Ellos son Alex, Julie, Jack y Katie. Forman la pandilla más poderosa de Marvel y juntos se enfrentan a la nueva era que amenaza con destruir su mundo actual.
#64 – Estado de sitio I
Por Emilio Castellar
Fecha de publicación: Mes 23 – 3/00
Hace unos momentos nuestros héroes acaban de conseguir una victoria después de mucho tiempo, pero, paradójicamente, no están contentos, porque su victoria quizás les haya llevado a su mayor derrota…
– … ¿Y ahora que, Alex?
– Yo que sé, Jack, no sé, depende, depende de él.
– Mirad, ahí llega Julie.
– ¿Dónde has ido, Jul?
– A casa chicos, a casa.
– ¿Qué hacemos, Alex?
– Ni que yo supiera siempre lo que hay que hacer.
– Tú eres el jefe, ¿no?
– Pues sí, ¿algún problema, Jul?
– No, solo que pienso que deberíamos volver a casa para parecer lo menos sospechosos posible.
– Buena, Julie, vamos.
– *Gracias*, Alex.
Julie levanta el vuelo, cogiendo como siempre a Katie y Alex, aunque se da cuenta que no le gusta la situación. Mientras Alex estaba con los Guerreros, estaba menos en casa, y ella ejercía el mando sobre sus hermanos, y ahora no le gusta sentirse relegada, y no, no pasará, ella es mas lista que Alex, sólo hay que mirar sus notas… sonríe maliciosamente… mientras llegan a la puerta de casa.
– ¿Os habéis puesto los jerseys?, pregunta.
– Sí
– Jo, esto de que Viernes no funcione es un rollo.
– ¿Cuánto va a tardar Mr Fantástico en arreglar a Viernes, Alex?
– Poco, Katie, poco.
– Lo que no entiendo, Alex, es por que no se fue a Kymelia a repararse.
– No sé, Julie.
Nada más abrir la puerta
– ¿Pero dónde estabais? Ya comenzaba a inquietarme. Menos mal que Vlad dijo que había bajado con vosotros a ver la pelea.
– ¿¿Sí?? ¿Dijo eso?
– … Y también que os vería mañana en el colegio.
– ¿En el colegio?
– Sí, lo han matriculado allí en tu clase.
– A ver si así espabilas un poco, hijo, tus últimas notas no son muy allá, a ver si aprendes de tu hermana Julie.
– Buenaas noches. ¡¡¡¡¡BOOOM!!!!!
– Pero…
– Buenas noches, papá… mamá.
– Buenas, hijos.
Más tarde, en el dormitorio de los Power.
– Creo que te estás pasando con Alex, le estás presionando demasiado. Quizás no sea tan inteligente como tú, además, te recuerdo que tú a su edad tampoco eras una lumbrera, más bien ibas para hechicero, como decía tu madre. Tu descubrimiento como inventor vino mas tarde.
– No se, Marge, pero es que quiero lo mejor para Alex, y no quiero que sea una medianía
– No, cariño, estoy seguro de que ninguno de tus hijos es una medianía.
Cambiando de habitación nos encontraremos con un Alex Power muy pensativo… desde que dejó a los Guerreros se encuentra inquieto e inseguro. Por su culpa Viernes acabó destrozada, algo imperdonable. Pensaba que refugiándose con sus hermanos conseguiría algo de seguridad en si mismo, después de todo era el jefe… pero las cosas ya no son iguales. En su ausencia, Julie ha ocupado el hueco dejado por él, lo ha hecho bien, quizás, piensa, debería dejar a Julie al mando… pero no, él es el mayor y no está dispuesto a que su hermana ocupe más espacio de su vida… Julie, siempre más guapa, más lista… una lágrima surca el rostro de Alex. Sin embargo, el recuerdo de que mañana volverá a ver a Allison le reconforta. Esta más gordita, sí, pero eso no quita que siga siendo tan guapa como siempre.
Una mañana perfecta, piensa Brandon O’Keef mientras se dirige con paso firme hacia su trabajo como director del colegio George Washington, pero se detiene ante el curioso espectáculo formado por cierta extraña pareja…
– ¡Alex, suéltame ya!
– No me da la gana, Kat, mamá ha dicho…
– Mamamamam… ¡tonto! He dicho que voy sola. ¡A que te doy una patada!
– ¿Algún problema, señor Power?
– ¿Eh? No, no, señor O’Keef.
-¿Es que no me va a presentar a esta señorita tan guapa?
– Es mi hermana Katie, señor.
– Encantado, señorita Power. Sería para mi un honor acompañarla hasta su aula.
– ¡Claro!
Alex se queda mirando un poco divertido al dúo fantástico, hasta que su hermana se da la vuelta y le saca la lengua. De esta se acuerda, piensa.
– Venga, Alex, que llegamos tarde.
– Allison, hola, ¿qué tal?
Allison coge de la mano a Alex, a lo cual no opone resistencia, y cruza con ella al interior del colegio. Quizás si se hubiese quedado hubiera visto como una serie de coches y camiones oscuros, por no decir negros, paran en la puerta, de los cuales comienzan a salir una serie de personas. Una de ellas se dirige a la entrada acompañado por otro curioso personaje…
– ¡¡Piip!!
– Sí, Srta. Pridon.
– Señor O’Keef, aquí hay unos hombres del gobierno que desean verle.
– ¿Del gobierno? Que pasen…
Brandon O’Keef reprime una carcajada ante el espectáculo que llega a sus ojos. Hombres de negro, gafas oscuras, ¿la realidad copia a la ficción o la ficción a la realidad? – piensa. En fin, siempre quise participar en un episodio de Expediente-X…
– ¿Qué desean?
– Buenas tardes, señor O’Keef. Somos Gilles Fox y Armstrong Duchovny. Pertenecemos a la comisión de control de actividades superhumanas.
– ¿A la comisión? ¿Aquí, en el colegio?
– Verá, el Gobierno ha puesto en marcha un programa para la detección de mutantes, para descubrirlos a tiempo y ayudarles con tiempo en el control o uso de sus poderes, en las instituciones adecuadas para ello.
– O sea que…
– Le toca a su colegio pasar las pruebas hoy.
– ¿Hoy? ¿Sin notificación alguna? Perderemos todo el día en ello.
– Le recordamos que el proyecto es secreto y, por lo tanto, es confidencial. Por eso no tiene notificación alguna. Aquí tiene la orden.
O’Keef recoge la orden. Sus impresiones van desde la sorpresa hasta el miedo ante lo que pueda significar en el futuro, ante la impresión de que la historia se repite muchas veces… así pudo empezar – piensa.
– Tim… ¿Qué haces en la puerta?
– Lo siento, señor O’Keef, pero la señorita Haines me había dicho que quería verme, su secretaria no estaba, la puerta estaba abierta y…
– De acuerdo, Tim, no te preocupes, sólo quería que le dieras esta carta a tu padre sobre la reunión de ayer, toma y adiós.
– Hasta luego, señor, dice, cerrando la puerta tras de si.
– Nos ha podido oír, dice Fox
– Eso nos lleva a la parte final del asunto, creemos que es mejor ocultar a los niños el propósito de las pruebas. Les diremos que son vacunaciones de algún tipo. Así los niños estarán mas tranquilos.
– Como deseen. En fin, comencemos a avisar al colegio…
Si seguimos al pequeño Tim Jones a través de la maraña de pasillos del colegio, nos encontramos con que Tim tiene de compañera de pupitre a una vieja conocida de la serie, Katie Power, la cual no se da cuenta de la llegada de su compañero, al estar absorta en el aviso del director O’Keef. Tim sonríe. Sabe un secreto que nadie conoce…
– ¿De qué te ríes, Tim?
– De nada, Kat
– Seguro, bueno, de todas maneras es raro que nos hagan las vacunaciones sin avisar. Es muy extraño.
– Pues a mi no.
Eso hizo que Kat se extrañase aun más de la actitud de Tim, era muy raro, pensaba, mientras la señorita Haines ponía en fila india a la clase para ir a la enfermería, pero el hecho de que Tim sonriera después de ver al director hizo que se escamara aun más…
– Bien, Tim, tienes 10 segundos para contarme que ocurre, si no le cuento al director quien tiró el petardo el otro día en el comedor.
Desplazándonos al otro ala del colegio, Alex tiene que presentar, muy a su pesar, a cierto recién llegado, poseedor de un secreto que pocos saben, a una persona muy especial para él.
– Vlad Westendorf, Allison Blames
– Achanté, señorita, un placer conocer a una dama tan bella.
– Gracias, Vlad, para también lo es.
– Eeehhhhh… esto, no os parece algo extraño, ¿verdad? Vlad, Allison
– No sé, Alex, todos los años hacen algo parecido.
– Pero no así, Ally.
– Creo que tienes razón, Alex, creo que voy a curiosear un poco por mi cuenta. Alex, nos vemos en un rato.
– Pero… Vlad, ¿Donde vas? La profesora nos castigará.
– Es mono.
– ¿¿¿¿Qué???? ¿¿¿Qué dices, Ally???
– Pero tu eres mas guapo.
La frase hizo sonrojar a Alex, y disipo todas sus dudas. Mientras, Ally sonreía ante el sonrojo de Alex, el cual…
– Allison, ¿quieres volver a salir conmigo?
– Alex… yo…
Alguien se acercaba en ese momento a la pareja desde una cola más cercana a la enfermería, ¿sería algo amenazante? Peligroso, ¿tal vez?…
– Oye, ¿habéis visto a Vlad?
… No, sólo era Julie.
– Julie… ¿Qué haces aquí?
– Es que estaba aburrida de esperar y decidí darme una vuelta a ver si os veía.
– Pues ya nos has visto, adiós…
– Jolín, niño, que carácter.
– No seas malo, Alex, ¿Vlad? No sabemos dónde ha ido. Salió corriendo hace un momento.
JULIE POWER A LA ENFERMERIA POR FAVOR…
– Me llaman, tengo que irme, hasta luego.
Alex respira hondo, vuelve a reunir fuerzas y…
– Allison, yo…
Otra sombra amenazante corre hacia ellos…
– Alex, Alex…
– Joder… ¿¿¿qué quieres, Katie???
– Escucha lo que esta ocurriendo aquí…
Bueno, vamos a descansar de ambiente académico por un momento y marchémonos hacia un lugar cubierto de vegetación, con grandes valles, casas campestres, campesinos que, mirando al cielo, llegan a distinguir cierta fortaleza de un hombre que, con la sola mención de su nombre, inspira terror y respeto a medio mundo.
Lugar, Latveria, juguete privado del Doctor Muerte…
– ¿Doctor Muerte?
– Dime, Stojkov.
– La unidad de vigilancia asignada 20 manda informes que creo que debería considerar. Son noticias importantes.
– ¿Que cree importantes? ¿Qué debería considerar? Eso debería decidirlo yo, ¿no, Stojkov?
– Sí… sí, señor… por supuesto, señor.
– Te escucho.
– Pietro Westendorf se ha trasladado a New York y ha tomado contacto con la familia Power. Ha comenzado a trabajar con James Power, su hijo Vlad ha sido matriculado en el mismo colegio…
– ¡¡Basta!!
Victor Von Doom, recuerda cierta alianza con María Tifoidea, cierto fracaso. No le gusta que Westendorf haya contactado con los Power. El experimento no puede fallar, no. Quizás vaya siendo hora de pagar viejos agravios, sí, y dar un paso más en su pequeño experimento. Sí, quizás debamos cambiar los parámetros.
– ¿Ya?
– No, espera, Julie, a los resultados del análisis.
– Ok.
-¿Qué estas diciendo, Katie? ¿Es cierto?
– Sí, lo juro, Alex.
– Ahora si que no me gusta nada de esto.
– No entiendo nada, Alex.
– Tranquila, Ally, confía en mí.
ALEX POWER PÁSESE POR ENFERMERÍA.
– Escucha, Kat, y se pone a hablarle al oído.
– De acuerdo, Alex, voy por Jack.
Mientras Alex entra en enfermería, mira a su hermana, que esta alterada y no para de mirarle fijamente.
– ¿Alex? Hola, soy Gilles Fox. del gobierno, y estamos realizando una serie de pruebas para detectar jóvenes mutantes.
– ¿¿¿Mutantes???
– Sí, y su hermana ha dado positivo, así que vamos a realizar las pruebas tanto a ti como a tus hermanos para ver si hay algún tipo de relación…
Lo siguiente que ocurre es muy rápido. Una señal pactada hace tiempo, y tanto Julie como Alex salen corriendo de la enfermería.
– Jack, ahora…
– Que no escapen – el agente Fox no permitirá que su plan se arruine, estaba tan cerca… – disparad para asustarles, a las paredes, al techo…
Una densa niebla empieza a cubrir el pasillo, los disparos poco exactos asustan a los niños, que corren. Los profesores, mientras, no dan crédito. Gritos, choques… Un disparo perdido da a una columna decorativa, tambaleándose ya por el empuje de los niños, que se desploma sobre alguien conocido…
– Alex, socorro…
– Allison, no…
No le da tiempo, piensa. Corre hacia ella. Ahora echa de menos los poderes de Jack. Si solo cayera un poco más lentamente, si fuera por momentos más ligera, más lentamente, piensa. La cabeza le vibra. Siente como si le explotara. Le duele, se marea. Sus ojos se cierran… y la oscuridad cae sobre su mente.
El aire se aligera, la niebla desaparece, Gilles Fox ve como sus objetivos han desaparecido y toma una determinación…
– Ébano, clausura el edificio, no quiero que nadie entre o salga del colegio.
-A sus ordenes, señor.
– Comiencen a buscar a alumnos y profesores y enciérrenlos. Los Power serán míos por las buenas o por las malas.
Mientras, los transeúntes que pasan alrededor del colegio ven con admiración y temor como una especie de masa negra recubre el edificio. Todo esto tienen la sensación de haberlo vivido antes…
PRÓXIMO NÚMERO: ¿Los Power contraatacan? ¿De dónde han salido la panda esta? ¿Desde cuando Julie es mutante? ¿Qué contestara Allison a Alex? ¿Y Muerte?
Aquí estamos, un mes más, disculpando el retraso que prometo no va a ocurrir más. Juro que han sido por circunstancias ajenas a la voluntad del que suscribe esto. Sólo espero que os haya gustado el siguiente número tanto o más que el anterior y que tengáis curiosidad sobre lo que pasará el mes que viene. Esa es mi recompensa. Empieza la acción, comienza la montaña rusa que nos llevara de aquí al numero 75 con muchas, muchas sorpresas
Pero ya sabéis que aquí estamos abiertos a vuestras sugerencias, curiosidades, quejas etc… sólo tenéis que escribirme a:
Hawkeye@mixmail.com