabajo Zzzax. Sabía que no me fallarías. Pobres ilusos. Ahora me concentraré en terminar de reconstruir la ciudad – y dicho eso Diablo se puso a reír. Era una risa demoniaca. En el suelo los compañeros de Guerra Relámpago yacían inconscientes. Era la primera derrota de Eurocorps.
EPÍLOGO: ALGÚN LUGAR DE TRANSIA
Bill Foster gritaba de dolor. Durante días había estado sufriendo toda clase de torturas. Él las llamaba así, aunque su torturador las llamase experimentos. Ni siquiera cuando era conocido como Goliath Negro o como Hombre Gigante5 y sufría de cáncer había sentido tanto dolor. Ahora estaba curado, y esa era una de las razones por la que le habían capturado, la otra era saber como le había afectado a su cuerpo el haber usado las partículas Pym para crecer desmesuradamente. El «médico» que estaba experimentando con él no era otro que demente genetista conocido como Arnim Zola.
– No te preocupes amigo mío. No te queda mucho que aguantar. Ya casi he descubierto todo lo que necesitaba sobre ti y tus poderes. Pero tranquilo, tu muerte será rápida y sin dolor. – y siguió con sus investigaciones sobre el cuerpo de Bill al que ya casi no le quedaba voz con la que gritar.
1.- En el número anterior
2.- La primera vez en MARVEL COMICS PRESENTS # 123 al 130 (LOBEZNO # 60 al 67 Fórum)
3.- FANTASTIC FORCE # 17
4.- FANTASTIC FOUR # 307 (4 FANTÁSTICOS # 77-78 Fórum)
5.- Por ejemplo en MARVEL TWO IN ONE # 54 al 58 (Proyecto Pegaso Fórum) de reciente aparición en España.
PROXIMO NÚMERO: ¿Conseguirán los Eurocorps derrotar a Diablo y liberar a su compañero de la influencia de Zzzax?. No es una misión fácil, pero una ayuda inesperada hará que sus posibilidades aumenten.
Si quieres enviar alguna carta exponiendo vuestras críticas, sugerencias, dudas, amenazas de muerte y demás podéis hacerlo a la siguiente dirección: cachislamar@yahoo.com