La nueva generación de mutantes necesitaba preparación para enfrentarse al mundo que les rodeaba. Por eso nació la escuela de Generación-X situada en la Academia Xavier, Massachussets. Regida por Emma Frost, antigua Reina Blanca y Banshee, un ex hombre-X, ha intentado estar a la altura de las circunstancias.
#22 – Enlaces I
Prólogo
Por Mario Losada
Fecha de publicación: Mes 1 – 5/98
Los alumnos que la componen proceden de distintos paises y culturas:
- Cámara. Jonothon Starsmore. Inglaterra.
- Júbilo. Jubilación Lee. U.S.A.
- M. Monet Saint Croix. Argelia.
- Pellejo. Angelo Espinosa. U.S.A.
- Penitencia. ¿?. Yugoslava.
- Sincro. Everett Thomas. U.S.A.
- Vaina. Paige Guthrie. U.S.A.
Tras los acontecimientos acometidos en la macro saga de Onslaught, una nueva amenaza se cierne sobre la próxima generación de hombres-X: Utiel, un ser extremadamente poderoso proveniente del espacio exterior. ¿Qué misterios guarda en su interior?.
Un sol primaveral asomaba su cara ante las gentes de Massachussets. Se respiraba un dolor en el planeta acuciado por la pérdida de sus leyendas. ¿Quién les iba a proteger si los héroes habían muerto?. No, no han muerto todos. Aún.
No necesito medio de transporte. No necesito otro instrumento que mi cuerpo, mi espíritu y mi alma para llegar a ese planeta tan remoto que antaño acogiera mi real presencia: La Tierra. Es tiempo de encajar los puzzles que a mis hermanos y a mí nos han sacado de nuestro largo letargo.
Academia Xavier para jóvenes talentos.
El taxi esperaba a la entrada. Un triste Mondo dejaba la mansión y sus compañeros mutantes expectantes por su partida tenían poco que decir. Las maletas reposaban sobre el abrasivo asfalto
-Se que es un poco precipitado irme de esta manera, casi sin avisar -Mondo no podía reprimir las lágrimas-. Siento no poder despedirme de Pellejo y Cámara. Siento no haber sido un autentico héroe.
-Ey, compañero -se acercó Júbilo abrazándole-. No necesitas salvar al mundo para ser un héroe. En tu isla te necesitan más que aquí, todos entendemos tu decisión y en el fondo te envidiamos.
-Ejem -una tos seca y forzada de Banshee hizo entender a Júbilo que como casi siempre hablaba más de la cuenta.
Júbilo se percató enseguida pero no mostró signos de importarle.
-Mondo, vuelve cuando quieras -se atrevió a decir.
-Gracias -su mirada recorrió el rostro de los presentes. Allí estaban Banshee y la Reina Blanca (la hermana de Cordelia) a los que consideraba compañeros más que profesores (aunque bien es cierto que Emma le daba escalofríos cada vez que le miraba) y por otro lado Vaina, Sincro, M, Penitencia (la callada Penitencia) y Júbilo. ¿Cómo no llegar a querer a Júbilo?. Podía ser una pesada y una charlatana pero su espontaneidad la convertían en el punto de unión del grupo. Si, en efecto, Jubilación Lee era el nexo de Generación-X y eso significaba más que un enorme poder o la perfección en cada una de sus decisiones. Miró a M.
-Eres una autentica incógnita Monet incluso por encima de Penitencia -pensó.
Cada uno de los presentes se fue despidiendo a su manera salvo la mencionada Penitencia. La pobre chica parecía indiferente a su marcha.
-¿Haréis el favor de dar un enorme abrazo a Cámara y Pellejo de mi parte? -preguntó ya dentro del taxi.
-Si esperas un poco más podrás hacerlo tu mismo -sugirió Banshee con una antigua pipa en la mano- Están a punto de llegar.
-Quiero dejar esta vida cuanto antes. Quiero dejar Onslaught y Émplaca y el Club de Fuego Infernal… No estoy preparado aún.
-Comprendo tu postura Mondo, créeme, la comprendo he incluso la comparto.
-Adiós amigos.
-Adiós….
El coche se fue alejando lentamente hasta desaparecer de vista. Un compañero, un amigo se había ido de sus vidas. Lentamente se fueron incorporando a sus tareas.
Penitencia escrutaba el suelo en cuclillas en el mismo lugar donde Mondo permaneció por última vez. Pasaron muchos minutos y se acercó la hora de la comida. La joven mutante dio media vuelta y dejó atrás parte de su pasado.
Desde una ventana Emma Frost, la antigua mentora de Los Infernales, observaba el jardín donde Pórtico hacía girar su bramadera. La velocidad se fue intensificando hasta que se teletransportó a otra parte.
-Qué rápido pasa el tiempo y que poco saboreamos los buenos momentos -pensaba Emma-. Unos vienen y otros se van. La batalla que los grandes héroes libraron contra Onslaught me ha hecho recapacitar muchas cosas. Ya perdí a un grupo de mutantes, no volverá a pasar una segunda vez. Lo juro.
Los mutantes. Los mutantes del mañana. El futuro de la humanidad. Mi objetivo empieza con su eliminación. Donde otros fallaron, yo Utiel triunfaré. La Tierra será fuego y ruinas. Mis hermanos se morirán de envidia. Traigo un mensaje a los terráqueos, un mensaje de muerte.
Júbilo, Monet, Paige y Everett estudiaban en el salón de la mansión. El barroquismo del mismo se contraponía con los llamativos uniformes de los mutantes. La joven Júbilo, la última mujer-x, estaba a punto de estallar.
-¡No aguanto más! -gritó en medio del silencio sepulcral de la sala-. Ni un minuto más. Odio estudiar.
-Cállate Júbilo, no me dejas concentrarme -contestó en tono airado su compañera M.
-¿Qué te desconcentro?. Pensaba que nada te podía inmutar -el tono irónico crecía en boca de la mutante-. La perfecta M. La misteriosa M. ¿Qué más cosas te guardas en la recámara?. ¿Acaso no tendrás otro hermano asesino como Émplaca?.
-¡Basta Júbilo! -el corpulento Sincro se levantó de su silla y se interpuso entre ambas.
Una mirada desafiante de Júbilo pero poco más.
-Lo habéis conseguido. Me voy -con un portazo lo hizo.
-¿Sabéis que le pasa? -preguntó atónita Paige.
-Lobezno se ha marchado y nadie sabe donde está1,-M respondió por Sincro.
-Vaya por Dios -Paige levantó los hombros-. Espero que se encuentre bien.
-Logan ya ha pasado por cosas similares, seguro que esta historia tiene un final feliz.
-Eso espero M, eso espero.
En la planta superior Sean Cassidy y Emma Frost acercaban posturas respecto a la mejor educación de sus protegidos.
-Parece que poco a poco estamos consiguiendo que nuestros chicos sean más que un grupo, que sean una familia unida -una sonrisa en boca de Banshee.
-Deberías tener en cuenta que esos chicos son mutantes, y los complejos creados por la sociedad que los rodea hace que su propia aceptación de lo que son, transcurra con dificultad.
Sean se movió un poquito en su cómodo sillón. Enfrente de él, al otro lado de la enorme mesa de cristal, una Emma Frost más humana mostraba la más grata de sus sonrisas. ¿Trataba de imitarle?. Dios, con esta mujer podría suceder cualquier cosa.
-Quizás…
-Quizás no mi querido Sean. Penitencia no habla con nadie. No sabemos si porque no puede, porque no sabe o porque no le interesa.
-Touché.
-Hay más. Vaina, la hermosa Paige, siempre queriendo ser la primera de la clase. Intentando ser otra persona, ser su hermano, cuando debería darse cuenta que ella es mejor por si misma. ¿Quieres que siga?.
La pregunta de Emma si incomodó a su compañero no pareció demostrarlo. Sean prefería escuchar, podía aprender algo.
-Pellejo es rebelde, macarra… M es el misterio del equipo, sus ataques de autismo están fuera de toda lógica.
-Bueno -intervino Banshee arqueando las cejas-. No va a ser todo negativo.
-Déjame acabar. Júbilo es pretenciosa, inestable, siempre hablando de la Patrulla y de su «querido» Lobezno.
-Ya sabes, se tiende a mitificar el pasado. La edad de oro. Siempre lo sucedido nos parece mejor que el presente.
-Ja, ja -la ironía se hizo eco en palabras de Emma-. Si yo tengo un pasado negro, ¿cómo debe ser mi presente?, peor todavía ¿y mi futuro?.
-No te atormentes.
-No lo hago. Simplemente quiero construir un futuro mejor para los de mi especie. Quiero tener un futuro. ¿Recuerdas que antes dijiste que estábamos consiguiendo crear una familia?.
-Si lo recuerdo. No entiendo…
-Yo sólo quiero una cosa. Que cada uno se acepte como es y lo que en verdad es. Sólo así pensaremos en un futuro mejor que el pasado.
-Emma, me estás dando una lección de humanidad.
-De humanidad no Sean, de sentido común.
-¿Qué hay de Sincro y Cámara?.
-¿De verdad quieres que siga?.
Ya llego. Ya llego. Mi poder no tiene parangón. En este orbe seré el amo. Mis otros hermanos no tendrán opción. Entre los siete seré el líder que guíe a la familia. Es un derecho que me ganaré con honor. Ya llego. Ya llego.
Un taxi abollado y mugriento hizo su entrada en la mansión. Pellejo y Cámara salieron por la ventanilla de atrás. Al parecer las puertas se habían atrancado.
-Vamos chicos, espero que el viaje haya sido de vuestro agrado -comentó un pato con enorme puro en su pico.
-Gracias por el viaje de regreso a casa Howard -Pellejo le tendió la mano.
Sean y Emma salieron a su encuentro corriendo.
-¿Dónde estabais?.
-¿Os parece bien lo que habéis hecho?.
-Son peores que mis viejos -alegó Howard el pato mirando al cielo.
-¿Esto es una broma? -Gritó Emma-. ¿Quién es ese pato?.
-Lo siento chicos pero no aguanto más. Me voy2 -dijo Howard.
-Un momento. Exijo una explicación de todo esto.
El taxi arrancó con Emma corriendo detrás suya. Sean y sus alumnos tuvieron que contener la sonrisa.
-Estaremos en contacto. Cuidaos -gritó Howard mientras sacaba la mano en forma de despedida por la ventanilla. El taxi se alejó con rapidez.
Una Emma enfurecida pasó de largo hacia la mansión dejando de lado a sus recién llegados y al propio Banshee.
-Preparaos luego para un castigo monumental -rechinó a su altura.
Cámara tragó saliva, Pellejo miró el pavimento.
-No os preocupéis, se le pasará -objetó un amable Sean-. Sabemos lo que os ha pasado y no os castigaremos siempre que prometáis no hacerlo de ahora en adelante. Nos habéis proporcionado un susto de muerte.
Pellejo sonrió. -Perdona Sean. Sentí pánico por Cámara y me pareció hacer lo correcto. Te aseguro que confiaré más en vosotros.
-La confianza no se gana a base de palos Angelo, se gana con cariño y quizás eso es algo que Emma y yo no hemos sabido daros. -Una mirada seria y el cariz rudo de la expresión que surgió de boca de Banshee parecía indicar que era así lo que pensaba-. Muchas cosas van a cambiar -o están cambiando- y espero que no se conviertan en palabras arrastradas por el viento.
-Te ha quedado muy poético -sugirió el hasta ahora serio Cámara en un tono jovial.
-Jajaja -sonrió el mutante escocés-. Venga chicos, vayamos a saludar al resto.
-Tengo muchas ganas de verlos -levantó la voz Angelo con ansiedad mientras estiraba el brazo derecho para golpear la espalda a su mentor.
-Bueno -suspiró Sean-. Tengo noticias que daros.
-Adelante, por nosotros no te cortes jefe.
-Mondo se ha marchado a su isla, Penitencia anda perdida en el bosque, Júbilo se ha enfadado con M y está de mal humor, Vaina estudiando, M en un ataque de autismo y Sincro en la sala de entrenamiento. Por cierto, Artie y Sangui están de excursión.
-Vamos Sean, no me dices nada nuevo.
-Lo de siempre -agregó Cámara.
Un sorprendido Banshee se rindió ante sus alumnos -Decididamente no sé que hacer con vosotros. Hasta incluso tú Jonathan, pareces cambiado, más jovial-. Suspiró con una sonrisa en los labios-. Me alegra teneros de vuelta.
-Y a nosotros nos alegra estar en casa.
Los mutantes, el homo superior ha superado claramente al homo sapiens sapiens y eso se ha convertido en una seria amenaza para el resto de las razas que pueblan su galaxia. Para eso estoy yo aquí, para subsanar esa descompensación. Las jóvenes generaciones serán las primeras en caer.
Ya falta poco.
-Esta cena no me gusta -Júbilo quebró el sosiego en la mesa del comedor en nuevo ataque de furia.
-Pues te la comes -ordenó M.
-A ver si te vas a comer tu plato y el mío listilla.
En el barroquismo del comedor, como el resto de la casa, Banshee y Emma cubrían las cabeceras de la mesa. En un lado Vaina, M, Júbilo y Penitencia -el lado de las chicas- y en opuesto, el de los chicos, Pellejo y Cámara -que parecía comer algo- se daban codazos y pellizcos bajo la atenta mirada de Sincro.
-Comportaos en la mesa -la dureza de la mirada de Emma surgió efecto en los dos mutantes ya que pararon en sus gracias-. Y tú Jubilación Lee, si no quieres cenar a la cama.
-Vale está bien, haré un esfuerzo.
-De todas maneras Júbilo tiene razón, la comida es una porquería -Sincro parecía hacer la pelota a su compañera.
-Eso, Everett, encima anímala…
Algunas cosas no cambiaban.
La Tierra. Ahí está ese pequeño orbe azulado. ¿Qué diablos es esto?. Una especie de red energética la rodea para detectar intrusos exteriores. En fin, me parece que mi presencia ya no es un misterio para alguno de este planeta. He sido detectado.
Luego. La paz y la armonía reinaban de nuevo en la mansión. Todos dormían, algunos soñaban, otros no. Jubilo no paraba de dar vueltas en su cama. El sudor recorría su cuerpo y bañaba las sábanas blancas. El sueño era muy intenso.
Emma Frost se levantó de un sobresalto en medio de la noche.
-¡Dios!. Algo va mal. Capto una gran amenaza que se cierne sobre nosotros. Un enorme peligro… Lo he perdido. He de advertir a los demás.
-¡¡¡¡¡¡¡¡AAHHHHHHH!!!!!!!! -un grito de Júbilo rompió el dulce dormir de algunos.
Sincro fue el primero en llegar a su cuarto. La joven presentaba un aspecto demacrado y sudoroso. El temblor de su cuerpo y el calor que desprendía la conferían un aspecto enfermizo.
-¡Vamos a morir todos!. ¡Vamos a morir todos! -no paraba de gritar.
-¿De que hablas Júbilo? -preguntó Vaina desde la puerta mientras Everett la calmaba.
-Siempre dando la nota -pensó M.
Emma llegó presurosa.
-Un enorme peligro se cierne sobre nosotros. Preparados para lo peor. Un aviso telepático me acaba de llegar pero lamentablemente se ha cortado.
Un rayo inundó el cielo. ¿Cómo era posible?. El cielo parecía limpio de nubes.
-¡Está aquí! -esputó Júbilo.
-¿Quién?.
-¿De que hablas?.
Un trueno rompió los ventanales.
-Al suelo.
Ya. Por fin. La Tierra.
Una cúpula enorme, casi transparente, de diez kilómetros cuadrados de base y altura rodeó la Academia Xavier.
-¿Qué es eso?.
-Mi sueño, es como en mi sueño -estalló Júbilo.
El destino de estos mortales está sellado. Nadie entra ni sale de aquí. Primero los jóvenes mutantes, luego el resto de sus compañeros.
Rápidamente se aventuraron a mirar por la ventana. Un humeante agujero causado por lo que parecía el impacto de un meteorito, abarcaba la mayor parte del jardín. Los pétalos de las hasta entonces cuidadas rosas, languidecían esparcidas sobre la quemada hierba. Algún resto de fuego que moría a los pies de la casa continuaba su agonía nocturna y la luna llena proporcionaba una luminosidad envidiable. Era una bonita noche para morir.
Utiel, el quinto de los siete hermanos, contemplaba la destrucción causada por su llegada y sonreía hasta hacerse sangre en el labio con sus enormes colmillos superiores.
Una poderosa espalda rosada que parecía dilatarse con cada latido de corazón, un enorme tórax salpicado de su propia sangre y unas poderosas extremidades con apéndices afilados le daban una apariencia insuperable.
Desde la mansión, el grupo de mutantes contemplaba a ese ser monstruoso. Una agonía se sumió en cada uno de ellos. Los ojos de Utiel, el espejo del alma, se fijaron de pronto en el ventanal. Los chicos se estremecieron y apartaron la vista. La crudeza de la mirada del ser era inusitada, pregonaba sangre. Júbilo sintió un pinchazo en la médula, ni siquiera Lobezno en su estado más salvaje hubiera tenido esa sed animal. Volvió a recordar el sueño. El sueño. El sueño. Utiel reía y los cadáveres de sus compañeros le acompañaban con una ruidosa carcajada.
CONTINUARÁ.
1.- Ver Lobezno nº106 para más detalles
2.- Ver Excalibur nº102 y Howard el pato nº1 para más detalles
Bienvenidos al primer número de Generación-X en MarvelTopía, el 22 si seguimos la numeración americana. Mi nombre es Mario Losada y cualquier duda, crítica o indicación que queráis hacerme remitiros a mi e-mail ender@batch-pc.es
Quisiera advertir que esta colección cambiará bastante respecto a la anterior etapa de Lobdell. No os cortéis en comentarme todo lo que os parezca mal o lo que cambiaríais. Antes de la publicación de este ejemplar que estáis leyendo, tuve algunas discrepancias con los editores de la línea editorial. El personaje principal de esta saga, Utiel -y sus hermanos- al parecer no causaron gran simpatía por estos lares. Representan las mitologías cristianas: los siete arcángeles y sus contrapartidas en el Averno, los siete pecados capitales, los siete días en que el Altísimo tardó en crear el Universo, las siete trompetas de Jericó… Hago referencia a estos libros:
- La Divina Comedia de Dante
- El Paraíso perdido de Milton
- El libro de Henoch (Apócrifo)
- El Antiguo Testamento
- Ángeles una especie en peligro de extinción de Godwin.
Eso es todo, espero vuestras cartas.
Nos vemos.