Quasar #68

Quasar #68Wendell Vaughn… el primer terrestre nombrado protector del universo. Unido a las Bandas Cuánticas, que son tanto armas como símbolos de su puesto, lucha una batalla interminable para defender toda vida en el universo del mal cósmico.

#68 – Emociones secundarias
Por Peter García y Bergil


Fecha de publicación: Mes 22 – 2/00


(Nota: Este numero transcurre paralelamente a Poderes Cósmicos vol. 2 Nº 22-23).


El espacio… la ultima frontera. Bueno, realmente no, pero aun así, era bastante frontera para nuestro protagonista. El Vengador Cósmico conocido como Quasar había estado ocupado viajando últimamente (1), aunque llevaba unos días relajado, desde la aventura con el Cuerpo de Novas (2). Pero de repente…

Wendell sintió pulsar su banda derecha. Acercándosela a la cara, vio en ella el rostro de Época.

– ¿Sí, Época? ¿Qué sucede?

– Wendell, debes regresar a la Tierra de inmediato

– ¿Por qué? ¿Qué es lo que pasa?

– Lo siento, Wendell. No puedo decirte nada más.

Quasar hizo un salto cuántico, y apareció en la órbita terrestre.

– ¿Ahora que, Época? ¿Qué pasa? ¿Es Thanos, Maelstrom, Magus?

– El Universo entero esta en grave peligro. Lo siento mucho, pero es lo único que puedo decirte. Contacta con quienes puedan ayudarte. Y recuerda que combates una doble amenaza, y que tus bandas pueden protegerte de ambas.

– Está bien. Cuídate, yo haré lo mismo con el Universo -. Quasar cortó la conexión con su ahijada cósmica-. Bueno, supongo que tendrá sus razones. ¿Dónde voy? Supongo que Titán será tan buen sitio para empezar como cualquiera, y de paso, veré si Makkari y Starfox han vuelto ya (3).


Un salto cuántico después.

– IDENTIDAD CONFIRMADA: Quasar -sonó la voz mecánica de I.S.A.A.C., el ordenador que controlaba el planeta artificial.

– Hola Mentor, ya estoy aquí otra vez. ¿Has tenido noticias de Eros? – preguntó al patriarca de Titán.

– Hola Quasar, parece que todo el mundo viene últimamente por aquí. No, no he hablado con mi hijo desde que os fuisteis (4). ¿Por qué?

– Bueno, ahora da igual. Verás, me he enterado de que algo anda mal en el Universo, y he pensado que quizá I.S.A.A.C. podría averiguar algo.

– ¿Algo como fenómenos improbables ocurriendo repetidamente, y leyes de la Física universal siendo incumplidas?

– Podría ser. Eso explicaría la semana tan rara que llevo. ¿Y no sabrías a que se debe eso?

– Él no, hijo de la Tierra, pero yo sí -. Y de improviso apareció un ser humanoide, el Vigilante.

– ¿Qué? ¡Uatu! Luego debe ser algo grave.

– De hecho lo es. En otro tiempo habría dudado si romper mi voto de no-intervención al deciros esto, pero tales circunstancias ya no me atan. Escuchad, pues, mis palabras, solo las diré una vez…


– ¿Conque tenemos que rescatar al viejo gran G? – dijo sorprendido Ben Grimm, la adorable Cosa de ojos azules.

– Así es, Ben. El Universo entero está en juego- contestó Quasar.

– Al Estirado se le ha vuelto a aflojar un tornillo. Ya le salvamos el pellejo a ese Madelman gigantesco una vez. (5) Y ahora depende el Universo, además. ¿No podía depender de nosotros únicamente la Calle Yancy, para variar?

– No te quejes Ben. Es nuestra especialidad. Llevamos casi una década haciéndolo -. «A Lyja le va a encantar«, pensó Johnny Storm, pasando a un tono más serio.

– Perdonad que pregunte, pero ¿por qué es tan importante Galactus? ¿No es simplemente un alienígena gigante devoramundos? -preguntó el Hombre Hormiga, reciente socio de los 4F.

– Es mucho más complicado, Scott -contestó Susan Richards-. A pesar de que Galactus es una amenaza para la vida, es una fuerza cósmica, casi un pilar del Universo. Quítalo, y todo irá mal. Así que si tenemos que salvarlo, lo haremos. Además, ya viste que nos ayudó contra Hipertormenta la última vez. (6) ¿Alguna pregunta más? Bien, Scott, tu y Kristoff buscad el material que Reed ha dicho que necesita. Johnny, prepara el Halcón Silencioso. Ben, tú y yo montaremos en él el equipo. ¿Quasar?

– Lo siento, Ms. Richards, pero tengo que contactar con otros héroes. Pero necesitaría vuestra nave para llegar más rápido con ellos a Titán, así que si me esperáis una hora o así, volveré aquí con los escogidos.

– Sólo una cosa, chaval. La próxima vez que vuelvas de la muerte, avisa a los colegas, ¿vale? -dijo la Cosa.

 – Lo siento Ben, tendría que haber avisado que estaba vivo. Las dos veces (7). No volverá a pasar – dijo mientras se despedía.

– Cómo ha cambiado este chico desde que era un novato con más voluntad que experiencia en el Proyecto Pegaso. Ahora es todo un héroe. Me estoy volviendo viejo -pensó la Cosa mientras levantaba una enorme máquina.


Mansión de los Vengadores.

Quasar descendió hasta la entrada de la Mansión.

«Espero que no hayan cambiado el sistema de seguridad«, pensó. Como si le hubieran leído el pensamiento, Quasar se vio bajo un furioso ataque ataque. Unas pequeñas bolas cayeron sobre él. Le dio tiempo a formar un escudo de energía cuántica, y vio como el contenido de las bolas formó una costra endurecida alrededor suya. Antes de que pudiera reaccionar, un rayo de energía impactó contra el escudo.

Quasar se dio cuenta de que estaba bajo ataque de, al menos, dos enemigos. Expandió el campo, y vio a uno de ellos, un hombre recubierto de tecnología.

– Muy bien gente, no sé quienes sois ni que hacéis aquí, pero os sugiero que os larguéis, no es momento de pelear – dijo mientras abría una apertura en el campo para lanzar una proyección energética bajo los pies del acorazado, tirándolo al suelo, y atándolo al mismo. – ¿Dónde está el otro?

Antes de que pudiera girarse, dos pequeños artefactos se pegaron a cada lado del campo, creando su propio campo de fuerza que anuló el campo cuántico. Y justo cuando Quasar iba a reaccionar…

– ¡Alto! – gritó una voz mientras una lanza se clavaba en el suelo. Enseguida apareció la dueña de la lanza, una mujer vestida de rojo, blanco y azul. También se pudo ver al otro combatiente de Quasar, un hombre con un traje rodeado de tubos de ensayo, cacharros, y con unas gafas de laboratorio.

– Tú debes ser Quasar -dijo la enmascarada rojiblanquiazul-. Yo soy la Patriota. Aquí esta Artilugio, y ése que tienes atado al suelo es Núcleo. Junto somos la mitad del nuevo equipo de héroes, los Cruzados.

– Ya, pero…

– Sí, ya sé. Te preguntarás que hacemos aquí. Resulta que los Vengadores llevan algunas semanas desaparecidos, y no hay equipo de reserva. Así que debido a nuestras humildes acciones contra el mal, el Gobierno nos ha acreditado oficialmente -y enseñó la acreditación oficial- y nos ha permitido entrar a usar las instalaciones de la Mansión para una urgencia. El sistema de seguridad te vio llegar, y mis compañeros te tomaron por un enemigo. Me disculpo por ellos, tendré que hacerles estudiar los archivos de los Vengadores mejor.

– Da igual, estoy acostumbrado a los malentendidos -dijo mientras soltaba las ataduras de Núcleo-. Ya que no están los Vengadores, me iré. Aunque, ¿alguno de vosotros es científico o tiene poderes energéticos o relacionados con las fuerzas fundamentales?

– Artilugio es químico y un poco de todo, y Núcleo genera energía radiactiva. ¿Por qué?

– Necesito voluntarios así para una misión de importancia cósmica.

– Pues lo siento, pero no creo que estemos al nivel que necesitas.

– En ese caso, nada, me alegro de haberos conocido. Oye, ya que estáis, ¿podrías dejarme usar el sistema de ordenadores de la Mansión?

Quasar estaba buscando héroes con los requisitos adecuados, y cómo contactar con ellos, en la enorme base de datos de los Vengadores. Mientras, pensaba: «Buenos chicos, estos Cruzados. El mundo necesita héroes así. Mmm, ¿estará Peggy Carter por aquí? Seguro que ella sabe mas de esto que yo. Ajá, aquí hay algún Vengador…»

– ¿Visión? Mira, soy Quasar…


Industrias Stark

Un enfadado Barón Zemo se puso la mascara del Hombre de Hierro para atender a la señal de emergencia de los Vengadores.

– ¿Sí?

– Hola Hombre de Hierro, soy Quasar. Ya sé por todo lo que has pasado últimamente (8), pero tenemos una crisis cósmica entre manos, y tus habilidades nos serían especialmente útiles.

Tras una breve discusión:

– ¡Maldición! ¡Ebersol! Deja lo que estés haciendo, tenemos que ayudar a los malditos héroes a salvar el Universo. Si llego a saber que tendría tantas interrupciones, habría seguido en secreto.


Refugio de los Nuevos Guerreros.

– Se acerca alguien. – dijo Vance Astrovik, Justicia, de vigilancia en el monitor. – Aja, es Quasar otra vez. (9)

Namorita, Justicia y Nova fueron a recibirle. Quasar les contó la situación.

– Necesitaría, en principio, a Nova y a Estrella de Fuego. ¿Está ella por aquí?

– Si, pero… -contestó Justicia-. ¿Angel, puedes venir un momento? -y la inocente mutante entró, vestida con ropa de calle-. Angel, Quasar viene a pedirte ayuda. Necesita voluntarios con poderes como los tuyos para una misión que salvará el Universo.

Angélica cogió a su novio por el brazo y se apartaron unos metros. Le dijo en voz baja:

– Vance, ojalá pudiera. Pero ya sabes lo que puede pasar si sigo usando mis poderes. Y acordamos que iba a dejar esto, ¿recuerdas? (10)

– Tienes razón, no podemos pedirte más. Estoy seguro que con los demás héroes bastará.

– Gracias. ¿Seguro que no quieres ir tú?

– No, ya sabes que prefiero quedarme contigo. Rezaremos juntos para que los héroes salven el día -. Y ambos se abrazaron.


Instituto Xavier, Condado de Westchester.

– Así que esta es la base de la Patrulla-X -pensó Quasar al aproximarse-. Nunca lo hubiera imaginado.

– Saludos Quasar. Siento que siempre que nos encontremos sea en estas circunstancias. He informado telepáticamente a la Patrulla de la situación.

Y así…

– Entonces, Cíclope y Kaos, vuestros poderes energéticos serán útiles, así como la manipulación elemental de Tormenta, y sobre todo, el magnetismo de Polaris.

– ¿Y los demás, nene? – preguntó Lobezno

– Estooo, me temo que no seriáis útiles allí arriba. Se supone que no habrá resistencia, los voluntarios son sólo para el mecanismo que están construyendo. Y si hay resistencia, me temo que necesitaremos a pesos más pesados. Sin ánimo de ofender. De todas formas, ¿tenéis el numero de otros grupos de mutantes?


Fall’s Edge, Dallas.

– Ni Fuerza-X ni Excalibur están disponibles. Con Factor-X ha habido mas suerte, sin embargo. ¿Desde cuándo hay tantos grupos mutantes? Debe ser un lío aclararse con tantos.

Las puertas del enorme edificio se abrieron al acercarse Quasar, y mientras entraba, un montón de cámaras le registraron, y acto seguido una flecha holográfica le indicó el camino.

– Chico, este sitio no tiene nada que envidiar a la Torre de las Cuatro Libertades. Creo que su creador nos será bastante útil

Y allí estaba el Creador, el chamán mutante conocido como Forja.

– Tengo entendido que me necesitáis.

– Así es.

– Esta bien. Espérate cinco minutos que arregle un par de cosas. Llevo un rato notando algo raro en la cabeza, además.

Mientras Quasar esperaba, unos cuantos mutantes salieron de la «Sala del Peligro», la sala de entrenamiento del grupo.

– Ey, si es Quasar. ¿Es verdad que nos vamos a Titán? – dijo uno de los dobles de Jamie Madrox.

– ¿Titán? – preguntó Fortachón

– Si, una luna de Júpiter, inculto – contestó otro de los Hombres Múltiples.

– En realidad es una luna de Saturno – terció Sólido.

– Genial, no he estado nunca en el espacio – dijo Nate Grey

– Tope. ¿Cuándo nos vamos?

– Lo siento Tat, pero tú no vas. No estáis lo suficientemente preparados, ni realmente seriáis de utilidad.

– Grnf.

– Ey, yo te conozco. Claro, eres Marvel Boy, nos conocimos en los 50. No has cambiado apenas -dijo Fatuo, el más longevo de Factor-X, con más de 50 años de experiencia a sus espaldas.

– Me temo que se equivoca, me llamo Quasar, y soy el sucesor de Marvel Boy en las bandas cuánticas. Ay, creía que desde que me cambié de traje esto iba a dejar de pasar – se quejó Quasar.

De repente, Nate Grey, uno de los mas poderosos telépatas de la Tierra, que estaba con Factor-X temporalmente mientras se recuperaba de unas heridas recientes (11), recibió un aviso telepático. Él y el resto de los telépatas eran necesitados en otro lugar. (12)


Base de Alpha Flight, Vancouver.

– Y esa es la historia. Vindicador, necesitaría los poderes electromagnéticos de tu traje, además de las habilidades de cierto ex-Alpha.

– Si no os importa, me gustaría ir. Debajo de todo este pelo hay un científico – intervino Sasquatch, transformándose en Walter Langkowski.

– ¿Tendrá esto que ver con la amenaza mística por la que llamaron a Shaman? – preguntó Natura.

– No lo sé, yo ya lo he visto todo en grandes reuniones de héroes – dijo el veterano Puck.


Algún lugar de Ontario.

– Esta bien, Jimmy. Estaré allí lo antes posible – dijo Madison Jeffries, recién levantado de la cama. Al llegar a su habitación, su mujer, Diamante Lil, le miró con cara recriminatoria.

– ¿Qué? Es sólo por una misión muy importante. No voy a volver con Alpha Flight. De verdad.

– Más te vale. Como tardemos mucho, lo más que podrás tocar serán tus máquinas.

– ¿Tardemos? -preguntó Madison, extrañado.

– Pues claro -contestó su mujer alegremente-. ¿O es que creías que te dejaría hacer este viaje solo?


Un par más de paseos por el mundo -a Japón a buscar a Fuego Solar, a Wakanda a reclutar a Pantera Negra y a París a por Guerra Relámpago y el Hombre Gigante (Bill Foster)-, y ya estaban todos listos para la misión. Quasar los llevó a todos a la Torre de las Cuatro Libertades, donde montaron a bordo del Halcón Silencioso, rumbo a Titán.


– ¿Es tu primer viaje al espacio? – preguntó Tormenta

– Eh, si – contestó un visiblemente nervioso Guerra Relámpago

– Yo también estaba nerviosa en mi primer viaje al espacio (13), sobre todo porque soy claustrofóbica. Pero aprendí a superarlo. No corremos ningún riesgo, estamos en manos de expertos.

– Danke, Tormenta. Buuf, – pensó-. Esta gente no es sólo maravillosa como héroes, sino como personas. ¿Podré estar algún día a su altura?


– Cíclope, he oído que habéis llevado a una pequeña amiga mía a los EE.UU.. Espero que la tratéis bien – dijo Fuego Solar.

– Tranquilo Shiro, le enseñaremos a usar sus poderes mutantes, y podrá volver a Japón cuando quiera.

– Confío en vuestra palabra, Hombres-X. Por cierto, ¿dónde esta tu esposa?

– Jean no… no se encontraba bien (14).


– Esta tecnología es increíble. ¿De donde la habéis sacado? – preguntó Madison Jeffries

– Es una nave que le mangamos a los skrulls la ultima vez – respondió Johnny Storm.

– Hablando de skrulls, ¿qué tal resulta estar casado con una multiforme? – inquirió Nova

– No es asunto tuyo, cabeza-cubo. Además, ¿te he preguntado qué tal te va con cierta atlante?

– Desde que los periodistas de El Ojo en el Cielo se meten en la vida de los héroes, cada vez tenemos menos vida privada. Menos mal que la Patrulla no es tan pública.


Una vez llegaron a Titán, los científicos se colocaron en sus puestos, y los demás héroes se quedaron preguntándose si finalmente harían algo. Mientras esperaban la llamada, muchos de los héroes aprovecharon para visitar Titán. Uno de ellos era Quasar, quien vio al poco a un viejo conocido.

– ¡Jack! – dijo, alegrándose de hablar con la Sota de Corazones. – Hacia tiempo que no te veía. ¿No estarás enfadado conmigo todavía?

– No, tranquilo. Ya se me ha pasado lo que me hizo Dragón Lunar. De hecho, hace unas semanas, hasta se disculpó por haberme lavado el cerebro (15).

– Sí, se ha reformado, me han dicho que hasta ha hecho las paces con su padre, a pesar de que ella lo mató (16). Oye, no me has presentado a tu guapa acompañante…

– Si, bueno, es…

– Me llamo Ganímedes -dijo la bella amazona-. Y Jack es mi amante-. El oír esto en voz alta pareció sorprender más al propio Jack que a Quasar.

– Vaya, al final has tenido suerte. Os deseo lo mejor. Nos vemos luego- y Quasar se elevó de la superficie del planeta pensando: «Ver a esa Ganímedes me ha recordado que otros también tenemos suerte a nuestro modo, aunque no sepamos verla. Espero que esté cerca de una de mis antenas de energía». Wendell se concentró en sus bandas, conectadas a una serie de antenas de energía esparcidas por el cosmos, ordenándoles que rastreara una frecuencia concreta de energía cósmica.

– Bingo. Y además, no esta muy lejos.


Un salto cuántico después.

Mientras Quasar buscaba, siguiendo el rastro de energía, se empezaba a poner nervioso, y notaba un cosquilleo en el estómago.

– Quizá el estar solo estos meses por el espacio me ha afectado. ¿Estaré empezando a sentir por ella algo mas que amistad? Ah, ahí está, tan deslumbrante como siempre-. Quasar se colocó rápidamente delante de la hermosa niña-mujer cósmica conocida como Kismet. Ésta, esperando un ataque, empezó a lanzar rayos de energía.

– ¡Whoa! -dijo Quasar, mientras absorbía los rayos mediante sus bandas-. ¿Así tratas a los viejos amigos?

– ¿Quasar? – preguntó con una voz mezcla de ingenuidad y emoción.

– En persona.

– ¡Que alegría verte! Empezaba a pensar que no volvería a verte. Espera, tienes que saber una cosa, algo anda mal en el Universo -dijo, nerviosa.

– Tranquila, Kizzy. Por eso he venido a buscarte, te necesitamos para ayudarnos a salvar el Universo.

– Oh -y su voz pasó de nerviosismo a decepción.

– Bueno, por eso, y porque te echaba de menos… -dijo rápidamente Wendell. Kismet sonrió mientras decía eso-. Cuando esto termine, podremos ir juntos a surcar el espacio, descubrir cosas, y defender a los desprotegidos. ¿Qué te parece?

– Me encantaría.

– Bien. Cógete fuerte de mi mano, vamos a Titán.

CONTINUARA…


PRÓXIMO NUMERO: Continúan los crossovers con Emociones Primarias, la mayor saga cósmica jamas contada en MarvelTopía. Asegúrate de leer el nº 23 de Poderes Cósmicos antes que nada.


(1) Ver números anteriores.

(2) En el Anual Nuevos Guerreros/Quasar # 5.

(3) Starfox y Makkari partieron a buscar una cura para este en Quasar # 63.

(4) Quasar y Starfox estuvieron en Titán por ultima vez en Quasar # 61.

(5) Ver Cuatro Fantásticos # 244.

(6) Ver Cuatro Fantásticos # 414.

(7) Quasar murió aparentemente en Quasar # 40 y 60.

(8) Supuestamente, el viajar en el tiempo, enfrentarse a su corrupto yo futuro, y el ser desfigurado horriblemente combatiendo a Onslaught. Realmente un montaje del Barón Zemo, ver números actuales del Hombre de Hierro.

(9) Otra vez el Anual Nuevos Guerreros/Quasar # 5.

(10)  Ver números actuales de los Nuevos Guerreros.

(11)  Ver Hombre-X # 24-27.

(12)  Para saber el resto de la historia, lee Poderes Cósmicos vol. 2 # 23.

(13)  En Patrulla-X # 99.

(14)  Jean Grey perdió el uso de sus poderes mentales en X-Men # 57-59.

(15)  Ver Quasar # 28-29.

(16)  En Vengadores # 220


ZONA QUANTICA

Hola a todos, bienvenidos una vez más a la zona cuántica. Aclarar dos cosas. Primero, este número es el primero de dos crossovers con Emociones Primarias, la magistral saga que se desarrolla en Poderes Cósmicos # 22-25. Como una de las mentes detrás de la saga (siendo la mente principal, por supuesto, el ubicuo Bergil), pensé que un crossover sería recomendable, para añadir información que de otra manera no cabría en la saga principal. Parece haber funcionado, ya que lo que en un principio iba a ser un número se ha transformado en dos. La segunda es que, como os habréis fijado, me he permitido pegar un pequeño salto en la numeración, para poder sacar este número paralelamente a Emociones Primarias, sin necesidad de cortar la saga de Quasar. Tras estos crossovers, reemprenderemos la numeración normal de la serie.

Y nada más. Para cualquier duda, comentario o critica, escribid a Zona Cuántica-Pedro.Garcia@ua.es

Saludos cósmicos.

Doctor Cómic

Tagged , , . Bookmark the permalink.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *