Un poder supremo en las manos de un adolescente, un pasado en una era indómita y salvaje, un cruel destino que amenaza con cumplirse… Pero ante todo un ser humano que lucha por sobrevivir en un mundo que no es el suyo.
#31 – Nada detiene al Imparable… ¿Torre?
Por Xumer
Fecha de publicación: Mes 26 – 6/00
Resumen de lo acontecido en el episodio anterior, si lo has leído y te acuerdas pasa de leértelo.
En el último numero Nathan Grey se convirtió en el Rey Blanco del Club del Fuego Infernal. Han pasado tres semanas.
Alaska.
Todos os podéis imaginar como es, por lo que no gastare bytes describiendoosla, solo decir que es muy muy fría y esta cubierta de blanca nieve.
Una figura cae desde el cielo, a la lejanía se oye como un avión se va por el horizonte.
La figura parece flotar sobre el aire y cae suavemente. Las puntas de unos zapatos negros se flexionan al tocar el suelo. Esos zapatos pertenecen a una persona enfundada en un gran abrigo polar, este no esta cerrado y deja ver un elegante traje, todo menos el chaleco y la corbata es blanco, estos otros son negros. El abrigo cae como una especie de manto regio y se extiende por el suelo uniformemente.
Ahora le vemos la cara, tiene el pelo marrón menos los dos mechones delanteros que son de un color blanco bastante de acorde con su vestimenta.
Sus ojos eran azules.
Había una cálida taberna a varios pasos, estaba construida completamente de madera y su techo estaba nevado. Con un gesto el hombre de blanco apartó toda la nieve del camino.
El bar por dentro era oscuro, pero cálido, tenia un techo bajo y una barra muy larga que se prolongaba de un lado a otro de la caseta. Era el típico local donde los montañeses y camioneros de paso se reunían para tomar un café. Una gramola reproducía una canción Country para los pocos clientes del bar. El hombre de blanco atravesó el bar hasta un oscuro recóndito donde había una mesa ocupada.
El ocupante era un hombre enorme, con una camisa tártara de leñador y estaba acurrucado sobre su cerveza.
– ¿Cain Marko?- Pregunta el hombre de blanco.
– Depende… ¿quien pregunta por él?-
– Nathan Grey.- Dice de nuevo.- Quiero ofrecerle un puesto en…-
La estruendosa risa de Cain le corta la oferta a Nate.
– No estoy interesado, ya no soy el típico supervillano sparring de cualquier superbobo.-
– Aun no conoce mi oferta, no la rechace.-
– No me des el coñazo… o te tendré que dar una lección.-
– Supongo que no vale la pena insistir.-
– No a menos que quieras que te retuerza el pescuezo.- Ese comentario le repatea a Nate, sin embargo sigue su camino hasta la puerta y justo antes de salir una malévola sonrisa pasa por su rostro.
Sin ningún motivo aparente la cerveza de Cain explota y le salpica cerveza y cristales sobre la cara. El Imparable Juggernaut se queda con cara de gilipollas y un asa de cerveza rota en la mano.
Afuera del Bar.
Nathan esta encarado hacia la puerta del bar, a cierta distancia, ya se ha quitado su abrigo y ahora podemos ver su chaleco negro y pantalones blancos, debajo del chaleco lleva una camisa blanca.
– 99, 100, 101, 102, 10…- Al llegar a ciento tres la puerta del bar se abre y sale un cabreado Cain Marko con su armadura de Juggernaut, una gota de cerveza todavía resbala por su barbilla.
– Tío, eres un puto fiambre, después de esta pelea tendrán que recoger tus pedacitos con cuchara sopera.- Le dice, a punto de embestir.- ¿Alguna ultima voluntad?-
– Te pediría una cerveza…- Le dice Nate.- … pero me temo que se te rompería entre las manos…-
Nate empieza a reirse a carcajadas. El Juggernaut carga. Para todos aquellos que nunca halláis visto al Juggernaut en acción os diré solo una palabra: «Contundente«. Una vez carga solo se puede uno apartar o encomendarse a Dios, su poder proviene de la Joya Cyttorak, lo que le dota de una fuerza sobrehumana, incluso en muchos casos sobremutante. Aparte también tiene campo de fuerza que lo rodea y que casi nada puede atravesar. En otras palabras, Nate lo tiene crudo.
Nathan levanta el vuelo, lo cual provoca que el Juggernaut tale unos cuantos metros de arboles.
– Mira, el pajarillo puede volar.-
– Si, también se hacer otras cosas…- Dice Nathan lanzandose en picado y trasmitiendo parte de su energía telequinetica a sus puños. De un golpe le tuerce la cabeza al Juggernaut, con los siguientes intenta hacerle bajar la guardia golpeando su estomago, todo en vano, ya que el Juggernaut ni se inmuta.
– Espero que tu traje no sea nuevo.- Le dice Cain a la vez que le da un manotazo, la pequeña figura de Nate para el golpe con ambos brazos y un escudo telequinetico.
El esfuerzo le hace retroceder.
– Ya veo que estas en forma ¿Como decías que te llamabas?-
– Nathan Grey, posiblemente el mayor telepata del mundo.-
– Yo conozco al mayor telepata del mundo.- Dice a la vez que pega un potente puñetazo. Nate a duras penas se mantiene de pie.- He redecorado su casa un montón de veces(1).-
Nathan consigue detener un segundo golpe del Juggernaut.
Lastima que no viera ni por asomo el tercero. El golpe le da en la cara. Cualquier otra persona pasaría a entrar en el club de los sin-cabeza, pero Nate gracias a sus escudos «solo» le destroza la cara. La verdad es que una rápida decapitación le habría dolido mucho menos.
Nate comienza a vomitar sangre y se mancha el traje. Con una mano se tapa la boca.
– Upps… Creo que te he destrozado la cara.-
Nathan se empieza a concentrar.
– La verdad es que me caías bien, casi siento tener que aplastarte. Ojalá nos hubiéramos conocido en otras circunstancias… Bueno ¿que demonios?- Concluye a la vez que levanta el pie para rematar a Nate.
Nate se levanta y concentra todo su poder telequinetico, toda su voluntad en su puño. Lo dirige hacia el estomago de Cain y no falla.
El puño se incrusta dentro de Cain y el brazo de Nathan parece avanzar unos centímetros hasta pararse. Ambos se miran, la cara del Juggernaut solo refleja sorpresa, su boca esta medio abierta.
La enorme masa de Cain cae al suelo. Por un momento pierde la respiración. Luego recupera la compostura y se levanta. Esta sorprendido, desde que consiguió sus poderes nunca le habían golpeado tan contundentemente.
Nate esta cubierto de sangre de los pies a la cabeza, de su traje blanco no quedan mas que harapos. Escupe sangre con grumos.
– ¿Ahora escucharas la propuesta?-
Cain mira a Nate y rompe a reír.
– Si, chaval, te lo has ganado.- Murmura entre risas.
Nathan por un momento se ve sorprendido, después se ve los brazos cubiertos de sangre y jirones de ropa.
Al momento también estalla en una sonora risa.
(1).- Cain se refiere a su hermanastro, Charles Xavier, al cual ha atacado periódicamente casi todos los años, como si de una reunión familiar se tratase. Y por redecorar entiende destruir paredes, muros e incluso en un par de ocasiones edificios.
Próximo número: Hombre-X #32. El Club del Fuego Infernal ataca un bonito castillo medieval en Latveria…
Xumer