SUPERHUMANOS
Volumen II: Los Vengadores
Guión: Ibaita
Número 16: La llegada de Galactus
La Cosa se dio la vuelta y un terrible grito le desgarró los oídos, haciéndole caer de rodillas.
-¡Bien hecho, Pájaro Cantor!-aplaudió una mujer mientras derribaba a Ben Grimm de una patada en el rostro.
Stark fue el primero en reaccionar. Seguro como estaba en las alturas, disparó varios rayos repulsores que cayeron sobre el grupo de mujeres que les estaban atacando. Algunas murieron; otras tenían superfuerza y sólo quedaron aturdidas o inconscientes. Sin embargo, parece que la alarma había funcionado, y cada vez más mujeres iban apareciendo, viniendo en naves desde los enormes edificios de metal que se recortaban en el cielo.
Spiderman apenas pudo esquivar una ráfaga de ametralladora directa hacia él; tuvo que saltar hacia el suelo y un sólo golpe de otra mujer le dejó inconsciente. Iron Man fue el próximo en caer, con un terrible golpe de una nave que le arrolló. Desde otra nave, otra de aquellas luchadoras saltó sobre él, dañando la coraza de su pecho.
-Ya que están inconscientes les llevamos prisioneros, ¿no?-dijo una de ellas, junto a Thundra.
-Se acerca un cuerpo a la Tierra-avisó uno de los científicos de SHIELD-. Cerca de 30 metros cúbicos.
-Avisa cuando se desintegre y lo anotamos.
-Es que... Ya ha entrado en la atmósfera hace tiempo, señor.
-¿Qué?
El supervisor miró los datos. El cuerpo estaba cayendo sobre Australia. En mitad del desierto, la tierra tembló con un estruendo enorme. El indígena al que llamaban Pórtico fue el único testigo del atrerrizaje, y no se inmutó. Probablemente sus ojos no fueran capaces de captar aquel extraño cuerpo que iba creciendo cada vez más; una visión tan espectacular y horrenda que un ser humano difícilmente podría asimilarla. Galactus había llegado a la Tierra.
-¡¿Sin querer?! ¡¡¡Cerdo asqueroso!!!
Fénix apenas podía controlar su rabia, sentada en el trono de rubí, envuelta en rosas. No parecía notar que estaba desnuda delante de Charles y Scott. Ya no. Cíclope estaba arrodillado sobre la plataforma frente al trono, confundido mientras su cerebro intentaba asimilar los conocimientos de una vida. Charles parecía apesadumbrado.
-Jean, yo... He borrado de las mentes de todos los seres humanos de la Tierra los conocimientos sobre mutantes... He hecho cosas que la gente definiría como "malas", pero siempre he hecho lo que he creído correcto y te puedo asegurar que... Que eso... Ése fue mi único error.
-Explícate.
-Yo... No puedo negar que pese a que tenías 16 años, me sentía atraído por ti... Mi... Mi subconsciente me jugó una mala pasada, me refiero a que subconscientemente controlé tu mente para que lo hicieras...
-¡¿Subconscientemente?!
Una llamarada surgió de la nada y alcanzó a Charles. Éste gritó de dolor y cayó al suelo de rodillas mientras sentía toda su piel arder. Después, el fuego se desvaneció tan rápido como había aparecido.
-Te... Te juro que pensaba que lo estabas haciendo por voluntad propia, hasta que te caíste al suelo y me di cuenta de que estabas muerta...
El Capitán América contemplaba los datos de las pantallas.
-Podría usted llamar a...
-No. Stark ha desaparecido hace un día y nadie sabe dónde está.
-¿Pero...?
-No lo sé, joder. No sé si los Vengadores podrán ocuparse de esto.
Los datos estaban claros, y mostraban un extraño cuerpo de unos cuatrocientos metros cúbicos en el desierto de Australia. A partir de ahí, se veía cómo una especie de tentáculos se formaban bajo tierra, alcanzando ya más de treinta kilómetros de profundidad. En torno al extraño cuerpo, por el desierto, se extendía un gas que había erradicado totalmente todo signo de vida en diez kilómetros a la redonda.
-El gobierno estadounidense está presionando...
-SHIELD no es exactamente una agencia gubernamental, así que ignórales.
-¿Usaremos a los Vengadores?
-De momento no. Creo que sería prudente enviar a...
Nick Fury entró en la habitación. Los agentes se giraron, con curiosidad por verle en persona; aunque estaba oculto en las sombras de la oscura sala de datos, sólo iluminada por el resplandor de las máquinas.
-Enviaremos a un equipo de 30 agentes de SHIELD con uniformes anti-radiación; la ONU ya está presionando. Si eso falla, tendremos que considerar directamente la alternativa de la bomba atómica.
De pronto, Fénix cayó hacia adelante con un terrible dolor de cabeza. Su mente palpitaba; podía sentir una presencia extraña, corrupta y cruel que estaba devorando el propio planeta. Tenía que detenerlo, fuera como fuera. Sin mediar palabra, desapareció. Xavier también pudo sentir aquello a través de la mente de Fénix y tembló de miedo.
Ningún humano podría describir la batalla que tuvo lugar, si se la puede considerar así. Fénix apareció en Australia y comenzó a quemar a Galactus. Éste se iba consumiendo poco a poco, de una manera realmente escalofriante. Estela Plateada también apareció, y la energía que liberó hubiera dejado ciego a cualquiera que mirara.
En SHIELD, el Capitán América notó una voz en su cabeza mientras todos los científicos registraban la escala de energía más impresionante que habían visto. "Capitán América, soy Charles Xavier. No te molestes en intentar encontrarme y detenerme; no lo conseguirás. Tenemos distintos métodos, pero ambos compartimos un mismo objetivo. Ahora mismo estoy borrando de las mentes de los científicos del mundo esta escala de energía. Conservaré las de SHIELD porque confío en vosotros. No me defraudéis."
El Capitán América no volvió a saber nada de Galactus, Estela Plateada o Fénix; el resto de SHIELD tampoco. Probablemente quedaría como un misterio sin resolver.
En mitad del desierto de Australia, una bella pelirroja se incorporó. Con algo de pudor, notó que estaba totalmente desnuda, aunque no había nadie que la mirara. ¿Quién era? No podía recordar... Todo resultaba tan confuso. No podía recordar su nombre, ni dónde estaba, ni qué hacía desnuda, ni qué era aquel enorme agujero humeante lleno de cenizas. Tumbada en pleno desierto, al fin se incorporó y se puso andar. Tenía que encontrar algún sitio donde poder beber...
Número 17: Tierra Salvaje (I de IV)
Acababa de amanecer cuando el Capitán América se cruzó furioso con Clay Quatermain.
-¡¿Dónde coño está Stark?! ¡Dugan me ha dicho que tú habías estado hablando con él antes de que desapareciera!
-¿Eh? Ah, sí... Se puso una armadura de respuesto de Iron Man y se fue con Spiderman y la Cosa a investigar a Thundra, la luchadora. Lo raro es que no hayan vuelto todavía.
-¡Joder! ¡Fury le necesita ya!
-¿Puedo ayudar yo? Al ser coordinador y eso...
-No sé, no sé a quién coño pasarle esto. El caso es que los de SHIELD descubrieron una zona de unos 750 kilómetros cuadrados en la Antártida que había sobrevivido a la glaciazión; entre el Banco de Hielo de Larson y Bahía Margarita. Enviaron allí un equipo de doce agentes al instante, y no hay ninguno vivo. Lo que muestran las cintas... es acojonante. No es un asunto superhumano, pero necesitan a los Vengadores de todas formas.
-¿A qué te refieres? ¿Qué peligros hay?
-No tengo ni puta idea. He visto el video, y salían dinosaurios. Si es verdad o mentira, me parece que nos toca saberlo a nosotros. Los de SHIELD ya la han llamado la Tierra Salvaje.
Tony Stark recobró la conciencia. Lo veía todo borroso, aunque su vista se fue aclarando poco a poco. Estaba semidesnudo, simplemente con el traje con el que se metía en la armadura; y no veía esta por ningún lado. Unos grilletes con cadenas le sujetaban los brazos al techo. A su izquierda estaba Spiderman, encadenado de forma similar pero también de piernas; y a su derecha la Cosa, con unas cadenas mucho más gruesas.
Una puerta de metal se abrió y dos mujeres entraron en la habitación.
-Tú-dijo una mirando a Stark-. Vete sacando la lengua. Vas a tener mucho trabajo.
-¿Cuál será el equipo?
-Todos los Vengadores de los que disponemos: Capitán América, el Hombre Absorbente y Hulka, acompañados de unos cuantos agentes de SHIELD. Dazzler sería totalmente inútil.
-¿Sólo tres superhumanos? Les masacrarán igual que a los otros.
-Tenemos... Una reserva.
-Dime.
-Hank Pym, Janet van Dyne, Bill Foster, Scott y Cassie Lang y Erik Josten estaban trabajando en un proyecto para crear un nuevo superhumano.
-Pues más vale que lo tengan listo para hoy.
-Bueno, Pym consiguió...
-Pues dile a Pym que me traiga a ese superhumano ya.
-De acuerdo.
-Esto... Señor-Hulka entró en el despacho.
-¿Sí?
-Creo que no... Que no puedo ir a la misión.
-¿Por qué no?
-Porque estoy embarazada.
-¿De cuánto?
-Unas semanas. Creo que fue...
-Entonces irás.
Un avión militar atravesaba la Antártida. Sólo había nieve alrededor; nada más que nieve hasta donde alcanzaba la vista. Once hombres y una mujer viajaban en el compartimento de atrás: El Capitán América, el Hombre Absorbente, Hulka, Hank Pym y ocho agentes de SHIELD entrenados. Cuando el piloto y el copiloto vieron una cordillera en el horizonte, les avisaron de que se fueran poniendo los paracaídas. Menos de dos minutos después la cordillera era sobrevolada y un pequeño paraíso de vegetación en mitad de la nieve aparecía ante sus ojos. La compuerta se abrió y los doce saltaron. Mientras caían contemplaron asombrados los dinosaurios que sobrevolaban el terreno.
Los paracaidistas tomaron tierra en un descampado.
-De acuerdo-dijo el Capitán América-. Conocéis los objetivos y tenéis el equipo. Que alguien vaya tomando muestras del suelo y de la vegetación.
-¿Y para eso no podían haber enviado un robot?-se quejó el Hombre Absorbente por lo bajo mientras dos agentes de SHIELD tomaban las muestras.
Realmente, Creel no podía quejarse de su trabajo. Le gustaba la acción y le pagaban bien; aunque 4000 dólares era una miseria comparado con los trabajos de Stark. Supuso que SHIELD no quería gastar mucho dinero en ellos, pero el suficiente como para mantenerles contentos y que no escapasen. Mientras pensaba en esto, sintió como la tierra empezaba a temblar. Se giró y vio una enorme estampida de unos dinosaurios que había visto años atrás en Jurassic Park, aunque no recordaba cómo se llamaban. Rápidamente dejó que el metal de su bola fluyera hasta transformarle.
El Capitán América dio las órdenes rápidamente. Hulka y el Hombre Absorbente se pusieron los primeros y comenzaron a golpear a los dinosaurios con suficiente fuerza como para arrojarles lejos. Los agentes y el Capitán América disparaban a todos los que se acercaban demasiado. Finalmente, la estampida acabó.
-Necesitamos estar alerta las 24 horas del día-concluyó el Capitán América mientras el grupo se encaminaba a otra zona.
-Más tarde hablaremos más en profundidad sobre la ofensiva que ha lanzado el Ejército en Palestina como represalia por los atentados del mes pasado en New York. En otro orden de cosas, la Policía continúa investigando el paradero de la célebre cantante Alison Blaire, más conocida como Dazzler. El teniente Nicholas Manolis ha señalado que su guardaespaldas, Carl Lucas, también se encuentra en paradero desconocido. Se ha hecho público que Lucas tenía antecedentes penales, por lo que se baraja la hipótesis de un secuestro.
El crepitar de las llamas rompía el silencio de la noche. Las tiendas de campaña se amontonaban en torno a la hoguera en la Tierra Salvaje.
-Yo creo-continuó explicando Hank-que el calor de los volcanes de esta zona ha bastado para evitar el deshielo; tal vez la lava fluya bajo la superficie, porque lo cierto es que hace una temperatura bastante agradable. Supongo también que de los géiseres y cráteres sale aire caliente y crea un colchón que evita que el frío entre...
-Tu especialidad es la biología, ¿no?-preguntó uno de los agentes de SHIELD mientras comía sus provisiones.
-Sí, por eso estoy aquí. Puedo volverme gigante... O al menos eso creo. También por eso llevo este ridículo traje debajo de la ropa.
-¿Así que colaborasteis... vosotros seis? ¿Cuántos erais los del proyecto?
-Los científicos éramos mi esposa Jan, Bill Foster y yo. Lang y Josten son ex presidiarios que conocían demasiados secretos; no pueden salir a la calle por si hablan, pero alguien pensó que eliminarlos sin más era demasiado cruel cuando tienen una buena conducta y pueden ayudar en este tipo de proyectos. De hecho a Lang le dejamos ver de vez en cuando a su hija, Cassie, que ayuda en el laboratorio, aunque vigilamos todas sus conversaciones.
El agente de SHIELD asintió y continuaron hablando un poco más. En realidad, nadie quería romper mucho el silencio. Aquel lugar, con la temperatura ideal, rodeado de vegetación, sin huella humana, era probablemente el sitio más bonito donde había estado cualquiera de ellos. Se durmieron apaciblemente sin saber que dos ojos felinos les vigilaban desde hacía tiempo.
BASE DE LOS VENGADORES
Bueno, como podéis ver, la saga de Fénix y Galactus me quedó un poco flojita; pretendía reflejar que un combate cósmico no puede ser comprendido por la mente humana, pero al final queda todo muy precipitado al no poder describirlo bien. Creo que ahora la serie irá cuesta arriba.
Comenté algo por Universo Marvel, lo que ha hecho surgir una pequeña ola de nuevos lectores. Creo que es buen momento para responder a algunas de las dudas que plantean, ya que parece que no dejé algunas cosas claras.
-Las motivaciones del Castigador son las mismas que en el UM tradicional (y no tienen relación con sus superpoderes, que consiguió más tarde). Simplemente piensa que los peores criminales son los banqueros, los empresarios, los generales o los políticos. También trata de vez en cuando con criminales comunes, pero principalmente superhumanos, por considerarlos más peligrosos.
-Se recuperó bastante bien del momento en el que Rondador Nocturno fusionó la tapa de un cubo de basura con su brazo. Hay que tener en cuenta que no atravesó por completo el brazo y que su capacidad de recuperación es muy superior a la de un humano sin poderes.
En el próximo número, ¡muertes! ¡Violaciones! ¡Dinosaurios! ¡Galactus! ¡Fénix!