Patrulla-X #339

Patrulla-X #339Perseguidos y odiados por un mundo que les teme. Luchando por el sueño de que mutantes y humanos puedan vivir juntos y en armonía. Ellos son: la Patrulla-X

#339 – Renacer escarlata
Por Correia


Fecha de publicación: Mes 21 – 1/00


Hace unos instantes, la Patrulla ha visto impotente como su compañera Mariposa Mental ha sido transformada mágicamente, quedando enfundada en una extraña armadura escarlata. Todo parece indicar que el responsable ha sido un hombre, el nuevo amo del Alba Escarlata de la Vena de Ébano, quien ahora habla con el Doctor Extraño, que ayuda a los mutantes en esta aventura1.

«¡Tú eres Dakor el Mago!», gritó el Doctor Extraño, señalando al hombre que había aparecido tras Mariposa2.

«Veo que me has reconocido, Extraño. No creía que me recordaras. Mi nombre no es muy conocido en estos días», respondió Dakor.

Era un hombre mayor, pero los músculos se notaban por debajo de la túnica de seda escarlata que le cubría el cuerpo, dejando a la vista sus poderosos brazos y su rapada cabeza, en la que no había ni rastro de cabello. Sus ojos eran extraños, pues sus pupilas eran de color escarlata, y refulgían a la luz de los fuegos místicos que iluminaban la sala en la que se hallaba el trono de la dimensión, que representaba el control de la misma. Del cuello de Dakor colgaba un medallón dorado, en cuyo interior brillaba una gema color sangre, que palpitaba rítmicamente.

«¿Quién es ese, Doctor?», preguntó Kaos. «¿Y qué le ha hecho a Mariposa?»

«Dakor fue un héroe durante la Segunda Guerra Mundial, Kaos», respondió Extraño. «Tras la Guerra, varios de los magos de la época se enfrentaron a un extraño demonio que apareció en medio de Israel, durante la Guerra de los Seis Días, y Dakor estaba entre ellos3. El demonio era muy poderoso, y al final sólo quedaron Dakor y otro, llamado Monako. Para vencerlo, Monako absorbió al demonio en su interior, y Dakor tuvo que matarlo. Después de eso, desapareció. Nadie sabe lo que le pasó. Supongo que en todos estos años ha sucumbido a su lado oscuro».

«Eso es cierto, Extraño», le respondió Dakor. «En esos años vagué por todo el mundo, y me adentré en varias dimensiones, hasta que, recientemente, descubrí el Alba Escarlata, de la que había oído hablar entre susurros en el Lejano Oriente. Entonces, decidí hacerme con el poder del Alba, y para ello tuve que luchar contra Tar, el antiguo regidor de esta dimensión. No fue fácil», dijo, mientras, con un gesto, proyectaba la imagen de Tar, atrapado en una cárcel de barrotes escarlatas, «pero logré el control, y, ahora, con esta mortal en mi poder», señaló a Mariposa, «nada ni nadie podrá detenerme.»


Polvete estaba sentado frente al televisor, comiendo un gran pedazo de queso. En su forma actual era una rata gigantesca, con un gran «smiley» en la espalda. Había pensado en abandonar esta forma, coger una nueva (otra vez humano, quizás), pero se lo pasaba genial siendo una rata: podía entrar en cualquier sitio, incluyendo las duchas de los vestuarios femeninos de la universidad. Ese era su gran deseo, y no esa estúpida lucha en la que se había visto metido con Génesis, Lobezno y el resto de los Jinetes4.

Junto a él estaban los pocos Jinetes que quedaban con vida: Harddrive, el ordenador viviente, uno de los hermanos Colmillo, y Andanada, con sus poderes explosivos. Llevaban en este piso de alquiler de Dallas unas semanas, desde su vuelta de Egipto, tras la lucha con Lobezno. Ahora esperaban a que alguien volviera a dirigir el grupo. Quizás Apocalipsis, que acababa de enfrentarse a los Vengadores 5.

De repente, la imagen del televisor comenzó a distorsionarse.

«¿Qué @#$! pasa?», preguntó Polvete. «Harddrive, ¿has vuelto a jugar con la antena?»

Un hombre se materializó en el medio de la habitación, delante del televisor.

«¿Quién eres tú?», dijo Andanada, borracho como una cuba, al ver una mancha delante de su rostro.

«Soy el Ejecutor», contestó el hombre. «Y vengo a mataros.»

Andanada se comenzó a incorporar, sólo para verse sentado para siempre, atravesado por la lanza energética del cazamutantes.

Colmillo, con su cuerpo monstruoso, intentó aplastarlo, pero una descarga de su arma lo hizo saltar en mil pedazos, con una gran explosión, llenándolo todo de humo.

Cuando se aclaró, sólo el Ejecutor y Harddrive quedaban en la habitación. Polvete había aprovechado la confusión para desaparecer, y los otros dos Jinetes yacían muertos.

«Voy a sobrecargar tu armadu — ¡¡¡YAAARRRGGHHHTTT!!!»

«¿Te duele, mutante?», preguntó el Ejecutor, mientras lo encañonaba con su pistola.

«No… eres… humano…»

«Eso es una cuestión de denominaciones, asesino.»

De un sólo tiro, le voló la cabeza, soltando el cuerpo sin vida del mutante.

«¡Se ha hecho justicia!», dijo, mientras desaparecía en su rayo teleportador.


«Ahora que se han acabado las explicaciones», dijo Dakor, sentándose en el trono, «es hora de que muráis.»

En ese momento, Mariposa, que estaba dominada por el mago, se lanzó, espada en mano, hacia sus compañeros.

«¡Pícara, rápido, quítale la espada!», gritó Kaos, que había asumido el mando de forma automática. «Polaris, paraliza su armadura.»

Pícara se lanzó sobre Betsy, sujetando la espada con una mano y golpeándola en la cara con la otra.

«Lo siento, cielo», dijo la sureña. «Esto me duele más a mi que a ti.»

Pero Mariposa no se movió. A pesar del golpe, siguió sujetando su espada, y, de una patada, alejó a la mutante de ella.

«Lorna, ¿no te dije que la detuvieras?», preguntó Alex.

«No puedo», respondió su prometida6. «Sea lo que sea esa armadura, no es metálica.»

«Entonces, lo intentaré yo», dijo Kaos, que había recuperado el control de sus poderes, tras haber sido alterado su metabolismo por la Bestia Oscura para que procesase peor los rayos cósmicos, lo que hizo que perdiera el control y acabase de esclavo a sus órdenes. Por suerte, con el tiempo había logrado dejar de depender de su traje especial, y todo volvía a la normalidad7.

Descargó su rayo sobre su compañera, pero ésta, hábilmente, logró esquivarlo, a la vez que golpeaba con su espada a Pícara. Sólo la invulnerabilidad de la joven evitó que perdiera la cabeza.

Warren, Arcángel, el novio de Betsy, que hasta este momento se había quedado apartado, se lanzó sobre ella y la elevó en el aire.

«Betsy, soy yo, Warren. Despierta… ¡¡UMF!!»

Un rodillazo en el estómago hizo que la soltara, cayendo como un gato sobre sus pies, preparada para seguir la lucha.

Mientras, Extraño se había apartado, meditando sobre el próximo paso a dar. Sabía que la clave de la victoria residía en vencer a Dakor, pero, ¿cómo?


Robert F. Murdock era el director de campaña de Graydon Creed. Estaba en un bar, sentado en la barra, sólo, bebiendo whisky. Ya llevaba varias copas, cuando se le acercó una preciosa rubia veinteañera de ojos azules.

«Perdone, señor, pero me preguntaba si podría invitarme a una copa.»

Robert no se lo podía creer. No era precisamente guapo, y que una preciosidad como esta se le acercara no era lo más normal del mundo.

«Cl-claro, guapa. ¿Cómo te llamas?»

«Soy Daisy, Daisy López.»

Se sentó a su lado, y comenzó a reírle las gracias. Mística había dado otro paso para retirar a su hijo de la política.


«Patrulla», dijo al fin el Doctor Extraño, dando un paso al frente. «Olvidaos de Mariposa. Concentraos en Dakor.»

«Haced lo que dice, gente», confirmó Kaos.

«Muy astuto, Doctor», dijo Dakor, levantándose de su trono. «Aunque es un movimiento inútil, ya que los poderes de estos jóvenes no pueden afectarme. Apártate, esclava.»

Mientras los cuatro mutantes se dirigían hacia el brujo, Mariposa se sentó en el suelo, descansando sobre su espada.

«Tenéis que arrebatarle el medallón», gritó Extraño. «Con él domina esta dimensión.»

«Eso está hecho, cariño», dijo Pícara, lanzándose en picado sobre Dakor. Pero éste, curtido en mil batallas, conjuró un campo de energía escarlata que atrapó a la sureña.

«Sólo tengo que apretar, muchacha», dijo, «y dejarás de existir. Pero ese castigo no es suficiente. Prefiero que me sirváis para siempre.»

Aprovechando que estaba distraído con Pícara, Kaos y Polaris atacaron a la vez, lanzándole sendos rayos. Pero el brujo se dio cuenta, y con un sencillo hechizo los desvió, y las trayectorias se alteraron, de modo que se alcanzaron mutuamente.

Mientras, Extraño se había acercado a Mariposa, que permanecía en trance, al estar su captor concentrado en otras tareas, y llamó telepáticamente a Warren.

<<Arcángel, acércate aquí, te necesito.>>

Warren planeó hasta ellos, y aterrizó suavemente, arrodillándose frente a su amada.

<<Como recordarás, hace unos meses diste tu amor para que Elizabeth se recuperara, y con ello quedó ligada al Alba Escarlata8. La única forma en que podemos liberarla ahora es que reclames lo que diste, de modo que Dakor pierda el único enlace que tiene con esta realidad.>>

«Pero», pensó el alado, «¿no morirá Mariposa?»

<<No, el tiempo pasado garantiza que sus heridas hayan cicatrizado. Es algo que tenía planeado realizar hace ya algún tiempo, pero otras ocupaciones me lo han impedido hasta ahora. No dudes más. Coge la espada, con lo que reclamas tu amor, y lánzasela a Dakor, de modo que pierda su poder sobre ella.>>

Titubeando, pues temía que al reclamar su amor Betsy muriera o, incluso, dejara de quererlo, cogió la espada, quitándosela de las manos. Betsy, en ese momento, cayó desvanecida al suelo, y Dakor se percató de que algo iba mal. Con un gesto, apartó al resto de la Patrulla, y se dirigió corriendo hacia la espada.

«¿QUÉ HAS HECHO, INSENSATO?», gritó Dakor, conmocionado por la súbita pérdida de poder. «¡¡HAS PROVOCADO MI RUINA!!»

Con una última mirada a Betsy, Warren lanzó la espada hacia el brujo, quien intentó cogerla, pero no pudo, pues le atravesó, hasta quedársele incrustada en el pecho.

Con el impacto, la figura de Dakor comenzó a desvanecerse, hasta quedar sólo la túnica y la espada, que cayó al suelo, y comenzó a transformarse en Tar, el antiguo regidor de los designios del Alba.

«Me habéis salvado, mutantes», dijo Tar, incorporándose. «Tenéis mi gratitud eterna.»

Betsy, que se había incorporado, apoyada en Warren, se dirigió al Procurador.

«Gracias, señor, pero ahora mismo todo lo que queremos es volver a nuestro hogar.»

«Podéis iros». Con un gesto, todos desaparecieron, excepto Extraño, cuya propia magia había impedido su teleportación.

«Tu has provocado todo esto, ¿verdad, Tar?», le dijo.

«¿Qué quieres decir, Extraño?»

«La historia de Dakor que le conté a la Patrulla era cierta… en parte. Dakor tampoco sobrevivió a la batalla. Monako, influenciado por el demonio, le asestó un golpe mortal antes de morir él también. Este Dakor no era más que un disfraz, ¿verdad? Sólo querías recuperar la parte del Alba que estaba en poder de Mariposa.»

«Quizás tengas razón, mago, o quizás no. Pero, si creías en esto que me acabas de contar, ¿por qué no intentaste detenerme?»

«Quizás lo he hecho, Procurador, y no te has dado cuenta», dijo Extraño, mientras desaparecía en una nube de humo. «Supongo que pronto lo sabrás…»

FIN


1.- Un resumen apresurado del último número.

2.- Sí, sí, este tipo existe. Apareció en Mystic Comics #1-3, en plena Edad de Oro.

3.- Algo de ella se comenta en X-Men #41.

4.- En la saga que acabó en el número 100 de Lobezno, en la que Génesis, el hijo de Cable, intentó devolverle a Logan el adamantium.

5.- En Vengadores #403-406.

6.- Kaos le pidió matrimonio a Polaris en el último número.

7.- Todo esto sucedió en la serie de Factor-X, justo tras acabar la Era de Apocalipsis, solo que no se vio.

8.- Patrulla-X #329-330


BUZÓN MUTANTE

¡Hola a todos!

Tras unos mesecitos de espera, aquí tenemos la conclusión de la minisaga mística de la Patrulla. A partir de aquí, nos embarcaremos en nuevas y emocionantes aventuras, entre las que destacará, por fin, el enfrentamiento final entre Cable y Apocalipsis (en un crossover con X-Force), la identidad de los Doce y muchas sorpresas más.

Ahora, tras la introducción, pasemos con la carta del mes.

En esta ocasión nos escribe Xumer, el guionista de Factor-X y Hombre-X.

«Tiiiioooooosssssss, os estáis pasando con los misteriosos planes del EJECUTOR. Que conste que cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero es que te estás cargando una cantidad de villanos que podrían ser muy bien utilizados. El Universo Marvel destaca por la cantidad de personajes disponibles, y estás acabando con personajes muy bonitos, con muchas posibilidades, yo de ti me contendría un poco, y prolongaría las cacerías, porque además es una muerte relámpago, visto y no visto. Corta un poco, además, tienes que ir con cuidado, porque al ser tu mismo editor, nadie te impone ningún tipo de censura y puedes acabar mal. Fijáos, al final me estoy poniendo a favor de la censura, seré gilipollas…«

Ummm, Xumer, así que quieres censura, ¿eh? Bien, bien, tomo nota…

Bueno, ya en serio, te explico. Peter y yo decidimos que había demasiado «personaje basura» rondando las series mutantes (y otras muchas series, de hecho), tras la «Edad de las Tinieblas«, por lo que, basándonos en la mítica saga de Azote, que apareció hace ya unos años en la serie del Capitán América, decidimos hacer limpieza (además, copiamos la frase «Se ha hecho Justicia«, que queda muy chula). Además, no es un «matar por matar«, ya que, como habrás comprobado en la «limpieza» de este número, un gran secreto se esconde tras el Ejecutor. ¡Un no-premio virtual al que averigüe su identidad!

Ah, y si que tengo editor. ¿O te creías que Peter estaba sólo de adorno?

En fin, eso es todo este mes.

Patrullosos saludos de…

Carlos

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