Perdido desde hace más de dos años, Tony Stark regresa a un mundo que ha cambiado. Sin dinero, tras las argucias del Barón Zemo, que lo sustituyó en ese tiempo, el Hombre de Hierro se enfrenta a toda una nueva serie de problemas.
#1 – De vuelta a casa
Por Correia
Fecha de publicación: Mes 183 – 7/13
«No hay solución fácil, Tony.»
La que hablaba era Jennifer Walters, la vengadora conocida como Hulka. El que escuchaba con rostro serio era Tony Stark, el Hombre de Hierro.
Hacía un par de semanas que acababa de regresar con los Vengadores, tras haber estado aprisionado por Kang desde hacía un par de años (1), aunque para él no hubieran transcurrido más que un par de semanas. En ese tiempo, un doble suyo había traicionado a los Vengadores y asesinado a Chaqueta Amarilla (2), apareció una versión adolescente que se enfrentó junto a los demás héroes a Onslaught, pereciendo en la batalla, para reaparecer días después, aunque en esta ocasión era el Barón Zemo quien ocupaba la armadura dorada, disfrazado como el joven Tony, gracias a la tecnología del Arreglador. El villano, aprovechando la desaparición de los Vengadores (3), hizo y deshizo todo lo que quiso con las empresas y negocios de Tony. Y, peor aún, mató a su amigo Rhodey (4), cuando éste estuvo a punto de desenmascararlo.
Y así, cuando el verdadero Tony Stark regresó al fin, se encontró sin empresas, sin dinero, inmerso en una maraña burocrática para demostrar que era quien decía ser, y con varios juicios pendientes por responsabilidad civil debido a las maniobras de Zemo.
Por eso consultó a su vieja amiga y compañera, experta abogada, que le llamó un par de días después para informarle de sus averiguaciones.
«Como te decía, la parte fácil está hecha», continuó. «Tanto Jan (5) como tu estáis de vuelta a la vida, con vuestros papeles en regla.»
«Mejor», respondió con sorna Tony. «Ya empezaba a tener complejo de zombi, que veo que están de moda últimamente.»
«Las demandas por responsabilidad civil creo que podremos desestimarlas pronto, al quedar claro que tú no eras quien estaba al mando. Aunque no descartes que alguna llegue a juicio.»
«De acuerdo», respondió. «Gracias.»
«La mala noticia es tu dinero. Tus empresas. Hasta la Mansión de los Vengadores. Y la Fundación María Stark. No puedes recuperarlos. Algunas ya están hasta liquidadas. Habría que litigar durante años, y ni aun así te garantizo éxitos.»
«Entonces, ¿estoy en quiebra?», preguntó.
«Peor. No tienes absolutamente nada. Sólo lo que llevas puesto», respondió la abogada.
«Bueno, no es la primera vez», sonrió.
«Seguiré indagando, y cuando digas preparamos las demandas, pero…»
«No te preocupes. No hay prisa. Tengo muchas cosas que hacer. Muchas gracias por todo, Jen.»
Le dio un beso en la mejilla y salió del despacho de la abogada. La ciudad había cambiado mucho en estos dos años. No recordaba cómo había desaparecido, cómo lo había capturado Kang. De hecho, no recordaba nada del tiempo que había pasado desaparecido, hasta que llegaron los Vengadores y lo rescataron…
Deambuló sin rumbo fijo, admirando los nuevos edificios, los nuevos negocios. Sus pasos le dirigieron a la Mansión de los Vengadores, ahora cerrada a cal y canto, pese a que la había creído a salvo, por estar en manos de la Fundación María Stark y los Vengadores. Pero Zemo había conseguido pervertirlo todo. La había vendido, y aun no había conseguido averiguar a quién, como toda la maraña de negocios que había creado.
Maldijo a Zemo. No por el dinero, ni los edificios. Eso era lo de menos. Por haber destrozado todo lo que había construido en su vida. Por Rhodey. Se vengaría… antes o después lo capturaría, y se lo haría pagar.
Volvió su mente a la Mansión. No podía entrar, Jen se lo había dejado muy claro. Pero eso no significaba que se fuera a quedar quieto. Dentro había muchísimas cosas, incluyendo información, recuerdos, armas… Aunque la Visión había conseguido recuperar la mayoría de las cosas, los laboratorios eran otra cosa. Esa tecnología en manos desconocidas… Tenía que hacer algo. Así que sacó su teléfono y marcó una serie de códigos. Al terminar, recibió un mensaje: Salvaguarda activada.
Hacía años, desde el ataque a la Mansión por los Señores del Mal, decidió tener una forma de protegerla. Así que el código hizo que los laboratorios, la sala de recuerdos, los ordenadores… todo lo importante, desapareciera y se almacenara en un teseracto situado en una dimensión contigua. Los gritos en el interior le hicieron sonreír. Había funcionado. Un problema menos.
Salió con paso rápido de la zona, y se dirigió a Central Park. Aunque obviamente sería el principal sospechoso, tampoco era cuestión de dejárselo fácil
Ya en Central Park, se sentó en un banco a reflexionar. Los Vengadores se habían tomado un pequeño descanso para aclarar sus asuntos tras estar tanto tiempo desaparecidos. Steve (6) había ido a Inglaterra a ver a Nómada, que había resucitado durante su ausencia. Jan y Hank (7) intentaban reorganizar su vida, después de todo lo sucedido. Thor se había ido a Asgard. Hércules seguía su periplo por la tierra exiliado…
De repente, un joven afroamericano se sentó a su lado. Tony lo miró sorprendido. No lo conocía, aunque había algo en sus rasgos que le resultaba familiar.
«Buenos días, señor Stark», dijo el hombre.
«Buenos días. Creo que no tengo el placer de conocerle», respondió Tony.
«Me llamo Furia. Nick Furia.»
«Creo que el Furia que yo conozco está un poco menos bronceado», respondió con sorna Stark.
«Sí, me dijo que dirías algo así. Soy su hijo. Nick Furia Jr.»
«Oh.»
«Sí, suelo provocar esa reacción.»
«Reconozco que me has quedado sin palabras, muchacho. No suele pasar muy a menudo.»
«Señor Stark, mi padre me envía a hacerle una oferta. Sabe de su delicada situación y quería proponerle colaborar con nosotros. Lamenta no poder venir en persona, pero…»
«No, gracias», interrumpió Tony. «Ya he trabajado para SHIELD antes, y no deseo volver a hacerlo. Además, mis años de fabricante de armas han pasado a la historia.»
«Suponía que diría eso. De todos modos, quiere que sepa que la oferta estará abierta siempre. Si en algún momento cambia de idea, sólo tiene que contactarnos.»
«Dile a Nick que se lo agradezco, pero que no pasará.»
«Y», continuó el espía, «también me dijo que le diera esto», dijo. Sacó un pequeño objeto del bolsillo de su gabardina. Parecía un maletín en miniatura, como de juguete.
«¿Y esto es?», preguntó Tony.
Furia sonrió. El maletín comenzó a crecer, hasta alcanzar su tamaño real.
«Oh, partículas Pym. Muy ingenioso. Le preguntaré a Hank qué le parece.»
«Abra el maletín, señor Stark. Creo que le interesará lo que hay dentro.»
Tony cogió el maletín y lo abrió, cuidadosamente. No se fiaba por completo del hombre que se lo había entregado, pero se arriesgó. Dentro, esperándole, había…
«¿Una armadura Mark V?», preguntó. «Pero, ¿cómo…?»
«Mi padre tiene sus métodos, señor Stark. Dice que le debe algunos favores, y que con esta armadura considera que quedan saldados. Inspecciónela. No ha sido modificada.»
«Dale las gracias al viejo Nick», respondió Tony, cerrando el maletín. «Me vendrá bien. La otra está hecha unos zorros.»
Furia se despidió con un gesto y se alejó. Tony volvió a cerrar el maletín, se levantó, y se dirigió al apartamento que ocupaba, propiedad de su viaja amiga y compañera Pepper Potts.
Mientras, en el barrio chino, en un almacén situado en la trastienda de una pequeña tienda de ultramarinos…
«Señor Fin», dijo un hombre bajito, oriental, repeinado, vestido con un elegante traje de Armani.
«Señor Chen», respondió el interpelado, oriental igualmente, que vestía un traje de Louis Vuitton. Era alto, con la cabeza rapada, y unos ojos verde esmeralda que parecían refulgir con luz propia.
«Aquí tiene lo que pidió, señor Fin», dijo, señalando una caja de poco más de medio metro de alto.
«Y aquí tiene su pago, señor Chen», contestó el otro hombre, indicándole un maletín situado junto a la caja.
El señor Chen hizo una reverencia, cogió el maletín y salió de la habitación. Inmediatamente, el señor Fin se dirigió a la caja, y suavemente, levantó la tapa. En su interior, envuelta entre plástico de burbujas, una pequeña estatua de un dragón chino brillaba de manera sobrenatural. Fin la sacó, y la sujetó entre sus brazos, sonriendo.
«Pronto, Fin Fang Foom volverá a reinar sobre la tierra. ¡Y nadie podrá impedirlo!»
Horas después, en su apartamento, Tony estaba enfrascado en remodelar su armadura. Entre la Mark V que le había dado Furia y los restos de la que había traído de la Cronotormenta, estaba consiguiendo añadir algunas mejoras, manteniendo, eso sí, la apariencia exterior de la Mark V, que era una de las que más le gustaban.
De repente, un ruido junto a la entrada lo sobresaltó. No esperaba a nadie, y los años le habían enseñado a ser precavido. Se enguantó los repulsores, y se dirigió a la entrada.
No había nadie, pero Tony no se relajó. «¿Quién anda ahí?», preguntó, en voz alta.
«Tony», dijo una voz, a su espalda.
Se dio la vuelta, y allí, en medio de la sala, estaba una figura de un hombre, flotando, como un espectro.
«¿Extraño?», preguntó, dubitativo. «¿Qué haces aquí?»
«Sí, Tony. Soy el Doctor Extraño. Necesito tu ayuda. Bueno, la de Iron Man.»
«¿Qué ha pasado?», preguntó Stark.
«Acaban de asesinarme», contestó el hechicero.
CONTINUARÁ
1.- Para ser exactos, desde antes de la Encrucijada.
2.- De nuevo, en la saga Encrucijada
3.- En la saga Cronotormenta, en la serie de los Vengadores de MarvelTopia
4.- En el volumen 1 de esta serie, también en MarvelTopia
5.- Janet Van Dyne, la Avispa, también había desaparecido en Onslaught.
6.- El Capitán América, próximamente en Invasores #1
7.- La Avispa y Hank Pym
Vaya vaya vaya, sin duda sabes como cerrar un capítulo xD
Esto sigue un poco la mini de shield de «el poder»?
Fue un poco corto pero ha dejado muchas cosas interesantes como la nueva situación de Tony o ese inquietante final. Con ganas del capítulo 2!!!!
Lo corto es «marca de la casa», ya lo sabes. Y sí, todo tiene relación con «El Poder», con Invasores, con LL&L, con Marvel Kid… ¡ya iréis viendo!
¡Hala! Numerazo para el arranque, menudo cliffhanger. ¡¡Mola!!
los cliffhangers son lo mío. Desarrollarlos me da pereza 😀
Me ha gustado el nuevo comienzo. Considerando que no he leído la etapa anterior, muy claro todo, buena bienvenida a nuevos lectores.
Pues nada, a ver si te gustan el resto de números, jejeje 🙂
¡Gracias por leerlo!