Stephanie Brown ha tenido una vida difícil: Es hija del delincuente conocido como Cluemaster, quedó embarazada en plena adolescencia, fue novia de Robin… Sin embargo, cuando se pone su uniforme morado y se convierte en la vigilante enmascarada conocida como Spoiler, no hay nada que se le resista.
#15 – Ay, ay, ay
Por David Guirado
Fecha de publicación: Mes 170 – 6/12
Hace un par de semanas.
En Blackgate estaba el ambiente revolucionado. Máscara Negra acababa de agredir de gravedad a uno de los reclusos y se había armado la gorda. Multitud de guardias se habían acercado hacía Roman Sionis con la intención de mandarlo a una celda de máxima seguridad, con la intención de que no pudiese herir a nadie más. (1)
James Howards cerró los ojos. Intentado no ser testigo del derramamiento de sangre iniciado por Sionis. Pese a haber intentado autoproclamarse el protector de los criminales, lo cierto es que el nuevo Polilla Asesina no soportaba la visión de la sangre. (2)
Con fuerza, Howards cerró los ojos, intentado librarse de contemplar dicha desagradable escena. Deseó estar con todas fuerzas en cualquier otro lugar, lejos de allí, de ese ambiente tan hostil en el que se hallaba confinado. Un buen lugar donde volver sería a Washington, donde hace años, de niño, fue de visita escolar y le encantó contemplar la maravillosa capital de los Estados Unidos.
Para su sorpresa, al abrir los ojos, se encontrar de repente contemplando de nuevo esa ciudad, teniendo enfrente suya la Casa Blanca. Inmediatamente, el criminal, se restregó los ojos con las manos, creyendo que se trataba de una alucinación. La gente de su alrededor empezó a gritar que un hombre había aparecido de la nada. Para más inri, las personas empezaron a darse cuenta de que no sólo era que había aparecido de repente, sino que además iba vestido de recluso.
Howards, sin acaba de entender muy bien lo que estaba pasando empezó a correr. No tardó mucho en perseguirle uno de los guardias de seguridad ocupados de vigilar la Casa Blanca, alertados de que un individuo vestido de recluso había aparecido delante de la misma.
Polilla Asesina seguía corriendo sin saber muy bien como había acabado allí. Con el rabillo del ojo, se dio cuenta de que aquel vigilante estaba apunto de atraparle, así que cerró los ojos y pensó que las cosas en Gotham no le iban tan mal como creía.
Al abrirlos de nuevo, James Howards estaba en uno de sus escondrijos, en una casa abandonada en las afueras de Gotham. Alucinado, había comprendido que de alguna forma misteriosa podía teletransportarse donde quisiese.
Ahora.
– ¿Pero qué coño?- musitó Stephanie Brown, cuando alguien le puso una mano al hombro.
En plena batalla en la que los Titanes combatían contra Polilla Asesina y Charaxas, el villano había desaparecido como si nada. Y acto seguido había sorprendido a Robin poniéndole a la chica la mano en el hombro. Un parpadeo más tarde, tanto James Howard como Stephanie Brown habían desaparecido de ese campo de batalla en el que se había convertido New York. (3)
Un parpadeo más tarde ambos aparecieron de golpe y porrazo en New York. Steph, quien ya estaba acostumbrándose a todos los asuntos del teletransporte gracias al tubo que tenía en su «Stephcueva» y que le permitía viajar de Gotham a la base de los Titanes, comprendió ipso facto lo que había pasado.
– ¡Maldito seas!- exclamó Robin- ¡Devuelveme a New York!
– Ni lo sueñes, señorita. No con ese monstruo por ahí sobrevolando la ciudad. El viejo James Howards no es ningún estúpido- respondió Polilla Asesina.
– Aunque sigues siendo un cobarde, Polilla de remplazó – comentó Robin mientras pegaba un puñetazo en la cara a su enemigo.
Pollilla se tambaleó un poco tras recibir ese golpe, pero de inmediato se lo devolvió a la chica, quien se acabó de bruces en el suelo.
– No te pienses que no te he reconocido, zorrita. Pese a que la voz te sonaba más ahogada cubierta por esa máscara, sé que eres Spoiler, la chica que me encerró- dijo Polilla Asesina- Tu forma de hablar y tus movimientos te delatan.
– Con eso y una moneda, tienes para un café- replicó Robin mientras se levantaba del suelo.
Robin se levantó del suelo y le dio un buen puñetazo en los morros a Polilla Asesina, que hizo que el casco se le tambalease a su adversario.
– Ese ha sido gratis, rubita- replicó el criminal antes de parpadear de nuevo y desaparecer de allí.
Nuevamente, Howards había hecho su truco y se había esfumado sin dejar ni rastro. Lo que no entendía es porque había desaparecido de nuevo sin dejar ni rastro. Le cuadraba que el aspirante a supervillano le hubiese alejado de sus compañeros Titanes para tener la ocasión de poder vengarse a solas. Pero no el porqué ahora que la tenía para él en solitario volvía a esfumarse. A no ser que…
– ¡Ni lo sueñes!- gritó Steph mientras se giraba y le daba un gancho a Polilla Asesina quien estaba detrás de ella.
James Howards acabó en el suelo, listo para ser entregado a la policía.
– ¡Pringado! Puedes pillarme desprevenida una vez con ese truquito, pero dos ya no. Te funcionaría en New York, pero aquí nada de nada- dijo Steph. (4) Tendrás unos nuevos poderes molones, pero ha sido muy fácil poder vencerte.
Polilla Asesina no respondió. Fingía inconsciencia mientras que la chica se jactaba de haberle podido derrotar con facilidad. Mientras Robin parloteaba sin cesar de lo sencillo que había sido vencerle, el villano volvió a desaparecer.
Esta vez no se limitó a aparecer detrás de la chica y a sorprenderla por la espalda, sino que se plantó delante de ella, como desafiándola.
– ¿Es que tú no aprendes nunca?- farfulló Steph.
Polilla Asesina intentó asestarla un puñetazo, pero Robin lo bloqueó con una defensa alta. A continuación la chica le golpeó con una fuerte patada que hizo mucho daño al villano.
– Es mejor que te rindas, bichito- dijo Robin.
Mientras tanto, en un almacén abandonado, Máscara Negra y Franchesco Monaguigui se encontraban planeando su siguiente movimiento.
– Bien, ahora es de cajón que nos buscarán en todas las localizaciones conocidas que tienen de nosotros- comentó Franchesco Monaguigui.
– Lo sé, Monaguigui. Sin embargo, sabes tan bien como yo que Gotham es nuestra ciudad y que lo de poder gobernar sobre ella ya es personal. Por no mencionar que le debemos a esa zorra de Spoiler, Robin o cómo se llame esa putita una muerte muy lenta. Si pudiera, la mataría con mis propias manos tras una dulce tortura, por supuesto- respondió Máscara Negra- Por lo menos ahora podemos usar se talento tuyo recién descubierto para que nos ayude en nuestra venganza.
De sopetón, Franchesco Monaguigui sintió una especie de impulso. Algo que no sabía explicar le estaba tirando por dentro de su alma y le impulsaba a abandonar aquel escondrijo y salir a la calle a seguir sus impulsos. Era una sensación inexplicable, como si se estuviese liberando de la máscara que le propulsaba a seguir la sociedad y finalmente fuese a liberar su verdadero yo.
Ignorando por completó a Roman Sionis, Franchesco se dirigía a la salida de aquel mugriento almacén.
– Ey, ¿dónde coño vas?- preguntó Máscara Negra.
Franchesco Monaguigui no hizo ni caso a la llamada de su supuesto socio, prosiguiendo sin tesón a caminar hacia la calle. Sionis fue detrás de él, dispuesto a obtener algún tipo de respuesta. Sin embargo, Franchesco proseguía su andadura, habiendo abierto ya la puerta.
– Gordo Cabrón, no me gusta que actúes así sin dar ninguna explicación. ¿Qué mierda te propones? No es momento de salir así como así a la calle sin mediar palabra- insistió Máscara Negra.
Monaguigui ni siquiera estaba escuchando. Sólo le importaba obedecer a esa sensación y llamada que sentía dentro de él. Sin más dilación, puso en marcha su habilidad recién obtenido y emprendió el vuelo, dejando tras de si a u confundido Máscara Negra.
Apenas unos minutos después, una señora de unos cincuenta años, había salido a la terraza a tender, cuando se topó con un Franchesco Monaguigui en pleno vuelo. Al ver que tenía público, el criminal cogió de la cintura a la mujer, mientras está chillaba sin parar pidiendo auxilio. Lo único que obtuvo fue la muerte y acabar como una mancha incrustada en el suelo cuando Monaguigui la soltó sin mostrar ningún tipo de piedad.
En el Hospital de Gotham, Tim Drake estaba inquieto. Sus instintos le decían que algo raro estaba pasando por la ciudad. Habiendo sido entrenado por uno de los mejores detectives del mundo, solía tener la razón en sus corazonadas y aquello no iba a ser una excepción. Se levantó de la cama en la que demasiado postrado y se acercó a la ventana con la esperanza de poder obtener algo de información. Desafortunadamente para el chico, pocas fueron las cuestiones que vio resultas, puesto que una visita le importunó.
– ¿Tim?- preguntó Crystal Brown, la enfermera que le cuidaba, al mismo tiempo que la madre de Stephanie- ¿Qué haces de pie? Deberías estar descansando…
– Verá, he estado mucho tiempo, demasiado, tumbado en esa cama y deseaba poder caminar un poco. Sorprendentemente, me encuentra en una forma física excelente, pese a pasar tanto sin moverme- respondió Tim.
– Aún así, insisto en que descanses, Alvin- comentó Crystal.
– ¿Cómo me ha llamado?- preguntó el sorprendido adolescente.
– No te preocupes, muchacho. Sé que eres Alvin Draper. Soy muy observadora. ¿Cómo no reconocer a ese chico con el que me he topado en mi propia casa en muchas ocasiones? (5)
Tim Drake tragó saliva por un instante. SI la madre de Steph había averiguado que él era Alvin Draper, ¿qué más sabría acerca de él? El chico se encontraba preocupado de que la mujer siguiera atando cabos sueltos y relacionando la relación de Stephanie Brown con Tim Drake y la de Spoiler con Robin.
– No te preocupes, sé guardar secretos- dijo Crystal, mientras guiñaba un ojo- Ahora haz caso a tu enfermera y descansa.
Aquella frase no tranquilizó ni muchísimo menos a Tim, quien seguía dándole vueltas en su cabeza acerca de que más podría averiguar Crystal. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se percató que la madre de Stephanie llevaba colocado en su nuca un pequeño disco, casi imperceptible.
Polilla Asesina proseguía su batalla contra Robin. Si se lo hubiesen dicho a Stephanie hace unos días, no se lo hubiese creído, pero lo cierto era que parecía que el villano llevaba cierta ventaja, puesto que este estaba dedicándose a torear todo lo que podía a la chica.
Cuando Robin intentaba alcanzarle con un puñetazo, Polilla se limitaba a parpadear y a desvanecerse de ese lugar, apareciendo donde Steph menos se imaginaba, para a continuación asestarle un golpe.
Polilla Asesina asestó con fuerza un puñetazo a Stephanie mientras se reía con aires de superioridad.
– ¿Quién es el perdedor ahora, zorra?- preguntó irónicamente el criminal.
Robin intentó defenderse, lanzando un golpe al aire, cortesía del entrenamiento recibido por parte de Canario Negro. Sin embargo, pese a las buenas artes de Dinah Lance, Stephanie falló el golpe, puesto que Polilla volvió a desaparecer.
En esta ocasión, el villano reapareció detrás suyo. Siguiendo su instinto, Robin logró bloquear la patada que le iba a propinar Howards. La chica prosiguió a golpearle, llevándose un buen golpe en plenos morros.
– Mira, esto está siendo divertido y tal, pero será mejor que vayamos acabando. Me esperan los Titanes y eso, ¿sabes?- comentó Robin.
Tras proclamar sus intenciones de zanjar el combate, la jovencita lanzó una patada voladora, mientras que sujetaba con fuerza algo en su mano izquierda. Como Robin esperaba, Polilla Asesina volvió a hacer su truquito del parpadeo para desaparecer. Sin esperar nada más, Stephanie Brown tomó una buena bocanada de aire fresco y se tapó la nariz.
James Howards se materializo en el flanco derecho de Robin, dispuesto a golpear de nuevo a la chica. Steph lanzó contra el suelo el contenido de su mano, el cual se trataba de una capsula de gas. Aquello dejó ilocalizable a la chica a ojos del villano.
– ¡Idiota! Eso no te servirá de nada- anunció Polilla mientras sacaba su pistola.
El villano empezó a disparar a ciegas contra la zona llena de gas, con el afán de dejar hecho un colador a Robin. Mientras Polilla Asesina se dedicaba a vaciar el cargador en vano, una sombra se abalanzó sobre él por encima. Robin aterrizó sobre su enemigo, sentándose en su espalda y rodeando su cabeza con sus piernas.
– ¿De dónde has salido?- exclamó Howards mientras se removía sin parar una y otra vez, intentando zafarse de Robin.
– Nunca deberías haberte metido con una pupila del Jodido Batman, nene- respondió Robin.
Polilla Asesina empleó su habilidad de parpadear y poder teleportarse, apareciendo y desapareciendo en diferentes puntos de Gotham. No obstante, por más que recorriera la ciudad, Robin seguí agarrada a él con fuerza, sin soltarle ni un ápice.
Una cosa que llamó la atención de Stephanie fue que en todos aquellos puntos en los que aparecieron, estaban llenos de criminales haciendo disturbios por Gotham, cosa que anunciaba que el caos reinante en New York que había provocado Kogix no era lamentablemente un hecho aislado.
– Es un placer volar con Ryan Air, pero este vuelo está llegando a su fin- se mofó Robin.
– Condenada putita barata. Aunque creas derrotarme y me encarcelen, volveré a escaparme una y otra vez, con mi habilidad de teleportarme me escapare de dónde sea. Además, Charaxas tarde o temprano te encontrará- dijo Polilla Asesina- Ahora tenemos un vinculo.
– Si viene, estaré más que lista para él. Dicho esto. ¡Hasta luego, cocodrilo!- gritó Robin.
La chica asestó un fuerte golpe en la cabeza a Polilla Asesina. No se limitó a un único puñetazo, sino que golpeo simultáneamente al villano a ambos lados de su cabeza, logrando que quedase inconsciente.
Sin embargo, Stephanie comprendió que lo que le había dicho Polilla Asesina era cierto. Con sus nuevos poderes, podría liberarse en cualquier momento de todo tipo de prisión, así que tomó una dolorosa decisión: dejar inconsciente y libre al villano. Ahora lo prioritario era volver con los Titanes y lograr derrotar a Kogik, el responsable del caos reinante y de que los criminales tuviesen los poderes aumentados. Más adelante, ya le volvería a parar los pies a ese fantoche de Polilla.
No mucho después, Stephanie se encontraba en el pequeño almacén al que ella denominaba cariñosamente la «Stephcueva». Allí se encontraba el tubo teleportador que empleaba que estaba conectado a la base de los Titanes. Lo empleaba casia diario, para poder viajar de Gotham a New York con la máxima rapidez. Le dolía abandonar su ciudad un poco a su suerte, pero lo prioritario era derrotar a Kogix para que las cosas volviesen a la normalidad.
Como tantas otras veces había hecho, Robin se metió dentro del tubo y se dispuso a aparecer a continuación en la Embajada de los Titanes. Sin embargo, algo ocurrió. Por más que lo intentaba, el tubo no paraba de dar error y no habia forma de lograr que funcionase. De algún extraño modo, una especie de interferencia le imposibilitaba el viaje a New Tork.
– Bueno, Stephanie. Parece que de momento te tienes que quedar en Gotham- se dijo a si misma- Asi que, ¿qué vamos a hacer al respecto?
REFERENCIAS A NÚMEROS ATRASADOS
1.- Esto ocurrió en el número 11 de Spoiler.
2.- Y si no os lo creéis, podéis leer el número 8 de Spoiler.
3.- En el número 65 de los Titanes.
4.- Idem.
5.- A lo largo de los tomos de Universo DC de Robin.
ALERTA DE SPOILER
Ya están aquí los cruces con Armaggedon 2012. Recordad que antes de leer este relato es imprescindible leer el de los Titanes del mes, pues empalma directamente con el inicio del relato del mes de Spoiler. A partir de ahí, podéis continuar leyendo con total tranquilidad las peripecias de Steph.
Tomas Sendarrubias: «¡Leído! Así que fue… xxxxxx…. que gamberro. Pues nada, hay Robin para un rato… ¡a ver que el pasa en el Armaggedon! Por cierto, me alegro de ver a Tim así. Mira que dejarle en coma… cuanto cabrón suelto hay por el mundo… ¡¡Je, je, je!!»
Pues en los siguientes episodios, verás Robins a cascoporrillo, así que en ese sentido no te podrás quejar jajaj Eso si, lo mismo al finalizar la saga de Armaggedon 2012, hay menos Robins jurl jurl
Hay más de un cabrón suelto por estos lares 🙂
Y hasta aquí el número del mes. Lo que siempre os digo: podéis enviar vuestras dudas, comentarios, impresiones, dudas, ruegos, preguntas y cheques en blanco al portador a davidguiradoalzira@hotmail.com o bien podéis visitar el grupo de facebook de Marveltopia.
El mes que viene más Armaggedon 2012!
Vale, ya me explico porqué Monaguilli tiene poderes… ¡no había caído!
¿La Polilla es tu villano fetiche o algo?
¿Y seguro que la madre de Steph no es detective en lugar de enfermera? Jejeje…
¿Y que le han puesto con el disco? ¿El chip como si fuera un hurón? Que solitos se han quedado los Titanes contra Kogix, a ver cómo salen adelante los pobres. Ellos… y todos, que menudo berenjenal. Oye, y a ver que le vas a hacer a mi Tim, que le tengo cariño… 🙂