Y llegó un día, un día distinto a los demás, en el que los héroes más poderosos de la Tierra se unieron contra un enemigo común… Para combatir amenazas que ningún superhéroe podía derrotar en solitario… ¡Aquel día nacieron LOS VENGADORES!
#405 – La Era de las Maravillas III
Revelación
Por Correia y Doctor Comic
Fecha de publicación: Mes 9 – 1/99
Albany, capital del estado de Nueva York.
Un Quinjet de los Vengadores aterriza en la plaza JFK. De él descienden los héroes más poderosos de la Tierra: el Capitán América, la Bestia, Ojo de Halcón, la Capitana Marvel, la Bruja Escarlata, Máquina de Guerra y la Pantera Negra.
El Capitán se encaminó hacia un agente del FBI que le esperaba en el centro de la plaza.
«Llegáis tarde», dijo el agente. «Esos seres se largaron hace veinte minutos.»
Minutos antes, cuatro seres superpoderosos habían masacrado la población de la ciudad1.
«¿Tienen alguna pista, agente?», preguntó el Capitán.
«No, señor», respondió. «Algunos supervivientes dicen que simplemente desaparecieron.»
Siguieron hablando un par de minutos, y, tras esto, el Capitán se volvió hacia sus compañeros y les contó lo que le había explicado el agente.
«¿Teleportación?», dijo la Bestia. «Es posible, Capi. Si, como sospecho, eran Jinetes de Apocalipsis, concuerda con su modus operandi anterior.»
«¿Puedes rastrearlos?», le preguntó.
«Claro, Capi. Unos minutos delante del ordenador y el hijo de la señora McCoy sabrá a donde han ido esos asesinos. Ven, T’Chala, ayúdame.»
La Bestia y la Pantera Negra entraron en el quinjet. Mientras, el Capi indicó a los demás que intentasen ayudar a los heridos.
El Capitán América se dirigió hacia uno de los cadáveres, que los sanitarios habían tapado con sábanas, y le echó un vistazo. Ante él se mostró el cuerpo putrefacto de una mujer, totalmente descompuesto, pese a que no había pasado ni una hora desde su muerte. Lo volvió a tapar, y se dirigió hacia otro. Este estaba totalmente momificado, seco, como una pasa.
Siguió mirando cadáveres durante un rato, intentando adivinar algo sobre los asesinos, algo con lo que poder vengar a estos pobres hombres y mujeres cuyo único crimen fue estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Al cabo de un rato, volvió al quinjet. Los demás ya habían regresado, tras ayudar a llevar a los heridos a los hospitales. Allí, Hank McCoy les informó de su búsqueda.
«He conectado con el ordenador de la Patrulla, Capi, y en media hora sabremos la localización de estos seres. También he hablado con el profesor, por si la Patrulla podía ayudar, pero me ha dicho que están en una misión en Japón2.»
«Bien, Hank. ¿Qué sabes de ese tal Apocalipsis?», preguntó el Capi.
«La mayoría de lo que sabemos de Apocalipsis proviene de Cable. Él viene de un futuro en el que En-Sab-Hur es el amo. Según cuenta, dice haber vivido durante siglos. Se jacta de haber sido un dios para los egipcios, los aztecas y demás pueblos de la antigüedad. Pero hay algo que no cuadra en su historia. No sé, es algo a lo que le he estado dando vueltas durante un tiempo. Sus poderes son los de un eterno. Posee un dominio total de su cuerpo, pudiendo transformarse en cualquier cosa. Y es inmortal, o eso asegura. Me gustaría haber tenido tiempo de preguntarle a Eros sobre él…»
«Ya lo harás la próxima vez, Hank. Ahora, veamos que podemos descubrir de sus Jinetes.»
«Pues, como es lógico, hay cuatro Jinetes del Apocalipsis: Guerra, Hambre, Peste y Muerte», dijo Hank. «La última vez, mi compañero Ángel era Muerte, por lo que podemos descartar que sea el mismo. Además, Peste murió en la batalla. Los otros dos siguen vivos, pero estos parecen ser nuevos.»
«Bien, observando la zona podemos deducir que al menos uno de ellos es superfuerte. Hay edificios derruidos y gente totalmente aplastada.»
«Digamos que ese es Guerra. No encaja con los otros.»
«De acuerdo. Otros cadáveres están completamente momificados, y otros totalmente descompuestos.»
«Hambre y Peste», interrumpió Hank. «Encaja con la descripción de las víctimas de los anteriores Jinetes.»
«Entonces sólo nos falta por saber quién es Muerte, ¿no?», dijo Ojo de Halcón.
«Y creo que todos sabemos quien es, ¿verdad?», dijo la Bruja Escarlata. «Lo hemos visto en las imágenes de televisión. Es el hermano de Simon. Es el Sega…»
PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Una alarma se encendió en el panel de control del quinjet.
«Ah», dijo McCoy. «Parece que nuestra linda computadora ha logrado encontrar el destino de estos seres.»
«¿Y dónde han ido, peludo?», preguntó Ojo de Halcón.
«¿Dónde podría ir un heredero de la gloria de los faraones sino a Egipto?»
Lilandra Neramari estaba preocupada. Se había comprometido con el Olímpico Hércules a cuidar de la joven Grito de Muerte, a ayudarla a encontrar a su familia. Pero no podía hacerlo. Sabía perfectamente quién era su familia. Por algo era la única hija de su hermana, Ave de Muerte. Era su propia sobrina, la heredera del Imperio Shi’ar, que había sido enviada a la Tierra para protegerla de las intrigas de palacio y de su propia madre, que deseaba verla muerta por algún motivo desconocido para ella.
«Pero he de protegerla«, pensó. «Es lo que Charles3 querría que hiciese. No puedo abandonarla. Quizás hasta lo haga oficial…«
Perdida en sus pensamientos, Lilandra no prestó atención a la despedida que tenía lugar en ese instante, a unos metros de ella.
«Te echaré de menos, Herc», dijo la niña.
«Y yo a vos, joven doncella. Pero he de irme. He de hablar con mi padre, Zeus. Si los informes que hemos recibido de la Tierra son ciertos, sólo todo el poder de Hércules podrá ayudar a sus compañeros Vengadores en esta hora tan difícil.»
«Adiós». Grito de Muerte le dio un beso en la mejilla al semidiós, y se alejó, en dirección a Lilandra. Había aprendido a quererlo como a un hermano mayor, y le dolía verlo irse. Pero sabía que no tenía elección.
«Hasta pronto. Nos volveremos a ver algún día», dijo Hércules mientras subía a la nave monoplaza que le llevaría de vuelta al planeta que lo vio nacer casi tres mil años atrás.
La nave despegó, perdiéndose a la vista en la inmensidad del vacío, y Grito de Muerte lloró, en los brazos de Lilandra, porque sabía que nunca lo volvería a ver…
El Quinjet sobrevolaba el desierto egipcio. A lo lejos se veía una ciudad en ruinas, Akkaba.
«Estamos llegando», dijo la Bestia.
El Quinjet aterrizó a cien metros de las primeras casas. No se oía ningún ruido. La ciudad parecía muerta. Ni siquiera el viento osaba romper el silencio.
Los Vengadores bajaron del Quinjet, y avanzaron hasta la entrada a la ciudad. Allí se veían incontables esqueletos, atados a los restos de una especie de templo.
«Cable me habló de este sitio», dijo Hank, «pero no pensé que fuese tan horrible.»
«¿Cómo ha podido permanecer esto oculto?», preguntó Wanda.
«A la prensa no le interesa según qué cosas», dijo Pantera Negra. «Mira cómo ignoran continuamente las guerras civiles de África. Sólo cada cierto tiempo muestran algo, para obtener algún beneficio. Además, es fácil ocultar una masacre en un desierto. La mayoría de esta gente no está censada, y nadie los echaría de menos.»
«Vengaremos a esta pobre gente. Apocalipsis pagará por sus crímenes», dijo el Capitán. «Ahora…»
De repente, cuatro figuras aparecieron frente a ellos. El primero llevaba su rostro cubierto por una capucha, y una de sus manos estaba enfundada en una guadaña. A su derecha, un ser de piel verde, totalmente esquelético. A su izquierda, un hombre delgado, con la cara llena de pústulas y cicatrices. Por último, tras ellos estaba situado un ser enfundado en una armadura metálica, que sólo tenía aberturas a la altura de los ojos, por los que desprendía energía rojiza.
«Volvemos a vernos, Vengadores», dijo el hombre de la guadaña. «Pero esta vez será la última.»
«Así es, Segador», dijo Ojo de Halcón, «porque esta vez nadie te sacará de la cárcel.»
El Capitán América asumió el mando instintivamente. «Capitana Marvel, en tu forma de luz puedes atravesar cualquier obstáculo. Entra en la fortaleza de Apocalipsis, a ver que más sorpresas nos depara. Los demás, cuidado con que no os toque ninguno de los Jinetes.»
«Tranqui, Capi», contestó Ojo de Halcón, «como si quisiera que alguno de estos monstruos de feria me tocase.»
«Sí», dijo la Bestia, «y yo ya aprendí por las malas que no hay que dejarse tocar por alguien llamado Peste4.»
Máquina de Guerra se acercó a Guerra desde el aire. «Veamos si aguanta una ración de repulsores«, pensó.
«Guerra, te presento a Máquina de Guerra», dijo, mientras le disparaba.
Guerra resiste la andanada de repulsores y alza el vuelo. Su armadura le permite volar, lo que no esperaba el asombrado Máquina de Guerra.
«Maldición«, pensó el Vengador. «Pensaba que volar me daba ventaja. Habrá que usar otro truco de esta armadura«. Inmediatamente lanzó un rayo sónico a Guerra, que seguía avanzando hacia él.
Ojo de Halcón se encontraba frente a Peste.
«Muy bien feo», dijo, «me toca encargarme de que no vuelvas a tocar a nadie.»
Disparó una flecha que Peste no pudo esquivar. Antes de tocarle, la punta de la flecha se abrió y una red atrapó a Peste.
«Parece que esta vez ha sido fácil», dijo.
La Pantera Negra y la Bestia se acercan a Hambre.
«Vamos, su majestad, encarguémonos de este extra de la Noche de los Muertos Vivientes», dijo Hank mientras saltaba hacia él.
«No me hables así», dijo Hambre. «Soy un hombre. La Bomba Gamma me mató, pero sobreviví. No es culpa mía si tengo que alimentarme de los demás para sobrevivir. ¡Unf!»
La Bestia le pegó una patada con las dos piernas en la cara a Hambre, alejándolo de él para que no le robara la energía. Antes de que pudiera levantarse, Pantera Negra se abalanzó sobre él.
«Si fueras un hombre no harías eso», dijo la Pantera. «Un hombre puede elegir entre el bien y el mal.»
«Yo no. Estaba muerto hasta que Apocalipsis me recogió y me transformó», se justificó. «Antes sólo podía alimentarme de energía gamma, ahora puedo robarle la energía a los demás para poder ser otra vez humano. ¿No es eso lo que hacen las panteras, alimentarse de otros animales?». E intentó absorber la energía de Pantera.
El Capitán América y la Bruja Escarlata estaban frente a frente con Muerte:
«Vaya, vaya», dijo el Segador. «Si son mi cuñadita y el vanagloriado Capitán América, con quien hace tiempo que no hablo. Cuantos recuerdos… ¡ahora morid!»
El Segador atacó al Capitán América con una velocidad inaudita para un muerto. El Capitán esquivó el golpe de guadaña con un salto hacia atrás.
«¿Por qué haces esto, Eric?» preguntó la Bruja mientras alzaba las manos para conjurar un hechizo.
«Por necesidad. Por venganza. Por aburrimiento. Elige una», contestó.
Imperio de Revelación. Año 9999.
«Maldición«, pensaba Revelación, la viajera del tiempo que había conquistado esta parte del continuum, y que creía saber todo lo que iba a suceder. «Mi imperio esta a punto de caer, y no puedo hacer nada para evitarlo. Además, no es solo esto: El Congreso de las Realidades se está desmoronando, la AVT hace días que no responde, me temo que los reinos divergentes vecinos han caído ya. ¿Será mi reino la única parte del multiverso que le quede por conquistar? ¿Cómo se ha vuelto tan poderoso?«
Pero los pensamientos de Revelación pronto terminaron, porque su palacio, aislado cronalmente, finalmente cedió. Cedió ante el ejército de… Kang el Conquistador.
Fin del Interludio.
La Capitana Marvel se había introducido en la fortaleza de Apocalipsis en su forma de luz. Cambiando a forma de láser había destruido varias defensas, y cambiando a radiación atravesó un muro infranqueable. Finalmente, llegó a lo que parecía el centro neurálgico de la fortaleza, donde encontró a Apocalipsis observando unos monitores. Inmediatamente se giró hacia ella.
«Bienvenida, Capitana Marvel», dijo Apocalipsis. «Es la hora de que muestres si eres fuerte, o que perezcas junto al resto de tu raza.»
La Capitana Marvel lanzó a Apocalipsis la andanada de energía más fuerte que tenía. Pareció no afectarle.
«¿Creías que tras haber sido derrotado por los rayos de Cíclope5 no me habría protegido contra ese tipo de ataque?», dijo Apocalipsis.
Guerra se acercaba peligrosamente a Máquina de Guerra. Ni los cañones sónicos, ni el resto del arsenal de la extraña armadura tenían éxito en mellar la protección de Guerra. De pronto, los cohetes que propulsaban a Guerra aumentaron de potencia, acelerándolo a gran velocidad hacia M. de Guerra. Rhodes, sin tiempo apenas para reaccionar, no pudo evitar un tremendo puñetazo de Guerra, que le lanzó de la gran altura a la que estaba hasta el suelo, con un gran impacto.
Peste había sido atrapado en una red por Ojo de Halcón, pero eso no le dejaba indefenso. Los gérmenes de los que era portador podían extenderse aunque él estuviera inmovilizado. Desgraciadamente no había nadie a su alcance a quien infectar… hasta que Máquina de Guerra chocó contra el suelo cerca de donde él estaba. Peste intentó lanzar alguna enfermedad lo bastante fuerte como para alcanzar al vengador de la armadura simbiótica mientras pensaba:
«Trabajando con el Amo en Omega Flight no pude matar a ningún idiota de Alpha Flight. A ver si con los Jinetes de Apocalipsis tengo más suerte.»
Hambre, sin embargo, no tenía suerte. Pantera Negra pudo zafarse de su abrazo, con sus poderosas piernas, lanzando al cadavérico Jinete varios metros al norte. Él y la Bestia fueron a donde Hambre había caído. Muy cerca de donde se encontraba…
Muerte, el Segador, dependía de la magia para mantenerse vivo. Gracias a ella, podía matar a una persona con su guadaña, absorber su fuerza vital, permitiéndole vivir un día más a pesar de estar muerto. Desgraciadamente, la mujer a la que se estaba enfrentando cara a cara, la mujer del ser que tuvo la mente de su difunto hermano Simon, la Bruja Escarlata, era capaz de controlar la magia, como su nombre indicaba. Aunque no era una experta, sus poderes mutantes alteradores de la probabilidad le daban la mano ganadora: El Segador había perdido por su culpa las energías vitales de aquellos que había matado, y se sentía muy débil. Para empeorar la situación, estaba rodeado por el Capitán América, Ojo de Halcón, la Bruja Escarlata, Pantera Negra y la Bestia.
«Ni un movimiento, Segui», dijo Halcón, «o la próxima vez que resucites tendrán que recoger tus trozos de todo Egipto.»
Rompiendo la tensión, Ismael, el Jinete conocido como Hambre se levantó del suelo. Parecía dispuesto a decir algo, cuando de repente el filo de la guadaña del Segador salió de su pecho.
«Yo… sólo quería… vivir…», fueron sus últimas palabras antes de morir.
Con la energía que había absorbido de Ismael, el Segador recuperó las fuerzas.
El Capitán América finalmente sintió lástima por Ismael. Se acordó de otra Hambre, una niña transformada en un monstruo por las manipulaciones de Apocalipsis6.
Enseguida dio la orden: «Atacadle, pero cuidado con él, sabemos…»
El Capi fue interrumpido por un grito agónico que provenía de Máquina de Guerra, que había sido infectado por una extraña enfermedad de Peste.
«Bestia, Pantera», ordenó el Capi, «id a ayudar a Máquina. El resto, acabemos con el Segador.»
La Pantera había sepultado a Peste en tierra para que no pudiera infectar a nadie más, mientras la Bestia reconocía a Máquina de Guerra.
«Esto no tiene buena pinta», dijo. «La armadura viviente parece estar descomponiéndose. Rhodes, sin embargo, parece intacto, aunque el dolor que recibe de la armadura alienígena simbiótica al morir le está volviendo loco. ¡Capi, hay que llevar a Rhodes enseguida a un hospital!»
Y cuando Ojo de Halcón disparo una flecha al Segador, que este destruyó con su guadaña, algo cayó del cielo tan deprisa que los tres Vengadores apenas tuvieron tiempo para apartarse. Era Guerra, lanzado como un proyectil contra el suelo. El Jinete mudo alzó la mirada y vio a la Bruja Escarlata frente a él, y se acercó para rematarla, mientras el Segador reía. Wanda alzó su mirada y vio a la mole de metal acercándose a ella para darle el golpe de gracia. Instintivamente, y con sus últimas fuerzas levantó la mano, esperando usar su poder mutante. Antes de que su poder actuara, Guerra ya estaba junto ella, a punto de aplastarla de un puñetazo, y ninguno de sus compañeros podía hacer nada a tiempo: O estaban muy lejos, o atontados por el impacto de Guerra.
Parecía que nada podía impedir la muerte de la Bruja, cuando de repente, Guerra se detuvo. Parecía como si… ¿titubease?
Ese titubeo fue suficiente para que a Wanda le diera tiempo a activar su poder. La armadura de Guerra estaba hecha del mismo material casi indestructible que usó Apocalipsis para las monturas de sus primeros Jinetes. Pero la armadura tenia un punto débil, una juntura en el cuello que había sido dañada por el ataque de Máquina de Guerra. Eso fue suficiente para que el poder de la vengadora mutante iniciase una reacción en cadena, aumentando la grieta en la juntura, hasta que, finalmente, tras un segundo, el casco de Guerra estalló en una brillante explosión carmesí.
Cuando Wanda hubo recuperado la visión, se le heló la sangre de las venas. Una vez disipada la energía de la explosión, el rostro de Guerra quedó al descubierto.
El rostro de Simon Williams, el Hombre Maravilla.
1.- Ver el número anterior.
2.- Ver X-Men #57.
3.- Charles Xavier, el Profesor-X, es el consorte de Lilandra.
4.- Ver Factor-X #19.
5.- Ver Factor-X #68.
6.- Ver Capitán América #339
PROXIMO NÚMERO: ¿Simon Williams? ¿A las órdenes de Apocalipsis? ¿De qué va esto?
¿Sorprendidos? Pues esperad a ver las sorpresas que os deparamos próximamente. Manteneos enchufados, creyentes. Mientras tanto, aunque tenemos menos correo que el mes pasado (en concreto una sola carta) pasemos a contestarlo.
Jorge Cantero escribió:
Hola Peter y Carlos.
La alineación me parece correcta.
Gracias.
Tal vez me suena un poco raro que la Visión no este en el grupo estando Wanda. Ya se que ahora están separados, pero es la costumbre.
No eres el único al que le pasa. Pero no te preocupes, tarde o temprano volverán a encontrarse. Claro, que con la sorpresa de este número…
Estoy muy contento de que hayáis metido a la Bestia en el grupo, porque siempre le he considerado más un vengador que un hombre x, y además será fantástico volver a oír sus «barras y estrellas» por esta colección.
Exactamente ese es el motivo por el que lo hemos traído de vuelta. Todos lo echábamos de menos.
También me parece muy bien que hayáis incluido a la Capitana Marvel, un personaje que me encanta
Intentamos contentar a todos. 😉 No, en serio, iba siendo hora de sacar a Mónica del olvido.
(no en vano es de la época del que pienso fue el mejor guionista que tuvo los vengadores, Roger Stern)
Bueno, por lo menos tuvo la mejor saga, el «Asalto a la Mansión de los Vengadores»
y de la que pienso se olvidaron injustamente, tal vez porque los guionistas no sabían que hacer con un personaje con sus poderes.
Fue cosa del editor de la serie de por entonces, Mark Gruenwald (aunque me duela reconocerlo, ya que inspiro todo mi trabajo en MarvelTopia en el)
En cuanto a mi alineación ideal, pues es que me es muy difícil decidirme por una.
Conozco la sensación.
Hay demasiados vengadores que me gustan, y si pusiera todos lo que me gustan más que los vengadores se parecerían más a la Legión de superhéroes.
Quizá pudiéramos hacer algo al respecto.
Pero más o menos una posible alineación sería: Capitán América, Thor, Iron Man, Avispa, Ojo de Halcón, Visión y Bruja escarlata.
Mmm, una alineación muy clásica. Me gusta mucho, aunque le falta algún personaje mas reciente.
En lo que respecta a villanos, hay uno en particular que esta bastante olvidado, Terminus.
Buuf, como que esta bastante muerto.
Aparte de los clásicos Ultrón, Loki y Kang que ya os han dicho ya si no me equivoco. La verdad es que tenéis donde elegir.
Tranquilo, que tenemos en cuenta vuestras peticiones. Ojea el número de hoy a ver si encuentras algo que te interese.
Otra cosa. ¿Qué posibilidades hay de ver por aquí otra colección de los vengadores como había antes. Tener de nuevo a los vengadores costa oeste podría ser divertido, y hay los suficientes superhéroes como para formarla.
Err, se ha levantado un viento muy fuerte y no he podido oír la pregunta. ¿Te importaría repertirla dentro de unos meses?
Por cierto, que metiste la pata con tus predicciones sobre la identidad de los nuevos 4 Jinetes. No somos TAN obvios. Espero que la verdadera te haya gustado, y nos digas que te ha parecido.
Bueno, nada más por ahora. BYE.
Saludos, Jorge. Por cierto, Jorge esta haciendo un trabajo expléndido con su nueva serie Eurocorps, con dos ex-Vengadores en el grupo. Espero que lo hayáis leído ya todos, y si no, ¿a qué esperáis?
Y nos despedimos hasta el mes que viene, esperando vuestras reacciones al secreto de Guerra. Hasta entonces, ¡Vengadores reuníos!
Doctor Cómic