Estela Plateada. Señor del Fuego. Legado. Sota de Corazones. Bill Rayos Beta. El Hombre Imposible. Poseedores de poderes sobrehumanos que han jurado preservar el status quo del Universo.
#6 – Un poder absoluto…
Por Bergil
Fecha de publicación: Mes 6 – 10/98
PRÓLOGO I:
El laboratorio del Extraño. El gigantesco ser se aproximó a una sala cerrada, cuyas puertas se abrieron automáticamente. Si alguien hubiera estado escuchando, le habría oído decir las siguientes palabras:
-Veamos si, ahora que me he librado de esos insectos, logro desentrañar tus misterios…
PRÓLOGO II
-Amigos, es hora de separarnos. No sé que es lo que haréis vosotros, pero yo conduciré esta flota de naves a los sistemas del Puño y después me dirigiré a la Tierra -explicó Estela Plateada a sus compañeros, que se dispersaron acto seguido1.
FIN DE LOS PRÓLOGOS
En la vastedad del espacio, una nave se desplazaba lentamente pero con decisión hacia Titán, la luna de Saturno.
-Geatar, durante demasiado tiempo he obviado mi destino manifiesto.
-¿Qué queréis decir, capitana? -el lugarteniente (y, en la actualidad, único miembro de su tripulación) de Nébula tenía como rasgo principal de su carácter la lealtad, no la inteligencia.
-Como nieta de Thanos, y ahora que ha renunciado a la dominación universal, debo retomar la tarea que él abandonó. Durante el tiempo que permanecimos en «Santuario II«2 pude acceder a los archivos de mi abuelo, y, aunque de forma fragmentaria, me enteré de que en su laboratorio de Titán guarda los resultados de un experimento. No logré averiguar de qué se trataba, excepto que era un objeto de gran poder. Por eso nos dirigimos al sistema de la Tierra.
Una vez separado de sus compañeros, Drax se dirigió hacia Titán a toda la velocidad que pudo alcanzar. Libre de otras obligaciones, podía dedicarse al objetivo para el que había sido creado: detener a Thanos. Y el mejor lugar para emprender de nuevo su búsqueda, ahora que el Titán loco se hallaba inusualmente oculto, era su primer hogar: Titán, la luna de Saturno que constituía el hogar de una rama de los Eternos que se exilió de la Tierra.
-Al fin llegamos, Geatar. Debemos aproximarnos en silencio y no alertarles antes de tiempo.
A tal fin, la nave describió un suave arco y se aproximó a Saturno, para que la masa del planeta les ocultara a los sensores de I.S.A.A.C., la enorme computadora encargada del mantenimiento de la luna. Ponderando todas las opciones, Nébula decidió que lo más adecuado sería aproximarse a Titán en la nave y abandonarla dejando la secuencia de autodestrucción activada, confiando en que la explosión distrajera a la computadora el tiempo suficiente para poder penetrar en la luna.
Dicho y hecho. Dando a la nave una trayectoria hiperbólica, se aproximaron a Titán. De repente, una voz metálica se dejó oír por el sistema de comunicaciones de la nave.
-Atención, nave no identificada. Se está aproximando al dominio aéreo de Titán. Dé su matrícula y ruta de navegación o serán detenidos.
-Es un farol, Geatar. Una raza tan benevolente como la de los Eternos no empleará la fuerza. ¿Qué te voy a contar, si lo sabes tan bien como yo3?
-A mí no tiene que convencerme, capitana. Es increíble que sobrevivan con semejante nivel de estupidez.
-No olvides, Geatar, que se trata de seres de gran poder. No en vano mi abuelo es de su raza. Y precisamente en busca de una fuente de poder de tal nivel es en lo que nos hemos embarcado.
-Atención, nave no identificada. Éste es el último aviso. Identifíquense o serán detenidos.
-Ha llegado el momento de abandonar la nave, Geatar.
-Sí, capitana. A sus órdenes.
Momentos después, Nébula y Geatar salían al espacio en el punto de máxima aproximación a Titán, equipados con sendos equipos unipersonales de propulsión y con una reserva de oxígeno. La nave se alejó de ellos siguiendo la trayectoria prefijada para estallar doscientos segundos después.
Lentamente, ambos se dirigieron hacia la superficie de Titán.
-¿Mentor? ¿Puedes oírme?
-¿Mnnn? Sí, I.S.A.A.C., te escucho -el líder de los Eternos de Titán salió de la meditación en que se encontraba y se irguió en el centro de sus aposentos-. ¿Qué ocurre?
-Una nave se ha aproximado a Titán. A pesar de solicitárselo repetidamente, no ha contestado para identificarse. Después ha cambiado su trayectoria para alejarse de nosotros y ha estallado.
-¿Y?
-Tres minutos y veinte segundos antes de producirse la explosión, mis sensores han detectado como dos organismos vivos, ambos humanoides, abandonaban la nave por una portilla de emergencia y comenzaban a dirigirse hacia la superficie de Titán.
-¿Has considerado la posibilidad de que su sistema de comunicaciones estuviera averiado? Quizá se tratara de una nave en una situación de emergencia y no pudieran responder a nuestro requerimiento.
-No lo creo. Mientras se aproximaban, hice un examen de la nave. No existía ninguna conexión defectuosa. Además, la trayectoria de la nave era una elipse perfecta, y los humanoides la abandonaron en el momento en que se encontraba en el punto más próximo a nosotros. Además…
-¿Sí?
-Acaban de volar la cerradura de seguridad de una de las portillas que conducen al interior de Titán con una descarga de láser. Creo que, definitivamente, sus intenciones son hostiles. ¿Les detengo?
-No, déjales avanzar, pero no les pierdas de vista. Tengo curiosidad por saber quiénes son y qué es lo que pretenden. ¿Has podido identificarles a partir de un análisis de su ADN?
-No, llevan algún tipo de dispositivo que distorsiona la señal de vuelta de mis escáneres. Lo único que puedo decir es que siguen ahí, y que avanzan lenta pero decididamente hacia el interior.
-Tengo una idea. Aumenta la temperatura en el trayecto que están siguiendo de manera que comiencen a sudar. Una vez hayamos conseguido esto, será cuestión de tiempo el que ese sudor caiga al suelo, y cuando se alejen ya no nos veremos obstaculizados por su aparato distorsionador. Así podremos analizar la muestra y, quizá, saber de quiénes se trata.
-Los seres orgánicos nunca dejaréis de asombrarme, Mentor. Semejante estratagema nunca se me hubiera ocurrido.
-Naturalmente, I.S.A.A.C,; pero es porque tú no sudas. Avísame en cuanto sepamos algo.
-Sí, Mentor.
Titán se encontraba ya a la vista. Drax se alegró de la proximidad de la luna.
«Al fin podré descansar«, pensó. «Y luego… ¡a por Thanos!«. El gigante verde aceleró un poco más.
-¡¡Maldita sea!! De repente la temperatura se ha elevado. ¿No lo notáis, capitana?
-No, Geatar. Los implantes robóticos que me colocaron4 me permiten controlar mi temperatura somática, y automáticamente deben haber compensado el incremento térmico.
-Pues sois afortunada, Capitana. Cuanto más avanzamos, más calor hace -. Geatar se llevó la mano a la frente para enjuagarse el calor que le brotaba copioso, y luego la sacudió para arrojarlo al suelo. Cuando se hubieron alejado, I.S.A.A.C. realizó simultáneamente dos acciones: comenzó a reducir la temperatura hasta devolverla a los parámetros ordinarios, y empezó el análisis del sudor caído al suelo.
-¿Mentor?
-¿Sí, I.S.A.A.C.?
-Disculpa, pero me pediste que te avisara cuando dispusiéramos de algún dato. Tu estratagema ha dado resultado, y hemos obtenido una muestra de sudo de uno de los dos intrusos.
-¿Se trata de alguien a quien conozcamos?
-Más que eso. Se trata de alguien de cuyo renacimiento somos responsables.
-Entonces se trata de…
-Efectivamente: es Geatar, el lugarteniente de tu autoproclamada bisnieta, Nébula.
-En tal caso, ella debe ser el otro humanoide. Geatar no se aparta de ella. Lástima que todos los héroes partieran al rescate de la flota korbinita5. No es que carezcamos ahora mismo de poder para enfrentarnos a ella, pero con Nébula toda precaución es poca. Esa mujer es endiabladamente astuta. Bueno, no les pierdas de vista. ¿Dónde se dirigirán?
Una vez en la superficie de Titán, Drax se encaminó hacia una de las entradas al interior de la luna y pulsó el botón que activaba el escáner de reconocimiento. Sin embargo, la puerta no se abrió. Extrañado, puesto que sus datos se encontraban en los archivos de I.S.A.A.C., volvió a pulsar el botón. Pero nada ocurrió. Drax comenzó a preocuparse: aquello podía significar que la computadora planetaria estaba inactiva, o que alguien había tomado control de la misma. Ambas alternativas eran igualmente peligrosas. Flexionando sus poderosos músculos, el ser que antaño fue Arthur Douglas agarró los bordes de la entrada con ambas manos y tiró hacia sí. Tras unos instantes, los goznes cedieron y un túnel oscuro se abrió ante Drax. El coloso color jade avanzó hacia el interior.
-¡Por fin hemos llegado! Gracias a los planos que obtuve en la nave de mi abuelo, hemos llegado a su laboratorio secreto en las entrañas de Titán, escudado contra los sensores de I.S.A.A.C. y, por lo tanto, virtualmente indetectable. Nadie ha estado aquí desde que Thanos lo abandonó. Y ahora, tecleemos el código.
Pulsando con decisión los caracteres alienígenas en el teclado que se encontraba a un lado del portón, Nébula tecleó la palabra «Muerte» en titánido, y el mecanismo funcionó. Con un suave siseo de aire que se renueva, la entrada al laboratorio secreto del titán loco quedó expedita.
-¿Mentor? He perdido a ambos seres. Mis sensores ya no les detectan.
-¿Dónde se encontraban cuando les perdiste?
-Estaban en… -repentinamente, la computadora enmudeció.
-¿I.S.A.A.C.? ¿I.S.A.A.C.? ¡I.S.A.A.C.! ¡Contesta! -dijo Mentor. Pero sólo el silencio le respondió.
-Lo primero es lo primero -, dijo Nébula al entrar en el laboratorio, cuyas luces se encendieron automáticamente tras un leve titubeo-. Si los archivos no mentían, este botón debería desactivar instantánea y completamente a esa puñetera computadora planetaria. ¡Ya está! Ahora a buscar ese misterioso objeto, que debería estar por allí…
Mentor abandonó sus aposentos a la carrera. Todo la luna se hallaba a oscuras, como consecuencia de la desactivación de I.S.A.A.C.; pero en la sala central del ordenador se encontraría una transcripción de los últimos datos recibidos. Una vez con ellos en sus manos, los leyó a toda velocidad y se encaminó hacia las profundidades de la luna. Si Nébula evitaba los sensores de I.S.A.A.C. y había logrado desactivar la computadora planetaria, suponía una amenaza aún más grave de lo que en un principio había pensado. Al doblar una esquina, Mentor vio un resplandor. Otro grado más de peligrosidad, si Nébula disponía de su propia fuente de energía.
-Atento, Geatar, alguien se está acercando.
-¿Estáis segura, capitana? Yo no he oído nada.
-Sí, estoy segura. Intenta no hacer ruido, pero yo puedo oírle. Sitúate detrás de la puerta y espera mi señal.
-¡Tú! -exclamó Mentor al traspasar el umbral-. ¿Qué lugar es este, bruja?
-¡Viejo estúpido! ¡Este es el lugar desde el que partiré para edificar un imperio, como es mi derecho de sangre!
-¡No, Nébula! ¡Yo te detendré!
-¡Viejo estúpido! ¿No reconoces la derrota, ni cuando la tienes enfrente de tí? Como… ¡ahora!
Surgiendo de detrás de la puerta, Geatar golpeó a Mentor con la culata del rifle láser que empuñaba. El eterno cayó al suelo, desvanecido.
Drax vio un resplandor luminoso a l mismo tiempo que oía un grito de triunfo:
-¡Al fin es mío! ¡Lo encontré!
Apretando el paso, dobló la esquina y entró en el laboratorio de Thanos.
-¡Tú!- exclamó
-¿Perdón? ¿Nos conocemos?
-Sólo de vista6. Yo fui creado para detener a tu abuelo.
-Ah, entonces sabes quién soy. Si es así, también sabrás qué es… ¡esto!
-¡No es posible! Es…
-Sí, Drax. Es ¡¡¡un Nulificador Supremo!!!
1.- Sigue las aventuras de Estela Plateada en su propia serie, ya en MarvelTopía.
2.- Entre Vengadores # 255 y 260 USA.
3.- Nébula y Geatar pasaron una temporada en Titán tras lo ocurrido en la saga «El Guantelete del Infinito«, en Estela Plateada v. III Annual # 5 y Estela Plateada # 69
4.- En Estela Plateada v. III # 70 a 72
5.- Al final de Poderes Cósmicos v. III # 3 (la primera autorrefencia de esta colección).
6.- Durante la saga de El Guantelete del Infinito
¿Cómo detendrán Drax y Mentor a Nébula, ahora que posee un Nulificador Supremo? ¿Cuál es el origen de este objeto? ¿Será éste el principio del fin para el Universo? Todo esto y mucho más en Poderes Cósmicos #7.