Superhumanos #45

Por Ibaita


Fecha de publicación: Mes 222 – 2/17


VOLUMEN IV: LA GUERRA KREE-SKRULL

Número 79: Elektra

Elektra vagaba por… no había palabras para describir por dónde vagaba.

Lo último que recordaba era haberse reunido con Cabeza de Martillo, pero aquello había terminado mal, ¿no? Sí, ambos estaban muertos. Entonces, ¿dónde estaba?

-Te hemos resucitado.

La voz, que no sabía de dónde venía, respondió a su pregunta, aunque flotaba en los límites de su conciencia y nada de todo aquello parecía real.

El tiempo pasó (¿o no? ¿El tiempo pasaba?) y todo se estabilizó, aunque seguía oscuro.

-Cuatro hombres han dado su vida por sacrificarte. Dos de ellos eran Garra y Flecha, mis más antiguos compañeros. Entenderás que te necesitamos.

Los nombres le resultaban familiares. Y entonces, Elektra despertó.

Se encontraba tumbada sobre un altar de piedra, vestida con un traje blanco. Su piel estaba muy pálida, consecuencia lógica de haber estado muerta durante más de un año; tenía que agradecer que aquella fuera la única consecuencia visible.

Delante de él había un hombre grande, de hombros muy anchos, envuelto completamente en un traje blanco que también tapaba su rostro. Elektra recordó.

-Piedra-susurró.

-Bienvenida de nuevo a la Casta.

El hombre se dio la vuelta y se alejó. Elektra se levantó y echó un breve vistazo a su entorno. El altar estaba en medio de una pequeña capilla de piedra. Salió, siguiendo a Piedra. Se encontraban en medio de unas montañas nevadas.

-¿Dónde estamos?

-Nepal.

-¿Cómo… cómo…?

Piedra no respondió. Elektra ordenó sus pensamientos: de vuelta al rollo ninja, pensó con una punzada de sarcasmo. Sabía muy bien que no eran el tipo de gente a quienes les gustara hablar mucho, así que no darían ninguna respuesta que no pudiera pensar por ella misma. Bien, de alguna forma, usando una técnica que ella nunca había llegado a aprender, la habían resucitado. Habrían traído su cadáver desde Estados Unidos hasta Nepal, sin duda no había sido una misión fácil, y menos si la Mano había intentado impedirlo, como seguramente habría pasado. La eterna guerra entre la Casta y la Mano probablemente seguía como siempre. ¿Y qué pintaba ella allí? Había abandonado la Casta hacía mucho tiempo, para decepción de su maestro.

-¿Dónde está Stick?-preguntó, ya que le había recordado.

-Cayó en combate hace siete años-repuso Piedra, deteniéndose sobre la nieve.

-Contra la Mano, supongo. ¿Y yo? ¿Por qué traerme de vuelta?

-Necesitamos guerreros. Cada día somos menos.

Elektra suspiró. No le gustaba trabajar sin que la pagaran, pero conocía todas las connotaciones místicas de no hacerlo. Habían dado cuatro vidas por ella, que supiera, y la habían traído de vuelta de entre los muertos. Eso suponía una deuda que tenía que ser saldada.

-No me queréis como guerrera, sabéis que no soy apta. Eso significa que sólo necesitáis algo de mí. ¿A quién tengo que matar?

-Kirigi-respondió Piedra-. El asesino inmortal.

-Cuando era mi maestro, Stick pronunció su nombre muchas veces. Lleva siglos matando a los vuestros. ¿Por qué ahora?

-Porque la Mano también está debilitada, y Kirigi ha salido a la luz. Ahora yo dirijo la Casta, y muchos sacrificios han sido hechos.

-Tendría que habérmelo imaginado. Así que por eso quedáis pocos. No eres tan calmado como Stick. En cuanto le sustituiste recrudeciste la guerra… así que estos siete años habrán muerto muchos más miembros de cada bando de los habituales, ¿no?

-Esta guerra tiene que acabar ya.

-Bien. Cumpliré mi cometido. Sólo espero no estar siendo usada como un kamikaze, como supongo que han sido usados la mitad de la Casta últimamente.


Kirigi no abrió los ojos, pero su estado mental cambió completamente. Alguien había interrumpido su meditación.

Elektra lanzó tres shuriken directos a su objetivo, sabiendo que no le alcanzarían, simplemente como manera de comenzar el combate. Efectivamente, Kirigi desenvainó su katana y desvió los tres.

El ninja saltó hacia Elektra describiendo un arco con su arma. Ella desenvainó su propia katana y contraatacó, ambas hojas restallando en el aire, una y otra vez.

Kirigi fue el primero que, con una dura patada frontal, arrojó lejos a su contrincante. Elektra cayó al suelo y rodó para esquivar el tajo del ninja. Desde el suelo, atacó con su katana, y Kirigi esquivó saltando. Sin embargo, cuando aterrizó, Elektra ya se había deshecho de la katana y enarbolaba un cuchillo kunai que hundió en el estómago del ninja inmortal. Primera sangre.

Herido, retrocedió. los contrincantes retomaron la lucha de katanas, esta vez con cierta ventaja para Elektra, ya que Kirigi perdía sangre y sus movimientos iban siendo más lentos. Y, sin embargo, la mercenaria no se dio cuenta hasta el último momento. Kirigi había estado llevando el combate hacia donde él quería: en la oscuridad del suelo, apenas visibles, había tetsubishi. Púas de hierro envenenadas. La habrían matado en cuestión de segundos.

Haciendo un giro forzado en el aire para esquivarlas, Elektra se expuso a un corte de Kirigi en el brazo, que llegó hasta el hueso. Gritó de dolor conforme la sangre se escapa de su brazo. Aquello dejaría cicatriz, sin duda. Mientras la mercenaria caía, Kirigi dejó caer su katana y extrajo rápidamente un cuchillo kunai que lanzó contra su enemiga. Sin poder esquivarlo por la inercia de la caída, Elektra sólo pudo levantar la pierna para evitar que el kunai se clavase en su abdomen, y dejar que su hundiera en su gemelo.

El ninja inmortal extrajo otro kunai y, esta vez sosteniéndolo, se lanzó contra su enemiga herida. Ella sacó un sai con su brazo izquierdo, que Kirigi evitó fácilmente… sólo para encontrarse con otro. Había dado por hecho que su enemiga sólo tenía un sai, y que, con el brazo derecho seriamente herido, tampoco habría podido empuñar otro de todas formas. Pero sí, usando únicamente el tríceps con increíble habilidad. El sai atravesó por completo el brazo con el que Kirigi empuñaba el kunai, bloqueándolo y haciendo que el cuchillo cayera al suelo. Aprovechando que lo tenía clavado, Elektra saltó, emitiendo un nuevo grito de dolor por su pierna herida, y hundió el sai izquierdo en el cuello de Kirigi, al tiempo que aferraba el derecho con el brazo izquierdo y giraba, empujando al ninja sobre los tetsubishi.

El ninja inmortal estaba muerto. Elektra se fue desenrollando una de las tobilleras para vendar sus heridas. Ya sólo quedaba el procedimiento final.


-Ya está.

-Lo sé-dijo Piedra sin girarse-. Mis hombres han visto el humo. La Mano no podrá resucitar un cadáver decapitado y quemado, ni siquiera el de Kirigi.

-Entonces, he saldado mi deuda con la Casta. ¿Ya está? ¿Soy libre?

-Eres libre.

Elektra abandonó el pequeño templo. Sus pies comenzaron a hollar la nieve.

-Ahora has saldado todas tus deudas. Tú decides qué camino seguir. Puedes volver a ser una mercenaria, o puedes emprender un camino totalmente nuevo y encontrar por fin la paz contigo misma-dijo la voz de Piedra desde dentro del templo.

Elektra caminó cojeando, paso tras paso. Frente a ella se extendía un enorme precipicio y las montañas del Tíbet cubrían el horizonte. Era libre.


Número 80: Tras la guerra

Dos naves se juntaron en el espacio. Lentamente, fueron girando para acoplarse a la perfección, a pesar de que eran modelos totalmente distintos. Las escotillas se adaptaron y quedaron selladas, adaptando la gravedad artificial e impidiendo el escape de oxígeno.

Guiados por Charles Xavier, la Patrulla-X salió de su nave. Cíclope y Bestia, rostros conocidos, encabezaban la formación, seguidos por Ave de Trueno, Lobezno y Spiderman.

Al otro lado les esperaban con una sonrisa. El único humano, Corsario; el sáurido Ch’od acompañado de su pequeña mascota, Cr’eee; madame Hepzibah del planeta Tryl’sart; el cyborg Raza, el del cuchillo largo; y el robot programado para ejercer de médico, Sikorsky.

La Patrulla-X y los Saqueadores Estelares habían combatido juntos en más de una ocasión; recordaban con nostalgia su alianza con el científico de IMA Max Brashear para ayudarles a extraer energía geotérmica con la que poner en marcha de nuevo la nave de los Saqueadores Estelares, su enfrentamiento contra los sidri o contra Xenith.

Los grupos se fueron saludando, bien por reencuentro o bien conociéndose por primera vez. Corsario sirvió una bebida alcohólica de baja graduación, bastante similar a la cerveza, que fermentaban a partir de plantas alienígenas.

Animados por el alcohol, no tardaron en llevarse bien. Raza y Lobezno marcharon pronto a la sala de entrenamiento a compartir técnicas de combate cuerpo a cuerpo. Sikorsky ajustaba la mano biónica de Spiderman. Cíclope compartía recuerdos con su padre, Corsario, y con la Bestia, Hepzibah y Ch’od.

Conforme el grupo se dispersaba, Corsario apartó a la Bestia para hablar con él.

-Hank. ¿Qué demonios le pasa a Scott? Habla de forma… extraña. Como si no fuera él.

-¿Quieres la versión corta o la larga?-respondió agachando ligeramente la cabeza.

-Quiero la verdad.

-Scott… estuvo clínicamente muerto durante un tiempo. Sufrió daños cerebrales. El profesor y Jean reconstruyeron su cerebro a partir de los recuerdos que ellos tenían de él.

-Joder. Soy su padre, Hank. ¿Llevamos 15 años sin vernos y no me habéis contado esto?

Hubo un silencio incómodo entre los dos.

-¿Cuánto tiempo estuvo muerto?

-Por lo que sé, varias semanas.

-¡¿Cómo?!

-Aún no sabemos cómo revivió, pero debió de haber superhumanos de por medio. Sino, habría sido imposible…

-Joder… pero… esto es una parodia, Hank. ¿Qué cojones estáis haciendo? Mi hijo ha muerto y vosotros le habéis convertido en un zombi para usarlo en vuestra jodida guerra mutante. Ni siquiera le dejáis morir en paz.

-No es así, Corsario-replicó la Bestia, endureciendo su tono y poniéndose a la defensiva-. Nosotros teníamos aprecio a Scott, era nuestro amigo. Y, de hecho, le conocíamos más que tú y pasamos mucho más tiempo con él a lo largo de nuestra vida. Esto es lo mejor que podemos conseguir. ¿Qué harías tú? Imagínate que la situación fuera sin superhumanos de por medio. ¿Qué pasaría si Scott hubiera sufrido un accidente de coche y perdiera la mitad de sus recuerdos? ¿Qué harías tú? ¿Le matarías? ¿O intentarías apoyarle?

-No compares… joder, ¿cómo puedes comparar eso? ¡Estuvo muerto durante semanas! No queda ni rastro de su personalidad en él, ¿verdad? Sólo habéis hecho una copia. Una copia. Una mentira. Una simulación de su personalidad creada por el profesor y por Jean.

-Quienes le conocían mejor que nadie.

-Que os jodan. A vosotros y a vuestras mierdas de justificaciones para poder dormir por las noches.

El resto de la velada fue bastante provechoso. Spiderman tenía su mano biónica mejor que nunca, y tanto Raza como Lobezno y Ave de Trueno aseguraron que enfrentarse a estilos de lucha tan opuestos había sido un entrenamiento muy útil.

La Patrulla-X se despidió de los Saqueadores. Sólo faltaba Corsario.

-¿Volveréis a Estados Unidos?-preguntó Hepzibah.

-Quizá nos estén buscando en otro sitio, quién sabe-respondió la Bestia, encogiéndose de hombros-. Mientras vamos viajando a la Tierra, el profesor intentará encontrarnos un lugar seguro, tal vez en algún otro continente.

-¿Dónde está Corsario?-preguntó Scott-¿No viene a despedirnos?

-Estará ocupado-dijo la Bestia, poniendo una mano sobre el hombro de Cíclope-. Vamos, tenemos que irnos ya.

-Hasta la próxima-se despidió Ch’od sonriente. Incluso Cr’eee, sobre su hombro, piaba emocionado.


Zemo, con el rostro descubierto por primera vez en mucho tiempo, se encontraba de pie frente a cuatro ataúdes. La Asesina de Hombres, Bullseye, el Hombre Radioactivo y Atlas. Cuatro superhumanos muertos en una sola operación.

Nick Fury se acercó por detrás y apoyó una mano en el hombro de Zemo.

-Cuando Proteus nació, yo apenas llevaba un par de años como director de SHIELD-le dijo-. Recibí el informe de Moira McTaggert, que insistió en ocuparse. Por aquel entonces no existía el Proyecto Pegaso ni contábamos con Quasar, así que la Isla Muir, con Banshee ayudando a vigilarlo, parecía el lugar más seguro para Proteus. Pero no bastó. Hemos perdido a un buen número de agentes de SHIELD británicos, incluido Pete Wisdom: que sólo haya habido cuatro bajas entre los Thunderbolts es un logro.

-Lo sé-respondió Zemo-. Pero esto es un cierre para mí. Los Thunderbolts han sido masacrados, no tiene sentido continuar con ellos; y menos, ahora que van a volver los Vengadores.

-El informe del Capitán América decía que aún tardarían unas semanas. Podrías seguir con esto un tiempo más, si quisieras. Aunque sólo sea como reserva.

-No, ya he tenido bastante. Creo que es hora de jubilarme de una vez. Una casa junto a un lago, Fury, por favor.

-Bien. Me ocuparé de ello.

El director de SHIELD abandonó la habitación.


Sentado en su trono, uno de los demonios más temibles cruzó sus manos blancas.

Hacía ya muchos siglos desde que el Anciano, el Hechicero Supremo, le había derrotado y encerrado. Hacía muchos años desde que su sucesor en el cargo, el Dr. Extraño, había renovado el sello. Pero durante ese tiempo, había acumulado poder. Y ahora estaba libre. Libre para empezar a tejer sus redes.


ACADEMIA XAVIER DE JÓVENES TALENTOS

Y en el próximo número, el anual, que transcurrirá en los años 80… y se acabará el volumen IV.

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