La naturaleza los creó únicos. La juventud los hizo rebeldes y la sociedad los convirtió en foragidos. Son el siguiente paso en la evolución humana. Nacieron con fantásticos poderes y habilidades. Reunidos por el luchador de la libertad conocido como Cable, los impulsivos mutantes conocidos como X-Force lo cuestionan todo, incluyendo la sabiduría y los ideales de quienes les antecedieron. Negándose a vivir según reglas impuestas por una generación que nunca les comprendió, X-Force lucha por la supervivencia de su especie en un mundo que los desprecia y los teme.
#62 – Casada con su enemigo
Por Correia
Fecha de publicación: Mes 9 – 1/99
Hace cinco minutos, una Danielle Moonstar recién levantada había abierto la puerta de la Mansión. Para su sorpresa, una antigua compañera era la que había llamado: Xi’an Coy, más conocida como Karma, una de las primeras Nuevos Mutantes.
Pero las sorpresas no acabaron ahí, porque su acompañante era Shinobi Shaw, el hijo de Sebastian Shaw, uno de los mayores enemigos de la Patrulla-X y Rey Negro del Club Fuego Infernal. De hecho, el propio Shinobi era enemigo de la Patrulla y de los Nuevos Mutantes, y con su grupo, los Arribistas, había intentado más de una vez acabar con sus vidas.
Dani usó sus poderes mutantes y creó su arco psíquico, y apuntó con el a Shinobi.
«No te muevas, desgraciado, o haré que sufras como nunca lo has hecho.»
Shinobi no se movió, pero Xi’an se puso delante de él.
«Non, Danielle. Il est mon fiance. Es mi prometido.»
«No sé que te habrá hecho en la cabeza, Xi’an, pero es imposible que quieras a este cerdo. ¿No recuerdas que él formaba parte de la cacería organizada por el Amo del Juego?1«
«Oui, lo sé. Pero le quiero, y no dejaré que le hagas daño.»
Sintiendo que su amiga decía la verdad, Dani hizo desaparecer el arco, se dio media vuelta y entró en la Mansión.
«Esta bien, Xi’an, pasad. Hablaremos dentro.»
Minutos después, en el salón de la Mansión, se habían reunido los miembros de Fuerza-X (Bala de Cañón, Moonstar, Fusión, Mancha Solar, Siryn, Sendero de Guerra, Caliban y Estrella Rota), junto al Profesor Xavier, y a sus dos invitados, Karma y Shaw.
«Bien, niña», dijo Xavier, «supongo que querrás explicarnos a qué se debe tu visita.»
«Oui, profesor», contestó la joven vietnamita, «Shinobi y yo hemos venido porque necesitamos su ayuda.»
Hizo una breve pausa.
«Mi tío, el general Coy, ha muerto2. Tras su funeral, investigué entre sus archivos, y descubrí que sabía quien tenía a mis hermanos.»
«Los tiene Víbora», interrumpió Shaw.
«¿Y tú que pintas en todo esto, Shaw?», preguntó Sendero. «A ti los chicos te importan una mierda.»
«Te equivocas, gerónimo. Quiero a Xi’an, y quiero ayudarla a recuperar a sus hermanos», contestó.
«¿Y entonces por qué no usas tus propios recursos para liberarlos?»
«Shinobi ya no forma parte del Club Fuego Infernal», respondió Xi’an. «Desde el regreso del Rey Negro, ha perdido toda su influencia allí. ¡Su propio padre intentó matarlo!»
«Quizás porque antes él intentó hacerle lo mismo», contestó Jimmy. «La Reina Blanca me contó lo que pasó, Shinobi. Intentaste matar a tu padre para hacerte con el control del Club3. Y luego, con tus Arribistas, quisiste acabar con nosotros4. ¿Cómo sabemos que no es ninguna trampa?»
«Profesor, mire en mi mente. Verá que nadie me posee», dijo Xi’an, dirigiéndose a Xavier.
Xavier se concentró, y usó su poder mutante para «entrar» en la mente de la joven. Instantes después, «salió» de ella, y dijo:
«Nadie controla tu mente, niña. Estás realmente enamorada de este hombre, como has dicho.»
«Bien», dijo Dani, que había permanecido callada todo este tiempo, pensando en lo que se había dicho, «entonces, ¿quieres que te ayudemos a rescatar a tus hermanos de las garras de Víbora?»
«Oui, Danielle, necesito que nos ayudéis», contestó.
«¿Y dónde están los chicos?», preguntó.
«En Japón. La localización estaba entre los papeles de mi tío.»
«Entonces te ayudaremos», concluyó Sam, poniéndose de pie. Se volvió a sus compañeros, y dijo: «Vistámonos, chicos, que nos vamos.»
Se levantaron y fueron saliendo del salón, hacia sus habitaciones. Antes de que Sam saliese, Xavier le llamó.
«Samuel, ¿queréis que vaya la Patrulla con vosotros?», preguntó el profesor.
«No, gracias, señor. Esto es un asunto de los Nuevos Mut… er… de Fuerza-X, señor.»
«De acuerdo, pero tened cuidado.»
Riesgo despertó. Estaba tumbada, con las manos y las piernas atadas a la camilla. Miró en toda la habitación. No había nadie. Siniestro se había ido. «Menos mal«, pensó. Los experimentos que Siniestro había realizado con ella la habían dejado inconsciente.
«Necesito salir de aquí«, pensó la joven india. «He de avisar a mi jefe.«
De repente, sintió algo moverse cerca de sus pies. Levantó la cabeza, y lo vio. Era el gusano que Siniestro había usado para examinarla. Intentó mover los pies, darle una patada, pero no podía. Intentó usar su poder, pero había sido anulado.
El gusano siguió avanzando, lentamente, por su pierna. De repente, un rayo lo vaporizó. Riesgo miró hacia donde había salido el rayo: Siniestro lo había lanzado.
«De momento no necesito más células tuyas, muchacha», dijo Essex. «Pero no desesperes: antes o después las volveré a necesitar.»
Salió de la habitación, quedando a Riesgo sumida en la oscuridad… y en el temor.
Diez minutos después, el PACRAT viajaba rumbo a Japón. Sam pilotaba la nave, con Bum-Bum haciéndole compañía. Caliban estaba entretenido viendo la tele, mientras Dani hablaba con Xi’an de los viejos tiempos. Estrella no apartaba la mirada de Shinobi, con la mano siempre en la empuñadura de su espada. Siryn, con cara de pocos amigos, se había sentado apartada, al fondo de la nave. Jimmy se dirigió hacia ella.
«¿Estás bien, Terry?», preguntó el joven indio.
«Sí, claro, ¿por qué no iba a estarlo?», preguntó malhumorada la irlandesa.
«Se te ve cabreada.»
«Sí, quizás estoy un poco mosqueada.»
«¿Quieres hablar de ello?»
«No.»
«Como quieras», dijo Jimmy mientras se levantaba. La mano de Terry lo retuvo.
«Jimmy, ¿crees que soy buena líder?», preguntó.
«Sí, claro, ¿por qué?»
«Es que ahora, con la vuelta de Sam y la llegada de Dani, parece que ya no haga falta. Ellos dos asumen el mando. Supongo que es algo instintivo, que no se habrán dado cuenta, pero duele.»
«¿Estás cabreada sólo porque han tomado un par de decisiones sin consultarte?», preguntó el apache. «¿Y por qué no se lo dices?»
«Es algo más serio, Jimmy. La verdad es que estoy pensando en dejar el grupo durante un tiempo.»
«¿Qué?», gritó. «¿No será por mi culpa, verdad?»
«No, tu no tienes nada que ver. Soy yo. Siento que necesito espacio. Quizás debería volver a Irlanda un tiempo, a reflexionar.»
«Hagas lo que hagas», dijo Jimmy, besándola en la frente, «te apoyaré. Siempre lo haré, Theresa.»
Se levantó, y volvió a su asiento. Esta conversación le había recordado a Riesgo. Desde su desaparición5, había estado pensando en dejar el grupo para ir a buscarla, pero no había tenido tiempo. Quizás cuando volvieran, podría ir a por ella…
Mientras, Dani decidió que ya era hora de saber la historia entre Xi’an y Shinobi, y se lo preguntó directamente.
«Xi’an», preguntó, «¿cómo has podido prometerte a Shinobi?»
«Verás, Danielle, tras nuestro último encuentro, yo volví a Madripur, con mi tío, con la esperanza de convencerle para que me ayudase a encontrar a mis hermanos. Accedió, como siempre, si trabajaba para él. Y lo hice. Durante algún tiempo, estuve ayudándolo, y un día fuimos a una fiesta. Allí estaba Shinobi. Resulta que era un viejo conocido de mi tío, y me lo presentó. No me quedó más remedio que hablar con él. Al principio lo odiaba. Pero, conforme continuábamos hablando, me di cuenta de que no era como yo creía. Unos días después, nos volvimos a ver. Coincidimos en varias fiestas y reuniones, y, tras la muerte de mi tío, me ayudó mucho. Entonces, me pidió que me casara con él, y yo acepté. Esa es toda la historia.»
«Si tu eres feliz, Xi’an, es todo lo que necesito saber. Pero ten cuidado, ¿vale?»
«D’accord, ma amie, tendré cuidado.»
Siniestro estaba sentado en su laboratorio, analizando unas muestra. Había ido a visitar a su prisionera, Riesgo, y ahora estaba pensando en ella de nuevo. Un misterio que lo atraía.
De repente, un monitor surgió del suelo de su laboratorio. En él apareció el rostro de Cazador de Cabelleras, uno de sus merodeadores, al que había encomendado la misión de capturar a Sendero de Guerra.
«Hola, Siniestro», dijo Cazador.
«Habla. ¿Has capturado ya al joven Proudstar?», preguntó.
«No, señor. Acaba de salir en misión con Fuerza-X. Creo que le interesará el destino. Van a Japón.»
«¿A Japón?»
«Sí. Ha aparecido Karma, con Shinobi Shaw, y han ido a rescatar a sus hermanos.»
«¡Ah, los jóvenes Coy!», rió Siniestro. «Tenías razón, Cazador, me interesa. Aunque, como ya he tomado todo lo que necesito de ellos, me da igual su destino. Dejemos que Víbora intente defenderlos. Será divertido. Pero, recuerda, quiero a Proudstar en cuanto vuelva a los Estados Unidos. Y no quiero excusas.»
«Ningún problema, Siniestro. Ningún problema.»
El monitor volvió a desaparecer, dejando a Siniestro de nuevo sumido en sus pensamientos.
El PACRAT aterrizó a escasos metros de un viejo edificio abandonado a las afueras de Tokio. Bajaron todos de la nave, y Dani se dirigió al grupo.
«Bien», dijo. «Según Karma, sus hermanos están en ese edificio. Víbora y sus hombres los tienen prisioneros, así que hay que liberarlos. Quiero que lo hagamos lo más rápido posible. No queremos que corran ningún riesgo.»
«Estrella, Sendero, Caliban y Siryn irán por la puerta delantera. El resto iremos por detrás. Intentad no herir a nadie de gravedad, ¿vale? Si todo va bien, nos encontraremos en el objetivo en cinco minutos.»
Se dividieron, y se dirigieron a sus entradas. Sendero y Caliban destrozaron la pared delantera con su fuerza, mientras Mancha Solar y Bum-Bum hacían explotar la trasera. Enseguida se vieron rodeados de mercenarios, armados con fusiles de asalto y rifles de plasma. Cada uno se enfrentaba a ellos con su propio estilo. Así, Sendero y Caliban se limitaban a golpearlos, dejándolos inconscientes. Siryn, por su parte, usaba su grito sónico para derribarlos. Estrella destrozaba las armas con sus espadas. En el lado contrario, Shinobi usaba su intangibilidad para evitar que le dañaran, mientras Karma les poseía, haciendo que soltaran sus armas, y Mancha Solar las fundía. Moonstar usaba sus flechas para dejarlos inconscientes, mientras Sam, con su campo de fuerza, abría camino entre las tropas.
A los pocos minutos, ambos grupos se encontraron. Estaban frente a la puerta de un laboratorio, donde se suponía estaban encerrados Leon y Nga.
«Bien, Bumi, haz los honores», dijo Sam.
Mediante una de sus bombas de tiempo, Bum-Bum destrozó la puerta. Cuando se aclaró el humo, vieron lo que había detrás: Víbora, sujetando a Leon y apuntando a su cabeza con un táser, mientras Nga estaba atada, junto a ella.
«Bien, mutantes», dijo Víbora. «Largáos o me cargo al chico.»
Dominó aterrizó su nave en medio de una inmensa pradera, cubierta de nieve. Había venido hasta Suiza, a uno de los innumerables refugios de Blaquesmith, en su busca. Hacía un par de días, Cable desapareció delante de sus ojos, tras recibir un mensaje de Blaquesmith6. Y ahora, Dominó quería ir con él.
Bajó de la nave y se dirigió a la cabaña. Había anulado las defensas, tal y como Cable le enseñó algunos años atrás. Entró. La cabaña estaba oscura, y vacía. Alguien había estado allí no hacía mucho tiempo. Comenzó a registrarla. De repente, vio una esfera encima de la mesa de la cocina. Se dirigió hacia ella, y la cogió. De ella salió un holograma tridimensional, con el aspecto de Cable, que se le habló.
«HOLA, DOMINÓ.
SÉ QUE ERES TÚ PORQUE ESTA HOLOESFERA ESTÁ PROGRAMADA PARA QUE SE ACTIVE AL ENTRAR EN CONTACTO CONTIGO. SABÍA QUE VENDRÍAS.
BLAQUESMITH ME TELEPORTÓ AQUÍ AYER. SEGÚN PARECE, LAS COSAS VAN MAL EN MI ÉPOCA. HE DE VOLVER A CUMPLIR CON MI DESTINO. ME GUSTARÍA LLEVARTE CONMIGO, PERO NO PUEDO. SOY EL ELEGIDO, Y DEBO HACERLO SOLO. PERO ANTES DE IRME QUIERO QUE SEPAS QUE TE QUIERO, Y QUE SIEMPRE TE RECORDARÉ.
DESPÍDEME DE LOS CHICOS, DOM. ESPERO VOLVER A VERTE ALGÚN DÍA.«
El holograma desapareció, y Dominó soltó la esfera, que cayó al suelo, haciéndose añicos. Las lágrimas surcaban su rostro.
«Voy a ir contigo, Nathan. Aunque sea lo último que haga, iré contigo.»
Se habían quedado paralizados. Ninguno sabía que hacer. Sabían que, si intentaban algo, Leon podía acabar herido, o muerto. Entonces, de repente, Víbora lo soltó. Leon salió corriendo, en dirección a su hermana Xi’an. Víbora soltó su arma, y Sendero de Guerra aprovechó para dejarla inconsciente de un puñetazo.
«¿Has sido tú, Karma?», preguntó Sam.
«Oui, Samuel. No podía permitir que hiriese a mi hermano, así que la poseí, y la obligué a soltarlo.»
Xi’an abrazaba a Leon, y se dirigió a liberar a Nga, cuando, de repente, apareció delante de ella una cara. Era una mujer, cubierta con una capucha verde, con el emblema de HIDRA.
«Saludos, mutantes», dijo la mujer. «Veo que habéis derrotado a Víbora. Felicidades, pero no puedo permitir que la interroguéis. De momento, mis planes han de quedar en secreto. ¡Adiós!»
Un brillo cegador surgió de su rostro, que hizo que tuvieran que volver la cabeza. Cuando todo volvió a la normalidad, Víbora y sus mercenarios habían desaparecido.
Sally Blevins, más conocida como Desliza, paseaba por Venice Beach, en Malibú. Hacía unos meses que había perdido a su novio, Rusty Collins, a manos del monstruoso Holocausto, en la base espacial de Magneto, Avalon. Desde que volvió a la Tierra, había estado bastante perdida, viajando de un lado para otro, sin parar en ningún sitio. Hacía unos días había leído en un periódico que Thor había acabado con Holocausto7, y se sentía algo mejor. Al menos su novio había sido vengado. El caso era qué hacer ahora. Quizás fuera siendo hora de visitar a sus antiguos aliados, los Nuevos Mutantes. «No«, se corrigió mentalmente. «Ahora se llaman Fuerza-X. ¡Qué nombre más estúpido!«
Decidida, se encaminó al aeropuerto. Tenía dinero, porque su padre había muerto hacía un par de años y le había dejado cerca de 50.000 dólares, pero hasta ahora no los había usado. «Cuando eres una morlock, el dinero no importa«, le había dicho una vez Calisto. «Lo único que importa es sobrevivir.«
«Sí«, pensó. «Pasaré unos días en Nueva York. Quizás sea lo que necesito.«
Xi’an no dejaba de abrazar a sus hermanos Leon y Nga. Llevaba mucho tiempo sin verlos, y no quería apartarse de ellos. Caliban le estaba contando algo a Shinobi, que tenía cara de aburrimiento. Siryn y Sendero se habían apartado un poco, hablando sobre su conversación en el vuelo de ida. El resto, formando un pequeño corro, esperaban fuera del edificio a que decidieran volver.
De repente, una luz apareció frente a Estrella Rota. La luz se expandió, formando un portal, del que salió una figura humanoide.
«¡Arize!», gritó Estrella. «¿Qué haces aquí?»
«Necesitamos tu ayuda, Elegido», dijo Arize. «Debéis venir conmigo, y ayudarnos a derrocar a Mojo V.»
Antes de que Estrella pudiera responder, el círculo se agrandó, y absorbió a Estrella, Bala de Cañón, Bum-Bum, Mancha Solar y Moonstar, antes de implotar.
Sendero salió corriendo del edificio. Había sentido un brillo muy fuerte, y pensó que era un ataque. Ahora no encontraba a sus compañeros. ¿Qué había pasado?
1.- En la saga Juegos de Niños, los Nuevos Guerreros y Fuerza-X tuvieron que unir sus fuerzas contra los Arribistas.
2.- Ver Lobezno #98.
3.- Ver Factor-X #67.
4.- Ver de nuevo la saga Juego de Niños.
5.- Ver la Fuerza-X #59.
6.- Ver Fuerza-X #59
7.- Ver Thor #503.
PROXIMO NÚMERO: ¿Qué les espera a nuestros héroes en MundoMojo? ¿Descubriremos por fin el origen de Estrella Rota? ¿Y qué pasará con los que se han quedado en la Tierra? ¡Todo esto y mucho más en el próximo episodio!
Hola a todos.
Espero que os guste como va la serie. ¡¡Contadnos vuestras opiniones!!
Las sorpresas aun no han acabado, true believers. Tras el regreso de Dani y de Karma, ¿cuál será el próximo Nuevo Mutante que aparezca? Se admiten apuestas…
Además, comenzaremos a resolver cabos sueltos de las últimas décadas, como el verdadero origen de Estrella Rota, o el desenlace de la misión de Cable, y muchas más sorpresas que esperamos os gusten.
Eso es todo. Hasta el mes que viene, ¡X-Forzados saludos!