Por Ibaita
Fecha de publicación: Mes 176 – 12/12
VOLUMEN II: LOS VENGADORES
Número 30: Invasión (VI de VI)
Avalancha usó su poder para hacer pedazos al Hombre Absorbente, que mientras caía se fue transformando en arena. La batalla parecía estar igualada; el mutante usó sus ondas sísmicas para hacer retroceder la nube de arena que le rodeaba, pero sólo lo consiguió en parte. Parte de la arena entró en sus pulmones y comenzó a toser sangre mientras caía al suelo de rodillas.
Wanda se encontraba tendida en el suelo, en camisón. Una princesa indefensa atrapada en su habitación. Las lágrimas le corrían por la cara mientras miraba a su alrededor.
Su protector, Masacre tenía los huesos totalmente destrozados; no se podía poner en pie. Su otro supuesto protector, Cortez, se encontraba herido pero atento a lo que pasaba, dispuesto a atacar. Su padre, Magneto, seguía de rodillas, con sólo un leve atisbo de consciencia que no le permitía ver lo que estaba pasando. Iron Man se encontraba de pie frente a él. Le apuntaba con la mano, el rayo repulsor que estaba a punto de lanzar le mataría.
-¡No!-sollozó Wanda. Extendió la mano y la armadura de Iron Man chisporroteó. Los sistemas se apagaron.
La princesa cayó al suelo agotada. Al menos había salvado a su padre.
-¿De verdad crees que no estaba preparado para esto?
La pesada armadura de Stark cayó al suelo pieza por pieza. Vestido con un mono, con la cara descubierta y esgrimiendo una sonrisa cansada, el millonario se deshizo de la armadura suelta.
-Cortez, será mejor que te agarres-dijo tendiéndole la mano.
Éste obedeció confuso. Bajo el mono, el torso de Stark brilló. Lo que quedaba de la armadura original, dedicada a salvar la salud de su corazón. Un pequeño propulsor oculto en la mochila hizo que los dos salieran volando con escaso control por la brecha de la pared. Escasos segundos después, la armadura tendida en el suelo explotó.
Para ser tan pequeña, la onda expansiva no lo fue. Todo el ala del palacio se desintegró en una explosión que hizo salpicar escombros hasta el nivel de la calle. Allí, se reunieron.
Stark, sin su armadura, se encontraba sentado en el suelo. A su alrededor estaban el Hombre Absorbente, probablemente el único superviviente de la explosión; Spiderman, herido por la espada de Masacre; la Cosa, que miraba a su alrededor con desconfianza; y Fabián Cortez, sin una mano como recuerdo de la batalla.
El helicóptero de SHIELD llegó pronto, dejando caer una escalera. Lo que quedaba de los Vengadores subió con la ayuda de algunos agentes. El comandante Gabe Jones, un hombre negro de edad ya avanzada, les tendió la mano.
-Buen trabajo. Habéis perdido dos hombres, pero el asesinato de Magneto está cumplido.
-Sí… Eso es-gruñó Iron Man mientras se asomaba por la puerta aún abierta del helicóptero-. ¡Cortez! ¡El país es tuyo! ¡Más vale que no la cagues!
El último acólito le miró desafiante mientras el helicóptero se alejaba.
Entonces, oyó un ruido a su espalda.
La katana le atravesó el hígado y se fue retorciendo poco a poco. Cortez gritó de dolor con todas su fuerzas.
La terrorífica risa de Masacre resonó a dos centímetros de su oído. Aún con la katana clavada, seguía sintiendo perfectamente el olor a carne quemada del hombre que se había arrastrado a través de los escombros. ¿Es que nada podía matarlo?
Casi una hora después, la masa informe que quedó de Cortez se estrelló contra el suelo sobre un charco de su propia sangre, mientras el acólito bocazas se alejaba tambaleándose.
Colombia.
John Walker hizo una seña mientras sujetaba su fusil. Las hojas les cubrían perfectamente aunque no llevaran el camuflaje en aquel momento.
-Ojo de Halcón-susurró-. Al del tejado.
Una certera flecha salió volando desde la maleza y se hundió en un centinela que paseaba por el tejado, matándole instantaneamente en perfecto silencio.
-Vale, al muro, rápido.
Walker corrió por la selva haciendo un ruido considerablemente bajo, y cuando llegó al muro de piedra que rodeaba la fortaleza del cártel se tiró, apoyando la espalda contra la fría piedra. Sus agudos oídos detectaron otro centinela, pero una mirada a otro de sus compañeros le hizo comprender que él también lo había oído. A Bullseye no le queda munición en su pistola con silenciador, pero el cuchillo dio de lleno en el blanco.
-Otro saliendo del patio.
La única mujer del grupo le vio y se colocó detrás de él. El crujido sordo fue la señal de que la Asesina de Hombres acababa de romper el cuello del colombiano.
-¿Y ahora qué, USAgente?-susurró Bullseye limpiando su cuchillo.
-Sólo quedamos cuatro vivos, sin camuflaje, sin antibalas, con sólo un arma y sin silenciador. Seguro que SHIELD admira lo que vamos a hacer. Se acabó el sigilo, asalto directo.
Con un prodigioso salto de más de dos metros de altura, Walker pasó por encima del muro mientras disparaba una ráfaga con su fusil, derribando a otros dos guardias. Los disparos resonaron en el silencio de la jungla colombiana.
La Asesina de Hombres atravesó corriendo el patio entre los disparos, mientras Ojo de Halcón le cubría con sus flechas, derribando con extraordinaria rapidez a cualquiera que la apuntara. La supersoldado derribó de una patada la entrada principal, tumbando también a varios de los guerrilleros del interior. Una bala la atravesó el costado antes de poder ocuparse de uno, pero aguantó. SHIELD la había dicho que tenía un nivel de fuerza inferior a 10. Así nunca podría unirse a los Vengadores, pero apreciaban su contribución. Claro.
Walker trepó el muro de la fortaleza mientras continuaba disparando. Había calculado unos cuarenta hombres en la base, y no podían quedar muchos. Derribó la puerta del almacén mientras lanzaba una ráfaga hacia su derecha, y se percató demasiado tarde de que se le habían acabado las balas.
Daba igual. Todos y cada uno de los guerrilleros del almacén habían sido eliminados. Dieciocho hombres armados tendidos en el suelo. De pie sobre ellos, con un cuchillo lleno de sangre, Bullseye sonrió a su superior.
-Fortaleza tomada.
Las bombas de humo rojo fueron lanzadas hasta que al cabo de tres cuartos de hora surgieron efecto. Un helicóptero descendió y se posó en el patio. Los cuatro agentes avanzaron hasta él. La compuerta trasera se abrió y Dum Dum Dugan salió a felicitarles.
-Vaaaya, vaya, si es uno de los jefazos. ¿Vacaciones en Colombia?-comentó Bullseye mientras entraba en el helicóptero, detrás de la Asesina de Hombres y de Ojo de Halcón. Dugan ni le miró.
-¿Desea algo, señor?-preguntó en cambio Walker, aún de pies frente al helicóptero.
-Sí. Has hecho un buen trabajo, USAgente. Creemos que puede haber varias toneladas de cocaína aquí. Acabamos de avisar a los otros helicópteros para recogerlas.
-Muchas gracias, señor. Ha sido un honor servir a SHIELD y a mi país.
-Precisamente eso es lo que quería comentarte. ¿Qué te parecería servir a tu país a lo grande? ¿Reencarnar a su principal símbolo?
-Señor, ¿está sugiriendo que…?
-¿Quieres ser el Capitán América, hijo?
Número 31: Ruinas
Luke Cage continuó andando. Llevaba ya varios kilómetros, pero lo mejor sería llegar a la frontera de Wakanda en pocos días. Iba arrastrando una camilla improvisada, donde llevaba al hombre llamado Shiro Yoshida.
Al fin y al cabo, aparte de tener superfuerza, él había sido el que le había atendido cuando cayó. Yoshida podía volar, y sus poderes ígneos le habían permitido destruir algunos Centinelas antes de haber sido abatido. Tenía heridas por todo el cuerpo, y probablemente no podría volver a andar, pero había sobrevivido. Podría haber sido peor.
-¿Así que antes te lo permitían?
-Sí, en Japón el gobierno no me perseguía, tenía una buena posición… Hasta que decidieron imitar a Estados Unidos y fundar un grupo de superhéroes. Big Hero 6, se iba a llamar. Me querían obligar a participar, y conseguí huir… Otro miembro del equipo, un samurái con una espada capaz de cortar cualquier cosa, me hizo una buena cicatriz… Pero vaya, supongo que ahora ya no se nota.
Luke iba a contestar cuando oyó el motor de un vehículo. Se giró y vio a su antiguo compañero de habitación, Rémy LeBeau, montado en una moto, con su novia Marie.
-Ey-dijo el cajún frenando ligeramente-. No te había visto desde el comienzo del ataque, pero veo que estás bien.
-Sí, no sé que habría hecho de no ser por mi resistencia, pero todo bien. Bueno… Todo lo que se puede.
-Ah, sí, una pena perder mi hogar otra vez. Y van tres. C’est la vie.
Gambito arrancó. Agarrada a él, Pícara estaba silenciosa. Aún no había podido olvidar todo lo que había tenido que hacer en los últimos meses y ahora esto. Bastaba para destrozar a cualquiera.
La moto recorría con rapidez los caminos sin asfaltar. La frontera con Wakanda aún estaba lejos, apenas se encontraban a 20 kilómetros de Genosha. Pero el cajún giró al ver una figura tendida en una roca a algo de distancia del camino. La moto dio un pequeño salto que hizo que casi hace que Pícara roce el pelo del motorista; y finalmente se detuvo junto al hombre tendido en el suelo.
-Oh. Rémy, ¿ése no es…?
-Sí. Joder, es él. Es el príncipe.
Gambito le agarró y le giró. Aún respiraba. Tenía la cara llena de barro, probablemente había bebido en algún manantial cercano. Hacía dos semanas que había desaparecido, tenía que haber sido duro.
-Marie, ¿tienes agua? Creo que la va a necesitar.
Los minutos fueron pasando poco a poco, y finalmente el príncipe Pietro recobró la consciencia.
-¿Qué… Qué ha pasado? ¿Sois genoshanos?
-Sí. Bueno, creo que ya no. Es una larga historia.
Mientras Gambito terminaba el cigarrillo que acababa de encender, Marie le explicó todo lo que había pasado.
-No… Padre… Eso es terrible. ¿Y Wanda…?
-No se han encontrado cadáveres, por lo que sé. Sasquatch estuvo hurgando en las ruinas y no encontró nada. Después se desmayó.
-¿Los Acólitos… siguen vivos?
-No he oído que haya ningún cadáver-dijo Rémy-. Pero lo más probable es que estén muertos, menos Sasquatch. SHIELD no suele dejar enemigos vivos.
-¿Y la Hermandad de Mutantes?
-Destino sigue viva, los demás no sé. Creo que Forja y Madrox la estaban llevando a Wakanda.
-Lo mejor será que busquemos ayuda-dijo Marie-. Alguno de los refugiados que pasen por aquí podrá ayudarnos.
Gambito y Pícara volvieron al camino, el primero cargando con el príncipe Pietro, y se sentaron a esperar.
-¿Y qué le pasó a vuesa merced?-preguntó Rémy con un muy ligero tono burlón.
-No sé quién me atacó. Americanos, a partir de lo que he oído. Pero las armas que tenían… No parecían de éste planeta. Me hirieron, no sé si me dieron por muerto. Fue dentro de Genosha. Me alcanzó un arma muy extraña… Me quemaba por dentro. Cuando sentí el impacto, corrí todo lo que pude, con toda mi velocidad. Llegué hasta aquí en pocos segundos y después caí. Aún siento ese ardor dentro de mí. Apenas puedo moverme.
-Curiosa historia. En la invasión no usaron esas armas, pero… Eh, ¿ése que va por ahí?
Triatlón se detuvo al verles y contempló sorprendido al príncipe.
-¿Príncipe Pietro?
-Triatlón. Estoy al corriente de todo lo que ha pasado. ¿Estás herido?
-No. Me dejaron inconsciente, nada más.
-Carga conmigo hasta Wakanda. Te lo contaré todo por el camino.
Despidiéndose con un saludo de la cabeza, Gambito montó en la moto con Marie y se alejaron por el polvoriento camino.
-Puedo llamar a uno de los vehículos de Forja por el intercomunicador-dijo Triatlón-. No lo estaba usando porque no hay suficientes y los heridos tienen prioridad, pero esto es una prioridad sin ninguna duda.
Los minutos fueron pasando hasta que un vehículo pilotado automáticamente se detuvo delante de ellos. Triatlón entabló conversación con los refugiados que ya se encontraban en el interior. Había una chica, Sally Blevins, que se había encontrado en el epicentro del ataque de los Centinelas; sólo había sobrevivido por el campo de fuerza que le otorgaba su poder. Algo parecido había parecido con Paige Guthrie, que se había salvado gracias a la dureza de su piel. Illyana Rasputin habia tenido más suerte, estaba ilesa, aunque usaba el vehículo por ser sólo una niña. Un tal Mark Raxton también había sido seriamente herido por los Centinelas.
Finalmente, tras unas horas, el vehículo llegó a su destino. Triatlón cargó con el príncipe Pietro hasta el centro del poblado; a la choza del rey T’Challa, la Pantera Negra.
Allí se encontraba T’Challa, sentado en su trono. Recibía entre sus invitados a Forja, Madrox y Destino. Todos enmudecieron al ver al príncipe. T’Challa avisó de inmediato a las enfermeras.
-Creo que nuestro principal problema son los refugiados. Estados Unidos no se rendirá. Aprovechará que Magneto ha caído para exterminar a todos los superhumanos que pueda; cada uno es una molestia-comentó Forja.
-No entrarán en Wakanda-dijo firmemente T’Challa-. Mis relaciones con ellos han acabado. Wakanda ya tiene el PIB más elevado del mundo. A partir de ahora sólo venderé vibranium a países que se encuentren en la misma situación que nosotros.
-No podrás hacer eso-replicó débilmente Pietro-. No te dejarán. Las pequeñas cantidades de vibranium que les vendes generan casi más beneficios que el petróleo iraquí.
-Claro que podré. Nunca ningún país ha podido invadir Wakanda.
-Entonces, ¿podríamos salvar a todos los refugiados? Madrox, ¿tus clones están controlando lo que pasa?
-¡No soy Madrox! ¡Nunca he querido serlo! Tengo sentimientos, ¿vale? ¡Madrox está en Genosha, ayudando a buscar supervivientes!
-Ah. Claro, perdona. Bueno. Entonces… lo que tendremos que hacer será aguantar como podamos.
Muy lejos de allí.
-Genosha ha caído-dijo finalmente Charles Xavier.
Todas las siluetas le rodeaban ansiosas. Un hombre con visor, otro con aspecto animal, uno más grande, otro más pequeño, otro algo apartado, otro de aspecto decidido, otro agazapado en un rincón, otra más delicada.
-Entonces-respondió Cíclope-, es hora de la nueva Patrulla-X.
CORREO: BASE DE LOS VENGADORES
Pues con esto acaba la trama principal del segundo volumen; ahora, unos cuantos números autoconclusivos, empezando por uno que recuperará a un personaje que llevábamos tiempo sin ver…
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Que mal me caen estos vengadores. Pero que mal… Yo contaba con Magneto para darles de ostias, pero se ve que no. ¡T´Challa! ¡T´Challa!
Y se acabó la batalla… aun no acaba el segundo volumen? Porque con el final de este número lo has dejado a huevo…
Prácticamente ha acabado, sí, pero he cogido la afición de poner alguna historia autoconclusiva al final de cada uno para contar cosas que no tendrían cabida de otra forma; por ejemplo, el origen de los 4F y la Patrulla-X en el anterior. En este segundo se verán sobre todo personajes que ya han aparecido por aquí pero que por un motivo u otro se salieron de la trama Vengadores-Genosha.