En cada rincón de Marveltopia están pasando cosas, desde las profundidades de Atlantis a las ciudades volantes de la gente pájaro, desde el microverso dentro de una probeta hasta la lejana Nebulosa Oscura. Nada se pierde, todo está quedando registrado. Descúbrelo en…
#20 – Doce X
Rompiendo el equilibrio
Por Tomás Sendarrubias y Jose Cano
Portada de Mariano Cutropia
Fecha de publicación: Mes 164 – 12/11
Mes 10, día 1. Nathaniel Richards. Savannah, Georgia.
Un estallido de energía azul restalla en la plácida noche de Savannah, Georgia. Uno de los dos hombres que juegan al ajedrez bajo una lámpara de luz tililante se gira hacia el recién llegado.
– El Doctor Richards, supongo.
– El viajero / que estrecha manos /es la clave / o no -recita su contricante.
Nathaniel enarca una ceja. La zona residencial en la que ha aparecido se compone de casas de estilo colonial, con porches blancos rodeados de jardines que delimitan sus espacios con rosales de flores rojas y blancas. El toque de queda tiene refugiados tras sus puertas a todo el vecindario excepto a sus interlocutores, y las restricciones de energía permiten que no haya más luz que la de la lámpara que parece a punto de estallar, la de las estrellas… y la que despide el propio Nathaniel, cargado de energías de salto temporal.
– Si los perdidos regresan / el grito es fuerte / y el agua fría / allí -añade el poeta.
El jugador que lo ha saludado se pone en pie y sonríe con educación. Es un hombre alto y delgado, con el pelo engominado hacia atrás, mechones con canas en las sienes y algunas entradas. Viste traje, y gesticula con excesiva formalidad. Extiende una mano hacia Nathaniel.
– Mi nombre es Víctor Shade.
Nathaniel blande su lanza en dirección a su nuevo amigo.
– Por favor, eso no es necesario.
– Con el púrpura / y el oro / para conocer / el destino.
El otro jugador mueve una mano a tientas sobre el tablero. Nathaniel se fija en que los escaques vacíos tienen cada un pequeño pivote: es un tablero para ciegos. Un balanceo de la lámpara desvela las gafas de sol con las que el hombre cubre sus ojos. Viste una camisa blanca y unos pantalones muy desgastados.
– Al sentir dolor / viene el paso / que echaba en falta / ¿verdad?
– No se preocupe. Gustav es un viejo amigo. Puede preguntarle lo que quiera. Aunque sólo responde con esos haikus indescifrables que supongo usted debe encontrar sumamente irritantes.
– Recoger / lo que se siembre / entre los hermanos / o sí.
– Quiero te apartes de él muy lentamente.
Víctor Shade levanta las manos.
– Doctor Richards, no tiene nada que temer de mí. Si he comprendido la trayectoria que debe llevar en estos momentos, es lógica su desconfianza, pero debe saber que no está tratando con el programa principal lycantroborg, sino con una subrutina.
– La vida / es sorpresa / y la salvación / también.
La lanza de Nathaniel chisporrotea un poco.
– Pruébalo.
– Antes del doctor / y la luna / estuvo el inglés / lo sé.
Víctor mete una mano en su chaqueta y luego la extiende hacia el viajero del tiempo.
– Tanto sabe / el pelo del rey / como su consorte / así es.
Nathaniel da un paso adelante y arrebata la Gema del Espacio a La Visión como si temiese que cambiase de opinión.
– Yo mismo te reprogramé. O lo haré. Pero no poseo los conocimientos.
– No puede reprogramar a un sintozoide, Doctor Richards. Pero eso usted ya lo sabe.
– Ahora no pregunto / lo que no sé / sino lo que / sí.
– Explíqueme cómo hacerlo.
– Edite su grabación de esta conversación y la próxima vez que me vea, la primera que lo veré yo, reproduzca los nueve haikus que acaba de recitar Gustav. Eso bastará.
Nathaniel frunce el ceño.
– Espero que Linda tenga mejor suerte con Jennifer Kale -masculla.
Da un paso hacia atrás y desaparece en otra nube de energía temporal.
Víctor Shade vuelve a ocupar su asiento y responde al movimiento anterior de Gustav Brand.
– Jaque.
– La reina / no es importante / sólo el final / y tú.
Mes 10, día 2. Crystal. Bruselas, Bélgica.
– ¡Soy Crystalia Maximoff Amaquelin, de la Familia Real Inhumana, y tengo derecho a ser escuchada!-exclama Crystal, en el centro de la Sede de la Unión Europea, mientras nota como los diferentes embajadores y representantes la miran con dudas y cierto miedo. Es el miedo lo que la hace sentirse mal. Y de nuevo, maldice en su interior a Rayo Negro por hacer lo que está haciendo1.
– La Familia Real Inhumana no está reconocida como un interlocutor válido ante el Consejo de la Unión Europea, señorita Amaquelin-replica la presidenta, encogiéndose de hombros, obviamente incómoda. Dos agentes de seguridad se acercan a Crystal, pero de pronto, un fuerte viento recorre la sala, revolviendo los papeles de muchos de los asistentes, que miran a Crystal con mal disimulado miedo. La Inhumana sabía que estaba haciendo retroceder en décadas las relaciones entre humanos y metahumanos, pero con lo que estaba ocurriendo en Attilan, no tenía más opción que entregarse a fondo.
– Pues entonces, escúchenme como a Crystal, líder de los Eurocorps-replica la joven, y la presidenta mira a su alrededor, nerviosa. Los Eurocorps estaban reconocidos y sancionados por la Unión Europea, de modo que Crystal, como representante oficial del equipo, tenía toda la validez legal para hablar ante la cámara. Crystal no puede evitar darse cuenta de que los delegados portugueses están bastante más que incómodos con su intervención, pero casi se siente satisfecha. Gran parte de todo lo que estaba ocurriendo era por culpa de los vetos que Portugal estaba realizando a cualquier decisión de las Naciones Unidas sobre la situación de Attilan en Atlantis.
– Presidenta, no veo el motivo…-comienza a decir el vocal portugués, pero finalmente, la presidenta niega con la cabeza y hace un gesto hacia Crystal.
– Los Eurocorps tienen el reconocimiento para actuar como voz ante la Unión Europea. Señorita Amaquelin…
– Es Señora-la interrumpe Crystal-. Señora Maximoff, de hecho.
– Señora Maximoff-corrige la presidenta-, por favor, sea breve.
– Gracias, señora presidenta-replica finalmente Crystal, sintiendo que sus tensos hombros parecen relajarse un poco cuando finalmente le dan permiso para hablar-. La situación en el Caribe es desesperada. Estamos hablando de una guerra, una guerra abierta entre dos pueblos, dos naciones soberanas. Atlantes e Inhumanos. La actuación de la Unión Europea… de la propia Organización de las Naciones Unidas en este caso, está siendo vergonzosa. La propia desidia de los organismos comunitarios ha llevado al inicio de esta guerra…
– Las islas de las que estamos hablando están bajo soberanía portuguesa…-gruñe el representante de Portugal, y Crystal le fulmina con la mirada.
– Estamos hablando de pueblos que existen desde miles de años antes de que su país fuera siquiera un sueño en la cabeza de sus primeros señores, embajador De Cinçao. Y las consecuencias de un conflicto entre Inhumanos y Atlantes serán fatales para toda la región del Caribe, el centro de América… y muy probablemente la Costa Oeste Europea.
– Señora Maximoff, la Unión Europea está en este momento muy ocupada tratando de establecer sus nuevas relaciones con los gobiernos establecidos en Rusia y Estados Unidos…
– ¡Son terroristas!-exclama Crystal, llevándose las manos a la cabeza-. Presidenta, la Unión Europea se encuentra en un momento difícil, en eso estoy de acuerdo con ustedes, con todos ustedes. Pero si no hacemos algo por detener la guerra entre Attilan y Atlantis, dentro de poco dará igual lo que pase en Estados Unidos y en Rusia. Las consecuencias medioambientales y tectónicas de un conflicto entre atlantes e Inhumanos… sólo la voz de Rayo Negro podría provocar un tsunami que redujera la costa portuguesa a escombros…
– ¿Nos está amenazando? ¡Esto es intolerable!-aúlla De Cinçao, y el rumor se extiende por toda la sala, mientras la presidenta trata de imponer el orden.
– ¡No amenazo a nadie!-grita Crystal-. ¡Les estoy avisando! En estos momentos, es prioritario detener la guerra entre Attilan y Atlantis. ¡Y no existe ningún trato que Europa debiera llevar a cabo con los gobiernos de Estados Unidos y Rusia! No son gobiernos legítimos, ¡estamos hablando de Hydra! ¡Son el último hijo de los nazis!
– ¡Señora presidenta, esas palabras son ofensivas para la Nación Alemana!-protesta el representante de Alemania, y Crystal pone los ojos en blanco mientras en los escaños, los políticos siguen discutiendo. Pronto empiezan a echarse los unos a los otros la culpa de todo lo que está ocurriendo, y De Cinçao abandona la sala con un sonoro portazo. La presidenta ha desistido de todo intento de poner orden, y mira a los eurodiputados como si estuviera en un bar, viendo una pelea de borrachos, con una sensación de miedo y asco. Realmente, Crystal sólo puede comprenderla.
– ¡¡BASTA!!-grita, y un vendaval vuelve a sacudir el interior de la sala de reuniones, obligando a los asistentes a volverse hacia ella.
– ¡Señora Maximoff, el uso de esas habilidades aquí es…!-exclama la presidenta, pero Crystal la ignora, y continúa hablando.
– ¡Yo no estoy aquí para decirles como tienen que hacer su trabajo, aunque es obvio para todos que no lo están haciendo bien!-grita ella, dando un golpe con el puño en el atril tras el que se encuentra-. Creía que quizá podría imponer algo de cordura, pero… Da igual. De acuerdo con los estatutos de Eurocorps, artículo 3.1, epígrafe doce, es mi deber comunicarles de forma oficial que, ante la amenaza que el conflicto entre Atlantes e Inhumanos representa para Europa, Eurocorps se acoge a la legislación de amenaza rango 1, y declaramos nuestra intención de intervenir en la guerra.
– ¡Eso no es viable!-grita el delegado francés-. La zona en conflicto está fuera de las fronteras europeas…
– Eso no es lo que opina el delegado portugués-replica Crystal-. Y realmente, nos da igual. Como he dicho, nos acogemos al Articulo 3.1, epígrafe doce. Revísenlo si quieren, señores. Pero es una decisión en firme. Eurocorps intervendremos en el conflicto entre Atlantis y Attilan. Y no pueden vetar nuestra decisión, ni hacer nada por impedirlo…
– Señora presidenta…-farfulla el delegado holandés-. ¿Es eso cierto?
– Así es-responde la mujer, obviamente superada ya por todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor-. Lo único que podemos hacer es aceptarlo… y esperar que no suponga un grave error para todos. En esta situación…
– Una situación que ustedes mismos se han buscado, retrasando una y otra vez las decisiones sobre la situación de Atlantis y Attilan-la interrumpe Crystal, y sin esperar respuesta, abandona el atril de los oradores y se dirige hacia la puerta, abandonado la sala tras ella.
A unos centenares de metros de allí, Crystal ve a su compañera, Trébol, esperando junto a un coche blanco, un Lexus, con la tapicería de color caramelo y la figura de un leprechaun bailarín colgando del retrovisor. Crystal podía haber acudido en uno de los vehículos oficiales de Eurocorps, pero no quería atraer demasiada atención sobre ellas, así que habían optado por el vehículo privado de Molly.
– ¿Qué tal ha ido?-pregunta la muchacha pelirroja, vestida con unos vaqueros, botines de ante y una fina blusa blanca de manga larga. El verano había comenzado fuerte, e incluso en el norte de Europa, hacía un calor considerable.
Crystal niega con la cabeza, mientras ocupa el puesto del copiloto y Molly sube al coche, arrancándolo y dirigiéndose hacia el aeropuerto, donde un jet de Eurocorps espera para llevarlas a París, donde se reunirán con el resto del grupo.
– Están… ciegos-gruñe Crystal, enfurruñada mientras se ajusta el cinturón de seguridad y pone la música. Al instante, la música de Nirvana comienza a llenar el coche, y Molly baja el volumen y la mira.
– ¿Qué? Soy irlandesa, pero hasta yo tengo un punto a partir del cual me niego a escuchar una gaita más… Así que no han estado especialmente receptivos.
– No quieren ver-resopla la Inhumana-. ¿Te puedes creer que están discutiendo sobre cómo deben enfocar las nuevas negociaciones con Rusia y los Estados Unidos? ¡Con Kingpin y la Presencia! Y mientras tanto, no se dan cuenta de las repercusiones de todo lo que está pasando en el Caribe. Lo ven como un problema menor, sin darse cuenta de lo cerca que está Atlantis de Neo-Avalon… de Magneto y de todos sus mutantes.
– ¿Sigues pensando que todo esto es a lo que se refería el Oráculo de Dónona? ¿Al cambio de la Era de Acuario?-pregunta Trébol, y Crystal asiente.
– Me lo dicen las tripas, Molly. Llevamos meses investigando sobre ello… y ni siquiera Ártemis ha conseguido explicar exactamente lo que aquellas palabras podrían significar. Y es una diosa. Pero desde luego, hay algo que está claro, según ella misma nos ha contado. La primera Era de la Magia comenzó en Atlantis, antes de que se sumergiera. Los místicos a los que hemos consultado, han estado de acuerdo en que la Primera Era de la Magia fue la Primera Era de Acuario… Si la rueda ha girado por completo, y volvemos a Acuario, ¿qué más lógico que todo vaya a ocurrir donde pasó por primera vez? ¿Y es casualidad que esto ocurra en el momento en que Atlantis y los Inhumanos entran en guerra? No me lo creo… Molly, ¿puedes ir más despacio?
– Me encantaría… pero no estoy manejando el coche, Crystal-replica Trébol, apretando con fuerza el freno, pero aun así, el coche no se detiene, y en un momento determinado, las ruedas se separan del suelo, y Crystal y Trébol se encuentran volando sobre Bruselas.
– ¿Qué dem…?-comienza a mascullas Crystal, y en ese momento, se da cuenta de que hay alguien debajo del coche, y luego, ve a dos personas más flanqueando el coche, montadas en lo que parecen ser curiosas motos voladoras. Su piel azul, las máscaras de oxígeno que les cubren el rostro y las armas decoradas con motivos marítimos no dejan demasiadas dudas sobre su procedencia
– Vaya, parece que hoy es nuestro día de suerte-dice Molly-. Los atlantes quieren una reunión privada con nosotras…
Mes 10, día 2. Carol Danvers. La Torre, Órbita de Lagrange.
– ¡Carol!-grita John Jameson, irrumpiendo en el dormitorio de Binaria, que salta en su cama y, de forma instintiva, genera un rayo de energía que parpadea en su mano, antes de darse cuenta de que es John quien está en la puerta.
– Mierda, John, podría haberte frito-gruñe ella, mientras la energía se disipa-. ¿Qué pasa?
– ¡Te necesitamos en el puente ahora! ¡Intentan asaltarnos!
– ¿Qué?-exclama Carol, ya totalmente despierta de golpe mientras salta al suelo, provocando que Jameson se sonroje al verla desnuda, y enfundándose unos pantalones vaqueros y una camiseta, sin molestarse siquiera en buscar el uniforme de La Torre.
– Un ataque informático, Siglo está intentando mantener los sistemas limpios, pero el ataque es… bueno, será mejor que vengas y lo veas.
– Estupendo-masculla Carol-. ¿Qué tipo de psicópata demente trata de hackearnos a las tres de la mañana?
John corre por los pasillos de la Torre, sin decir nada al respecto, así que cuando Carol entra en la sala de control y se encuentra con imágenes de La Visión en todos los ordenadores, casi se cae al suelo de la sorpresa.
– ¿Visión?-pregunta Carol, y una docena de ojos, se vuelven hacia ella, los de los hombres de la Torre, nerviosos ante la extraña situación que están viviendo, mientras Siglo trata de mantener a la Visión fuera de sus sistemas.
– Carol-saluda la imagen de la Visión, mientras ella se acerca a Siglo, que está plenamente concentrado en el panel que tiene delante, alzando antivirus y firewalls, y utilizando extraña programación alienígena para desviar los ataques de la Visión.
– ¿Por qué cojones estás intentando hackear nuestros sistemas?-grita ella, acercándose a Siglo, que resopla, tenso.
– Nuestro sistema tiene puertas traseras en media centena de sitios-informa Siglo-. Puertas y troyanos preparados para arrebatarnos el control de la Torre, dispuestos y ocultos desde hace meses. Desde la propia creación de la Torre, Carol.
– ¡Visión!-exclama Carol, volviéndose hacia él, encarándole en una de las pantallas-. ¿Qué estás haciendo?
– Perdona Carol, pero este era el objetivo final de la Torre-responde la Visión-. El ojo de la Iniciativa en los cielos. Desde el momento de su creación, la Torre fue concebida para convertirse en el centro de la vigilancia del Zodíaco… en su propio corazón.
– ¿Tú estás metido en eso? ¿Tú?-exclama ella-. ¿No es suficiente locura con tener a Kingpin en Washington como para que ahora me vengas a decir que la Iniciativa le respalda y que pensáis convertir la Torre en vuestro puto bar preferido? ¿Y qué ocurre con Cooper? ¿Con Samson? ¿Con Nyles? ¿Todos ellos forman parte de esa jodida conspiración?
– Ha estado a punto de entrar a través de un servidor pirata en Filipinas-gruñe Siglo-. No sé cuánto tiempo podremos mantener este ritmo. Si hubiera sabido esto, hubiera podido reforzar los sistemas…
– Bloquea su acceso a los sistemas de mantenimiento y las bases de datos-ordena Carol, dando un golpe en la mesa. Siglo programa las defensas, mientras Carol coge una libreta y apunta algo, pasándoselo a John Jameson. Este lo lee y asiente, ocupando un puesto secundario, en la zona de trabajo-. Siglo, si es tiempo lo que necesitas, te lo voy a dar.
– Carol, supervisé la creación de todo el sistema informático de la Torre, todo esto es una pérdida de tiempo-dice la Visión-. Por favor, aceptad vuestro papel en todo esto, Hydra os acogerá en sus brazos…
– Claro, eso es lo que he estado soñando toda mi vida. Joder, Visión, me caías bien. Siglo, protocolo Abismo de Helm, Código 335821-Z. Alfa, Alfa, Delta, Épsilon. Activo en tres. Dos. Uno. Ahora.
La imagen de la Visión parpadea, y por una décima de segundo, Carol cree ver en su rostro un reflejo de sorpresa. Y entonces, la Visión desaparece de todos los sistemas de la Torre.
– Los sistemas están limpios, al menos de momento-masculla Siglo, tras realizar un breve diagnóstico-. Carol, ¿qué has hecho?
– La Visión ya intentó conquistar el mundo a través de los ordenadores hace muchos años, Siglo-responde ella, mientras coge un café de la mano de uno de los programadores, que pasaba por allí-. Gracias-dice, dando un trago-. Hay mucha gente en el gobierno que no se fía demasiado de él todavía, y bueno… cuando el proyecto de la Torre se desarrolló, esa gente del gobierno habló conmigo y me convenció de lo positivo que sería tener un sistema de «apagado Anti-Visión». Por si volvía a las andadas. Por supuesto, dije que no, la Visión estaba rehabilitado-masculla Carol-. Pero lo hicieron de todas formas, y cuando la Torre comenzó a funcionar, me informaron de los códigos de activación… por si acaso. Tendré que mandarles unas cestas con fruta o algo parecido. De todas formas, dudo que la Visión ceda en su empeño, y desde luego, dispone de mucha más tecnología que nosotros, así que… pedías tiempo, Siglo. Refuerza nuestra seguridad. Parece que, por un tiempo, vamos a estar solos aquí arriba.
– ¿Qué significa eso exactamente?-pregunta Adam-X, ataviado con su uniforme Nova, y Carol se encoge de hombros.
– Que las cosas se van a complicar mucho. ¿John?
– Lo tengo-afirma él-. Dos líneas seguras, por método analógico. ¿Cuál quieres primero?
– Dallas.
John asiente, y Carol se sienta ante un ordenador. La pantalla se funde en negro, y solo una luz blanca titila en el extremo superior derecho de la pantalla. Enseguida, el cursor comienza a moverse, mientras aparecen palabras en la pantalla del ordenador.
PETICIÓN DE CONTACTO RECIBIDA: PRIORIDAD TORRE. IDENTIFICACIÓN PERSONAL COD 11341, AGENTE PRIORIDAD NEGRA CAROL DANVERS, CODNOMEN BINARIA. BIENVENIDA, AGENTE DANVERS, SOY AGENTE DE SEGURIDAD DOUGLOCK. ¿CÓMO PUEDO AYUDAR A CAROL DANVERS AMIGAMÍ?
Asunto de seguridad, teclea Carol. Problemas. Hackers. Necesitamos apoyo, Douglock. Refuerzos.
PETICIÓN ENTENDIDA. ¿DESEA CAROL DANVERS AMIGAMÍ QUE COMUNIQUE PETICIÓN DE AYUDA CONTRA VISITANTES NO DESEADOS A FORJA LIDERNOSOTROS?
No. Douglock, Código Abismo de Helm. La Prioridad de la Torre está por encima de los niveles de seguridad de Forja. Solicito ayuda externa hacia la Torre, solicito TÚ ayuda.
COMPROBANDO DATOS DE SEGURIDAD. PROTOCOLO ABISMO DE HELM. ESTATUS CAROL DANVERS 10. ESTATUS FORJA NO FIGURA. SÍ, CAROL DANVERS AMIGAMÍ. DOUGLOCK ENTRA EN PROTOCOLO DE SEGURIDAD ISENGARD.
– Bien-masculla Carol, apartándose del teclado, mientras la pantalla se va llenando de hilera e hileras en código máquina-. Siglo, tenemos apoyo de la entidad que probablemente sea el mayor especialista en seguridad informática de la Tierra. Que tenga acceso restringido a nuestros sistemas… ya no me fio del todo de nadie.
– De acuerdo-asiente Siglo, y Carol se vuelve hacia John.
– Los tienes a la espera-dice él, pasándole un teléfono, que Carol coge.
– Carol-escucha decir al otro lado-. ¿Una llamada de teléfono normal? ¿Con toda la tecnología disponible en la torre? Creo que esto es insultante.
– Pryde-dice Carol-. ¿Ahora dejan a los niños coger el teléfono?
– No, es que la gente por aquí está demasiado ocupada intentando reconstruir todo lo que los terremotos están derribando.
Carol enarca las cejas, se acerca a una de las pantallas, y de inmediato, dispone de la actividad sísmica en la zona del Caribe.
– Vaya, doce movimientos en las últimas ocho horas-gruñe Carol.
– Y Rayo Negro todavía no ha gritado del todo-responde Kitty-. Así que, dime, Carol, ¿en qué podemos ayudarte?
– Quiero hablar con Magneto. Y con Lobezno. Y es urgente, Kitty. Urgente de verdad.
Mes 10, día 3. Mister Fantástico y la Mujer Invisible. Miami, Florida.
– Esto no debería estar pasando y tenemos que solucionarlo ya-masculla Reed, mientras reúne en una de las playas de Miami, despejada de turistas, ya que las playas de Florida de habían cerrado desde el inicio de la guerra entre Atlantis y los Inhumanos, ya que el mar Caribe había dejado de ser seguro-. Muchas cosas no deberían estar pasando.
Reed estira uno de sus brazos para recoger un pequeño aparato dorado que encaja en el más grande que está montando. A su alrededor hay un área acondicionada donde se encuentra también su esposa, que le mira abstraída, mientras acaricia su vientre, que comienza a abultarse, al menos bajo su mano. Apenas está de tres meses, pero Susan tiene la sensación de estar ya sintiendo la vida que crece en su interior, y esa sensación, la tiene constantemente distraída. Y más en momentos como ese, con Reed montando una de sus teserocosas, cuyo funcionamiento ni se había molestado en comprender, pero que a grandes rasgos, serviría para medir la resistencia y resiliencia de la Cúpula de Attilan, mientras Namor y Rayo Negro accedían a reunirse, reunión para la cual Reed se había ofrecido como mediador. Claro, que el golpe de estado dado por Kingpin y que tenía a todo el mundo revuelto, no había favorecido la situación, ya que los estadounidenses creían tener asuntos más importantes de los que preocuparse que una matanza entre atlantes e Inhumanos.
Y los Cuatro Fantásticos estaban pasando un tiempo un tanto… especial. Reed no paraba de hacerle pruebas a Sue, Johnny estaba lánguido, y pasaba más tiempo en la Torre que en la Tierra, y por lo que Susan sabía, debía estar a punto de realizar una visita al otro lado del Universo para ver a Lyja. La traición de la Skrull aún les escocía bajo la piel. Y con tantos cambios, Ben andaba de un lado a otro como perdido… casi tan perdido como el propio Franklin, a quien Sue aún no le había contado que iba a tener una hermanita. Con el golpe de estado de Hydra, y mientras el mundo aún se recuperaba de lo que estaba pasando, Reed y Sue habían decidido que era mejor que Ben se quedara en la Mansión de los Vengadores, con Franklin. Realmente, Reed había sugerido que quien debiera quedarse era Susan, pero ella era consciente de que, a la hora de tratar con Namor, ella tenía ventajas que podría aprovechar. Y desde luego, Reed no era ajeno a la relación emocional existente entre Namor y Sue, así que había accedido. Así que Ben y Alicia estaban actuando de canguros… temiendo la posibilidad de que Hydra emprendiera algún tipo de represalia contra los grupos heroicos. De hecho, Jean Grey había hecho una oferta de asilo en la Academia de Massachussetts para ofrecer consejo, apoyo o incluso protección a los jóvenes que pudieran necesitarla. Sue sabía que Cassie, la hija del Hombre Hormiga, ya había sido enviada a la Academia de Massachussetts, y que los padres de Power Pack se lo estaban planteando. Reed les había aconsejado que lo hicieran.
-Bien, ya está-masculla Reed, y Sue asiente, volviendo de sus pensamientos. Está tan acostumbrada a que su marido esté completamente abstraído en sus ideas que incluso es consciente de que esos pequeños comentarios, más que dirigirse hacia ella, son para él mismo. Aun así, en esos momentos, Susan prefiere escuchar a su esposo, realmente, es uno de los pocos momentos en los que realmente pueden compartir algo-. Puedo comenzar a calibrar la…
Y entonces, Reed cae. Sue cae.
Y para los dos, se hace la oscuridad.
Mes 10, día 4. Crystal y Trébol. Isla de San Martin, base Atlante.
-¡Namor!-grita Crystal, encerrada en una cueva, un poco por encima del nivel del mar, un agujero húmedo y cerrado con barrotes de un metal oscuro sobre el que los poderes de Crystal no parecían tener ningún efecto. Trébol, con la cabeza apoyada en la pared rocosa, vuelve a mirar a Crystal.
-Creo que no nos hacen mucho caso aquí, ¿no?-sonríe Trébol-. Al menos se han acordado de darnos de comer y agua dulce. Aunque empiezo a cansarme de pescado y berberechos.
-¡Namor!-vuelve a gritar Crystal, y un ruido metálico golpea los barrotes, sobresaltando a las dos mujeres cuando una guerrera atlante, armada con un tridente y con un yelmo metálico aparece ante la reja. Sus ojos, de color violeta oscuro, se detienen un momento sobre Crystal, y la Inhumana percibe cierto aire de desprecio en su mirada.
-Silencio, Inhumana-ordena la atlante de piel azul. Acerca el tridente a un rincón de la reja, y esta parece reaccionar, como si existiera cierta conexión magnética, desplazándose. Crystal se prepara para utilizar sus poderes, pero la mirada de la atlante la disuade de hacerlo-. El Rey Namor quiere concederte el privilegio de su presencia. Debéis acompañarme.
-Un placer, por supuesto-replica Crystal, recordando todo su aprendizaje sobre cuestiones de etiqueta, y haciendo incluso una ligera reverencia de reconocimiento a su carcelera. Molly se incorpora y se acerca, pero la atlante la apunta con el tidente.
-Tú te quedas aquí-dice-. Su Majestad no tiene nada de lo que hablar contigo.
-Vaya, me pierdo al tío bueno. Mi poder de la suerte está funcionando de forma un poco rara-ríe Molly, volviendo a su rincón.
-Se la tratará bien-pregunta Crystal, pero se da cuenta de que es una orden. La atlante asiente, y mientras la reja vuelve a su lugar, la Inhumana sigue los pasos de la atlante en los pasadizos bajo la isla de San Martín, hasta que finalmente, una gran sala subterránea, con dos cascadas al fondo derramando agua salada desde las paredes calizas hacia unos estanques que se abrían a ambos lados de la sala y que corrían libres hacia algún lugar lejos de allí. En el centro, entre las dos cascadas, se alza un trono, tallado en madera de algún barco naufragado y decorado con tallas en forma de estrellas de mar e hipocampos, con una gran concha nacarada como respaldo. Como no podía ser de otra manera, Namor se reclina en el trono, iluminado por el resplandor casi fluorescente de manojos de algas y musgos que crecen en algunos puntos de las paredes.
-Lady Crystal, bienvenida. Lamento no haberos podido atender antes, he estado…
-¡Oh, venga, ya, vete a la mierda, príncipe de tres al cuarto!-exclama finalmente Crystal, y nota que detrás de ella, la atlante del tridente parece a punto de soltar un golpe, pero un gesto de Namor se lo impide, mientras el Rey del Mar sonríe.
-Andrómeda, no-dice, y ella da dos pasos hacia atrás, aunque la mirada de la atlante se intensifica en el cuello de Crystal, que se alegra de que entre los poderes de los atlantes, de momento, no esté la mirada láser-. Lady Crystal… soy un gobernante de lo más tolerante, pero exijo que en mi presencia se sigan unas estrictas órdenes de protocolo y de comportamiento. Vos las habéis roto todas, pero vuestra posición en la Familia Real Inhumana hace que me piense el daros una nueva oportunidad. Eso, y por supuesto, vuestra belleza.
-Namor…
-Lord Namor-la corrige Andrómeda, y Crystal se vuelve desafiante, pero decide que ha llegado el momento de dejar de echar leña al fuego.
-Lord Namor… -gruñe-. Estáis en guerra con mi pueblo. Habéis atacado mi tierra…
-Situasteis Attilan sobre nuestro dominio nativo-responde Namor-. Casus belli, Crystal. Primero, vuestro dominio cayó sobre Atlantis. Y luego, vuestro rey atacó mis tierras. Casus belli. El derecho legal me asiste, y el derecho del poder también. No hacemos más que defendernos de los ataques llevados a cabo por vuestra gente.
-Rayo Negro no atacaría nunca sin parlamentar…
-No, no lo haría-dice una mujer, que aparece en las sombras de una de las cascadas, una mujer vestida con una túnica púrpura, con un cinturón de espirales de oro y ópalos tallados en forma de disco. Una ligera corona de plata, con una runa en forma de «E» angulosa en el frente2, aparta su cabello oscuro de su rostro.
-¿Quién…?-pregunta Crystal, a quien el rostro de la mujer le resulta familiar.
-Lady Morgan le Fay se ha ofrecido como consejera de Atlantis-dice Namor, mientras Morgan avanza, pisando sobre el agua sin hundirse y sin dejar apenas marca hasta llegar a unos metros de Crystal.
-Vuestro primo es sólo parte de un juego mucho más grande de lo que el propio Rayo Negro puede imaginar-responde Morgan, pasando, delicadamente, sus dedos por el espeso cabello rubio oscuro de Crystal-. Y probablemente nunca hubiera atacado Atlantis así de no haber estado influido por una tercera fuerza en discordia. Una que ansía hacerse con el control de la Era de Acuario…
-Y vos, hechicera, traidora de los tiempos de Arturo, se supone que vais a ayudarnos a hacer frente a lo que se aproxima… ¿o es que queréis para vos misma el poder de Acuario?
-Negaría eso, si no fuera absurdo-ríe Morgan-. Todo el mundo me conoce, y no soy un leopardo que haya perdido sus manchas. Pero desde luego, no me interesa que la Era de Acuario comience en manos de aquella que maneja a los Inhumanos en este ataque.
-No voy a entrar en vuestro juego de enigmas dentro de adivinanzas escondiendo acertijos-replica Crystal-. Decidme por qué estamos aquí Molly y yo…
-Ella sólo es… un accidente-dice Namor-. Pero vos, Lady Crystal… vos sois la manera de traer al resto de los jugadores al tablero.
Mes 10, día 10. Nathaniel Richards y Capitana UK. Mansión de los Vengadores, Nueva York.
-¡Tenemos que volver!-grita Linda, cogiendo a Nathaniel de la pechera-. ¡Los Siete Hermanos los van a machacar! Espera… ¿qué has hecho? ¿Dónde estamos?
-Hemos saltado al futuro-replica Nathaniel, soltando suavemente las manos de Linda de su pechera-. Y parece ser que el mundo sigue entero. Al menos de momento.
-Muy tranquilizador-protesta Linda-. En cualquier momento, los Siete Hermanos pueden destruir el pasado y…
-Linda, no lo harán-la interrumpe Nathaniel-. Mira a tu alrededor, es la misma línea temporal. Vencemos. Lo conseguimos.
-¿Has salido al futuro a echar un ojo a ver qué es lo que pasa?
-No. He saltado al futuro para averiguar si tenía algún sentido el esfuerzo. Ahora veo que sí-. Nathaniel revisa el monitor de su muñeca, y asiente-. Estamos en la Mansión de los Vengadores, actual sede de los Cuatro Fantásticos. Por los datos que tengo, no hay ninguno de los miembros del equipo en el lugar, y el mayordomo, ¿Jarvis?, ha salido a almorzar por lo que se ve. He puenteado los sistemas de seguridad, así que tenemos unos minutos para utilizar el equipo de mi hijo.
-¿El equipo de Reed Richards? ¿Para qué?
-Para localizar las Gemas del Infinito. Sólo hay una forma de vencer a los Siete Hermanos, y es con su propio poder. Ese chico de Generación-X, Sincro, podría hacerles frente durante un tiempo, pero no demasiado. En estos momentos, es posible que Sat-Yr-9 esté buscando las gemas, que deben estar desplazándose por el continuo, buscando a sus anfitriones. Son entidades parasitarias y… oh, no…
-¿Qué pasa?-pregunta Linda, mientras Nathaniel mira la pantalla de su muñequera, y haciendo un gesto sobre ella, proyecta la imagen en un holograma ante ellos. Varias gráficas fluctúan en la imagen tridimensional, y un agujero parece abrirse en el estómago de Linda-. Eso son gráficas de variabilidad temporal… Nathaniel, ¿qué significa esto?
-Una distorsión temporal, Linda. Los agujeros en el continuo de los que nos habló Roma, es como si una docena de polillas hubieran devorado una manta, dejándola completamente raída. La manta está tan raída que no es capaz de soportar el peso de la realidad. Necesitamos el Guantelete, Linda. Necesitamos derrotar a los Siete Hermanos… y necesitamos reparar el tiempo.
Mes 10, día 11. Estrella Oscura. Campo de Contención de Magadán, Kamchatka, Rusia.
Laynia observa a través de la verja metálica los gélidos campos que hay ante ella. Hace poco, hubiera podido salir de allí volando, o arrancar las verjas con su energía oscura, sacando de aquella cárcel a todos los prisioneros. Ahora, la tecnología inhibidora de poderes de Hydra la habían convertido en una humana normal, y había sido encerrada en aquel antiguo gulag3, de modo ejemplarizante. Era la hija de la Presencia, el máximo dirigente de La Rodina, y muestra con su propia hija el destino de aquellos que no comparten su visión del destino de Rusia.
Allí, en mitad de ningún sitio, Laynia trata de averiguar en qué momento su país se ha ido a la mierda, cómo han llegado a estar gobernados por Hydra. Y si las noticias que los guardias permiten que lleguen hasta ellos, como demonios ha conseguido Hydra hacerse también con el control de Estados Unidos. Por supuesto, la propaganda que se hace dentro del gulag al respecto habla de cómo el avance ruso ha dado pie a que «los ojos de los capitalistas occidentales se abran y den el paso definitivo para abandonar la oscuridad». Laynia está acostumbrada a ver más allá de estas retóricas, y tiene claro que en Estados Unidos ha debido ocurrir exactamente lo mismo que en Rusia. Un golpe de estado, dado por Hydra, un golpe de estado que ha sacudido a dos de las grandes potencias mundiales de forma simultánea.
Laynia se pregunta cuánto tiempo pasará antes de que estalle la jodida Tercera Guerra Mundial.
Escucha un ruido a su izquierda, y ve a un hombre más allá de la verja que separa a hombres y mujeres. Los padres de la nación son benévolos, en el gulag, tanto hombres como mujeres pueden salir al patio y estar allí tanto tiempo como quieran. Disponen de bibliotecas y salas de televisión. Por supuesto, los armarios llenos de chinches pasaron a la historia.
-Laynia Petrova…-susurra el hombre, y de inmediato, Estrella Oscura reconoce al hombre, a pesar de su aspecto desmejorado, el rostro delgado y las numerosas canas, y de que el uniforme gris del gulag no le favorece absolutamente nada-. Hacía mucho tiempo4…
La muchacha corre hacia el lado de la valla en el que se apoya el hombre, y sin darse apenas cuenta, entrelaza sus dedos con los de él, con la rejilla metálica separándoles. Se alegra tanto de ver una cara familiar que le besaría, sin importarle el tiempo que llevaran sin verse… ni que él fuera un sacerdote de la iglesia ortodoxa rusa.
-Alexei-susurra Laynia, y el padre Alexei Garnoff5 asiente, estrechando los dedos de Laynia-. Siento que también estés aquí…
-Me han quitado mis poderes, Laynia-masculla Garnoff, con voz ronca-. Es como si me hubieran dejado ciego y sordo al mismo tiempo. Nos los han quitado a todos… a todos los metahumanos que no hemos aceptado la tiranía de La Presencia… de tu padre.
-Pero… ¿cómo ha podido pasar todo esto tan deprisa, Alexei?-pregunta Laynia-. Han pasado unos pocos días… ¿cómo estaban montadas todas estas infraestructuras? ¿Cómo han podido localizarnos a todos así, capturarnos y encerrarnos…?
-Porque estaba todo preparado, pequeña-responde Alexei, casi sonriendo. La inocencia de la joven le resulta muchas veces enternecedora-. El viernes 13 de Octubre de 1309 el rey Felipe V de Francia ordenó la detención de todos los Templarios en su reino. Todo se había hecho con tal preparación que los monjes-soldados fueron capturados de forma simultánea en todas sus preceptorias de Francia. Si un rey del siglo XIV pudo hacer eso, ¿qué no iba a poder hacer Hydra ahora con la tecnología que tiene a su disposición?
-Pero Alexei… mi padre…
-Sergei siempre ha tenido una obsesión, Laynia: su país. Si de alguna manera, Hydra le ha convencido de que esto es lo mejor para Rusia, la Presencia se habrá convertido en el máximo valedor de Hydra.
-Después de lo que hicieron en Moscú…
-O quizá por eso. Nos mostraron que éramos débiles…
-Y mi padre nunca ha soportado la debilidad.
Un zumbido sordo parece clavarse en los oídos de Laynia, que por un momento, llega a pensar que junto a la tecnología inhibidora de poderes, Hydra le puede haber implantado algún tipo de micrófonos y que ha hecho enfadar a alguien (su padre posiblemente) con aquella conversación. Pero pronto se da cuenta de que el sonido no procede del interior de su cráneo, sino de fuera, y cuando Alexei alza los ojos al cielo, se da cuenta de que también él lo escucha. Y los dos juntos lo ven, la nave en forma de media luna que aparece sobre ellos, despojándose de lo que debe ser algún tipo de camuflaje electrónico. Laynia ni siquiera tiene tiempo de hacer una exclamación cuando algo cae desde la nave, algo como una bomba… que caer a pocos metros de ella, haciendo que el propio suelo pedregoso se resquebraje. Una figura blanca y roja se alza, con un símbolo de omega sobre una banda en la frente. Los ojos de Laynia, del Padre Garnoff, y de todos los presentes en el patio, se abren como platos cuando Rojo Omega se alza.
-¡Salid!-grita-. ¡Salid!
Los tentáculos de Carbonádium de Rojo Omega oscilan en el aire y rompen las rejas que aíslan del exterior el patio de las mujeres. Un nuevo golpe destroza la reja que separaba a hombres y mujeres, de modo que todos los presos pueden escapar, mientras Rojo Omega se dirige hacia Laynia y Garnoff.
-¡Arkady!-gruñe Laynia-. ¿Qué demonios?
-¡En esto estamos juntos, Estrella Oscura!-explica Rojo Omega, mientras los guardias comienzan a salir al patio. Rojo sonríe, oscila los tentáculos y comienza a mover sus enfermizas feromonas por el aire, pronto todos en el recinto comenzarán a notar los principios de la enfermedad-. ¡Tenéis cincuenta segundos para salir de aquí antes de que suelten al Desollador de Almas!
Garnoff y Laynia recuerdan al Desollador de Almas, ya pasaron por sus manos mucho tiempo atrás6, y no tenían ninguna gana de repetir aquella experiencia. Dándose de la mano, Laynia Petrova y Alexei Garnoff se cuelan por el agujero de la reja, dejando tras de sí a Rojo Omega. Hay guardias que salen por otras puertas y comienzan a seguirles, no sólo a ellos, sino a los presos que se dispersan por el valle, pero la nave en forma de luna comienza a disparar salvas que hacen retroceder a los guardias, mientras gira para situarse sobre Estrella Oscura y Fe Ciega. Una trampilla se abre en el casco plateado de la nave, y un cable de acero con agarraderas cae hacia ellos. Laynia casi se detiene al ver la cara que aparece por la trampilla.
-¿Halcón Nocturno?
-¡Subid! ¡Ya!-grita Jack Norris, el antiguo aliado de Estrella Oscura en los Defensores, y si algo ha aprendido Laynia, es que hay momentos que no son para discutir, por mucha aversión que te provoque la persona que da las órdenes. En cuanto Laynia y Alexei se enganchan al cable, la nave comienza a moverse a toda velocidad, mientras los motores tiran del cable, ascendiéndoles a toda prisa hacia el interior de la nave.
Antes de darse siquiera cuenta, Laynia y Alexei se encuentran en el interior de la nave en forma de luna y volando hacia el Este, hacia el Océano Pacífico y lejos del gulag.
-¿Estáis bien?-pregunta Halcón Nocturno, y Laynia asiente, mientras sus ojos se dirigen al piloto. Sabe que aquello es una de las naves del Caballero Luna, esperaba ver al Puño de Khonshu allí sentado…
Pero desde luego, no creía que su salvador fuera el Coronel Alexei Vazhin.
Mes 10, día 12. Caballero Luna. Wakanda.
-Espero que hayáis descansado.
Aún un tanto perturbada por el lugar en el que se encuentra, Laynia Petrova asiente, sin poder evitar que su mirada se desvíe del Caballero Luna, que se encuentra ante ella y el padre Garnoff en plena tecnojungla wakandiana. A su alrededor, una inmensa jungla, repleta de árboles y arbustos oscila ante un viento invisible, mientras criaturas que recuerdan a mariposas e insectos se mueven acá y allá. Pero todo tiene un brillo metálico, todo es… la tecnología de Wakanda.
-Disculpe, señor… Caballero Luna-masculla el padre Garnoff-. Pero me encuentro aún un poco confuso y… nunca había imaginado que algo así pudiera existir.
-Por lo que me han dicho, la Tecnojungla suele tener ese efecto-replica el Caballero Luna-. Pero Estrella Oscura, Fe Ciega… os necesitamos al cien por cien, descansados y concentrados. La cirugía contra los inhibidores de poderes de Hydra es… peligrosa cuando menos. Acompañadme, os llevaré hasta el señor de todo esto.
-¿Pantera Negra?-pregunta Estrella Oscura, y Caballero Luna asiente.
-¿Qué hacemos en Wakanda?-pregunta la chica-. ¿Qué hacéis vosotros en Wakanda?
-Salimos de Estados Unidos justo a tiempo-explica el Caballero Luna, mientras un aerodeslizador se mueve, flotando sobre la hierba metálica. Algo que parece una jirafa oscila entre los árboles de silicio, y Laynia no puede evitar sonreír. Es como un safari fotográfico en un parque de atracciones donde los animales eran artificiales. Y sin embargo, eran tan real y tan diferente que daba auténticos escalofríos-. Justo antes de que Leo diera su golpe de estado y se cerrasen los aeropuertos, y los sistemas de Hydra comenzasen a cerrar el tráfico aéreo norteamericano. T´Challa nos acogió en Wakanda, y desde aquí estamos preparándonos para lo que aún queda por venir.
-¿Lo que aún queda por venir?-pregunta Garnoff, y el Caballero Luna asiente. Un colibrí de circuitos azules y púrpuras se posa en su hombro. Hay pequeñas gotas de humedad sobre sus alas… ¿o son pequeñas gemas? Vuela hacia el bosque antes de que Fe Ciega pueda tomar una decisión al respecto.
-Algunos místicos se han unido a nosotros-dice el Caballero Luna-. Jennifer Kale, el Hermano Vudú… Creemos que el Doctor Extraño y Wong han caído en uno de los ataques del Zodíaco.
-¿El Zodíaco?
-Pronto podremos explicarlo todo-replica el Caballero Luna, mientras una cascada holográfica de información se abre ante ellos, dándoles acceso a un sistema de cuevas, con las paredes también cubiertas de paneles metálicos y proyectores holográficos. Escuchan un rugido, y se vuelven sobresaltados para encontrarse con que lo que parece una mezcla entre una pantera negra y una mujer les cierra ahora el paso. Gruñe, mostrándoles los dientes y haciendo entrechocar sus garras-. Tigra, quieta. Son amigos-dice firmemente Caballero Luna, y la mujer-pantera parece asentir, aunque sus ojos verdes no se apartan de Laynia ni un segundo-. Desde que los demonios escaparon de sus reinos, el Pueblo Gato se encuentra aliado con Wakanda. Hay varios de ellos aquí.
-Bienvenidos a Wakanda.
La voz de T´Challa es tan firme y regia que Estrella Oscura y Fe Ciega sienten un escalofrío de inmediato. Laynia no puede evitar imaginarse que presentarse ante Stalin en los primeros años de su mandato debió ser así. Un líder, inquietantemente carismático, sagrado. Por un momento, Laynia se lo imagina sentado en un trono de piedra, con la forma de una pantera, pero cuando sus ojos se adaptan a la luz, ve que no está sentado en un trono, sino en una sencilla silla de ordenador, sentado ante un inmenso panel con un mapamundi. De hecho, Pantera Negra ni siquiera les mira, sino que desliza sus manos por encima del mapa, ampliando zonas, accediendo a registros y bases de datos. A un lado, la imagen holográfica de una chica, de un palmo de altura, parece hacer lo mismo, como si Pantera Negra y ella comparasen datos. No muy lejos de ellos, una mujer hindú, entrada en la cuarentena, y con una bata blanca que la hace estar tan fuera de lugar como un danzarín del hula en el Polo Norte, examina proyecciones holográficas translúcidas que Laynia reconoce de inmediato. Son ella y el padre Garnoff.
-Soy Pantera Negra-dice el hombre que ha hablado, incorporándose tras su panel holográfico y haciendo que, por un momento, el aliento de Estrella Oscura se corte. Es, físicamente, impresionante-. No sé si conocéis a Kitty Pryde, es nuestro contacto con Neo-Avalon-dice, señalando hacia la figura holográfica que hay junto a su mano derecha, que a su vez, les saluda con un gesto-. Y ella es la doctora Kavita Rao, una especialista en ingeniería genética, y la encargada de eliminar la tecnología anuladora de poderes que Hydra os ha inoculado.
-Pantera… Majestad…-masculla el padre Garnoff, sin saber muy bien como dirigirse a la autoritaria figura que preside la sala-. Lo siento mucho, pero no entiendo muy bien qué… qué hacemos aquí, ni lo que está pasando…
-Hydra ha dado un golpe de mano y se ha hecho con el control de dos de las grandes potencias mundiales-dice T´Challa, asintiendo-. Los Inhumanos y los Atlantes se enfrentan por el control de Atlantis, amenazando con hundir todo el Caribe, y con ello, destruir Neo-Avalon. Los místicos aseguran que lo peor está por venir, y hablan de la llegada de la Era de Acuario, de un cambio en la magia, algo que podría redefinir la propia realidad.
-Y detrás de todo esto, se encuentra algo llamado el Zodíaco-interviene Caballero Luna-. Algo que se ha infiltrado en muchos niveles. En las agencias de vigilancia, en los héroes, en los villanos… y ahora en los gobiernos. Hay una nueva Madame Hydra que dirige el Zodiaco, y parece estar detrás de muchos acontecimientos que han ocurrido en los últimos meses, aunque todavía no sabemos quién es. Mi… bueno, mi esposa y otros aliados, estaban investigando al Zodíaco en Alaska cuando desaparecieron. Hay muchos desaparecidos, la verdad. Los chicos de la Academia de Massachussetts, el propio Doctor Extraño… Por no hablar de los Vengadores, que llevan meses sin dar señales de vida.
-¿Y el Proyecto: Iniciativa?-pregunta Laynia. Había trabajado con varios de sus miembros después de los atentados de Moscú, y le habían parecido, por lo menos, legales.
-Infiltrado-replica Caballero Luna-. Los que pudimos escapar a tiempo, nos hemos reunido en Wakanda y en otros lugares que, de momento, son neutrales. Estamos intentando recuperar a todos los que podemos de diferentes lugares del mundo, coordinar una respuesta para lo que está pasando…
-Pero SHIELD…-masculla Garnoff, y Luna vuelve a negar con la cabeza.
-Infiltrado también. Y en una posición diplomática de lo más incómoda. La ONU no se ha atrevido todavía a condenar lo ocurrido en Rusia y Estados Unidos, de modo que Hydra se ha convertido en un miembro legítimo de Naciones Unidas. Furia está atado de pies y manos.
-Si todo es así, si lo tienen tan controlado… ¿qué podemos hacer nosotros?-pregunta Laynia, y Pantera Negra la mira, con seriedad, y luego, con gesto solemne, se quita la máscara. Estrella Oscura siente un temblor cuando aquellos ojos negros se clavan en ella, como si le taladrasen hasta el alma.
-Lo que hemos hecho siempre, Estrella Oscura. Luchar para hacer un mundo mejor.
Mes 10, día 14. Antorcha Humana. Lunas de K´ylun, el Crujido.
Cuando finalmente, los dos Guardias Nova franquean el acceso a la celda de alta seguridad para Johnny Storm, este siente que le da un vuelco el corazón. Por un momento, siente el impulso de salir corriendo, sin entrar. Volver a la Tierra y unirse a Ben en la búsqueda de su hermana y su cuñado, los dos desaparecidos. Las cosas estaban bastante revueltas en todos los sentidos, tenía muchas cosas que hacer allí…
Pero finalmente da el paso adelante. Y las puertas se cierran tras él, aunque sabe que en todo momento serán vigilados por el Cuerpo Nova. Ella está ante él, sentada en lo que debe ser la versión xandariana de un camastro, una estructura cromada adosada a la pared, y sobre la que flotaba a unos centímetros, lo que revelaba un campo de fuerza que hacía las veces de colchón. No había nada más en la habitación. El Cuerpo Nova tenía unas ideas referidas a las condiciones de vida de los presos muy diferentes a las que se tenían en la Tierra… al menos en la parte que Johnny consideraba civilizada. El hecho de que uno de los grandes imperios del universo, una de sus civilizaciones más avanzadas, tuviera esas medidas, le hacía plantearse muchas cuestiones. Ella alza la mirada, y esboza una sonrisa. Tiene su forma original skrull, y viste con un mono de contención, una pieza única adherida a su piel que la mantiene en esa forma y la priva de sus poderes, al tiempo que es capaz por sí mismo de eliminar cualquier tipo de residuos y mantener una temperatura corporal constante.
-Johnny-masculla Lyja, y su voz suena extraña. Lleva tiempo sin hablar con nadie, y le cuesta organizar las palabras en su garganta.
-Hola, Lyja-responde Johnny, acercándose, y quedándose a un par de pasos de ella, sin saber muy bien si tenderle la mano, darle un beso, saludarla arqueando una ceja o convertirse en llamas y prenderle fuego a todo. Ella se incorpora y elimina todas aquellas dudas, abrazándole. Pero Johnny se da cuenta de que en el abrazo, más allá de cualquier tipo de retazo de posible relación romántica, lo que encuentra es el anhelo de un ser vivo que lleva meses aislado y que necesita contacto físico. Johnny suspira y aprieta a Lyja entre sus brazos, mientras ella apoya su cabeza en el hombro de él, aunque en ningún momento llega a llorar.
Tras un largo minuto, Lyja finalmente se aparta de Johnny, y tomándole de la mano, se sientan juntos sobre el jergón, que Johnny nota sorprendentemente cómodo por el campo de fuerza que ejerce de colchón. Se sienta, con los ojos fijos en el rostro de Lyja, que le contempla unos instantes en silencio, pero finalmente, aparta la mirada.
-¿Qué… qué tal todo en la Tierra?-masculla Lyja, y Johnny esboza una sonrisa amarga.
-Mal. Las cosas no van bien. Bueno, ya sabes, nunca van demasiado bien, pero ahora es cómo si todo se hubiera ido al garete al mismo tiempo. Susan y Reed han desaparecido, y realmente, no tenemos ni tiempo de ponernos a buscarlos.
-Pero ¿qué…?
-¿Por qué?-pregunta Johnny, y Lyja, finalmente, baja la cabeza. Esa era la pregunta que no quería responder. La única pregunta que no quería escuchar. La única que no estaba segura de cómo contestar.
-No lo entenderías, Johnny, no…
-Claro-replica Johnny-. No lo entendería. Soy tonto. Sólo soy la Antorcha Humana, el gracioso de los Cuatro Fantásticos. El listo es Reed. Yo nací con la inteligencia justa para pasar el día, ¿no? El pobre Johnny, tan superado intelectual y emocionalmente por todos…
-No quería decir qué…
-¡Es lo que decís siempre! ¡Es lo que hacéis siempre! ¡No es nuevo, Lyja, no es algo que se te haya ocurrido ahora! ¿Qué me puedes decir que no entienda? ¿No entiendo la guerra entre los Skrull y el Imperio Kree? ¿No entiendo el odio que ha habido entre vuestros pueblos durante milenios? ¿No entiendo el miedo, la frustración, el odio que ambas razas habéis acumulado entre vosotros? ¿No voy a entender que un propio Kree os ayudara en… lo que hicisteis? ¡Un genocidio, Lyja! ¡Lo que habíais proyectado era un puto genocidio? ¿Qué crees de eso, Lyja? ¿Qué no voy a entender lo que es un genocidio? ¿Qué tendré que salir corriendo a buscar a Reed para que me explique qué es lo que habíais planificado? ¿Lo que habéis hecho? ¿Para saber que me engañaste, Lyja? ¿Qué me utilizaste? ¿Qué nos utilizaste a todos para acceder a la Egoespora? ¿Qué es lo que crees que no voy a entender?
-¡Que no pueda contestarte, Johnny!-grita finalmente Lyja, golpeando la pared con un puño-. ¡Que todo tenía un gran sentido cuando lo hice pero ahora no soy capaz de dárselo! ¡Que empiezo a pensar que los remordimientos me están volviendo loca, porque no soy capaz de pensar con claridad en nada de lo que pasó desde que comenzó a gestarse la idea de atacar el Imperio Kree!
-¿Y eso es lo que me tengo que creer? ¿Que ahora tienes un bloqueo, Lyja?-. Johnny se incorpora, se pone las manos en la cabeza, tenso como la cuerda de un arco, y luego se gira hacia la mujer que había amado. Hacia la mujer que aún amaba-. ¿Sabes? Carol tuvo que mover toda su influencia para que los Xandarianos me permitieran venir a verte. Lo hice incluso cuando Estados Unidos está al borde de la guerra civil, con Reed y Susan desaparecidos, me vine aquí, al confín del universo conocido para poder verte, para pedirte una explicación. Y también para apoyarte, Lyja, para… mierda, para ayudarte a defenderte si se organiza una juicio, en lo que fuera. Necesitaba verte, necesitaba tocarte, sentir que seguías viva, que seguías siendo la misma. ¿Y sabes qué? Que ahora me doy cuenta de que todo esto me da igual.
-Johnny, no, no puedes decirme que…
-Sí, sí que puedo. Guardias, por favor, abrid las puertas-dice él, y la puerta se abre con un silbido. Lyja le mira aturdida, como si no se creyera lo que estaba pasando, lo que estaba viendo-. Creía que te necesitaba en mi vida, Lyja. Ahora tendré que aprender a vivir sin ti. Espero que el mundo y la historia sean justos contigo.
Las puertas se deslizan, cerrándose tras de Johnny, mientras por las pantallas, los guardias del Cuerpo Nova observan como la Skrull permanece sentada en el lecho, como si no terminase de entender lo que había pasado. Unos segundos después, grita. «Johnny». Pero él está muy lejos, y ya no puede oírla.
Johnny siente que algo se ha desgarrado dentro de él. Pasa al lado de los guardias Xandarianos sin verlos, sube escaleras siguiendo a su guía, pasando de un nivel al otro de las K´ylun. Los ojos le escuecen, pero se va mordiendo las mejillas por dentro, para evitar que se le escape una sola lágrima.
Y de pronto, Johnny se ve a sí mismo, subiendo en la nave antes de convertirse en la Antorcha Humana, se ve simultáneamente aprendiendo a conducir los coches de carreras, perdiendo su virginidad con Aubrey Stuart en el Instituto, se ve a sí mismo acunando a un niño… ¿o es una niña? Se ve discutiendo con Lyja, se ve abrazando a Lyja, se ve abrazando a Crystal, se ve con mujeres a las que no sabe ni poner nombre. Se ve ardiendo, luchando envuelto en oscuridad, y escucha una voz que dice «El círculo se cierra, la nada fue y la nada será». Cuando se da cuenta, está de rodillas en el suelo, a punto de vomitar, y por lo que se ve, los Xandarianos que le rodean han tenido el mismo problema. Uno de ellos no ha conseguido evitar las arcadas, y vomita en un rincón del pasillo.
-¿Qué… qué cojones ha pasado?-masculla Johnny, y una de las jóvenes Centuriones Nova asignada a su escolta, después de tragar, responde.
-Tormenta temporal-masculla la joven, Rydi Elar, cree recordar Johnny-. Un desgarro en el tejido del Espacio y el Tiempo.
-Estupendo-gruñe él, tratando de recuperar la compostura-. ¿Hay alguien aquí capaz de averiguar qué está pasando y qué ha provocado eso?
-Estamos en el origen del Universo, Johnny-responde una voz tras él, y al girarse, se encuentra ni más ni menos que con Quasar, de guardia en las K´ylun desde que ocurriera lo de Lyja-. El Crujido es la energía remanente del Big-Bang, de aquí emana todo, el Tiempo y el Espacio. Es el punto donde se forma el eje espaciotemporal, por así decirlo, el punto de intersección entre los ejes «x» e «y».
-Vale, Quasar-dice Johnny-. Puedes dejar de tratar de impresionarme, los Cuatro Fantásticos tenemos alguna experiencia en el viaje temporal, no sé si te suena de algo el nombre de «Kang».
-Que el tiempo se deshace, Johnny. El tiempo se deshace.
Mes 10, día 14. Mercurio. Neo-Avalon.
-¡Dónde está mi padre!-grita Pietro, mientras Kaos, Wisdom y Arcángel intentan retenerle. El olor se llena de azufre cuando Rondador hace su aparición, y un relámpago cae a escasos metros de Mercurio, haciendo estallar las baldosas de la Plaza de Toynbee. El viento y el crujido de los cielos indica que Tormenta ha llegado.
-¡Pietro!-grita ella, y Mercurio alza su mirada hacia Ororo. Continúa furioso, pero al menos, se detiene, y Alex, Wisdom y Warren pueden soltarle, aunque Rondador aún le mira con desconfianza.
-¿Dónde está mi padre?-vuelve a preguntar él.
-Magneto tiene muchas ocupaciones, Pietro, te recibirá en cuanto sea posible-dice Tormenta, posándose a unos pasos de Mercurio-. Pero necesitamos que te tranquilices, Pietro, no…
-¡Tienen a mi mujer, Ororo!-exclama Pietro-. ¡Ese hijo de puta de Namor se llevó a Crystal sólo para llamar la atención de mi padre! ¡Y Magneto aún no ha hecho nada por salvar a la madre de su nieta!
-Hay muchas cosas de las que Magneto tiene que preocuparse, Pietro-dice Rondador-. Pero te juro por mi alma que el bienestar de su nieta es uno de los primeros.
-Uno de los primeros…-masculla Pietro-. Kurt… ¿y por qué no el primero?
-Porque debo preocuparme también del mundo, hijo.
Todos se vuelven y ver a Magneto, utilizando sus poderes para descender lentamente en pleno centro de la Plaza de Toynbee. En cuanto sus pies tocan el suelo, se quita el yelmo, y se acerca a su hijo.
-Pietro… ¿dónde está Luna?-pregunta, y Pietro le mira, furioso.
-En París, padre. Al cuidado del resto de los Eurocorps. Hace diez días que Crystal fue secuestrada por Atlantes tras una reunión con la Unión Europea… diez días. ¿Y no has tenido tiempo en diez días de preocuparte por la madre de tu nieta, padre?
-Lo he hecho, Pietro. Y mucho. Pero gobierno un país, un país que tiene muchos enemigos. Y la guerra entre Atlantes e Inhumanos nos está haciendo la vida aún más difícil. Las placas tectónicas sobre las que se asientan Attilan y Neo-Avalon no son firmes, y la actividad sísmica se ha incrementado un trescientos por cien en el último mes. Hijo, si continúan así, dará igual donde esté tu mujer, no tendrá importancia… porque el mundo se partirá por la mitad.
-Se la llevaron para llamar tu atención-responde Pietro.
-Neo-Avalon ha declarado ser neutral en la guerra entre Atlantis y los Inhumanos-asiente Magneto-. Namor lo ha querido llevar a un terreno personal.
-¿Y qué has hecho tú?
-Lo posible para detener esta guerra suicida-replica Magneto-. Warren, ya está todo preparado.
Arcángel asiente, y sale volando, desapareciendo tras unos segundos en el cielo sobre Neo-Avalon.
-¿Qué has hecho?-pregunta de nuevo Pietro, y Magneto le mira fijamente.
-No me aliaré con Namor-responde-. Y no apoyaré a Rayo Negro mientras esté sostenido por Kingpin y los Estados Unidos. Pero conseguiré que esta guerra termine. No debe ir a más.
-El mundo no lo soportará mucho más-interviene Ororo-. Puedo sentir la tierra desgajándose bajo nosotros, a la propia Madre Tierra gritando de agonía, Pietro. Tenemos una misión más grande que nosotros mismos.
A unos kilómetros de allí, Gorgon dirige un nuevo asalto sobre la cúpula que encierra Attilan. Guerreros atlantes, dirigidos por Namorita, le hacen frente.
Una escaramuza más en la colección de batallas que llevan manteniendo desde que Rayo Negro ordenó que comenzara la guerra.
Son los guerreros atlantes los primeros en notar que algo anda mal. Que hay algo extraño. Y luego, los Inhumanos. La lucha se detiene, todos miran al cielo. Notan cierto picor en la piel, como si la electricidad estática se acumulase sobre ellos. Y entonces, la aurora boreal aparece en el cielo. Ondulaciones electromagnéticas que bailan entre las nubes, verdes y rosas. Y de pronto, la aurora boreal parece estallar, y todos los sistemas mecánicos e informáticos de Inhumanos y Atlantes dejan de funcionar. Y el sol se convierte en una llama en el cielo, una llama que es capaz de abrasar todo lo que hay bajo él. Los atlantes gritan, deshidratándose rápidamente. Los Inhumanos notan como el aire parece encenderse a su alrededor.
Y en ese momento, todo vuelve a la normalidad. Salvo que sobre ellos, hay un ángel volando.
-¡Tengo un mensaje para vosotros!-grita Warren Worthington III, con la voz amplificada por un altavoz apoyado en su garganta-. ¡Lo que ha pasado ahora puede repetirse durante más tiempo! ¡Magneto ha anulado el campo magnético de la Tierra sobre vosotros, y sin ellos, la radiación solar ha caído sobre vosotros como un martillo!
-¡Podríais habernos matarnos, Arcángel!-grita Namorita, llorosa, mirando las quemaduras de su piel. Warren niega con la cabeza.
-No, Nita. No esta vez. Pero no puedo prometer que Magneto no lo haga la próxima vez que un terremoto provocado por vuestra guerra sacuda Neo-Avalon. Magneto tiene un mensaje para vuestros líderes. Desde este momento, se establece una tregua entre vosotros…
-¡No tenéis ningún derecho!-grita Gorgon, pero Warren sigue hablando,
-… que durará veinte días. Al final de esta tregua, Magneto se reunirá con Rayo Negro y Namor, y los tres encontrarán una solución a esta situación.
-¿Veinte días?-pregunta Nita-. ¿Por qué veinte días?
-Porque es el tiempo que necesitaremos para valorar el daño que ya le habéis causado al planeta-susurra Arcángel, mirando con cierta tristeza hacia abajo, antes de desaparecer en dirección a Neo-Avalon. Hay unos segundos de tensión, y entonces, Namorita da la orden de retirada. Y Gorgon hace lo mismo con los Inhumanos.
De momento, la guerra se ha detenido.
De momento.
Mes 10, día 20. Carol Danvers. La Torre, Punto Orbital de Lagrange.
-La lanzadera está aterrizando-informa Siglo, y Carol asiente, girándose hacia el centro de la sala de control. Pronto, John Jameson aparecería allí junto a Adam-X, que le había servido de escolta, y sus invitados.
Invitados… Hacía siglos que se había apartado de la Patrulla-X, siglos desde que se había convertido en Binaria. Y sin embargo, ahora, volvía la vista hacia ellos. Habían tardado más de dos semanas en conseguir una entrevista segura, y en todo ese tiempo, la Visión había lanzado al menos un centenar de ataques sobre los sistemas de seguridad de la Torre, sostenidos por Siglo y sustentados (sin que nadie lo supiera, al parecer) por el propio Douglock, a pesar de que Forja y sus Factor-X se estaban mostrando bastante colaboracionistas con el nuevo gobierno de Hydra.
En tres minutos, las puertas de la sala de control se abren, y John Jameson y Adam-X entran. Entre ambos, está Lobezno, y el simple hecho de ver a Logan, parece tranquilizar a Carol. Reconoce a los demás, aunque personalmente sólo ha conocido a Coloso. Loba Venenosa, M, Cámara, Ave de Trueno, Syrin y Estrella del Norte.
-Logan-dice ella, y él se lleva una mano a la frente, a modo de saludo.
-Vaya garito que os habéis montado aquí arriba-dice Lobezno, sacando un cigarro de una cajetilla, lo que le gana una mirada iracunda de John Jameson.
-Aquí no se puede fumar-dice Jameson, y Lobezno mira a Carol, socarrón. Esta asiente, y Logan guarda el tabaco.
-Me alegra que estéis aquí-dice Carol-. Aunque reconozco que Tormenta ha organizado un grupo muy peculiar.
-Oh, no ha sido cosa de Ororo, cielo-sonríe Logan, encogiéndose de hombros-. Bueno, no sólo de ella. Cíclope y Magneto también estuvieron muy interesados en tu llamada de ayuda.
-¿Qué? ¿Cíclope y Magneto? ¿No se suponía que…?
-¿Qué desde Neo-Avalon no se podía establecer contacto ninguno con Estados Unidos? Sí, se suponía… pero cuando Magik está de tu lado, esas cosas pasan a un segundo plano. Carol, voy a ser sincero contigo. Hace más de un mes y medio, el Zodíaco se llevó a Emma Frost y a varios de sus estudiantes.
-Logan, ¿por qué no…?
-Porque nos gusta hacernos cargo de nuestros asuntos-la interrumpe Lobezno-. Cíclope ha seguido pistas con los Nuevos Mutantes, pero no ha sido demasiado fructífero, así que han decidido pasarse las leyes de Forja por el forro de los huevos, y en estos momentos, Cíclope y los chicos están en Neo-Avalon, mientras Jean y Bobby se ocupan de los que aún quedan en la Academia.
-¿Y vosotros sois la Patrulla-X de Acción o algo así?
-Según Cíclope, somos X-Force-sonríe Logan-. Parece que el flaco a veces tiene sentido del humor. Nos habéis pedido ayuda, Carol, queríais una forma de dejar de estar aislados, de poder romper vuestro aislamiento de lo que ocurre en la Tierra. Aquí estamos. Pero necesitamos que nos ayudéis. Necesitamos localizar a nuestros chicos.
-Tenéis nuestros sistemas a vuestra disposición-responde Carol-. Pero no creo que…
-Carol-la interrumpe Siglo, que se gira hacia ellos, sorprendido-. Será mejor que veas esto.
Ella enarca las cejas y mira las pantallas que Siglo le indica… y sus ojos se abren como platos.
-¿Pero cómo demonios…?
-¿Ocurre algo?-interviene Lobezno, y Carol le indica que se acerque. Él lo hace, poniéndose justo detrás de Siglo y observando la pantalla. Entre los muchos iconos, muchos de ellos signos extraterrestres de la tecnología dominada por Siglo, hay una figura sencilla, el pictograma de un ángel. Sostiene un pergamino, en el que se puede leer «Frost».
-¿De dónde ha salido eso?-pregunta Logan, y Siglo niega con la cabeza.
-No es parte de mis sistemas defensivos… ni ha llegado a través de la conexión con Douglock-afirma Siglo.
-Púlsalo-ordena Carol, y Siglo asiente.
Y todos se quedan boquiabiertos cuando mapas y datos comienzan a desplegarse sobre la pantalla, a una gran velocidad, copiándose directamente de una fuente desconocida a la memoria del ordenador, a las bases de datos de la Torre.
-Eso es el paradero de tus chicos, Logan-masculla Carol, y Lobezno asiente.
-¿Quién demonios nos está ayudando, Carol?-pregunta él, pero nadie sabe contestarle.
Mes 10, día 20. USAgente, Spiderwoman, Constrictor. Monte Inostranka, Alaska.
Todo había salido mal desde el principio.
Cuando Spector había contactado con él, le había dicho «acudid al Monte Inostranka, encontraréis una base de SHIELD dirigida por el Profesor Stuart, allí estaréis seguros». La base había estado allí. En Alaska, en el Monte Inostranka. Pero vacía. Muy vacía. Ni el Profesor Stuart, ni Colleen Wing, ni Luke Cage… Nadie, absolutamente nadie. Una enorme base muy vacía y muy solitaria, y que a Julia le daba bastante miedo. Además, hacía más de un mes que no sabía nada de su hija, y empezaba a ponerse nerviosa, aunque estaba en buenas manos. Pero con las comunicaciones de todo el país interceptadas por Kingpin y por Hydra, no se atrevían a utilizar siquiera la tecnología de la base abandonada para contactar con la Academia de Massachussetts. Sólo esperaban que Kingpin aún no se hubiera decidido a atacar a los niños.
Así que Jack llevaba varias semanas encerrado en una base abandonada en las Montañas de Alaska, con una madre nerviosa y un antiguo villano asustado que era el origen de todo aquello… y que aún no recordaba por qué. Y él estaba empezando a ponerse muy nervioso.
-Esto…. USAgente…
Jack se gira, apartándose del ventanal que daba al exterior, donde observaba el verano de Alaska, para encontrarse precisamente con Constrictor, que le mira con cierto gesto burlón.
-Slichting, ¿cómo piensas tocarme los cojones hoy?-gruñe, y Constrictor sonríe.
-Perdona, es que no te imaginaba contemplando el paisaje con una infusión en las manos…
-Es whisky, y estaba pensando en que acantilado despeñarte y acabar de una vez con tu miserable vida-responde Jack-. ¿Qué quieres, Frank?
-Estoy muy aburrido, llevamos casi un mes aquí escondidos. ¿Seguro que no podemos poner la tele o algo?
-Claro, no te preocupes. Tenemos a Hydra siguiendo nuestros talones por tu culpa, pero en cuanto pueda, conecto el satélite para que tú puedas ver reposiciones de la SuperBowl y Apartamento para Tres. También llamaré a Gino´s, es mi pizzería favorita en Nueva York. Seguro que atienden en Alaska, y a nadie le llama la atención que un motorista aparezca aquí, con una pizza grande de carne, bacon y extra de queso, una vegetariana, seis cervezas y… ¿vas a querer algo, Frankie?
-Jack, tío, deberías dejar de meterte conmigo. Me tratas como si fuera alguna clase de estúpido…
-¡Al suelo los dos ya!-grita Spiderwoman, apareciendo de las sombras del fondo de la sala, mientras el ventanal de cristal reforzado junto al que se encontraban USAgente y Constrictor estalla en mil pedazos. Incluso con el aviso, Jack no puede evitar que uno de los cristales se clave con virulencia en su hombro, haciéndole gritar.
-¿Qué…?-masculla Constrictor, extendiendo sus tentáculos electrificados, mientras Spiderwoman salta junto a USAgente, y le arranca de un tirón limpio la esquirla de cristal.
-Este sitio tenía sensores de proximidad y se pusieron a chillar como locos-explica Spiderwoman-. Ha identificado incluso a nuestros atacantes: la Fuerza de la Libertad.
-Estupendo-gruñe USAgente-. Tus viejos amigos han venido a buscarte.
El ataque sónico de Klaw es cómo una bola de demolición cuando vuelve a retumbar en el interior de la sala, después de haber reventado ya el cristal y parte de la pared. Jack nota que las muelas le retumban en el interior de la boca, mientras trata de mantenerse consciente, aunque se siente como si le hubieran dado una paliza, como si hubieran machacado cada uno de sus órganos internos. A pesar de ello, puede ver como por el hueco abierto en la pared, comienzan a entrar los miembros de la Fuerza de la Libertad. Satana, Vértigo, Electro, Klaw, Vector… ¿Mister Hyde? Están jodidos, muy jodidos.
-Eh, Frankie-dice Electro-. Nos hiciste quedar muy mal, estamos enfadados contigo…
De las manos de Electro vuela un rayo de energía eléctrica que hubiera achicharrado a Constrictor, pero este entrelaza sus cables hundiendo uno en el suelo, de modo que uno de ellos sirva como toma de tierra, y la energía eléctrica pasa a través de ellos sin hacerle daño alguno a Constrictor.
-Deberías saber que de electricidad tengo alguna idea-responde Constrictor, y en ese momento, el mundo a su alrededor parece deshacerse. Su oído interno parece revolverse, y todo parece girar. Siente que las rodillas le fallan y el estómago se le revuelve, llenándole la boca con el sabor de la bilis. Y en ese momento, Klaw vuelve a lanzar un ataque sónico. La boca se le llena de sangre, pero no sabe si se ha mordido o es que está empezando a deshacerse por dentro.
Jack no puede creerse que esté vomitando delante de la Fuerza de la Libertad, pero el ataque de Vértigo le ha devuelto a la boca los tres perritos que se había comidos. Siente un nuevo espasmo en el vientre y una nueva arcada… y alza el escudo justo a tiempo de evitar que Mister Hyde le reduzca a pulpa en tan indecorosa situación. De reojo, ve a Spiderwoman, saltando de acá para allá, evitando los ataques de Satana y Vector, incluso le parece ver que consigue enredar al telequinético de los U-Foes con una de sus psi-redes y arrojarle contra una pared con tal fuerza que queda noqueado. Y que esos gilipollas se hubieran enfrentado al propio Hulk…
USAgente salta a un lado para abrir espacio entre él y Mister Hyde, y el puño del villano se estrella contra el suelo, abriendo una decena de brechas. Jack se apoya en la base de la pared para coger impulso, y estirándose por completo, salta por encima de Mister Hyde, hundiendo el filo del escudo en la base de su cuello, buscando puntos débiles en aquella mole de músculos, esperando que un golpe en la C5 baste para mandar a Zabo al hospital… o a la morgue, realmente en esos momentos no lo está pensando muy bien. Hyde grita y se tambalea hacia delante, y USAgente corre hacia Klaw, que es sin duda la mayor de las amenazas de los allí presentes… si consiguen evitar que Electro les fría o que Hyde les despedace. Ese es el momento en el que Klaw vuelve a atacar, y la vista de Jack se enturbia. Siente un golpe blando cuando Satana tira a Spiderwoman sobre él, y ve que, a escasos pasos de allí, arrojan a Constrictor. USAgente intenta levantarse, pero todo su cuerpo parece oponerse a esa idea, mientras que la oscuridad parece hacerse cada vez más espesa a su alrededor.
-Nyles se pondrá muy contenta cuando le entreguemos el paquete por fin-gruñe Satana, mientras Mister Hyde ruge algo que debería ser una afirmación-. Aunque no entiendo por qué montar todo esto por un villano de segunda como Constrictor…
-Nosotros estamos igual de intrigados.
Los miembros de la Fuerza de la Libertad se giran de pronto para encontrarse con que no están solos en la base. La salvaje naturaleza de Alaska parece contrastar con ellos a través del hueco de la pared abierto por Klaw. La Viuda Negra, Amanda Sefton, Bob Diamond y Estrella Oscura. De inmediato Klaw lanza un ataque sónico contra ellos, pero parece perderse en el manto de energía de Estrella Oscura. Electro se carga de energía, pero la Viuda Negra le dispara un cable conductor, que se enreda en su brazo, y arroja otro contra Vértigo, que grita antes de perder el sentido cuando la electricidad de Dillon la recorre de arriba abajo, al tiempo que Bob Diamond salta sobre Zabo. Mister Hyde trata de alcanzarle con un abrazo de oso que le hubiera partido en dos, pero el Hijo del Tigre es lo suficientemente rápido como para apoyarse sobre los propios brazos de Hyde y girar sobre sí mismo, dejando caer un polvo irritante sobre los ojos del monstruoso villano. Satana comienza a lanzar un hechizo, pero un resplandor plateado la envuelve, y la joven hechicera mira a su alrededor, aturdida y sorprendida.
-De eso nada, tía rara-gruñe Amanda Sefton, apareciendo a escasos pasos de ella, mientras la neblina plateada parece ir concentrándose, haciéndose más líquida, luego sólida, y finalmente, encerrando a Satana en lo que parece ser el interior de una cáscara de plata-. Bastante raritas están las cosas con la magia como para ir utilizándola de forma indiscriminada.
-¿Estás bien, Amanda?-pregunta la Viuda Negra, mientras recoge del suelo el sistema sónico de Klaw, sonriendo cuando Amanda enarca las cejas-. ¿Esto? Pantera Negra se las ha visto más de una vez con este caballero, así que… estaba bien preparado.
-Sí. Pero no me atrevo a lanzar demasiados hechizos. Es todo demasiado inestable-responde Amanda, mientras un rayo de energía oscura impacta en Hyde, haciendo que se tambalee. Diamond aprovecha, saltando por encima de él, dando un fuerte golpe a Electro, que parecía disponerse para volver a atacar. Electro se tambalea, y la Viuda Negra dispara sus muñequeras, impactando tres dardos cargados de un fuerte calmante en el pecho de Mister Hyde. Calvin Zabo lanza un fuerte puñetazo que Bob Diamond esquiva casi doblándose sobre si mismo, alzándose de nuevo con el codo por delante, hundiéndolo con todas sus fuerzas justo debajo del esternón de Mister Hyde, y gruñendo aunque se trataba de una parte blanda. Es como si le hubiera dado un codazo a una plancha de hierro. Hyde aúlla, y en ese momento, un rayo negro le impacta en el rostro, haciéndole caer finalmente. Diamond se gira hacia Laynia, sonriendo, y esta le mira, un poco turbada. Vestido sólo con aquellos finos pantalones de seda negra y cubierto de sudor, era difícil apartar la mirada de aquel luchador rubio.
-Parece que les tenemos-dice, crujiéndose los nudillos, y Natacha asiente.
-Tenemos tres minutos antes de que Hydra detecte nuestra nave-dice-. Así que movámonos cuanto antes.
-¿Nos llevamos a esta panda de gilipollas?-pregunta Bob, señalando hacia los miembros de la Fuerza de la Libertad, pero la Viuda Negra niega con la cabeza.
-No tenemos tiempo de asegurarnos de que no lleven ningún sistema de rastreo. Por lo que el Hombre Hormiga nos ha dicho, todos ellos podrían estar marcados por tecnología lycantroborg-responde Natacha-. Laynia, ¿te encargas?
-Claro-asiente Estrella Oscura, y envuelve a Constrictor, USAgente y Spiderwoman en un capullo de energía oscura y dirigiéndose hacia el exterior.
-Alguno de estos tíos podría saber dónde está Colleen-masculla Bob, lanzando una última mirada hacia Satana y el resto de los miembros de la Fuerza de la Libertad, pero Natacha niega con la cabeza de nuevo.
-Robert… es importante que nos marchemos. Ya-ordena ella, y Bob Diamond asiente, saliendo finalmente junto a Amanda Sefton y Natacha de la base Inostranka. Ahora mismo, el aire es fresco a su alrededor, y a esa altura de la montaña, aún hay nieve en algunas zonas, a pesar de estar en pleno verano. La nave oscura se alza justo frente a ellos, con una luz que reverbera de vez en cuando sobre su superficie cromada, el único reflejo visible de los sistemas de camuflaje electrónico. Un rayo gravitacional les alcanza, subiéndoles a la nave, que de inmediato, se pone en marcha. Mientras Bob ocupa su asiento y mira por la ventana, Natacha avanza hacia el frente de la nave, donde se su piloto, Bonita Juárez, conocida por todos como Pájaro de Fuego.
-¿Tiempo?-pregunta Natacha, y Bonita hace una mueca.
-Suficiente para que desde Washington se hayan dado cuenta de nuestra presencia-dice-. Espero que haya merecido la pena, porque le hemos dado al gobierno de Estados Unidos una excusa para iniciar una guerra contra Wakanda.
Mes 10, día 20. Pantera Negra. Tecnojungla, Wakanda.
-Lo tenemos, T´Challa-informa la imagen holográfica de la Viuda Negra que aparece sobre el panel de control de la Pantera Negra, y este asiente.
-Pensé que les habíamos perdido-masculla Marc Spector, sentado frente a él-. Ha sido frustrante no poder organizar una expedición en tanto tiempo… Walker va a estar muy cabreado.
-¿Seguro que todo esto era necesario?-pregunta Kitty, desde su imagen holográfica, transferida desde Neo-Avalon-. Quiero decir… estamos hablando de Constrictor.
-Y por alguna razón, Jennifer Nyles y la Visión le querían muerto desde que todo esto empezó-replica Marc-. Eso lo hace importante para nosotros también. Con la Bestia en paradero desconocido, Constrictor es la única persona que tenemos con experiencia en la tecnología lycantroborg.
-Y eso hace que sea probable que no tengamos nada-susurra Kitty, y para su sorpresa, T´Challa asiente.
-Aun así, prefiero que esté en nuestras manos-dice el rey de Wakanda-. De todas formas, creo que tendremos problemas pronto. ¿Cómo va el asunto de Magneto?
-Continúa adelante-informa Kitty-. De momento, Namor y Rayo Negro están demasiado ocupados tirándose cosas el uno encima del otro como para escuchar a nadie, pero esperamos que pronto alguien pueda intervenir. Magneto se está preparando.
-Bien-afirma T´Challa-. Muchas gracias, Katherine. Marc, necesito que te encargues de que esté todo preparado para recibir a nuestros huéspedes. Llevan varias semanas en Inostranka, y pueden tener alguna idea de lo que ha pasado con Marlene, Colleen y los demás. Natacha, os esperamos.
-Correcto-afirma la Viuda Negra, y mientras el Caballero Luna se va, las imágenes holográficas de Kitty y Natacha desaparecen del panel. Tras él, en las sombras, Tigra se mueve, con un ligero gruñido, vigilante siempre. Cuando están todos fuera, la mano de Pantera Negra se posa sobre el mapa de Europa, en Europa del Este. La imagen se amplía, y Pantera Negra vuelve a pulsar sobre la ampliación. El mapa es sustituido por la imagen tridimensional de la sala de un castillo. Hay una chimenea al fondo, donde una mujer juega con una niña, imagen que sorprende a T´Challa, pero lo que esperaba ver, está en primera línea. Sabe que está haciendo un pacto con el diablo, pero en esa situación, las circunstancias mandan.
-Víctor-dice T´Challa, y el Doctor Muerte asiente.
-T´Challa-saluda Muerte-. Así que finalmente lo has hecho. Tus chicos han violado la soberanía de Estados Unidos para recuperar a un atracador de bancos que probablemente ha olvidado cualquier información sobre lo que nos ocupa. La opinión de Karnak es que esta situación desembocará sin duda en la Tercera Guerra Mundial.
-Bueno, eso es algo con lo que contábamos-afirma T´Challa, y tiene la impresión de que debajo de su máscara, Muerte sonríe-. ¿Estaréis preparados?
-Todo iría más deprisa si tuviéramos aquí a Richards-responde Muerte, y T´Challa se encoge de hombros.
-Sue y Reed continúan desaparecidos. ¿Pero estás admitiendo que Reed podría hacer algo mejor que tú, Víctor? ¿Es que el mundo se está volviendo loco?
-No, pero cuando Karnak repite lo mismo una y otra vez, puedes acabar creyéndotelo-responde Muerte-. Infórmanos de todo lo que consigáis sacar a Constrictor. Igual nos llevamos una sorpresa.
-Claro, como no-replica T´Challa, y la imagen de Muerte y la sala de la chimenea desaparece. No puede evitar preocuparse por si realmente está haciendo lo correcto… y le preocupa que las últimas palabras de Muerte hayan sido un chiste. Le preocupan enormemente.
Mes 10, día 20. Doctor Muerte. Doomstadt, Latveria.
El intercomunicador de Muerte se apaga, y este se gira hacia la chimenea, donde Betty Ross parece estar jugando a los recortables con la pequeña Emma. De ellas, su mirada vuela a los lectores de energía Gamma. Mientras estén estables, la niña estará controlada y todo irá bien. Muerte se incorpora, y se acerca a una mesa situada fuera del ángulo de visión de la cámara holográfica. Tres de los laterales están ocupados, él se sienta en el cuarto.
-Nunca me ha gustado este rollo «salvemos el mundo en secreto»-dice Banner, y Muerte asiente.
-Hulk nunca ha sido precisamente demasiado discreto-corrobora, sirviéndose una copa de vino-. Pero ahora necesitamos a Banner, no a Hulk.
-Y para que todo esto fuera perfecto…-comienza a decir Karnak, sentado frente a Banner.
-Necesitaríamos a Richards-le interrumpe Bruce Banner, poniendo los ojos en blanco-. Karnak, esté donde esté el Doctor Richards, que tú digas su nombre una y otra vez no hará que aparezca.
-O sí, si lo hace de la forma adecuada-comenta una mujer, sentada en la otra punta de la mesa, enfrente de Muerte. La participante más reciente de su cábala, y la que probablemente más les inquieta al resto.
-Tenemos un objetivo, y lo tenemos que resolver entre los cuatro-afirma Muerte, y sus tres compañeros asienten-. Formamos una cábala secreta de la que ni siquiera T´Challa está informado por completo. ¿Tenemos claro lo que somos y lo que queremos?
-Claro-responde la mujer-. Somos los Illuminati, aquellos que portan la luz cuando se alza la oscuridad. Y lo que queremos… es hundir Atlantis.
-Sin destruir todo el Caribe en el intento-apunta Banner, y sus compañeros asienten.
Salvo Margali Szardos, que se limita a sonreír detrás de su máscara dorada.
Mes 10, día 22. Neal Conan. Plaza de las Naciones Unidas, Nueva York.
Cuando recibió la convocatoria para la rueda de prensa en la plaza de Naciones Unidas, Neal Conan se sintió casi ofendido. El «nuevo gobierno», como se hacían llamar, había tardado más de tres semanas en convocar esa rueda de prensa, una convocatoria que tendría que haber tenido lugar al día después de que Wilson Fisk hiciera público en anuncio de que el gobierno de Estados Unidos pasaba a nuevas manos. Ahora, periodistas de todo el mundo se apiñaban la plaza de las Naciones Unidas, en Manhattan, donde el «Presidente» Fisk había anunciado que su portavoz se dirigiría a todas las naciones. Todo el mundo sabía que, dentro del edificio, había tensas reuniones una tras otra, mientras se debatía lo que había ocurrido en Rusia y en Estados Unidos, y como debían enfrentarse el resto de las naciones a estos nuevos gobiernos. También era de todos sabido que países como Latveria y Wakanda se oponían a aceptar los nuevos gobiernos de ambos países. Los Presidentes de Rusia y Estados Unidos estaban siendo «retenidos», pero, al menos en EE.UU, el Congreso y el Senado seguían funcionando con normalidad. En Rusia, la mano de La Presencia estaba siendo bastante más dura, y muchos analistas políticos la vinculaban con las peores épocas de Stalin al frente del Soviet.
Neal estaba sorprendido por lo «normal» que podía parecer todo. Ni siquiera la programación de la televisión había cambiado, todos habían seguido haciendo su vida con normalidad, incluso en los periódicos y las noticias, aunque no había nada que publicar sobre el nuevo gobierno, salvo aquello que el portavoz de Fisk y los suyos (el Zodíaco, se hacían llamar), quería reseñar. Neal Conan lo conocía, había sido un héroe conocido como Mortaja, aunque ahora, todas sus frases comenzaban con «Soy Aries, hablo por Leo».
Hay movimiento entre los periodistas y los curiosos cuando el cuerpo de seguridad de Hydra ocupa el escenario dispuesto para el discurso en el que finalmente se informará a la Nación de lo que estaba ocurriendo. A Neal casi le da urticaria al ver en sus pecheras la bandera de Estados Unidos junto al símbolo de Hydra, el cráneo octópodo. Era como ver ondear la esvástica entre barras y estrellas. Mortaja sube, ocupando su lugar entre los guardias de seguridad, y se dirige hacia el micrófono.
-Soy Aries, hablo por Leo…-comienza diciendo, y en ese momento, unos gritos a la izquierda de Neal atraen su atención y la de todos los presentes.
-¡Esto es una parodia! ¡Esto es una burla! ¡No a la tiranía! ¡No a Hydra!
De inmediato, los agentes de seguridad de Hydra descienden del escenario, y en ese momento, cuando la gente empieza a apartarse, Neal puede ver a los que habían gritado. Tres mujeres, vestidas con vaqueros y camisetas de manga corta bajo unas chaquetas pesadas. Demasiado pesadas para el verano neoyorquino. Bajo la chaqueta de una de ellas, Neal alcanza a ver lo que parece ser algún tipo de luz roja, y un grito se pierde en sus labios cuando las bombas que llevan estallan, y el caos y la muerte se extienden por la Plaza de las Naciones Unidas.
Mes 10, día 22. Michael Craig, Val Cooper, Leonard Samson. Base de la Iniciativa, Baltimore, Maryland.
-Esto es una auténtica mierda-gruñe Michael, revisando de nuevo las imágenes de lo ocurrido en la Plaza de las Naciones Unidas. Frente a él, Val Cooper asiente, y Leonard Samson cierra su ordenador portátil. Los tres llevan horas revisando los datos recibidos por el equipo de la Iniciativa enviado a Manhattan, dirigido personalmente por la Visión y colaborando con Factor-X.
-Al menos, hemos identificado ya a las terroristas-masculla Val, estirándose-. Renée Zuñiga, Marielle Artiles, Henriette Maddox. Francesa de padre filipino, belga, inglesa. Las tres europeas, con trabajos relacionados con la Unión Europea en las Naciones Unidas. Zuñiga y Artiles compartían piso, y trabajaban como secretaria y analista informática. Maddox era un de las azafatas que atendía a los delegados en las reuniones, una chica mona capaz de llevar agua y canapés y sonreír al mismo tiempo.
-¿Y de montar bombas y causar ciento treinta bajas entre periodistas de todo el mundo?-pregunta Michael, y Samson niega con la cabeza.
-Los perfiles de estas tres mujeres no son de terroristas-dice el psiquiatra-. Tienen estudios, familia en Europa, unas vidas sociales completamente estructuradas y normales. No hay vinculación previa entre ellas, salvo que trabajan en la ONU. No se relacionaban con grupos radicales de ningún tipo, social, político o religioso. No hay nada que apunte a que estas chicas tuvieran motivo alguno para atentar de esta forma, ni siquiera contra nuestro «Nuevo Gobierno».
-Sigues estando molesto por lo que ha pasado-dice Val, y Leonard asiente.
-Nos están utilizando, Val. La Visión y Nyles estaban metidos en esto desde el principio, y han utilizado la Iniciativa como forma de alcanzar el cambio de gobierno. Me siento estúpido.
-La idea de la Iniciativa es buena-replica Craig, encogiéndose de hombros-. Y si tan mal te parece, Len… ¿por qué sigues aquí?
-Porque no quiero tener a la Fuerza de la Libertad detrás, como USAgente, Spiderwoman, Constrictor y el Hombre Hormiga. Y porque alguien aquí dentro tiene que poder decirle todavía que no a La Visión y a Nyles.
-Y esos somos nosotros, ¿no?-sonríe Val-. La cordura dentro de la locura en que se ha convertido todo esto.
-Mierda-gruñe Craig, y Samson y Val se giran hacia él-. Esto puede ser aún más sucio…
-¿Qué pasa?-pregunta Val, y Craig niega con la cabeza.
-He estado comparando los historiales de los atentados de la Plaza de la ONU con los de la Plaza Roja en Año Nuevo-dice Craig-. Y no sé cómo demonios no se dio cuenta alguien de esto antes.
-Son todo mujeres-dice Val, mirando la pantalla de Craig-. Todos los testimonios sobre los terroristas hablan de «una mujer», «una joven», «una chica». ¿Y SHIELD no se dio cuenta de esto?
-Ni SHIELD ni nadie-dice Craig incorporándose-. Estaban tan infiltrados como nosotros.
-¿Una hermandad de mujeres terroristas?-gruñe Val-. ¿Nos enfrentamos a algo nuevo?
-No, he visto esto en los informes, Val. Mujeres que pierden su voluntad y actúan como esclavas de la voluntad de una persona… Solo mujeres…-dice Craig, que había trabajado en la Balsa. Se inclina un momento sobre su ordenador, y luego gira la pantalla hacia Val y Samson.
-Mierda-dice Samson, al ver en la pantalla el historial de uno de los internos de La Balsa. Trasladado diez meses atrás a Baltimore para el Proyecto Iniciativa por orden de la Visión. Samson no había supervisado el traslado, no había realizado una evaluación psiquiátrica del sujeto. Val y Craig desconocían la incorporación al Proyecto de aquel sujeto, al que Val habría vetado inmediatamente. Emitía unas feromonas que obligaban a las mujeres a obedecerle, aunque fuera para llevar a cabo atentados terroristas…
-El Mandril-masculla Val-. Craig… ¿le hemos dado a Hydra … una puta fábrica de terroristas suicidas?
-Eso parece-dice Craig-. La pregunta es… ¿qué vamos a hacer ahora?
En las sombras de un conducto de ventilación, Scott Lang escucha la conversación y sonríe. Temía que Samson, Craig o Cooper estuvieran también infiltrados.
Quizá, sólo quizá, aún tuvieran una oportunidad.
Mes 10, día 25. El Zodíaco. Base Barón, Costa de Haití.
-Señora-dicen todos los miembros presentes, mientras Sat-Yr-9 ocupa su lugar, presidiendo la cabecera de una mesa en forma de herradura. Allí están todos los miembros del Zodíaco cuyas misiones no les tienen lejos de Haití.
Mortaja, Aries.
Martinete, Tauro.
Andrea y Andreas von Strucker, Géminis.
Dinamo Carmesí, Cáncer.
Kingpin, Leo.
La Visión, Libra.
Puño de Hierro, Escorpio.
Danielle Moonstar, Sagitario.
Alistaire Stuart, Capricornio.
-Aries-dice Sat-Yr-9-. Informa.
-Hablo por Virgo-dice Mortaja, con sus ojos grises y sin brillo puestos en la figura de Sat-Yr-9-. T´Challa continúa investigando la tecnología lycantroborg en Wakanda. Como habíamos previsto, él, Spector y la Viuda Negra han conseguido reunir un grupo de héroes, participaron en el rescate del objetivo Constrictor de la Base SHIELD Inostranka.
-¿Tenemos las imágenes?-pregunta Sat-Yr-9, y Mortaja asiente.
-Por supuesto.
-¿Capricornio?-dice la nueva Madame Hydra, girándose hacia Alistaire, que la mira con los ojos desenfocados, grises y planos como monedas.
-Casus belli-responde el Profesor Stuart, y ella asiente-. Wakanda ha realizado una acción militar en suelo estadounidense. Las terroristas europeas tenían armamento wakanda, lo que nos lleva a pensar que existe una alianza entre la Unión Europea y Wakanda.
-No podemos consentir un ataque de esta magnitud en suelo norteamericano-afirma Kingpin, y la Dínamo Carmesí asiente.
-Rusia apoyará las acciones emprendidas por Estados Unidos.
-Entonces, ha llegado el momento de dar el siguiente paso-dice Sat-Yr-9-. Escorpio, hemos recuperado gracias a Capricornio el cuerpo del sujeto Luke Cage. ¿Hay avances?
-Cage parece ser inmune a la tecnología lycantroborg… no así los jóvenes traídos por Aries y Sagitario-explica Danny Rand, y Sat-Yr-9 sonríe.
-¿Frost lo está viendo todo?-interviene Moonstar, y Danny Rand asiente.
-Bien-afirma Madame Hydra-. Libra… la Torre…
-Continúa siendo independiente. He forzado varias veces sus sistemas, pero creo que Siglo ha utilizado tecnología exoterrestre para reforzar sus defensas. Aún no puedo lanzar un ataque directo, ya que la Torre se rige por la ONU, y no sólo por el gobierno de EE.UU.
-Se suponía que formaba parte de la Iniciativa, y que dominabas ese aspecto por completo-dice Andreas von Strucker, y la Visión le mira, sin mover un músculo de su rostro artificial.
-La Iniciativa está al servicio de Madame Hydra. La Fuerza de la Libertad es el Puño del Zodíaco. Todos vosotros habéis recibido el don de la tecnología lycantroborg de mis manos. ¿Pones en duda mi eficiencia, Géminis?
-No-responde rápidamente Andrea, haciendo callar a su hermano-. La Torre caerá.
-Cuando llegue el momento-afirma la Visión, y ella asiente.
-Cuando llegue el momento.
Sat-Yr-9 sonríe. Disfruta con las pequeñas tensiones dentro de sus seguidores. Géminis ha aportado uno de los recursos más valiosos al Zodíaco, el control sobre Hydra, pero no llevan bien el ver que son sólo una pieza más dentro de su amplio abanico de recursos. Saben que al final, cuando llegue Acuario, ellos quedarán en un segundo lado, y eso les hiere. Por supuesto, Sat-Yr-9 no confía en ellos, no confía en nadie. Pero le divierte. Se dispone a hablar, cuando de pronto, una alarma suena en la estancia.
-¿Qué…?-comienza a decir Martinete, pero enseguida la Visión extiende las manos sobre la mesa, y una docena de monitores holográficos aparecen en el aire, mostrando las cámaras de seguridad que rodean la Base Barón. Y en esas imágenes, los hombres de Hydra luchan. Contra mutantes.
-¿Cómo es posible que esta base se haya visto comprometida, Libra?-pregunta Madame Hydra, y él niega con la cabeza.
-No es posible-responde, y por un instante, Sat-Yr-9 siente la tentación de eliminarlo directamente, de lanzar un rayo de energía cósmica contra él y destruirlo para siempre. Pero es Libra, él controla la tecnología lycantroborg que perfecciona al Zodíaco y que creará a su ejército, una vez que consiga infectar con ella a los niños mutantes de Frost.
-Evacuación inmediata-ordena Sat-Yr-9-. Sagitario, encárgate de que los niños y Frost lleguen a los sistemas de teleportación. Aries, devuelve a Leo y a Cáncer a sus lugares. No necesitamos que los relacionen con el Zodíaco. Capricornio, Libra, eliminad cualquier información que pudieran sacar de nuestros sistemas, y luego desapareced. Géminis, Escorpio…
-Les detendremos-dice Puño de Hierro, y Sat-Yr-9 asiente.
-¡Cámara!-grita Lobezno, y de inmediato, el muchacho lanza un rayo psiónico que barre a una escuadra de agentes de Hydra que se aproximaba desde su flanco derecho. Coloso hunde sus manos en el suelo metálico de la base, tirando de él hacia arriba, arrancando varias planchas completas, desequilibrando a aquellos que no habían caído por el ataque de Cámara, mientras un grito de Syrin terminaba con aquel equipo.
Un sonido metálico resuena ante ellos cuando aparecen dos drones defensivos de Hydra, unos robots bípedos con grandes metralletas circulares montadas a modo de brazos. El diseño es básico, pero efectivo. Las metralletas retumban en el aire, y Coloso se apresura a situarse ante sus compañeros, tratando de protegerles, pero las balas estallan con tanta fuerza que el joven ruso se tambalea y cae hacia atrás.
-¡Ruso estúpido!-gruñe Lobezno, mientras Ave de Trueno le sujeta y le arroja contra uno de los robots, en su versión particular de la bola rápida. Las garras de Lobezno relumbran antes de seccionar limpiamente las metralletas de uno de ellos, clavándolas después en el cuerpo principal y arrancando cables y sistemas. El segundo trata de seguir a Estrella del Norte, que vuela a toda velocidad a su alrededor, y se detiene lo suficiente para que el robot dispare… desapareciendo de nuevo, de modo que las balas impactan en el primer dron, ya mutilado por Lobezno. Una descarga de Cámara impacta en el robot, lanzándolo a varios metros y sacudiéndolo con potentes cortocircuitos.
-¿Estás bien, Peter?-pregunta M, aterrizando junto a Coloso, que asiente.
-Da-masculla, mirando las quemaduras en su piel metálica-. No me imaginaba que las balas podrían tener tal calibre.
-Estupendo-dice M-. Pues ponte de pie, porque se acerca compañía.
El aviso de Monet llega justo a tiempo, y Lobezno salta hacia atrás a tiempo de evitar un relámpago de color verde que abre un gran socavón en el suelo ante él. Pero antes de darse cuenta, recibe un duro golpe en el cartílago de la nariz, y escucha prácticamente como este estalla, mientras la nariz y la boca se le inundan de sangre. Si no hubiera tenido el cráneo de adamantium, estaría muerto. Lobezno da un par de pasos hacia atrás, y detiene una nueva patada de Puño de Hierro con los antebrazos, mientras Ave de Trueno intenta alcanzar a Escorpio, pero este se apoya en la pared y salta por encima de Proudstar, y mientras cae, lanza una patada contra la parte trasera de la rodilla del apache, que cae al suelo con un grito de dolor y con una de las rodillas destrozada. Puño de Hierro adopta una postura defensiva, mientras Cámara le lanza un rayo psiónico, y Syrin busca un hueco por el que poder atacar sin alcanzar a Lobezno y Ave de Trueno con su propio ataque sónico. Puño de Hierro extiende la mano, y aparece un escudo de energía, proyectado por la tecnología lycantroborg, que absorbe el rayo de Cámara.
-¡Al suelo!-grita Lobezno, tras identificar en el aire un repentino olor a ozono, justo después de dos olores muy especiales, que identifica rápidamente. Estrella del Norte y Syrin se esconden detrás de Coloso, mientras el propio Lobezno trata de cubrir a Proudstar cuando el aire estalla a su alrededor. La energía desgarra la carne de Logan hasta los huesos, siente su sangre crepitar, y casi de desploma sobre el herido Ave de Trueno, pero consigue aguantar, apoyándose en la pared.
-Fenris-masculla Monet, que a pesar de su invulnerabilidad, nota un escozor en la piel.
-Somos Géminis-responden los dos al mismo tiempo.
-Os falta un gato para ser un personaje de Pokemon-masculla M, dejándose caer hacia ellos, pero Puño de Hierro aparece de algún sitio y cae sobre ella. Monet grita cuando Danny Rand golpea con toda su fuerza y el puño resplandeciendo por el chi acumulado en un costado de la muchacha. A pesar de su invulnerabilidad, el golpe de Escorpio hace que M prácticamente pierda el conocimiento en pleno vuelo, y él gira en el aire para caer de pie, mientras ella se estrella contra el suelo, con un ruido que parece un estallido.
-Rand…-masculla Lobezno, incorporándose, notando el picor de la piel y los tejidos al regenerarse-. Te vas a arrepentir de esto…
-Seguramente, en algún momento-responde Puño de Hierro.
-¡Lobezno, Fenris otra vez!-avisa Syrin, y Lobezno salta… pero hacia Puño de Hierro, mientras Ave de Trueno arroja un afilado cuchillo hacia los hermanos, tan rápido, que antes de que puedan darse cuenta, la hoja se ha hundido hasta la empuñadura en la muñeca de Andrea, cortando carne, huesos y ligamentos y haciéndola gritar.
-¡Hijo de puta, te voy a desollar!-grita Andreas, sujetando a su hermana, que se tambalea, y en ese momento, Estrella del Norte cae sobre él, con un estampido sónico que retumba en el interior del complejo, y lanzando medio centenar de puñetazos a Andreas von Strucker, apartándolo de su hermana.
-Rubio, guapo, interesante-masculla Jean-Paul-. Lástima que seas un auténtico gilipollas incestuoso.
-Lobezno, no les vais a encontrar-dice Puño de Hierro, y sin esperar una respuesta, salta, evitando un ataque de Coloso, y apoyándose en el propio brazo metálico de su atacante para volar sobre Logan, de forma que se sitúa con una pared a su espalda y Lobezno y Coloso frente a él. Escuchan el grito de Syrin, que impacta de lleno en Andrea von Strucker, que había hecho un amago de incorporarse.
-Rand, si les habéis hecho algo…-gruñe Logan.
Y en ese momento, Puño de Hierro parece difuminarse, y desaparece.
-¡Ey!-grita Estrella del Norte-. ¿Dónde se ha ido mi punching ball?
-Sistemas de teleportación-gruñe Coloso-. ¿Por qué todos tienen uno?
-Deberíamos habernos traído a tu hermana-sisea Logan-. ¿Todo el mundo está bien?
-Me ha reventado el menisco-dice Ave de Trueno, sentado en el suelo.
-Monet está en shock-contesta Syrin-. Creo que le ha reventado el bazo.
-Pero la hermana reinona del macizo ario sigue aquí-dice Jean-Paul, y todos los ojos se vuelven hacia él, que trae en brazos a Andrea von Strucker-. Parece que el cuchillo de James, además de casi amputarle una mano, cortó su sistema de teleportación. Así que, tenemos un prisionero. O la mitad de uno, depende de como consideremos a Géminis.
-Y no es lo único.
Loba Venenosa aparece entre las sombras, y apoyándose en ella, una pálida y demacrada Emma Frost les observa, con gesto duro.
-Rahne-dice Lobezno-. ¿Los chicos?
-No estaban ya cuando llegué. Dani se los había llegado, pero conseguí evitar que volviera a por Emma.
-Logan-gruñe Emma-. Se han llevado a mis chicos.
-Los encontraremos de nuevo, Emma-responde Logan-. Vamos a hacerlo.
-No sabéis lo que les han hecho… las cosas que están probando con ellos…-masculla ella, temblando y sin soltar a Loba Venenosa-. Logan, quiero sus tripas.
-Prometido-responde Lobezno, con los ojos clavados en Andrea von Strucker. Espera que Magneto, Cíclope, Carol o Pantera Negra consigan sacar algo de ella.
Porque si no lo hacen, él tendrá que intervenir. Y todo se volverá muy sangriento.
Mes 10, día 30. Madame Hydra. Base de Hydra Jinete Rojo, Brooklyn.
-El caso ya está planteado-dice Capricornio, entrando al despacho de Madame Hydra. La mujer se aparta de la pared, soltando un cuchillo ensangrentado sobre la mesa, mientras Ópalo Luna Saturnina apenas alza la mirada para ver a Alistaire Stuart. Está encadenada a la pared, desnuda y llena de profundas cicatrices. Opal-Lun-Sat-Yr-9 desde luego, se está desquitando con ella.
-Bien-dice Madame Hydra, acercándose al Profesor Stuart, y tomando de sus manos el informe que este le presenta. Realiza una lectura rápida y sonríe, devolviendo la carpeta a manos de Capricornio-. Es el momento de dar el siguiente paso.
-Sí, señora.
-Reúne al Zodíaco-ordena ella-. Leo y Cáncer tendrán mucho que hacer en los siguientes días. Y dile a Géminis que se reúna conmigo. Estará lo suficientemente furioso por la desaparición de su hermana como para ponerle al frente de la operación.
-Sí, señora. ¿Sagitario?
Sat-Yr-9 guarda un instante de silencio. Aún está furiosa por la pérdida de Emma Frost en manos del grupo de asalto mutante.
-Liberadla. Aún tiene un papel que jugar antes de que todo esto acabe.
Capricornio asiente y Madame Hydra se queda sola en su despacho. Lanza una mirada de reojo a Ópalo Luna Saturnina, pero la ignora y se acerca a su mesa, lanzando una proyección que cubre la pared completa, un mapa del mundo a gran escala. Sat-Yr-9 pasa la mano sobre el proyector, y de inmediato, el símbolo de Hydra, el cráneo octópodo, aparece sobre todo el mundo.
-Hail, Hydra-sonríe ella.
Mes 10, día 31. Jean Grey, el Hombre de Hielo y Cecilia Reyes. Academia de Massachussetts.
-No me puedo creer que vayan a hacer esto-masculla la doctora Reyes, observando por las ventanas de la Academia los tanques y helicópteros que comienzan a acercarse a la Academia, marcadas con el emblema de Hydra. Desde que tres días antes Hydra hubiera iniciado su ataque global, Jean Grey había movilizado a todos los efectivos de la Academia.
-Siento darle así la bienvenida a la Academia, Doctora Reyes-dice Jean Grey, con una sonrisa triste-. Pero era previsible. Hydra ya nos atacó, ya se llevó a parte de nuestros niños, era evidente que cuando decidieran quitarse la máscara de política correcta, Hydra vendría a por el resto. Y ya están aquí.
-Por suerte, la mayoría de los estudiantes normales están en sus casas, en vacaciones de verano-responde Cecilia, ajustándose una cazadora con el emblema de la Academia bordado en el cinturón y sobre el pecho izquierdo-. Y nuestros invitados se encuentran en el sótano.
-Te ocuparás de ellos, Cecilia-dice Jean, y Cecilia Reyes asiente. Desde que Kingpin había revelado el golpe de mano de Hydra contra el gobierno de Estados Unidos, Jean Grey había sabido que en algún momento la agencia terrorista trataría de golpear a los héroes que tantas veces se habían enfrentado a ella, y en algún momento de ese enfrentamiento, los niños se quedarían atrapados en medio. Emma estaba desaparecida, pero Jean había decidido seguir el epítome de Emma. Todo por los niños. En aquellos momentos, además de varios estudiantes que no habían sido capturados por Hydra (Presagio, Anole, Otoño, Termo, o el recién llegado, Billy Kaplan, que aún no tenía un nombre clave; así como los pequeños, Artie, Sangui o Genio), Franklin Richards, Cassie Lang y Rachel Carpenter, además de la propia hija de Scott y Jean, que también se llamaba Rachel, se encontraban bajo la protección de la Academia.
-Que no les pase nada, Cecilia-dice Jean, mientras se dirige a la puerta principal, y la doctora Reyes asiente, encaminándose a los sótanos. Jean espera a que Cecilia descienda antes de abrir las hojas de la puerta y salir al porche de entrada, donde ya se encuentra Bobby Drake.
-El mundo se está yendo a la mierda, Jeannie-dice Bobby, y ella asiente-. Sean se moriría si viera esto… una escuela asediada por el propio gobierno de su país.
-No es nuestro gobierno, Bobby, es Hydra.
-Sí, pero he visto pocas manifestaciones ni pocos golpes contra ellos. La gente ha aceptado el cambio demasiado bien-rezonga Bobby, mientras comienza a transformarse en hielo-. Están llegando muchos de ellos. ¿Seguro que tú y yo solos podremos con ellos?
-Quizá-replica Jean-. No somos pesos pluma exactamente.
Hay un estampido procedente de la zona donde los tanques de Hydra se empezaban a alinear. Los ojos de Bobby se abren como platos al ver las explosiones y como algo parece acercarse a toda velocidad hacia la Academia. Las puertas del exterior revientan, y Bobby se prepara para lanzar un ataque gélido, pero la voz de Jean resuena en su mente.
«No, Bobby. Es de los nuestros.»
Bobby se retiene, casi llevado por el tirón telequinético, y en ese momento, ve a quien se acerca.
-No me jodas-masculla, y pocos segundos después, Caín Marko se detiene junto a ellos.
«Hice algunas llamadas», dice Jean en la mente de Bobby, y este asiente, entre sorprendido y satisfecho. «No vamos a hacer esto solos.»
-Que vengan-dice Caín Marko, situándose entre Jean Grey y el Hombre de Hielo-. Que vean que para llegar a esos niños, tienen que pasar por encima de Juggernaut.
1.- Los Inhumanos han comenzado una guerra con Atlantis, en el número anterior.
2.- Sowilo, la Runa del Sol
3.- La versión soviética de los campos de concentración.
4.- Traducido del ruso, no podía ser de otra forma.
5.- También conocido como Fe Ciega.
6.- En X-Men… pues eso, mucho tiempo atrás.