#2 – La respuesta a la pregunta
Por Moisés Hassan
Portada: Jesús Romo
Diseño del personaje: Pater
Fecha de publicación: Mes 185 – 9/13
Todo empezó con una pregunta: ¿Quién es Batman?
Mi nombre es Edward Nigma, tengo sesenta años, diez de los cuales me los pase huyendo de la sombra del murciélago. Planteaba acertijos, que solo el sabia resolver y cuya solución eran la forma de descifrar crímenes que cometía. A día de hoy, aun no entiendo que motivaba mis acciones, era una mezcla de desesperación, aburrimiento y por supuesto, necesidad para ganar dinero.
Desde pequeño me fascinaron los juegos de palabras, con los puzles, los acertijos… llegó a un nivel de obsesión. Encontraba el juego en todos los elementos de la vida, hasta en mi propio nombre Edward Nigma, podría ser escrito E.Nigma, enigma, era…sencillamente fascinante. Había matemáticas en los propios juegos que consistían en el azar, y resolverlos se convirtió en una parte elemental de mi vida.
Ello fue lo que me encamino a estudiar matemáticas, y descubrí a John Nash, su “Teoría de juegos” convirtió mi amor por los acertijos en un amor por los números y decidí dejar de resolver los acertijos, para plantearlos yo mismo. Imagínate mi frustración cuando nadie sabía solucionar mis juegos.
Fue entonces cuando apareció Batman y se convirtió en la primera persona que entendía lo que planteaba y entre en un círculo vicioso llevándome cada vez por un camino más delictivo y no supe distinguir si cometía los crímenes por el acertijo o planteaba el acertijo por el crimen. Con el tiempo, comprendí que estaba desperdiciando mi inteligencia en delitos sin sentido, que Batman siempre frustraba.
Entonces me hice la pregunta: ¿Quién es Batman?
¿Quién se escondía bajó la máscara del murciélago?
¿Quién tenía dinero suficiente como para emprender esa cruzada contra el crimen?
El Joker no quería hacer la pregunta, Dos Caras no tenía la lucidez como entender la respuesta y la policía decidió ignorarla, puesto que le convenía. Tenía que ser yo quien respondiese a la pregunta mejor guardada de Gotham, su mayor acertijo. No podía hacerlo solo, necesitaba ayuda económica y sabía que habría dos personas dispuestos a prestármela, Mascara Negra me resultó siempre demasiado oscuro para nuestro juegos, muy temperamental, pero el Pingüino… el pequeño Ozzy era otra historia.
De esta manera, empecé la investigación Gotham sería mi tablero, y tendría que tirar de todos mis comodines si quería descifrar el acertijo. Lo primero sería lo más fácil, investigar cualquier rastro en sus enfrentamientos, pero fue un callejón sin salida. No había ni sangre ni un pelo, ni nada, como mucho dejaba un batarang, por supuesto sin huellas dactilares.
Batman no iba a ser un pez fácil de pescar, era el mejor adversario que había tenido y tenía que ser como mínimo tan inteligente como el, para descifrar su identidad.
Cobblepot quería que le plantase trampas para que le obligase a descubrir su identidad, pero yo sabía que eso no conseguiría nada y cuando pasaron dos meses sin resultado, dejó de darme dinero, pero me dio otra cosa: una idea.
Batman tenía dinero y ese dinero tenía que salir de alguna parte. En vez de seguir a Batman, debía seguir el dinero.
La investigación me llevó a explorar las empresas que producían material equiparable al que usa el murciélago, lo cual en una circunstancia económica tan artificial como la de aquel momento, fue un poco complicado, pero hubieron varias que encajaron. Varias fortunas de Gotham encajaban con la descripción y si bien no tenían porque Batman ser un millonario, si no estar financiado por el mismo, me resultaba más inverosímil.
Cuando estaba cerca de mi meta, ocurrió lo imprevisible: el terremoto. Gotham quedó devastad, todo lo que había logrado se perdió, pero mi investigación en vez de hundirse, se vino arriba. En ese momento, recordé la frase que aplicaba Sherlock Holmes, “cuando descartas lo imposible, lo restante por improbable que parezca era lo correcto. Tras el terremoto hubo una gran fuga de capitales de la ciudad, por lo cual las posibilidades se reducían, hasta que fue claro: Batman era Bruce Wayne.
Ambos habían permanecido en la ciudad tras el terremoto, Bruce tenía un motivo familiar, la misma estatura, con un margen de cuatro con veinte centímetros… ¡Todo encajaba! Habíamos tenido la respuesta frente a nosotros todo el tiempo y nadie había querido atar los cabos. Observando casos similares al de Wayne, encontré otras tragedias como el famoso asesinato de los Grayson Voladores, cuyo hijo fue convenientemente adoptado por Bruce Wayne y se adapta perfectamente al perfil del primer Robín y posteriormente Nightwing.
¡No podía creérmelo, era fantástico!
Mi recelo contra ambos se convirtió en una profunda admiración, pero eso no podía refrenarme a la hora de contarlo, tenía que enfrentarme a él y sacarlo a la luz, era la única forma de salir del círculo en el que había entrado.
Fue entonces, cuando Batman me venció por última y definitiva vez. Durante la segunda semana tras el terremoto, cuando ya había resuelto el misterio, ahora era hora de desenmascararle, pero como siempre… se me adelanto. Bruce Wayne desvelo públicamente su identidad y se postuló a la alcaldía de la ciudad.
La ira que sentí al principio, se convirtió rápidamente en de nuevo una admiración por el mejor rival que he tenido jamás. Ahora sacrificaría su propia vida, para sacar adelante una ciudad, que le había quitado más de lo que le había dado.
Después de esto, no podía volver a mi antigua vida, todo parecía demasiado trivial, además era casi insultante tratar de enfrentarme a él, así como una falta de respeto hacia un símbolo de la ciudad como él. Por eso voté a Wayne… ¿Sabes? Eso era algo, que no mucha gente entendía, yo sentía respeto por Gotham y sus ciudadanos, no era como el Joker, tenía una cierta moral y sobre todo un orden que aplicaba a mis prácticas criminales. Pequeña, esto es importante para un detalle que te contare luego, pero el orden cronológico es crucial para entender esta narración.
Tras mi derrota, supe que tenía que reinventarme a mí mismo y por ello aproveche la iniciativa de Wayne para crear nuevos negocios, pedí un préstamo y cree el primer casino de Nueva Gotham. Es curioso, pero fue una combinación perfecta de mi pasión por los juegos y los números, con una forma fácil de ganar dinero. En parte era similar al crimen, puesto que ya sabes: “La banca siempre gana”.
No quise inmiscuirme en la labor de Wayne, salvo para hacer un poco de campaña y poco más, me mantuve completamente alejado del crimen, pero me enteraba de cosas, la mayoría bastante poco significativas, sin mayor importancia. Te dije que valoro a Gotham y fue por ello, que supe que no podía quedarme callado e intenta a ayudar al murciélago en su último enfrentamiento con el Joker. Desgraciadamente, no sirvió de mucho y poco después, se publicó la muerte de Bruce Wayne, pero en el mismo periódico había una esquela más pequeña que pasó desapercibida: Dick Grayson.
¿Por qué nadie investigó aquello? ¿No sabía la gente que Grayson estaba adoptado por Batman?
Volvió a picarme la vena detectivesca y descubrí mucho al respecto. Curiosamente, en este sentido, Wayne fue un poco más descuidado y dejó pequeñas pistas que me llevaron por el camino correcto, resultándome bastante sencillo descubrir que no había muerto y paradero actual.
Podría obtener la victoria que en su momento me robo, esta vez era mía. De todos modos, creo que hay un cierto honor en este gremio y con todo lo que había pasado comprendí que el hombre necesitaba la paz que tanto le había costado obtener, por ello me guarde el secreto y lo mantuve como una victoria personal.
Durante todo este tiempo, no volví a pensar en el tema, lleve mi vida ajena al murciélago y a Bruce Wayne, incluso cuando apareció el nuevo Batman, únicamente escuche historias suyas a mis clientes y no le di mayor importancia. Sabía quien no era, y sabía que tenía ayuda, pero no me involucre.
Tras más de diez años sin siquiera pensar el tema, hace exactamente cinco semanas, cinco días y cinco horas hizo su primera aparición la respuesta a la pregunta que no quise responder años antes: ¿Qué le había dado la paz a Bruce Wayne durante estos años?
La respuesta, está clara, pequeña Outsider, la respuesta eres Tú.
¿Cómo lo has sabido?
¡Por favor, Martha, sabiendo todo lo anterior, este misterio es casi insultante!
En el instituto Gotham High, una joven de entre quince y dieciocho años, derrota sola a cinco asaltantes, disfrazada de Robin y con un lazó dorado. Una semana más tarde, una nueva luchadora contra el crimen aparece en Gotham, con los mismos rasgos, pero con un traje distinto, el lazo dorado y dos brazaletes de plata.
Revisó la lista de estudiantes del instituto y encuentro a Martha Pennyworth. ¿Martha Pennyworth? Martha es el nombre de la madre de Bruce Wayne, pero… ¿Pennyworth? ¿De qué me suena Pennyworth?
Pennyworth es el apellido de Alfred, el mayordomo, confidente y mejor amigo de Bruce Wayne. Alfred nunca ha tenido descendencia y aun así, Martha está registrada como su nieta. Las autoridades no sospechan, porque piensan que al ser un ciudadano británico, puede ser un despiste burocrático, además el archivo de la antigua Gotham, quedó destrozado y no se puede comprobar, al menos no quien antes no haya realizado una copia del mismo para descubrir quién es Batman.
Tomando como base, que a nivel burocrático se la podría considerar “un vacío legal”, decido indagar y el aspecto coincide sospechosamente con el de la nueva enmascarada.
Creo que a estas alturas, no hace falta decirte lo que encontré cuando busque a Bruce Wayne, pero te lo diré igualmente. En el año 2008, encontré en una casa a las afueras de Gotham, a Wayne viviendo con su esposa, Diana Prince. Diana había sido la superheroina anteriormente conocida como Wonder Woman, quien vino a vivir a Gotham ocho años antes para ayudar con la reconstrucción de la ciudad y en el 2004 se retiró temporalmente de la actividad heroica, en una fecha que coincide con tu nacimiento.
Muy bien Nigma, has descubierto quienes son mis padres y que no se cubrir mis huellas tan bien como mi padre, ahora…
No, cuidado… Yo no he dicho eso. Has cuidado perfectamente tus huellas. Estuve varios días investigando lo ocurrido en el instituto y solo pude obtener un nombre. Un nombre que a muchas personas no diría nada, pero a mí que soy perro viejo y estuve un buen tiempo detrás de Batman, sí que me dio una pista. Más aun, cuando ya sabía de la relación entre tus padres y ver a una joven de tu edad, con herramientas de tus padres, me respondió definitivamente a la pregunta.
Vale, ahora que eso está claro… ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a enfrentarte a mí? ¿Vas a volver a esconder acertijos en la página principal del colegio sobre el paradero de víctimas inocentes solo para encontrarte conmigo?
Querida Martha, eres tan testaruda como tu padre. Antes de asaltarme has comprobado que no hay nadie en peligro y solo fue una manera de llamar tu atención. Si has escuchado, toda la historia, deberías saber que admiro y respeto a tu padre, al igual que te admiro y respeto a ti. Por ello, al igual que en su día todo se inició con una pregunta, hoy te planteo yo a ti otra pregunta:
¿Cómo te puedo ayudar?
Buen numero, si bien se me ha quedado demasiado en resumen, y he echado algo en falta el que pase algo, un poco de acción presente.
Pero bueno, quien mejor que Enigma para resolvernos el acertijo??? :p
A ver como viene el 3. Dick está vivo? Viva Dick!!!!! ^^
Gracias por el comentario!
Mira estos números son rarillos porque intento situar al personaje y hay mucho en el pasado que ir contando, pero en el 3º numero ya hay bastante acción y cuando acabe la saga actual de los orígenes, iré mas al grano 😀
Interesante forma de exponer al lector el transfondo del personaje… y usar al Acertijo para ello es un punto a tu favor. Pero falta acción 🙂
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