Estela Plateada. Señor del Fuego. Legado. Sota de Corazones. Bill Rayos Beta. El Hombre Imposible. Poseedores de poderes sobrehumanos que han jurado preservar el status quo del Universo.
#7 – … más dura será la caída
Por Bergil
Fecha de publicación: Mes 7 – 11/98
PRÓLOGO
La voz del Extraño reverberó en las paredes de su laboratorio:
-¡Es imposible! Ni mi tecnología más avanzada logra penetrar su piel. Debo seguir intentándolo…
RESUMEN DEL NÚMERO ANTERIOR
Decidida de una vez por todas a asumir la herencia de su abuelo, Nébula emprendió viaje a Titán para obtener un misterioso artefacto fabricado por Thanos. Apercibidos de su presencia, Mentor y Drax -que se encuentra en la luna de Saturno tras la aventura con el Extraño- intentaron detenerla. El titán fue reducido por Nébula y Geatar; cuando Drax encuentró a Nébula, descubrió que sostenía en sus manos un Nulificador Supremo.
PRIMERA PARTE: LOS CHICOS MALOS
-¡Estás perdido, Drax! ¡Toda tu fuerza, tu tan cacareado poder, tu furia asesina, no te sirven de nada en este momento!
Drax sopesó las opciones que tenía. Por mucho que le molestara reconocerlo, si aquel aparato funcionaba como se suponía que debía hacerlo, Nëbula tenía razón. No podría huir a suficiente velocidad para escapar de la onda nulificadora, y sólo pondría en peligro al resto de Titán; tampoco podía, como habría sido su reacción tan sólo unas semanas antes, cuando era una masa de músculos sin un cerebro digno de tal nombre. Sólo podía encomendarse a una fuerza superior (Dios, Cronos, el Destino) y esperar.
-Despídete de la existencia, Drax. Con este artefacto en mis manos no eres nada. ¡Qué digo nada! Con todos tus músculos, eres como un insecto frente a mí. ¡Adiós! -Nébula se concentró en Drax y activó el Nulificador. Al instante, el Destructor desapareció de la sala, como si nunca hubiera existido. -Y ahora tú, querido bisabuelo. ¡Otra cucaracha que desaparece! -Dicho y hecho. El caído cuerpo de Mentor también se desvaneció en el aire.
De repente, Nébula estalló en carcajadas. Pero no se trataba de una manifestación de alegría. La risotada, que despertó extraños ecos en el antiguo laboratorio de Thanos, hizo estremecerse a Geatar, a pesar de la lealtad que le inspiraba su capitana. Porque cualquiera que escuchara aquella risa se echaría a temblar, pues denotaba un estado de pura histeria: la persona que la emitía se hallaba más allá de la línea que separaba cordura y locura.
-¡Al fin soy suprema! ¡Ya nada podrá detenerme! ¡Tengo en mis manos el arma definitiva!
De repente, un sonido metálico la distrajo de sus ensoñaciones. La puerta del laboratorio acababa de cerrarse, aparentemente por sí sola. Y aquélla era la única entrada -y, por lo tanto, la única salida- que conocía Nébula, merced al estudio de los datos almacenados en la Santuario II. Para empeorar las cosas, no había trazas de picaporte visible, ni ningún otro mecanismo que permitiera salir de la estancia. Estaban encerrados con el arma definitiva en un laboratorio en las entrañas de Titán.
-¡Esto no me puede pasar a mí! ¡Un plan trazado tan cuidadosamente no puede irse al garete por una puerta cerrada! Dispara a la puerta, Geatar, y vámonos de aquí.
-Como ordenéis, Capitana -. Echándose el fusil al hombro, Geatar lo graduó a la intensidad máxima y apuntó, mientras retrocedía hacia el fondo del laboratorio.- Retiraos, por favor.
Una vez que Nébula se halló a su lado, Geatar apretó con suavidad el gatillo. El rayo de energía surgió de la boca de su arma e hizo impacto en la puerta. El estallido les deslumbró momentáneamente. Cuando pudieron volver a enfocar la visión y el humo se disipó, pudieron ver con asombro que la puerta no parecía tener un arañazo.
-Parece que mi abuelo sabía construir las puertas. Apártate tú ahora, Geatar. Lo que ha eliminado a un eterno y a Drax el Destructor no debería encontrar problemas en destruir una simple puerta -. Concentrándose en la puerta, Nébula apuntó con el objeto que sostenía en sus manos y lo activó. Pero el efecto fue nulo: ni estallido, ni humo, ni nada-. ¿Qué? ¿Cómo es posible? Nada debería resistir el efecto del Nulificador Supremo -. Cediendo a un frenesí de rabia, Nébula arrojó lejos de sí el Nulificador y empezó a golpear los ordenadores de la estancia. Su fuerza, incrementada por las prótesis mecánicas que le habían sido injertadas por el doctor Mandibus1, causó estragos en la maquinaria.
-Capitana, deteneos -, intentó calmarla Geatar-. Así no arreglaréis nada…
-Sí, Nébula, detente. Así no vas a arreglar nada, y sólo empeoras tu situación.
Sorprendidos por la voz que acababan de escuchar, Nébula y Geatar se giraron en redondo. Ante ellos se encontraba Drax, sin un arañazo, como si nada le hubiera sucedido.
-¿Qué? ¡Es imposible! Te acabo de destruir con el Nulificador. No deberías existir.
Tomando la vía de los hechos, Geatar apuntó y disparó al pecho de Drax. Pero la bola de energía le atravesó sin producirle efecto ninguno.
-Bueno, entonces quizá no sea yo, sino mi fantasma. De todos modos, ya morí una vez 2, así que me conozco el camino de vuelta de los salones de la Parca. Claro, que si fuera un fantasma, no podría hacer… ¡esto! -y avanzando con decisión, Drax lanzó a Geatar un directo a la mandíbula, que arrojó al lugarteniente de Nébula al otro lado del laboratorio, donde, tras chocar con la pared, cayó al suelo desvanecido -. Vaya, parece que con esto de ser fantasma no controlo demasiado mi fuerza. Creo que me he pasado un poco, no quería darle tan fuerte al pobre tipo.
-¡Estás acabado, Drax! -bramó Nébula, mientras buscaba con la vista el Nulifocador que había arrojado en un momento de ofuscación. Cuando lo divisó, se arrojó hacia él, y, cogiéndolo, se volvió mientras apuntaba a Drax-. Lo que hice una vez, ¡puedo repetirlo!
Pero el Nulificador produjo en Drax el mismo efecto que en la puerta: ninguno en absoluto.
-Ya, bueno, parece que tu juguetito se quedado sin pilas. En cualquier caso, dicen que la discreción es la mejor parte del valor, así que… ¡hasta luego! -y girándose, Drax echó a correr y dobló la esquina.
-¡Espera, lechuga hipertrofiada! ¡No escaparás tan fácilmente! -echando a correr detrás de él, Nébula dobló la misma esquina, sólo para encontrarse con un muro de roca sólida, por el que ningún ser vivo podría pasar. Dándose la vuelta, se acercó a Geatar, que seguía desvanecido. Fantasma o no, el golpe de Drax le había dejado incosnciente.
-Parece que tus planes no están saliendo como pensabas, ¿eh, bisnieta?
-Esto ya es demasiado -, dijo Nébula, mientras se daba la vuelta para enfrentarse a Mentor que, al igual que Drax, parecía extrañamente indemne-. Tendré que concluir que la inteligencia de Thanos fue sobreestimada en exceso, si es que no es capaz de acabar ni con su propio padre. Bueno, si eres como Drax, me basta con mantenerme apartada de ti para que no me puedas golpear, seas o no un fantasma.
-Olvidas una cosa, querida. A diferencia de Drax, no me es imprescindible el emplear el ataque físico, sino que puedo lanzar rayos de energía 3. ¡Como éste! -y uniendo la acción a la palabra, de la mano extendida de Mentor brotó un rayo que fue a estrellarse a escasos centímetros de la cabeza de Nébula -. Es mejor que te rindas, antes de que sea demasiado tarde.
-¡Nunca! ¡No, ahora que estoy tan cerca de conseguir todo lo que siempre he deseado! ¡Jamás! -Enloqueciendo de nuevo, Nébula apuntó con el Nulificador a Mentor y lo activó. Mentor generó una barrera brillantísima que deslumbró incluso el ojo robótico de Nébula. Nada le sucedió al Eterno; pero Geatar, que se encontraba desvanecido tras él (pues ambos, Mentor y Nébula, habían ido girando uno en torno al otro), desapareció, como ya les había ocurrido antes a Drax y a Mentor.
-Esto es el colmo, querida bisnieta. No sólo eres incapaz de derrotar a los que intentan detenerte, sino que eliminas al único que te apoyaba incondicionalmente. Decididamente, es mejor que te deje sola; con un poco de suerte, lo más probable es que te derrotes tú misma y nos ahorres a los demás el trabajo. En espera de ese momento, quedo tuyo afectísimo -. Y girándose, Mentor dobló la misma esquina que antes había doblado Drax. Moviéndose por reflejo, Nébula siguió al eterno, aunque sabría lo que encontraría: la misma pared de roca desnuda, y ni rastro de su bisabuelo.
-¡No! ¡Esto no es justo! ¿¡Qué es lo que me está pasando!?
De repente, un rayo pareció surgir de la nada e impactó en la mano derecha de Nébula, arrancándole el Nulificador que sostenía. Inmediatamente, su cabeza se movió violentamente hacia atrás, como si hubiera recibido un puñetazo en la barbilla. Cayó desvanecida al suelo, mientras que el Nulificador se elevaba, aparentemente por sí mismo, y se conectaba a una de las terminales de ordenador que aún quedaban intactas. A los pocos segundos, aparecieron las figuras de Mentor y Drax.
-Bueno, esta vez estuvo cerca, pero parece que hemos conseguido salir con bien.
-Cronos te oiga, Drax.
SEGUNDA PARTE: LOS CHICOS BUENOS
-Despídete de la existencia, Drax. Con este artefacto en mis manos no eres nada. ¡Qué digo nada! Con todos tus músculos, eres como un insecto frente a mí. ¡Adiós!
Drax sintió que la energía procedente del artefacto que Nébula sostenía en su mano derecha le atravesaba, y al instante todo pareció aumentar vertiginosamente de tamaño a su alrededor. Nébula y Geatar medían kilómetros de altura, y Mentor era una mole gigantesca en el suelo.
-Y ahora tú, querido bisabuelo -. La voz de Nébula atronó en sus oídos- ¡Otra cucaracha que desaparece! -. Mentor había desaparecido. Elevándose, Drax voló hasta alcanzar una de las consolas de ordenador que poblaban toda la sala. Al pasar frente a la pantalla, contempló con asombro su reflejo: se había transformado en un cletrop gonsaviano, un pequeño insecto que abundaba en todo tipo de naves espaciales. Volviéndose hacia donde recordaba que se encontraba Mentor, se lanzó en un rápido vuelo. Y efectivamente, allí encontró una cucaracha. Cogiéndola entre sus patas delanteras, despegó y voló hacia la puerta del laboratorio. Recorrió los pasillos vacíos hasta llegar a los niveles superiores y enfiló el corredor que llevaba a la sala de control de I.S.A.A.C.
Una vez ante el gran ordenador planetario, depositó a la cucaracha en el suelo y se dirigió hacia la pantalla principal, empezando a hablar excitadamente.
-Lkj jlkj ajpoi asude pqw piq qpiw qiqoe qqp wqoerqo qpo q pqpe q…
-¿Cómo? -la metálica voz de la computadora resonó en toda la sala.
-Daitgdoy tqcuaew Nreaénbñuylaar shfab slqlkeygfacdsow kap Teistwaásne…
-Seas quien seas, sigue hablando. Empiezo a descifrar tu lenguaje -. Operando a gran velocidad, I.S.A.A.C. estaba procesando los mensajes que le llegaban, buscando las pautas de lenguaje.
-…syf sqgujel qnroys ha crotnivebretiado a Mwednttor y a mcí edn isntshectos…
-Creo que ya lo tengo. Sigue hablando.
-¡Uf, menos mal! Te decía, I.S.A.A.C., que soy Drax. Nébula ha llegado a Titán y nos ha convertido a Mentor y a mí en insectos con un artefacto que ha encontrado en un laboratorio secreto que Thanos tenía en las profundidades de la luna. Tenemos que detenerla, o todo el Universo estará en peligro.
-Como tú digas. ¿Tienes algún plan?
-Pues sí. De hecho, necesitaremos tu ayuda. Acércate, Mentor. Esto es lo que haremos…
Volando de vuelta al laboratorio, Drax y Mentor -o, mejor dicho, el cletrop y la cucaracha- atravesaron el vano de la puerta segundos antes de que una corriente de aire provocada por I.S.A.A.C. al abrir una de las compuertas que daban al vacío cerrara la puerta violentamente.
-¡Esto no me puede pasar a mí! ¡Un plan trazado tan cuidadosamente no puede irse al garete por una puerta cerrada! Dispara a la puerta, Geatar, y vámonos de aquí.
-Como ordenéis, Capitana.
Cletrop y cucaracha apartaron sus ojos multifacetados para no quedar deslumbrados ante el previsible estallido. Cuando volvieron a mirar, la puerta seguía en su sitio.
-Parece que mi abuelo sabía construir las puertas. Apártate tú ahora, Geatar. Lo que ha eliminado a un eterno y a Drax el Destructor no debería encontrar problemas en destruir una simple puerta. ¿Qué? ¿Cómo es posible? Nada debería resistir el efecto del Nulificador Supremo.
-Capitana, deteneos. Así no arreglaréis nada…
«Bueno, si esto no es mi entrada, nada lo será», pensó Drax. Al instante, la figura de Drax el destructor se materializó en el centro de la sala. Drax el cletrop voló hasta colocarse en el centro de su pecho.
-Sí, Nébula, detente. Así no vas a arreglar nada, y sólo empeoras tu situación.
-¿Qué? ¡Es imposible! Te acabo de destruir con el Nulificador. No deberías existir.
Viendo que Geatar se aprestaba a disparar, Drax se desplazó lateralmente para evitar ser achicharrado por el rayo que el lugarteniente de Nébula le disparó.
-Bueno, entonces quizá no sea yo, sino mi fantasma. De todos modos, ya morí una vez , así que me conozco el camino de vuelta de los salones de la Parca. Claro, que si fuera un fantasma, no podría hacer… ¡esto! -. Colocándose en el centro del puño de su sosias, el insecto se lanzó hacia la mandíbula de Geatar a toda velocidad, impactando justo en el centro de su mentón -. Vaya, parece que con esto de ser fantasma no controlo demasiado mi fuerza. Creo que me he pasado un poco, no quería darle tan fuerte al pobre tipo.
-¡Estás acabado, Drax! Lo que hice una vez, ¡puedo repetirlo!
Drax volvió a apartarse, dejando que Nébula disparara contra su réplica de tamaño natural.
-Ya, bueno, parece que tu juguetito se quedado sin pilas. En cualquier caso, dicen que la discreción es la mejor parte del valor, así que… ¡hasta luego! -. Tras doblar la esquina, la figura antropomorfa de Drax se desvaneció en el aire.
-¡Espera, lechuga hipertrofiada! ¡No escaparás tan fácilmente!
Cuando Nébula se agachó hacia Geatar, Mentor apareció en el centro de la sala. Drax cogió a la cucaracha con sus patas y voló hasta situarse a la altura del esternón de la figura recién aparecida, que comenzó a girar para que Nébula le siguiese en su movimiento, y así colocarse entre ella y su caído lugarteniente.
-Parece que tus planes no están saliendo como pensabas, ¿eh, bisnieta?
-Esto ya es demasiado. Tendré que concluir que la inteligencia de Thanos fue sobreestimada en exceso, si es que no es capaz de acabar ni con su propio padre. Bueno, si eres como Drax, me basta con mantenerme apartada de ti para que no me puedas golpear, seas o no un fantasma.
-Olvidas una cosa, querida. A diferencia de Drax, no me es imprescindible el emplear el ataque físico, sino que puedo lanzar rayos de energía. ¡Como éste! -y la cucaracha apuntó con sus cuatro patas delanteras a Nébula, lanzando un fino rayo que fue a estrellarse a escasos centímetros de la cabeza de Nébula -. Es mejor que te rindas, antes de que sea demasiado tarde.
-¡Nunca! ¡No, ahora que estoy tan cerca de conseguir todo lo que siempre he deseado! ¡Jamás! – Cuando Nébula activó el Nulificador, la cucaracha generó un círculo brillantísimo, al objeto de cegar a Nébula. Drax voló rápidamente hacia Geatar, le cogió por el cinto y le arrastró hacia las sombras, con lo que, al recuperar Nébula la visión, su lugarteniente había desaparecido.
-Esto es el colmo, querida bisnieta. No sólo eres incapaz de derrotar a los que intentan detenerte, sino que eliminas al único que te apoyaba incondicionalmente. Decididamente, es mejor que te deje sola; con un poco de suerte, lo más probable es que te derrotes tú misma y nos ahorres a los demás el trabajo. En espera de ese momento, quedo tuyo afectísimo -. La figura de Mentor se giró y, al igual que la de Drax, se desvaneció al doblar la esquina.
-¡No! ¡Esto no es justo! ¿¡Qué es lo que me está pasando!?
Desde su posición en el aire, sostenido por Drax, Mentor lanzó un fino rayo hacia la mano derecha de Nébula, arrancándole el Nulificador. Inmediatamente, Drax le dejó en el suelo y voló directo hacia su cabeza, golpeándola en la barbilla. Nébula cayó desvanecida al suelo, mientras que Drax cogía el Nulificador y lo conectaba a una de las terminales de ordenador que aún quedaban intactas. A los pocos segundos, aparecieron las figuras de Mentor y Drax.
-Bueno, esta vez estuvo cerca, pero parece que hemos conseguido salir con bien.
-Cronos te oiga, Drax.
EPÍLOGO Drax y Mentor se reponían de lo sucedido en una de las salas de Titán, mientras que Nébula y Geatar yacían en los calabozos de Titán.
-Lo que nos ha salvado, Mentor, es que Nébula, a pesar de ser tremendamente inteligente, está completamente loca, y su enajenación tiende a ofuscar su discernimiento.
-Concuerdo contigo, Drax. Cualquier persona en su sano juicio habría esperado un poco, habría razonado y habría llegado a la conclusión de que algo no estaba funcionando como debía.
-Hay que reconocer que el truco de los dobles holográficos nos ha salido a la perfección. Pero nada podríamos haber hecho sin la perfecta coordinación que establecimos con I.S.A.A.C., desde el momento en que cerró la puerta hasta el final, cuando se conectó con el Nulificador y revertió nuestro estado. Sin embargo, hay una cosa que no comprendo: ¿por qué no funcionó el Nulificador?
-Si me permitís -, interrumpió I.S.A.A.C.-, puedo aventurar varias explicaciones posibles. Quizá Thanos nunca pensó en hacer un Nulificador, porque sabía que la ciencia de Galactus está mucho más avanzada que cualquier cosa que pueda llegar a crear. O bien no lo sabía, pero por eso mismo no lo consiguió. O no pretendía anular, sino sólo matar, puesto que la Muerte no recibiría a aquéllos que simplemente son anulados. O, por último, no estamos ante un Nulificador, sino ante un Transmutador Supremo, capaz de afectar incluso a un eterno y a la creación de otro. En cualquier caso, el aparato deberá permanecer a buen recaudo en las bóvedas acorazadas, para que nadie pueda hacer mal uso de él.
-Cierto, I.S.A.A.C., así es como debe ser -, aseveró Mentor-. A propósito, hay una cosa que aún no te he preguntado: ¿por qué te interrumpiste a mitad de una frase, cuando ibas a decirme dónde se encontraban Nébula y Geatar? 4
-Alguien me desconectó, Mentor.
-¿Qué? -interrumpió Drax-. ¿Es posible tal cosa?
-Sí, Drax, lo es – contestó el ordenador-. Pero lo más misterioso es que poco después fui reactivado… ¡por tí!
-¿Cómo lo hice?
-Es la única conclusión. Por lo que me habéis contado, al ser transformado por Nébula, volaste hasta uno de los ordenadores. Por fortuna, al posarte lo hiciste sobre el contacto que anulaba la desactivación anterior.
-¡Ja ja ja! ¡Pobre Nébula! Desde luego, algunos nacen con estrella y otras nacen estrelladas. Gracias a Cronos por ello.
1.- Como se vió en Estela Plateada # 72
2.- En Vengadores # 220. Le mató su hija Dragón Lunar.
3.- Se vió en La Muerte del Capitán Marvel, por ejemplo.
4.- Ver Poderes Cósmicos # 6
Próximo episodio: Jack y Ganímedes viajan a Contraxia. ¿Qué encontrarán allí? Y no olvides escribir a Autopista hacia el espacio – Correo de los lectores bergil@altavista.net