Mutantes #12
4
Guión: Cifra2
PORTADA: Un 4 desdibujado
La campiña cordobesa, en España. el viento mece suavemente el trigo al sol
del atardecer. el suave murmullo de un riachuelo cercano parece hAcer coro
con algunos gorriones que se afanan en la búsqueda de alimentos para sus
crías.
El despertar es entonces suave, casi plAcentero. cuesta enfocar la vista en
algo, pero hAce el esfuerzo. Nota la aspereza de las piedras en su piel.
Desnudo, no puede evitar agradecer el último calor del día.
¿Porqué está desnudo? ¿Dónde se encuentra? ¿Cómo llegó aquí?
No lo recuerda.
Por fin, su vista consigue enfocar un ligero brillo grisáceo entre él y el
amarillo del trigo. una verja.
¿Quién soy?
Nota el temblor. Mira a su izquierda. otra verja al otro lado. se incorpora
torpemente. comprende dónde está. el temblor aumenta bruscamente. suena un
aviso.
Tiene tiempo de adelantar un brazo.
Un día después.
Las ropas robadas le han protegido del frío y de la humedad. ha tardado
exactamente 15 horas en volar de España a América, y dos en localizar Nueva
York y llegar a ella. No recuerda haber estado tan cansado en su vida. ni
siquiera recuerda haber tenido poderes.
Lo poco que recuerda. daría su vida por poder olvidarlo.
Pero el objetivo ya está cerca. necesita ayuda, ayuda profesional, y sabe
dónde encontrarla.
Así que decide hacer el último trayecto en Taxi. Los poderes le han servido
para hacer un par de hurtos puntuales (no, Barclays Bank no echará mucho de
menos mil dólares de uno de sus cajeros automáticos) y así puede disponer de
un mínimo de descanso antes de presentarse ante Los 4 Fantásticos.
Pero, ¿iban a recibirle? Tenían que hacerlo.
Al llegar a la puerta del edificio, y tras pagar rápida - y
espléndidamente - al taxista, se fijó en el cartel que indicaba el ascensor
que daba acceso al cuartel general del cuarteto. por supuesto, no había
botón para llamarlo. sólo un "videoportero".
Tampoco le hacía falta. usó su poder para abrir la puerta. el ascensor
estaba allí, afortunadamente. Entró. Oprimió el botón para subir al primer
piso de la base.
Notó su nerviosismo crecer, sus venas palpitar con el latido acelerado de su
corazón. no debían tardar en presentarse.
Efectivamente, notó cómo la temperatura aumentaba. la Antorcha Humana
comenzó a derretir el techo de la cabina.
- No, por favor, espera.
Pero era un hilo de voz. el pánico le atenazaba. El horror.
Un instinto de supervivencia floreció en él otra vez. No pudo evitarlo,
cuando se quiso dar cuenta, había usado el techo fundido para atrapar a la
Antorcha.
Se abrió la puerta, y rápidamente un tentáculo le agarró, arrastrándolo
fuera con violencia, Acercándolo a un muro ¿que se movía? No, era La Cosa.
El miedo instintivo a recibir un puñetazo, provocó otra reacción. cuando Ben
Grimm quiso darse cuenta, estaba intentando asirse desesperadamente a la
ventana para no caer a la calle.
- Parad, por favor.
Pero esta vez fue inútil. No tenía oxígeno para hablar. se sintió mareado y
se desmayó.
- Tienes muchas preguntas que contestar, muchacho.
Reed Richards ofrecía un aspecto amigable, a pesar de la presunta rudeza de
su bienvenida.
- Ojalá pudiera responderlas.
Sintió con angustia cómo tenía una especie de collarín en el cuello.
Instintivamente supo qué era.
- HAce bien poniéndome esto. no controlo bien mis poderes todavía.
- Ha sido una demostración impresionante, muchacho. Noqueaste a
Johnny y a Ben casi sin esfuerzo. si Susan no llega a estar aquí,
seguramente nos habrías tenido ocupados bastante rato.
Miró a Richards. La sonrisa amigable permanecía ahí. Gracias a Dios. no
estaba seguro a qué Dios, por cierto.
- ¿Por dónde empiezo, Dr. Richards?
- Quién eres sería un buen comienzo.
Se rascó la cabeza.
- Cuando pienso en quien soy, sólo aparecen tres letras en mi mente.
No me pregunte qué significan, por que no lo sé.
- Prueba a ver.
- A, C y E. Por ese orden.
Richards sonrió.
- Hombre, ACE. un "as", como diríais en español.
- Sí, soy español. ¿cómo lo ha sabido?
- Un rápido análisis de tus ropas. las marcas, varios tipos de polen
encontrados. ¿cómo has llegado aquí?
- Por mis propios medios, volando. Yo mismo estoy sorprendido de
haber llegado. no me hubiera importado morir en el camino.
- ¿Y eso?
- Si ve las noticias, seguro que sabe por qué.
Richards estiró su brazo derecho para atraer un terminal informático. En
breves segundos conectó con internet. en la web de CNN, encontró lo que Ace
le indicaba.
- Oh, Dios mío.
- No tuve tiempo más que de levantar el brazo. El tren se me echó
encima. es. era un Tren de Alta Velocidad. No sé cuántos pasajeros llevaba,
y, la verdad, no quiero saberlo. no creo que haya sobrevivido nadie.
- No, no hay supervivientes.
Había pesar en las palabras de Reed. Y confianza. A pesar de la amargura del
recuerdo, Ace pudo apreciarlo. Se prometió no llorar. Al menos, ahora.
- No recuerdo nada antes de ese momento. Sólo despertar en mitad de
la vía del tren, sin tiempo para nada más que una reacción instintiva. Si
quiere que le diga la verdad, me parece un acto deliberado. no sé si contra
mí, contra alguien que viajase en el tren o contra ustedes.
- ¿Contra nosotros? - Un brillo en los ojos de Reed delataba que
estaba impresionado ante la inteligencia de su amnésico "huésped".
- Si no, ¿porqué iba a tener el tatuaje?
Ace se subió la camiseta que le habían dejado puesta y mostró su hombro
derecho.
Un 4 perfectamente dibujado, clavado exactamente al del uniforme de Reed.
- Venga, "Ace", deja que te quite el collar inhibidor y vamos a
comer algo.
Tras preparar rápidamente unos sandwiches, Ace y Reed se reunieron con el
resto de la familia en el salón de estar.
- Anda, siéntate.
- El collar era también un detector de mentiras, ¿no?
Ben no pudo - ni quiso - evitar una carcajada. Alicia Masters le oprimió
duramente el brazo, para llamarle la atención - cosa que apenas sí notó -
pero éste hizo caso omiso y continuó:
- Estirado, parece que al chico no se le pasa nada, ¿eh?
- Era obvio, Sr. Grimm. Que yo sepa - y quien quiera que me borrase
la memoria se procuró muy bien de que yo lo supiera - no tienen telépatas en
su grupo. La verdad es que mi amnesia se limita a mi propia persona. ni
siquiera sé que poderes tengo exactamente.
Susan se abrazó al cuello de Reed mientras éste daba buena cuenta del
sandwich de jamón y queso que se había preparado - el de Ace era vegetal,
con tomate, lechuga, cebolla y algo de mahonesa - y con una ligera caricia,
le preguntó:
- ¿Tienes ya alguna sospecha de quién pueda estar detrás de esto,
cariño?
- Básicamente tengo dos sospechosos. Diablo, porque es español, y el
Dr. Muerte, porque, básicamente, tenemos que sospechar que él está detrás de
cualquier cosa.
Todos rieron. no porque fuera verdad dejaba de ser un comentario sarcástico.
las pocas veces que Reed mostraba su sentido del humor, eran rápidamente
agradecidas.
- Así que, tenemos básicamente un problema. Hay alguien que quería
que yo causara una masacre y viniese corriendo hasta ustedes, y eso es
exactamente lo que he hecho.
Reed asintió levemente. masticó un poco, tragó, y comentó:
- Te vas a quedar unos días aquí, si no te importa. quiero hAcerte
unas pruebas.
- La verdad, tampoco tengo otro sitio donde ir.
- ¡Oh!, ya hablaremos de eso más tarde.
Johnny le interrumpió. Tenía una cierta prisa.
- Bueno si no me necesitáis más.
- ¿Quién dijo que el cerilla no tiene buenas ideas? Alicia y yo nos
vamos al cine.
- Vale, como si a alguien le interesara. yo también he quedado.
Sue miró hacia el techo. no podía creer que Johnny tuviera una cita. hacía
unos días que Lyja se había ido - vamos a darnos un tiempo, habían dicho
ambos - y ya había vuelto a las andadas.
Anochecía ya, y Franklin y Ace estaban haciendo buenas migas.
- Debe tener unos dieciseis años. Todas las pruebas que le he hecho
confirman que no miente, que es extremadamente inteligente y que tiene un
potencial de poder enorme.
Sue miró a Reed.
- ¿Estás seguro de que Franklin está a salvo con él?
- Sin duda. Quienquiera que le haya enviado aquí no pretende que él
nos destruya. su plan parece más elaborado. Y sabe que no vamos a
abandonarle.
"La tragedia de ser los buenos" pensó Sue. "Nos hace tan. predecibles". Sue
miró a Ace con compasión. "Es tan sólo un crío. y ya ha tenido que hacer
frente al horror. Míralo. bajo esa fachada despreocupada, en su mirada se
aprecia su angustia"
Así era. Franklin y Ace jugaban un partido de baloncesto en la
videoconsola - por supuesto Franklin ganaba de paliza - y Ace tenía los
mismos ojos tristes de cuando llegó. Sue volvió a dirigir su mirada a Reed,
que se la devolvió.
Sue la conocía. era un claro "todo está bajo control, cariño. siempre lo
está".
Reed ya tenía previsto pedirle a Ace que se pusiera el collar inhibidor para
dormir. Intuía que a Ace no habría que explicarle el riesgo de que su poder
estallase cuando tuviese las lógicas y previsibles pesadillas. Ace era
obviamente un buen chico, un buen candidato sin duda para la Patrulla X. Los
Vengadores estaban descartados, por supuesto.
Ace necesitaba ayuda profesional, era obvio. Los Vengadores eran un
organismo público y oficial, por lo que Ace podría ser un problema para
ellos, al no estar acostumbrados a adiestrar. aparte de lo fácil que sería
que Ace fuese relacionado en un futuro con el accidente de tren. En la
Patrulla, Ace encontraría un hogar y unas posibilidades más que
interesantes. Era la única opción.
Pero, con Xavier en el espacio. ¿lo recibirían? Reed tenía ligeras dudas...
salvo que él mismo lo "recomendase", lo más probable es que Scott, o quien
estuviera al cargo, lo rechazase... el mismo Richards tenía sus dudas sobre
si el objetivo del plan no fuera realmente infiltrar a Ace en la Patrulla
X... la masacre del AVE podría ser convenientemente relacionada con la
Patrulla, desacreditándola aún más de lo que ya estaba. En un mundo en el
que los centinelas habían estado a punto - todavía lo estaban - de ser
conectados, tras el desastre de lo que había pasado a la Historia como
"Inferno", quizás era lo último que necesitasen los mutantes.
Ace dejó los mandos, rendido...
- Vale, basta... todo tiene un límite, Franklin...
- Es verdad, además es hora de que Franklin se vaya a dormir.
- No, mamá... sólo un poco más...
Sue sonrió maternalmente mientras Reed estiraba su brazo derecho y alzaba a
Franklin que no podía evitar reírse mientras su padre le volteaba...
- Buenas noches, Ace.
- Buenas noches, Franklin.
Reed y Franklin dejaron la estancia, quedando Sue y Ace sólos... hubo un
breve momento de silencio mientras Sue usaba sus poderes para apagar la
consola y el televisor... Ace se levantó pesadamente mientras comenzaba a
hablar...
- No me puedo creer la paliza que me ha dado...
- Me preocupa que pase tanto tiempo jugando sólo... La verdad es que
necesita amigos de su edad, vivir como un niño normal.
Ace tuvo un pensamiento automático como respuesta... "Aquí lo tiene difícil"
. En vez de decirlo, calló.
- ¿Qué tienes en mente, Ace?
- La verdad es que no tengo ni idea... Estoy demasiado confuso, y la
verdad es que si estoy aquí es en buena medida para pedir consejo... No sé
que hacer con mi vida... seguramente debería buscar mis orígenes, pero...
Otro silencio... Sue vio en su mirada porqué callaba: miedo. Miedo a
descubrir su pasado. A que su posible familia se viera involucrada en este
mundo nuevo. Había visto muchas veces miradas parecidas, y aún así, no se
había acostumbrado a ello.
- Te comprendo... ponte en nuestro lugar... recibimos nuestros
poderes en un accidente, no pedimos tenerlos, pero aquí están.
- Ya, pero... - de repente Ace palideció - oh, Dios mío. Ya sé
porqué estoy aquí.
Sue se puso en guardia... sin que Acd lo notara, un campo de fuerza lo
rodeó, listo para noquearlo...
- Está en mi mente... claro como el agua... No fue un accidente...
- ¿Qué?
- Reed lo preparó. Sabía hasta cómo os iban a afectar los rayos
cósmicos...
Sue se enfadó...
- Muerte ya intentó esto... se inventó un falso diario...
- El Diario era auténtico... - respiró profundamente, con
dificultad, horrorizado - Muerte me lo dijo...
El campo de fuerza ya sólo rodeaba la cabeza de Ace... el oxígeno le empezó
a faltar... en el borde de la inconsciencia, pudo oir la explosión del
ventanal y ver a un chico y una chica entrar y coger a la inconsciente Mujer
Invisible.
Las alarmas comenzaron a sonar por todo el complejo... Reed dejó raudo de
leer el cuento del Gato con Botas a Franklin y selló su cuarto mientras
corría hacia el lugar de la explosión... tenía que parar a Ace, y
francamente, si Sue había caído, si no le sorprendía dudaba que pudiera
derrotarlo.
No pasó ni medio segundo desde que entró en el Salón hasta que fue noqueado
por un vértigo instantáneo... una inyección de calmante fue suficiente para
calmarlo y derrotarlo.
- Blancos 1 y 2 noqueados... Ace está "tocado"... ¿qué hacemos con
él?
- Dejadle. Id a por 3 y 4.
ACE miró impotente cómo la pareja saltaba hacia el vacío con Reed y Sue.
Trastabilló... ¡Franklin! Tenía que ver cómo estaba...
Recuperándose a duras penas, ACE se apoyaba en la pared para poder continuar
hacia la habitación de Franklin... recordaba dónde estaba porque de ahí
habían sacado el videojuego... pero parecía haber desaparecido...
- ¡Franklin! - la duda, y la certeza de estar haciendo lo que el Dr.
Muerte quería le obligó a decir la siguiente frase - ¡No me abras, quédate
ahí dentro! ¿Me oyes?
La voz sonó de un interfono que apareció de repente...
- ¿Y mamá y papá?
- Se los han llevado unos agentes del Dr. Muerte... ¿sabes a qué
cine iban Ben y Alicia? Parece ser que ahora iban a por ellos o a por
Johnny, y éste no ha dicho dónde iba...
- Tio Ben iba a ver...
- Doctor, la verdad es que es complicado... No creo que se encuentre
con muchos casos como el mío...
- Descuide, Sr. Storm... soy el psicólogo oficial de los
Vengadores... no hay nada que pueda sorprenderme ya...
Johnny se acomodó en el sofá, recostándose plácidamente mientras esbozaba
una ligera sonrisa... ya veríamos después si este psicólogo se mostraba tan
confiado... la sonrisa se le apagó al notar la ironía de que entonces, el
psicólogo podría no ayudarle... bueno, al menos iba a reírse un poco...
- Resumiendo, va y resulta que me enamoro de la novia de mi mejor
amigo cuando éste se queda a vivir en un planeta creado por una entidad
todopoderosa que quería entretenerse viéndonos luchar a muerte a un grupo de
los superhéroes y supervillanos más importantes de la tierra... sólo para
descubrir que dicha chica había sido suplantada por una alienígena que forma
parte de la raza extraterrestre más peligrosa del Universo y que ésta se ha
enamorado perdidamente de mí...
El psicólogo hizo una pequeña pausa, suspiró y...
- Ya veo... Dígame... ¿alguna vez ha tenido fantasías homosexuales?
Johnny dio un respingo y se sonrojó... se incorporó automáticamente y se
volvió hacia el doctor. Antes de que pudiese pronunciar una sola palabra, el
Doctor se dirigió a él...
- Sr. Storm, creo que debemos dar por concluída la sesión de hoy...
creo que le necesitan sus compañeros.
En el cristal de las gafas del psicólogo se reflejaba la señal llameante de
llamada de Los 4 Fantásticos.
Ace salió raudo por el agujero de la ventana... Times Square... Franklin le
había dicho que allí se encontraba el cine a dónde Ben y Alicia se habían
dirigido... rezaba por llegar a tiempo. Ace miró un segundo a su alrededor
para orientarse... la inmensidad de Manhattan a sus pies... y ése resplandor
sobre Central Park... ¡Johnny! Tenía que ser él... Veía un arco de fuego
dirigirse hacia él. Sonrió... esperaría a la Antorcha y ambos irían a ayudar
a Ben... su sonrisa esperanzada se fue desgastando a medida que vio la llama
extinguirse por completo.
- Pero... ¿qué?
Comenzó a volar hacia allí... De algún modo, supo que llegaría demasiado
tarde.
El vértigo instantáneo había liquidado a Johnny en el acto. Rápidamente, los
agentes de Muerte le colocaron unos grilletes de los que quedó colgando,
mientras era ascendido a la nave nodriza.
- 3 en camino. Localizando a 4.
- Id con cuidado... Ace seguramente se habrá recuperado.
La mujer apagó el comunicador.
- Lo que no entiendo es porqué no nos podemos cargar a ése inútil.
- Porque Muerte es un hombre de honor, deberías saberlo.
Ambos levitaron suavemente al principio, mientras su localizador terminaba
por dar las coordenadas exactas.
- Lo tenemos.
Y comenzaron a volar con tal velocidad que un ojo humano habría tenido
serios problemas para contemplarlos.
Por supuesto, llegaron al cine antes que Ace.
El monstruo se arrodilló al lado del lago, la niña más tierna de la aldea
delante de él. Inocencia, incomprensión iban a tener consecuencias fatales
en una de las estampas más terriblemente bellas de la historia del séptimo
arte.
Ben describía todo esto con emoción apenas contenida en leves susurros a
Alicia. Ésta recordaba así, una vez más, porqué amaba a Ben... por su
capacidad de trascender una superficie aparente y aflorar una sensibilidad
inaudita para cualquiera que no conociese realmente a La Cosa.
Sí, era un momento feliz. Como todos esos momentos en la vida de un miembro
de Los 4 Fantásticos, no podía durar.
- Sr. Grimm, salga ahora mismo a la calle.
Ben se giró levemente... en la oscuridad de la sala, sólo acertó a decir:
- Piérdete.
Ace sabía que había tardado demasiado... aterrizó justo enfrente del Roxy...
- En teoría, es aqu...
El estruendo que siguió fue brutal... surgió de repente, explosivo, mientras
Ben Grimm era lanzado con fuerza descomunal desde la platea hacia la
calle... miembros amputados de espectadores volaban en su estela
ensangrentada, cayendo en el camino a medida que perdían impulso... La Cosa
se estrelló en un coche justo al lado de Ace, matando a sus ocupantes de
inmediato...
- Señor Grimm... ¿está...?
Ben al borde de la inconsciencia sólo pudo susurrar...
- Cuida de Alicia, hijo... déjame encargarme de...
El vértigo llegó de nuevo... Ben puso los ojos en blanco, mientras un Ace
aterrorizado se giró al ver a los dos agentes salir con Alicia Masters en su
poder...
- Te propongo un intercambio, Ace...
Ace se sorprendió ligeramente... ¿se conocían? Obviamente, había sido un
tonto por dudarlo siquiera.
- Tú pones a salvo a la señorita Masters y nos dejas a Grimm a
nosotros... Muerte cumple su palabra y te deja libre de tus obligaciones.
- ¿Qué obligaciones? No recuerdo nada...
- Oh, era parte del pacto por tu libertad... así que vamos, deja a
Grimm y olvídate del tema o...
- O si no, ¿qué?
- Las columnas del teatro cederán aplastando a los espectadores.
¿Quieres más muertes bajo tu conciencia?
Ace tragó saliva. Algo no encajaba. Pero no tenía opción.
Ambos agentes se acercaron, ignorando las protestas de Alicia... llegaron a
Ace, entregándosela... las lágrimas de la impotencia afloraban en Ace. Los
agentes repitieron la rutina con Ben (grilletes, levitación) y comenzaron
así mismo a levitar. Él le lanzó una última advertencia.
- Ah, y ni se te ocurra venir a Latveria. Muerte tiene sus propios
planes para estos cuatro, pero contigo está en paz. Así que no te metas.
Ace abrazó a Alicia, notándola ensangrentada... Ignorando ya a los agentes,
preguntó nervioso:
- Alicia ¿estás herida?
- No es mi sangre, Ace... No puedo ni imaginar la masacre que han
hecho... Muerte jamás... jamás... Ace, tenemos que hacer algo...
- Franklin tiene una idea, Alicia... Franklin tiene una idea.
Y así, derrotados, débiles, pero con un hilo de esperanza se dirigieron a la
Torre de las 4 Libertades.
CORREO MUTANTE
Bueno, se ha hecho de rogar pero por fin terminamos el primer "año"
editorial de la serie... con un punto de inflexión. Tras Inferno, tras la
"fusión" de los grupos mutantes, tras la desaparición de todo un orden
establecido, un nuevo orden surge, y el último reducto clásico, Los 4
Fantásticos, también sufren las consecuencias.
Así que ha surgido un "comodín" llamado Ace. Nadie sabe de dónde al
principio - bueno si has leído el número antes, ya puedes empezar a olerte
de qué va todo - y la situación a la que se enfrenta al final es un paso
decisivo no sólo en su vida sino en el futuro de la serie.
Anteriormente dije que esta mini saga - éste número y el anual - está basada
en la idea que tenía yo de qué haría con una película de Los 4 Fantásticos,
y así es... pero está adaptada a las necesidades de la serie, así que quizás
quede un poco diluida... de todos modos, espero que os gusten los dos
números (mi intención es publicar el Anual también en Julio)... si lo
consigo me doy por satisfecho.
Así que ya sabeis, dentro de poco, resolución en el Anual, y el número 13 ya
será Mutantes puro y duro... con el universo Mutantes plenamente
establecido. Ya era hora de terminar la "adaptación". Y ya sabeis, para
cualquier consulta, escribid a "Correo Mutante" a la dirección
cifra2es@yahoo.es
Hasta el número que viene...
Cifra2 / Jesús Alonso