Joss Ryan era un chico normal, hasta que un día sus poderes mutantes salieron a la luz. Ahora se enfrenta a un mundo para el que no está preparado bajo el nombre de Marvel Kid.
Vol. 2 #4 – El lobo, el carnero y el ciervo
Por Carlos Correia
Fecha de publicación: Mes 177 – 1/13
Nota: esta serie transcurre antes de las Guerras Infernales
El edificio es el típico edificio de oficinas diseñado por algún arquitecto famoso. Tiene forma de U, con las plantas en pirámide, y una fuente en el hueco que queda entre las dos alas, por donde está el hall principal.
Me dirijo a la puerta. Llevo en la mano el papel con la cita. Todo esto es rarísimo. Hace una semana (1), un vampiro llamado Angel y su compañera Cordelia me salvaron de un incubo, que resultó ser mi compañero de trabajo Rob. Sí, mi vida es así de rara. Cosa de ser un mutante, supongo, aunque Júbilo dice que lo mío se lleva la palma.
Como iba diciendo, Angel y Cordelia me salvaron de un incubo, y me dijeron que me estaban buscando. Resulta que son viejos amigos de Buffy Summers, una cazavampiros que conocí el año pasado en mi ciudad, y que me salvó de otro demonio, que había invocado la niñera de mi ex novia para vengarse porque la había dejado.
Si lo pones todo junto suena a cómic malo, ¿verdad?
El caso es que Angel me dijo que necesitaban mi ayuda, que Buffy les había hablado de mí y creía que yo podría ser lo que necesitaban.
Angel y su equipo estaban investigando a Wolfram & Hart, una famosa firma de abogados angelina. Dicen que son especialistas en demonios, que, de hecho, son una firma de otra dimensión, demoniaca, que ayuda a los demonios en sus problemas legales en este mundo. Ah, y que quieren conquistar la Tierra, claro.
No sé por qué, pero me lo creo.
El caso es que necesitan a alguien dentro, alguien de fuera de su equipo. Wolfram & Hart están muy interesados en mutantes, y convocan becas para universitarios. Yo reúno las dos condiciones, así que he solicitado una cita con el Departamento de Recursos Humanos para ver si así consigo entrar. Una vez dentro… bueno, en realidad sólo quieren que entre, esté unas semanas allí, y les cuente. Parece sencillo, y encima le vendrá bien a mi currículum.
Entro en el hall. Paso por el arco, y el de seguridad me indica que debo coger el ascensor hasta la primera planta. Seguro que sus sistemas ya les han dicho que soy mutante. No creo que lleguen hasta a descubrir mis poderes, ni siquiera la Patrulla-X tiene algo así. Pero bueno, mejor que no sepan que tienen a un «Superman» dentro de sus puertas.
Salgo del ascensor, y hay una chica en recepción que me indica que espere un momento. Me siento en la sala de espera, y echo un vistazo a las revistas. Las Kardashian están en todas, como siempre.
Me llama la muchacha, y me dice que entre. Es un despacho pequeño, con un escritorio de madera clara, unas librerías y un par de sillas de confidente. Un hombre de unos cincuenta años, calvo, está sentado tras la mesa. Con un gesto me indica que me siente.
«Joss Ryan», dice al fin, tras casi un minuto en silencio, mientras leía mi currículum. «Veo que está cursando estudios informáticos, y algo de física.»
«Así es», le digo. Mis dos aficiones… aparte de volar entre rascacielos y cargarme demonios, se entiende.
«Me llamo John Drapper. Soy el encargado de selección de becarios de Wolfram & Hart. Yo decidiré si usted pasa a formar parte de nuestro programa de aprendizaje.»
Vuelve a callarse. No sé si quiere que diga algo, o intenta ponerme nervioso… más de lo que ya estoy.
«¿Por qué quiere trabajar en Wolfram & Hart, señor Ryan?», me pregunta al fin.
«Bien», carraspeo. «Creo que es una buena oportunidad de futuro, que añadir el nombre de Wolfram & Hart a mi currículo me abrirá muchas puertas. Además, tengo entendido que tienen unos laboratorios impresionantes.»
«¿Y por qué nosotros? ¿Por qué no LL&L, por ejemplo?»
«Vuestro programa es más importante. Me reconocerían créditos en la universidad, y, además, está más cerca del campus, lo que me facilitaría los transportes.»
«Veo que lo tiene todo pensado, señor Ryan.»
«Me encantaría poder trabajar aquí, señor Drapper.»
«Gracias. Vuelva a la sala de espera. Le diremos algo en unos minutos.»
Salgo de la habitación, cerrando la puerta tras de mí, y me siento otra vez en la misma silla de antes. Saco el móvil, y le envío un par de whatsapp a Aly. No estaba muy tranquila cuando le conté todo el plan, así que la intento tranquilizar. Sin poner nada obvio, claro, que seguro que aquí monitorizan todo.
Al cabo de un rato, suena el teléfono de la secretaria. La chica habla en voz baja, asiente con la cabeza, y me dice que vuelva a entrar.
Ahora hay alguien más en la habitación. Deben tener una puerta trasera, porque no he visto entrar a nadie. Es un tipo de treinta y tantos, vestido con un elegante traje negro. Pelo engominado, sonrisa profident… si no es un demonio, lo parece.
«Señor Ryan, soy Jack Woolf, supervisor del programa de aprendizaje de Wolfram & Hart. Mi colega y yo hemos estado hablando sobre su candidatura. Creemos que, visto su expediente académico y la magnífica presentación que nos ha entregado, estaríamos encantados de que pasara a formar parte de nuestra familia.»
Me extiende la mano, y se la doy. Me siento como si le estuviera vendiendo mi alma al diablo… literalmente.
Llevo ya dos semanas aquí.
Esto es alucinante. Tienen un laboratorio realmente impresionante. Los programadores son unos frikis de cuidado, pero demonios… ni uno.
No he vuelto a ver a Angel ni a sus amigos, aunque hemos estado en comunicación continua. De momento nadie ha dicho nada sobre mis poderes, ni magia, ni nada. Mucho trabajo, aunque, bueno, como he tenido que dejar la cafetería, el dinero no viene mal.
Aly está preocupada, me ha dicho un par de veces que lo deje, pero… no me sentiría bien si lo hiciera. No sé, supongo que me siento responsable del mundo, tener poderes te hace sentir así… salvo que seas un supervillano, claro.
Júbilo se ha ofrecido a venir a ayudarme, enviarme a toda la Patrulla y al Doctor Extraño y a no sé quién más, y destrozar a todos esos demonios. Pero Angel dice que no puede arriesgarse, que son demasiado poderosos.
El caso es que no sé qué hacer. No puedo salir del área que tengo autorizada, así que no puedo investigar mucho.
Habrá que seguir con la tarea…
Hoy tengo jornada intensiva de fin de semana. De hecho, nos quedamos los becarios aquí a dormir y todo. Quizás sea la oportunidad que buscaba.
El día pasa sin incidentes. Tengo un par de compañeros muy simpáticos, y nos llevamos bien. En la cafetería hablan mucho sobre esos «Cruzados» que han aparecido, sustituyendo a los Vengadores. Y también dicen que en internet circulan muchas historias sobre posesiones demoniacas, vampiros y fantasmas… vamos, cosas que yo ya me he dado cuenta. ¿Habrá algún motivo para que haya tantos (2)?
Cuando por fin se acaba el turno, uno tiene que quedarse vigilando el experimento. Me ofrezco para el primer turno, a ver si puedo escaquearme un poco.
A la una de la mañana, no se oye ni un alma en el edificio. El laboratorio está en el primer sótano. Hay cámaras en los pasillos. La única forma, creo, es meterme por los conductos del aire acondicionado… muy «Jungla de Cristal», pero…
Me pongo la máscara y el traje. Al menos, disimulo.
El túnel está oscuro. Menos mal que mi máscara lleva algo de visión nocturna…
La idea es ir a zonas a las que no tengo acceso. La duda es, ¿arriba o abajo? Arriba están los despachos de los jefes, pero a estas horas no debería haber nadie. Abajo hay un sótano más… Iré allí. Tengo que llegar al hueco del ascensor para descender. Tras un par de vaivenes, llego. Menos mal que me oriento bien. Hay una rejilla. Un pequeño rayo, concentrado en los bordes, y la desencajo. Espero unos segundos, no vaya a haber hecho saltar alguna alarma. Todo sigue en silencio. Echo un vistazo. El ascensor está arriba, parado. Me meto en el hueco y vuelo hasta la planta inferior. Otra rejilla. Podría abrir la puerta, pero ahí seguro que hay cámaras. Así que seguimos por lo conocido. Me arrastro por el conducto, que menos mal que es ancho, puedo ir a gatas.
Llego a una de las rejillas. Me asomo. Hay luces tenues, pero no se ve a nadie. Al fondo del pasillo se ve más claridad, así que hacia allí me dirijo.
A medida que me acerco, la luz brilla con más fuerza. Sale de una puerta metálica, cerrada a cal y canto. Los tubos de ventilación no llegan a su interior, así que… ¿qué hago ahora? Me da en la nariz que ahí es donde tengo que mirar.
Envío una foto a Angel. Me dice que espere. Viene de camino. Así que me acomodo lo mejor que puedo.
Al cabo de un rato, se abre la puerta del ascensor. Son cerca de las dos de la mañana. Aun me quedan dos horas de «vigilancia» del experimento. Espero que me dé tiempo a volver.
Del ascensor salen dos hombres, que arrastran por los pelos a una mujer, que patalea y chilla. No, no son hombres. Tienen pequeños cuernos, y la barbilla con una especie de cicatrices que la divide en tres partes.
La chica lleva ropas muy chillonas, y escasas. Parece una prostituta, la verdad. No me extrañaría, si la van a usar para algo satánico… mejor alguien que no llame mucho la atención.
Abren la puerta. Dentro se ven velas, y un pentagrama en el suelo. Y un tipo con calvo con bigote, enfundado en una especie de bata gris.
Cierran la puerta tras ellos. ¿Qué hago? Si espero, la chica está perdida. Pero no sé si yo solo podré con magos y demonios.
Se oye un cántico. Y la chica no deja de gritar… ¡maldita sea!
Salgo de los conductos, y cargo contra la puerta, que no resiste mi superfuerza. Antes de que puedan reaccionar, me encargo de los dos demonios. Un par de rayos y a tomar por saco.
El calvo está dentro del pentagrama. La chica flota delante él, con los ojos en blanco.
«Déjala ir», le digo. «O tendré que herirte.»
El tipo se ríe. Tiene un puñal en la mano. Le disparo, pero el rayo desaparece al atravesar el pentagrama.
«Tus poderes no pueden con la magia de Thule, crío», habla.
«¿Thule? Creía que esto era Wolfram & Hart.»
«Los señores del Lobo, el Carnero y el Ciervo se han aliado con Thule. Juntos, dominaremos el mundo.»
«Si me dieran un dólar por cada vez que he oído algo parecido…», respondo, irónico.
«Niño, sal de aquí. Al dios cornudo no le importará otra víctima más en su nombre.»
Como única respuesta, le vuelvo a disparar… aunque con el mismo resultado. Ojalá Angel llegue pronto.
Oigo movimiento detrás de mí. Los demonios se están levantando. Me elevo, para controlar mejor la situación.
Uno saca una espada… bueno, de dentro de su barriga. ¿He dicho ya que odio la magia? El otro coge una antorcha de la pared como arma. Necesito algo para defenderme, así que arranco la barra de seguridad de la puerta que he derribado. No es que sea muy fuerte, pero servirá… espero. Detengo con ella la antorcha, mientras esquivo el mandoble del otro. Los demonios son fuertes, antes los pillé por sorpresa, ahora es otra cosa.
El de la espada es más peligroso, tengo que desarmarlo. De un rayo lanzo al otro contra la pared, y cargo contra el de la espada, golpeándole con la barra. No sé si mi invulnerabilidad funcionará con esa espada. Tiene pinta de ser mística. De hecho, de un tajo me deja sin barra. Le lanzo otro rayo, pero lo para con la espada.
El mago, mientras, sigue con sus cánticos. No puedo atravesar su pentagrama, pero… cojo al demonio de la antorcha y lo lanzo contra el mago. La energía mística chisporrotea. El demonio grita… y cae al suelo. Pero no él solo. También el mago y la chica. Parece que he logrado romper la barrera….
«AAARGH»
¡Mi espalda! Está… sangrando. El otro demonio ha aprovechado para darme con su espada. Maldita sea, duele como el infierno… no puedo mantener la consciencia… me… caigo…
CONTINUARÁ
(1).- En el número anterior, para ser exactos.
(2).- Nosotros ya lo sabemos, se llama Guerras Infernales…
KIDMAIL!
¡Vamos con el correo!
Ibaita dice: «Hmm, me gusta lo de meter otra trama para mantener la emoción sobre lo de la cámara. Lo que no sé es si confluirán o no… supongo que mientras me toca romperme la cabeza para intentar adivinar algo.«
Aunque muchas veces no lo parece, todo tiene un sentido en mis historias. Buffy salió en la primera temporada. Aquella historia tiene relación con ésta. La cámara tiene relación con historias de la primera temporada. Todo está relacionado. La cosa es que me salga bien…
Tomás Sendarrubias: «Dios mío, como me ha recordado el principio a los libros de True Blood. Joss es como Sookie, llega a trabajar… y aparecen los vampiros. Como mola, crossover tardío con las Guerras Infernales…«
No, esto es anterior a Guerras Infernales… toda la temporada es anterior (quizás al final confluyan, aun no estoy seguro)
¡MarvelTópicos saludos!
Pues igual debería echar otro vistazo a la temporada anterior, que la tengo un pelín olvidada. Qué nostalgia…
Sí, echale un vistazo… a ver si subo los números, pero es que las portadas son lo complicado 😀