DC Universe Presents… #3

nudcuniversepresents03

#3 – Checkmate #3
Hacia el mañana III
Guerra a tres bandas

Por Carlos Fortuny


Fecha de publicación: Mes 186 – 10/13


 

Rey de Blancas: Maxwell Lord Rey de  Negras: Sargento Steel
Reina de Blancas: Amanda Waller Reina de  Negras: Kalia Campbell
Alfil de Rey: Alfil de Rey:
Alfil de Reina: Lori Lemaris Alfil de Reina: Dr. Ray Palmer
Caballo de Rey: Caballo de Rey: Cole Cash
Caballo de Reina: Jack Wheeler Caballo de Reina: Slade Wilson
Torre de Rey: Nathaniel Adam Torre de Rey: Tatsu Yamashiro
Torre de Reina: Torre de Reina:

Habitación Nathaniel Adam, base de Jaque Mate, Shelby, Michigan.

Por fin le habían dado algo de descanso, aunque su agotamiento era claramente mental, y no físico. Se había tumbado en la cama nada más llegar a su habitación, pero enseguida había sabido que no se dormiría. También había prescindido de la idea de comer, pues no tenía hambre alguna.

En aquellos momentos se encontraba tirado en la cama mirando a su alrededor. Había un par de fotos, una de sus difuntos padres junto a él de niño, junto a la cual descansaba una pelota de baseball. Esta se la había conseguido su padre en un partido entre Detroit y Cleveland, no solo eso, había conseguido que alguno de los jugadores se la firmasen. Aquella pelota y la foto siempre fueron muy importantes en la vida de Nate, pero ahora no conseguía recordar porque, solo veía viejas reliquias familiares sin ningún valor.

Al lado de estas se encontraba otra foto, esta mucho más cercana al presente, en ella se veían a él mismo con unos años menos y a una chica besándose. Era Amy Sue Allen, la chica a la que más había querido en toda su vida. Habían trabajado juntos para el ejército de los Estados Unidos de América, pero de aquello ya hacía tiempo, ella seguía en aque lugar, mientras que Nathaniel trabajaba ahora para Jaque Mate.

Los recuerdos seguían allí, noches de cine, cenas, encuentros amorosos, fiestas de cumpleaños, pero una vez más Nate no recordaba porque había sido tan importante esa chica en su vida, al fin y al cabo, solo era una chica.

Aquello lo empezó a asustar, mirara donde mirara solo encontraba recuerdos vacíos, se levantó de la cama y corrió al baño, allí no había nada, ningún recuerdo por el que tuviera que sentir nostalgia. Pero entonces se encontró con el espejo, su piel ya era más plateada que humana, sus ojos, carentes de pupila o iris, y su cabello, todo había tomado un color totalmente plateado. Se estaba convirtiendo en un monstruo, tanto por fuera como por dentro.

Algunas cuestiones oscuras se le pasaron por la cabeza, ¿y si había muerto y de alguna forma había vuelto al mundo de los vivos sin alma? ¿siempre se iba a sentir completamente vacío?

De un puñetazo hizo añicos no solo el espejo, sino también la pared, con lo que llegó al baño de la habitación adyacente, donde afortunadamente no había nadie. Se dio la vuelta para regresar a su habitación, pero en lugar de abrir la puerta la derrumbó de una patada. Sentía su cuerpo repleto de energía, así que se centro en aquello, alejando cualquier otro pensamiento. Extendió la mano y notó como la energía fluía hacia su brazo, se concentró aun más en ella. Entonces una ráfaga de energía emergió de su mano y volatilizó gran parte de su biblioteca, haciendo arder lo que no había desintegrado.

-Vaya…

Una alarma empezó a sonar a toda potencia, en un primer momento pensó que era por él, estaba listo para lo que fuera. Era un monstruo, y si tenía que morir estaba preparado. Pero entonces la megafonía del lugar empezó a anunciar la naturaleza de la emergencia.

El sujeto alienígena había despertado y estaba atacando a quien se interponía en su camino, instaban a que todos los peones disponibles se presentaran en las instalaciones científicas para prestar ayuda.

Entonces Adam lo supo, por eso se le habían concedido aquellos poderes casi divinos, tenía que ayudar a la gente. Rápidamente activó el panel de control que los altos cargos tenían en sus dependencias y se comunicó con el centro de mando.

-Waller, aquí Nathaniel Adam, no envíe más hombres, yo me encargo.

-Madre de dios, ¿pero que te ha pasado…?- Empezó a decir Waller quien hacía horas que no veía el estado del capitán Adam.

Pero la fornida mujer se quedó con la palabra en la boca, Nate no había pedido permiso, solo había comunicado sus intenciones, por lo que rápidamente se puso en marcha.

Tardó un poco en darse cuenta de por qué avanzaba tan rápido, no corría, volaba, pero aquello tampoco le alteró en demasía, simplemente aprovechó aquella nueva facultad recién descubierta.

No tardó más de un minuto en recorrer toda la base, en parte porque los obstáculos que se encontraba en su camino, ya fueran puertas o mobiliario, simplemente los arroyaba.

Lo primero que vio al llegar fue al marciano sujetando por el cuello a Slade, nunca le había caído bien, pero desde luego no lo iba a dejar morir, al igual que había echo con las puertas arroyó al marciano, haciendo que Slade cayera al suelo libre de su presa, y se estrelló junto a su objetivo contra varias paredes destrozándolas en el trayecto.

-No vas a hacer daño a nadie más monstruo.- Le dijo el capitán mientras le propinaba un puñetazo que lanzó al marciano al suelo.

A su alrededor varios peones retrocedían asustados, <<No es el único monstruo…>> Pensó enseguida Nate. Pero no tuvo más tiempo de auto compadecerse, pues el marciano se puso rápidamente en pie y disparo su láser ocular. Nate intentó cubrirse, pero enseguida descubrió que el láser no le hacía daño, es más, lo recargaba.

-¡Prueba tu propia medicina!- Gritó el capitán lanzando una ráfaga de energía con sus manos.

Pero el marciano se hizo intangible, lo que hizo que la ráfaga destruyera una pared con una estruendosa explosión. Sin perder un segundo el extraterrestre se lanzó sobre el capitán Adam y empezó a golpearlo con toda su fuerza.

Si bien ahora el capitán poseía una fuerza sobrehumana, los golpes de aquel ser le dolían de verdad, pero los dos seres super poderosos se intercambiaban un número similar de golpes brutales, haciendo que toda la sala temblara por el simple impacto de los golpes.


Centro de mando, base de Jaque Mate, Shelby, Michigan.
-Señora Waller, el informe de bajas que pidió.- Dijo uno de los analistas de las filas de delante.

-Pásalo a mi pantalla.- Se limitó a ordenar Waller mientras contemplaba en el monitor más grande de la sala la pelea entre aquellos dos titanes.

La lucha parecía bastante igualada, y ninguno de los dos daba muestras de agotamiento. Amanda empezaba a temer que acabaran con toda la instalación, sin duda Lord se iba a tener que rascar el bolsillo para arreglar todo aquello.

El ordenador emitió un pitido anunciando que los datos que esperaba habían llegado. Casi un 65% de los peones de combate habían caído a manos del marciano, la mayoría heridos, pero había también un alto indice de muertes. Y los números seguían avanzando, más lentamente, pero las bajas aumentaban por los daños colaterales de la pelea.

-Hay que detener esto de alguna forma…- Murmuró Amanda.

-Estoy de acuerdo, ¿pero cómo?- Preguntó Kalia asustada.

-Alguna forma habrá de matar a ese bicho.

-¿Matarlo?- Preguntó la joven confusa.

-Si Kalia, matarlo, por muy enamorado que Lord esté de él, no vamos a permitir que se lleve por delante a todo Jaque Mate.

-Pero si consiguiéramos hablar con él, comprendernos, ¿sabes todo el bien que podría hacer?

-Es un monstruo, no hay nada que hacer…

-Tal vez yo…- Dijo Lori volviéndose en su silla.- Déjenme intentarlo.

-Demasiado arriesgado.- Se limitó a refunfuñar Amanda.

-Hay que intentarlo Amanda… todo esto no puede haber sido para nada…- Dijo Kalia posando su mano sobre la de la otra reina.

La fornida mujer seguía reticente, pero fueron los ojos de Kalia lo que finalmente la convencieron, aunque seguía albergando serias dudas en su interior.

-Está bien Lemaris, pero yo iré contigo…

-Pero Amanda…- Empezó a protestar Kalia.

-No vamos a discutir sobre esto, te quedas al cargo del tablero.- Se limitó a decir Amanda tajantemente.


Base de Jaque Mate, Shelby, Michigan.

Nathaniel intentó golpear al marciano con todas sus fuerzas, pero este se hizo intangible justo en el momento preciso para evitar el golpe, acto seguido agarró al capitán del otro brazo y dio dos vueltas sobre si mismo antes de lanzarlo contra una pared que atravesó como si de corcho se tratase. Además de esto arroyó a cuatro guardias que intentaban montar un perímetro alrededor de la zona de lucha. Pero toda la base se estaba convirtiendo en su zona de lucha.

-Largaos de aquí.- Ordenó el capitán mientras se ponía en pie y miraba hacia la dirección por la que había llegado a la espera de su rival.

Este no se hizo de rogar y enseguida emergió de un muro que aun seguía en pie usando su incorporeidad. Era un verdadero fastidio, pues era muy difícil acertar al marciano que usaba la intangibilidad como principal medida defensiva.

Nathaniel no se movió del sitio, simplemente esperó a que su rival llegara hasta él mientras preparaba su ataque.

Finalmente recibió un puñetazo en toda la cara que le hizo atravesar nuevamente varios muros, pero esta vez estaba preparado, y justo en el momento que recibió dicho puñetazo lanzó una descarga de energía a quemarropa que impacto en pleno pecho del marciano.

Y es que Nathaniel había comprobado que cuando el extraterrestre atacaba no podía tener activo su poder defensivo, obviamente se tenía que volver tangible para acertarle, y esa era la mejor oportunidad de contraatacar para Nate. El punto negativo de aquel plan era que el marciano no daba precisamente caricias.

Nathaniel se levantó llevándose la mano a la dolorida mandíbula, empezaba a notar cierto cansancio, y es que la pelea se estaba alargando mucho, y aquel ser parecía aun con muchas ganas de marcha. No sabía que edad tendría, pero estaba claro que tenía mucha más experiencia con sus poderes que él.

-Allá vamos otra vez…- Dijo para si mismo el capitán cuando vio aparecer al ser.

Esta vez los dos chocaron con una fuerza atronadora, sujetándose ambas manos con la de su rival y empujando en una autentica competición de fuerza bruta en la que ninguno de los dos tenía una clara ventaja.

Nate preparó sus manos para lanzar otra descarga, pero justo antes de hacerlo el marciano se hizo intangible y lo atravesó, dándole una patada en la espalda. Nate intentó incorporarse pero antes de que lo consiguiera su oponente cayó sobre él y lo empezó a golpear una y otra vez en la cara sin ninguna piedad. Tan fuertes eran los golpes que los dos atravesaron el suelo cayendo en la planta inferior.

Acorralado, Nate actuó más por instinto que por otra razón, y todo su cuerpo emitió una descarga de energía que destruyó todo el laboratorio al que habían entrado y arrojó al marciano lejos.

El capitán Adam se levantó bastante cansado, sin poder evitar un pequeño jadeo mientras observaba al marciano, este se levantó con algunas heridas serias y se le quedó mirando. Las heridas empezaron a sanar con rapidez, y el alienigena se preparó para otra envestida. Tan concentrados estaban cada uno en su oponente que no percibieron la presencia de una tercera persona hasta que esta gritó.

-¡¡Ya basta!!- Gritó Lori Lemaris desde lo que hasta hace breves segundos había sido una puerta y ahora era un umbral chamuscado.

Un poco más atrás de la mujer se intuía la silueta de Amanda Waller. Sin pensárselo dos veces Lori comenzó a avanzar con los brazos abiertos hacia los dos contendientes con el fin de quedar entre ellos.

-¡Detente Lori!- Le pidió el capitán Adam.- ¡Es peligroso!

-Tranquilo Nate, no me va a pasar nada…

Lori avanzaba lentamente sin apartar su mirada de la del marciano, como intentando que sus ojos llenos de calma tranquilizaran al ser, al fin y al cabo debía haber sido duro para él recibir aquel despertar, y tenía que estar claramente asustado. Por si aquello fuera poco enseguida le habían atacado, y después el nivel de violencia se había ido subiendo más y más sin ningún sentido.

Lori suponía que aquel ser no entendería su idioma, pero sabía que entendería las emociones, así que lentamente se fue acercando a él tanto física como mentalmente. Para que no notara agresión accedía a su mente de la manera más pacífica posible, como si llamara a cada puerta que encontrara aunque esta estuviera abierta, como si se inclinara ante cualquier habitante de una ciudad que se cruzara. Era un proceso lento, pero el marciano no había vuelto a dar señales de agresividad, es más, se le veía menos tenso, su puño ya no se cerraba con fuerza sino que estaba semiabierto.

Finalmente Lori llego a un punto en el que sin estar totalmente dentro de su cabeza, podía mostrarle cosas, y así lo hizo, compartió con él sentimientos de amor y amistad, de paz y tranquilidad, de calma y sosiego, y sobretodo de seguridad.

Cuando la mente del marciano empezó a estar en paz Lori incluso se atrevió a colocar su mano en la mejilla del ser, y la acarició con ternura.

-Tranquilo, nadie más te va a hacer daño.

Entonces algo sucedió, fue el marciano el que accedió a la mente de la mujer, pero esta levantó todas las barreras, dejándole que se paseara libremente. Pudo ver como el extraterrestre se interesaba en registrar las nociones de historia y lenguaje de la chica, así como también algunos datos privados de la mujer.

¿Lori Lemaris es vuestro nombre?– Preguntó mentalmente el marciano.

Así es, ¿me podrías decir el tuyo?– Preguntó la chica también mentalmente.

Mi nombre es J’onn J’onzz…– Respondió el marciano mentalmente.

Amanda se había quedado contemplando toda la escena, parecía que la táctica de Lori había funcionado, el marciano estaba calmado e incluso el capitán Adam se había sentado a descansar en el suelo. La mujer miraba a ambos seres con asombro, sin duda tenían una fuerza y poderes prodigiosos.

-Querías un monstruo Lord… ahora tienes dos…- Susurró Amanda para si misma.


Olla, Luisiana.

Cash y Wheeler habían subido al coche, que Bennett, ni corto ni perezoso, había convertido en un descapotable. Así pretendía controlar todo el perímetro, y alejar a los vampiros que intentaran alcanzarlos, y la verdad es que de momento la estrategia funcionaba.

-¡Vamos! ¡Vamos!, dale caña a este trasto.- Ordenó Wheeler.

-Vaya, ahora nos ha entrado la prisa…- comentó con ironía Cash.- Tranquilo, casi hemos llegado al aeropuerto.

Justo en ese momento otro vampiro se lanzó sobre ellos, pero fue rechazado por una patada de Andrew.

-Esto no va a ser fácil…- Dijo el joven sin cambiar su semblante.

-¿A qué te refieres?- Preguntó Wheeler nervioso.

El caballo al mando enseguida notó que Andrew estaba estudiando el perímetro. No entendía como podía ver tan claramente en aquella oscuridad, o tener aquella fuerza sobrehumana, pero en el fondo sabía la respuesta.

-Nos están rodeando, sin duda saben a donde nos dirigimos.- Respondió Andrew.

-¿Entonces?- Preguntó Cash dudoso.- ¿Sigo al aeropuerto o lo intentamos por tierra?

-Nos rodearán vayamos a donde vayamos, sois las únicas dos personas vivas en kilómetros…

-¡¿Como que sois?! ¡Querrás decir somos!- Dijo Cash algo alterado mientras empezaba a unir piezas.

Solo hubo silencio durante los siguientes segundos que se hicieron eternos, pero entonces Cash se volvió a mirar a Andrew.

-¡Eres un jodido vampiro!

-Cash, ¡mira la puta carretera!- Gritó Wheeler.

Pero la advertencia llegó tarde, los reflejos de Cash estuvieron lentos, y para cuando se volvió el coche ya estaba impactando contra el quitamiedos, eso hizo que perdiera completamente el control, con lo que tras un par de vueltas de campana, acabó por empotrarse contra un pequeño comercio.


Sala de reuniones, base de Jaque Mate, Shelby, Michigan.

Por fin las alarmas de la base se habían silenciado y todo empezaba a volver a la normalidad, si bien, gran parte de la instalación había quedado gravemente dañada. En primer lugar se atendieron a los heridos, posteriormente se asegurarían las zonas para que ninguna fuese peligrosa y se procedería a retirar los cadáveres que había dejado la batalla de titanes.

Maxwell Lord seguía en la enfermería siendo atendido por los doctores Stone, este seguía en un estado parecido al coma del que de momento no habían sabido sacarle. Así que las dos reinas que quedaban en la instalación se habían saltado el protocolo y habían dejado a Lori al frente de la sala de mandos mientras ella se encargaban de entrevistar al marciano. Junto a ellas también se encontraba Slade Wilson, el doctor Ray Palmer y el capitán Nathaniel Adam, cuya piel ya había sido totalmente sustituida por aquella especie de aleación de metal plateada.

-Quiero que sepan que me avergüenzo de mi conducta.- Se limitó a decir J’onn.- Llevaba mucho tiempo dormido, y cuando desperté…

-¡¿Cuando despertaste qué?!- Protestó el capitán, en realidad las pérdidas humanas no le dolían como debiera, puede que por ello estuviese más enfadado. Pero fuera como fuese no se podía creer que ahora charlasen tranquilamente con aquel monstruo.- ¡Has matado a seres humanos allí! ¡No podían hacerte daño alguno!

-Yo no sabía…

-Ya basta capitán.- Intervino Amanda Waller.- Si de verdad te arrepientes, marciano.- Dijo esta última palabra con algo de desprecio.- Nos ayudarás.

-¿Que nos ayudará a que?- Preguntó el capitán algo mosqueado sin llegar a entender.

-El equipo de Wheeler está en peligro. Tuvimos que dejarlos a su suerte…- Dijo Kalia que enseguida paró de hablar y bajó la cabeza dolida.

-Si, y si los tuvimos que dejar a su suerte fue por ocuparnos de ti.- Dijo Amanda señalando al marciano con un dedo acusador.- Así que ahora mismo os vais a reunir con un pequeño pelotón de peones en el hangar y vais a subir al Aerobuque rumbo a Olla.

-¿Todos?- Preguntó el doctor Palmer confuso.

-Si, todos.- Respondió Amanda.

-¿Que tipo de amenaza nos espera para que quieras mandarnos a todos?- Preguntó Nathaniel con el semblante serio, lo que le daba un aire de lo más amenazador.

-Vampiros…- Dijo Kalia al ver que su compañera no contestaba.

-Primero hombres lobo, después un tío brillante.- Dijo Slade señalando a Nate.- Y ahora vampiros. Es oficial, estamos en «Crepúsculo».

-¿Vampiros?- Preguntó el doctor Palmer aun confuso.- ¿Y que quieres que haga contra vampiros?

-Ya basta, el tiempo es vital. Os daremos el resto de los datos por el camino.- Concluyó Amanda.

Tras estas palabras todos a excepción de J’onn y Amanda salieron de la sala. La mujer miró con dureza al marciano que parecía estar barajando sus opciones.

-Sabes que nos lo debes.- Fue lo único que dijo Amanda Waller antes de abandonar la sala.


Aerobuque de Jaque Mate, sobre el cielo de Olla, Luisiana.

El aerobuque era la nave insignia de Jaque Mate, medía unos 200 metros de eslora por 65 de manga. Y era usado como base de operaciones móvil en caso de necesidad. Los daños sufridos en la base, habían provocado que hubiera pocas naves disponibles, además aquella era increíblemente veloz a pesar de su tamaño.

Un enorme amasijo de metal surcando los cielos con todo tipo de tecnología de camuflaje para no ser detectado.

Una gran cantidad de peones disponibles se habían sumado al equipo de élite que conformarían J’onn, Nathaniel, el doctor Palmer y Slade, casi todos los peones en condiciones de luchar, aunque alguno había quedado en la base con el fin de atender a heridos y asegurar las zonas peligrosas de la instalación.

El viaje había sido más rápido de lo esperado, pero Amanda había tenido tiempo suficiente para poner a su equipo al tanto de la situación, debían auxiliar al equipo de tierra y acabar con la amenaza que suponían los vampiros.

Durante la explicación el doctor Palmer intentó protestar sin éxito en varias ocasiones, no entendía porque se le había elegido para aquella misión, pero cada protesta fue igual de inútil que la anterior.

-No te preocupes Doc, yo te cubro las espaldas.- Le dijo Slade con una macabra sonrisa.

Palmer no pudo menos que preguntarse si le daba más miedo su protector o los vampiros, todos en aquella nave estaban incomodos con la misión, había muchos peones tan asustados como él mismo, y los pesos pesados como Nathaniel o J’onn se veían preocupados, puede que no asustados, pero no les gustaba la misión en si. Pero Slade… Slade estaba hecho de otra pasta, de verdad parecía que disfrutaba con la ocasión que se le presentaba de masacrar vampiros.

El doctor Palmer solo suspiró ante el comentario de su compañero y asintió desganado.


Olla, Luisiana.

Estaban perdidos, completamente rodeados, miraras donde miraras podías obvervar aquellos siniestros ojos que se iluminaban en la noche, todos ansiosos por hincarles el diente.

Los tres habían salido ilesos del accidente con el coche, pero ¿de que les servía ahora?, Cash y Wheeler solo miraban a uno y otro lado apuntando con sus armas, preparados para disparar al menor movimiento, pero había tantos vampiros…

Aun así los vampiros no atacaban, los hombres de Jaque Mate sabían perfectamente que si hubieran sido los únicos en aquel lugar ya estarían muertos. No, lo único que interponía los colmillos de aquellos seres de su sangre era Bennett, por él aun no habían atacado, por él eran más cuidadosos.

Pero entonces algo sucedió, el viento se empezó a enfurecer, y grandes focos de luz surgieron del cielo.

Los vampiros empezaron a mirar hacia arriba desconcertados, pero Cash y Wheeler sabían perfectamente lo que sucedía. No lo podían creer, la posibilidad de sobrevivir a aquel día empezaba a cobrar fuerza.

El aerobuque empezó a cobrar forma, y enseguida peones de Jaque Mate surgieron por doquier, no había preguntas, no había palabras, solo disparos.

Wheeler notó enseguida algo en su cabeza mientras se ponía a cubierto disparando a cualquier vampiro que se cruzara por su rango de visión. El desconcierto que producía aquella invasión de su mente solo le duró unos segundos, pues enseguida reconoció la mano de Lori en aquello, todo el equipo principal de Jaque Mate estaba nuevamente conectado, pues no existía telépata tan poderoso como para conectar a absolutamente todos los peones, Lori siempre conectaba a los principales jefes de grupo.

Wheeler pudo dar su ubicación exacta mientras miraba boquiabierto como dos seres de ensueño surgían de la nave. El poder de Nathaniel y J’onn hacía que la posibilidad de vencer a los vampiros fuera real, estos estaban al nivel de Bennett, sino por encima de este, pero había muchísimos vampiros, demasiados…

Bennett se despreocupó de sus dos acompañantes en cuanto un escuadrón de peones los rodearon empezando a cumplir sus órdenes.

A pesar de la cantidad de veces que se había enfrentado a tropas vampíricas Andrew no había contemplado jamás una batalla igual, estaba acostumbrado a batallar él solo, y que ahora le cubrieran las espaldas se le hacía raro. Saltó sobre un vampito que estaba a punto de enganchar a un soldado por la espalda, y ambos rodaron por el suelo mostrando sus colmillos, pero Andrew era mucho más viejo, y con un rápido movimiento cercenó la cabeza de su oponente.

Con tantos vampiros donde elegir daba un poco igual donde miraras, siempre había una presa, pero Andrew decidió que se dedicaría a cubrir a todos aquellos valientes soldados que sen encontraban en tan desfavorable situación. Si, eran más numeroso, pero a poco que se descuidaran un vampiro podía acabar fácilmente con diez o más peones sin que se dieran ni cuenta.

Aquello no era aplicable a aquellas bestias que habían traído los soldados. Andrew se permitió un segundo para contemplarlas a lo lejos.

El capitán Nathaniel sobrevolaba el lugar luchando contra vampiros, siempre que podía usaba alguna ráfaga de energía para barrerlos, cuando no usaba sus propios puños.

Los vampiros enseguida se dieron cuenta de que era más peligroso estar en el aire, pues aquellas ráfagas podían barrer a varios de ellos, cosa que era más dificil en tierra, pues Nate se arriesgaba a llevarse por delante a algunos peones.

Así que aunque de mala gana Nate tuvo que descender a tierra y combatir cuerpo a cuerpo, también así aventajaba a sus oponentes, pero entre el agotamiento que le había producido enfrentarse a J’onn y la fuerza sobrehumana de sus oponentes, la lucha era más complicada, sobre todo cuando lo rodeaban entre varios, una táctica que empezaron a emplear con frecuencia.

Más fácil lo tenía J’onn, estaba totalmente acostumbrado a sus poderes, e intercambiaba con una precisión milimétrica entre uno y otro, metamorfoseaba sus manos en frandes cuchillas, se hacía intangible para evitar todo ataque, y se recuperaba con su curación instantánea cuando conseguían acertarle. Por si esto fuera poco disparaba sus rayos oculares con gran certeza, por lo que recurría a ellos tranquilamente sin correr el riesgo de darle a nadie más. Aun así empezaba a dudar de sus actos, se había despertado asustado y había atacado por doquier, y por culpa de ello ahora se veía obligado a dañar a otros seres en una lucha que no comprendía, ¿quien le decía que estos seres debían morir más que los otros?, pero se concentraba solo en enmendar el daño que ya había causado, aunque fuera causando más daño…

El doctor Palmer había decidido quedarse junto a Slade, parecía lo más seguro, y mientras más luchaba menos entendía que hacía allí. A pesar de que eran vampiros a lo que se enfrentaba no había matado a ninguno, y es que no le había parecido correcto. Había conseguido dar algún golpe y se había dedicado sobretodo a esquivar golpes reduciendo su tamaño.

Por otra parte Slade parecía un niño con pase gratis en un parque de atracciones, con una mano disparaba sin cesar, con la otra decapitaba a cada vampiro lo suficiente estúpido como para acercarse, era solo un hombre, o eso decían, pero sus reflejos, su habilidad para el combate y el control absoluto que tenía sobre sus armas lo convertían en una absoluta arma letal.

-Vamos Doc, deja de esconderte, no sabes lo que relaja cortarle las cabezas a estos cabrones.- Dijo empezando a reír como un loco.

Wheeler se había llevado un buen golpe de uno de aquellos seres y le había fracturado el brazo derecho, por lo que ahora disparaba como podía con el izquierdo, y se centraba en dar ordenes. La batalla no iba mal, pero habían perdido a demasiados peones.

Cash por su parte no se separaba de su compañero, y menos desde que lo habían herido. No estaba tan loco como Slade, ni tenía su habilidad, y no poseía ninguno de los fantásticos poderes de Andrew Bennett, J’onn o Nate, pero si algo no le faltaban a Cash eran huevos, y seguiría disparando hasta que no quedara ni un puñetero vampiro, o hasta que estos se lo cargaran.

La lucha se encarnizaba por minutos, las explosiones y los disparos se entremezclaban con gritos de dolor y muerte, nada más se escucharía en kilómetros a la redonda, una guerra de la que casi nadie tendría constancia. Una guerra aterradora contra seres de ensueño.


Olla, Luisiana. A unos kilómetros del combate.

-Essssse marciano es una bessssstia… Esssssto no sssssserá fácil…- Dijo Susurro a su leal compañero Abbot.

Ambos observaban la batalla campal desde algo de distancia. A su espalda un sin fin de vehículos y soldados se apilaban. Intergang había usado muchos recursos para hacerse con el marciano. Pero Susurro dudaba de que fuera buena idea, aun cansado el marciano no se iba a dejar coger…

Susurro A’Daire alzó su mano con desgana y la bajó con menos ganas aun, aquello indicaba el inicio del ataque, las tropas no serían más que una distracción, ella y Abbot se encargarían del marciano. Tantos recursos desperdiciados por un solo ser. Pero que ser más prodigioso era…

Cuando otro frente se unió a la lucha vampiros y peones quedaron igual de desconcertados, los soldados de Intergang portaban armas increíblemente avanzadas. Y gracias esto causaron muchas bajas en su primera oleada, además al no tener aliados de por medio pudieron atacar sin piedad.

Pero pronto los soldados de Intergang se entremezclaron con peones y vampiros, una carnicería sin sentido se desató, no era fácil saber si atacabas a un compañero o enemigo hasta que era demasiado tarde, las tácticas no valían para nada, los enemigos te rodeaban por doquier y todo se regía por una ley, la del más fuerte.

Se movieron sigilosos, liquidando a quien se interponía en su camino hasta que llegaron a su destino, el marciano.

Pero la noche se acercaba poco a poco a su fin, y entre esto y que los vampiros estaban perdiendo claramente el miedo se apoderó de ellos y empezaron a huir como locos. Esto hizo que Jaque Mate se pudiera concentrar más en Intergang, por lo que pronto habrían perdido totalmente el factor sorpresa.

Abbot atacó transformado en lobo al marciano por la espalda, consiguiendo lanzarlo al suelo, forcejearon un poco en el suelo, y al marciano le costó más de la cuenta liberarse haciéndose intangible.

Está cansado, muy cansado, pensó Susurro, era su única oportunidad.

Una explosión cercana cortó sus pensamientos de golpe, una casa situada a escasos dos metros del marciano fue semiderribada y comenzó a arder. Los ojos de J’onn se abrieron como nunca lo habían hecho, quiso gritar, pero la voz no le respondió, y solo pudo hacerse un ovillo mientras lloraba.

Susurro tardó en comprender, y más aun Abbot, que se disponía a atacar nuevamente.

-Detente Abbot.- Dijo la mujer comenzando a sonreir.- Traeme un lanzallamas…


Epílogo 1

Puerto, San Diego.

-¡Fuera de aquí! Ya estoy cansado de todos ustedes.- Dijo un hombre gordo y calvo de mediana edad y con muy malas pulgas.

-Me temo que no ha hablado con nadie como yo señor Templeton.- Dijo Sarge Steel esbozando una sonrisa mientras tendía su mano robótica.

Habían pasado el día haciendo indagaciones, y finalmente habían dado con aquel hombre, el único superviviente del petrolero. Todos lo habían tomado por un loco que insistía en que habían sido atacados por hombres submarinos. La versión oficial decía que algún fallo en el barco lo había hundido. Pero aquello era demasiado extraño, un superviviente, un barco que se hunde sin más. Además Steel había recibido varios informes más de ese tipo, uno era una coincidencia, posiblemente un loco, pero cuanto tantas personas afirmaban lo mismo.

-Cuénteme todo lo que pasó, y por favor, no olvide ningún detalle, los detalles siempre son importantes.- Dijo amablemente Steel.

El hombre dudó, pero finalmente dejó pasar a Steel y a su fiel guardiana. Estaba cansado de que se rieran de él, pero aquellas personas parecían diferentes, estas personas era posible que le creyeran…


Epílogo 2

Despacho de Amanda Waller, base de Jaque Mate, Shelby, Michigan.

Andrew Bennett esperaba paciente mente en una sala adaptada a sus necesidades, en aquel nivel a tantos metros bajo tierra se encontraba perfectamente a pesar del potente sol que brillaba en el exterior. El despacho donde descansaba apenas tenía decoración alguna, una mesa con un ordenador y algo de material típico de oficina, una mesa con algo de agua y unos vasos y un armario era todo lo que había allí. El único elemento decorativo era una enorme ficha de ajedrez pintada en la pared.

Amanda Waller por fin hizo acto de presencia, tenía la misma cara de siempre, con la excepción de que en aquel momento estaba un poco más enfadada de lo normal.

-Es un placer conocerle en persona por fin señor Bennett.- Dijo la mujer tendiéndole la mano mientras intentaba esbozar una sonrisa, aunque parecía más una mueca de disgusto.- Espero que no le importe mi retraso, tenemos uno de esos días de mierda.

El mismo día que Sarge había salido de misión habían tenido que hacer frente a la crisis del marciano, a aquella organización y a los vampiros, y las bajas habían sido numerosas, por no hablar de los costes materiales… ¿Y que decir del marciano? Había pasado de ser un potencial aliado a un traidor, en algún momento durante la batalla había huido. Lori insistían en que era imposible, que algo le habría pasado. Kalia por su parte pensaba que habría aprovechado la oportunidad de volver a su hogar. En cuanto a Amanda, a ella le daba igual que demonios hiciera, solo sabía que si seguía en la tierra sería un nuevo problema para la organización, uno en el que además Maxwell había gastado muchísimo dinero…

-Lo entiendo señora Waller.- Respondió cortésmente el vampiro.

Ya habían hablado por video en el aerobuque y aquello no era más que una formalidad. Y había demasiado trabajo por hacer como para alargarlo más de lo necesario.

-Pues bienvenido a Jaque Mate, ya te informaré de tus cometidos como mi torre, mientras tanto puedes seguir reuniendo información sobre esa tal Mary.

Horas antes Andrew Bennett había aceptado convertirse en la torre de la mujer a cambio  de ayuda para vencer a Mary, quien una vez fue su amante y ahora dirigía sin piedad una organización de vampiros que pretendían convertir la tierra en su granja particular. Aquello satisfizo enormemente a Waller, Andrew sería una torre impecable, y a la amenaza vampírica se tenían que enfrentar antes o después, así que la jugada le había salido redonda. Al menos algo había salido bien aquel maldito día.


Epílogo 3

Enfermería, base de Jaque Mate, Shelby, Michigan.

La máquina mantenía las constantes vitales de Maxwell Lord, hacía una semana que el hombre había entrado en coma a causa de aquel enfrentamiento.

Los primeros días Kalia lo había acompañado todo lo que había podido, pero tenía demasiadas obligaciones como para pasarse el día allí.

Lori había intentado despertarlo pero había sido del todo inútil, el cerebro de Max era como una cámara acorazada, simplemente no se podía entrar, algo parecía haber cambiado en la forma de funcionar de su cerebro, algo que había potenciado sus defensas psíquicas, pero ahora mismo aquello estaba en su contra.

Entonces Maxwell Lord abrió los ojos.


EL TABLERO

Y con esto acabamos el primer arco de la miniserie de Jaque Mate, que seguro que tendrá más arcos más adelante. Aun así no quise plantearla como una serie regular, ya que me parece más útil prestando simplemente apoyo a otras series, o con pequeñas miniseries cuando queramos centrarnos en ellos.

La batalla ha sido muy dura y ha tenido muchas consecuencias. Por un lado tenemos el fichaje oficial de Andrew Bennett, quien será un componente muy importante para la organización, sobretodo en temas vampíricos, y es que estos no han dicho ni mucho menos su última palabra, más adelante tendremos más vampiros, y estos no serán tan «sencillos» de vencer.

En repercusión directa también tenemos la desaparición de J’onn, a quien le esperan malos días. Su reaparición posiblemente no llegará hasta dentro de un buen tiempo.

Centrándonos en otros epílogos se empiezan a ver detalles de Aquaman, serie que espero que consiga algún autor, y es por esto que apenas he mostrado nada de ello. Aunque si no consiguiera autor de aquí a un tiempo tendremos alguna miniserie para presentar al personaje.

Por último y no por ello menos importante, grandes cambio le esperan a Maxwell Lord, pero también en este caso tendremos que esperar para ver que ha ocurrido con él.

En fin, poco más que decir, espero que os haya gustado tanto el arco como el número en si, este viene totalmente cargado de acción.

¡Un saludo!

Carlos Fortuny

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6 Responses to DC Universe Presents… #3

  1. MarvelTopia says:

    Te faltan zombis. Que están de moda, hombre…

    Jejeje…

    Nada, esperaremos a ver cómo continúa todo…

  2. Nahikari says:

    Ha estado muy bien el capítulo, y el arco en general, me ha gustado mucho ^^

    Destacaría las escenas de acción. Me parece que están todas muy bien llevadas, pero especialmente me han gustado (a parte de lo ya comentado del capítulo uno) la defensa de los agentes contra los vampiros en el 2, y el enfrentamiento del Capitán y el Marciano en este último.

    Espero que la reaparición de Detective y el cambio de Maxwell no se hagan esperar mucho. :p

    ¡Muy buen arco! 😀

    • Carlos Fortuny says:

      Jejejejje, me alegro.
      Respecto a dichas reapariciones más o menos están pensadas, pero a ver como avanza todo :p

  3. Tomás Sendarrubias says:

    Muy bien llevado todo, tío. Un poquito apresurado el final, ¿no? La batalla y la intervención de Intergang me refiero. Me gusta, y se me hace curioso ver a Bennett como parte del grupo. A ver qué haces con el.

    • Carlos Fortuny says:

      Si, la verdad es que me quedó un tanto escueta esa parte final donde tal vez debería haberle dedicado algunas páginas más, pero con tanta gente en escena la verdad es que se me fue un poco de las manos jejeje :p

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