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PORTADA
Unidos por el destino, separados por la naturaleza. Entre la amistad y el odio, el bien y el mal discurren las aventuras del mas extraño grupo héroes...
 
Ultimate: Defensores

ULTIMATE DEFENSORES #1
La noche de los demonios
Guión: T-Reilly
Portada: Ikaro

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PORTADA: La portada muestra una oscuridad total, rota, solamente por que de ella surge la feroz gárgola, rugiendo, mientras su garra aplasta contra el suelo un, maltrecho, casco de caballero andante. El casco es de metal negro y terminaciones doradas, los relieves surcan toda su forma, hasta acabar en la cabeza de un caballo, que sobre sale de su frente.

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La noche conduce hacia nosotros el estruendo de la tormenta. El rugir de los relámpagos surcan los cielos, atrayendo la lluvia... aquella que nos susurra al oído el inicio de nuestra historia.

Un extraño y tétrico castillo, construido en el interior de una montaña. Una ventana, en una de sus almenas, nos transporta hasta los aposentos de un anciano caballero, que a la luz de una pobre y medio consumida vela, se sienta ante su mesa. Empapando la punta de su pluma en un tintero, para disponerse a escribir en un ajado pergamino:

"Año de nuestro señor de 1192. Soy el caballero David de Gascón, aunque hace años que ya nadie pronuncia mi nombre. Escribo estas memorias, como único legado de mi estirpe a las futuras generaciones. Hace año... décadas posiblemente, en una incursión sobre una horda bárbara, que desembarcaban en tierras francesas, encontramos el mal que hoy azota nuestra existencia. Indigno de un noble franco, nuestro señor nos ordeno saquear aquella horda hasta encontrar un objeto que él anhelaba, lejos de impartir la justicia que de nobles se esperaba, la carnicería que allí provocamos, manchara nuestras vestiduras en la hora del juicio de Dios. El tiempo paso y aquella sucia acción quedó censurada para las bocas sus súbditos.

Aquel tesoro solo nos trajo desgracias y penurias, nuestras tierras eran asaltadas cada vez con mas asiduidad, por enemigos cada vez mas fuertes y diferentes. Nuestros hijos aprendieron a batallar antes de hablar y nuestras tierras se tornaron yermas por la sangre derramada en ellas. Temeroso y obsesionado por la posesión de su tesoro el rey se encerró en esta antigua abadía con todo su sequito y súbditos, abandonando nuestro feudo, para vivir cuan perro enjaulado, en esta cárcel de piedra.

Los años han pasado y mi muerte veo aproximarse, poco a poco todos estamos muriendo, protegiendo a un señor al que hace meses que dejamos de ver, para solo escuchar sus gritos en la oscuridad de su alcoba, tras una puerta infranqueable, que hace tiempo se cerro al mundo.

Pocos quedamos ya con vida y entre los murmullos de muerte y desesperación se cuenta el temor a los extraños seres que en los torreones del castillo habitan, gárgolas terroríficas que en la noche parecen observarnos, aunque daría mi vida a Dios por la creencia de que cada día su numero aumenta..."

La sesión de escritura se interrumpe cuando un estruendo hace tambalearse la vela que alumbra, escasamente, la estancia, impidiendo la acción.

-Por nuestro señor... ¿Qué fue ese estruendo?

Tembloroso y asustado, el anciano caballero se aproxima con pasos temblorosos y dubitativos, hasta un gran ventanal, protegido por grandes puertas de cedro. Lentamente comienza a tirar de las grandes y pesadas puertas, provocando que una pequeña ráfaga de agua y viento le ciegue por un instante, para que acto seguido sus ojos se abran para ver como el puente levadizo explota en pedazos, facilitando el paso de una milicia templaría.

-Que el diablo me lleve...

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Abajo en el patio de armas, los templarios comienzan a entrar.

-¡Tomad el patio de armas¡, ¡Asegurad la zona¡, ¡Y... encontrad al hereje!. (Templario)

Tan raudo como sus años le permiten, el caballero agarra su espada, que descansaba sobre su lecho y rápidamente sale de la alcoba. Mientras corre por los angostos pasillos de aquella anciana y olvidad abadía, piensa:

"Tras dar mis fuerzas en numerosas batallas por mi señor, hoy veo como se acerca el día de entregar también mi vida"

Una pesada puerta de metal es su objetivo, que yace, allí, al final del pasillo.

Jadeando por la carrera, sus fuerzas se dedican a abrir la pesada puerta, una vez que la ha alcanzado. Sus manos huesudas aunque fuertes, logran asir, con rudeza, el tirador :

-Vamos... argh, vamos... deja, argh... me salir.

Una vez conseguida su meta, el caballero sale al exterior por un puente que une dos grandes torres. Mientras corre, mantiene su mirada fija en la puerta, en el otro extremo. Pero ocurre, al llegar al centro del puente, alza la mirada encontrándose ante algo que jamás vio ni en sus peores pesadillas.

-¡Oh, Dios mío!, apiádate de tu siervo...

Sobre su cabeza la figura majestuosa de un caballero, de negra armadura, a lomos de un corcel también negro, como la noche, de alas en los costados, expandidas al viento, cabalgando en los cielos, como el horrible mensajero de la muerte.

El caballero mira hacia el anciano, en el puente. Por un instante se detiene levantando su espada para colocar la hoja frente a sus ojos.

-Lléname con tu poder... ¡Espada de Ébano!

Y tras estas palabras, gritadas al viento, el caballero extiende la espada para cargar contra el puente.

Un instante, una exhalación... justo antes de llegar a su objetivo, el caballero negro se detiene en el vació ante un rugido, que desvía su mirada y la de su contrincante hacia los torreones mas ocultos, en el interior de la abadía. Como una marabunta, centenares de criaturas monstruosas comienzan a surgir del interior de aquella anciana construcción, de aquella parte recóndita, que duerme aun en las entrañas de la montaña:

-¡Demonios¡, ¡Gárgolas¡.-Gritan hombres de ambos bandos, al ver un nuevo enemigo aproximarse

El Caballero negro, dirige sus palabras a su anciano contrincante.

-¿Que extraño pacto habéis hecho con el maligno, hereje?.

-¿Como... ?, os equivocáis señor...

El caballero negro desaparece, volando en dirección al nuevo frente atacante.

Temeroso de un ataque de su contrincante, el anciano permanece por un segundo cobijado, encogiendo su cuerpo, en un rincón del puente. Los minutos pasan y el anciano se levanta y ve como el caballero negro se dirige hacia las gárgolas, respirando aliviado. Armándose de nuevo de confianza, mira hacia la puerta que era su objetivo y se dispone a correr hacia ella.

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Abajo:

-Armad las catapultas y listos a mi señal.

-Primera línea de catapultas lista, Señor.

-A mi señal abrid fuego contra los torreones más altos.

-Segunda línea de catapultas listas, Señor.

-¡Cargad!... ¡Fuego!...

El anciano ve acercarse los proyectiles.

-Dios mío, apiádate de tu siervo y recógeme a tu diestra omni...

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En el gran salón.

La batalla que fuera tiene lugar y el escándalo que esto conlleva, no parece afectar al Señor de aquella abadía, que parece inmutable, sentado en su pequeño trono de madera, en el fondo de aquel gran salón. Aquel que una vez estuvo radiante de vida, ahora se encuentra sumergido en las sombras.

El gran portón, que lo protege, comienza temblar y retorcerse, bajo unos poderosos golpes, que hacen retumbar todo el salón:

"Boom. Boom. Boom..."

Como explosiones a las afueras de la gran estancia, las grandes puertas, que dan acceso al salón caen, bajo lo que resultan ser las poderosas coces de la cabalgadura del caballero negro.

-Excelente mi fiel Valinor, ahora llévame ante el satánico personaje que ha invocado a las bestias del infierno.

Valinor, recoge sus negras alas y enviste hacia el noble señor, que permanece impertérrito ante la escena y el peligro que se le avecina.

Una vez ante el misterioso señor, el caballero negro observa un cuerpo débil, envuelto en ropajes, por completo, cuyo rostro se cubre con una mascara de acero, en cuya frente esta engarzada una gran gema que brilla en la oscuridad, con un tono azulado.

-¡Levantad!, en nombre de la cristiandad os lo ordeno.

-¡Ggggrrrr... !

Un rugido llama la atención del caballero negro hacia el techo, especialmente sobre dos columnas, que parecen subir hasta el cielo, perdiéndose en la oscuridad del salón y por las cuales descienden dos gárgolas de aspecto poderoso.

-Ordenad a vuestros monstruos que se detengan.

Exclama amenazando con su poderosa Espada de Ébano, el cuello del noble, que continua mudo.

-¡Gggggrrr...!

-Ordenádselo, hereje bastardo.

La Espada de Ébano se clava en el supuesto cuerpo del señor, que deja al descubierto, simples ropajes vacíos, que se desvanecen y sobre los cuales cae la mascara.

-Por favor Sir Percy, no sea estúpido y suspenda el ataque.-Exclama una de las gárgolas.

-Maldito seas, engendro del averno, ¿Cómo es que conoces mi nombre?.

-Los caminos de tu dios son inescrutables... gggrrrr...

La batalla comienza cuando una de las gárgolas cae sobre Sir Percy, mientras la segunda, la cual había hablado, se apresura hasta el lugar donde descansa la mascara, sobre los ropajes del señor del castillo, mientras el caballero negro y compañera gárgola se enfrentan, entre mandobles de la espada y las garras del monstruo, que hacen saltar chispas entre las dos figuras. Hasta que finalmente el filo de la Espada de Ébano se clava, en la gruesa piel del demoníaco ser, que cae muerto.

La batalla de Sir Percy cambia de flanco, dirigiendo su espada contra la segunda gárgola, a la que intercepta justo antes de que esta toque la mascara.

-Exijo una explicación, maldita bestia, ¿cómo es que conocéis mi nombre?

-Os imploro que olvidéis esta batalla y me dejéis marchar.

-¡Callad!, acabare con vosotros, demonios.

-¡Sir Percy!, os lo imploro, dejadme marchar, ¡Por la paz, por Arturo, por la Mesa Redonda!.

Por un instante los contendientes se detienen, por la confusión de las palabras de la gárgola.

-¿Quién sois?.-Murmulla el caballero negro, paralizado y pensativo.

Mientras la gárgola aprovecha para arrojarse sobre la mascara, pero antes de conseguirlo la gema, engarzada en ella, reacciona intensificando su brillo azul, que inunda toda la sala.

-Sir Percy, el lugar esta tomado, las gárgolas...

Un templario entra raudo en la sala, a lomos de su caballo, para encontrarla vacía.

-... se retiran.

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Edificio Richmond.New york. Hoy.

Por un pasillo caminan dos hombres, uno viste una bata blanca y porta una carpeta, parece preocupado, mientras habla a su acompañante, un hombre que viste un traje oscuro y muestra ceño fruncido, oyendo atentamente las palabras de su acompañante.

-Señor Richmond, se lo dije, ese castillo en la frontera francesa no era buena idea.

-Por favor profesor Fargass, no de mas rodeos.

-Se lo advertimos, los obreros no querían trabajar en su reconstrucción, por el tema de las leyendas.

-¿Bromea?, ¿hacer caso a unos pueblerinos, que creían que el castillo era habitado por demonios?. No es propio de usted profesor.

-No se burle señor Richmond, esto no admite sátira alguna.

-Esta bien, pero vaya al grano, se lo suplico.

-Bien; hace dos meses cuando compró ese castillo perdido en la frontera de Francia y decidió reconstruirlo, tuvimos que llevar obreros de otros lugares, ya que los de la zona se negaban a trabajar en aquel lugar, que las leyendas llamaban maldito...

-Eso lo sé, por favor, al grano.

-Esta bien, hace unas horas, el castillo sufrió un "ataque".

-¿Ha sufrido daños mi castillo?.

-No, la estructura no fue dañada, solo algunas, viejas, puertas...

El hombre del traje oscuro se detiene y agarra por los hombros a su acompañante.

-Leonard, me has sacado de la cama a las tres de la mañana, ¿para qué?, ¿que ocurre?.

-Kyle, te conozco desde pequeño y sabes que no te mentiría nunca, esto que hemos traído es asombroso, incluso aterrador.

-¿De que hablas?.

-Hace unas horas, alguien entro en el castillo, abriéndose paso entre los andamios, llego hasta el gran salón... los guardias de seguridad afirman que hubo una gran explosión y luego un haz de luz surco el cielo.

-¿Como?.

-Los guardias de seguridad, asustados entraron en el salón y encontraron esto.

El profesor Fargass, señala a Kyle Richmond una ventana que muestra el interior de una sala de operaciones. Varios médicos giran asustados alrededor de una mesa de operaciones.

-¿Que esta ocurriendo?.

-Lo encontramos en el gran salón, estaba medio muerto, presentaba signos de una pelea reciente, pero nos extrañaron sus raros ropajes...

En ese momento los médicos se giran y dejan a Kyle Richmond ver al paciente, se trata de una gárgola. Mientras el presidente de Empresas Richmond se sorprende pegado al cristal, el Prof., Fargass continua:

-...la prueba del Carbono 14 muestra que procede de la edad media, pero no ha sufrido envejecimiento alguno desde esa época, además hemos recogido muestras de sus heridas, que nos muestran que fue atacado por una arma cuyo filo estaba hecha de Ébano.

-¿A donde quieres llegar Leo?.

-No lo sé, pero las pruebas no coinciden, todos los indicios muestran que este extraño ser proviene de la edad media, pero el tiempo no parece haber corrido para él. Creemos que de alguna manera, este extraño ser, ha logrado viajar en el tiempo.

-¿Un viaje en el tiempo?.

Continuara.

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GREENWICH VILLAGE. MI SANCTA SANTORUM.

Bienvenidos. En esta sección tratare, en los números sucesivos, de comentar, explicar y quizás desarrollar, vuestras criticas, comentarios o sugerencias sobre la serie, las cuales podréis enviar al correo de esta: Ultimate_Defensores@yahoo.es

Este mes, como aun no hay correo (obviamente), utilizare esta sección para dar las gracias, principalmente a Zemo, que me trajo a Marveltopia y a todos los demás por que me han ayudado en todo lo posible y por que esta web y sus proyectos, resultan realmente interesantes.

Un saludo y espero que disfrutéis de la serie tanto como yo lo he hecho escribiéndola.

T-Reilly.

 
 
   
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