Stephanie Brown ha tenido una vida difícil: Es hija del delincuente conocido como Cluemaster, quedó embarazada en plena adolescencia, fue novia de Robin… Sin embargo, cuando se pone su uniforme morado y se convierte en la vigilante enmascarada conocida como Spoiler, no hay nada que se le resista.
#17 – Dos por el precio de uno
Por David Guirado
Fecha de publicación: Mes 173 – 9/12
Stephanie Brown estaba agotada. Al borde del colapso. Las consecuencias de que Kogix generase metahumanos por doquier y de que muchos de los ya existentes aumentasen sus poderes, estaban haciendo que Stephanie Brown estuviese haciendo horas extras. (1)
Tras derrotar a un volador Franchesco Monaguigui, la cosa no iba a decaer y estaba lista para entrar de nuevo en acción. O por lo menos para intentarlo, puesto que los criminales no iban esperar a que Robin se recuperase.
Una vez hubo puesto a Monaguigui bajo custodia, la chica no dudo en lanzarse nuevamente a la aventura. Sin embargo, Steph no sospechaba que recibiría una visita inesperada. O por lo menos de la forma en la que ella no esperaba. Al menos por ahora.
Tras balancearse por un par de edificios, Stephanie Brown notó que se había precipitado a la hora de embarcarse en busca de un nuevo conflicto, ya que empezaba a notar como la fuerza de sus piernas iba decayendo. Para evitar sufrir una caída cuando menos dolorosa, la jovencita decidió regalarse unos minutos de descanso en una azotea.
Apenas estaba tomando su primer aliento de respiro, cuando escucho un ruido sospechoso. Siguiendo su instinto alzó la cabeza y miró de un lado para otro, para encontrarse una muy grata sorpresa.
Tim Drake, su novio, se encontraba en la misma azotea que ella. Aún más, Tim llevaba puesto un atuendo que le pertenecía por pleno derecho: el de Robin, con sus característicos colores rojo y verde. Por no mencionar su larga capa amarilla que adornaba el uniforme.
Steph se acercó a su chico, con paso firme y decidido. Tim empezó a esbozar una sonrisa, deseoso de abrazar a su novia. No obstante, lo que recibió fue un sonoro tortazo por parte de la chavala.
– Esto es por haberte fugado del Hospital y desaparecer así como así- le acusó Steph con cara de póker. (2)
Tim empezó a balbucear, para excusarse como buenamente podía, pero los labios de Stephanie se lo impidieron, ya que la jovencita le proporcionó un apasionado beso, de esos que quitan el aliento.
– Y esto es por encontrarte sano y salvo- añadió la antigua Spoiler.
Tim no tuvo otro remedio que seguir el beso de la chica, fundiéndose ambos en un breve momento de amor.
– No podía dejarte patrullar las calles sola- mencionó Robin- Tenía que ponerme el traje y hacer lo que estuviese en mi mano con acabar con esta locura de los metahumanos. No es sólo Gotham, sino todo el mundo. Debía haber algo que pudiese hacer.
– Veo que incluso estando en el Hospital has estado atento a este caso- dijo Steph.
– ¿Cómo no hacerlo?- respondió Robin con una pregunta retórica.
– ¿Crees que tras tu periodo de convalecencia estás listo para esto?- preguntó Stephanie Brown.
– ¿Las ranas croan?- contestó Tim, nuevamente con una pregunta retórica.
Charaxas había llegado finalmente a Gotham City. Tras escapar corriendo de New York, había usado sus habilidades fortalecidas para recorrer los kilómetros que le separaban de nuevo Polilla Asesina, su compañero desde que se inició el Armaggedon. (3) Algo le unía a su sucesor, quizás el que anteriormente el ser actualmente conocido como Charaxas había sido el Polilla Asesina original.
El monstruo había rastreado los pasos de su sucesor, algo casi inconcebible antes de que la energía de Kogix le hubiese aumentado sus habilidades, y su pista le había llevado a una ciudad que en otra vida le había sido tan familiar: Gotham City.
Para celebrar su llegada a la ciudad, Charaxas se abalanzó sobre una pobre mujer de unos cuarenta años, la cual paseaba inocentemente a su perro por la calle. El hacerlo le costó la vida, puesto que el villano se tiró encima suya y empezó a morderle la cara sin piedad.
El perro de la víctima no cesó de ladrar e incluso trató de defender a su ama, pero Charaxas lo ignoró, mientras se daba un festín, alimentándose de la mujer ya cadáver. Según diversos puntos de vista se podía calificar o no a este acto como canibalismo o no. Según se consideré si tras cada nueva mutación aquel extraño ser continuaba siendo o no un ser humano.
Ambos Robin, Tim y Steph, empezaron a patrullar por Gotham, una vez la chica logró descansar lo suficiente.
– Creo que tenemos que hablar del elefante rosa del centro de la habitación- comentó Steph.
– ¿A qué te refieres?- preguntó Tim.
– No te hagas el tonto. Sabes de sobra que tenemos que decidir que pasa ahora que ambos somos Robin- respondió la jovencita.
Un ruido les alertó a ambos. Sonaba a algo así como un disparo. Aunque un poco más orgánico… si es que tal término puede aplicarse al sonido procedente de una bala.
– ¿Qué ha sido eso?- pronunció la antigua Spoiler.
– Sonaba sospechosamente cerca. Será mejor que nos apresuremos- sentenció Tim.
Frank Mercury había sido toda su vida un marido infeliz. El escaso dinero que lograba traer a casa a duras penas era derrochado sin piedad por su esposa Holly Arya, quien para ella el día a día consistía en gastar y gastar, sin tener en cuenta las limitaciones que conlleva ese estilo de vida.
Eso frustraba mucho a Frank. Si bien no era especialmente fruto de su agrado, incluso había recurrido a cometer ciertos actos delictivos para consentir los caprichos de su manirrota mujer.
En ocasiones había cometido robos y hurtos con el fin de cobrarse un sobresueldo con el que saciar el apetito de Holly. Eso contraía un riesgo, ya que no había que olvidar que el matrimonio vivía en Gotham, la ciudad que pertenecía por derecho a propio a Batman y a su círculo de justicieros.
Pese a todo, Frank había logrado salir airoso de toda situación sin toparse jamás con el murciélago y sus adláteres. Cosa que Holly no sabía valorar, pidiéndole siempre más y más. Parecía que el materialismo de la chica no conocía el fin.
Aquella noche, Frank Mercury había salido en busca de alguien a quien desplumar. Su búsqueda fue corta y fue un éxito en toda regla. No tardo mucho en encontrar a una anciana que paseaba sola con un bolso que parecía realmente tentador.
– ¿Va a alguna persona, señora?- preguntó Frank al mismo tiempo que le enseñaba a la anciana su pistola semiescondida en la chaqueta.
La mujer mayor no pudo esconder un pequeño grito que se le escapó.
– Por favor, no- suplicó la anciana.
– Vejestorio dame tu bolso y nadie saldrá herido- ordenó Frank- Y será mejor que lo hagas rápido.
Para recordarle a la mujer lo que estaba en juego, volvió a enseñarle la pistola. En esta ocasión se tomó la libertad y el lujo de apuntar a la mujer con ella.
Lo que nadie esperaba, era que la anciana en un inesperado alarde de valor, no sería una presa tan fácil. Sin que Frank se percatase apenas de ello, el «vejestorio» saco raudamente de su bolso un spray antivioladores y disparó un buen chorro del contenido en los ojos de Frank, quedando este momentáneamente cegado. Por si fuera poco el arma se le cayó al suelo por accidente, cosa que aprovecho la anciana para apropiarse de ella.
– Esto te pasa por ir por ahí asustando a indefensas ancianitas- le regañó la mujer antes de salir huyendo de la escena, guardándose la pistola de Frank como una especie de suvenir.
Frank estaba rabiando de dolor, puesto que los ojos le escocían muchísimo debido a la hazaña de la mujer. No sólo no había logrado atracarla, sino que por si fuera poco, había salido herido, amén de perder su pistola.
Se encontró maldiciendo a la anciana y cagándose en todo lo que se menea, cuando sintió un fuerte pinchazo en la mano, como si algo quisiese salir del interior de la misma.
– ¿Qué está pasándome?- se preguntó debido al fuerte dolor que estaba sintiendo en la mano.
Le molestaba especialmente tener los ojos dañados, ya que le dolían tanto debido al spray de la anciana que no podía abrirlos y comprobar por sí mismo que es lo que le pasaba en la mano. Tan sólo sentía que algo se la estaba perforando desde dentro y que tenía en la palma un dolor que le indicaba que alfo iba a salir de él.
– ¡Dios!- exclamó Frank, quejándose de lo mucho que le dolía.
Debido al estado de dolor en el que se encontraba, tanto que ya le había llegado hasta la cabeza, se llevo las manos a la quijotera con la esperanza de que sus males cesasen.
Y tanto que lo hicieron ya que una bala atravesó ipso facto su cabeza de parte a parte, acabado instantáneamente con la vida, el dolor y las preocupaciones de Frank Mercury.
Ambos Robin, Tim y Steph, llegaron unos minutos al cuerpo sin vida de Frank, el cual estaba tumbado sobre un charco de sangre.
– Stephanie, será mejor que no mires- le aconsejó Tim.
– ¿Olvidas que soy un chica dura?- le espetó Steph.
No debería haberse puesto tan chulesca, ya que al ver la cabeza agujereada de parte a parte del cadáver que tenía delante sintió como las nauseas le invadían.
– ¿Qué opinas, Steph?- preguntó Tim examinado el cuerpo.
Stephanie hizo de tripas corazón y se aguantó las ganas de vomitar para ponerse a inspeccionar el cadáver.
– Lo más obvio sería pensar que esto ha sido un ajuste de cuentas o algo parecido ya que no se ve ningún arma por las cercanías- comentó la antigua Spoiler.
Tim se quedó pensativo tras su antifaz de Robin.
– Curioso acabo de observar que si tenía una pistola. Mira esto- le dijo Robin.
Perpleja, Stephanie vio como una pistola le salía a Frank de la palma de la mano, un arma que por increíble que suene era orgánica, perteneciente al cuerpo del difunto.
– Parece orgánica y que formaba parte de su cuerpo- observó Tim.
– Pero, ¿de dónde salían las balas? Es más, ¿de qué estaban hechas?- preguntó Steph, obteniendo el silencio como respuesta.
Antes de que ambos pudiesen obtener alguna repuesta a esas cuestiones, que por otro lado tú, avispado lector, ya tienes más que claras, nuestro dúo de Robins se vio perturbado por una extraña presencia que había olfateado un rastro.
– Oh, oh, mi sentido arácnido me avisa de algo- farfulló Stephanie Brown, al mismo tiempo que se giraba apresuradamente.
La jovencita estaba en lo cierto y algo malo ocurría sin duda alguna, ya que Charaxas la había encontrado y venia en busca de respuestas.
REFERENCIAS A NÚMEROS ATRASADOS
1.- A revisar todos los episodios anteriores.
2.- En el número anterior.
3.- En el número 65 de los Titanes.
¿Cuánto tiempo vamos a tener dos Robin en danza? Al final harás un equipo de robins, y una robinmascota… voto por un ornitorrinco…