Superhumanos #14

Por Ibaita


Fecha de publicación: Mes 173 – 9/12


VOLUMEN II: LOS VENGADORES

Número 26: Invasión (II de VI)

Sin Banderas avanzó lentamente cargando con el cuerpo inerte del Castigador. Echó un último vistazo al almacén; aún podía hacer estallar los explosivos a tiros, aunque moriría con casi total seguridad y además atraería a toda la tripulación al almacén antes de poder escapar. Decidió que valía más la pena seguir vivo.
-Aquí Pasillo 22, ¿me recibes, Almacén?
-Sí, ¿qué ocurre?
-El comandante Jones me ha ordenado contactar con vosotros porque no os localizaba; tengo que ir a investigar pero antes quería probar el contacto por radio.
-Bien, la situación es normal.
Sin Banderas continuó avanzando y se detuvo justo en la esquina; soltó al Castigador y sacó su cuchillo. Justo en aquel momento el agente encargado del pasillo 22 dobló la esquina; el terrorista lo eliminó silenciosamente. Después volvió a cargar al Castigador. El combate contra el Capitán América y tener que cargar con su compañero le habían retrasado muchísimo; si no se daba prisa los Centinelas elevarían el barco antes de que pudiera escapar.


El Sapo entró botando en la sala de trono. El palacio cada vez estaba más fortificado, habiéndose convertido en una auténtica mole de metal.
En aquel momento, había una gran mesa frente al trono. Alrededor de ella, además de Magneto, se encontraban un hombre de unos cincuenta años con constitución fuerte, otro mucho más joven de pelo rubio, un hombre considerablemente obeso y una mujer anciana y ciega.
-¡Mi señor!-dijo Sapo jadeando.
-¿Cómo osas interrumpir una reunión de la Hermandad de Mutantes, gusano?-le espetó el hombre más fuerte mirándole con desprecio.
-No te preocupes, Avalancha-dijo Magneto cruzando las manos-. Estoy seguro de que el Sapo tiene algo importante que decir.
-¡Mi señor, el rey de Wakanda está intentando contactar con vos!
-Serán buenas noticias-sonrió la anciana ciega.
-Gracias por la información, Destino. Y a ti también, Sapo.
Magneto hizo un gesto y unos paneles de metal puestos para tapar una pantalla, sin duda al no haber esperado noticias tan importantes, se desplazaron.
-Buenos días, T’Challa. Siempre es un placer.
-Saludos, Magnus. Quería presentarte formalmente mis respetos y mi postura con respecto a la guerra.
-¿Y cuál es, si me permites la urgencia?
-Mis manos están atadas. Lo siento, pero no puedo intervenir. Las relaciones entre Wakanda y Estados Unidos son muy tensas desde que mi padre expulsó a todas las multinacionales del país; y aún más desde el incidente Klaw. Sin embargo, quiero que sepas que todos los refugiados de tu país cuentan con las fronteras de Wakanda abiertas, y también con asilo.
-Te lo agradezco de corazón, T’Challa; sinceramente, no sé qué iba a hacer con mis ciudadanos. Ahora ya puedo incluso evacuar a una parte de la población. Muchas gracias.
-Que el Dios Pantera esté contigo, Magnus.


-¡Eh! ¡Quieto ahí! ¡Ni te muevas!
Un agente de SHIELD apuntó con su rifle a Sin Banderas, que al instante soltó al Castigador y levantó las manos.
-¿Quién eres tú y qué haces aquí?
Entonces, el terrorista se giró y dio una terrible patada en la cadera al guardia; éste disparó al instante y una bala alcanzó a Sin Banderas en el costado, haciéndole gruñir de dolor a pesar del chaleco antibalas. Rápidamente agarró el rifle del guardia y le golpeó con él en la cara, para después dejarle inconsciente con un último cabezazo que hizo que la cabeza del guardia golpeara la dura pared. El anarquista tosió algo de sangre; apenas podía respirar. Entonces oyó un murmullo. El Castigador se estaba despertando.
-Justo a tiempo, joder. Seguro que alguien ha oído ese disparo. Mierda… tengo que dejar de fumar…
El Castigador se fue reanimando mientras Sin Banderas oía los pasos de al menos dos guardias que se acercaban. Rápidamente se asomó a la esquina y disparó; la primera bala atravesó limpiamente la cabeza del primero, y después se volvió a cubrir.
-¿Qué… Qué ha pasado?
-Te lo cuento por el camino, pero levanta, joder.


Unos cuantos cientos de refugiados avanzaban lentamente hacia las naves. Sasquatch estaba a la puerta de una de ellas, comprobando las identidades.
-Lo siento, señor Ohnn, pero usted tiene superpoderes y deberá quedarse aquí.
-¡Pero sólo puedo abrir portales a nivel muy bajo, no puedo luchar!
-Lo entiendo, pero debe comprender que sólo podemos evacuar a un pequeño número de habitantes y debemos dar prioridad a los que no tienen superpoderes.
Forja salió entonces de debajo de una de las naves.
-Ésta ya está lista, Sasquatch. Sólo había un pequeño fallo en el propulsor derecho.
-Muy bien, la daré permiso para despegar ya. Con suerte tal vez pueda volver y cargar a otros cien. ¿Cuánto… Cuánto tiempo crees que nos queda?
-No sé, probablemente menos de un día, pero ni siquiera sabemos qué van a mandar a por nosotros.
-Crecí en Canadá, pero mi patria es Genosha. Manden lo que manden, aguantaré.


Una bala atravesó limpiamente el brazo de Sin Banderas. Éste gritó de dolor una vez más mientras disparaba una ráfaga con su fusil, derribando a los tres agentes de SHIELD que les perseguían. Ya estaban subiendo las escaleras que daban acceso a la cubierta.
-¿Pierdes mucha sangre?-preguntó el Castigador mientras abría la puerta.
-¡Tú sigue!
El superterrorista abrió la puerta. Tres soldados ya le estaban esperando allí. Rápidamente se lanzó contra el primero, derribándole de una patada, al tiempo que se agachaba para esquivar los disparos de otro. Dos certeros tiros tumbaron a los otros dos.
En cubierta, la lluvia arreciaba. La tormenta estaba siendo bastante fuerte y el barco se movía de un lado para otro violentamente. El sonido de la fuerte lluvia y los truenos hacían que apenas se hubieran escuchado los disparos. Eso no impidió que una gran silueta avanzara hacia ellos. A través de la fuerte lluvia y la oscuridad apenas se le veía a veinte metros de distancia.
-¡¿Alguien me quiere explicar qué cojones está pasando aquí?!-bramó la Cosa.
El Castigador se escondió rápidamente tras una esquina, pero ya era tarde. Sin Banderas salió a cubierta justo después, tambaleándose, y cayó de rodillas. Con su último esfuerzo sacó un bazooka y apuntó a su blanco. A diez metros de distancia, el proyectil rasgó el aire y alcanzó de lleno en la cara a la Cosa. Éste gritó, principalmente por el impacto en los ojos.
-¡Aaargh! ¡Ahora vais a saber quién es la adorable Cosa de ojos azules!
A ciegas, el vengador se lanzó contra el Castigador. Éste se agachó para esquivar el puñetazo y la Cosa tropezó con él. Increíblemente, Grimm cayó al suelo.
-¡Sin Banderas! ¡Vamos!-gritó el otro terrorista. Al ver que su amigo no respondía, volvió a por él corriendo y le cogió en brazos.
El Castigador se deshizo del bazooka de Sin Banderas y de todos los pesados rifles. Bastante le iba a lastrar ya cargar a su compañero. Con cuidado de no resbalar, comenzó a correr por la cubierta directo a las lanchas de emergencia. No tenían mucho tiempo, la Cosa se acababa de levantar y ya podía ver. Tres o cuatro guardias más salieron de algún lugar del barco. El superterrorista agachó la cabeza y continuó corriendo en una lluvia de balas, mientras respondía él con su pistola. Ya tenía las lanchas justo enfrente, y al menos siete balas le dieron en la espalda. Sólo la combinación del chaleco antibalas, su resistencia superhumana y su voluntad le hicieron seguir corriendo. Con toda la suavidad que pudo, dejó a su compañero en la lancha y saltó él.
Tomó los controles de la grúa con el presentimiento de que era demasiado tarde. Varias docenas de guardias más estaban corriendo hacia las lanchas; le acribillarían desde la cubierta si no les mataba la tormenta. Entonces oyó un potente zumbido que iba aumentando de intensidad. Miró hacia atrás y a lo lejos, en medio de la tormenta, vio unos puntos luminosos que se iban acercando.
-Joder. ¡Los Centinelas!-dijo uno de los guardias tirándose al suelo.
El Castigador sabía lo que eso significaba. Aún cuando la lancha no estaba a nivel del mar, hizo que los cables se soltaran; la pequeña embarcación cayó al agua desde unos cinco metros de altura, prácticamente hundiéndose. El terrorista ignoró el agua acumulada y aceleró lo más rápido que pudo.
El fuerte ruido y la velocidad de los cuerpos que se movían a su lado le derribaron. Una ola alejó la lancha al tiempo que la hacía saltar por los aires. Varias docenas de enormes robots, los Centinelas, se pegaron magnéticamente al enorme carguero, y un instante después lo hicieron despegar. Semiinconsciente y a merced del mar, el Castigador vio el barco alejarse por los aires.


Número 27: Invasión III de VI
-Buenas días, señor. Si me permite, debo acompañarle a su casa.
Pyros miró con un gesto de arrogancia a Fabián Cortez.
-Sé que puede defenderse usted solo, señor, pero como miembro de la Hermandad de Mutantes es importante protegerle, y ese honor recae en los Acólitos de Magneto.
-Magneto no me había informado de esto.
-Tal vez se le haya olvidado, señor, pero la guerra está a punto de empezar y había que tomar medidas de última hora.
El mutante pirokinético frunció el ceño y continuó andando hacia su casa. Los minutos pasaron rápidos hasta que los dos hombres llegaron a su hogar, en una zona vacía. Entonces Cortez sacó una pistola.
-¿Eh? ¿Qué haces?
-Adiós, arrogante hijo de puta.
El traje de Pyros era a prueba de balas, pero un disparo en el lanzallamas que llevaba en la espalda lo hizo explotar. La explosión derribó a Pyros, que comenzó a arder descontroladamente. No sólo no podía extinguir las llamas o alejarlas de él, sino que cada vez eran más grandes y descontroladas. Al fin y al cabo, el poder mutante de Cortez era potenciar el poder de los demás. Y cuando éste se alejó, sólo quedaba un montón de cenizas.


El Hombre Absorbente entró en la habitación y dejó el escudo circular sobre la mesa.
-El cadáver se lo han llevado los de SHIELD. Creen que pueden hacer más pruebas del suero del supersoldado o algo.
Hulka, la Cosa, Spiderman y Iron Man le miraron en silencio.
-No me puedo creer que el Capitán América haya muerto-dijo finalmente Spiderman-. ¿Quiénes fueron?
-No les vi muy bien, pero juraría que eran los dos terroristas esos. El que atacó a Tony y el otro, el que rescató al primero y atacó la base.
-Joder, parece que nos odian de verdad. ¿Y qué vamos a hacer con el ataque a Genosha?
-Todo sigue según el plan-dijo fríamente Stark-. Yo dirigiré la operación.


El carguero estaba ya depositado. Los Centinelas despegaron y volaron directamente hacia Genosha. En pocos minutos, ya estaban allí. El fuego comenzó y las bombas empezaron a caer sobre Bahía Martillo. Los enormes robots se desplegaron en todas las direcciones, para que Magneto no pudiera acabar con ellos a la vez.


Piotr Nikolaievitch clavó la azada una vez más. Con su superpoder era fácil trabajar la tierra, y podía alimentar a toda su familia él solo. Ninguno de ellos había abandonado Genosha; se habían tenido que quedar allí. Piotr sólo podía esperar que la guerra no fuera devastadora y sólo murieran combatientes. Se equivocaba. Las tierras que cultivaba, al pie de las montañas Ridgeback, se encontraban en medio de la ruta de los Vengadores. Fue el Hombre Absorbente el que le asfixió, convertido en arena. Su último pensamiento fue para su hermana Illyana; estaba tan indefensa… Ojalá Mikhail la pudiera proteger.


-El ataque ha comenzado, señor. ¿Tiene la información?-preguntó Triatlón.
-Sí, Madrox ya me ha informado de todos los frentes; yo me encargaré de los Centinelas. ¿Dónde está Cortez?
-No le encontramos-respondió Cromo-. ¿Vamos sin él?
-Esperad; un clon de Madrox ha encontrado a un campesino muerto por Ridgeback. Probablemente sea una ruta de ataque sorpresa. Forja ya ha enviado algunos robots hacía allí. Sasquatch, tú puedes intentar ocuparte de los Centinelas, ve a Bahía Martillo. Masacre, Triatlón y Cromo, vosotros buscad al comando que merodee por Ridgeback. ¿Hombre Puerta?
Un hombre rodeado de energía oscura entró en la habitación.
-Estoy aquí, mi señor, pero no puedo teleportar a los Acólitos. Mis poderes no me dan tanto alcance, sólo podría hacerlo si Cortez los aumentara.
-Pues ve con ellos; al fin y al cabo nadie puede dañarte. Tal vez os encontréis a Cortez.


Iron Man se detuvo de pronto. Sus sensores captaban ondas de radio. Alguien estaba haciendo una llamada cerca.
-Mierda, puede que hayan encontrado el cadáver del campesino. Tenemos que movernos rápido. Y… Sí, nos han detectado. Tenemos diversos puntos térmicos que se mueven hacia nosotros a gran velocidad.
Los cinco supersoldados se prepararon para el combate. Entonces, el sentido arácnido de Spiderman le avisó. Sin que a los demás les diera tiempo a moverse, él saltó hacia atrás rápidamente y esquivó un cohete que le pasó rozando, para finalmente alcanzar el suelo y explotar. Los otros cuatro cohetes dieron en sus respectivos blancos; por suerte todos ellos podían resistir más de la cuenta.
-Joder. Cohetes rastreadores de calor que eran invisibles a mis sensores-gruñó Iron Man-. Esto es cosa de Forja.
Los robots aparecieron desde las montañas. Una red electrificada salió de uno de ellos, atrapando de inmediato a Hulka. La Cosa golpeó a uno de ellos antes de que pudiera hacer nada, destrozándolo. Otros dos lanzaron sendos cables hacia Iron Man, inmovilizándole de nuevo mediante electromagnetismo. El Hombre Absorbente intentaba hacer frente a uno que parecía especialmente fuerte, mientras otro disparaba contra Grimm.
Spiderman lanzó una ráfaga de balas contra el robot que tenía delante, pero apenas le hizo daño. Entonces, uno le agarró por detrás y comenzó a estrangularle mientras le suministraba grandes descargas eléctricas. Rugió de dolor, sin ninguna posibilidad. El robot era mucho más fuerte que él y todos sus compañeros estaban ocupados. Sentía como su consciencia se iba desvaneciendo. De pronto, sin previo aviso, la fuerza del robot pareció disminuir y Parker se liberó, destrozando los brazos de su contrincante. Unos metros delante de él, Hulka también rompió la red.
-Sí, he sido yo el que ha aumentado vuestros poderes. De nada.
Todos se giraron y vieron a Fabián Cortez, mirándoles de manera arrogante. Iron Man, recién liberado por Creel, le apuntó con la mano derecha.
-Cortez, me imagino.
-Sí.
-¿Quién es este tío?-preguntó Spiderman mientras se incorporaba lentamente.
-El contacto que nos infiltrará en el palacio, a cambio de ser nuestro presidente de Genosha cuando caiga el régimen de Magneto. Es el sistema que ha usado Estados Unidos en la mayor parte de invasiones que ha hecho. Así que dime, Cortez… ¿Eres más de fiar que Sadam Hussein?
-Lo que yo haga durante mi presidencia no va a ser de tu incumbencia. Seguidme al palacio.
-Espera. Se acerca más gent…
Stark no pudo acabar la frase, ya que su armadura fue totalmente cubierta por cromo. En escasos segundos, Iron Man era una estatua.
-¡Cortez, puta rata, estás muerto! ¡Esto es de una catadura moral mucho más baja que lo que le hice a las gemelas Olsen!
Un instante después, Triatlón, el Hombre Puerta, Masacre y Cromo bajaron corriendo la ladera. Triatlón, gracias a su supervelocidad, fue el primero, y antes de que ninguno de los supersoldados pudiera reaccionar dio un prodigioso salto y derribó a Spiderman de una patada. Hulka fue corriendo hacia ellos mientras Cortez aumentaba el poder del Hombre Puerta, con intención de hacerle desaperecer a él mismo.
-¡No, espera…!
Hulka golpeó al Hombre Puerta con todas sus fuerzas, siendo absorbida al instante por él y desapareciendo. Ni el propio teleportador ni Cortez sabían dónde habría podido acabar.
-Mierda…
Cortez cambió de estrategia y aumentó la fuerza de la Cosa, pero no sirvió de nada. Antes de que éste tuviera oportunidad de actuar ya había sido petrificado por Cromo. Se giró para ver con quién podía usar su poder, y entonces vio a Masacre justo encima suyo, en el aire. El acólito saltó con toda la velocidad que pudo reunir, pero no consiguió alejarse lo suficiente. La katana de su ex compañero bajó demasiado rápido y le cortó de cuajo la mano.
-¡Aaaaargh!
-¡Pero qué despistado te noto hoy, hombre! ¡Primero te piensas que puedes traicionarnos como si nada y ahora se te cae la mano y ni te enteras!
Masacre se enfundó la katana manchada de sangre y sacó una pistola, con la que apuntó directamente a la cabeza de Cortez. De pronto, el acólito bocazas cayó de rodillas sin poder articular ni una palabra. Estaba ciego y todo su cuerpo estaba infectado por un terrible dolor; sin embargo, no podía gritar. Le pareció estar ahogándose en su propia sangre. Cortez se vendaba el muñón de la mano con un trozo de capa mientras sonreía levemente.
-Tu punto débil es tu factor curativo. Si lo aumento lo suficiente, tus células se curarán demasiado rápido y nada podrá detener su reproducción. ¿Lo notas? En unos segundos has desarrollado más de dos docenas de tumores a la vez.
Mientras, Spiderman golpeó a Triatlón y le dejó inconsciente. Había tenido que contenerse; él tenía una fuerza 40 veces superior a la normal y Triatlón sólo 3, a pesar de ser más rápìdo y ágil.
-¡Hombre Puerta! ¡Corre y vuelve al palacio, yo puedo ocuparme de ellos!
Cromo se concentró y el Hombre Absorbente comenzó a convertirse en una estatua. Cuando acabó, ya sólo quedaban Spiderman y Cortez. Sería fácil; la batalla estaba ganada. Entonces, para su sorpresa, el Hombre Absorbente comenzó a moverse.
-Imbécil. Puedo convertirme en cualquier sustancia que me toque; tu poder es totalmente inútil contra mí.
Creel corrió hacia el acólito y le rompió el cuello de un terrible puñetazo. Cuando murió, el cromo que cubría los cuerpos de los Vengadores comenzó a disolverse poco a poco.
-Espero que esto nos haya enseñado la lección-murmuró Iron Man-. Han estado a punto de derrotarnos cuatro enemigos. No podemos hacer frente a un país, así que sera mejor que no nos vean. Cortez, ¿has perdido demasiada sangre?
-Puedo guiaros.
-Está bien. Te seguimos.


CORREO: BASE DE LOS VENGADORES
Pues aquí estamos, llegando ya a la mitad de la saga que cerrará el volumen II (números autoconclusivos aparte). Como veis, se junta una amplia galería de personajes nuevos con los que más protagonismo han tenido (tanto en el volumen II como en el I, que hacía tiempo que no veíamos a Sin Banderas y al Castigador).

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2 Responses to Superhumanos #14

  1. MarvelTopia says:

    ¡Esta saga promete! Y empiezan a salir superhéroes de debajo de las piedras…

  2. ibaita says:

    ¡Gracias! Lo cierto es que me preocupaba meter tantos personajes de golpe, igual despista un poco al lector. Con los habitantes a pie de calle tipo Coloso o La Mancha puedo permitírmelo porque son sólo cameos, pero con la Hermandad, los Acólitos y demás ya había que encajarlos como pudiera. Espero que el hecho de que ya sean personajes conocidos y no unos creados por mí ayude a recordarlos.

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