Por Ibaita
Fecha de publicación: Mes 174 – 10/12
VOLUMEN II: LOS VENGADORES
Número 28: Invasión (IV de VI)
Magneto hizo un gesto y al instante uno de los Centinelas quedó completamente desmantelado. Los restos se sostenían magnéticamente en el aire, preparados para poder ser de ayuda. Otro de los Centinelas lanzó unas cápsulas de gas contra Magneto, a gran distancia. Éste rápidamente se dejó caer para alejarse a tiempo del gas; estando a veinte metros de altura volvió a levitar, mientras los restos del primer robot desmantelado se hundían en el metal del segundo.
Avalancha y Destino se encontraban sentados en una pequeña sala. Al lado de ellos estaba Forja, rodeado de ordenadores.
-No he podido recuperar las cámaras de los robots que he enviado a Ridgeback. De todas formas se han confirmado nuestras sospechas, hay infantería a pie y se acercan a por nosotros. Acabo de pedirle a Madrox que envíe más duplicados ahí.
-Puede que sean nuestro principal problema-señaló Destino-. Conforme se van acercando todas estas muertes, las voy distinguiendo mejor. Un miembro de la Hermandad va a morir muy pronto. Y también… No. No lo sé.
-¿Qué ocurre, Destino?-preguntó Avalancha intrigado.
-No lo sé. Normalmente percibo sólo el futuro que me interesa, pero por algún motivo estoy viendo cientos de cosas y no puedo distinguir nada… Creo que algunas ni siquiera ocurrirán con seguridad, sino que también veo posibilidades… No sé lo que pasa.
Sasquatch arrojó un trozo de pared con todas sus fuerzas, alcanzando a un Centinela en la cabeza y derribándolo instantáneamente. Con el otro brazo lanzó otro, también con excelente puntería, pero su blanco lo desintegró en el aire con un terrible rayo.
Entonces, Sasquatch oyó un silbido. No le dio tiempo a girarse cuando un enorme misil le alcanzó de lleno, destrozando todo lo que había en treinta metros a la redonda. Los restos de un edificio ya debilitado se derrumbaron sobre él. Los Acólitos de Magneto habían caído.
«¿Esto es estar muerto? Ya no siento dolor, lo que debe significar que he muerto, ¿no? Parece lo más lógico, porque hace apenas unos segundos me encontraba retorciéndome de dolor y ahogándome con mi propia sangre, pero ahora siento una calma realmente curiosa. La verdad es que es agradable, me duele pensar y de todas formas apenas puedo recordar qué hago aquí, aunque creo que cada vez lo voy comprendiendo más rápido. De todas formas… Sí, creo que ya recuerdo quién soy. Vale, pues esto supongo que debería ser desconcertante, ¿no? ¿Estoy hablando solo? Nah, no siento la boca así que supongo que no puedo hablar. Además, hace poco tenía la boca llena de sangre así que como mucho estaría haciendo burbujitas en ella.
Jo, esto es realmente extraño. La verdad, estoy de puta madre. No me apetece nada despertar. Ni un poquito. ¿Tengo los ojos abiertos o cerrados? Creo que cerrados. Ah… Pues sí. Joder, qué fuerte pega el sol ahora, ¿no? ¿Ya es mediodía? Qué pronto se pasa el día cuando hay una invasión. Ah, eso. Mierda, la invasión. Vale, ya. Tengo que levantarme. Tengo que levantarme. Cortez, gilipollas arrogante y creído. Sobreviví al cáncer una vez, ¿por qué iba a morir ahora?»
Sally Blevins levantó su campo de fuerza una vez más y consiguió sobrevivir al proyectil que caía desde el cielo. Pudo ver con claridad el rostro mecánico e insensible del Centinela mientras continuaba con su labor de destrucción.
Delante de ella, un proyectil alcanzaba a su amigo Doug Ramsey y le mataba al instante. ¿Por qué estaba pasando aquello?
Jonathan Ohnn se encontraba en su casa, apoyado contra una pared. Las explosiones no dejaban de sonar por toda la zona. Sería difícil que Genosha sobreviviera a aquel día. Pero el sonido más cercano de su puerta rompìéndose en pedazos le sacó de su trance. La Cosa irrumpió en la habitación y se lanzó contra él, aplastándole al instante. Spiderman, el Hombre Absorbente, Iron Man y Cortez entraron después.
-Joder… ¿También hacía falta ahora?-preguntó Spiderman mientras miraba el cadáver de Ohnn-No parecía dispuesto a pelear.
Cortez, ignorando la pregunta, se fue directo al botiquín y extrajo una venda. Stark le indicó con la cabeza a Spiderman que le ayudara a ponérsela.
-El palacio de Magneto está a unos trecientos metros de aquí-dijo el acólito-. Si habéis hecho bien vuestro trabajo, los Centinelas estarán atacando la ciudad desde el otro lado, y por tanto todos los guerreros estarán allí.
-Mejor preocúpate por tu propio trabajo-replicó Iron Man-. No me gustaría encontrarme a todo el séquito de Magneto en el palacio.
-Eso no ocurrirá. El único acólito que queda vivo es Sasquatch, y está luchando contra los Centinelas si no ha caído ya; en el palacio sólo deberían estar Avalancha, Destino y Forja, además de vuestro amigo Madrox escondido por algún lado, y Sapo, el lugarteniente de Magneto, que no supondrá ningún problema. Y la princesa, tampoco será un problema.
-¿Por qué no la violamos?-propuso el Hombre Absorbente-Yo siempre he pensado que en una guerra hay violaciones, y si es la princesa estará buena.
-Déjate de chorradas y vamos a centrarnos en la misión-ordenó Iron Man saliendo de la casa y avanzando hacia la siguiente.
-¡Madrox!
Dos clones del genoshano, armados con sendos rifles, se giraron para ver a la Mole.
-¿Qué hace usted aquí, señor? Es un miembro de la Hermandad, debería estar protegiéndose.
-Los Centinelas están interfiriendo en la mayoría de comunicaciones, tenía que decírtelo en persona. Lleva tus clones, los robots de Forja y los combatientes que haya por aquí cerca a la costa. Parece que el rey está teniendo problemas para hacer frente a los Centinelas, y la señal con Sasquatch se cortó antes de que lo hicieran los Centinelas, creo que ha caído.
-De acuerdo. Sin problemas.
Los dos Madrox se alejaron, mientras la Mole se giraba y reemprendía su camino lentamente. No pudo seguir mucho tiempo. Una nube de arena se introdujo por su boca y comenzó a destrozarle las entrañas. La sangre brotaba a borbotones por su boca, su nariz, sus oídos y sus ojos. Finalmente, murió.
Creel salió y retomó un cuerpo hecho de arena.
-Buen trabajo, Hombre Absorbente-dijo Iron Man saliendo de detrás de una esquina-. Parece que además están despejando el palacio, nos vendrá muy bien.
-Sí, me encanta esa técnica. Fue una buena idea.
-Lo cierto es que nos inspiramos en aquel supervillano de arena. Un tío peligroso, pero ahora estará a unos 35000 kilómetros de distancia.
Número 29: Invasión V de VI
Fabián Cortez entró jadeando en el palacio.
-¡Señor! ¿Qué ocurre?-preguntó el Sapo, botando hacia él. El muñón sangrante de Cortez llamaba bastante la atención.
-¡Estamos bajo ataque! ¡Enciérrate en el sótano junto a la Hermandad, Forja y Madrox! ¡Que no intenten detenerles, no podrán!
-¿Y usted que hará?
-¡Intentaré despistarles! ¡Rápido, vete! ¡Son órdenes de Magneto!
El Sapo obedeció a toda prisa. Cortez suspiró y a los pocos segundos hizo una señal para que los Vengadores entraran.
-Ya está, no nos darán problemas. Lo que debemos hacer ahora es ir a las cámaras reales y tomar a la princesa Wanda como rehén. Será un buen as en la manga.
-¿Y qué pasa con su hermano?-preguntó Iron Man-Aún no tenemos noticia de él y nuestros informes aseguraban que era peligroso.
-Hrm… Curioso, pensaba que lo sabríais. Nadie ha visto al príncipe desde hace casi dos semanas. Creo que sólo Magneto y la Hermandad conocen los detalles, pero todo el mundo piensa que fue asesinado por vuestro país. Por eso Madrox os atacó en New York.
-¿Así que ése fue el casus belli? ¿Por qué no nos lo has dicho antes, Cortez?
-Obviamente, suponía que era cosa vuestra. Pero si no fuistes vosotros… Bueno, yo diría que ya es demasiado tarde como para arreglarlo hablando.
-Hay algo que no encaja, y lo estás ocultando. Si el único hijo varón de Magneto ha sido asesinado, ¿por qué no ha usado todos sus medios? ¿Por qué no ha lanzado todas las fuerzas de Genosha contra Estados Unidos?
-Je. Pensaba que os habíais esforzado más. Magneto es el único líder mundial del que tengo noticia totalmente contrario a matar civiles. Ha dejado que llevéis la guerra a Genosha para minimizar las bajas, a costa de las vidas de su propio pueblo.
Avalancha, Destino, Sapo, Forja y Madrox se encontraban encerrados en el sótano. La situación parecía estar empeorando.
Entonces, sin previo aviso, una figura atravesó la puerta de acero de diez pulgadas sin causar ningún daño. El Hombre Puerta cayó al suelo jadeante.
-Están… Están atacando por Ridgeback… Cortez está con ellos, les está guiando…
-¡¿Qué?!-bramó Avalancha poniéndose en pie de un salto.
-Claro como el agua-murmuró Forja-. Incluso sobrecargó el poder de Destino para que no pudiera ver el futuro.
-¡Sapo, gusano traidor! ¿Estás con Cortez?
-¡No, señor, lo juro! ¡Me engañó!
-Mierda… Tenemos que contactar con Magneto.
Unos restos metálicos usados como escudo justo a tiempo evitaron que una enorme llamarada acabara con la vida de Magneto. Escasos segundos después, el Centinela que la había lanzado caía bajo el poder del rey de Genosha.
Bahía Martillo había sido arrasada, pero gran parte de los Centinelas parecían haber caído. La mayor parte de los ciudadanos armados y Magneto, más poderoso que todos ellos, se habían ocupado de defender su hogar.
Entonces lo notó. Ondas de radio, moviéndose por el espectro electromagnético. Podía sentirlas con los oídos desnudos. El mensaje, transmitido por Forja, estaba claro. Magneto se volvió furioso, dando la espalda a los Centinelas y volando hacia el palacio.
Wanda Maximoff se revolvía inquieta en la cama. El palacio estaba seguro, tras los gruesos muros de acero, y un hechizo lanzado por ella misma cubría la habitación. Sin embargo, su pueblo estaba muriendo. Ella lo sentía.
-¡Princesa!-llamó entonces una voz jadeante.
-¿Qué…?
La hija de Magneto se giró ante la llamada de la puerta. Con un gesto suyo, ésta se hizo transparente y pudo ver a Cortez, ensangrentado y casi arrastrándose.
-Princesa… Debe abrir la puerta. Tengo que sacarla de aquí, los intrusos se han infiltrado en el palacio…
Asustada, Wanda saltó de la cama y retiró el hechizo de protección. Cortez avanzó tambaleándose hacia ella, y sin previo aviso la tiró al suelo de un puñetazo en el rostro. La princesa gritó mientras se llevaba una mano a su nariz sangrando. El acólito la agarró del cuello.
-No te molestes en intentar nada-dijo mientras los Vengadores entraban en la habitación-. Necesitas demasiada concentración para lanzar tus hechizos, y como lo intentes te estrangularé.
-Spiderman, sujétala tú mejor-ordenó Iron Man-. Si ves que se mueve, la rompes el cuello.
El vengador asintió y la sujetó con toda la suavidad que podía. Apenas un segundo después de que la cogiera, la pared se dividió en dos mitades y todos pudieron contemplar a Magneto, flotando con suavidad a tres pisos de altura.
-¡Mierda!-gritó Cortez retrocediendo.
-Atrás, Magneto-ordenó Iron Man apuntándole con el rayo repulsor de la palma de su mano-. Tenemos a tu hija de rehén. No intentes nada. La guerra ha acabado.
-No os atreváis a tocar a mi hija.
Una orden silenciosa de Iron Man hizo que los Centinelas cambiaran de rumbo y comenzaran a dirigirse al palacio. La tensión era evidente. Todos estaban atentos al menor movimiento de Magneto, el terrorista más peligroso del mundo. Percibieron demasiado tarde el susurro y el gesto de Wanda.
En una lluvia de chispas, Masacre apareció teleportado en mitad de la habitación. Percibiendo el movimiento, Iron Man disparó su rayo repulsor contra Magneto, pero éste lo deflectó con un escudo magnético. Masacre no perdió el tiempo y en apenas un segundo hundió su katana en el hombro de Spiderman. El sentido arácnido de éste fue lo único que evitó que le rebanara el cuello, y el kevlar de la armadura hizo que la herida no fuera tan profunda. Con todo, el vengador soltó inmediatamente a la princesa.
-Disculpe, señor, pero algún gracioso le ha puesto una katana en la espalda. ¡Ahora mismo se la quito!
El acólito retiró la katana y se preparó para atacar de nuevo, desenfundando la pistola, pero la Cosa fue más rápido y le derribó de un fortísimo puñetazo.
-Ngggh-murmuró en el suelo-. El crujido de huesos rotos no es agradable cuando te pasa a ti, la verdad es que por dentro retumba bastante.
Magneto se preparó para atacar, pero el terrible impacto lanzado por uno de los Centinelas, recién llegados, le alcanzó de lleno en la espalda. La explosión derribó a casi todos los presentes en la habitación. El rey de Genosha se encontraba de rodillas en el suelo, semiinconsciente.
-Acabado-murmuró Iron Man mientras alzaba el puño, que comenzó a chisporrotear. El puñetazo fatal descendió directo a su objetivo.
-¡No!
Un clon de Madrox, recién aparecido, se interpuso. El puñetazo le atravesó el pecho.
-Mierda…
Entonces Avalancha entró en la habitación. Todo el suelo se combó y una gran sacudida hizo que Spiderman y la Cosa salieran volando fuera del palacio. El único Centinela que había cerca, fuera del palacio, cayó bajo una lluvia de escombros y de grietas en su estructura.
-¡Yo me ocupo de éste!-gritó el Hombre Absorbente mientras su piel empezaba convertirse en metal.
CORREO: BASE DE LOS VENGADORES
Bueno, pues va acabando la saga de la guerra. En el próximo número, la conclusión y una especie de epílogo, y después tendremos unos pocos números autoconclusivos para acabar ya el volumen II.
Vaya batallas que te montas!!! A ver como acaba la saga… de momento promete!!