Fueron los primeros. Lucharon por la libertad cuando más necesario era. Hoy, décadas más tarde, han vuelto.
#12 – Legado VI
Por Correia
Fecha de publicación: Mes 182 – 6/13
La situación había dado un vuelco de repente. Cuando Rockman iba a acabar con Namor, la llegada de unos misteriosos Aliados cambió las tornas.
Estos cinco nuevos héroes, con nombres del pasado, Patriota, Toro, Cuervo Rojo, Fantasma Rubia y Escorpión Plateado, detuvieron la pelea. Namor había acabado con Cruz de Hierro, y su compañero Visión con Meteoro, antes de ir a buscar al resto del equipo – Caballero Negro, Druida, Spitfire y Union Jack. Pero Rockman había derrotado al atlante, y sólo la llegada de estos jóvenes disfrazados impidió que lo matara.
Ahora, los tres villanos que quedaban en pie, Hombre Maestro, Mujer Guerrera y el propio Rockman, se enfrentaban a una nueva situación.
«¡Rockman, acaba con el mestizo YA!», gritó Nachts, doliéndose aun del golpe recibido por el escudo del Patriota.
Rockman volvió a preparar el puño, pero cuando golpeó la cabeza del mutante, la atravesó como si no existiera. Extrañado, volvió a intentarlo, con idéntico resultado. Fue entonces cuando se percató de que la chica rubia estaba a su lado, tocando la pierna del atlante. Intentó golpearla, pero sus golpes igualmente la atravesaron.
«Es difícil golpear a un fantasma, ¿verdad?», le preguntó la chica, con una sonrisa. Vestía un antifaz, y un traje de fiesta rojo que dejaba a la vista su pierna izquierda, así como su generoso busto. Del muslo le colgaba la funda de una pistola, que no había desenfundado.
De un tirón, la joven apartó al rey de las garras de su agresor, y lo alejó. Justo en ese momento, otro de los héroes, Toro, un joven de rasgos hispanos que llevaba un traje enterizo negro, y una máscara de la que sobresalían dos brillantes cuernos, cargó contra el enemigo, golpeándolo en el pecho con su cabeza astada. Como en un choque de trenes, ambos contendientes saltaron por los aires, chocando contra edificios cercanos.
Como un resorte, Cuervo Rojo se elevó por los aires, en dirección a su compañero. Llevaba un uniforme muy similar al del héroe de la Segunda Guerra Mundial del mismo nombre, con alas similares a las del Buitre, el enemigo de Spider-Man, pero en tonos rojizos. En la cabeza, su casco tenía la forma del pico de un ave. En sus manos, portaba una gran maza. A su vez, Escorpión Plateado se dirigió hacia Rockman. La chica, que vestía una armadura plateada, con su melena pelirroja al aire, tenía una cola de escorpión que salía de su espalda. En unos segundos, alcanzó a su enemigo, que aun pugnaba por incorporarse, y lo aprisionó con su apéndice, fabricado en una aleación de adamantium, inmovilizándolo.
Cuervo sobrevoló el edificio en el que Toro había caído. Su compañero también comenzaba a incorporarse, algo mareado por el golpe.
«¿Estás bien?», le preguntó.
Toro gruñó, afirmando con su cabeza.
«Ok, voy a por los otros. Ayuda a Escorpión a inmovilizar a ese mostrenco.»
Volvió a elevarse, lanzándose esta vez contra Mujer Guerrera, que había extendido sus látigos eléctricos. Haciendo un picado contra ella, Cuervo Rojo se preparó para golpearla, pero un latigazo de la criminal nazi le hizo desviarse y no alcanzar su objetivo.
«Verdammt niños», gritó la alemana. «¡Destrozaré vuestros huesos y derramaré vuestra sangre!»
Como única respuesta, Cuervo Rojo volvió a cargar contra ella, apartando con su maza los látigos de la supermujer.
Mientras, Patriota se encontraba frente a frente con el Hombre Maestro.
«Negro», le espetó el nazi. «Apártate de mi camino.»
«Tu tiempo ha pasado, racista. Te enfrentas a una nueva generación. No podrás con nosotros. Como ves, ya nos hemos encargado del más poderoso de tus amigos.»
Nachts cargó contra el abanderado, un joven afroamericano, muy atlético, totalmente rapado, que llevaba una camiseta similar a la del Capitán América, solo que en tonos más oscuros, unos pantalones y botas militares, unas gafas oscuras que le ocultaban parcialmente el rostro, y un escudo triangular, que usó para zancadillear al alemán, que se trastabilló y cayó de bruces frente al Patriota, que le pateó la cabeza antes de saltar hacia atrás para recuperar su escudo.
Nachts se incorporó, rojo de ira. Sus compañeros no lo llevaban mejor que él. Mujer Guerrera intentaba sin éxito alcanzar con sus látigos a Cuervo Rojo, mientras Rockman forcejeaba con la cola de Escorpión, vigilado de cerca por Toro. Por su parte, Fantasma Rubia permanecía alejada de la pelea, auxiliando a Namor, que poco a poco se iba recuperando.
Y para colmo de males, al fondo de la calle aparecían el Caballero Negro y el Druida, corriendo tras derrotar al brujo.
«Maldición», exclamó Nachts. «Hay demasiados…»
Justo en ese instante se materializó Aarkus, en medio de una nube de humo, acompañado de Union Jack, Jim Hammond y la Chica Dorada. Nachts supo entonces que estaba todo perdido, pero no se iba a ir sin causar todo el daño posible.
«¡Rockman!», gritó. «¡Ah-ka-zah!»
Como activado por un resorte, Rockman enderezó su cabeza, poniendo los ojos en blanco. Su cuerpo comenzó a vibrar, y a crecer visiblemente, lo que provocó que Escorpión tuviera que soltarlo.
«Héroes», dijo el Hombre Maestro, haciendo que sonara como un insulto. «Nosotros nos vamos, pero os dejamos un pequeño regalo. Brujo, sácanos de aquí.»
El brujo, a quien Dane creía atrapado en una casa cercana tras su reciente pelea, apareció de repente junto a Nachts. Sonrió maliciosamente, lanzó unas cenizas al aire, y los villanos, a excepción de Rockman, se esfumaron.
«¡Maldita sea!», exclamó Dane. «No sé quiénes sois, pero tenemos que encargarnos de ése», dijo, señalando a Rockman, que ya superaba los tres metros de altura, «antes de que se haga más grande todavía.»
Toro fue el primer en cargar, alcanzando en su muslo a Rockman con su cabeza astada. Los cuernos de adamantium mellaron la piel rocosa del gigante, pero esta vez no consiguió derribarlo, y el coloso lo lanzó lejos de una poderosa patada.
Namor, revivido gracias a los cuidados de Fantasma y la lluvia que había conjurado el Druida, fue el siguiente en cargar, mientras Escorpión y el propio Druida lanzaban rayos al villano, que ya superaba los cinco metros y seguía creciendo. Ninguno de los ataques tuvo efecto.
«¿Alguna idea?», preguntó Dane, cuya espada apenas mellaba la rocosa pierna del behemolt.
«Creo que yo puedo intentar algo», dijo Fantasma Rubia. El Caballero Negro se volvió hacia ella. «Lo he visto en la tele. La Visión atravesaba a alguien, se solidificaba un segundo, y el enemigo caída desmayado.»
«Sí», respondió Dane, «pero es peligroso. Tienes que ser muy rápida o te quedarás atrapada dentro.»
La chica asintió. «Necesito que alguien me lance contra su pecho.»
«Yo te acercaré», respondió Namor, aterrizando a su lado. «Te debo la vida, muchacha. El Hijo Vengadores te ayudará.»
Sujetándola por debajo de los brazos, se elevaron. El enemigo casi había alcanzado los diez metros, y no parecía dejar de crecer. Cuando ya estaban a la altura de su pecho, Namor la lanzó hacia él, esquivando en el último segundo un manotazo. Fantasma atravesó el pétreo tórax, saliendo por el otro lado en el momento en que Rockman chilló, echándose la mano al corazón, y cayendo violentamente al suelo, levantando una gran polvareda.
«¡Lo has conseguido!», exclamó el Caballero. «¡Buen trabajo!»
Rockman, inconsciente en el suelo, comenzó a encoger, hasta recuperar su tamaño normal. Aarkus lo congeló, intentando tenerlo así retenido. Pero su cuerpo comenzó a brillar nuevamente y desapareció.
«Me temo que el brujo ha vuelto a actuar», informó el Druida. «Noto el rastro de su magia.»
«¿Puedes localizarlo?», preguntó Dane.
«Con tiempo», respondió Oliver. «Pero no será fácil.»
«Lo intentaremos», aseveró Dane. «Pero ahora es más urgente poner esto en pie. Invaores, vamos a ayudar a esta gente de Liverpool a recuperarse. Buscad supervivientes.»
«Los Aliados os ayudaremos», afirmó el Patriota.
Dane se lo agradeció con un gesto, y los trece héroes se afanaron en la tarea.
FIN
¡OKEY, EJE, ALLÁ VAMOS!
¡Y se acabó la saga!
Y la colección…
Aunque volveremos con un nuevo número 1 en poco tiempo. ¡Permaneced atentos!
¡MarvelTópicos saludos!
Buena pelea para el final, estoy seguro de que tienes ya preparada la continuación. Y como dios manda los malos huyen antes de que puedan detenerles… Je, je, je. Mem ola la mezcla de personajes nuevos y antiguos, y espero que vuelvas pronto con los Invasores. Ahora, por poner una pega… ¿el final no es un poco abrupto, jefe? ¡Te han entrado las prisas! 😛
errr… no sé a qué te refieres.
Es un final clásico de serie, con los héroes corriendo a una misión…