#1 – Origen I
La Tormenta
Por Pacou Miranda
Fecha de publicación: Mes 176 – 12/12
Lunes, 21 de Mayo
10:00 a.m. – Central City, Estación de trenes principal
El tren finalmente estaba llegando a su destino, Central City, la ciudad que siempre va rápido, una de las dos ciudades gemelas junto a Keystone City. Se llaman así no sólo por ser vecinas, si no porque son exactamente iguales, como el reflejo de un espejo. Los alcaldes se ponen de acuerdo a la hora de cualquier cambio en la infraestructura, si en una ciudad plantan un determinado árbol, en la vecina plantan el mismo árbol en el lugar correspondiente. Si se construye un edificio en Keystone City, deben tener también el permiso de Central City para construir otro igual ahí. Los arquitectos y constructores saben que ahí tendrán una oportunidad para conseguir el doble de trabajo. Las únicas diferencias entre Central City y Keystone City, radican en el nombre de las calles y en que en Central City sólo usan números pares y en Keystone City números impares, para que nadie confunda en que ciudad está.
Bartholomew Henry Allen, mas conocido como Barry, un joven rubio de 25 años esperaba en su asiento. Lleva años fuera, estudiando criminología y haciendo un master en Metrópolis, ahora vuelve a la ciudad que le vio nacer, la ciudad de sus padres. Una oportunidad se le presenta, si la entrevista de la tarde sale bien, tendrá trabajo donde siempre soñó de niño, en la comisaría de Central City. No recordaba desde cuando, pero siempre que le preguntaban, el decía que seria policía, que ayudaría a conseguir que los malos pagaran por sus actos. Según creció encontró también consuelo y satisfacción en la ciencia. Pese a que todo se quisiese hacer rápido en la ciudad, la ciencia requería de su tiempo justo, las pruebas necesitaban su tiempo para salir bien, no podías meterles prisa y eso para un chaval lento como Barry lo era todo. Decidió unir sus dos pasiones y debido a eso, está otra vez de vuelta en la ciudad.
Cogió su equipaje y bajó del tren en último lugar, los demás parecían llevar demasiada prisa. Al salir, se encontró con un joven afroamericano con rastas que le miraba sonriente.
– Sólo Barry «lento» Allen, puede hacer que un tren llegue tarde.- Dijo el joven mientras le abrazaba.
– No es culpa mía si el tren tiene una avería a mitad del camino y deben repararla Julio. – Contestó azorado Barry. Julio Méndez es su mejor amigo, desde niños, vecinos y siendo sus padres amigos, se podía decir que ellos también estaban destinados a serlo. Julio siempre bromeaba con Barry sobre su habilidad de llegar tarde a los sitios y fue quien acuñó el apodo de «lento» para Barry. Pese a eso siempre se habían apoyado mutuamente, en los buenos y en los malos momentos.
– Siempre resulta no ser culpa tuya Barry, aunque esta vez, tiendo a creerte. Venga vamos al coche y nos ponemos al día.
– Gracias por venir a recogerme Julio, avisándote con tan poca antelación.
– Estaba con tu madre y con la mía cuando, avisaste que llegabas hoy y que ella no podía venir. Créeme, no es que tuviese mucha opción por la mirada que me echaron, por suerte tengo turno de tarde en el laboratorio.
– Disculpa entonces la molestia…
– Corta el rollo, Barry, siempre te disculpas por todo, sabes que te tomaba el pelo. Te he echado de menos amigo.
Barry vio una floristería en la estación y se detuvo a comprar un girasol y un tulipán blanco. Julio compró un clavel negro y un tulipán blanco también. Metieron el equipaje en el coche y Barry se sentó de copiloto.
– Supongo que quieres hacer una parada en el cementerio.- Dijo Julio
– Si, hace mucho que no vengo. Debo presentar respetos.
– Bueno cuéntame, que tal por Metrópolis, ¿que tal las nenas de por allí? ¿Están tan buenas como parecen por la tele? ¿Alguna en especial?
– Tuve que estudiar mucho, y las pocas citas que tuve no salieron bien.
– Déjame adivinar, llegaste tarde y ya se habían ido.
– Es irritante que me conozcas tan bien.
– Jejeje, algún día deberás dejar de retrasarte por todo. Yo si que he tenido bastantes citas, tendremos que salir y apañarte una chica para ti, hay buen nivel también aquí en Central… ¿Recuerdas a Janet Perkins? Esa chica que era dos años menor que nosotros con gafas, aparato y que estaba en la banda de música. Pues el patito feo se ha convertido en cisne, no veas lo tremenda….
La conversación siguió bastante rato, con Julio poniendo al tanto a Barry de sus últimas conquistas. Es algo de lo que Barry siempre ha tenido envidia, la facilidad con la que Julio se abría a la gente, él era el extrovertido y Barry el tímido, el que no podía acercarse a una chica sin tirar algo o balbucear incoherencias. No tardaron en llegar al cementerio, se separaron y cada uno fue a la tumba de su padre. Otra cosa que tenían en común es que ambos perdieron a sus padres en sendos accidentes de trabajo. El padre de Julio era un respetado científico de Laboratorios S.T.A.R. y un experimento fallido acabó con su vida. Por el contrario el padre de Barry era un constructor que murió junto a varios compañeros más en un derrumbe que se produjo en el edificio que construían. Barry estaba posando el girasol sobre la tumba cuando sintió la presencia de Julio a tu lado.
– Era un buen hombre; nunca olvidare el día que nos dieron una paliza unos alumnos de cursos superiores en la escuela, y tu padre nos apuntó a boxeo en el gimnasio donde el aprendió. «Así al menos, sabréis defenderos y poder devolver un golpe en condiciones. La vida es dura y no os lo pondrá fácil, recibiréis muchos golpes. El boxeo es un buen método para que aprendáis a recibirlos y aguantarlos». Cuánta razón tenía. – Dijo Julio inclinando la cabeza.
– Si, lastima que recibiese más golpes de los que di y acabase tantas veces en la lona. – Dijo Barry con una sonrisa y una mueca de dolor al recordarlo.
– Pero eso fue culpa de tu personalidad. El entrenador siempre dijo que tenías la mejor técnica y el mejor juego de pies que había visto, pero que te faltaba la actitud necesaria para ganar. – Julio poso su mano en el hombro de Barry – Acuérdate de cuando peleamos con los chicos del gimnasio de Coast City, del chico ese que se jactaba de que sería un piloto como su padre. Pudiste haberlo noqueado, pero contenías tus golpes y por eso te ganó, te faltó el arrojo que él tenia.
– Jordan, si me acuerdo de él, pero al final si que le di algunos buenos golpes, incluso lo tire a la lona un par de veces, pero no parecía querer rendirse. Me dio un buen gancho en el último round. Pero ya sabes que nunca me gustó pelear, lo hacía para hacer sentir orgulloso a mi padre.
– Y lo estaba Barry, se le notaba siempre que hablaba de ti.
– Tu padre también lo estaría ahora, has seguido sus pasos y has llegado a ser científico de S.T.A.R, igual que lo fue él.
Barry y Julio se acercaron a otra tumba, en la placa ponía el nombre de Amy Barret. Había sido su mejor amiga, los tres siempre juntos, Sus padres siempre dijeron que eran como un triciclo y que Amy era la rueda guía, donde ella iba, ellos dos la seguían. Y hubo un día en que la amistad se tornó en amor. Tanto Barry como Julio estaban locos por ella, tanto que una semana decidieron que ambos se lo dirían a Amy ese sábado y que ella decidiese, aceptarían su decisión y no afectaría a su amistad. Pero antes de que llegase ese día, un desaprensivo quemó su casa, aun no se sabe como, matándola a ella y su padre. Su madre y hermana se libraron al estar fuera, pero a día de hoy, sigue sin saberse quien fue el culpable.
– La sigo echando de menos – Dijo Barry con un hilo de voz y ojos llorosos.
– Y yo, amigo y yo.
Ambos dejaron los tulipanes blancos, la flor favorita de Amy, en su tumba, y lentamente fueron a buscar un sitio donde comer y seguir poniéndose al día,
02:10 p.m. – Central City, Puente de Fox y Kanigher
Bajo el puente apareció de repente un hombre de unos 60 años, sus ropajes eran actuales pero desgastados, como si la tela tuviese mucho tiempo. Miró su reloj y se preguntó si estaba en el día adecuado. Iba armado con una pistola con un cañón grande. La revisó y poniendo el seguro la guardó en su espalda a la altura de la cintura.
No dejaba de pensar en que había sido mas complicado abrir la cerradura del almacén donde estaba el reloj temporal, que en el uranio necesario para su funcionamiento, que cuando fue diseñado el uranio era casi imposible de conseguir, para alguien normal, y que en su época lo usen como pilas, gracias al haber avanzado en los materiales de contención. Aún así el reloj gastaba el uranio rápidamente, debido a que le proporcionaba protección contra el llamado «equipo previsor de paradojas», un grupo de personas especiales encargados de controlar los viajes en el tiempo e impedir que se cambie la historia, que le devolverían a su tiempo en cuanto lo localizaran. Tenía que darse prisa en cumplir con su misión, la batería no duraría más de 4 días.
Avanzó hasta ver un kiosco de periódicos, y comprobó la fecha en uno de ellos. Era la correcta, estaba en el momento adecuado. Hacía mucho tiempo que no había visto un periódico en papel y coches de gasolina, y cabinas de teléfono y teléfonos móviles. En 50 años esta tecnología será obsoleta. Pese a todos los defectos de principios del siglo XXI seguía prefiriendo esa época, a lo que se había convertido el futuro. Vio una cabina telefónica, con una guía local de teléfonos, aunque podría usar Internet prefería buscar en la guía para disfrutar del tacto y olor del papel. «Geller, Mark – calle Carmine Infantino, nº 56» Ya tenía una dirección a la que ir.
05:30 p.m. – Central City, comisaría de policía central
Patty Spivot, una joven rubia y menuda, entró al laboratorio de criminalística, colocándose bien las gafas. Llevaba las pruebas que tenía que repasar para su declaración del caso Feller. Estaba todo bien cerrado, pero nunca estaba de más repasar las pruebas para no obviar nada cuando la interrogaran tanto la fiscal como el abogado defensor. Se sentó en su mesa y empezó el proceso.
– Ey Patty, ¿has visto el informe de huellas del caso Patterson? – Patty se giró para observar la oronda cara de su compañero James Forrest, un tipo grueso y de pasados los cuarenta. Éste se encontraba sentado y rebuscando en su mesa, mientras se quitaba migas de donut de su barba.
– ¿Has probado a mirar debajo de la caja de donuts? – Le contestó Patty con una sonrisa.
– Cierto, aquí está, gracias Patty – Con el informe ya en la mano.
– No sé como consigues aclararte con el desastre de mesa que tienes, ni como te las apañas para no contaminar las pruebas.
– Ya sabes que los genios trabajamos mejor en el caos, y tranquila se separar la comida de las pruebas importantes jeje.
– Lo sé, lo sé, pero me sigue asombrando. – Contestó Patty moviendo la cabeza de un lado a otro. Forrest era el experto en genética del laboratorio, y quien le ayudó a integrarse cuando entró a trabajar, así que lo consideraba un buen amigo, aunque a veces la sacara de sus casillas.
Patty siguió repasando las pruebas, cerciorándose de memorizar cada detalle relevante para el juicio, esperando que su explicación no fuese aburrida para el jurado. Sintió que alguien la observaba desde atrás y supo que solo podía ser el director David Singh.
– Spivot, ¿que estás haciendo? – Por el tono parecía cabreado, pero Singh siempre parecía estarlo. Una lastima, pensó Patty, si no fuese por ese carácter igual le gustaría, era un tipo guapo de treinta y pocos años, piel morena y perilla.
– Repasando las pruebas del caso Feller para el juicio de mañana, director.
– Pues repáselas luego, necesito que mi especialista en sangre analice estas muestras.
– Muy bien director, déjelas ahí y me pondré con…
– Las quiero para ayer, Spivot.- Dijo con tono autoritario interrumpiéndola.- A ver si conseguimos quitarnos unos cuantos casos y tener un respiro.
Singh se alejó con paso firme hacia su mesa. Patty sabía que por mucha prisa que se diese, los casos seguirían acumulándose, los últimos años el crimen había ido creciendo exponencialmente, pero no así los recursos para resolverlos, así que muchos casos habían quedado abiertos, teniendo que pasar al siguiente sucesivamente. Apartó las pruebas del caso Feller y se dispuso a empezar a trabajar con las nuevas muestras. Llevaba un poco trabajando en ello cuando alguien la sobresaltó agarrándola de los hombros.
– Patty, Patty, ¿te has enterado, lo has visto? – Kristen Kramer, la becaria, parecía contenta y sobresaltada, como un niño con un regalo por abrir.
– Por Dios, Kris, me has asustado, cálmate un poco, ¿de qué me tengo que enterar y que tengo que ver? – Contestó Patty algo molesta por la forma de abordarla.
– Lo mejor que le puede haber pasado al laboratorio, desde que pusieron sándwiches vegetales en las máquinas expendedoras.
– Venga Kris, no seas tan melodramática ni te hagas de rogar, suéltalo ya – sonriendo Patty ante las ocurrencias de su compañera.
– El capitán Frye, está entrevistando a un nuevo criminalista, y es muy guapo, ojala lo contrate, las vistas del laboratorio mejorarían irrefutablemente.
– Bueno, no te hagas ilusiones todavía, espera a ver si lo contratan. Aunque espero que pronto tengamos más ayuda por aquí. No damos abasto con tanto caso y pruebas. – Haciendo como que se desentiende del asunto, pero visiblemente interesada.
– Que sosa eres Patty. Espero que no tenga novia, veremos quién lo conquista antes Patty, aunque ya te digo que no pienso perder jeje.
Kristen se alejó mientras Patty la observaba. Era una chica jovial y sensual, siempre atraía las miradas de los hombres cuando pasaba a su lado, la ropa que usaba se le pegaba al cuerpo marcando su estilizada figura, incluso la bata de laboratorio. A diferencia de ella, que siempre usaba suéteres y ropa amplia y poco llamativa. No creía que ningún hombre se fijase en ella si estaba Kristen delante.
Iba a seguir trabajando cuando entró el capitán Darryl Frye acompañado de un joven rubio y guapo. Vestía camisa azul y pantalones de pana, aunque sin corbata ni pajarita. Por su cara y expresión parecía amable, aunque no era la primera vez que se equivocaba al juzgar a alguien.
– Gente, atendedme un momento por favor. – Dijo en voz alta el capitán Frye, a lo que todos dejaron sus quehaceres para escucharle. – ¿Todos? Muy bien, este joven es Barry Allen, será nuestro nuevo criminalista. Se incorpora mañana. Tratadle bien y ayudadle en lo que necesite hasta que se habitúe, ya sabéis lo mucho que necesitábamos personal nuevo. Spivot, enséñale un poco esto.
– Pero señor estoy ocupada ahora mismo con….
– ¡Yo puedo hacerlo, señor, no es ningún problema! – Interrumpió rápidamente Kristen.
– Ni hablar Kramer, lo hará Spivot, tu tienes que fotocopiar unas ordenes que necesito firmar. Spivot te llevará solo media hora a lo sumo, no te quejes y hazlo cuanto antes. – Dijo el capitán saliendo del laboratorio, aunque se paró un momento – ¡Kramer, las órdenes, fotocopiadas, ya!
Patty se levantó y se acercó a Barry.
– Siento la molestia, no te entretendré mucho, se que andáis ocupados. Barry Allen – Dijo tendiéndole la mano, parecía un poco azorado.
– Patty Spivot, soy la experta en genética del departamento. ¿Tú te especializaste en algo Allen?
– Llámame Barry, por favor. Acabo de terminar un master en Incendios y explosivos e hice otro de psicología criminal. – A Patty le sorprendió no notar el tono y la expresión presumida que encontraba en otros compañeros cuando hablaban de su especialidad.
– Hace tiempo que no tenemos a nadie especializado en Incendios, nos vendrás bien. Sígueme para que te muestre esto y te presente a la gente.
Patty llevó a Barry enseñándole todo el laboratorio, la que sería su mesa, donde guardan los productos químicos, donde procesan las distintas muestras, y fue presentándole a Foster, Singh, Kramer y los demás, algunos siendo más agradables que otros. Por lo que pudo observar, sin duda se podía decir sin riesgo a equivocación que Barry era tímido, pero no retraído, una vez le dabas pie seguía una conversación sin problemas. Cuando se estaban despidiendo sonó el teléfono móvil de Barry.
– Perdona, tengo que contestar, ha sido un placer Spivot, nos vemos mañana. No te entretengo más. – Dijo mientras miraba el móvil y contestaba – ¿Mama? Hola…., si claro que me apetece cenar hoy contigo.
– Llámame Patty. Nos vemos mañana Barry. – Despidiéndose con la mano
– Hasta mañana. – Contestó imitando el gesto Barry y siguiendo con su conversación al teléfono, mientras se alejaba.-…. Si, mama era una chica, es una compañera del trabajo…. Si me lo han dado… Porque no me has dado tiempo a contártelo….
Va a cenar con su madre, no ha hablado en plural, así que supongo que no tendrá novia pensó Patty con una sonrisa, antes de volver a su trabajo.
10:35 p.m. Central City, calle Carmine Infantino, nº 56
El viajero, llevaba ya horas en la casa, ningún ocupante, salvo un viejo perro al que había tenido que eliminar. Una vez obtenida la dirección, alquiló una furgoneta con navegador, pintó el logotipo de una empresa de reparaciones en los laterales y vino a la casa. Como supuso su objetivo aún estaría en el trabajo, pero ahí no podía tocarlo. Sin embargo en su casa… No se podía explicar como un genio científico solo tenía como medidas de seguridad un cerrojo antiguo y un perro.
Había aprovechado las horas que tenía hasta que llegase su objetivo para registrar toda la casa. Geller parecía un hombre ordenado y que tomaba nota de todo, así que seguro tendría apuntado en algún lugar los nombres de los que serían sus siguientes objetivos. Pero por mucho buscar no encontró nada de eso, aunque sí unos diseños de unas armas interesantes, sin duda iba por el buen camino. Seguramente llevara encima los datos que necesitaba. Solo tenía que esperar. Buscó un punto ciego donde poder sorprender a Geller y esperó pacientemente.
Escuchó como la puerta de la casa se abría, oía a el que supuso Geller llamar al perro, sólo oía pasos de una persona, mejor pensó, su plan de haber venido acompañado tendría que haber sido cambiado. Cuando Geller se puso delante le apunto con el arma y salió de su escondite.
– Saludos, doctor Geller, dese la vuelta despacio, no intente nada raro o no dudaré en apretar el gatillo.- Ordenó con voz relajada el viajero.
– Por favor, dígame lo que quiere, llevo dinero – dijo Geller con pánico en la voz.
Mark Geller era un hombre pequeño y mayor, le faltaría poco para jubilarse pensó el viajero.
– No quiero su dinero doctor, lo que busco es la lista de los hombres a los que ha mandado sus proyectos personales. – Mientras observaba la reacción del doctor.
– Noo…. No se de que me esta hablando – El viajero notó una breve mirada al portafolios que llevaba el doctor en la mano.
– No me mienta, se que ha mandado unas armas especiales a 4 personas.
Geller se quedó mudo y de repente observó bien el arma que portaba el viajero, asombrándose aún más.
– Veo que reconoce el diseño de esta pistola, puede que ya lo haya pensado, aunque aun no se haya puesto a construirla.
– Pero cómo es posible…- Geller se quedaba sin palabras, no comprendía como un arma que el había imaginado estaba apuntándole.
El viajero sonriendo mostró el reloj que llevaba, provocando que Geller se llevase las manos a la boca de puro asombro.
– Eso es… lo sabía, sabia que era posible, que había un método de poder recorrer el espacio-tiempo. – Sonreía al decir esto, como al ver un sueño hecho realidad.
– Si, es una lástima que ya no vaya a vivir para poder construirlo. – Dijo el viajero fríamente apretando el gatillo.
Martes, 22 de Mayo
11:05 a.m. Central City, cafeteria Jitters
Iris West estaba tomando un café con leche espumoso. Sabía que muchos policías eran personas de costumbres, y que a esa hora pasaban a comprar donuts y café, quizá oyese por su radio alguna noticia que mereciera la pena contar.
Actualmente, conseguir trabajo de periodista no era algo fácil. A no ser que sea prensa rosa, en la cual no te piden ni carrera la mayoría de las veces. Los periódicos trabajan con personal mínimo, la televisión exige más una cara bonita que verdadera vocación. Iris llevaba ya más de un año trabajando en un blog con noticias de sucesos «Los expedientes de West», sacando todos los datos reales que no dan en periódicos o noticiarios por un motivo u otro. Día a día y poco a poco se iba labrando una reputación. Así había conseguido que varias empresas se publicitaran en su blog y conseguir ingresos. Si seguía así esperaba tener una oferta de trabajo para un periódico.
De repente vio como dos patrulleros salían rápidamente de la cafetería tras oír un aviso. Era el momento de ponerse ella también en marcha, rápidamente salió tras ellos poniéndose el casco y subiendo a su Scooter y siguiéndolos a una distancia prudente. Al poco llegaron a lo que parecía el escenario de un crimen, debido a la cinta de policía que rodeaba el lugar y a la bolsa con cadáver que metían en la furgoneta forense. Aparcó su moto y se acercó para enterarse de lo que pudiera, mientras encendía su fiel grabadora y anotaba en el block de notas de su móvil el nombre de la calle.
La joven y guapa castaña se acercó a los periodistas que hacían preguntas al que parecía el detective al mando. El detective Dan Matthews e Iris ya se conocían de otros sucesos. Ella tenía una mala opinión de su trabajo, ya que solía aceptar la conclusión más sencilla y se centraba más en cerrar casos que en que dar justicia a las victimas. Sabía que debería ahondar en el caso mucho más de las explicaciones que diese ahora Matthews.
– De momento podemos comunicarles que la víctima es el doctor Mark Geller – Dijo Matthews mirando a las cámaras – Parece que mataron al señor Geller al ser sorprendido en un robo. – Hizo una pausa para mantener la expectación – No puedo asegurarles nada hasta tener más pistas, pero trabajo con la hipótesis de que el asesino entró en su casa buscando drogas, sin saber que no era ese tipo de doctor, y al ser sorprendido por éste le disparó y robo lo que llevaba, provocando la trágica muerte. – Poniendo una expresión de dolor, para seguidamente anunciar con firmeza- Le pido su colaboración al vecindario para que estén atentos a cualquier persona sospechosa, y que cierren bien sus casas cuando estén y cuando no en ellas. ¿Alguna pregunta?
Siempre le ha gustado posar para las cámaras y dar el espectáculo pensó Iris.
– Disculpe detective, ¿no cree que al hacer estas alegaciones sin pruebas de lo ocurrido esta alentando el miedo y la desconfianza en el vecindario? – Preguntó Iris.
Matthews pareció atónito por su osadía, pero rápidamente recobró la compostura.
– Lo siento señorita West, solo contesto preguntas de periodistas «de verdad» – Dijo despectivamente.
– ¿Eso es que solo va a contestar preguntas que no le dejen mal y no contradigan su versión de los hechos?
– Detective Matthews, ¿puede venir un momento? Hemos encontrado algo.
Era un joven rubio el que interrumpió al detective, y se alejaron. Iris rápidamente se movió para poder ver las caras de los dos, sobretodo los labios, alegrándose de haber pasado tiempo aprendiendo a leerlos.
– ¿Qué ocurre Allen?
– Hemos encontrado restos de papeles quemados en la chimenea, detective, y un portátil roto. Parece que querían ocultar algo.
– ¿Y que estas insinuando con esto Allen?
– Que no parece alguien que buscase drogas, ni que fuese un asesinato al azar, además por otro lado está la herida…
– Mira chico, llevo mucho tiempo en esto, y no toleraré que un novato recién salido de la universidad quiera darme lecciones. Lo importante es cerrar el caso, y este es uno fácil, no lo conviertas en uno difícil.
Matthews se alejó de Allen. Por la expresión de la cara de éste, no parecía que fuese a dejar ahí el tema. Allen puede ser una buena fuente de información, a ver si logro enterarme de que ha encontrado, aunque tendré que dejarlo para otro momento en el que haya menos gente pensó Iris, ideando un acercamiento.
08:12 p.m. Central City. Laboratorios S.T.A.R.
Julio estaba acabando su turno en el laboratorio, le había costado un tiempo pero al fin había logrado trabajar junto al doctor Martin, uno de los científicos colegas de su padre y de los pocos que tenía acceso a los archivos del experimento que acabó con su vida. Esperaba poder ganarse la confianza de Martin y que le dejase echar un vistazo al informe.
Llevaban trabajando unos meses en un proyecto para alterar genéticamente el cerebro para conseguir aumentar su inteligencia. Los primeros experimentos con gorilas estaban dando sus frutos.
– Bueno Méndez, ya estoy aquí, ¿estarías esperando el relevo eh? – Dijo cordialmente el doctor Martin.
– No se lo voy negar, he quedado con una amiga jeje. Veo que está contento doctor.
– Claro, he visto los informes que has dejado, parece que Marco va pasando las pruebas ¿no? No me sorprendería si en cualquier momento empezase a comunicarse con nosotros. – Mientras se sentaba para preparar las nuevas dosis para el experimento.
– Si doctor, aunque debo decirle que estoy un poco preocupado por el aumento de violencia que he registrado. – Mientras buscaba el vídeo en los registros del día. – Mire aquí, se ve como Chita pasa por su lado, rozándole y Marco empieza a golpearla severamente.
– Bueno, pero es normal, siguen siendo animales que tienen sus enfrentamientos. – comentó el doctor sin darle importancia.
– Pero si observa los datos desde que apreciamos el aumento de inteligencia de Marco debido al fármaco, también podemos observar un tratamiento… como decirlo…, despótico hacia sus semejantes. – Mirando el video otra vez con temor en su rostro.
– Vuelves a hacerlo Méndez, vuelves a dar emociones humanas a los animales. El despotismo no se da en las especies animales. Creo que intentas dar una explicación humana a lo que aun no entiendes. Aquí no somos jueces, solo meros observadores. Eres joven, poco a poco verás la diferencia.
– Me fiaré de su criterio doctor. – Respondió dándole la razón sobretodo porque quería caerle bien. – Nos vemos mañana, ya les he dejado preparada la comida de la cena, así usted puede centrarse en el fármaco.
– Muchas gracias Méndez, diviértete esta noche, nos vemos a primera hora.
Mientras salía del edificio el Q-phone de Julio sonó. Al ver que era Barry contestó sin demora.
– Hey Barry, colega, como está mi criminalista favorito. ¿Bien tu primer día? – Dijo Julio olvidándose de las preocupaciones del trabajo.
– Pues, por eso te llamaba, ando liado con mi primer caso. ¿Conoces al doctor Mark Geller? – En el tono de Barry había preocupación.
– No lo conozco personalmente pero he oído hablar de él, ¿Por qué lo preguntas?
– Lo han asesinado en su casa. Hemos descubierto que trabajaba en Laboratorios S.T.A.R. ¿Me puedes decir algo de él que me ayude? ¿Porque alguien lo mataría?
– ¡Dios Mio Barry, trabajaba en la sección de armamento especial! Aunque se rumoreaba que iban a despedirlo porque hace tiempo que no presentaba ningún proyecto. – Julio pareció pensativo – Volveré al laboratorio para averiguar si falta algo de su sección. Si le han robado algo podemos pensar que será peligroso.
– Gracias Julio. Avísame cuando sepas algo.
– Dalo por hecho, colega
Y ahora a llamar a Jessica para darle plantón, no creo que me perdone nunca…. – Pensó Julio.
09:30 p.m. – Central City, comisaría de policía central
Barry llevaba analizando pruebas toda la tarde. Principalmente le había llamado la atención el cadáver. La herida de bala no parecía mortal, un disparo en el hombro sin dañar ningún órgano ni arteria no solía provocar la muerte. Pero tenía que esperar al análisis toxicológico y al de la forense para poder decir más.
A parte, pensó Barry, estaba el hecho de que el asesino se había molestado en quemar unos papeles e inutilizar un portátil. Si de verdad el móvil era el robo, el asesino se podía haber llevado muchos objetos de valor que había en la casa, no solo los billetes. La hora de la muerte tampoco había sido tan tarde como para que ningún vecino oyese ni el disparo que acabó con la victima ni el que acabó con el perro.
La casa había sido registrada, pero no se habían hallado nada más que las huellas de la víctima.
Todos estos datos contradecían las conclusiones del detective Matthews. Y Barry no soportaba la actitud hacia su trabajo del detective. La víctima, cualquier victima se merecía que hicieran todo lo posible por hallar a su asesino, pensó rotundamente Barry.
Había pasado recomponiendo lo que podía de los papeles encontrados en la chimenea toda la tarde, para ver si había algo de interés. El dibujo de un objeto que parecía una pistola extraña le llamó la atención, sobretodo después de la llamada a Julio. De repente la alta voz del director Singh le sacó de su ensimismamiento.
– ¡Como que hay resultados inconclusos en el análisis de la bala! – Dijo enfadado mientras agitaba unos papeles.
– Ya se lo he dicho, director, lo he comprobado dos veces, pero ningún fabricante de municiones trabaja con ese calibre ni con esa firma. Además el análisis del material también es inconcluso. – le respondió Patty algo nerviosa.
-Pues compruébelo otra vez, no quiero que se vaya de aquí sin saber el material de la bala. – Ordenó sin opción a replica Singh. – Mañana a primera hora espero una respuesta.
Dicho esto se fue, solo quedaron Barry y Patty en el laboratorio.
– ¡Maldito engreído! Si no esta de acuerdo con el análisis hágalo usted. – Dijo rabiosa volviéndose a la ventana – ¡Genial y ahora empieza a llover!
– Tranquila Patty, si quieres yo te ayudo con el análisis, total iba a quedarme un poco más a revisar otra vez si puedo arreglar algo del portátil.
– Gracias, ¿te apetece un café? Yo voy a tomarme uno a ver si me espabilo.
– Cierto, estarás cansada con el juicio y todo. Yo no quiero, pero gracias. Iré preparando lo necesario para la prueba. -Dijo sonriendo.
Patty salió del laboratorio, mientras Barry se acercó a la máquina que usaban para analizar los componentes de distintos objetos y se puso a reiniciarla. La lluvia empezó a arreciar, parece que se avecinaba una buena tormenta pensó Barry.
De repente cae un rayo sobre Barry atravesando la ventana y lanzándole contra la vitrina de productos químicos, los cuales le bañaron mientras Barry tenía convulsiones. Barry sentía dolor en cada parte de su cuerpo, en cada terminación nerviosa, su cuerpo reaccionaba al dolor agitándose cada vez más rápido, empezó a observar su alrededor, el tiempo parecía haberse detenido o ralentizado, veía las gotas de lluvia quietas, los frascos que caían parados en el aire, las hojas que el viento había empezado a tirar flotando sin caer, aún podía ver el destello del rayo en alejarse de su pecho lentamente, parecía lo único en movimiento, pensó si esto era lo que se sentía al morir, una docena más de pensamientos llegaban a su mente, analizando la trayectoria que seguirían los objetos en su marcha, notando como si se movían aunque a una velocidad casi imperceptible, pero tras todo esos pensamientos llegaba el dolor, un dolor tan crudo que hizo que su mente se apagase para protegerse. Tras eso su cuerpo cayó a plomo.
Patty corrió hacia el laboratorio al oír el estruendo y se encontró con un Barry inconsciente en el suelo, rápidamente fue a llamar a emergencias, pidiendo ayuda.
Continuara…
ALMACEN DE PRUEBAS
Saludos lectores, abro esta sección para comentar detalles que puedan resultar interesantes sobre el capítulo.
Aprovechando la oportunidad que se brinda al empezar el universo DC desde cero he querido hacer cambios en la historia de Barry, aunque el espíritu del personaje seguirá siendo el mismo.
El primero de los cambios ha sido hacer que tanto Central City y Keystone City sean auténticas ciudades gemelas, a diferencia del universo normal. Esto quería hacerlo para otorgarles ese toque excéntrico que las diferencie de otras ciudades del universo, al igual que Gotham y Metrópolis tienen sus propias características.
Por otro lado he querido traer a este universo al personaje de Julio Méndez, de la serie de imagen real de «Flash, el relámpago humano» de 1990. En dicha serie era compañero de laboratorio de Barry y uno de sus mejores amigos. Aquí he querido darle más importancia.
He querido también hacerles un pequeño homenaje a los creadores de Barry Allen, los guionistas Gardner Fox y Bob Kanigher y el dibujante Carmine Infantino. En principio iba a usar sus nombres para las victimas del viajero temporal, pero pensé que igual algún lector podía malinterpretarlo como que quiero ver muertos a los autores jaja, así que los acabé usando para localizaciones de la ciudad. En sucesivos números volveré a hacer esto con distintos guionistas y dibujantes del personaje.
Me gustaría acabar esta sección agradeciendo a los editores por leer el capítulo y ayudar a corregirlo y aportar ideas para mejorarlo. Y a vosotros lectores gracias también por leerlo, espero que os guste y queráis saber la continuación. Os animo a todos a comentar y criticar para bien o para mal el capítulo y a preguntar dudas, os responderé en todo lo que pueda.
Muy buen 1er capitulo de la serie, y fic en general ^^
En particular me ha gustado lo bien que has presentado a un gran reparto de secundarios, sobretodo a Julio, un personaje que se me hace bastante interesante.
Muchas gracias, tengo pensado que Julio tenga bastante importancia, espero que te siga gustando
Me ha gustado bastante este primer capítulo ^^ Destacaría el personaje de Patty, el cual me ha gustado especialmente, y el «ambiente de trabajo» en la comisaría y el laboratorio. Quedo a la espera del siguiente : )
Muchas gracias. Ya son dos los personajes secundarios que han gustado. Espero que sigan gustando, y que en los próximos guste Barry también que tendrá ya mas protagonismo (como debe ser)
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Bueno yo no se nada del mundo de DC pero espero picarme un poco jeje. Me ha parecido un muy buen primer capítulo, has presentado a los personajes, tanto principales como secundario, no se si en este primer capítulo saldrán todos los que tienes pensados jeje y también has dejado una trama intrigosa no sólo del personaje principal que seguro te va a dar mucho juego.
Sigue así y ya sabes, pásame el siguiente ^^
Un abrazo.
Gracias por leerlo y tu opinión. No salen en este capitulo todos los personajes pensados, muchos son villanos para mas adelante que ya aparecerán en su momento, y otros amigos y aliados que no eran necesarios en este primer capitulo
Buen arranque del velocista escarlata, la verdad es que tenía muchas ganas de verlo ya por Marveltopía en alguna colección. A mi si hay viajes en el tiempo ya me tienes ganado…
Gracias. Sin duda una colección de Flash tiene que tener viajes en el tiempo jeje, espero plantearlos bien y no abusar en exceso de ellos porque pueden ser complicados
Buen arranque.. aunque hasta como mínimo el próximo número no veamos nada escarlata, jejeje..
Muchas gracias.
Y si este episodio vi mejor como clímax final la caída del rayo. Así que el traje escarlata lo tuve que dejar para el siguiente numero.
Estaba deseando terminar los exámenes para tener tiempo y leerlo. Me ha encantado en serio. Me siento muy identificada con Patty, además es un personaje que me encanta todo de de él, desde su forma de llevar la situación hasta su forma de ser. Y la relación entre Julio y Barry es bestial. Destacaría también la forma en que se desarrollan la acción, te mantiene en suspense todo el rato siempre quieres más y más por eso yo quiero más capítulos yaaaaaaaaaaaaaa!!!pd. Enhorabuena ^^