Fueron los primeros. Lucharon por la libertad cuando más necesario era. Hoy, décadas más tarde, han vuelto.
#1 – Juegos de Guerra I
Por Correia
Fecha de publicación: Mes 69 – 1/04
Willie Lohmer huía. Su vida corría peligro. Miraba atrás desesperado, deseando no ver a sus perseguidores. Pero ahí estaban. Eran dos, un hombre y una mujer.
Ella era Julia Ratsel. El, Herr Nacht. Llevaban bastante tiempo tras Willie, ya que era el único que sabía que estaban vivos. Y, de momento, no querían que nadie más lo supiera. Por supuesto, Willie tampoco quería que el mundo supiese que él estaba vivo. O tendría mucho que perder.
Porque Willie Lohmer era el Hombre Maestro. Uno de los mayores criminales de guerra nazis que aun quedaban con vida.
En experimentos similares al que realizaron los americanos con el Capitán América, Willie y Julia obtuvieron superpoderes. Se convirtieron en los máximos exponentes de la raza aria, en el Hombre Maestro y en la Mujer Guerrera. Pero las numerosas derrotas a manos de los Invasores les hicieron caer en desgracia, y acabaron crionizados, congelados en vida, a la espera de un futuro más favorable, en el que un Cuarto Reich los devolviera al mundo de los vivos.
Solo que quien los despertó fue Nacht.
Nacht se creía predestinado a devolver al Reich a su gloria. Y para ello, despertó de su sueño a los dos mayores exponentes del Tercer Reich. Pero se enamoró de ella, y ella sintió algo por él. Así que Nacht se hizo con los poderes del Hombre Maestro, dejando sin los suyos a Lohmer, y se enfrentó a Namor.
Pero Lohmer, aun sin poderes, fue parte de la derrota de Nacht, al causar una explosión que los dejó a los tres por muertos.
Pero no habían muerto. Lohmer se escabuyó como pudo entre los escombros, huyendo desde entonces, pues sabía que ninguno de sus dos excompañeros le perdonarían jamás su traición. Los otros dos lograron cavar un túnel, y también escaparon.
Llevaba meses huyendo. Había abandonado su amada Alemania, se había refugiado en Africa. Luego Sudamérica. Consiguió entrar en los Estados Unidos, el país que más odiaba. Pero siempre sentía en su nuca el aliento de sus perseguidores. No podía parar.
Dobló una esquina. Y chocó contra un muro. No, no era un muro. Era Nacht. El golpe lo mandó a varios metros de distancia, dejándolo atontado.
«Ya eres mío, Lohmer. Esta vez no escaparás.»
Se avalanzó sobre él, de un poderoso salto, y juntos atravesaron la pared que se alzaba trás ellos, entrando en un edificio abandonado.
Lohmer se incorporó como pudo. Extrañamente, Nacht se había detenido. Al mirar a su alrededor, lo comprendió. Estaban en un laboratorio. Había varios monitores, y unos grandes tubos contenedores… y en uno de ellos había un hombre congelado.
«Mein Gott… Unmöglich!«, gritó Julia, que había entrado tras Lohmer.
El hombre congelado tenía el rostro de Bucky, el verdammt compañero del Capitán América.
Julia, ignorando por completo a Lohmer, se acercó al contenedor.
«Querido, no sé cómo, pero… ese hombre es Bucky.»
«¿Bucky?», contestó extrañado Nacht. «¿No murió tras la guerra?»
«Eso se creía… enfrentado a Zemo, si no recuerdo mal… pero… si el Kapitän resucitó…»
«Tienes razón, querida… ¿Qué hacemos con él?»
«No sé… podríamos matarlo… o usarlo.»
«¿Usarlo? ¿Cómo?»
«Resucitarlo y usarlo para vengarnos del Kapitän, por supuesto…»
Mientras discutian, Lohmer aprovechó para alejarse, escabuyéndose entre las sombras…
Jim Hammond acababa de escribir unos informes en su oficina de Oracle. Llevaba una vida bastante rutinaria desde que perdió sus poderes flamígeros y se hizo cargo de la compañía que creara Namor. Al menos, su vida con Ann, la viuda de Toro, iba de maravilla…
Su monitor se iluminó. Acababa de recibir un correo electrónico. Lo abrió y lo leyó… era un mensaje automático, generado por un computador en un laboratorio del FBI…
El mensaje estaba dirigido para Namor, pero le había sido redirigido a él debido a que estaba de vacaciones…
Aparentemente, alguien había invadido el laboratorio en cuestión y había despertado al «Durmiente»…
Jim recordó que Namor le había hablado de este laboratorio. Había llegado a un acuerdo con el FBI para hacerse cargo de Jack Monroe, el Nómada, como favor a su viejo compañero, el Capitán América… no sabía por qué no habían traido el cuerpo a Oracle, suponía que sería parte del acuerdo…
Ahora, según el ordenador, alguien estaba secuestrándolo… no había forma de que Namor llegara a tiempo; él, sin poderes, tampoco era ninguna ayuda; y, seguramente, mandar a la policía sólo causaría víctimas…
Sólo se le ocurría una persona a la que llamar.
Cogió el teléfono y pulsó uno de los números almacenados en la memoria.
*¿Sí?*
«Jacqueline, soy Jim. Necesito tu ayuda.»
CONTINUARA
¡Hola a todos!
Aqui os presento una nueva serie, u otro nuevo plagio, como prefirais, jejeje. Es que tras tanto leer la JSA (serie que recomiendo a todo el mundo), me ha dado tanta envidia que no haya algo parecido en Marvel, que me he tenido que poner yo a hacer algo…
Como podreis ver, aquí hay tanto héroes nuevos como viejos, invasores originales, herederos de héroes de la Golden Age, y alguno nuevo. Espero que os guste la mezcla…
Eso si, los números serán cortos, que así me aseguro que puedo mantener una periodicidad más o menos aceptable, que me conozco…
Y para los que opinen que tengo muchas series… pues sí, es verdad… pero a Drew le quedan dos números, a X-Force también, y Mundo Encadenado está a la mitad… así que son menos de las que parecen…
¡MarvelTópicos saludos!
— Carlos