2055: 4 FANTASTICOS #2
Aventura espacial I
Guión:
Narutaki
PORTADA: El universo en todo su esplendor surcado por una nave blanca con la inscripción Bush II
- ¿Nivel de estabilidad?
- Correcto Alexandre.
- ¿Dirección?
- Correcta.
Los cuerpos de los astronautas tiemblan mientras con gesto de imperturbable
concentración llevan a cabo sus tareas a bordo de la nave. Alexandre Marcel
y Chris Adams se encargan de que todo salga bien, regulando, midiendo,
estabilizando y demás faenas por el estilo. Lillian Buchanan mira al frente
sin desviar para nada la atención teniendo entre sus manos los mandos de la
nave.
El resto por ahora permanecen quietos, alguno de vez en cuando pulsa o rota
algún interruptor a petición del francés o de Adams.
Visto desde fuera el cohete asemeja una gran mancha blanca que se percibe
difuminada a causa de su velocidad. La oscuridad del espacio la ve pasar en
silencio sepulcral, sin dar signos de vida alguna. La Tierra no tarda en
quedar atrás. Una vez todo en su sitio los astronautas pueden relajarse
durante un rato.
Pasan de la sala de mandos a una contigua donde hay sillas y varias botellas
de agua mineral. Allí todos toman asiento. Frente a ellos una gran pantalla
de plasma se enciende automáticamente. En ella pueden ver interesado el
rostro del presidente de la AME. Frotando su barbilla, en su despacho. El
también los puede ver, gracias a la webcam que hay sobre la pantalla en la
nave. Saluda con la mano. Las imágenes llevan con algo de retraso.
- Muy buenas chicos.
- Saludos -casi al mismo tiempo.
- Todo ha salido muy bien, por ahora tan solo debo felicitaros. Espero que
todo siga por el mismo camino. Estáis en la senda adecuada.
- Gracias -algo más tímidamente, todos.
- El despegue ha sido líder de audiencia en el día de hoy. Algunas cadenas
están emitiendo programas especiales. Cuando regreséis os pasaremos las
grabaciones. Bien chicos. Espero veros pronto de vuelta. Hablamos. A más
ver.
- Hasta otra.
Soldados vestidos con trajes verde caqui con una estrella dorada en sus
boinas oscuras. Los brazos en la espalda y los rostros serios a más no poder
cuando los astronautas desfilan ante ellos rumbo a la nave de chapa roja.
Se dejan ver como una marea de agua contaminada, como vegetación oscura en
la frondosa selva en un hangar majestuoso con banderas chinas por todos los
lados y un gran retrato de Mao Zedong.
Un hombre con muchas medallas al pecho les aguarda a las puertas de
embarque.
Traducido del mandarín:
- Shoji Shui, Xie Ann y Yuu Min, el gobierno de China confía en vosotros
para vencer la carrera espacial. Cueste lo que cueste hemos de llegar a
Júpiter antes que la nave de la AME. Si llegasen antes su soberbia y su
supremacía caería sobre la opinión publica y esta ante nosotros. Sabéis que
la situación es delicada, y en parte, el actual gobierno y su sostenibilidad
dependen del éxito de la misión. Os ruego deis lo mejor de vosotros mismos
pues estaréis dando lo mejor de los mejores. Se que podréis.
Los astronautas de piel azafrán asienten con la cabeza en señal de
aprobación.
El hombre saluda al estilo militar a la vez que todos los soldados gritan
una consigna patriótica. Orgullosos los físicos y químicos entran en el
transporte.
Poco después el suelo tiembla y con el todos aquellos que lo pisan. Los
soldados a los mandos de la nave china comienzan el despegue. La plataforma
que sostiene el vehículo en posición vertical cae al suelo cuando debe caer
y poco después el cohete sale a gran velocidad surcando los cielos.
- ¡Will! ¡Salvador! ¡Venid a ver esto! -dice Angelina Dos Passos algo
alterada.
Los dos tripulantes que son reclamados a presencia de la joven astronauta
corren hasta allí y miran un radar que señala con el dedo la chica.
Sobre fondo verde, y líneas más delgadas trazadas con un verde más claro, se
ve dibujada con un punto rojo la trayectoria y posición de la nave en la que
viajan. Algo más atrás se dibuja un punto blanco señalando otra nave.
El gesto de preocupación y sorpresa se dibuja en sus rostros.
- Eso no debería estar ahí... -dice William Silver.
- ¿Qué puede ser?
- Podemos intentar comunicarnos con su tripulación. ¿Llamo a Max y a Lilly?
- Hazlo Salva -le confirma Will- cuando tengáis algo avisad. Nosotros
avisamos al resto.
- O.K.
Va caminando entre los pasillos evitando perder el equilibrio. Arriba,
abajo, a la derecha, de nuevo a la derecha, a izquierda.
- ¡Lilly, Max! Hay una nave dentro del campo del radar. Intentad comunicar
con ella.
- ¡Hecho! -dice Max poniéndose unos auriculares al mismo tiempo que Lillian.
Con aparente diversión comienzan a teclear y conectar y desconectar cables
del panel que hay frente a ellos. Sus dedos resultan casi invisibles, efecto
producido por la velocidad a la que los mueven. Pronto toda la tripulación
salvo Angelina se concentra en esa salita esperando la conexión.
- ¡Mierda! -grita Maximilard enfurismado.
- ¿Qué sucede? -se interesa Alexandre.
- Por algún motivo no nos permiten entrar en su sistema de comunicaciones.
¡¿Qué narices...?! ¡¿Lilly, has visto eso?!
- ¡Nos están jodiendo el circuito de comunicación externa!
De pronto sale algo de humo del panel.
- Serán...
Alexandre adopta pose excesivamente seria.
- Dejad eso ahora, comunicaos ya con la AME y decidle lo que sucede, si
perdemos la comunicación al menos lo sabrán.
- Bien.
Los dos expertos en comunicación se ponen manos a la obra con la tarea que
les ha encomendado el líder de la expedición.
La puerta metálica de la estancia se abre descubriendo el rostro desquiciado
de Dos Passos.
- Se están acercando cada vez más... por cada 100 kilómetros que recorremos
ellos hacen 116.
- ¡Chris! ¡Reduce la velocidad! -mira al resto de astronautas- Esperaremos a
ver quienes son.
- Pero Alexandre, ¿y si tuvieran nuestro mismo destino? Quizá nos adelanten
y lleguen antes a Júpiter -le rebate Lilly.
Las palabras de la mujer hacen que el francés se lleve la mano a la barbilla
y dude.
- ¡Cambio de órdenes! ¡Haz que este trasto exprima cada gota de combustible!
El cambio de parecer de su capitán impacienta a Christopher que niega con la
cabeza mientras hace lo que se le dice.
- ¡Joder! -se escucha gritar la voz de William.
Todos se giran hasta el, siguen su mirada que se pierde a través de una
ventana. Una luz cegadora entra a través de ella. La claridad hace que la
visibilidad de los científicos, físicos e intelectuales que viajan a bordo
de la nave disminuya en gran medida.
- ¿Qué es eso? -se escucha varias veces con diferentes voces.
A través del cristal entran juguetones rayos de luz blanca al interior de la
nave. Cuando contacta con los ojos de los tripulantes estos giran
rápidamente la cara, acto reflejo.
Traducido del mandarín:
- Shoji, ¿qué se supone que es eso?
- Según los detectores de la nave se trata de una especie de fenómeno que se
constituye en el espacio cada X años, y que por mucho que los científicos
han investigado sobre ellos no han obtenido nada claro o definitivo.
- ¿Qué hacemos comandante Yuu? -pregunta el otro.
- Sigamos la trayectoria de la Bush II, les seguiremos allí donde vayan.
- Bien -asintiendo con la cabeza y tomando los mandos de nuevo mirando al
radar en vez de a través del cristal.
- Y apagad las luces, algo ganaremos.
- Creo que hemos dado con algo un pelin mítico en los viajes
espaciales -dice con rintintín William.
- Exacto. Llevamos años estudiando este fenómeno, que se produce una media
de 1 caso cada 10 años y nos tiene que pasar hoy y aquí...
- ¿Pero que es?
- ¡No se sabe!
- ¿Qué hacemos?
- No creo que tengamos posibilidad alguna de escapar pero bueno... tomad los
mandos y cambiad el rumbo lo más alejado posible, ya veremos como
continuamos el viaje después -ordena Alexandre Marceu.
- Bien, ¡todos a sus puestos! -secunda Dos Passos.
La actividad se hace patente dentro la nave. Cada miembro de la tripulación
está ocupado con alguna tarea.
- ¿Qué se sabe de la nave que ha localizado el radar?
- Se mantiene a distancia, esta esperando a ver que hacemos.
- ¿Distancia?
- Dos kilómetros.
- ¡Joder! -recapacita- Vale, vale. Sigamos a lo nuestro.
El motor ulula como el viento y la chatarra que forma la nave conocida como
Bush II comienza a virar mientras en su interior los astronautas se abrochan
los cinturones como pueden mientras continúan con sus funciones.
El foco de luz tiene demasiada extensión y esta y su poder de absorción
llegan demasiado lejos. De pronto sufre la nave un repentino cambio de
dirección y va sin control hacia el núcleo de la luz.
- ¡Los mandos no responden!
- ¡El radar se ha vuelto loco!
La desesperación comienza a dejarse notar entre los viajeros. Mientras la
luz impide cualquier ápice de visión, y con temor aguardan su destino.
Traducido del mandarín:
- ¡Yuu la luz nos absorbe! La nave no responde...
- ¿Ellos han ido por allí?
- Si...
- Pues sigue mis órdenes.
La superficie es de color azul eléctrico y de tacto arenoso. La vegetación
tiene tonalidad verde pálida y los nervios de las hojas se marcan mucho,
destacando por la oscuridad de su verde.
Mirando al cielo contemplamos el universo. Tres satélites alumbran en la
oscuridad.
En el suelo azul una gran montaña de chatarra blanca. Destrozada. Humeante.
Entre la deforme masa de hierro podemos leer diferentes letras "B", "H".
Justo a su lado, con una herida en la frente y hollín por todo el cuerpo y
uniforme respira acelerado Alxandre Marceu. La mano en el pecho, subiendo y
bajando.
Ante el se postra una mano, quemada, en carne viva. Mira más arriba y
distingue a su compañero Christopher Adams. Esta algo más maltrecho que él
pero se sostiene en pie.
- Desde luego el sistema de evacuación está bien diseñado -bromea.
Alexandre toma su mano y se incorpora.
- Vaya leche...
- Hemos tenido suerte.
- ¿Suerte?
- Estas respirando ¿no?
- Muy agudo. ¿Buscamos al resto?
- Por mi no hace falta que os preocupéis.
Al girarse pueden ver a Angelina Dos Passos apoyada en el hombro de Salva
Pacheco. Cuando llega allí deja que se siente en el suelo. Tiene una gran
herida en la pierna pero no por ello ha perdido la sonrisa.
- Solo faltan tres. Habrá que buscarlos.
El cielo brilla. La luz convierte en borrosa una gran mancha roja que se
estrella contra el suelo.
- ¿Y eso? -asombrado.
- Creo que hace unos minutos estaba en nuestro radar.
- ...
Cerca de donde se había estrellado la primera nave, acaba de colisionar otra
contra el suelo. De nuevo el sistema de evacuación en caso de colisión (ECC
System) ha salvado varias vidas.
Sus tripulantes tienen facciones asiáticas. Piel azafrán y ojos achinados.
Parecen haber salido muy bien parados. Al ver los restos de la Bush II
corren hacia ella.
Los matojos se mueven pero no por acción del viento. Entre la vegetación
autóctona se mueven unas sombras. Esas sombras portan armas y miran con
recelo a los accidentados científicos.
Hablan entre ellos en un dialecto de difícil comparación a cualquiera de los
hablados en occidente, quizá con algún rasgo similar al berebere. Cuando los
asiáticos pasan por delante de ellos se callan en seco y dejan reinar al
silencio.
EL CORREO FANTASTICO
Para poner a parir al guionista, para decirme que no os ha gustado el numero, para amenazarme de muerte... para lo que queráis.
A Advenedizo porque aunque fuera por llevarle la contraria a Zemo me apoyó como editor de 2055. A Xum por hacerme una lectura beta que realmente sirvió de mucho. A Correia, que aunque sea más feo que yo escribe mucho mejor y me ha echado un cable con este numero. Gracias!
Espero que os haya gustado el número, la trama inicial, está basada en unos planes que elaboré con Advenedizo a finales del verano de 2003 pero que nunca llegamos a desarrollar.
Si Advenedizo se pregunta "saldrá mi Kree de piel azul?" Le respondo "sigue leyendo la serie". Al resto animaros a seguir leyendo y apoyar la línea 2055, que el futuro tiene mucho futuro!
Nos vemos en el numero 3!