Estela Plateada. Señor del Fuego. Legado. Sota de Corazones. Bill Rayos Beta. El Hombre Imposible. Poseedores de poderes sobrehumanos que han jurado preservar el status quo del Universo.
#3 – Algunas revelaciones
Por Bergil
Fecha de publicación: Mes 3 – 7/98
Siendo como era hogar de los Eternos, pocas veces en Titán se había visto tal concentración de poder en tan pocos seres.
El primero en llegar fue Estela Plateada. En ninguno como en él bullía el poder cósmico obsequio de Galactus; esto, unido a su falta total de emociones, le había hecho acelerar al máximo. Así, llegó a Titán sólo dos horas después de recibir el mensaje del Hombre Imposible.
A continuación llegó Ganímedes. De todos los allí reunidos, era la menos veloz; sin embargo, la proximidad de su punto de partida a Titán compensaba de sobras esta deficiencia. De hecho, era la única que se encontraba en el sistema solar de la Tierra al recibir el mensaje.
Poco después llegó el Superskrull. A diferencia de Norrin Radd, sí tenía sentimientos; pero la lealtad que sentía hacia la Emperatriz le permitía borrarlos de un plumazo y concentrarse en la misión encomendada sin vacilaciones.
En cuarto lugar apareció el Capitán Marvel. Tenía casi tanto poder crudo como Estela Plateada, pero era el que se encontraba más alejado en el momento de recibir el mensaje. En concreto, estaba en la Nebulosa del Caballo a mil doscientos años luz de Titán.
En penúltimo lugar apareció el Señor del Fuego: ni estaba tan cerca como Ganímedes, ni tan lejos como Genis; no era tan rápido como Norrin Radd, ni tan lento como la célibe; ni tan lógico como Estela Plateada, ni tan sujeto a dudas como Capitán Marvel. En resumen, estaba en el justo medio, y no tenía prisa alguna.
Finalmente, apareció Sota de Corazones. Al ver al zennlaviano, volvieron a su mente las palabras que le dirigió la última vez que se vieron: «¡Nos has quitado los motivos que teníamos para seguir viviendo, so masoquista! ¿Por qué te metes en los asuntos de la gente? A ti no te preocupa qué es lo que los demás consideran importante. No me gusta el papel de héroe. Salvar el Universo no me produce ninguna satisfacción. Sólo me ha traído dolor. Me ha quitado mi humanidad y todo lo que amaba. No te metas en mi vida«. A pesar de lo que había dicho al Hombre Imposible, había reflexionado, llegando a tomar conciencia de lo egoísta de su actitud en aquel momento. Por ello, se dirigió hacia Estela, con ánimo de pedirle disculpas. Sin embargo, no llegó a dirigirle la palabra: una figura vestida de negro y lila se echó en sus brazos, al tiempo que le daba un cálido y prolongado beso.
«¡Oh, Jack! ¡Si supieses cuánto te he echado de menos!», exclamó Ganímedes cuando despegó sus labios de los de él.
«No más de lo que yo te he echado a ti, nena. Y ahora, zennlaviano…» Estela se volvió hacia él sin que su expresión mostrase ninguna emoción (tampoco podría hacerlo, puesto que no las poseía). Recordaba perfectamente en qué términos se separaron él y el contraxiano; pero también sabía que, pese a todo su considerable poder, el mestizo no suponía amenaza alguna para él.
«¿Sí, Sota?»
«Quería pedirte disculpas por las palabras que te dirigí la última vez que nos vimos. Me he dado cuenta de que la culpa no era tuya».
«Es bueno que hayas llegado a esa conclusión. La animosidad que sentías hacia mí era completamente ilógica.»
«Ya, bueno… gracias, en cualquier caso.»
«Perdón, caballeros y dama». Aunque suave, la voz de Mentor, patriarca de los Eternos de Titán, poseía la cualidad de hacerse oír a través de cualquier conversación, concitando la atención de aquellos a los que se dirigía. «Si no tienen inconveniente, creo que el que les ha convocado aquí quiere explicarles la razón de esta asamblea. Puedes hablar, poppupiano», añadió, dirigiéndose al Hombre Imposible».
«Gracias, viejo. Bueno, probablemente os estaréis preguntando por qué os he reunido aquí. Aunque os parezca imposible, no se trata de una broma de las mías. De hecho, me encontraba yo flotando pacíficamente en el espacio, cuando una voluntad exterior a mí me poseyó y me indujo a teleportarme en medio de una flota de naves, dirigida por una tal Escotebote, o algo así».» Ante la mención de aquel nombre no se produjo reacción alguna. El único de los presentes para el que significaba algo carecía de sentimientos, y consideró más lógico esperar a que el Hombre Imposible finalizara su historia.
«Una nave realmente curiosa, si queréis saberlo. Piensa y habla, y se mueve muy rápidamente. Así que allí estaba yo, saltando de un extremo del Universo, conocido o no, al otro mientras os iba reclutando, lo que…»
«¡¡¡ESPERA UN MOMENTO, DESECHO POPPUPIANO!!!», bramó Kl’rt. «¿Quieres decir que osaste adoptar la forma de nuestra sagrada emperatriz para enredarme en tus líos?».
«Por si no has estado escuchando, todo este asunto no ha sido en absoluto idea mía; yo lo habría hecho de un modo bastante más divertido. Hay alguien que me estaba controlando. Por otra parte, nadie parece tomarme nunca en serio; eso, unido a que las últimas relaciones del Plateado con vosotros los skrulls no han sido precisamente amistosas, hizo que pensase que, cabeza cuadradas como sois los skrulls, ése era el modo más limpio y rápido de conseguir que vinieras a este satélite de Sol-6. Y pensé bien, a tenor de los resultados. En fin, para terminar, diré que la flota pertenece a la raza de los korbinitas, un pueblo que navega hibernado por el espacio a la espera de encontrar un planeta que sustituya como hogar al que perdieron; y que el peligro en que se encuentran es que el Primigenio de Universo llamado el Coleccionista, deseoso de añadir a su colección toda una raza hibernada, por no hablar de una nave sentiente, piensa apoderarse de ella».
Inmediatamente se alzaron murmullos de indignación ante la vileza de tales propósitos. Sin embargo, la voz de Estela Plateada se impuso a las demás.
«Tus últimas palabras confirman mis sospechas iniciales, poppupiano. Tu historia es falsa»
«¿Pero es que nadie me va a creer aquí?», gimió el Hombre Imposible.
«Me has entendido mal. Los hechos narrados por ti son ciertos; lo que es falso es el fondo del asunto. Es cierto que los korbinitas fueron hibernados ante la destrucción de su planeta; es cierto que fueron depositados en una flota, vagabunda por el espacio a la búsqueda de un hogar; es cierto que a la cabeza de la flota situaron una nave sentiente denominada Skuttlebutt…»
«¡Ese es el nombre: Escogelbote!», gritó Impy.
«Y aún más: como guardián de la flota colocaron al ser que varios de nosotros conocemos como Bill Rayos Beta1. Pero a partir de aquí, los hechos son falsos. La raza de Bill fue exterminada sin piedad por los Axi-tun y su demente líder Votan, impulsados por la radicalización de su creencia de ser superiores a las demás razas del Universo2. Lo cual es una lástima, porque existe un lugar en el que los korbinitas podrían morar en paz: el conjunto de mundos conocido como el Puño, en el que seres de diferentes razas habitan al margen de los imperios galácticos que todo nosotros conocemos3. Pero volviendo a lo que nos ocupa, hay que señalar que, además, la nave del Coleccionista orbita en estos momentos la Tierra4, como nos podrá confirmar I.S.A.A.C.»
«En efecto», resonó la mecánica voz de la computadora planetaria de Titán.
«La nave del primigenio llamado Taneleer Tivan, también conocido como el Coleccionista, orbita en estos momentos el mundo que sus habitantes denominan Tierra, tercero de este sistema solar por su proximidad a la estrella».
«Gracias, I.S.A.A.C.», exclamó Norrin Radd. «Por tanto, esta charada se trata de una trampa. Además, que el ser que la ha orquestado haya logrado controlar al Hombre Imposible, sabiendo como sabemos que los poppupianos tienen el total control de sus átomos5, indica que se trata, sin ningún género de dudas, de un ser de gran poder. El dirigirnos contra otra entidad poderosa como es el Coleccionista indica asimismo que prefiere las maquinaciones al enfrentamiento directo. Un ser tan poderoso y astuto es, sin duda, un peligro para los demás seres del Universo. La única salida lógica es enfrentarlo y detenerlo».
«Sin embargo», señaló I.S.A.A.C., «la flota existe. Mis sensores de largo alcance detectan un gran conjunto de naves enfiladas hacia el Imperio Shi’ar. Y, extrapolando su trayectoria, puedo deducir que partieron de un lugar próximo a Antares».
«Es perfectamente posible», replicó Estela, «puesto que la plaga sólo eliminó a los korbinitas, pero no afectó a sus naves. Es indudable que el mismo ser que ha orquestado esta farsa se ha apoderado de la flota. En cualquier caso, resulta improductivo perder más tiempo. Sugiero que partamos con la mayor brevedad al encuentro de la flota, ya que, sin duda, esto es lo que pretende nuestro enemigo.»
«Disculpad,» dijo una voz profunda,» pero quisiera acompañaros.»
«Por supuesto, Drax. Tu poder, aunque ya no se encuentre aumentado por tu Gema del Infinito, no deja de ser considerable, y es una medida prudente contar con él ante lo que se nos puede avecinar. Pero, ¿cómo es que quieres acompañarnos?»
«Una voz ha sonado en mi cabeza, diciéndome que sería bueno que os acompañara. Ahora que he recuperado mi inteligencia6, no me hace ninguna gracia que alguien intente controlarme. Me gustaría saber quién es ese desgraciado.».
«Es indudable que éste es un nuevo movimiento de nuestro misterioso oponente. Se hace más necesario que nunca que dejemos de ir un paso por detrás de él y que tomemos la iniciativa. ¡Partamos ya! Adiós, Mentor»
Un instante después, en el salón sólo quedaba Mentor.
«Les deseo suerte, I.S.A.A.C. Me temo que la van a necesitar».
1.- Como se contó por primera vez en THOR # 338 USA
2.- Serie limitada STARMASTERS y COSMIC POWERS UNLIMITED # 4 y 5 USA
3.- Serie Limitada «Saqueadores Estelares«
4.- Quasar # 64 MarvelTopía
5.- Se dijo en 4 Fantásticos # 188 USA
6.- En Poderes Cósmicos Unlimited # 4 U.S.A.
En el próximo número de Poderes Cósmicos: Nuevas incorporaciones a la fuerza de los héroes. Y por fin se desvela la identidad del ser que ha montado todo este tinglado.