2055: 4 FANTASTICOS #8
La isla de la sangre infectada IV
Guión:
Narutaki
PORTADA: Con unos uniformes de neopreno azul con un cuatro blanco dibujado en el hombro izquierdo caminan los 4 Fantásticos por una isla ocupada en su totalidad por un gran edificio de paredes transparentes en muchos casos.
Todos se encuentran en pijama o algo similar. Sentados en pufs y sofás,
cómodamente. Yuu abrazada a un cojín y con las piernas recogidas; Alexandre
sentado recto junto a Salvador que fuma un cigarrillo mientras que Chris,
con el torso musculoso al descubierto charlan, con los platos sucios aun
sobre la mesa. La televisión está encendida pero con el volumen en off y
apenas le hacen caso. Hablan entre ellos.
- Yo creo que no es tan mala opción... Dependeríamos en cierto grado del
gobierno americano, pero contaríamos con todas las ventajas que nos ofrece
la AME, que no son pocas...
- Supeditarnos a la Casa Blanca. No creo que debamos. Vamos a vender nuestra
libertad por un puñado de cables, si accedemos.
- Yuu, creo que Alex tiene razón -comenta Salvador-. De verdad. Lo que
nosotros queremos es hacer el bien. El gobierno no nos obligará a nada.
Seremos libres, simplemente ellos nos pasarán trabajo que hacer, si estamos
de acuerdo lo hacemos, y si no, pasando.
- Oh claro... Hasta que sepamos demasiado, nos neguemos a trabajar para
ellos y nos encierren en algo parecido al Guantánamo de principios de siglo.
- ¡Por favor! -interviene Chris- ¿Qué concepto tienes de mi país? Trabajar
para el gobierno no es ni mucho menos ser un esclavo, de verdad ¡joder! Es
lo que dice Salvador. Vamos, no seas terca.
- Dejadme que lo piense.
- ¿Qué es lo que hay que pensar, Yuu? -algo alterado Chris.
- Vamos, calmaos un poco -objeta Alexandre-. Es lógico que quiera tomar la
decisión después de haberlo pensado bien. Todos deberíamos hacer lo mismo,
no es algo que debamos tomar a la ligera.
Callan un momento y Chris se levanta.
- Sí, supongo que tienes razón Alexandre. Voy a dormir, quedaros un rato por
aquí. El mando de la tele está por ahí perdido. Buenas noches -caminando
fuera del espacioso salón.
Con gestos se despiden de su compañero de aventuras. Se quedan pensativos.
Yuu imita al marine americano y va a dormir a la habitación en la que ha
dejado sus cosas. Salvador apaga la tele y sale a la terraza. Su compañero
lo sigue.
- ¿Sucede algo, Salvador?
- Han llamado del hospital...
Su expresión está distorsionada. Como un viejo árbol cuyas raíces se
retuercen crujiendo a cada centímetro que estiran, sus lágrimas caen
haciendo arder cada milímetro de piel que tocan a su paso.
- ¿No te han dado buenas noticias?
- No. No...
Ambos se funden en un cálido abrazo. El español llora hundiendo su cabeza en
pecho de su amigo francés que lo estrecha contra sí. Entre susurros hablan.
- Lo siento... Lo siento.
La luz de la luna, blanca, pura, alumbra la escena que sucede en el balcón
de un apartamento en lo alto de un edificio neoyorquino. Dos hombres unidos
en un sufrimiento, uno atacado por el dolor profundo, punzante y crítico de
perder a una mujer, invadido por otro flanco por el sentimiento de culpa, en
parte injustificado, pero con una explicación lógica para su mente demasiado
afectada por el asunto. De otro lado, un hombre valiente, desarmado ante la
agonía de un amigo.
Tras unos minutos se separan.
- Alexandre, voy a ir unos días a Tarragona. Supongo que la enterrarán en un
día o dos. La trasladarán de Reus a la capital, y allí harán el tanatorio.
Tengo que ir...
- Claro. Claro que sí.
- Mañana por la mañana saldré pronto. En una semana me tendréis de vuelta.
- Lo que necesites, Salva. No hagas nada con prisa. Tómate tu tiempo.
Asiente con la cabeza y lo abraza de nuevo.
- Muchas gracias.
- No las des.
Y se retira también a su habitación donde con los ojos empañados comienza a
prepararse para el viaje. En la terraza sigue Alexandre que deslizando sus
dedos alargados entre su cabello frondoso contempla la gran ciudad algo
desconcertado, intentando abordar las dudas y misterios que se le presentan
tras todo lo acontecido últimamente. En la barandilla apoya su vaso de tubo,
con hielo y mucha ginebra. Sonríe levemente y bebe un largo trago sintiendo
como el alcohol quema su garganta.
Duerme la ciudad.
Amanece un nuevo día en la gran metrópoli y la ausencia de Salvador en el
ático sorprende a Yuu y Chris. Entonces Alexandre les explica, sin dar
demasiados detalles, lo sucedido la noche anterior para que comprendan el
motivo de su ausencia.
- Se supone que teníamos que reunirnos con el ministro.
- El ministro esperará, Chris.
- Pobre Salvador. Podíamos haber ido con él -dice la china.
- Supongo que prefiere estar solo ahora. Lo necesita.
- Ya...
- Bueno chicos, nosotros tenemos trabajo que hacer. Unos trajes, darnos
publicidad, firmas de postales... ya sabéis. ¡La gente nos quiere!
- ¿Perdona? -pregunta Yuu algo extrañada.
Chris enciende su portátil y entra en un portal de noticias. Allí aparecen
fotos de su caza de Sota de Corazones en la gran manzana. Son los nuevos
héroes de Nueva York. El joven sonríe a sus compañeros.
- Un momento... Yo no voy a firmar nada...
- Tampoco está tan mal Yuu -comenta el francés.
- ¡Ese es el espíritu! -dándole una fuerte palmada en la espalda-. Esta
tarde me entrevistan para el próximo número de la revista New Century Times.
- ¿Qué?
- Llamaron esta mañana pidiendo una entrevista con uno de los 4 Fantásticos,
y yo me ofrecí voluntario.
- Ah, muy bien -se queja Yuu.
- ¿No decías que "no ibas a firmar nada"? Pasa de la mass media -dice Chris
con sorna.
La asiática esboza una mueca de desagrado.
- Dios...
- Señoras y señores, hoy en el show de Jay Leno Jr... el increíble, el sexy,
el último superhéroe... el fantástico Hombre Impulso.
En el plató del Show de Jay Leno aparece por la gran entrada de invitados
Chris Adams vestido con un uniforme tejido con algo similar al neopreno y
con un 4 blanco impreso en el hombro izquierdo. Saluda sonriendo al público
que allí hay y toma asiento en un sofá junto al presentador, un hombre de
pronunciado mentón y cabello canoso que viste de Armani.
- Muy buenas noches Hombre Impulso. Es un placer poder tenerte hoy como
entrevistado en este programa.
- Hola, muy buenas Jay -poniéndose cómodo en el sillón.
En el apartamento de Chris, la holovisión está encendida mientras Alexandre
prepara algo para cenar y Yuu juega con su nueva fuerza extraordinaria a dar
golpecitos al viento para hacer que éste deslice objetos. De pronto reconoce
a alguien en la imagen d la holovisión.
- Alexandre, corre, ven a ver esto.
- Un segundo -removiendo algo con la espátula.
Se limpia las manos en el delantal.
- Technocerámica mantén eso cociendo durante 8 minutos a la temperatura
actual.
Pulsa un botón y da un salto acrobático hasta llegar al tresillo donde
descansa su compañera. Ésta sube el volumen.
- Míralo...
- ¿Qué sucedió realmente en aquel viaje espacial? ¿Y esa chinita que os
acompaña, es una extraterrestre?
- No, Jay, lo que ocurrió en el viaje es más o menos como lo contamos en la
rueda de prensa, salvo que algo inexplicable ocurrió, y adquirimos nuestros
poderes. En cuanto a la Dama Marcial, ella viajaba en una expedición
paralela del gobierno Chino que sufrió un accidente similar al nuestro.
- Recuérdame que eche diez o doce pastillas de cianuro a su cena esta
noche...
- Como mandes, Dama Marcial...
Alexandre ríe divertido.
- Vaya, vaya. No está nada mal, viajar por el espacio y volverse un
semidios. Cuéntanos, cuales son los planes de los 4 Fantásticos.
- Bueno, aun no lo tenemos muy claro. Pero el gobierno nos quiere, bueno, y
quien no nos querría como sus guardaespaldas -ríe-. No, ahora en serio, no
sabemos que hacer, es algo que hay que pensar bien.
El viento peina el cementerio, y un hombre solo y triste se mantiene en pie
ante una lápida. Quieto, inerte como los ángeles de mármol que lo rodean,
con la diferencia de que el siente, dolor, la sangre que corre por sus venas
se va deteniendo lentamente. A la vez parece como si su cabeza fuera a
estallar a cada momento, y entonces se da cuenta de que pese a todo, él
sigue vivo. Y se gira. Y camina por las calles desiertas hasta llegar a casa
y dejarse caer en el sofá para contemplar el techo durante horas sin un
pensamiento conciso.
7 días después
Los cuatro visten de gala. Con los trajes que la AME facilita a sus
empleados cuando tienen que dar conferencias. Negros, sobrios y distinguidos
con la insignia de la Agencia Mundial Espacial en oro en forma de gemelos.
Yuu viste un elegante traje chaqueta de color negro también, acorde con los
muchachos. Los cuatro esperan en un pasillo de la Casa Blanca a que el
ministro de defensa y el presidente de los Estados Unidos los reciban.
Rodeados de guardaespaldas ambos políticos hacen su aparición sonrientes y
satisfechos, queriendo mostrar cierta complicidad con los héroes ante las
cámaras de la mass media. Y entonces se producen los cordiales apretones de
manos allí mismo, justo antes de que los inviten a pasar a un amplio
despacho donde deben hablar largo y tendido sobre su nueva vida y su nuevo
oficio.
Caminan sin excesiva prisa y luciendo falsas sonrisas hasta el interior de
la sala. Una vez dentro, dos de los guardaespaldas cierran las puertas,
impidiendo el paso de los reporteros y se quedan fuera. Ahora están
completamente solos en la habitación. El presidente y el ministro invitan a
tomar asiento a los astronautas y luego se sientan ellos.
Es el ministro quien comienza a hablar.
- Toda la nación esperaba con ansias esta reunión, señores. No dilataremos
demasiado la misma ya que hay ciertos asuntos importantes a tratar en el día
de hoy, pero por supuesto que dedicaremos a este menester el tiempo que
requiera. Aun así, seré directo: ¿cuál ha sido su decisión?
Se miran entre ellos hasta que Alexandre se inclina levemente hacia delante.
- Colaboraremos con el gobierno. Pero insisto en el verbo colaborar. No
vamos a ser empleados de nadie.
- Explíquese señor Marceu -insta el presidente.
- Pues que siempre y cuando el gobierno nos facilite equipo y una base de
operaciones nosotros podríamos realizar alguna misión para ustedes
eventualmente, o siempre y cuando compartamos los criterios entorno a los
intereses que tengan los Estados Unidos en dichas tareas.
- Comprendo... Me parece algo razonable... Sí. Me basta con que defendiesen
el país si algún supervillano intentase destruir la Casa Blanca o algo por
el estilo. No les pediremos más que los justos favores.
- Entonces todos de acuerdo.
- Pues si no tienen nada más que decir, yo me retiraré y el ministro Rice
les mostrará una presentación holográfica de la base de operaciones que les
hemos preparado. Gracias por todo.
Asiente con la cabeza y se ponen todos en pie para despedir al presidente
Arnold Clinton. Tras su salida, Rice enciende el holoproyector y muestra una
pequeña isla con un único edificio en ella, que la ocupa casi toda.
- La Isla Dry. Se encuentra a unos cinco kilómetros del puerto de Nueva
York. Y el edificio que se puede ver es vuestro cuartel general. La isla
estuvo desierta hasta hace unos años cuando un multimillonario ruso quiso
construir allí una enorme biblioteca. Se cansó a los dos años, y el gobierno
decidió recuperar la isla. Ahora ya tiene una utilidad.
Contemplan satisfechos.
- Esperando lo que hoy ha sucedido, hemos dotado al complejo de algunos
laboratorios y de línea privada con la base AME en Nueva Jersey para que
pidan el material que necesiten. Bajo el nombre de John John Fantástico
podrán pedir lo que necesiten y se les enviará a la isla en horas, salvo
excepción.
Yuu mira a Salvador y ambos asienten con la cabeza contentos con lo que les
están contando.
El ministro pulsa un botón y la holoproyección termina. Mira a los chicos.
- Antes de darles "la llave" del magnífico edificio en la isla Dry -medio
bromeando-. ¿Aceptan ustedes ir a revisar la base 7?
- Es obvio que sí -habla ahora Chris.
- Bien. Tengan entonces -da una llave de retorcidas formas a cada uno-. Las
cuatro llaves abren la puerta aunque sean diferente, pero cada una abre una
entrada diferente. Hay una en cada punto cardinal. La única particularidad
es que hay una que se encuentra bajo el agua.
Esta entrada despierta el entusiasmo de Chris que expresa con su gesto
sentirse como un niño con zapatos nuevos.
- Encontrarán en esa entrada, un pequeño aerodeslizador. Todo para ustedes.
Viendo sus últimas apariciones en televisión, le hemos impreso el número 4 y
pintado de azul para su mayor disfrute.
- Genial -interviene Adams.
- Bien. No deseo entretenerles más. No les costará mucho dar con Isla Dry.
Así pues, el ministro de exterior de China me espera en otro despacho y no
deseo hacerle esperar. Gracias por todo.
El helicóptero, con la bandera de los Estados Unidos pintada en la cola,
aterriza en el helipuerto de la Isla Dry. Cuando lo hace, los 4 Fantásticos
pisan por primera vez el que será su nuevo hogar. Tras ellos desciende un
acompañante oficial que les tiende la mano.
- Ya tienen mi número de teléfono, cualquier cosa que necesiten, estaré
encantado de acudir a ustedes -mientras se lleva un apretón de manos de
Alexandre.
- Gracias Jeffry.
Tras acabar los cordiales saludos, el tipo vuelve al helicóptero y éste toma
aire de nuevo. Ahora están los cuatro solos. Ante ellos hay una de las
cuatro entradas de la base de operaciones. Sobre la cerradura hay una E.
Esta coincide con el llavero de la llave que le dieron a Yuu, alías Dama
Marcial. Ésta introduce la llave y tras girarla hacia la derecha, la puerta
se abre hacia dentro. Pasan todos y se encuentran en un pequeño recibidor
aislado.
- Bienvenidos nuevos inquilinos -suena una voz en off-. Esta habitación está
preparada para aislar a posibles intrusos. Como es la primera vez que se
abre esta puerta desde mi configuración, debo rogarles que me den una
contraseña, con la cual les permitiré acceder al resto de la instalación.
Se miran entre ellos. Es Alexandre quien se decide.
- Churros con chocolate.
- Bien. La contraseña ha sido guardada. Adelante.
Una puerta se abre ante ellos dejándoles pasar a una especie de sala de
estar.
- ¿Churros con chocolate? ¿Qué clase de contraseña es esa? -bromea Adams.
En una de esos refugios de montaña para ricos caprichosos encontramos a
quien hace unos días huyó de la Reserva 7 en helicóptero. Sus manos huesudas
sujetan una copa de brandy llena de éste, y con dos cubitos de hielo en
forma triangular dentro. Siempre diferente. Su traje oscuro, se vislumbra
grisáceo a la luz acogedora del fuego de la chimenea. Las ascuas
chisporrotean y de vez en cuando hacen crujir la madera. Qué sonido tan
cálido.
Estira levemente sus dedos pérfidos y alargados. Acaricia la copa y la mueve
suavemente.
De pronto su climax se ve interrumpido por la voz de un hombre. Habla desde
el umbral de la puerta a sus espaldas y denota acento
- Señor, ya estoy aquí; he venido tan rápido como me ha sido posible. Los
helipuertos en Haití dejan mucho que desear.
- Ya hablaremos más adelante de lo mucho que me jode que me hagan esperar
camarada.
EL CORREO FANTASTICO
Jocosos saludos a todos.
Espero una vez más, siendo ya una tradición, que os haya gustado y entretenido el número, octava entrega ya, de esta colección. Y dicho esto, paso a comentar las cartas de los lectores:
Juntaremos las opiniones de Ben Reilly "Creo que me he perdido algún número de la serie" y de nuestro habitual Jose Cano que también cree que el número es poco claro en algunos instantes. Bien, supongo que os referís a todo lo que envuelve a la reserva 7, creo que queda bien explicado en el tramo final del número pasado, cuando los políticos y militares hablan con los 4F, era un laboratorio experimental secreto de los USA, que vendieron cuando ya no les convenía a un árabe millonario que luego les dio por donde amargan los pepinos.
Y una vez más, a mi maestro Jose Cano darle las gracias; "El argumento regular tirando a bueno, entran ganas de seguir leyendo. El que empieza a tener una personalidad más definida es Chris Adams, Salva y los otros se los ve por donde van, pero no tan claro. No tengo ni idea de quien es el otro villano. Le daría un siete, esta serie es muy regular". Pese a todo, intentaré seguir mejorando.
En cuanto a las palabras de Jose González, antes de darle respuesta, agradecerle que continuase leyendo la serie incumpliendo así su amenaza tras el número #6: "¿La Sota de Corazones? Alucinado me he quedado." Si, bueno, esa era una de las reacciones que esperaba. Lo cual me hace subir un poquito mi ego. "Este numero está mucho mejor que el anterior. Y no por la sorpresa de Sota o Magni Odinsson(que tambien ayudan). Acción, explicaciones, poderes, experimentos secretos, chanchullos gubernamentales... Me quito el sombrero". Tan solo puedo agradecértelo.
Byes!