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Estudiaron en las mejores universidades de ciencias y tecnologías, eran prometedores astronautas con un gran futuro aguardándoles a la vuelta de su viaje espacial... Pero al regresar no fueron nombrados ejecutivos de la Agencia Mundial Espacial sino que se habían convertido en súper héroes.

2055 4 Fantásticos

2055: 4 FANTASTICOS #7
La isla de la sangre infectada III
Guión: Narutaki

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PORTADA: En una sala clasicona los 4 Fantásticos vestidos de traje, con algunos políticos y un tipo vestido de cuero que se parece misteriosamente a Thor, su expresión es altiva.

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El hombre camina con pasos tranquilos. Sin prisa. Su traje antaño espectacular y reluciente aparece roto y polvoriento; en su rostro se refleja su cansancio. En su mirar se denota odio y rencor, sufrimiento incluso, que en combinación con el desaliño de su cabello lo convierten en la imagen de la locura. Se pierde por los pasillos mirando con cierto recelo su reflejo en las ventanas que dan a los despachos abandonados. De tanto en tanto acaricia su rostro levemente, se mira a si mismo y continúa su paseo.

Los soldados americanos marchan a través de la vegetación. El capitán corre a la cabeza de su pelotón con Chris a su lado. Los astronautas luchan renqueantes por seguir el ritmo de carrera de los marines. Desde una perspectiva trasera, tan solo se ven mochilas danzantes y piernas en movimiento. Los matojos de hierba, extrañamente cada vez más seca, crujen bajo el pisar de sus grandes botas.

Finalmente llegan a su destino. Un gran edificio de grises paredes y sin ventanas se alza ante ellos. Hay una gran número 7 pintado en la chapa de la enorme puerta de blindada, con barras y estrellas a su alrededor. Todos se detienen boqueabiertos contemplando lo que se les muestra. El mando da un paso al frente y articula palabras con asombro e incapaz de mirar a sus hombres.

- La... la reserva siete... No puede... -niega tapando su rostro con las manos sudorosas.

El astronauta y soldado Adams se adelanta hasta colocarse a su lado y habla solemne mirando al frente.

- Señor, quizá no solo fueran invenciones de la prensa sensacionalista.

- ¿El gobierno engaña a los defensores de la patria? ¡Imposible!

- Tiene que tener una explicación...

- ¡Por supuesto que sí, Adams! -poco convencido-. Debe de haber un motivo.

De pronto, acompañado por un gran estruendo la puerta se hunde en el suelo dejando a la vista el hall. Entonces pueden verlo.

Ante su sorpresa una pared es tragada por el suelo. Gira la cabeza hacia ella, desconfiado y tras años vuelve a notar el calor de la luz solar. Se tapa los ojos en un gesto brusco, la falta de costumbre. Poco a poco, valiente, intenta asomar la mirada al exterior; y los ve. Hombres, con el mismo uniforme, la misma expresión, las mismas armas, y entonces aprieta los puños.

Ligeramente asustados, sorprendidos dirían ellos, alzan sus fusiles láser apuntando a la silueta masculina que aparece tras la puerta.

Comienza a caminar torpemente hacia ellos.

- ¿Quién va? -un soldado raso.

El hombre no hace gesto alguno, sigue andando. Esboza una mueca de desagrado, de hastío, de repugnancia ante la presencia de los marines norteamericanos y sus ojos brillan rojos, destelleantes y tanto el que habló como el alto mando caen muertos al suelo, totalmente deshidratados, secos, con la piel tibante en extremo. No se inmuta, pero, al igual que los soldados, no comprende lo sucedido.

El silencio es casi sepulcral. Antinatural. Sin dar aviso, el asesino levita apenas un metro mirando al suelo, como si degustase el espacio que lo separa del suelo cubierto por el verde tapiz. Entonces se da impulso y vuela con fuerza, cortando el aire y notando como éste acaricia fuertemente su cara.

Y apenas dos minutos después, habiendo sobrevolado la isla vuelve al lugar donde se produjo su encuentro con los soldados, que aun no han reaccionado. Entonces los mira, se deja rodear y sonríe de medio lado, desquiciado.

- El ejército de los Estados Unidos... Bah -con desdén.

Mira a un par de soldados que caen fulminados igual que los anteriores. Comienza a comprender. Echa un vistazo a los hombres muertos a sus pies y reta con la mirada a los demás. Chris, en un alarde de gallardía se atreve a encañonar a éste.

- ¡Habla! ¿Quién eres? ¡Vamos!

El tipo se toma su tiempo. Sin prisa. Con calma. Traga saliva.

- Hubo un tiempo en que se me conoció como Sota de Corazones... Pero de eso ya casi no puedo acordarme.

Un soldado tartamudea.

- L... los... ven... gadores, ¿no?

- ¡Sí! -exclama Christopher- ¡El miembro de los Vengadores!

- Quizá... Pero eso quedó atrás...

Nadie sabe como actuar hasta que Sota levita fantasmagóricamente unos metros obviando el arma que le apunta.

- Por hoy voy a perdonaros la vida... Consideraros seres afortunados en desmesura. Aunque si os volvéis a cruzar en mi camino, dudo que recuerde vuestros rostros asustados, así que os arrancaré la cabeza sin piedad.

Aprovechando el momento de destensión del extraterrestre, Chris abre fuego fallando el disparo a causa del nerviosismo.

Éste se gira mirándolo con cara de pocos amigos.

- Maldito estúpido desagradecido.

De pronto algo resplandece en alrededor de Adams ante el asombro de todos. Éste nota un gran peso a su espalda, el macuto cae al suelo con las asas rotas. Igual que pasase en el planeta Debos con sus compañeros, gracias a la esfera que le regalasen en su viaje espacial nota una descarga de poder místico en su cuerpo que se manifiesta en forma de una neblina densa de color amarillo. Todo son sorpresas.

Al desvanecerse la bruma, Chris nota un gran ardor en su interior, y se siente ligero, más ligero que nunca.

Yuu, Salvador y Alexandre se le aproximan dispuestos a atacar. Salvador nota como de su espalda le nacen unas grandes alas metálicas.

De pronto, el marine nota un impulso violento en su interior y golpea duramente en el rostro a su enemigo. Lo que todos han visto como un solo golpe han sido tres en realidad. Éste, ve impasible como le gira la cara y un hilo de sangre nace de su boca.

- Cabrón...

Y vuela lejos más colérico que cuando vio de nuevo la luz del sol.

Mientras, algunos soldados usan la radio que llevaba su líder para comunicarse con la base y Chris intenta caminar viendo que con la fuerza que antes daba un paso, ahora camina casi diez metros.

- ¡Genial! -ríe caminando hacia sus compañeros.

Éstos se giran hacia él.

- ¡Habéis visto! ¡Joder con el regalito del viejo presidiario! -da unos ganchos al aire.

- Sí, muy útil Chris. ¿Qué tal si en vez de cacarear ayudas a tus camaradas? -Yuu.

- Aguafiestas...

Mientras todos se movilizan, Yuu habla con Alexandre.

- ¿De verdad crees que este tipo puede salvar a alguien que no tenga un par de buenas tetas?

- Tiene carisma, eso le gustará a la prensa -bromea.

- Oh, vamos... -negando.

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Año 2011

Sota de Corazones camina cabizbajo con unos grandes aros alrededor de sus muñecas, unos artefactos en apariencia sencillos, pero que en realidad bloquean cualquier descarga de energía que intente el ex miembro de los Vengadores haciendo que él sufra todo el daño. Los pasillos son todos muy parecidos, monótonos, tristes; es escoltado por cuatro soldados bien armados. A su paso, nadie parece prestarle atención.

Éste da un paso tras otro como un borrego, cabizbajo y sin mirar.

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En una de las bases del Ejercito de los USA a las afueras de Nueva York se movilizan algunos efectivos. Suenan los teléfonos sin parar, se envían e-mails y se corre arriba y abajo.

- ¡Vamos! ¿Cómo quieren que les conceda una entrevista ahora? ¡Tenemos trabajo! ... ¡Envíele los emilios que quiera al gabinete de prensa del Pentágono! -cuelga enfurecido un teniente.

En otra sala, un grupo de altos mandos escucha los mensajes que les envían desde la isla.

- Sí, salió del complejo... Sí, la base siete... Bzzz -se escuchan algunas interferencias.

- ¿La base siete? Va a haber que dar demasiadas explicaciones...

- Bzzz y fulminó a varios de nuestros hombres... Bzzz es muy peligroso. Den la alerta a todas las bases.

- Sí. Avisaremos a los Vengadores, a los que encontremos de ellos. Sabrán como pararle los pies.

- No... Bzzz -interviene Alexandre-. Los 4 Fantásticos están al corriente y ya trabajan en el asunto... Bzzz.

- Adams, ¿quién era ese?

- Uno de Bzzz... Nuestros compañeros.

- ¿Los 4 Fantásticos? Murieron hace tiempo...

- Bzzz... No. Sus hered... Bzzz... ros. No se preocupen. Solo mantengan los ojos abiertos.

Cortan la comunicación y los cuatro se miran entre si casi por instinto.

- Los 4 fantásticos... -dice un soldado.

- Vamos a la costa a coger nuestra lancha. Necesitamos volver YA.

- Sí, señor.

Salvador da un par de aletazos y logra volar. Se maneja bastante bien. Entonces toma a Alexandre con sus manos. Mira a los otros dos.

- Alexandre y yo vamos a ir volando, para intentar encontrar al tal Sota de Corazones. Nos encontraremos en cuanto lleguéis al puerto.

Yuu asiente y echa a correr tras el pelotón de soldados.

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Patrullan desde el cielo las calles de NY. Ambos sonrientes aun preocupados, ante la novedad y la responsabilidad de ser superhéroes. Tras un par de horas de vuelo deciden ir a la base a encontrarse con sus compañeros, sin pista alguna sobre su enemigo.

En una imagen espectacular, Salvador desciende de su vuelo paulatinamente, con las alas extendidas dejando poco a poco al francés en el suelo. Luego queda el de pie perdiendo las alas. Los soldados los miran escépticos. Chris y Yuu van con ellos.

- ¿Y bien? -dice Chris.

- Ni rastro...

Se escucha un gran movimiento del viento. La asiática señala al cielo. Todos miran por instinto.

- ¡Ahí!

- ¡Vamos!

Pacheco vuelve a adquirir sus alas y vuelva mientras que Yuu y Alexandre corren, una por el suelo, y otro dando saltos de pared en pared, mientras que el marine, alcanza una velocidad de vértigo, aunque a veces frena intentando no llevarse por delante a algún transeúnte.

Sota de Corazones vuela enfurecido hasta que en una calle se detiene en un terrado. Se lleva las manos a la cabeza y cae de rodillas al suelo gimiendo.

- ¡Agggh! ¡No!

Al verlo en desventaja, Salva se tira en picado para arremeter contra el ente salido de la reserva 7. De pronto, mientras Alexandre trepa para llegar hasta allí sucede una gran explosión nacida del cuerpo de Sota. El español cae en picado hacia la calle, mas justo cuando va a impactar contra el duro asfalto de su espalda emanan unos golpes de aire que amortiguan la caída. Marceu, se adhiere a la pared con fuerza para no caer, mientras que los neoyorquinos, tras caer cuerpo a tierra, corren ahora a refugiarse.

Finalmente, tras el momento de desconcierto, el francés se haya cara a cara con Sota.

- Podría matarte... -fatigado-. Ahora mismo.

Lo mira fijamente, sus ojos resplandecen con poco fulgor, pero no sucede absolutamente nada. El antiguo Vengador niega en su interior y se lanza a la carga contra el astrofísico. Da una voltereta en el aire esquivándolo a la vez que le da una patada en la espalda para tirarlo al suelo. En situación de ventaja lo contempla amenazante. Mientras, a sus espaldas aparece de nuevo Salvador con Yuu en brazos. De un salto, Chris logra llegar a un balcón, y de otro salto hasta el terrado.

- ¡Ríndete asesino!

Ante la amenaza de Chris suelta una carcajada.

- Estúpidos... ¿Creéis que sois superhéroes...? ¡Necios! ¡Voy a acabar con todos!

Se pone en pie y de su cuerpo salen unos vapores oscuros. Los 4 Fantásticos se preparan para el combate. Yuu es la más atrevida y golpea sin contemplaciones el estómago de su enemigo que de pronto cae desmayado al suelo.

Todos suspiran aliviados.

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En la base del ejército de Nueva York aparece un joven de cabellos largos y rubios, de porte elegante, vestido, por el contrario, de sport. Lleva el pelo recogido en una coleta. Su expresión es seria, sentida.

Se entromete en una conversación que mantienen el ministro de defensa y algunos cargos militares con los 4 Fantásticos.

- La cámara cero... Eso es lo que deben hacer con Sota de Corazones. En la vieja residencia de los Vengadores. Allí lo encerraban para que descargase su energía y resultase prácticamente inofensivo.

Todos se giran a él.

- ¿Y quién es usted, si se puede saber? -dice uno de los generales.

- Magni Odinsson.

- ¿Perdón?

- ¿Recuerdan a Thor, el Vengador?

Algunos asienten.

- Pues entonces mejor háganme caso.

Cuchichean entre si, en un circulo estrecho antes de emitir su veredicto.

- Bien... Le daremos nuestra confianza. Llevaremos hasta la supuesta cámara cero a éste individuo y allí lo someteremos a investigación.

Sonríe y asiente con la cabeza.

- Entonces me marcho...Ah, y mucha suerte.

- Un momento... ¿No va a acompañarnos? -dice el ministro.

- Claro que no.

- Pero...

Y despidiéndose con la mano sale del despacho donde se celebraba la reunión.

- El hijo de Thor... Jo-der... ¿Dónde está Spiderman? -dice uno de los militares.

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- Bien... ¿Entonces? ¿Qué más nos pueden decir de la reserva 7?

- Que no deben contar nada a nadie.

- ... -replica con la mirada Alexandre.

- Vamos. Hablen -pide Chris.

- Hace unos años el padre de Sota de Corazones experimentaba con un suero que curase a su hijo, éste era algo así como un extraterrestre, que soltaba descargas radiactivas muy dañinas y peligrosas. El suero era el equivalente a la tal cámara cero que amablemente nos ha recordado el rubito. Entonces, murió. Pero algunos de nuestros científicos estudiaron las posibilidades del suero, y desarroyaron uno completamente contrario, capaz de cargar de energía psiónica a un humano. Tras la disolución de los Vengadores, se dio la orden de tratar a Sota de Corazones con el suero para ver...

- ¿Cuánto aguantaba? -dice Yuu cínicamente-. Cabrones...

- No exactamente.

- Sí, exactamente.

- Vamos... haya paz... -pide Alexandre- Continúe general Mannor.

- El gobierno, ante el descubrimiento de la prensa, los rumores, fundados, eso sí, decidió olvidar la reserva. La vendió a uno de los científicos que habían participado en lo que allí se estudió, el árabe Mohammad Gazemir, eximiendo así cualquier culpa. Así que aunque lo hagan, legalmente nuestro gobierno no tiene ninguna carga legal en lo acontecido.

- Vaya, que gran muestra de responsabilidad -ironiza Salvador.

- Los 4 Fantásticos, lo que éste país les pide es que busquen los planes de Gazemir en las ruinas de la reserva 7 y averigüen como finiquitó todos los experimentos, si inició nuevos y cuando abandonó la actividad del complejo. Después de lo acontecido en las últimas horas, tememos que la reserva 7 albergue peligros demasiado grandes, y que además, todos los dedos apuntadores señalen a nuestro país si sucede una catástrofe. Les prepararemos un dossier con toda la información necesaria. Descansen por hoy.

El concilio se disuelve poco a poco, formando pequeños grupos de dos o tres personas.

- Podéis instalaros en mi ático. Hay habitaciones de sobra. Si queréis...

Ofrece Chris.

- Ah... Interviene el ministro.

- ¿Sí? -girándose todos hacia él.

- Supongo que abandonarán su trabajo en la AME...

- ¿Quién ha dicho eso?

- Superhéroes y astronautas... Deberán tener una prioridad, y el gobierno de los Estados Unidos se decanta por la primera opción.

- Nos da igual el gobierno -habla Alexandre-. Somos nosotros quienes manejamos nuestros destinos. Haremos lo que creamos convenientes. Y hasta nueva orden, seguimos trabajando para la AME.

- Vaya... -ríe ante el carácter duro del francés-. Entonces, la Agencia será un buen soporte técnico para los 4 Fantásticos -ríe a carcajadas yéndose.

Se miran. Eso es algo que ya decidirán.

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EL CORREO FANTASTICO

Un número más de los 4efe 2055 y espero una vez más haberos hecho pasar un rato agradable con su lectura. No suelo hacerlo, pero para quienes no hayan leído la primera saga de la serie "Aventura espacial" recordaré que Debos es un extraño planeta en el que los 4F reciben sus poderes en forma de esferas de manos de un viejo presidiario humano. Leedla si no lo habéis hecho ya.

En cuanto a las críticas sobre el número #6:

Mi querido José Cano citó: "que me ahorquen si soy capaz de desentrañar las pistas sobre la identidad del villano, o yo estoy tonto (posibilidad que no descartan los médicos) o lo has disimulado demasiado". No se si te referías a Sota de Corazones... o a... Juasjuasjuas. ¿El tipo que salió volando en el helicóptero compadeciéndose de los soldaditos? Sigue leyendo. Por ahora sabes su nombre... o no. "Como es un número de introducción para empezar una saga no es que sea muy lucido, así que... le doy un 7". Muchísimas gracias, de verdad.

Jose Gonzalez: "Lamentablemente, tras leerlo estoy completamente perdido. Y no, no voy a leer el Nº 5 (...)Creo que volveré a olvidarlo." No lo hagas. Todo el mundo, o eso creo, estaba un poco perdido en el número anterior. Poca acción... sí, pero no necesariamente tiene que pasar siempre algo, en tu día a día, a veces tienes monotonía y a veces pasa algo... Si, son superhéroes, pero tratemos de ser levemente realistas.

Poco más que comentar en esta entrega. Muchas gracias a todos.

 
 
   
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