Marvel Premiere #16 presenta… Doce #6

marvelpremiere16En cada rincón de Marveltopia están pasando cosas, desde las profundidades de Atlantis a las ciudades volantes de la gente pájaro, desde el microverso dentro de una probeta hasta la lejana Nebulosa Oscura. Nada se pierde, todo está quedando registrado. Descúbrelo en…

Marvel Premiere

logodoce

#16 – Doce VI
Cristales y cubos

Por Tomás Sendarrubias y Jose Cano
Portada de Vicente de los Santos


Fecha de publicación: Mes 157 – 5/11


Mes 6, día 1. Brigada de Demolición. Stamford, Connecticut.

-¿De verdad tenemos que escondernos aquí?-gruñe Bulldozer, mirando por la ventana de la pequeña casa en las afueras de Stamford. Hay un pequeño parque frente a la ventana, con algunos columpios, un tobogán y un balancín. Tras él, mientras sube el volumen de la televisión, Destructor abre una lata de cerveza y bebe un largo trago. En un sillón cerca de él, Bola de Trueno lee una revista sobre coches. El ruido de la ducha abierta viene del pequeño cuarto de baño del piso de arriba, en el que se encuentra Martinete. Todos ellos visten ropas de paisano.

-Con todo el jaleo que está habiendo en las grandes ciudades con el establecimiento de los equipos de control de la Iniciativa, estamos mejor apartados. La Visión y sus amiguetes continúan reclutando a algunos de los nuestros para sus equipos… ni siquiera el Bar Sin Nombre es un lugar seguro. Así que lo mejor es tratar de pasar desapercibidos.

-No deja de ser curioso que pudiéramos escapar después de que se nos denegara la entrada al Proyecto-masculla Bola de Trueno, dejando la revista a un lado y lanzando una mirada de reojo a la Ruleta de la Fortuna. En la pantalla, aparece el letrero «película», y una chica atractiva y poco vestida da la vuelta a las letras mientras los concursantes descubren las letras-. Tienes un e-mail-murmura, antes de volverse hacia Destructor-. ¿No te parece extraño?

-Supongo que alguien tiene un plan para nosotros-ríe Destructor-. No me sorprendería que en cualquier momento la Encantadora apareciera para pedirnos algo. Los dioses trabajan así.

-También estoy un poco cansado de eso-gruñe Bulldozer, apartándose de la ventana y cogiendo una cerveza de una pequeña nevera que tiene cerca-. Deberíamos empezar a hacernos valer un poco. Joder, le dimos una paliza a Hércules…

-Si te aburres, lee un libro-masculla Bola de Trueno-. No te matará.

-Sí señor, lo hicimos-asiente Destructor, ignorando a Bola de Trueno-. Pero tenemos que ser inteligentes. Este es el momento de mantener un perfil bajo, y dentro de algún tiempo, quizá un par de meses… un buen golpe.

-¿Por qué, Garthwaite?

Destructor, Bola de Trueno y Bulldozer se giran hacia las escaleras, por las que acaba de aparecer Martinete, con el ceño fruncido y vestido sólo con una toalla sujeta a la cintura. Bulldozer y Bola de Trueno se miran sorprendidos, mientras Destructor enarca las cejas.

-¿Te pasa algo, Calusky?-pregunta Destructor, dando un nuevo trago a su cerveza y reduciendo la lata a una bola metálica con un puño.

-Simplemente, me estaba haciendo preguntas-responde Martinete, encogiéndose de hombros y deteniéndose a unos pasos de Destructor-. Y no les encuentro respuesta.

-Pues eso demuestra que no eres demasiado inteligente, tío. Deja las cosas de pensar para Franklin-replica Destructor, haciendo un gesto hacia Bola de Trueno-. Él es el listo.

-¿Por qué seguimos obedeciéndote?-pregunta Martinete, y sus palabras parecen quedar congeladas en el aire, como sujetas por una telaraña.

-¿Qué?-gruñe Destructor.

-Mira a donde nos has llevado. No ahora, esto es sólo una más en toda nuestra carrera. Me refiero a dónde nos has llevado desde el primer día que nos convertimos en la Brigada de Demolición.

-Si tienes poderes, es porque…

-Nos hemos convertido en los sparrings de todos los tipos con mallas de Estados Unidos. Somos un chiste, una puta broma con puerta giratoria en todas las cárceles entre California y Nueva York. Y ahora nos tienes… aquí. Escondidos otra vez en… ni siquiera recuerdo como se llama este pueblo.

-Brian, tío, tranquilo, no…-masculla Bola de Trueno, pero Martinete hace un gesto para que se calle.

-Y cuando te das cuenta de cual ha sido nuestra trayectoria, te preguntas por qué hemos seguido esta línea continua y hacia abajo. Y la única respuesta que se me ocurre es que la culpa es tuya.

-Me estás empezando a tocar las pelotas, tío-replica Destructor, y en ese momento, el puño de Martinete vuela y choca con el rostro de Dirk Garthwaite, con tanta fuerza que le lanza contra la televisión y atraviesa la pared que tiene esta detrás. Toda la casa tiembla, mientras Martinete se mira la mano.

-¿Sabes qué?-gruñe-. Me da igual.

-Hijo de puta-farfulla Destructor incorporándose y recogiendo su palanca de entre los escombros. Bola de Trueno y Bulldozer corren a por sus respectivas armas, pero Martinete continúa impertérrito con sólo una toalla por toda vestidura. Destructor trata de golpear a Martinete con la palanca, pero este la agarra en el aire y la detiene, ante la mirada atónita de Garthwaite. Martinete tira de la palanca atrayendo a Destructor hacia él, y le golpea de nuevo en el rostro con la frente, escuchando el sonido de cartílagos rotos y el gemido quedo del Destructor. Un nuevo golpe le hace atravesar de otra pared, y la luz del sol le deslumbra. Está fuera de la casa, y puede escuchar los gritos de los niños que segundos antes jugaban en el parque. Con la vista turbia, puede ver como Martinete se acerca a él, mientras Bola de Trueno y Bulldozer hacen su aparición, ataviados con sus uniformes.

-¿A qué esperáis?-gruñe Destructor, escupiendo sangre-. ¡Lo quiero hecho pedazos!

-¿Sabes?-responde Bola de Trueno, haciendo girar la enorme bola metálica y la cadena que le dan nombre-. Creo que tiene razón.

Los ojos de Destructor casi se salen de las órbitas cuando la gran bola cae sobre él.


-¿Qué vamos a hacer ahora?-pregunta Bulldozer, volviéndose hacia sus compañeros, dejando atrás los despojos del que había sido su líder. Las sirenas de la policía ya se acercan.

-Lo llevamos en el nombre-dice Martinete, sonriendo y sacando de los restos de la casa su uniforme. Abre los brazos, abarcando el pueblo que tienen ante ellos-. Destruir.


Mes 6, día 3. Transbordador Espacial «Cruzado». Mundo Cristal, Imperio Shi´ar.

-Esto nos va a traer muchos problemas con el Embajador Kar´dum-gruñe la doctora Rao, pero no obtiene respuesta, ya que en esos momentos, se encuentra completamente sola en la Cruzado, tratando de entender algo de las lecturas que obtiene de los sistemas de detección de la nave, que parecen haberse vuelto locos en cuanto se han acercado a la inmensa joya multifacetada que se encuentra en el corazón de una planicie en el hemisferio sur de aquel pequeño planeta, en el extrarradio del Imperio Shi´ar.

El Cristal M´Krann.

Y allí abajo, John Jameson, Adam X-Tremo, la Antorcha Humana, Lyja, Quasar, Adam Warlock, Starfox y Nova se las veían desde hacía un buen rato con un enano púrpura que parecía estar haciéndoselo pasar bastante mal.

-Kavita-masculla John Jameson a través del intercomunicador-. Controla las comunicaciones de entorno. Si aparece la Guardia Imperial, estamos jodidos.

-Estáis jodidos ya-replica Kavita, aislando parte de los datos de una de las pantallas y trasladándolos a una proyección holográfica-. Según los informes de la Patrulla-X que he encontrado en la Base de Datos de la Torre, el enano que os está machacando es Jahf, el primero de los guardianes del Cristal M´Krann. Tal vez fuera el momento de una retirada…

-Warlock nos trajo aquí por algún motivo-responde John-. Y su antiguo lazo con la Gema del Alma es lo único que nos vincula a los Siete Hermanos, así que…

-Para ser un Hombre Lobo, te tomas con mucho pragmatismo el tema de los vínculos cósmicos y demás…

-Es que soy un Hombre Lobo científico-replica él-. A mi no me mordió ningún licántropo rabioso ni me lanzó una maldición un hechicero… ese es Jack Russell, creo…

-¡John!-grita Quasar, situándose ante él y alzando un escudo cuántico con sus bandas que evita que un rayo de energía que brota de las manos de Jahf convierta a Jameson en un trozo de carne pasada-. ¡Presta atención!

-A Spiderman lo de hablar todo el tiempo mientras pelea le funciona…-gruñe John, y al otro lado del comunicador, escucha una carcajada de Kavita-. Me encanta que te lo pases bien mientras nos hacen carne picada, doctora Rao.


-Marchaos de aquí-dice Jahf, alzando una mano para detener un pulso gravimétrico que le lanza Adam X y que hubiera aplastado a cualquiera contra el suelo con veinte veces la fuerza de la gravedad. El pulso del pequeño guardián del cristal ni tiembla por el ataque, mientras Lyja se sitúa a su flanco, lanzando una descarga eléctrica a toda potencia, que ni siquiera hace que el guardián se inquiete.

Starfox se arroja sobre él con todas sus fuerzas, pero Jahf se limita a saltar con increíble potencia, saltando a varios metros por encima del Eterno de Titán, aprovechando para acercarse a Quasar, y rompiendo su escudo cuántico simplemente con las manos.

-¡Adam!-grita Quasar, en el momento en que Jahf introduce las manos en el aura cuántica del héroe, agarrándole del pecho y arrojándole al suelo con tanta velocidad que Wendell no puede siquiera reaccionar. Dos rayos de energía cósmica brotan de las manos de Warlock, pero Jahf alza una mano y desvía la carga, que está a punto de alcanzar a la Antorcha Humana, que se había acercado por la retaguardia, aprovechando las distracciones para acercarse al Cristal. A varios metros de ellos, Keralin9 graba toda la escena, registrándola para la posteridad en sus archivos, que serán analizados convenientemente por los Rigelianos cuando llegue el momento.

-Marchaos-gruñe Jahf-. No estáis muertos todavía porque respeto a los terranos… pero ese respeto puede desvanecerse en segundos si seguís amenazando el Cristal…

-No amenazamos el Cristal-responde Adam Warlock, mientras John se arrodilla junto a Wendell, comprobando que aunque tiene varios huesos rotos, sigue vivo-. El Universo se enfrenta a un peligro inenarrable, y puedo escuchar el canto del Cristal, su llamada…

-No comprendéis la amenaza que guarda el Cristal M´Krann-dice Jahf, señalando a Adam-. Si el Universo de Neutrinos que contiene se libera…

-Bla, bla, bla, bla-le interrumpe alguien, y un de repente, un halo de luz envuelve a Jahf, sin darle tiempo prácticamente a reaccionar. El espacio parece plegarse a su alrededor, estrechándose y alargándose, y el guardián mira a su alrededor con auténtico horror al darse cuenta de que está prisionero y no puede escapar de su prisión-. La cháchara de los Guardianes del Cristal M´Krann es siempre la misma, oída una vez, oída todas-dice un hombre avanzando junto a ellos, ataviado con una armadura plateada de aspecto futurista, con el cabello cano y un ojo cubierto por un parche cromado, y a cuyo lado hay una mujer que viste el uniforme del Cuerpo de Capitanes Britania-. Soy Nathaniel Richards, y ella es Capitana UK.

-¿Qué demonios le has hecho?-pregunta John Jameson.

-Un pliegue espacial-responde Nathaniel-. Le mantendrá ocupado un buen rato, aunque supongo que no tardará en aparecer el segundo de los guardianes.

-¿Qué se supone que haces tú aquí?-gruñe Johnny, aterrizando frente a Nathaniel, poniéndose entre él y sus compañeros.

-Vaya, no contaba contigo-masculla Nathaniel-. Parece que esto finalmente será un asunto familiar.

-Ni de coña-responde Johnny-. No sé qué haces aquí, y por mucho que seas el padre de Reed, no me gustas un pelo y no me has gustado nunca…

-Lo siento mucho, chicos, pero creo que este no es el momento-interrumpe Capitana UK-. Si hay problemas familiares, será mejor que los solucionéis después. Porque si no… eso va a hacer haggis con nosotros.

La distorsión espacial donde está encerrado Jahf parpadea, mientras la superficie del cristal parece centellear, haciendo su aparición un gigantesco androide, que examina con profundidad a cada uno de los héroes que allí se encuentran.

-Modt, el segundo de los guardianes del Cristal M´Krann-informa Kavita a través de la línea directa con John Jameson, y este asiente.

-Lyja, Adam, Johnny, Nova, X-Tremo, necesito que nos deis tiempo para evacuar a Quasar. Starfox, puedes utilizar tus feromonas para mantenerle sedado, llévalo a la nave y vuelve en cuanto Kavita lo tenga estabilizado… Y si vosotros pensáis echarnos una mano, este es el momento…

-Creo que eso no será necesario-responde Nathaniel Richads, al ver que el androide se aparta dos pasos del Cristal.

-Él desea veros-dice el androide en un inglés perfecto, señalando hacia el Cristal, y dejando boquiabiertos a los enviados de la Torre, e incluso a Richards y UK-. A vosotros dos también-dice señalando a estos últimos.

-Desea vernos… ¿quién?-masculla Johnny, y Modt se gira hacia él, en el mismo momento en el que Jahf consigue liberarse de la prisión espacial de Nathaniel, al que mira con rencor.

-El Cristal, idiota-escupe el pequeño enano morado-. Por algún motivo, ha decidido que podéis pasar. Pero tened cuidado, el poder que se encierra en el Cristal es tan grande que…

-El Cristal está alterando la Realidad, y debe ser sellado-dice UK, y Jahf la mira con gesto divertido-. Si no cerramos estos puntos calientes, la realidad se colapsará sobre sí misma…

-Entrad-ordena Modt, y John Jameson se gira hacia Starfox.

-Llévate a Quasar a la Cruzado y esperad allí-ordena.

-¿No me necesitarás ahí dentro?-pregunta Eros, y John Jameson asiente.

-Sí, pero no voy a entrar en esa… cosa sin dejarme las espaldas cubiertas. Y no voy a arriesgar la vida de Wendell en una transición como la que vamos a realizar.

-Bien, os estaremos esperando ansiosos.

-Eros…si algo va mal, todo estará en tus manos-masculla John, y por primera vez en mucho tiempo, ve como la sonrisa desaparece del rostro del Eterno, que le mira a los ojos fijamente.

-Salid de ahí enteros y eso no tendrá por qué pasar-responde finalmente Eros, cogiendo en brazos a Quasar y volando hacia la Cruzado, donde la Doctora Rao ha comenzado a preparar una unidad de mantenimiento vital para el herido.

-Bien, parece que al final iremos todos juntos de excursión-dice Frankie Raye, acercándose al Cristal M´Krann-. Y por fin sabremos por qué Warlock nos ha traído aquí cruzando todo el Universo…

-Te estoy vigilando, Nathaniel-masculla la Antorcha Humana, señalando a Richards, que sonríe con sarcasmo-. Un movimiento en falso, y desahogaré contigo las frustraciones de cuatro meses de viajar de un lado a otro del Universo.

-Antorcha, en este caso, estamos juntos, y del lado de los ángeles-interviene Capitana UK-. Yo respondo por él.

-Pues entonces, yo te vigilaré a ti-masculla Lyja, y en ese momento, Nova acaricia por unos segundos la pulida superficie facetada del Cristal M´Krann… y la realidad parpadea a su alrededor.


-¿Gambito?

El aire resplandece a su alrededor con colores brillantes, evanescentes. A unos pasos de ellos, una esfera de color blanco resplandece, un blanco tan puro como no habían visto nunca, y John Jameson se siente triste por Kavita Rao. Sabía que la doctora se hubiera arrancado un brazo a cambio de poder ver el famoso corazón del Cristal M´Krann, la puerta al Universo de Neutrinos.

Lo que no esperaban era encontrarse con que entre ellos y la esfera se encontrara Rémy LeBeau, al que casi todos conocían como Gambito, miembro de la Patrulla-X y residente en Neo-Avalon, el dominio para mutantes de Magneto. Era exactamente igual, el porte desafiante, el brillo rojizo en los ojos, el cabello castaño rojizo alborotado y aquella media sonrisa que hacía derretirse a cuanta mujer se cruzaba con él. Y sin embargo, no era totalmente él. Vestía de azul, y en lugar de su habitual gabardina, llevaba una especie de capa roja sujeta a los hombros y al cuello.

-No es real-dice Nathaniel, examinando las lecturas de sus instrumentos-. Es una proyección de energía generada por el propio Cristal.

-Una manera de comunicarme con vosotros, mes amís-dice Gambito, con una voz que parece chorrear miel-. Un engrama grabado de un visitante anterior, el Gambito de otro universo que fue.

-Suena tan empalagoso como el de verdad-masculla Johnny, y Lyja le da un codazo, mientras Adam Warlock avanza hacia él.

-¿Por qué me has llamado?-pregunta Warlock, con la vista clavada en la esfera blanca que resplandece tras Gambito-. Reconocí la voz, pensé que encontraría aquí la Gema Alma, por eso vinimos, por eso…

-Reconociste esa voz porque es la que utilizamos para llamarte, Adam Warlock-responde Gambito, mientras en su mano aparece una cuchilla de aspecto afilado que hace bailar entre sus dedos mientras sigue hablando-. Hemos sentido la presencia de nuestros hermanos, de los Siete, y tú eres el más cercano a ellos en alma y pensamiento, tú has sido portador y parte de uno de ellos, y por eso, escuchaste con claridad nuestra llamada. Lo que los Siete quieren conseguir amenaza toda vida, y no podemos permitirlo.

-No entiendo nada-dice Johnny, encogiéndose de hombros-. ¿Qué se supone que tiene que ver el Cristal M´Krann con las Gemas del Infinito? ¿Eres el Octavo Hermano o algo así?

-Son remanentes de un universo anterior-explica Nathaniel, con su único ojo clavado en Gambito-. Las Gemas del Infinito y el Cristal M´Krann son… primos. Muy lejanos, Johnny, pero debo explicarme de una forma que tú consigas entender.

-Somos la manifestación de toda vida-responde Gambito, abriendo las brazos-. Los custodios de todo lo que está vivo y siente, de todo lo que respira, piensa, sufre o ríe. Del joie de vivre al más intenso dolor. La chispa de la Creación vive en nosotros, como vive en nuestras hermanas, las Gemas del Infinito.

-Hubo un universo anterior a este-explica Adam-X, recordando lo aprendido en el Cuerpo Nova-. El universo del que procede Galactus, un universo que tuvo su propio Big Bang… y desde luego, un Big End. Sabíamos que las manifestaciones del Poder, la Realidad, la Mente, el Alma, el Tiempo y el Espacio de ese universo anterior se manifestaron en el nuestro a través de las Gemas del Infinito, y ahora, sabemos que también lo hizo la Gema de la Entropía.

-Y el M´Krann estaba ya en el universo anterior-dice Gambito-. Como está en este, y estará en el que le suceda, cuando venga el último momento y todo se vuelva azul.

-¿Azul?-masculla Johnny.

-Un fenómeno físico, al expandirse el Universo, la luz tiende al rojo; al contraerse, la luz tiende al azul-explica Nathaniel-. Hay teorías que dicen que al final, el Universo se contraerá hasta volver a formar la masa única que era al principio. Es el Cambio Azul.

-Pero no es el momento-asiente Gambito, cruzando los brazos ante el pecho-. El fin vendrá, pero cuando tenga que venir, cuando sea su momento, y entonces, un universo sucederá a otro. Le roi est mort, vive le roi… Esa será la muerte natural del Universo. Lo que los Siete Hermanos pretenden es otra cosa. Darán fin al Universo tal y como lo conocemos, pero no crearán uno nuevo, sino una continuación defectuosa, alterada y corrupta de la que ahora existe. La Evolución ha de venir por obra del tiempo, pero del tiempo real, no del tiempo forzado…

-¿Evolución?-pregunta Adam-X-. ¿Qué tiene que ver la evolución con todo esto?

-La Evolución siempre es parte de todo, Adam Summers-responde Gambito-. Porque la Evolución es un camino, pero el camino debe recorrerse de la forma adecuada, como un peregrinaje sagrado. No puede haber saltos, ni trampas. Y lo dice un tramposo.

La sonrisa de Gambito por un momento les hace pensar que se encuentran frente al auténtico Rémy LeBeau, pero en ese momento, la forma creada por el Cristal M´Krann hace girar la vara que lleva a la espalda y con un centelleo de luz blanca, todos se ven fuera del cristal.

-¿Qué…?-pregunta Jameson, mirando a su alrededor, y viendo que se encuentran en la explanada que rodea al Cristal, sin rastro de Modt o de Jahf. Ni de Adam Warlock.


La esfera blanca que arde ante él parece cantar.

Adam sabe que es algo capaz de destruir toda la Creación, el Universo de Neutrinos que el cristal del M´Krann contiene. Pero no puede escapar de la atracción de su canción, del peso casi gravitacional que le atrae hacia él. Y sin poder pensarlo siquiera, Adam Warlock comienza a entrar en el corazón del Cristal M´Krann, el Universo de Neutrinos…

Blanco.

Todo es blanco.

Y ardiente.

Siente el fuego, siente el calor.

Siente que todo es fuego.

Que es vida encarnada.

Ahora y siempre.

Ahora y siempre…


Mes 6, día 3. Academia de Massachussetts. Boston, Massachussetts.

Jean Grey siente que un grito se ahoga en su garganta mientras, literalmente, salta de la cama. En la cuna, situada a unos pasos de ella, Rachel llora a todo pulmón.

-Jean-masculla Scott, somnoliento.

-Tranquilo-responde Jean, acercándose a la niña y tomándola en brazos-. Yo me ocupo…

A través de la ventana de su habitación, y con su hija en brazos, Jean Grey observa las estrellas.


-¡Adam!-exclama Lyja cuando Adam Warlock parece desplomarse desde el interior del cristal-. ¡Está ardiendo!

-Estupendo, otro herido-gruñe John Jameson, arrodillándose junto a Adam Warlock, sin saber muy bien si una criatura como él tendrá constantes vitales siquiera.

-No he entendido nada de lo que ha pasado ahí dentro-protesta la Antorcha Humana, y Frankie Raye sonríe junto a él.

-Nadie esperaba que lo hicieras, cielo-dice, y Nathaniel Richards esboza una sonrisa.

-Un salto en la Evolución…-masculla Adam-X-. Una mutación.

-Pero a nivel generalizado, una mutación… ¿de la propia realidad?-sugiere Capitana UK, encogiéndose de hombros.

-Kly´bn y Sl´gu´rt-susurra Lyja, abriendo los ojos como platos, y mirando a todos sus compañeros estupefacta-. No puede ser, no puede ser eso…

-Lyja, cariño, ¿estás bien?-pregunta Johnny y ella niega con la cabeza.

-No… Evolución, Johnny, el objetivo de todo es la Evolución. La trampa, el Gambito del Cristal lo dijo. Los Siete quieren hacer trampas con la Evolución, hacer saltar el camino natural que debe seguir el universo…

-Pero por lo que sabemos, ese nunca ha sido el objetivo de las Gemas del Infinito-responde Nathaniel-. ¿Sugieres que hay alguien detrás de todo esto? ¿Alguien más allá de los propios Siete Hermanos?

-¡Claro que lo hay!-exclama Lyja, rechinando los dientes-. ¡Cómo hemos podido ser tan idiotas! Solo hay un manipulador capaz de dirigir la voluntad de las mismas Gemas del Infinito para que cumplan sus objetivos, sólo hay una criatura en el Universo tan obsesionada con la Evolución…

-Oh, mierda-masculla Adam-X-. Tengo que avisar a los Cuerpos Nova, esto puede ser el principio de una guerra galáctica…

-Los Badoon han pasado a la historia, esto ya está más allá de una guerra galáctica-dice Nova.

-Debemos volver a la Tierra cuanto antes-ordena Jameson-. Warlock está estable, sea lo que sea que le ha pasado ahí dentro, sólo necesita descansar. ¿Venís con nosotros?-dice, dirigiéndose a Nathaniel y UK, pero Richards niega con la cabeza.

-Tenemos nuestra propia misión-dice-. Y si no la cumplimos, vuestra victoria o derrota frente a los Hermanos, carecerá de importancia, el Universo se colapsará sobre sí mismo. Demasiado oportuno que Opalo Luna Saturnina haya desaparecido también en este momento, todo está… demasiado coordinado.

-¿Saturnina desaparecida?-pregunta Adam-X-. Esto cada vez se pone peor.

-Kavita está ya organizando el viaje de vuelta, estamos contactando con los portales Shi´ar que utilizaremos para volver. Y prepararemos la emisión Ultralínea…

-¿La Ultralínea sigue siendo segura?-interrumpe Lyja, y Jameson se encoge de hombros.

-Es la única manera que tenemos de contactar en tiempo real con la Torre-dice John-. Doctor Richards, Capitana UK… buena suerte en lo que tengáis por delante. Nosotros debemos volver a la Tierra ya.

-Igualmente-responde Richards, y con Nova Adam-X cogiendo en brazos al desmayado Warlock, y Jameson activando los cohetes de su mochila, el equipo enviado por la Torre vuela hacia la Cruzado.

-No entiendo nada-dice Linda, mientras los héroes se alejan-. Habías percibido una distorsión cronal, pero el Cristal M´Krann…

-No era el Cristal…-gruñe Richards-. Camuflaje activo, ya-ordena, y en ese momento, una onda de distorsión temporal mueve el espacio a unos metros de ellos… y Nathaniel Richards y Capitana UK aparecen junto al Cristal.

-No está aquí-dice Richards, consultando sus aparatos-. Pensé que la Gema Alma habría buscado a Adam en el momento en el que se quedó solo en el Cristal… pero no está aquí.

-Habrá que seguir buscando-afirma Linda, acercándose a Nathaniel-. Saltemos.

Y ambos desaparecen, mientras Richards retira el campo de camuflaje que les cubría.

-Éramos nosotros-masculla Linda-. La distorsión cronal… éramos nostros…

-Parece que en el futuro volveremos a este momento-asiente Richards-. Muy curiosa la forma en que te acercabas a mí, Linda…

-¿Ahora vas a empezar a llamarme por mi nombre?-gruñe ella-. Prepara el siguiente salto, doctor Richards. Tenemos mucho que hacer.


Mes 6, día 4. Proyecto: Iniciativa. Stamford, Connecticut.

-No me puedo creer que esos perdedores hicieran esto.

La voz de Julia Carpenter parece levantar siniestros ecos a su alrededor, mientras los bomberos, la policía y los médicos comienzan a levantar el campamento organizado en los restos de Stamford.

-Lo que yo no me puedo creer es que llegáramos tarde-gruñe USAgente, mirando el erial en el que se encuentran y que hasta dos días antes había sido uno de los lugares mejor valorados de América en cuanto a calidad de vida.

-¿Alguien más tiene la impresión de que últimamente parece que vamos de desastre en desastre?-interviene el Hombre Hormiga, recobrando su tamaño normal. Spiderwoman se apoya en él, y USAgente lanza una sonrisa torcida-. ¿Qué tal se portan los nuevos?

Las miradas de Spiderwoman, USAgente y el Hombre Hormiga se dirigen hacia el lugar donde, a medio centenar de metros de ellos, los miembros de la Fuerza de la Libertad descansan y responden a las preguntas. Juggernaut, Calisto, Satanna, el Láser Viviente y Polilla han atraído la atención de toda la prensa presente, para todos los medios de comunicación es una gran historia el cómo los villanos redimidos ayudan a los afectados por el desastre provocado por otros villanos. Satanna tenía toda la pinta de ir a convertirse en un nuevo icono gótico-punk.

-Han hecho un buen trabajo-responde Julia-. Juggernaut es especialmente bueno demoliendo cosas.

-¿Eso es una broma?-pregunta USAgente, y ella se encoge de hombros.

-Eh, chicos.

El trío se vuelve hacia Constrictor y Escarabajo, que llegan desde una de las zonas acordonadas.

-Visión quiere veros-dice Constrictor, señalando hacia atrás-. Han encontrado a Destructor.

-Bien-dice USAgente-. Ahora podemos arrancarle a ese hijo de puta las respuestas que buscábamos.

-La verdad es que no lo creo-responde el Escarabajo-. Le han dado una buena paliza.


-Esto no debería haber pasado-dice Val Cooper, dando un golpe en la mesa con el puño, frente a Visión-. Se suponía que los villanos que capturábamos y evaluábamos para la Fuerza de la Libertad eran custodiados convenientemente en el caso de ser declarados no aptos para el servicio activo.

-Así es-responde Visión, y Val vuelve a golpear la mesa de campaña.

-¡Se suponía que la Brigada de Demolición estaba detenida! Así consta en todos los ficheros, así aparece en todas partes. Nadie me informó de su fuga, Visión. ¡Nadie! Esa fuga no debería haber ocurrido.

-Ninguna fuga debe ocurrir, Doctora Cooper. Por eso son fugas, no están previstas.

-Visión, no creo que sea el momento de sarcasmo…

-No lo es-responde él-. Hemos tenido una brecha en la seguridad, algo imperdonable, y desde luego, se depurarán responsabilidades. La doctora Nyles está asegurándose de que la cobertura mediática sea la correcta, y el doctor Samson…

-Hay más de doscientos muertos, Visión-le interrumpe la Doctora Cooper-. Me da igual lo que los medios digan, esto es un desastre y es culpa nuestra. Quiero la cabeza del responsable de todo esto, y la terminaré consiguiendo.

Sin más, Val Cooper sale de la tienda-base del Proyecto: Iniciativa, dejando a la Visión tras ella.

-No debería haber ocurrido…-susurra.


Mes 6, día 7. La Torre. Espacio Orbital de Lagrange.

-La Inteligencia Suprema…-masculla Siglo, y Carol Danvers asiente, mordisqueando la capucha de un bolígrafo de forma casi compulsiva.

-Eso parece-responde ella-. Al menos, tenemos indicios razonables para pensar en él como instigador de los Siete Hermanos, si su objetivo es, como dice Jameson, generar un salto evolutivo en el Universo. Por Dios, si fue capaz de detonar una Negabomba1 dentro de su propio imperio sólo para favorecer «la supervivencia del más fuerte»…

-¿Y el embajador Sah-Lerr?-pregunta Siglo, y Carol niega con la cabeza.

-Afirma no saber nada de los planes de la Inteligencia Suprema. Nos ha facilitado todos los datos que le hemos pedido sobre operaciones Kree, y ha aceptado voluntariamente encerrarse en prisión preventiva.

-¿Podemos solicitar la ayuda de algún telépata? Quizá el Embajador sepa más de lo que admite a priori…

-Sí, he hablado con la Academia de Massachussetts. Emma Frost ha accedido a ayudarnos, pero creo que el Embajador es sincero. No sería la primera vez que la Inteligencia Suprema engaña a sus propios seguidores para conseguir sus planes.

Una ligera vibración interrumpe la conversación, y tanto Carol como Siglo se vuelven hacia un lateral de la gran mesa de la directora de la Torre, donde una pequeña sección del cristal se ha iluminado. Carol pasa la mano por encima, y un holograma se activa en esa zona de la mesa, una pantalla en la que, en un lado, se pueden leer distintos registros de datos, y en otro, se ve la imagen de Fennan Radd en primer plano.

-Torre, aquí Fennan-dice él-. Emito por Ultralínea desde el entorno de Casiopea.

-Te recibimos alto y claro, Fennan-responde Carol, y el Estela Plateada sonríe.

-Parece que por fin tenemos buenas noticias-continúa Fennan-. Te envío las lecturas correspondientes, pero nos hemos encontrado aquí con ayuda.

-¿Ayuda?

-Sí, alguien llamada Kismet ha reunido un grupo para hacer frente a los Siete Hermanos. Al parecer, recibió un aviso del propio Eternidad…

-Gracias a Dios-susurra Carol, e incluso Siglo parece relajarse mientras lee en la pantalla los datos transmitidos por Fennan y Norrin desde Casiopea. Los sistemas de datos de la Torre estaban cruzando las lecturas energéticas, y todos ellos eran formidables. Kismet, anteriormente conocida como Ella, la compañera genética y casi igual en poder a Adam Warlock. Ganímedes, una sacerdotisa guerrera de las Célibes. Gamora, una asesina entrenada por el propio Thanos. Mantis, la propia Madonna Universal. Sota de Corazones, una auténtica bomba de energía contraxiana. Y Legado, el hijo del mayor héroe del Universo, el Capitán Mar-Vell. Desde luego, serían una ayuda.

-Volvemos a la Tierra con ellos, Coronel Danvers-afirma Fennan, y en ese momento, un flash de luz deslumbra a Carol y a Siglo. Fennan se gira, y mira de nuevo al transmisor con el horror pintado en su rostro-. ¡Están aquí! ¡Ellos están aquí!

Carol y Siglo no alcanzan a ver más que un ala roja, el resplandor de algo morado, y una clara imagen de Sota de Corazones deshaciéndose, como si se estuviera dividiendo en átomos, reduciéndose a lo más básico. Y en ese momento, la imagen se interrumpió.

-Necesito recuperar esa conexión-gruñe Carol, incorporándose, pero Siglo niega con la cabeza.

-Es imposible, no hay Ultralínea en recepción y los nuestros medios no alcanzan la distancia en la que se encontraban. Estamos a ciegas.

-No-responde ella-. Que traigan a Sah-Lerr, veamos si de verdad está de nuestro lado. Veamos de parte de quien están los Kree.

-Carol… ¿qué pretendes?

-Quiero una Omni-Onda funcionando para antes de ayer… y quiero saber qué ha ocurrido con… nuestra gente en Casiopea.


-Embajador Sah-Lerr…

Siglo asiente haciendo un gesto de reconocimiento al Embajador Kree, que llega acompañado de dos de los guardias de La Torre, que no apartan la vista del Kree.

-Legado Siglo-asiente Sah-Lerr, un Kree joven, de menos de treinta años, de piel morena y cabello oscuro, uniformado con el traje militar del Imperio, y con el emblema de su puesto como capitán dentro del ejército plasmado en el pecho-. Pensé que sería Danvers quien me recibiría…

-La Coronel Danvers está ocupada en una conferencia con el resto de los embajadores, Embajador Sah-Lerr. Ha delegado en mí esta conversación.

-¿Es una conversación o un interrogatorio, Legado Siglo?

-Eso dependerá de usted específicamente, Embajador. Siéntese.

Sah-Lerr toma asiento frente a Siglo, y una leve sonrisa se forma en sus labios cuando ve la vara de Siglo apoyada en la silla de este.

-Estoy en inferioridad de condiciones, Legado Siglo-dice, señalando con la barbilla a Paralaje, el arma del Legado.

-Cuando un Kree afirma estar en inferioridad de condiciones ante la perspectiva de una batalla, tiembla, pues es obvio que se está burlando de ti.

-¿Y bien, Legado Siglo? Supongo que no estamos aquí para un combate dialéctico.

-Incluso la conversación la enfocáis como una batalla, Embajador. Pero sí, tenéis razón, no tenemos tiempo que perder. Necesitamos noticias de un sector concreto del espacio, pero nuestro trasmisor Ultralínea en la región ha desaparecido.

-¿Desaparecido?

-Necesitamos saber qué ha ocurrido, Embajador Sah-Lerr-masculla Siglo, inclinándose hacia delante en la mesa-. Hemos confiado en la Ultralínea, a pesar de poder resultar sospechosa de intervención por parte del Imperio Kree…

-Por parte de la Inteligencia Suprema, y en cualquier caso, incluso eso no se ha demostrado-le interrumpe Sah-Lerr, inclinándose también sobre la mesa-. Pero sin receptor de Ultralínea, sólo hay una manera de alcanzar un lugar tan lejano como el que presupongo que se trata…

-Sector Casiopea.

-Necesitáis un proyector de Omni-Onda-dice Sah-Lerr, y Siglo asiente-. Sabéis que es el mayor secreto militar del Imperio.

-Lo sabemos. Pero consideraríamos vuestra ayuda como un gesto de buena voluntad hacia nosotros.

-No revelaré el secreto de la Omni-Onda, Legado Siglo, pero os ayudaré-responde Sah-Lerr-. Si, como decís, la Inteligencia Suprema está detrás de la manipulación de los Siete Hermanos y la destrucción que podría avecinarse en todo el Universo, desde luego ha sido sin contar con el Imperio… y desde luego, no conmigo cuando me designaron como Embajador ante el consejo de la Torre. Si en algo puedo ayudaros, contad conmigo. Pero insisto, no revelaré el secreto de la Omni-Onda.

-Me parece un argumento válido, Embajador-asiente Siglo-. ¿Necesitáis…?

-Sólo unos minutos de soledad.

-Embajador Sah-Lerr, supongo que puedo confiar en…

-No, no trataré de escapar, Legado Siglo.

Siglo asiente, y tomando a Paralaje de detrás de su asiento, hace un gesto a los guardias para que dejaran la sala, y sale tras ellos, dejando al Embajador Sah-Lerr solo.

Apenas habían pasado treinta minutos cuando, pálido el Embajador Sah-Lerr volvió a salir de la sala, y su mirada, vidriosa, se detuvo en Siglo.

-Están todos muertos-susurró, y después, se desplomó inconsciente.


Mes 6, día 18. La Brigada de Demolición. Nashville, Tennessee.

-¡Que ojos tan grandes tienes! ¿Son para verme mejor?

Bola de Trueno lanza una carcajada mientras gira la enorme esfera metálica sobre su cabeza y permite que se estrelle contra la inmensa rodilla de Eric Jostein, que lanza un aullido de dolor cuando siente como la rótula le estalla. En el momento en que se tambalea, Bulldozer se arroja sobre él, destrozándole la otra pierna, lo que obliga a Goliat a modificar su tamaño mientras cae al frente.

-¿Te sentías seguro siendo tan grande, viejo amigo?-dice Martinete, acercándose al caído Goliat. Antaño habían sido compañeros, habían trabajado codo con codo para formar los Señores del Mal, juntos habían tomado la Mansión de los Vengadores… Pero ahora, estaban en polos opuestos. Goliat trabajaba para IMA, y en IMA, había algo que Martinete quería. Los puños de Martinete caen sobre Goliat como auténticas apisonadoras-. Te diré algo-un nuevo puñetazo-. Los grandes-vuelve a golpear-nunca-vuelve a golpear-, nunca están seguros.

Con un gesto de desprecio, Martinete arroja a un rincón los despojos de Goliat, y mira hacia el pasillo que tienen delante. Aquí y allá se encuentran los cadáveres de algunos miembros de IMA que se habían resistido más de lo esperado. Jostein había sido la última línea de defensa, y aunque Martinete no dudaba de que pronto llegarían refuerzos armados para detenerles, tenían unos minutos para tomar lo que querían y retirarse.

-Madre mía, ¡hemos machacado una base de IMA!-exclama Bulldozer, riendo a carcajadas, y Martinete asiente.

-Nuestro cliente estará muy contento-dice, mientras los tres juntos se dirigen hacia una de las puertas, que Bulldozer revienta de un cabezazo-. Y va a ser una auténtica lluvia de pasta.

-Con Dirk no hacíamos estas cosas-sonríe Bola de Trueno-. IMA… wow…

-Muy bien, chicos, este es el momento más importante-dice Martinete, deteniéndose ante la puerta abierta-. Dentro está lo que nos han pagado para conseguir, pero necesitaré algo de tiempo para cogerlo. IMA podría tener contratado a alguien más… no sé, a Mister Hyde o algo así. Sería mejor que os quedaseis vigilando…

-Claro-asiente Bulldozer, y Bola de Trueno y él se quedan fuera de la sala, esperando, mientras Martinete atraviesa la puerta, avanzando hacia el contenedor situado en el centro. Mira atrás, para asegurarse de que sus compañeros no le ven, y en ese momento, sus ojos se vuelven grises, planos. Acerca una mano a uno de los paneles de control, y una serie de filamentos grisáceos brotan de sus dedos, insertándose en las rendijas de la rejilla. Hay una serie de pitidos cuando la interfaz de seguridad se desconecta, y el cristal que protege el objetivo de martinete se alza.

-Tauro a Madame Hydra-susurra, y siente que se ha establecido la conexión neuronal con ella-. Lo tengo. Salve, Hydra.

-Salve-responde Madame Hydra, desde su refugio a un millar de kilómetros de allí. Se gira hacia los gemelos, siempre cerca de ella, y sonríe-. Tenemos el Cubo Cósmico.


Mes 6, día 21. La Torre. Espacio Orbital de Lagrange.

-Hay algo… ahí fuera… que me está dando dolor de cabeza…

Emma Frost se masajea el puente de la nariz y cierra los ojos, volviéndose hacia Carol Danvers, que está sentada en su asiento en el despacho principal de La Torre junto a la co-directora de la Academia de Massachussetts.

-¿Podría ser más precisa, Miss Frost?-pregunta Carol, y Emma sonríe.

-Si pudiera, lo sería, no tengo un especial gusto por dar rodeos a la obvio, Coronel Danvers-replica Emma, abriendo los ojos y clavándolos en Carol-. Se supone que estamos gastando una millonada de nuestros impuestos, además de grandes donaciones privadas… y en mi caso, Coronel, son muy grandes, para que este sitio estuviera dotado con los mejores sensores, los mejores detectores, y los mejores diseños que Stark, Rand, Hammer, y el resto de las grandes industrias del planeta pudieran crear. T´Challa de Wakanda y Reed Richards han colaborado en poner en órbita este sitio… ¿de verdad que lo mejor que pueden hacer es sentarse a esperar a que esas… cosas puedan atacarnos? Porque si es así, debería estar con mi gente…

-¿Mi gente?

-Mis alumnos, Danvers-dice Frost, seria-. No intentes convertir esto en un debate entre humanos y mutantes… no conmigo. Podría haber trasladado a mis alumnos a Neo-Avalon, y créeme, todo sería muy fácil. Pero decidimos quedarnos, y que humanos y mutantes pudieran convivir bajo nuestro techo, alcanzando cada uno el máximo de sus posibilidades. Así que … Es más, en aras de la supervivencia entre humanos y mutantes, yo debería volver a mi hogar, estoy seguro de que con vuestros recursos encontraréis algún otro telépata que pueda ayudaros. Creo que Oráculo, de la Guardia Imperial Shi´ar está libre, estoy segura de que después de lamerle lo suficiente el culo como hicisteis para justificar vuestro asalto al Mundo Cristal, el embajador Kar´dum accederá a prestárosla.

-¿Estás leyendo nuestros pensamientos?-gruñe Carol, incorporándose, y Frost sonríe.

-Pensáis tan alto que muchas veces no puedo evitarlo-replica Emma, encogiéndose de hombros-. Y desde que Johnny Storm volvió con su pintoresco grupo de esa misión espacial, es como si sus pensamientos fueran las pantallas de Times Square en Navidad.

-Coronel Danvers.

La voz de la Doctora Rao interrumpe la conversación de Emma y Carol, y una proyección holográfica de la doctora aparece en la mesa de cristal de la líder de la Torre.

-Doctora Rao-responde Carol-. ¿Algún problema?

-Podríamos decir que sí-dice Kavita-. Todos los relojes de la Torre… bueno, más bien, todos los sistemas de medición de tiempo, se han vuelto locos. Hemos tratado de sincronizar con SHIELD, WHO y una docena de sistemas de medición terrestres… Y todos están desfasados.

-¿Qué se supone que significa eso?-gruñe Emma, inclinándose en la mesa.

-Que el tiempo ha dejado de tener sentido-explica Kavita-. Están aquí.

-Dios mío-musita Carol, incorporándose y conectando el sistema de comunicación de la Torre-. Atención, Defcon 1. Defcon 1. Esto no es un simulacro. Activamos protocolo Kappa Epsilon, todos los sistemas de alerta en prioridad Alfa.

-Carol, si esas cosas están aquí, debo volver a la Tierra. Uno de ellos ya estuvo en la Academia, podría volver y mis chicos…-comienza a decir Emma, pero guarda silencio cuando una luz verde centellea en el centro de la sala, y las dos mujeres se quedan mirando por unas segundos la belleza de la figura que aparece rodeada de destellos esmeralda, con el cabello recogido en multitud de trenzas, alas translúcidas, y empuñando una afilada lanza.

-Odiel-susurra Carol reconociendo a la manifestación de la Gema del Alma por los ficheros y todo lo que Fennan y Norrin habían contado. De inmediato, el fuego estelar rodea a Carol Danvers, que toma su forma de Binaria, y arroja un rayo de energía a Odiel, pero la criatura con forma de ángel extiende hacia ella la lanza, y la energía se disipa como si nunca hubiera existido.

Carol Danvers, Emma Frost-dice Odiel, y una lágrima, tan perfecta que es irreal, se desliza por su mejilla, mientras la túnica de color aguamarina que la envuelve onde como movida por una suave brisa. Sus ojos verdes acarician a las dos mujeres-. Siempre solas, siempre en el frente. Siempre amando, y deseando ser amadas, sin encontrar un objeto para vuestro amor. Tan solas, tan tristes, tan pequeñas y desamparadas…

Con el corazón de una estrella latiendo dentro de ella, Carol Danvers se da cuenta de que Odiel tiene razón. Está sola. No es humana del todo. Ni Kree. Ni Shi´ar. Nada. Una paria. Un ser solitario, sin parangón en el Universo. Exiliada de la propia Tierra por aquellos a los que llamaba amigos a un asteroide artificial para hacer lo que nadie más podía hacer, lo que nadie más podía afrontar, porque todos, salvo ella, tenían una vida más allá de su propio trabajo, de su misión. Ella estaba sola, inmensamente sola…

Un peón haciéndose pasar por una reina. Emma siempre había sido la ficha más pequeña del ajedrez, primero en su casa, con un padre dominante y egomaníaco, una madre que las había abandonado tras tres intentos de suicidio, y sus dos hermanas, la perfecta Adrienne, la rebelde Cordelia. Ella era simplemente Emma, a la que todos ignoraban. Luego había sido el peón de esa zorra de Saviarre St.Claire, que la había convertido en una de sus prostitutas del Club Fuego Infernal, y finalmente, el peón de Sebastian Shaw, ya convertida en Reina Blanca. Un peón haciéndose pasar por una reina…

Odiel acaricia la mesa de cristal, y una línea de escarcha aparece allí por donde sus dedos rozan. Por un segundo, la punta de su lanza roza el cuello de Carol, que llora encogida en un rincón, pero finalmente, se aparta de ella, y con un gesto, hace que las puertas de la sala se abran. Hay almas que quebrar, emociones de las que alimentarse… El miedo de Kavita Rao a los espacios cerrados, el sentido bestial que se esconde en John Jameson, el amor de Johnny Storm y Lyja, la necesidad de Adam-X de demostrar su valor… y sobre todo, su antiguo dueño y amante, que se encontraba en aquel lugar al que llamaban La Torre.

Cerrando sus garras en los corazones de todos los habitantes de La Torre, Odiel comienza a buscar a Adam Warlock.


Tiempo distorsionado, Doctor Extraño. Greenwich Village, Nueva York.

-¡Wong!-grita Extraño mientras de un solo golpe con las garras de la criatura destroza los escudos de Cyttorak que Stephen había convocado. Tras él, su aprendiz corre escaleras arriba, en dirección a un gong que debe tocar tres veces para convocar a la alianza de magos. Pero al ver el rostro de Utiel, la emanación de la Gema de la Realidad, Extraño sabe que no debe hacerlo, que eso es precisamente lo que él quiere.

Has trastocado la Realidad con tus artes-sisea Utiel, y la saliva, espesa, densa y amarillenta como el pus resbala por su mentón-. Has violado el Paradigma, has manipulado lo que Debe Ser.

El Ojo de Agamotto se abre por completo en el pecho de Extraño, iluminando a Utiel con su luz, pero el ángel de color ámbar simplemente estalla en carcajadas, y su saliva provoca quemaduras ácidas en el suelo y las paredes. Utiel hace un gesto, y el Ojo se ve obligado a cerrarse. En la cabeza de Extraño resuenan los gritos del propio Vishanti cuando su poder se ve negado de esa manera. Escucha el primer sonido del gong y se gira para ordenarle a su aprendiz que no siga convocando a sus aliados, pero en ese momento, con un aleteo de sus alas membranosas, Utiel cae sobre Stephen, al que aplasta contra el suelo. Extraño siente los cortes provocados por sus garras en la espalda, el fuego de su saliva sobre su piel. Trata de invocar un nuevo hechizo, pero siente algo le roba la respiración, mientras suena el segundo golpe de gong. Stephen trata de escupir, pero siente que su interior cristaliza, que su piel se vuelve quebradiza mientras una sustancia resinosa parecida al ámbar le envuelve. Se escucha el tercer gong, y Stephen, convertido en una estatua de resina dorada deja de sentir y de percibir su entorno.

Utiel percibe como Espacio y Tiempo se curvan, y sonríe de nuevo cuando el resto de los magos hacen su aparición. Shaman, Ave Nevada, Talismán, Jennifer Kale, el Hermano Vudú, la Meiga, Margali Szardos y su pupila… Ríe abiertamente mientras salta sobre Talismán, y recuerda que, cuando acabe con ellos, hay un grupo de niños en una Academia a los que debe visitar…


Tiempo distorsionado, Doctor Muerte. Latveria.

Muerte no puede recordar siquiera cuándo comenzó la guerra. Ni qué la provocó. Pero sabe que su país está devastado, y que también lo están Serbia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. Hay manadas de Cazadores Serbios recorriendo las calles de Budapest en busca de los Lobos Húngaros. Los Cárpatos se han convertido en el escenario de batalla de los Ángeles de la Muerte de la Corona de Esterhazy, las Manadas Sangrientas de Hunedoara y los Devoradores de Sredetz. Los cielos de Valaquia se han vuelto púrpuras, y los Dragones de la Ordo Dracul patrullan las fronteras, aniquilando a ajenos y propios.

Y Muerte sabe que nada de aquello tiene sentido… pero no sabe cómo solucionarlo. Hace meses… o días… o quizá solo segundos… o quizá no haya ocurrido aún, pero ha escuchado la llamada de Extraño, y no ha acudido. Sabe que la guerra debe seguir adelante, y observa orgulloso a los Jinetes Oscuros de Latveria, el orgullo de sus guerreros, cabalgando en Pesadillas y empuñando lanzas de fuego infernal, pasando por centenares ante las torres del inmenso castillo de Obsidiana en el que tiene su fortaleza Lord Muerte.

Lejos de allí, en los Alpes Dináricos, en la tierra que en algún momento recibió (o recibirá) el nombre de Yugoslavia, en un pico sin nombre que se alza a más de tres mil metros sobre el nivel del mar, los ardientes ojos de Baladriel, la emanación del Poder, observan la tierra a su alrededor. Su piel parece arder en su fuego interior, y una larga trenza, repleta de anillos de oro rojo, oscila a su espalda, entre sus alas.

¡Venid!-grita, alzando su hacha de rubí, y los cielos parecen estallar sobre él-. ¡Venid!

El primer golpe llega de Namor, que cae del cielo sobre el espigado Baladriel como si fuera un meteorito, pero el ángel rojo ni siquiera se inmuta, aunque a sus pies se abren grietas y saltan cascotes de roca. Baladriel oscila el hacha, y aparecen el resto. Hulk, Rayo Negro de los Inhumanos, Mikhail Rasputin.

-¡Hulk aplasta!-grita Hulk, arrastrado por la propia furia que le provoca el tener cerca la emanación del Poder, pero Baladriel detiene el golpe con el canto del hacha, girando para dejar pasar al coloso esmeralda mientras se encara con el rey de los Inhumanos. Esta vez, Rayo Negro no se anda con chiquitas, y grita a todo pulmón. El propio aire parece estallar a su alrededor, el temblor de tierra se deja sentir desde Praga a Sarajevo. Varias cumbres cercanas se derrumban.

Y Baladriel sonríe, aunque quizá algo decepcionado. A unos pasos de él, Namor y Mikhail Rasputin han caído víctimas del ataque de su propio aliado, completamente descontrolado. Conoce esa sensación, la borrachera de poder, el caos del exceso. Furioso, Hulk salta, pero no sobre Baladriel, sino sobre Rayo Negro, y le golpea, una y otra vez, hasta que el rey de los Inhumanos parece una marioneta con las cuerdas cortadas en manos del titán verde. Con un solo y ágil movimiento, el hacha de Baladriel cae sobre Hulk, que grita, convertido de pronto en Banner.

Patético-suspira Baladriel, alzando el hacha, dispuesto a dar el golpe final, y en ese momento, unas llamas le envuelven, y el Ángel del Poder, siente dolor… por primera vez en eones.

-Apártate de él-dice una mujer envuelta en llamas, llamas que forman la imagen de un pájaro ardiente alrededor de ella.

¿Qué broma es esta?-dice Baladriel, pero el rostro de la mujer es completamente serio, su ceño fruncido-. Tu fuego… me daña…

-Porque yo traigo el fuego de Dios-responde Ave de Fuego, cerrando los puños-. Aléjate de ellos.


Tiempo distorsionado, Patrulla-X. Neo-Avalon.

-¡Alex, detrás de ti!-grita Rondador, mientras desaparece en un estallido sulfuroso, apareciendo a varios metros de distancia de donde se encontraba, y apartando a Lanzallamas del certero mordisco de lo que parecía un Tiranosaurio Rex con implantes mecánicos en los brazos. Al mismo tiempo, Kaos se gira a tiempo de lanzar una descarga de plasma sobre una criatura insectoide que parecía haberse formado con varios de los habitantes de Neo-Avalon, o eso parecía señalar la semejanza de una de las protuberancias quitinosas de la criatura con Mondo.

-Mierda-gruñe Kaos, al ver como la criatura se descompone en una docena de partes, hombres y mujeres, todos cubiertos de una sustancia viscosa y aparentemente sin sentido o muertos-. Gatasombra, informe de situación-ordena Alex Summers, mientras lanza un nuevo rayo de plasma al dinosaurio-ciborg, al que Polaris acaba de arrancar las prótesis metálicas.

-Tenemos presencias exógenas por toda la isla, Kaos-responde ella, desde el centro de control de la Patrulla-X en la Plaza Toynbee-. Magneto y Tormenta están manteniendo a raya esas cosas que aparecieron cuando el tiempo se volvió loco. Coloso, Mariposa y Proudstar están cubriendo un agujero temporal en la playa sur, cerca de las viejas ruinas del templo de aquellos dioses-calamar. Si necesitas refuerzos, tengo a Arcángel y Pícara disponibles. Ah, y dile a Kurt que no se preocupe, Amanda y los niños están bien, están aquí con Wisdom y conmigo.

-Dile a Wisdom que si se le ocurre encender uno de sus apestosos cigarros cerca de mis hijos haré chucrut con sus entrañas-gruñe Kurt a través del sistema de radio que les mantiene comunicados.

-¿El Elfo le hacía esos comentarios a Lobezno cuando andaba por aquí?-masculla Wisdom, desde el centro de control, y Kitty asiente, sin dejar de mirar los diferentes paneles informativos.

-Cuando están los niños, sí-responde Kitty, frunciendo el ceño-. Pete, hay algo aquí que…que no termino de entender…

-¿Qué?-pregunta Wisdom, acercándose a Gatasombra y a los paneles de datos, ella señala unas lecturas en una de las tablas de la pantalla-. No tengo ni idea de que me estás hablando…

-Estos datos no pueden ser reales-masculla Kitty-. Neo-Avalon ha perdido un 38% de su espacio…

-¿Un maremoto? ¿Hemos perdido la costa?

-No-niega Kitty, revisando los datos-. Es como si la isla… en las dos dimensiones que ocupa, estuviera…encogiéndose.


Tiempo Distorsionado, Charles Xavier. Isla Muir, Norte de Escocia.

Se pierde en ángulos que no reconoce ninguna ley matemática conocida, ángulos de líneas rectas que se comportan como curvas en determinados momentos mientras Charles Xavier se desplaza a través del laberinto mental en el que se encuentra.

¿Jean?

La llamada mental de Xavier retumba en el Plano Astral, y pronto siente la presencia de su antigua alumna, como una calidez dorada que se acerca a él y le envuelve. Y hay alguien más, alguien que llega con Jean Grey…

Jean, ¿quién te acompaña? Este plano es peligroso…

Es Sincro, Profesor. Ahora mismo tiene mis poderes.

Everett, esto es peligroso, no deberías estar aquí…

Quiero ayudar, señor.

Las líneas que forman el laberinto parecen girar a su alrededor, descomponiéndose en complejos fractales que a Everett le recuerdan a copos de nieve, aunque sabe que lo que tiene delante está a un nivel muy superior al de cualquier sencillo fractal que pudiera haber estudiado en matemáticas.

Emma…

La voz de Xavier se pierde en el vacío, pero hay otra respuesta. Una que no esperaba.

Xavier, ¿qué estás haciendo?

¿Quién…?

Dragón Lunar.

Xavier y Jean sienten un escalofrío al reconocer con ellos la presencia de Heather Douglas, la mujer que se hace llamar Dragón Lunar. En aquel lugar, en ese plano psíquico, Dragón Lunar es como un aliento helado, una silueta siseante, la oscuridad frente al fuego que parece destilar Jean.

Conozco este lugar, sé como funciona, sé cómo podemos vencerle…

Pero necesitamos ayuda. No puedo llegar a Emma…

Tendremos que seguir sin ella. ¿Monet?

Profesor, tenemos problemas en la Isla, no puedo estar aquí…

Monet, te necesitamos, necesitamos cuanta ayuda podamos…

Profesor, la Isla se desvanece… ha muerto gente, ni siquiera sé cuanta…

La presencia de Monet desaparece, y Xavier suspira, pesaroso. Emma, Monet y Betsy no están disponibles. Pero ante él, avanza Dragón Lunar. La antigua sacerdotisa de Pama alza las manos, y los laberintos fractales que tiene ante ella parecen titilar, y pronto se disuelven, como acuarelas bajo la lluvia, para dejar sólo un camino, un sendero recto, marcado por altas paredes de cristal azul.

Por aquí, dice Dragón Lunar, este es el camino.

Xavier, Sincro, Jean y Dragón Lunar se introducen en el pasillo, en dirección al lugar donde podrán derrotar a Zafiel, la emanación de la Gema de la Mente.

En una sala prácticamente vacía del antiguo laboratorio de Moira McTaggert en Isla Muir, Charles Xavier se encuentra sentado en su silla de ruedas, con las manos apoyadas en las rodillas y la cabeza caída hacia delante. Un hilo de saliva se desliza por su mentón, mientras tras él, una figura alada, vestida con un peplo azul y que empuña una espada corta y sostiene un escudo con el emblema del ojo abierto, hace que nuevos laberintos aparezcan en la mente de Xavier, en la de Dragón Lunar, en la de Jean Grey, en la de Everett Thomas, y en la de todos y cada uno de los telépatas que se suman a su recorrido. Tiende puentes entre sus mentes y las de otros terrestres, los ata, los vincula. La Mente-Colmena es cada vez más grande, pero Sheltarion, Ángel de la Mente, sabe que aún puede crecer más. Mucho más. Y que cuando se derrumbe… y lo hará en el momento en que una de las piezas falle…

Eso, será glorioso.


Tiempo Alterado. Capitán UK y Nathaniel Richards. Liberty Island, NY.

-¿A esto se refería Roma cuando decía que toda la Realidad podía demenuzarse?-pregunta Linda, mientras mira a su alrededor, observando atónita el montón de herrumbre verde y naranja en que se ha convertido la Estatua de la Libertad. Sin embargo, a su alrededor, todo parece lujuriante, una vegetación exuberante, propia de un tiempo pretérito, anterior a que el hombre pusiera su pie sobre la Tierra, anterior quizá a los grandes Reyes Lagarto…

-Linda, necesito que te concentres.

La voz de Nathaniel saca a Capitán UK de la ensoñación en la que estaba cayendo, y ella da un traspiés, evitando sólo el fuerte brazo de Nathaniel el que caiga de bruces.

-Nathaniel, ¿qué…?

-El tiempo está roto, nuestras percepciones están alteradas-dice él, abarcando todo su entorno con un gesto-. Afecta a todo el entorno de la Tierra, pero su centro está aquí, justo en la Estatua de la Libertad. Supongo que la Emanación de la Gema del Tiempo tiene un curioso sentido de lo irónico.

-¿Podremos derrotarle solos?-gruñe UK, sintiéndose enfadada por haber caído tan fácilmente en las trampas del Ángel del Tiempo, pero Nathaniel se encoge de hombros.

-No estaréis solos.

UK, que esta vez no piensa dejarse coger por sorpresa, se gira preparada para luchar, pero no son enemigos a quienes ve aparecer de un portal dorado. Cable, Bishop, el Caballero Negro… y tres de los Eternos. Ikaris, Ajak, Makkari.

-En nombre de Eduardo el Confesor, ¿qué estáis haciendo aquí?-gruñe Linda, mientras Cable cierra el portal tras ellos.

-Todos ellos, en mayor o menor medida, son viajeros en el tiempo-dice Nathaniel, sin prestarles apenas atención-. Habrán sido atraídos por las emanaciones temporales de la isla, igual que nosotros.

-¿Dónde está?-pregunta Bishop, chispeando de energía cronal, y UK señala las ruinas de la Estatua-. Estupendo. Vamos a poner las cosas en su sitio…

-¿A esto se refería Roma cuando decía que toda la Realidad podía demenuzarse?-pregunta Linda, mientras mira a su alrededor, observando atónita el montón de herrumbre verde y naranja en que se ha convertido la Estatua de la Libertad. Sin embargo, a su alrededor, todo parece lujuriante, una vegetación exuberante, propia de un tiempo pretérito, anterior a que el hombre pusiera su pie sobre la Tierra, anterior quizá a los grandes Reyes Lagarto…

-Linda, necesito que te concentres.

La voz de Nathaniel saca a Capitán UK de la ensoñación en la que estaba cayendo, y ella da un traspiés, evitando sólo el fuerte brazo de Nathaniel el que caiga de bruces.

-Nathaniel, ¿qué…?

-El tiempo está roto, nuestras percepciones están alteradas-dice él, abarcando todo su entorno con un gesto-. Afecta a todo el entorno de la Tierra, pero su centro está aquí, justo en la Estatua de la Libertad. Supongo que la Emanación de la Gema del Tiempo tiene un curioso sentido de lo irónico.

-¿Podremos derrotarle solos?-gruñe UK, sintiéndose enfadada por haber caído tan fácilmente en las trampas del Ángel del Tiempo, pero Nathaniel se encoge de hombros.

-No estaréis solos.

UK, que esta vez no piensa dejarse coger por sorpresa, se gira preparada para luchar, pero no son enemigos a quienes ve aparecer de un portal dorado. Cable, Bishop, el Caballero Negro… y tres de los Eternos. Ikaris, Ajak, Makkari.

-En nombre de Eduardo el Confesor, ¿qué estáis haciendo aquí?-gruñe Linda, mientras Cable cierra el portal tras ellos.

-Todos ellos, en mayor o menor medida, son viajeros en el tiempo-dice Nathaniel, sin prestarles apenas atención-. Habrán sido atraídos por las emanaciones temporales de la isla, igual que nosotros.

-¿Dónde está?-pregunta Bishop, chispeando de energía cronal, y UK señala las ruinas de la Estatua-. Estupendo. Vamos a poner las cosas en su sitio…

-¿A esto se refería Roma cuando decía que toda la Realidad podía demenuzarse?-pregunta Linda, mientras mira a su alrededor, observando atónita el montón de herrumbre verde y naranja en que se ha convertido la Estatua de la Libertad. Sin embargo, a su alrededor, todo parece lujuriante, una vegetación exuberante, propia de un tiempo pretérito, anterior a que el hombre pusiera su pie sobre la Tierra, anterior quizá a los grandes Reyes Lagarto…

-Linda, necesito que te concentres.

La voz de Nathaniel saca a Capitán UK de la ensoñación en la que estaba cayendo, y ella da un traspiés, evitando sólo el fuerte brazo de Nathaniel el que caiga de bruces.

-Nathaniel, ¿qué…?

-El tiempo está roto, nuestras percepciones están alteradas-dice él, abarcando todo su entorno con un gesto-. Afecta a todo el entorno de la Tierra, pero su centro está aquí, justo en la Estatua de la Libertad. Supongo que la Emanación de la Gema del Tiempo tiene un curioso sentido de lo irónico.

-¿Podremos derrotarle solos?-gruñe UK, sintiéndose enfadada por haber caído tan fácilmente en las trampas del Ángel del Tiempo, pero Nathaniel se encoge de hombros.

-No estaréis solos.

UK, que esta vez no piensa dejarse coger por sorpresa, se gira preparada para luchar, pero no son enemigos a quienes ve aparecer de un portal dorado. Cable, Bishop, el Caballero Negro… y tres de los Eternos. Ikaris, Ajak, Makkari.

-En nombre de Eduardo el Confesor, ¿qué estáis haciendo aquí?-gruñe Linda, mientras Cable cierra el portal tras ellos.

-Todos ellos, en mayor o menor medida, son viajeros en el tiempo-dice Nathaniel, sin prestarles apenas atención-. Habrán sido atraídos por las emanaciones temporales de la isla, igual que nosotros.

-¿Dónde está?-pregunta Bishop, chispeando de energía cronal, y UK señala las ruinas de la Estatua-. Estupendo. Vamos a poner las cosas en su sitio…

Flotando a unos metros por encima de las ruinas de la Estatua de la Libertad, Lotiel mantiene los ojos cerrados, sosteniendo ante ella el cetro dorado coronado con el atrapasueños y las plumas anaranjadas. Alrededor de ella, el tiempo se retuerce en complejas espirales, mandalas sin principio ni fin que se extienden por toda la superficie de la Tierra y aún más allá. Ni siquiera ella es consciente de ello, pero sonríe.

-¿Dónde está?-pregunta Bishop, chispeando de energía cronal, y UK señala las ruinas de la Estatua-. Estupendo. Vamos a poner las cosas en su sitio…

Nathaniel Richards espera el nuevo giro en el tiempo, la nueva vuelta en lo que debía ser un concepto lineal, y en ese momento, activa uno de sus ingenios, un escudo temporal desincronizador. Se ve a sí mismo apareciendo con UK, ve el portal creado por Cable, la aparición de Bishop, el Caballero Negro y los Eternos, y luego, una nueva vuelta en la espiral. Se ve a sí mismo, atrapado en el bucle creado por la Emanación de la Gema del Tiempo. Doce minutos, setecientos veinte segundos convertidos en una prisión para aquellos encerrados en el laberinto.

Se siente furioso, humillado. Los Hermanos les están tratando como ratones de laboratorio, como cobayas para sus experimentos. Casi puede sentir su mirada de superioridad, la misma que el biólogo que observa como una cepa vírica controlada se desarrolla y reproduce según sus cálculos. Pero ahora, Nathaniel Adams está fuera de la corriente temporal.

Y tiene un plan.


1.- En «Operación: Tormenta Galáctica», hace muchos, muchos, muuuuuchos años

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