En cada rincón de Marveltopia están pasando cosas, desde las profundidades de Atlantis a las ciudades volantes de la gente pájaro, desde el microverso dentro de una probeta hasta la lejana Nebulosa Oscura. Nada se pierde, todo está quedando registrado. Descúbrelo en…
#18 – Doce VIII
La venganza se viste de púrpura
Por Tomás Sendarrubias y Jose Cano
Portada de Ikaro
Fecha de publicación: Mes 160 – 8/11
Mes 8, día 1. Carol Danvers. La Torre, Órbita de LaGrange.
-No me lo puedo creer-sisea Carol, apoyada en su mesa, y con los ojos fijos en Reed Richards, sentado frente a ella. En aquellos momentos, la Torre se desliza en su órbita en la zona diurna de la Tierra, y los cristales de la sala están polarizados, oscureciendo el despacho de la directora de La Torre pero permitiendo una increíble vista sobre el Sol. Sin embargo, ni la propia Carol ni sus acompañantes están en situación de prestar atención a lo increíble de las vistas-. Te dije que me transfirieras la custodia de la Ego-Espora, Reed, te dije que aquí estaría más segura, que el propósito de la Torre era este…
-Lyja lo hubiera cogido igualmente aquí-replica Sue Richards, y Johnny la mira con amargura.
-Aún no estamos seguros de que Lyja lo haya hecho-gruñe Johnny, y Reed niega con la cabeza.
-Las grabaciones de seguridad de los almacenes fueron desconectadas, pero podemos estar seguros de que fue Lyja quien se llevó la Ego-Espora, Johnny.
-Y acto seguido, una de mis naves ultralumínicas desaparece junto a parte de mi tripulación-señala Carol, dando un golpe sobre la mesa-. Y nos dirigimos al mayor desastre de diplomacia cósmica de la historia.
-Supongo que el hecho de que la Inteligencia Suprema azuzara a los Siete Hermanos contra la Tierra no hizo tampoco mucho por la hermandad de las naciones cósmicas-dice Johnny, y Carol le mira furibunda, pero sabe que no tiene más remedio que, en ese punto, darle la razón.
-Hemos entrado en contacto con el Imperio Shi’ar, tienen la tutela sobre lo que queda del Imperio Kree1, y la Guardia Imperial estará atenta a los transportadores pero…
-Los Shi’ar se extienden por al menos dos docenas de galaxias-asiente Reed-. Y el embajador Kar’dum parece haber ayudado a Lyja en el viaje, así que cuentan con tecnología Shi’ar, y saben todo lo necesario para poder utilizar los portales imperiales. Podrían estar en cualquier sitio. Pero todos sabemos donde se dirigen, ¿no?
-Hala-asiente Carol-. Son nuestro propio escuadrón de la muerte.
-Y aún así, Lyja, no ha implicado a nadie de la Torre-dice Johnny-. Ni de la Tierra. Nos ha dejado al margen.
-Johnny, si piensa hacer lo que creo que va a hacer…-dice Reed, y en ese momento, Johnny se incorpora bruscamente, golpeando en la mesa de Carol.
-¡No!-grita-. ¿Sabes cuál es tu problema, Reed? Eres demasiado listo para tu propio bien. No, perdona. Eres demasiado listo para el bien de todos los que te rodean. Siempre lo sabes todo. Siempre sabes qué es lo más adecuado. Siempre sabes lo que todos y cada uno de nosotros vamos a hacer. Y tienes la solución para todo. Para solucionar nuestros errores, los que los simples humanos que estamos tan debajo de ti en la escala evolutiva de la inteligencia cometemos. ¿He dicho humanos? Perdona, me equivocaba. Sabes lo que todos vamos a hacer. Absolutamente todos. Estás por encima de los jodidos Shi’ar, los Badoon, los Skrull, los Rigelianos, los putos Kree… Aún no entiendo como el puto universo no se ha puesto de rodillas delante del puto Reed Richads…
-¡Johnny!-exclama Sue, poniéndose ante su hermano-. Todo eso que estás diciendo es…
-¿Completamente injusto, Sue? ¡Lo sé! ¡Lo sé, joder! ¡Pero es igual de injusto que asumir que Lyja y los que la acompañan van a realizar una puta acción de ejecución sin darles el beneficio de la duda! Y todos lo estamos haciendo. ¡Todos!
-Johnny, han robado una nave ultralumínica, han bloqueado la Ultralínea, y han secuestrado al embajador Sah-Lerr, el único que podría crear una Omnionda e informar al Imperio Kree de lo que pensamos que van a hacer-interviene Carol-. Y han robado la Ego-Espora. ¿De verdad cree que se trata de una visita de cortesía?
-¡No lo sé!-exclama Johnny-. No sé que pretende Lyja, pero por dios… ¡es la mujer a la que quiero! ¿Cómo no voy a darle el beneficio de la duda? ¿Cómo voy a condenarla como lo estáis haciendo vosotros? ¿Y por qué estamos aquí, discutiendo todo esto en vez de haber salido en su persecución para intentar hablar con ellos o… que Dios me perdone, detenerles si están haciendo lo que creéis que van a hacer?
-En eso tienes toda la razón, Johnny-asiente Reed, pasando un brazo por encima de los hombros de su cuñado-. Carol, tenéis otras naves Ultralumínicas. Aunque la Ultralínea no funcione, podríamos intentar interceptar la nave de Lyja.
-Reed, no es sólo Lyja-gruñe Carol-. Adam Warlock, Starfox, Ganímedes, Legado, Gamora y el Embajador Kar’dum… Se lo podrían poner muy difícil a cualquiera que intentara impedirles su objetivo.
-Son nuestros amigos, Carol-dice Johnny-. No son el jodido enemigo…
-Si sigues hablando así, niño, te voy a tener que lavar la boca con jabón-dice Carol, suspirando y dejándose caer sobre su silla-. Pero tienes razón. Reed, puedo tener una lanzadera lista en un par de horas. Si los Shi’ar colaboran con nosotros, dándonos paso franco por sus portales, y conseguimos extrapolar la ruta de Lyja…
-Bien, ¿cuándo nos ponemos en marcha?-pregunta Susan, abrazando a su hermano, pero Carol lanza una rápida mirada a Reed y niega con la cabeza.
-Lo siento, Sue, pero tú te quedas en tierra-dice Carol-. En tu estado y con las complicaciones que has tenido en embarazos anteriores, no voy a llevarte a un viaje a Dios sabe dónde.
-Carol, no…-comienza a decir Sue, pero Reed pone un dedo en su boca.
-Cariño, no-dice-. Carol tiene razón. Johnny y yo iremos tras Lyja, a Ben y a ti os tocará guardar el fuerte. Estoy convencido de que Carol necesitará ayuda aquí…
-Si piensas que me voy a quedar al margen de esta misión, Reed, vas listo-replica Carol-. La Torre se creó específicamente para este tipo de situaciones, y ni los Kree ni los Shi’ar me son desconocidos. Jameson y Siglo podrán encargarse de la Torre, yo asumo el mando de la misión de búsqueda. Y cuando digo asumo el mando, significa que lo hago por completo, ¿entendido, doctor Richards?
-Claro, coronel Danvers…-sonríe Reed.
-Bien-afirma Carol, activando un intercomunicador-. Siglo.
-Carol-responde el alienígena desde el otro lado del intercomunicador.
-Necesito la Prydwen preparada para despegar en ciento ochenta minutos. Quiero una reunión con Jameson y contigo en diez minutos, quedáis al mando de la Torre y quiero que todo esté en orden. Avisa a Adam-X y a Quasar, formarán parte de la misión.
-De acuerdo-responde Siglo, y Carol va a cortar la comunicación cuando la mano de Reed se extiende y le sujeta la muñeca antes de que cierre el intercomunicador.
-Si Jameson se queda en la Torre, necesitaremos un piloto-dice Reed, mirando a Carol con media sonrisa-. Y sé a quién necesitamos. Enviad una lanzadera a Wakanda e informad a T’Challa de lo que está ocurriendo. Si vamos a estar ahí arriba, le quiero con nosotros.
-¿Carol?-pregunta Siglo, y tras unos segundos, ella asiente.
-Adelante-responde ella-. Avisad a Pantera Negra. Y veamos a quien estamos persiguiendo… amigos o enemigos.
Mes 8, día 2. Proyecto: Iniciativa. Baltimore, Maryland.
-Susan, Ben… permitidme que os de la bienvenida.
La Visión avanza hacia la Cosa y la Mujer Invisible, que aceptan el recibimiento del líder del Proyecto: Iniciativa.
-Eh, Visi, que bien lo tenéis aquí montado-dice Ben Grimm-. Pero, ¿seguro que… bueno, ya me entiendes? Ahora soy un hombre casado2, y responsable…
-Te puedo garantizar vuestra seguridad, Ben-afirma la Visión-. Como ya le dije a Reed, es un placer poder acogeros aquí a ti, a Susan, a Alicia y al pequeño Franklin. No hay niños en la base de la Iniciativa, pero estoy seguro de que podremos diseñar un programa educativo apropiado.
-Quizá… debería hablar con Jean Grey y Scott Summers-dice Susan, mirando a su alrededor, a los inmensos barracones de corte militar-. Ben estará bien aquí, pero Franklin… tal vez estaría más cómodo en la Academia de Massachussetts.
-No-dice la Visión, repentinamente serio, pero enseguida, su tono se dulcifica, dentro de lo posible para un syntozoide-. Susan, Reed consideró que en el Proyecto: Iniciativa reuníamos todas las condiciones de seguridad requeridas para vuestra estancia aquí. Ahora, sois Vengadores.
-Eh, Sue, Vengadores… eso suena bien. Bueno, el estirado y tú fuisteis ya Vengadores, ¿no3? Ahora podremos apalizar a Muerte gritando «Vengadores Reuníos». ¿Podemos asaltar Latveria o algo parecido?
-Algo podremos hacer al respecto, Ben. Venid, quiero presentaros a la Doctora Nyles…
Mes 8, día 2. Alistaire Stuart. Helitransporte de SHIELD, sobre Oregón.
-¿Seguro que todos estos datos son correctos?-masculla Alistaire, mientras revisa los datos que le ofrecen las bases de datos de SHIELD. A su lado, su anfitriona, la Condesa Valentina Allegro de la Fontaine, pone los ojos en blanco.
-Profesor Stuart, si tiene dudas al respecto de la funcionalidad de los sistemas de información de SHIELD, estoy segura de que su propia agencia tendrá fuentes mucho más fiables de lo que nuestra modesta agencia americana puede ofrecerle…
-¿Qué? Oh, no, no-responde Alistaire, girándose hacia la Condesa-. Es que todo esto… Es tan curioso…
-¿A qué se refiere, Profesor?
-Las pautas climáticas de los últimos meses… Hay corrientes que se están desviando… La propia Corriente del Atlántico Norte… la del Golfo de Méjico…-Alistaire se frota distraído la barbilla, absorto en los mapas que va viendo. Introduce un nuevo código, y puede ver las pautas electromagnéticas del planeta. Enarca las cejas. Normalmente, siempre hay una desviación magnética sobre Neo-Avalón, al fin y al cabo, es el refugio de Magneto, pero esto…
-Son como… haces, ¿no?-dice Valentina, y Alistaire asiente.
-Fíjese, Condesa-señala-. En los últimos meses… es como si todas las corrientes del planeta, los propios campos magnéticos, incluso las partículas solares. Todo se está torciendo, se está girando. Se está alineando sobre este punto.
-Atlantis-masculla Valentina, y Alistaire asiente.
-Atlantis-asiente Alistaire.
-Tendremos que trabajar con esta información-dice Valentina-. Pero, ¿realmente era esto lo que estaba buscando, Profesor?
-No, realmente no-acepta Alistaire-. Hemos encontrado una tecnología muy peculiar en una sede de Rand, y tememos que pueda tener que ver con el Zodíaco. Buscaba trazas de signaturas de esa tecnología a nivel mundial, cuando me he encontrado con esto. Y ahora mismo, no sé qué es más importante…
-Podemos cubrir ambos frentes, Profesor Stuart-dice Valentina, y Alistaire asiente.
En ese momento, escucha un zumbido. Alistaire alza los ojos, y de pronto, todas las pantallas se apagan. Escucha gritos y siente como el estómago se le sube a la garganta cuando el Helitransporte empieza a caer. Y de pronto, todo se detiene. Los sistemas se reinician.
-¿Qué…?-comienza a decir Alistaire, pero Valentina le interrumpe.
-Estamos protegidos incluso de pulsos electromagnéticos-gruñe Valentina-. Esto no debería haber pasado.
-Oh, Dios mío-masculla el Profesor Stuart, al mirar hacia la pantalla. Los datos que tenía no aparecen, tan sólo largas hileras de 1 y 0. Sintiendo una punzada en los hombros por la tensión y pensando que se ha hecho al menos tres contracturas nuevas, Alistaire trata de acceder a las bases de datos con las que estaba trabajando, pero es imposible-. Valentina… los datos han desaparecido de los discos duros… Oh, y de los servidores…
-¿Qué?
-Es como si… como si se hubiera formateado todo el sistema de SHIELD… se ha perdido todo. Bases de datos, copias de seguridad… todo.
-Profesor Stuart, eso que me está diciendo es imposible…
-Agente Allegro, puede intentarlo usted misma…-invita Stuart-. Pero no hay nada. Los mapas climáticos, las lecturas electromagnéticas… Nada.
-Profesor Stuart… ¿de qué me está hablando?
Mes 8, día 3. Madame Hydra. Base Hydra Ajenjo, Océano Pacífico, al sur de Ponape.
Madame Hydra contempla el mapa holográfico que se extiende ante ella, una inmensa proyección de doce metros de largo por seis de altura y unos treinta centímetros de profundidad. Ante ella, bajo sus manos, hay una proyección más pequeña, de unos cuarenta centímetros por veinte y dos de profundidad, sobra la que Madame Hydra interacciona, viendo los resultados de lo que hace en el mapa proyectado. Sus ojos se detienen una y otra vez sobre las islas cercanas a la costa atlántica de Estados Unidos y el Caribe. Neo-Avalon. Atlantis. Attilan.
Las puertas de la sala se abren, y Madame Hydra ni siquiera necesita girarse para saber quién ha entrado a la sala. Percibe el olor a madera vieja y tabaco de la colonia de Andreas von Strucker, el aroma dulzón a rosas y frutas rojas de Andrea… y percibe los pesados pasos de una tercera persona. Madame Hydra se gira, y de inmediato los tres se arrodillan ante ella.
-Hail, Hydra-dicen, y ella asiente.
-Hail, Hydra. Libra, teníamos mucho interés en verte. Escorpio afirma que fuiste tú quien cambió la prisión de Cage. Géminis están muy preocupados por tu actuación en este asunto, y reconozco que a mí también me incomoda. ¿Tienes algo que decir al respecto?
-Asumo la responsabilidad del traslado del prisionero Cage-responde Libra, alzando la mirada hacia Madame Hydra, que suspira.
-¡Es un traidor!-escupe Andreas-. ¡Deberíamos…!
-Cállate, Andreas-dice Andrea, y Madame Hydra se acerca, acariciando el mentón de la mujer antes de volverse de nuevo hacia Libra.
-¿Y tienes algún motivo que justifique tal cambio? ¿Sabes que nos has dejado en una situación comprometida a pocos meses del Gran Cambio? Si nos descubren…
-No lo harán-afirma Libra-. Escorpio se había obsesionado con el contagio de Cage, y todas las pruebas desarrolladas han llevado a una conclusión lógica e indiscutible. Luke Cage no puede ser afectado por nuestra tecnología. Tenemos todos los datos sobre cómo ha reaccionado a las diferentes cepas de nanotecnología, lo que nos permitirá un estudio en profundidad si llega el momento, pero a día de hoy, Cage se había convertido en una carga a la que destinábamos demasiados recursos. La base de Papertech de Rand contaba con la suficiente seguridad para evitar que el recluso escapara, pero no la suficiente como para que en el caso de ser encontrado, alguien pudiera pensar que Cage formaba una parte importante de nuestros planes. Encontrar a Cage tras varios meses de estar desaparecido, apaciguará a aquellos que nos buscan, pero sobre todo, les desconcertará. Y no hemos realizado ningún sacrificio, ya que la vinculación de Rand al Zodíaco ya era pública.
-Aún así, has asumido un riesgo que no estabas autorizado a…-comienza a decir Andrea, pero en ese momento, Libra se incorpora, mirándola duramente.
-Quizá podáis amedrentar a los otros con vuestro liderazgo sobre Hydra, Géminis-dice-. Pero yo soy Libra. Mi deber es equilibrar, medir. Yo evalúo, calculo y actúo. Yo he sido el portador del Don y el padre del Zodíaco. Y si formáis parte de todo esto, no olvidéis que es porque yo decidí que fuera así. Sólo sirvo a Madame Hydra, Géminis. Además… os olvidáis de Capricornio.
Madame Hydra asiente y se acerca a Libra, sujetándole el rostro entre las manos y depositando un leve beso en sus labios.
-Así es-asiente ella-. Pero no olvides que tu vida me pertenece-susurra a su oído, y Libra no puede evitar fijarse en la joya que adorna el cuello de Madame Hydra. Como siempre, viste de blanco, pero en el cuello lleva una gema roja, ovalada.
-La Gema del Poder-susurra Libra, y Madame Hydra asiente.
-Vino a mí-dice Madame Hydra, acariciando la joya con una mano enguantada-. Es un símbolo. Una llamada, un adelanto de lo que va a ocurrir. El mundo será mío, Libra. Mío.
-Hail, Hydra-susurra Libra, y ella sonríe.
-Hail, Hydra.
Con un movimiento encajado, los gemelos von Strucker se incorporan, y tras extender sus brazos hacia Madame Hydra con el consabido saludo, tanto Géminis como Libra abandonan la sala. Madame Hydra lanza una nueva mirada al mapa, pasa la mano sobre el tablero que tiene ante ella, y este desaparece. Una de las paredes se desliza, dando paso a una pequeña estancia. En ella, clavada con gruesos clavos por las muñecas y los tobillos a una plataforma en forma de aspa, hay una mujer, de cabello rubio, cubierta de heridas, sangre seca y porquerías. Y sin embargo, cuando Madame Hydra abre entra, sus ojos vuelan hacia ella como armas ardientes, chispeando.
-Y bien, Guardiana Omniversal… ¿dónde lo dejamos la última vez?
Mes 8, día 9. Hellstorm y Talismán. Transia.
-Lo puedo sentir-masculla Talismán, abriendo los brazos en el bosque y mirando hacia la inmensa montaña que se alza ante ellos. Su nombre hace que un escalofrío recorra su espalda. Wundagore.
-Lo siento yo, y eso que he perdido casi todos mis poderes-gruñe Daimon, arrodillado sobre la hierba y el musgo, mientras se hace un pequeño corte en la palma de la mano con una lasca de obsidiana. La sangre gotea sobre un cuenco de barro, mezclándose con agua, y Daimon deja caer una aguja sobre el líquido. La aguja flota, y de inmediato, gira, apuntando hacia la montaña-. Las líneas mágicas giran hacia aquí. Extraño tenía razón.
-¿No la tiene siempre?
-Casi siempre, por desgracia-asiente Daimon.
-Las líneas de la magia se rompen y se desvían, por eso nuestros hechizos fallan, o tienen resultados inesperados. O desaparecen, como en Japón, cuando el hechizo de Magical Girl drenó toda la energía mágica de la zona. Y se tuercen hacia aquí, hacia Wundagore. Y eso es malo.
-Muy malo-asiente Daimon-. Chthon fue lo que más cerca estuvo de destruirnos durante las Guerras Infernales. Si se libera de nuevo, estamos jodidos, muy jodidos.
-¿Y qué podemos hacer?-pregunta Elizabeth, que nota el viento frío que se desliza montaña abajo.
-Primero hablar con Extraño-afirma Daimon-. Y luego, si crees en algún Dios… rézale.
Mes 8, día 12. Los Inhumanos. Cocina del Infierno, Manhattan, Nueva York.
-Tritón-dice la Reina Medusa, mientras mira a su alrededor. Las calles de la Cocina del Infierno le resultan opresivas, a pesar de que no hay nadie en su camino. Ni vagabundos, ni jóvenes. Esa noche, todo el mundo ha decidido permanecer en casa-. Rayo Negro y yo nos preguntamos por qué nos has traído aquí esta noche.
-He encontrado a alguien que podría ayudarnos, Medusa-responde Tritón, con su voz resonando desde el fondo de su casco que le mantiene respirando agua-. Las Naciones Unidas continúan bloqueadas por la injerencia de Portugal y Francia, la resolución sobre Attilan no avanza. Ansío regresar a Attilan, mis reyes, y he buscado a quien puede ayudarnos.
-¿Aquí?-pregunta Medusa, y Tritón asiente.
Su objetivo es un edificio en estado de construcción. Las doce primeras plantas están completamente terminadas, pero las ocho siguientes son aún un armazón de acero sin terminar. Hay hombres armados tras las puertas, hombres que franquean el paso a Tritón, Rayo Negro y Medusa. Uno de ellos se acerca a los Inhumanos, y hace una reverencia respetuosa.
-Seguidme, por favor-dice, y se dirige a un ascensor privado, que activa con una tarjeta magnética. Para sorpresa de Medusa, el ascensor no sube, sino que desciende al menos tres plantas. La puerta se abre, y se encuentran en un espacio diáfano, totalmente subterráneo. Y en el centro de aquel vacío, un hombre enorme, vestido de blanco, con el cabello rapado, y un broche en forma de león en la solapa de la fina americana de primavera.
-Majestades-dice, haciendo una leve reverencia-. Mi nombre es Wilson Fisk, y represento a un grupo de personas que comparte sus intereses en Attilan.
-¿Nuestros intereses?-pregunta Medusa, y Kingpin asiente.
-Así es, reina Medusa. Nosotros le podemos asegurar el apoyo de la ONU y los Estados Unidos a la resolución que entregará Attilan y Atlantis al dominio de los Inhumanos…
Mes 8, día 12. Nave Cruzado. Hiperespacio.
160.000 Años Luz.
50.000 Pársecs.
Las cifras conseguían marear a Lyja, a pesar de su amplia experiencia, cuando se detenía a pensar en el tiempo y las distancias que se manejaban en aquellas aventuras espaciales, siempre se ponía nerviosa. Incluso en aquellas naves hiperlumínicas y utilizando las puertas de salto de los Shi’ar, había una larga distancia entre la Tierra y la Gran Nube Magallánica.
El lugar donde se encontraba su objetivo.
Hala.
Lyja mira de nuevo el vial hermético que tiene a su lado, y la sustancia viscosa de color púrpura que parece moverse dentro. Acaricia el cristal, y siente el calor que desprende la Ego-Espora. De inmediato, retira la mano.
-Lyja.
La Skrull se gira hacia la puerta, y ve a Kar’dum, que la observa con atención. Lyja se incorpora, y hace un gesto de saludo al embajador Shi’ar.
-Embajador Kar’dum, ¿puedo ayudarle en algo?
-Sí-asiente Kar’dum-. Lo que estoy haciendo, muchacha… lo que todos estamos haciendo… Sé que es lo que debe hacerse. Soy un militar, siempre lo he sido. Serví a D’Ken, a Lilandra… al padre de ambos. Incluso a Cayl’see en el escaso período en que ha estado al frente del Imperio. Pero esta misión… es la primera vez que actúo sin seguir las órdenes directas de la Majestrix o el Majestor Imperial. Estoy confiando información secreta a… bueno, a Skrulls, mestizos de Kree y criminales intergalácticos reconocidos, como esa Gamora. Pero lo hago porque sé que es lo correcto, que estamos haciendo lo que debe hacerse.
-Así es, embajador Kar’dum, y sólo puedo estarle agradecida por…
-No quiero agradecimiento, muchacha-la interrumpe Kar’dum-. He visto la duda en tus ojos, ¿sabes? Y quiero asegurarme de que cuando llegue el momento, tendrás lo que es necesario para hacer lo que debe hacerse.
Lyja mira al embajador Shi’ar. Al menos es dos cabezas más alto que ella, con un torso fuerte y las plumas que sustituyen al cabello en los Shi’ar, de color blanco, níveo. Sus ojos grises tienen el brillo del acero, y en ellos, Lyja sólo puede leer una cosa: determinación. Suspira, y asiente.
-Lo tendré, Embajador.
-Bien, Lyja-responde él-. Estoy seguro de que todos estamos más tranquilos.
-Así es-dice una tercera voz, y en ese momento, Lyja se da cuenta de que tras la puerta de la sala, había otra persona, alguien que ha escuchado toda la conversación. El Embajador Sah-Lerr entra en la estancia, ataviado con sus ropas de general del Imperio Kree, y se sitúa junto a Kar’dum, frente a Lyja-. Hacemos lo que debemos. Nuestro objetivo es… un monstruo. Mi familia murió cuando sus manipulaciones hicieron estallar la Nega-Bomba en el Imperio Shi’ar, en uno de sus intentos de forzar nuestra evolución4. Y ahora, ha estado a punto de destruir el Universo entero. Lo que hacemos, lo hacemos por el bien común.
-Así es, General-responde Lyja, mirando la Ego-Espora-. Los Skrull sabemos de primera mano lo que es capaz de hacer la Inteligencia Suprema. Cuando llegue el momento, no dudaré. Ahora, si me disculpan, Ganímedes me espera en el tablero de mando, necesita descansar.
Sin bajar la mirada, Lyja sale de la sala, y Kar’dum y Sah-Lerr observan sus pasos mientras se dirige al puente de la nave.
-¿Podrá hacerlo?-pregunta Sah-Lerr, y tras unos segundos, el Embajador Kar’dum asiente.
-Y si no lo hace ella… tendremos que hacerlo nosotros-gruñe el Embajador Shi’ar, lanzando una profunda mirada al recipiente que contiene la Ego-Espora. Esta, como si le hubiera escuchado, parece cimbrearse, temblar… y Kar’dum siente un escalofrío.
Mes 8, día 14. Proyecto Iniciativa. Baltimore, Maryland.
-Más pruebas no…-protesta Constrictor, al ver la convocatoria adherida a la puerta de su taquilla en la sede del Proyecto: Iniciativa-. ¿Cuántos análisis van a hacernos?
-Eh, a mi no me han pedido más pruebas desde las iniciales-responde Scott Lang, saliendo de las duchas del vestuario y dirigiéndose a su taquilla-. ¿Seguro que no has estado metiendo tu viborita donde no debías, muchachote?
-Completamente seguro-replica Schlicting-. Llevo en dique seco más tiempo del que quiero recordar. Los de la Fuerza de la Libertad debe ser que no tenemos el mismo atractivo que los que estáis en el primer equipo. Porque por ahí se rumorea que te estás poniendo tibio con Spiderwoman…
-Vaya, me encanta que mi vida amorosa sea objeto de amplio debate en los pasillos del Proyecto-gruñe Lang, tirando la toalla al cubo de la ropa sucia mientras se pone unos vaqueros.
-Eh, tío, no te molestes-dice Frank, alzando las manos-. Ya sabes, cuando uno trabaja con gente…
-Ya, ya. En fin. Creo que Julia me ha dicho que tiene una amiga que acaba de divorciarse… Podríamos organizar algo y presentártela.
-¿En serio? ¿Haríais eso?-exclama Constrictor, con los ojos abiertos como platos-. Tío, te daría una abrazo si no estuviera completamente sudado…
-Por dios, hazlo-farfulla alguien desde la puerta del vestuario-. Sería el final perfecto para esta escena.
El Hombre Hormiga y Constrictor se giran al tiempo de ver a U.S.Agente, de uniforme ante la puerta. Está sonriendo, y eso hace que a Frank se le pongan los pelos de punta.
-Habéis conseguido que me vuelva a la cabeza esa mierda de Brokeback Mountain, los dos parecíais rudos vaqueros… ha habido un momento en que he pensado que ibais a repetir la escena, así, sin vaselina ni nada…
-¿Tú sueles utilizarla, Walker?-responde Lang, poniéndose una camisa de manga corta.
-¿Qué?
-La vaselina, Walker. Si sueles utilizar la vaselina o directamente te gusta que aprieten. Porque parece que sabes mucho del tema… y de rudos vaqueros.
-Schlicting, sal de aquí-ordena U.S.Agente, dando un paso hacia Scott-. Nyles quiere verte, y yo no quiero traumatizarte viendo como le doy una paliza a tu nuevo mejor amigo.
-Eh, chicos, no creo que sea necesario…
-Fuera-dicen al mismo tiempo John y Scott, y Constrictor abandona los vestuarios. Le escuchan estornudar cuando sale. Le da alergia el polen.
-¿Qué cojones te pasa, Walker?-pregunta Scott, y John mira hacia fuera para asegurarse de que no hay nadie más, y cierra la puerta de los vestuarios con llave. Sin más, entra en las duchas y las abre todas simultáneamente. La sala queda ahogada por el ruido del agua cayendo-. Yo he visto esto en las películas de espías…
-Y funciona sorprendentemente bien-replica Walker-. Scott, necesito tu ayuda.
-¿Qué? ¿Todo este jaleo sólo ha sido para quedarte a solas conmigo?
-Sí. Está pasando algo raro aquí, algo que no termino de entender, pero que de alguna manera, tiene que ver precisamente con Constrictor. Nyles ha vuelto a convocarle para pruebas médicas.
-Me lo ha dicho. Me parece curioso, creo que ninguno ha tenido más pruebas médicas que Constrictor.
-Creel ha tenido tres baterías de pruebas-informa Walker-, y de los miembros de la Fuerza de la Libertad, es el que más ha pasado. Schlicting ha pasado por dieciocho baterías.
-¿Qué?-exclama Scott-. Pensé que estaba exagerando…
-No. Además, desde que el Escuadrón Serpiente trató de matarle5, Constrictor ha estado en todas y cada una de las misiones que han implicado mayor peligro… a pesar de que no es exactamente nuestro miembro más poderoso. Nos ayudó a detener una invasión lemuriana orquestada por Kro mientras Mikhail Rasputin se limitaba a jugar al scrabble en la base…
-¿A dónde quieres ir a parar, Walker?
-Creo que alguien quiere cargarse a Constrictor, Scott. Alguien de aquí dentro. Y sinceramente, me importa una mierda si se lo cargan o no, pero me jode mucho que quieran tomarme el pelo.
Mes 8, día 15. Nave Prydwen. Portal Interestelar Shi’ar de Alta Seguridad Kree-Lar Ayrie.
-Han estado aquí-dice Carol, y sentado en los paneles de mando, T’Challa asiente. Las pantallas de visión de la Prydwen les muestran la imagen del portal Shi’ar, situado ante ellos, formando un gran triángulo, y rodeado de naves imperiales de reparación. Los sistemas de la nave detectan también la presencia en el exterior de varios miembros de la Guardia Imperial.
-La Guardia Imperial Shi’ar solicita nuestros protocolos de identificación-dice Pantera Negra, y Carol asiente. De inmediato, desde la Prydwen comienzan a fluir datos por interfaz magnético, que son recibidos por la nave insignia imperial. Tras un par de minutos, T’Challa asiente-. Nos han identificado, solicitan permiso para subir a bordo.
-Concedido-gruñe Carol-. ¿Puedes poner esto en piloto automático? Me gustaría que Reed y tú estuvierais conmigo cuando suban los enviados Shi’ar.
-Claro-asiente T’Challa, y programa los sistemas de la nave de forma que permanezca estable. La puerta de la sala de mando se abre, y entran Reed Richards y Johnny, seguidos de Adam-X y Quasar.
-Adam ha recibido las comunicaciones de los Shi’ar-dice Reed-. ¿La Guardia Imperial va a subir a bordo?
-Sí-asiente Carol, y Reed niega con la cabeza.
-Eso no es bueno-dice Reed, y Carol vuelve a asentir. Juntos, los seis miembros de la escuadra de la Torre se dirigen a la zona de carga, donde están las esclusas que permitirán acceder a la nave a los Shi’ar. Cruzan mirada nerviosas cuando ven que sólo un hombre aparece a través de las portillas, aunque es un hombre que no necesita presentación.
-Pretor Imperial Gladiador-dice Carol, dando un paso al frente, y la inmensa figura del líder de la Guardia Imperial asiente, firme como tallado en mármol.
-Binaria-saluda el Pretor, reconociendo a Carol de los tiempos en que ella había formado parte de los Saqueadores Estelares-. La Majestrix Lilandra os envía saludos a todos.
-La Emperatriz es muy amable por habernos facilitado el tránsito a través de los portales Shi’ar-responde Carol, que se permite incluso respirar, dándose cuenta de que no lo había hecho desde el momento en que había visto al Pretor Imperial accediendo a la nave.
-La nave del Coronel Kar’dum pasó por aquí hace dos unidades de tiempo terranas-informa Gladiador, y Carol asiente, temiendo que ahora llega lo difícil-. Desde vuestro aviso, contingentes de la Guardia Imperial han custodiado este portal, ya que es el único que conduce al antiguo Imperio Kree. La Majestrix Kree Cayl’see Neramani6 ha ordenado la evacuación de Hala y Kree-Lar en dirección mundos menores.
-Espero que no sea necesario, pero toda precaución es poca…-asiente Carol, pero antes de que pueda seguir, Gladiador alza una mano y la ordena callar.
-En vuestros informes nos decíais que desconocíais el objetivo de la comitiva del Coronel Kar’dum, y el contingente de la Guardia Imperial que custodiaba el portal, los recibió en base a la información que nos había sido transmitida. Fuimos atacados, y Oráculo estuvo a punto de ser asesinada por esa mujer llamada Gamora.
-Mierda-masculla Johnny, y Carol siente como si un jarro de agua fría le hubiera caído repentinamente por la espalda. Ni siquiera estaban seguros de que la expedición de Lyja se dirigiera hacia el Imperio Kree, habían seguido esa trayectoria por las extrapolaciones de Reed y los informes recibidos por el Cuerpo Nova y los Shi’ar que informaban del paso de una nave procedente de la Torre por una serie de portales que parecían conducir hacia allí. Los Shi’ar habían bloqueado los protocolos de Kar’dum, pero había sido inútil, los privilegios del Coronel Shi’ar estaban por encima de un mero bloqueo civil… y de alguna forma, habían conseguido puentear todos los sistemas de seguridad… y ahora, incluso habían dejado atrás a la Guardia Imperial.
-Tenemos un prisionero.
Carol siente que los ojos están a punto de salírsele de las órbitas, aunque trata de mantener la compostura. De inmediato, mira hacia Johnny, que incluso ha dado un paso al frente, pero Quasar ha estado atento, y de forma discreta, ha puesto una mano sobre el hombro de la Antorcha Humana.
-Pretor, ¿de quién se trata?-pregunta Reed, y Gladiador le mira serio y frunciendo el ceño, como si no terminara de confiar en ellos.
-Un Kree-termina respondiendo Gladiador-. El Embajador Sah-Lerr.
-No le secuestraron-murmura Johnny-. Iba con ellos voluntariamente, no le secuestraron…
-Necesitamos hablar con él-dice Carol, y a su lado, Reed asiente.
-Es un Kree, y como tal, está bajo la jurisdicción de la Majestrix Cayl’see.
-¿Se le ha enviado ya a juicio?-pregunta Adam-X, y el Pretor niega con la cabeza.
-El Cuerpo Nova tiene protocolos con el Imperio Shi’ar, incluyendo el Dominio Kree de la Majestrix Cayl’see-continúa Adam-, y esos protocolos permiten al Cuerpo el interrogatorio y la custodia de rehenes intergalácticos.
-El traidor Sah-Lerr no es un rehén intergaláctico, Centurión Nova-responde Gladiador-. El Dominio Kree es un protectorado del Imperio Shi’ar, y por lo tanto, todo lo relativo a su custodia y juicio es una cuestión interna Shi’ar.
-Los acuerdos del Protectorado son claros, Pretor Imperial-responde Adam-, y han sido aceptados por el Cuerpo Nova, por lo tanto, no son objeto de discusión aquí. En nombre del Cuerpo Nova y de la Torre, acepto y respaldo la custodia del Embajador Sah-Lerr por parte del Imperio Shi’ar. Pero exijo que sea respetado por ambas partes el derecho a interrogatorio del prisionero. Y tú eliges, Gladiador. Como Pretor eres jefe de todos los ejércitos Shi’ar, y líder indiscutible de la Guardia Imperial, pero no tienes derecho a modificar ni bloquear protocolos que fueron firmados por la propia Majestrix. Tendrías que recurrir al Canciller Araki o la propia Lilandra, o Sharra no lo quiera, a Cayl’see, y yo apelaría a Xandar, Mundomente y el Consejo Nova. La burocracia inundaría tanto el Consejo Nova como el Nido de las Águilas durante ciclos solares Shi’ar. O simplemente puedes aceptar, y permitir que uno de nosotros pueda hablar con el prisionero, antes de que sea enviado a Mundotrono.
-Centurión Nova, estás recurriendo a argucias…-gruñe Gladiador, y Adam-X se encoge de hombros.
-Y aún podría incluso recurrir al Ari’nn Haelar7-responde, y el ceño de Gladiador se frunce aún más-. Soy medio shi’ar, y conozco nuestras tradiciones, Pretor. Y tengo curiosidad por ver si el incomparable poder de Gladiador del Imperio Shi’ar es superior al que ofrece el Cuerpo Nova. Pero de nuevo, y como lo que he dicho antes, esto sería una gran pérdida de tiempo. Así que, Pretor Imperial, en nombre del Cuerpo Nova, solicito que me sea permitido interrogar al prisionero Sah-Lerr del Dominio Kree.
-Petición concedida-termina respondiendo Gladiador, y Adam-X asiente-. Dispondrás de una de vuestras horas terrestres para hablar con el prisionero Sah-Lerr en nuestra nave. Se te concede el permiso como agente del Cuerpo Nova, no es transferible ni delegable.
-Carol…-pregunta Adam, pero ella asiente.
-Ve con ellos-ordena Carol-. Y por Dios, por Sharra y K’ythri, o por el Cuerpo Nova… averigua qué pretenden hacer, Adam.
Adam-X cruza las puertas circulares de la nave-prisión Shi’ar, que se abren y cierran a su paso, mientras camina junto al Pretor Imperial en dirección a la celda del prisionero. En su trayecto, se cruza con otros miembros de la Guardia Imperial, pero apenas le prestan atención, hasta que finalmente, el propio Gladiador le franquea una última puerta y se encuentra de bruces con el Embajador Sah-Lerr. El Kree continúa llevando su uniforme de militar del antiguo Imperio, y básicamente, salvo por una cicatriz en la mejilla, parece indemne.
-Tienes unos minutos, Centurión Nova-dice Gladiador, y sus ojos se clavan en Adam-. No hagas que me arrepienta de habértelos concedido.
Adam asiente, y Gladiador abandona la sala, dejando al X-Tremo con el antiguo delegado Kree ante la Torre.
-Embajador Sah-Lerr-dice Adam, mirando a su alrededor. Desde luego, los Shi’ar han sido escuetos en cuanto al mobiliario, apenas un camastro rígido en un rincón y lo que debe ser el concepto que los Shi’ar tienen de un baño en el otro.
-Legado Adam-X, me alegra…
-Nunca fui Legado, Embajador. Con Adam estará bien. Y me alegraría mucho continuar durante un rato con los cumplidos, las presentaciones, y los trasfondos diplomáticos… Pero no tengo tiempo.
-Lo comprendo-asiente Sah-Lerr, incorporándose para quedar frente a frente con el miembro del Cuerpo Nova-. Os estáis preguntando cual es nuestro objetivo y por qué hicimos lo que hicimos. Le dije a Lyja que nos seguiríais, que trataríais de impedírnoslo…
-Pensábamos que os habían secuestrado, Embajador-gruñe Adam-. Creíamos que Lyja y los suyos os habían obligado a abandonar la Torre en contra de vuestra voluntad.
-Sabíamos que no entenderíais lo que vamos a hacer-asiente Sah-Lerr-. Gamora pensaba que no tendríais los redaños suficientes como para seguirnos hasta aquí, pero yo sabía que lo haríais, y Kar’dum también.
-Sah-Lerr… en nombre de todo lo que sea sagrado… ¿qué pensabais hacer?
-Justicia, Adam-replica el Kree-. Una justicia que debería haber sido hecha hace mucho tiempo. Y reparar una vergüenza para mi pueblo. ¿Tienes idea, Adam, de lo que significa pertenecer al a raza que creó a un monstruo? ¿De tener que pedir prácticamente excusas por la raza a la que perteneces? Siento el peso de ser un Kree continuamente, Adam. Nos crían para ser orgullosos, nos educan para sentir que somos grandes, que somos únicos, que somos conquistadores. Y yo sólo siento vergüenza por sus obras. Por lo que él le ha hecho al Universo. Pama, por lo que él le ha hecho a su propio pueblo. A mi gente. Yo… tenía una hija, Adam. Una esposa. Aliy-Aah enseñaba historia del Imperio. Tam-Lerr soñaba con ser militar, como yo. Las dos murieron cuando la Inteligencia Suprema manipuló al Imperio Kree, a los Shi’ar y a los Skrull para que la Negabomba estallara en el corazón de los Kree. Yo sobreviví, pero… el número de muertos fue tal… Me arrancaron a mi familia. A mis amigos. A mis compañeros. Y los humanos, fallaron. Cuando llegó la hora de la venganza, fallaron. Aquello hubiera sido justicia, Adam. Pero no pudieron acabar con la Inteligencia Suprema. Vamos a hacerlo nosotros.
-Sah-Lerr, ¿la Ego-Espora?…
-Será el instrumento de nuestra justicia, Adam.
-¡Lo que planeáis es un genocidio!-grita Adam, horrorizado-. Morirían millones, Embajador, ¡millones de los vuestros! ¿Pensáis acabar con la Inteligencia Suprema convirtiéndoos en monstruos como él?
-Estamos seguros de que os habéis encargado de que no sea así-sonríe Sah-Lerr-. ¿O acaso no habéis avisado a la Majestrix Neramani para que se evacúen Hala y Kree-Lar? Sabemos dónde está la Inteligencia Suprema… y no morirá nadie a la hora de acabar con él.
-Estáis locos-gruñe Adam, negando con la cabeza mientras vuelve hacia la puerta-. Completamente locos. ¡Abridme!
La puerta se abre con un siseo, y cuando Adam sale, lanza una última mirada al Embajador Sah-Lerr, que ha vuelto a sentarse en su jergón. El Kree llora. Tras la puerta, Gladiador le espera, pero Adam-X no se detiene siquiera para mirar al Pretor.
-Centurión Nova…
-Pretor, ¿cuánto tiempo tardará el portal en estar operativo?-pregunta directamente Adam, poniéndose de nuevo el yelmo del Cuerpo Nova.
-Los daños que vuestros compañeros causaron han sido serios. Al menos dos de vuestros días terranos.
-No podemos esperar tanto tiempo-responde Adam-. Necesitaré las coordenadas exactas de la ubicación del portal de salida más cercano a Hala. Nuestros antiguos compañeros han enloquecido, y debemos detenerlos.
Mes 8, día 16. Nave Cruzado. Dominio Kree, a un Pársec de Hala.
Los indicadores de los paneles de control de la Cruzado indican la presencia de Hala ante ellos. Lyja suspira, mientras a su lado, Legado, que está realizando el turno de pilotaje, frunce el ceño.
-Estamos a tiro-suspira Genis-Vell, y Lyja asiente.
-¿Es arrepentimiento eso que detecto en tu voz, Genis?-pregunta Lyja, y él la mira.
-Esta es la tierra de mi padre-responde finalmente-. Y sí, tengo dudas sobre lo que vamos a hacer. Pero no tenerlas sería monstruoso.
-No morirá ningún inocente, el plan saldrá bien-responde ella, mientras las puertas de la sala de control se abren, entrando el resto de sus compañeros. Warlock, Ganímedes, Starfox, Gamora y el Embajador Kar’dum.
-Ha llegado el momento-dice Kar’dum, y Lyja asiente-. La Ego-Espora está cargada.
-Los cañones de a bordo ya están dirigidos hacia la signatura de la Inteligencia Suprema-interviene Gamora-. Hoy acabaremos con ese monstruo.
-Cruzado, aquí nave Prydwen.
La voz de Carol Danvers les sorprende a todos de pronto y Lyja siente que las rodillas se le doblan. Dioses misericordiosos, que no tenga que volver a explicarlo… que no tenga que volver a dudarlo…
-Cruzado, soy la Coronel Danvers, prioridad Torre Alfa-Alef-continúa diciendo Carol-. Apagad los sistemas de defensa y ataque, vamos a abordaros.
-Aquí Cruzado-responde Lyja-. Coronel Danvers… no asumimos su liderazgo. No permitiremos el abordaje.
Cerrando el sistema de comunicaciones, Lyja se vuelve hacia sus compañeros, con gesto preocupado.
-No deberían haber podido seguirnos-dice-. Destruimos el portal Shi’ar…
-No han aparecido por el portal Shi’ar-informa Legado, leyendo los datos que le aportan las lecturas de la Cruzado-. Han aparecido del Espacio Cuántico, deben traer a Quasar con ellos.
-Estupendo-gruñe Lyja, y de pronto, Legado se incorpora.
-Están saliendo-dice-. Binaria, Quasar, Adam-X, la Antorcha Humana…
-Lyja, soy Reed-dice la voz de Míster Fantástico a través del comunicador-. Entiendo lo que os pasa por la cabeza, pero lo que pensáis hacer es…
-Reed, no-le interrumpe Lyja-. Es una decisión tomada, no puedes convencerme… no puedes convencernos. La Inteligencia Suprema ha jugado con mi gente, y con la tuya. Y lo que vamos a hacer, debería haberse hecho hace mucho tiempo. Cierro la comunicación.
-¡Lyja, no, no lo entiendes! ¡El planeta…!
La voz de Reed se interrumpe cuando Lyja cierra los sistemas de comunicación.
-Legado, Starfox, Adam, Ganímedes. Os quiero ahí fuera, hay que detenerles. Coronel Kar’dum, Gamora… os necesitaré aquí.
Por un momento, Genis-Vell titubea, pero finalmente, se incorpora, y junto a sus compañeros, se dirige a las exclusas de salida de la nave.
-Gamora… programa el cañón con la Ego-Espora-ordena Lyja, y Gamora asiente. Kar’dum pone sus grandes manos sobre los hombros de la Skrull, y esta se apoya en el tablero de mando-. Y que los dioses nos perdonen, si pueden.
Una ráfaga de fuego cósmico recibe a Adam Warlock apenas ha abandonado la Cruzado, y ve frente a él a la propia Carol, envuelta en llamas en su identidad de Binaria. Adam alza sus escudos, que evitan la mayor parte del ataque de Binaria, mientras rayos de energía brotan de sus manos, en su propio contraataque. Ve a su alrededor como Legado, Starfox y Ganímedes tratan de evitar que Adam-X, Quasar y la Antorcha Humana se acerquen a la Cruzado. Siente un zumbido, pese a la falta de atmósfera, una vibración en su corazón, y sabe que el cañón de la nave se está cargado. Aún le hará falta algún tiempo para reunir la energía necesaria para cubrir la distancia entre el punto en el que se encuentran y Hala, pero también sabe que una vez iniciado el proceso…
-¡Estáis locos!-grita Binaria, y Adam escucha su voz a través del intercomunicador subcutáneo de su oído-. Adam, tenéis que detener todo esto, lo que vais a hacer es…
-Cumplimos nuestro deber, Coronel Danvers. Debería entenderlo mejor que nadie…
Y en ese momento, Warlock se detiene. No puede creerlo.
Ante él, en mitad de ningún sitio, la Gema Alma flota en el aire, a escasos centímetros de donde se encuentra él. Escucha su llamada en su corazón, en su alma. Extiende una mano, y en ese momento, con un flash, Nathaniel Richards y Capitana UK aparecen ante él.
-¡Quieto, Adam!-ordena Nathaniel, mientras su compañera se apresura a capturar en un campo de fuerza redundante la Gema Alma. Adam siente el tirón de la Gema, pero escucha otra voz dentro de él.
Soy Fuego.
Soy vida encarnada.
Ahora y siempre…
Adam grita, y la gema grita, mientras Nathaniel y Linda vuelven a desaparecer.
-Una más-dice Linda, y Nathaniel asiente.
-Había algo dentro de Adam, Linda-replica Nathaniel Richards-. La Gema podría haberle poseído, pero… Algo dentro de él la ha rechazado.
-Estupendo. Más entidades parasitarias-gruñe Linda, mientras Nathaniel coge la Gema Alma y la escruta.
-Linda… deberíamos ir al Cristal M’Krann…
-¿Qué demonios ha sido eso?-exclama Carol, y Adam niega con la cabeza-. Adam, por Dios, tienes que escucharme.
-Carol, está decidido, no vamos a parar…
-¡La evacuación de Hala no se ha completado!-grita Carol, y Adam clava sus ojos en ella-. Pájaro de Muerte ha intentado evacuar el planeta, pero carecían de naves suficientes. ¡Aún hay al menos un millón de personas ahí abajo!
-No puede ser-niega Adam-. Todo estaba planeado…
-¡No se puede nunca planear todo!-grita Carol-. ¡No contasteis con el estado en que el Dominio Kree quedó tras la Guerra con los Shi’ar y la Negabomba! Habéis pensado en que nosotros nos pondríamos en contacto con los Shi’ar y evacuaríamos el planeta… ¡pero no hemos podido hacerlo!
Adam se gira hacia el planeta, hacia Hala. No lo ve, pero lo puede sentir dentro. Sus ojos parecen arder, mientras su conciencia parece diluirse en un inmenso pájaro de fuego.
Fuego.
Vida Encarnada…
Los siente.
A todos y cada uno de ellos. Y no son un millón. Al menos tres millones de Kree continúan en Hala, esperando las naves de la evacuación que les lleven a un mundo seguro. Unas naves que ya, fuera de toda duda, llegarán tarde. La fuerza de su interior grita.
Y Adam lo hace también.
-¡Lyja!-grita, a través del intercomunicador-. ¡Abortad! ¡Hala no ha sido evacuada! ¡Abortad!
La voz de Adam Warlock resuena en los intercomunicadores de sus compañeros y en los de los enviados de la Torre. Todos miran hacia la Cruzado. Y en ese momento, un misil de carga plasmática sala de la nave, en dirección hacia Hala.
-¡No!-grita Carol-. ¡No!
Binaria y Quasar se apresuran a volar tras el misil, tratando de detenerlo, pero el arco de disparo pronto supera la velocidad de la luz. Ambos ven como se escapa de ellos. Con un aullido, Binaria se dirige directamente a la Cruzado, y sus rayos cósmicos agrietan uno de los laterales de la nave. Puede sentir como la nave se despresuriza, como crujen todas sus junturas. Arranca parte de la cubierta y se introduce en la Cruzado, ardiendo de ira, de rabia…
Encuentra a Lyja, Gamora y Kar’dum en la sala de control, con las máscaras atmosféricas puestas. Pero ninguno de ellos está preparado para luchar. Ninguno de ellos parece tener intención de resistirse.
-¡Qué habéis hecho!-grita Carol, con los ojos inundados de lágrimas-. ¡Qué habéis hecho!
-Lo correcto-replica Kar’dum, suspirando.
Lyja, con los ojos fijos en los paneles de control, guarda silencio.
Mes 8, día16. Hala.
El misil impacta en una antigua base militar, abandonada tras la Guerra Kree-Shi’ar. El plasma hace arder las paredes y crea un cráter de dos kilómetros de diámetro y seiscientos metros de profundidad.
Por suerte, esa zona sí había sido desalojada.
De hecho, si el cráter hubiera sido sólo doscientos metros más profundo, hubiera llegado a una vieja sala en la que los cerebros de los Kree más destacados de la historia se reúnen. Son esos cerebros los que dan vida y conforman a la Inteligencia Suprema.
Es allí donde la Ego-Espora comienza a actuar.
Es allí donde la inmensa masa de color púrpura comienza brotar, desbordándose como un tsunami por la corteza del planeta. Se desplaza a toda velocidad, el propio aire se convierte en un martillo que va ante la Ego-Espora, aplastando todo aquello que encuentra. Hala-Teleth es la primera población que encuentra.
Por desgracia, esa zona aún no había sido desalojada.
Los que no mueren aplastados por el martillo de aire, lo hacen asimilados por la Ego-Espora.
Los primeros son los afortunados. Incluso a un Pársec de Hala, Adam Warlock puede sentir la voz que retumba en el espacio.
Fuego…
Vida Encarnada…
Ahora y siempre…
Y la voz dice «¡Ego Vive!».
-Lyja de los Skrull-dice Adam-X-. Ganímedes de las Célibes. Gamora. Genis-Vell. Eros de Titán. Adam Warlock. Coronel Kar’dum… en nombre del Cuerpo Nova, estáis detenidos. Seréis conducidos a la sede del Cuerpo Nova, y allí, juzgados por crímenes contra el Universo. Y que los dioses os perdonen, porque nosotros, no podremos hacerlo.
Mes 8, día 18. Marlene Alrauna. Monte Inostranka, Alaska.
-Cielo… ¿me puedes repetir por qué estoy llegando al mismo corazón helado del Infierno?
Randall sonríe mientras gira el Lunacóptero que pilota en dirección al helipuerto que sabe que SHIELD ha construido al este del monte, en la cordillera de Alaska. En una de las pantallas de comunicaciones, la imagen de Marc aparece en primer plano, con el salón de la mansión Spector al fondo.
-Porque no me fío un pelo de Stuart, ni de WHO, ni de SHIELD-responde Marc-. Porque esas organizaciones son tan grandes y tan desorganizadas que cualquier intento de infiltración en ellas es, como poco, de escasa dificultad, y porque le debo a Luke Cage hacerlo lo mejor que pueda para averiguar quién le ha mantenido prisionero durante más de seis meses… Y qué tiene que ver con el nuevo Zodíaco que hemos estado investigando.
-Y porque ellos tampoco se fían de nosotros-continúa Randall-. Creo que ese agente de WHO, el Profesor Stuart, no lleva bien lo mío con Colleen.
-¿Lo tuyo? ¿De verdad crees que tienes algo con Colleen Wing, Randall?
-Bueno, hemos quedado dos veces para cenar, y en fin, no sería caballeroso contar lo que hicimos después.
-Oh, no te preocupes-ríe Marlene-. Ella me lo ha contado. Y créeme, chico grande. Esa mujer y tú no tenéis nada.
-¿Colleen te ha contado? ¿Qué te ha contado?
-¿Podríamos volver al tema?-interrumpe Marc, mientras Randall, orientando el Lunacóptero hacia la pista de aterrizaje, termina asintiendo-. Gracias. Marlene, es obvio que SHIELD o WHO, o las dos, están contaminadas por el Zodíaco. Necesito que estés pendiente de Luke, que tengas cien ojos, y que evites que le pase nada malo, ¿de acuerdo?
-Claro. Y entiendo que SHIELD y WHO han aceptado mi presencia aquí porque…
-No te consideran amenazadora-concluye Randall-. Y eso es una prueba más de lo realmente poco informados que están.
El Lunacóptero gira una última vez y comienza un descenso vertical para tomar tierra sobre el pequeño helipuerto de la base de SHIELD en Inostranka. En cuanto concluye la maniobra, Randall se cubre el rostro con la máscara y la capucha del Caballero Luna, mientras Marlene se limita a abrir la puerta y saltar al exterior, donde los agentes de SHIELD empiezan ya a congregarse.
-Señora Spector-dice un hombre, vestido de paisano y apareciendo entre los agentes-. Soy el Profesor Alistaire Stuart, de WHO. Estoy al mando de la Operación Salvaguarda.
-Llámeme Marlene, Profesor Stuart. Y en todo caso, sería Alrauna, conservo mi apellido de soltera.
-Ah… oh… lo siento yo…
-¿Podría enseñarme las instalaciones, Profesor?
-Claro-asiente enseguida Alistaire, y hace un gesto con la mano para saludar al Caballero Luna, pero no se detiene mucho más en él, antes de dirigirse hacia el interior de la base de Inostranka-. SHIELD nos ha cedido esta base para que custodiemos en ella al señor Cage en una operación conjunta. Yo soy el coordinador del operativo, pero también está aquí la señorita Colleen Wing, y desde el Proyecto: Iniciativa nos han «prestado» a una de sus especialistas en biotecnología, la doctora Rao.
-Ah, Colleen está aquí. Estupendo-sonríe Marlene, lanzando una mirada maliciosa a Randall.
Una puerta se abre, y Marlene puede ver a Luke Cage, situado sobre una camilla, completamente intubado, monitorizado, y bajo la atención de una mujer de piel oscura, de aspecto indio, con una bata blanca, revisando con atención lo que parecen ser quemaduras en la piel de Cage. No muy lejos, Colleen observa al microscopio lo que parecen ser diversas muestras o cultivos.
-Señoritas-llama Alistaire-. Nuestra nueva compañera ha llegado.
Colleen y Kavita se giran al tiempo, y el rostro de la muchacha pelirroja muestra una amplia sonrisa.
-Marlene-dice-, mientras avanza hacia ella. Qué alegría que estés aquí. La doctora Rao es un encanto, pero siempre se agradece ver rostros familiares.
-Señorita Wing-sisea el Caballero Luna, y Colleen le mira, con un gesto incómodo que arranca una sonrisa de Alistaire.
-Caballero Luna-dice Colleen-. Alistaire te informará enseguida de vuestra misión.
-¿Misión?-pregunta el Caballero Luna, y Alistaire se encoge de hombros.
-Es obvio que estamos infiltrados-responde Alistaire-. Y tanto… bueno, el señor Spector como yo, estamos de acuerdo en no poner todos nuestros… ejem… huevos en la misma cesta. Hace unos días, acudí al Helitransporte para realizar un rastreo de esta extraña tecnología que hemos encontrado con Cage, y me topé con otro tipo de información. Algo gordo se está preparando en Atlantis, sobre Attilan y Neo Avalon. Los haces magnéticos que unen los polos se están desviando hacia allí, las corrientes del Océano Atlántico también lo están haciendo, incluso hay movimientos en la energía geotérmica subterránea que apuntan hacia allí. Dos minutos después, el Helitransporte había sufrido una pérdida de energía, las bases de datos de SHIELD habían sido borradas… y la Condesa Valentina, que había visto las mismas imágenes y datos que yo, no recordaba nada.
-¿Te das cuenta de que las cosas tienden a romperse cuando estás cerca?-masculla Randall, y Alistaire enrojece y se encoge de hombros.
-Shang-Chi, Micromax y Misty Knight están preparados para salir, Caballero Luna-indica Alistaire-. Hay algo que quiero comprobar… y hay como tres docenas de leyes sobre la propiedad privada que me lo impiden.
Mes 8, día 20. Caballero Luna, Shang-Chi, Misty Knight y Micromax. Ginebra, Suiza.
Shang-Chi espera.
Se encuentra en lo alto de un edificio, en equilibrio sobre una falsa gárgola, entre las sombras, en un punto desde el que no es visible por los viandantes que caminan varias docenas de metros bajo él. Entonces, el reloj que lleva en su mano izquierda vibra, y Shang-Chi salta.
Nota la fuerza de la gravedad tirando de él, pero espera, y sólo cuando llega el momento adecuado, tira de los cables de su arnés, y dos lienzos se despliegan entre sus brazos y sus piernas, permitiéndole detener la caída y planear para dirigir su vuelo hacia el patio del edificio que es su objetivo. Cae en el más absoluto silencio, y las alas planeadoras se recogen en el arnés con la misma velocidad con la que habían aparecido. Sabe que Misty puede interferir la señal de alarma durante tres minutos, así que se apresura a sacar los escarabajos de otro de los bolsillos del arnés y los libera sobre el suelo del jardín. Aquel es uno de los inventos más peculiares del Caballero Luna, y Shang-Chi no puede menos que observar admirado como las pequeñas bolas cromadas se convierten en lo que parecen ser escarabajos futuristas, cromados y brillantes, que de inmediato, se apresuran a abrirse paso bajo el suelo, sin dejar rastro de ellas tras de sí. Los escarabajos han sido programados para rastrear y eliminar los sistemas de seguridad del edificio, y les quedan dos minutos y cuarenta segundos para hacerlo. Shang-Chi corre hacia un extremo del jardín, un punto ciego en las cámaras de seguridad, de modo que incluso si los escarabajos fallan, cuando el reboot del sistema expulse a Misty, su presencia no sea detectada. Shang-Chi extrae del arnés un pequeño terminal, del tamaño de un iPhone, y pulsa el icono en forma de escarabajo plateado que aparece en su pantalla. Los pequeños escarabajos aparecen como puntos de luz, y el cableado subterráneo del edificio, va apareciendo como unas líneas rojas según reciben la señal de retorno de los sensores de los escarabajos. Ochenta segundos después, las líneas rojas desaparecen y Shang-Chi se permite sonreír.
Corre hacia una de las salidas de emergencia del edificio, y la abre. De inmediato, el Caballero Luna y Micromax entran en el patio, y Shang-Chi les hace un gesto para que guarden silencio. Caballero Luna asiente, y se dirige directamente hacia el interior del edificio, lanzando un cable hacia una de las ventanas de la segunda planta, y trepando por él a toda velocidad. En cuanto llega arriba, por el mismo cable tiende una escala, para que Shang-Chi y Micromax puedan seguirle. Caballero Luna ilumina la sala en la que se encuentra, el despacho de un empleado secundario del banco, un puesto intermedio, lo suficientemente importante como para tener acceso a la información que buscan, pero no tanto como para llamar la atención de nadie si se detecta un acceso de datos fuera de horario. Al fin y al cabo, los trabajadores muchas veces tienen que hacer horas extras. Micromax cruza la ventana, y al instante se encoge hasta los diez centímetros aproximadamente, y libera un nuevo virus nanotecnológico directamente en uno de los enchufes de la sala, dispersándolo por todo el sistema eléctrico del edificio.
-Cinco minutos más-dice Micromax, recuperando su tamaño normal, mientras Luna entra en la sala. Shang-Chi ya se ha sentado ante el terminal, y a través de un puerto USB, conecta un Caballo de Troya diseñado por Marc Spector. De inmediato, el aparato empieza a hacer su trabajo, saltando uno tras otro los sistemas de protección del ordenador, accediendo de aquel terminal al servidor principal del edificio, puenteando la Intranet, y llegando a los archivos privados-. Cuatro minutos.
-Vale-asiente Shang-Chi-. Estamos llegando.
Caballero Luna observa por la ventana, y ve como los guardias hacen su ronda por la planta baja. Treinta segundos de retraso sobre lo estimado, eso les da cierto margen.
-Todo esto para asaltar un puñetero banco… y encima no llevarnos el dinero-farfulla, y Shang-Chi esboza una sonrisa.
-Lo tengo-dice, y de inmediato, da la orden y comienza a realizar una copia de los datos que buscaban-. Mierda-gruñe-. Alistaire tenía razón.
-Me alegro, porque si nos hubiera mandado aquí para nada, tendría que haberle roto los dientes al cerebrito-farfulla Randall.
-Son operaciones manejadas por una docena de empresas, todas ellas subsidiarias de Empresas Rand… pero gestionadas a través de una sociedad llamada FiskCorp-informa Shang-Chi, que ojea algunos de los archivos mientras se realiza la copia-. Kingpin.
-Leo-dice Micromax, y Caballero Luna asiente.
-Están comprando tierras. Islas… y parcelas de superficie marítima. Joder… están comprando todo lo que rodea Atlantis…
Mes 8, día 27. Arcángel. Atolón de San Pedro, Mar Caribe.
Por primera vez en mucho tiempo, Warren Worthington III siente la tentación de despojarse del uniforme, tumbarse al sol, y simplemente, descansar. La Patrulla-X lleva varios meses viviendo el pleno Caribe, en Neo-Avalón, pero a pesar de que se trata de lo que podría calificarse de un entorno paradisíaco, Warren no había sido nunca capaz de olvidar que se encontraban en una ciudad construida sobre un volcán, que había pertenecido al hechicero Belasco y que actuaba como portal a la dimensión de lo N’Garai.
Aquel lugar era diferente. Ojalá pudiera llevar allí a Betsy en algún momento.
Los pensamientos de Warren se ven interrumpidos con el sonido de algo que emerge a su izquierda del agua, y de forma instintiva, extiende sus afiladas alas, dispuesto a llenar de cuchillas impregnadas de neurotoxina a quien apareciera. Las retrae en cuanto identifica a Namorita, que toma tierra a escasos metros de él.
-Nita-saluda Warren, y ella asiente con la cabeza-. Me alegra verte, tienes buen aspecto.
-Muchas gracias, Warren. Como de costumbre, tú tampoco estás mal, aunque te sigue sobrando ropa-sonríe ella, y se sienta sobre una roca, mirando hacia el mar. Warren se une a ella, y por unos instantes, los dos permanecen en silencio, escuchando simplemente el sonido de las olas al romper contra el pequeño atolón.
-Todo está muy raro, Warren-dice Namorita, y Arcángel asiente-. Hay corrientes donde el agua debería estar tranquila. La salinidad del mar está cambiando, pronto los polos comenzarán a verse afectados por el equilibrio entre agua dulce y salada, la corriente del Atlántico Norte podría verse afectada. Hay bancos de peces muertos, perdidos, flotando en puntos inverosímiles, fuera de las rutas que los bancos suelen seguir. Y la superficie del mar se llena de aves migratorias que mueren de hambre, o de cansancio, como si se hubieran perdido.
-Magneto dice que los campos magnéticos se están combando-dice Warren-. Las aves se guían por campos magnéticos, y por eso se pierden. Hemos tenido terremotos en Neo-Avalón. Tres en los últimos meses. Ninguno importante, pero han sido cada vez más fuertes. Es como sí…
-Como si el mundo se estuviera moviendo-concluye ella, y Warren asiente.
-Magneto quiere reunirse con Namor-dice finalmente Arcángel-. Lo que sea que está afectando a Atlantis, puede afectar también a Neo-Avalón.
-Hay una resolución de Naciones Unidas pendiente-dice Namorita-. Atlantis podría ser entregada a los Inhumanos.
-Namor nunca aceptará esa resolución.
-No, no lo hará. La presencia de la ciudad de los Inhumanos en nuestra patria ancestral es… una invasión, un insulto.
-Ni siquiera Namor sería tan estúpido como para hacer frente a Rayo Negro. Podría convertir Atlantis y todo lo que la rodea en un erial sólo con decir «quita de en medio».
-No. Pero lo que estuvo en el fondo del mar… puede volver al mar-susurra Namorita, y Arcángel se incorpora, sobresaltado.
-Si eso es una broma, no tiene gracia, Namorita. Si Atlantis vuelve a hundirse… el desastre sería inimaginable.
-¿El desastre para quién, Warren? Para nosotros no.
-Nita, tú no eres tan egoísta. Dile a Magneto que Namor quiere hablar con él, que deben llegar a un acuerdo.
-Namor me envió aquí para pedirte lo mismo, Warren-asiente Nita-. Pero cuando mi primo tiene una idea, es muy difícil sacársela de la cabeza. Y él mide tanto las consecuencias como lo hace vuestro rey… o como llaméis a Magneto.
Nita se incorpora, y sin mirar hacia atrás, vuelve al agua, desapareciendo sin apenas levantar ondas. Warren vuelve a mirar el mar a su alrededor, y se da cuenta de que todo su encanto ha desaparecido. Extendiendo sus alas, vuela hacia Neo-Avalón.
Mes 8, día 30. Generación-X. Monte Rushmore, Dakota del Sur.
-…y allí, chicos, podéis ver cuatro de nuestros más insignes presidentes, perpetuados para la memoria en forma de piedra, escrutando nuestro futuro y vigilando que no cometamos en el futuro los errores que quizá ya marcaron nuestro pasado… ¿Alguien podría lanzar unos fuegos artificiales o algo? Me siento como si estuviera viviendo el 4 de Julio adelantado, me dan ganas de tocar una campana y gritar «que vienen los casacas rojas».
-Una descripción muy evocadora, Emma-masculla Sean Cassidy-. Casi has conseguido que un viejo irlandés como yo tenga la tentación de ponerse a cantar sobre barras y estrellas. Chicos, no hagáis el menor caso a la señorita Frost. Estáis ante un pedazo de la historia viva de vuestro país…
-Oh, venga, señor Cassidy-ríe Júbilo-. ¿Historia viva? Son cuatro caras de piedra talladas en una montaña a base de dinamita. A saber cuántas especies autóctonas se vieron afectadas y que repercusión medioambiental tuvo…
-Cuando se pone en modo vegana de nivel nueve, no la soporto-susurra Pellejo, y Fase asiente.
Cuando dos días antes el señor Cassidy y la señorita Frost habían informado a los chicos de que iban a ver el Monte Rushmore, les había parecido más divertido de lo que realmente estaba siendo. Hacía mucho calor, estaban rodeados de turistas de lo más pintorescos, y Paige se había empeñado en hacerles conocer a todos todas y cada una de las anécdotas de los cuatro presidentes reflejados en el Monte Rushmore. No estaba siendo el día que Pellejo, Fase, Júbilo, Sincro y Re-Forma esperaban; pero al menos, Vaina parecía distraída, y le venía bien después de todo lo que había pasado con Cámara8.
-La primera vez que lo vi me decepcionó tanto como a vosotros.
Los chicos se giran sorprendidos al reconocer la voz, y Sean sonríe.
-Dani, que estupenda sorpresa-saluda Sean, al ver como Moonstar se acerca a ellos, vestida con unos vaqueros y una camiseta sin mangas, y mochila al hombro, con el cabello trenzado.
-Sí, fabulosa-masculla Emma-. Cielo, ¿aún no has encontrado un peluquero que te asesore? Esas trenzas están pasadas de moda desde 1970.
-Sí, me dio tu número de tinte, Emma, pero pensé que no iría con mi color de piel. ¿Ahora es cuando me recomiendas a tu cirujano?
-Señoritas, señoritas-las interrumpe Sean-. El número cómico está muy bien, pero se acercan peligrosamente a una pelea de tigresas tipo Dinastía…
-¿De qué está hablando?-masculla Logan, y Sarah se encoge de hombros9
-Dani, ¿tu presencia aquí es casualidad o… es oficial?-pregunta Sean, ya que Dani ha estado actuando como embajadora entre la Patrulla-X en el exilio y la Academia de Massachussetts desde que los protocolos de Forja convirtieran a la Patrulla-X en forajidos.
-Es oficial, pero de otra forma, Sean.
El teléfono móvil de Paige suena, y la chica lo coge tras ver que en la pantalla, aparece el nombre de su compañera, Erika10.
-Hola, Erika… ¿qué? Sí, ¿cómo lo…? ¿Qué? ¡Señor Cassidy!
Pero el grito de Paige llega tarde. Dos balas impactan en el pecho de Sean Cassidy cuando Danielle Moonstar le dispara. Los ojos de la chica se han convertido en círculos opacos, y una cubierta de nanotecnología comienza a aparecer en su rostro y sus brazos.
-Necesitaremos un ejército, y vosotros tendréis el honor de ser la Primera Generación-afirma Moonstar, con el tono de voz algo metálico. Un arco de energía aparece en sus manos, y una flecha psiónica vuela para impactar de lleno contra Emma Frost, que cae al suelo aullando de dolor-. Hail, Hydra.
-Hail Hydra-responde apareciendo de la nada su refuerzo, envuelto en una capa de oscuridad.
-¿Hydra? ¿Dani, qué…?-comienza a mascullar Júbilo, pero el golpe que recibe de Mortaja la tira al suelo, sin sentido.
-Soy Sagitario-dice ella, lanzando una nueva flecha a Logan, que estaba entrando en fase-. Y él es Aries. Y venimos a vosotros en nombre del Zodíaco. Podéis sentir orgullo.
Mes 8, día 31. Coronel Kar’dum. Lunas de Kyl’n, El Crujido.
La celda de Kar’dum no tiene ventanas, pero a pesar de ello, puede notar la energía de El Crujido, como si fuera electricidad estática que se colase a través de las propias paredes de las celdas. No sabía si los Xandarianos eran conscientes de ello y lo consideraban una forma de que sus prisioneros estuvieran incómodos, o simplemente, no eran conscientes de ello. Al fin y al cabo, con el tipo de gente que los Nova encerraban en las artificiales Lunas de Kyl’n, los Xandarianos no se preocupaban mucho por su comodidad y bienestar, y sí porque la prisión fuera completamente inexpugnable.
El Coronel Kar’dum sabe que efectivamente lo es. Pero ha hecho lo que debía.
Los planes de la Inteligencia Suprema se han cumplido.
Pronto, el Universo comenzará a moverse.
Mes 8, día 31. Islas Bermudas.
-…y como puede ver, aquí tiene una maravillosa vista, señorita… ¿cómo me dijo que se llamaba?
-Fairchild11-responde la mujer, ataviada con un vestido ligero, de gasa, con un alegre estampado floral. Luce joyas de plata a azabache, pequeñas, casi minimalistas, aunque de evidente calidad-. Es un lugar… encantador.
-Sí que lo es, ¿verdad?-sonríe la mujer, una agente inmobiliaria vestida con una chaqueta roja y pantalones cortos-. Y bueno, el precio…
-No me importa el dinero, Janice-dice la compradora, leyendo el nombre de la agente en la tarjeta que lleva prendida de la chaqueta-. Me lo quedo.
-¡Es estupendo!-exclama la vendedora-. Señorita Fairchild, estoy segura de que no se arrepentirá, tiene una de las mejores casas de la isla. Voy a preparar los papeles, estaré en el salón. Si quiere dar una vuelta…
-Me encantaría-asiente la mujer, y Janice sale de la habitación. De inmediato, los ojos de la mujer se clavan en el mar, y en lo que hay más allá de aquella bahía.
Atlantis.
Neo-Avalón.
El futuro.
Morgana sonríe y se dirige hacia el salón.
1.- Desde Operación: Tormenta Galáctica, many, many years ago
2.- Ben Grimm y Alicia Masters se casaron en pleno desarrollo de las Guerras Infernales.
3.- Sí, después de Inferno.
4.- También en Tormenta Galáctica.
5.- En el ya mítico DOCE: V, Serpientes en el Avión.
6.- ¿Alguien no sabe que es Pájaro de Muerte?
7.- El duelo de honor, Xavier recurrió a esta costumbre Shi’ar en la Saga de Fénix Oscura para evitar que Jean Grey fuera lobotomizada por los Shi’ar para ahogar en su interior al Fénix.
8.- En el especial Un Año Después. Si no lo habéis leído… ¿a qué estáis esperando?
9.- Si tú tampoco lo sabes, eres muy joven, enhorabuena. Si lo sabes… ¿A que te encantaría no saberlo? Ay, que jóvenes seríamos…
10.- Erika Díaz, Presagio. Su poder, como su nombre indica… Sí, ve el futuro
11.- Significa «Niña de las Hadas», por si alguno tiene dudas…