Mutantes #11
Yescas del Infierno
Guión: Cifra2
PORTADA: Matt Murdock limpia la condensación de un espejo
"Me veo".
Pelirrojo, razonablemente guapo a pesar de pequeñas cicatrices aquí y allá,
fruto de una larga y legendaria carrera como superhéroe, y de un extraño
accidente que le dejó ciego.
"Pero me veo".
Tras la transformación demoníaca, demasiadas preguntas acosaban su mente.
Preguntas molestas. Preguntas angustiosas, sobre todo si eres católico
practicante.
"Yo..."
Comenzó a llorar. No podía apartar de su mente su lado oscuro. Aquel que por
unas horas le había convertido en cuerpo y alma en un demonio.
"...veo".
Visiones asaltaban su mente... Dos niños, sorprendidos acurrucados bajo una
escalera... Natasha, Foggy y él los habían encontrado deliciosos.
- ¡NO!
Pero era verdad. Incluso cruda, la carne les había parecido exquisita
mientras los devoraban vivos.
Matt tuvo que echarse atrás.
"Si tu ojo te ofende..."
Natasha y Foggy entraron en el cuarto de baño, preocupados por el grito de
Matt. Lo vieron dirigir temblorosas sus manos hacia sus propios ojos.
- Matt, arrancartelos no te hará olvidar.
"... arráncatelo".
- Buenos días, América. Neal Conan, informándoles desde el centro de la
mayor tragedia que haya ocurrido en la historia del mundo. Hace ya 24 horas
que el humo se ha despejado y ha permitido apreciar la dimensión de la
tragedia... el Sur de Manhattan ya no existe. No sólo los edificios de lo
que fue el World Trade Center han desaparecido, sino que la destrucción
llega hasta lo que fue Wall Street... entre los escombros, miles de
cadáveres asoman sus mutilaciones, testigos mudos del horror.
Neal tragó saliva. Se le hacía enormemente difícil continuar.
- Y a pesar de las acusaciones culpando a facciones mutantes de todo este
horror, un comunicado oficial conjunto de Los Vengadores y Los 4
Fantásticos, leído esta mañana por Reed Richards, certifica que el origen de
toda esta catástrofe está en un intento de invasión dimensional por parte de
unos seres con forma demoníaca, que sembraron de muerte y destrucción la
isla de Manhattan.
Reed Richards apareció en pantalla, era la grabación de la rueda de prensa
donde leyó el comunicado oficial. A su lado, el resto de Los 4 Fantásticos y
Los Vengadores. Se pudo escuchar su voz:
- Sólo la acción combinada de Los Vengadores, Los 4 Fantásticos, La Patrulla
X y varios mutantes anónimos pudo controlar la situación, si bien al coste
de miles de vidas por las que no pudo hacerse absolutamente nada. Es hora,
pues, de reconocer la valerosa ayuda que la población mutante presta
continuamente en situaciones extremas.
Por supuesto, se repitió por enésima vez la reacción de un periodista que
lanzó un tomate al estrado, al grito de "padre de mutante". El tomate llego
intacto al estrado, gracias al poder de Susan Richards. Una furiosa y fugaz
mirada de Mr. Fantástico fue suficiente para que los ánimos se calmaran.
Neal volvió a la pantalla.
- Unos primeros cálculos estiman el número de víctimas entre medio millón y
dos millones. Un golpe del que será muy difícil que esta ciudad - y el
país - pueda recuperarse.
Neal tragó saliva otra vez:
- En otro orden de cosas, pero como resultado de esta tragedia, Los
Vengadores han comunicado la apertura de una línea de acciones coordinadas
con La Patrulla X, que ha sido refrendada por el Presidente en persona, el
cual ha confirmado que a partir de ahora, esta misteriosa organización
mutante será considerada por el Estado con un status similar al que ya
disfrutan Los 4 Fantásticos.
Tony Stark alcanzó a Peter Parker en un pasillo de la mansión de los
Vengadores.
- Peter, ¿cómo te encuentras?
Peter se volvió hacia Tony.
- ¿Física o psíquicamente?
- Ambos.
Peter intentó sacar algo de humor de su interior, pero mientras pensaba una
respuesta adecuada, lo desechó... No, hoy no tenía ganas de bromas.
- Físicamente, me recuperaré. En un par de semanas estaré casi como nuevo...
Psíquicamente, creo que jamás volveré a ser el mismo... sobreponerme, sí;
recuperarme, no.
Tony le miró detenidamente. Se dio cuenta de cómo Spiderman había sido
siempre un desconocido para ellos, los Vengadores... los héroes con
acreditación oficial. Cómo para ellos Spiderman había sido poco más que un
adolescente disfrazado con poderes, bromista, irritante a veces... Y sin
embargo, era fácil sospechar que era mucho más que eso.
- Pues Peter, ahora ya no estás solo. Aquí tienes todo el apoyo que puedas
necesitar. No voy a decir que tengamos más experiencia que tú, ni mucho
menos, pero sí que en un grupo no tienes por qué guardarte todo para ti...
Aquí sólo tienes que pedir ayuda para obtenerla.
Y con esas palabras, Peter se dio cuenta de que por fin, quizás, había
encontrado su sitio. Un hogar fuera del hogar. Un sitio en el que su
familia - Mary Jane - estuviese a salvo de sus enemigos tradicionales.
Se le ocurrió que quizás era una jaula de oro, que ambos podrían estar a
salvo de sus tradicionales enemigos en la mansión... pero que fuera de ella,
estarían condenados a una continua lucha por la supervivencia: demasiados
enemigos.
"Bueno" - se consoló - "Hay cosas peores".
- ¿Cuánto lleva ahí, Doug?
Doug miró a Lobezno... se sentía inmensamente culpable de todo. Tendría que
haber mantenido la boca cerrada, pero no pudo... cuando eres un torrente de
información, es difícil contenerla, y su parte alienígena no le ayudaba
precisamente a la discrección.
- Tres horas y media. Ha reducido a pulpa al Juggernaut, a N'Astirth y a
todo el Club Fuego Infernal. No se ha contenido en ningún momento.
- Pues lo está llevando bien...
- Logan, no sé si tenía derecho a decir lo que dije...
Logan le miró. Cuán inocente era Doug a pesar de todo.
- No te preocupes. Lo hecho, hecho está. Y creo que sólo tú y yo sabemos
realmente porqué Cíclope está así...
- Sí. Él todavía no se ha dado cuenta de lo que realmente significa que
Rachel sea hija tuya. Alguien debería decírselo, ¿no?
Y con esto, ambos sonrieron.
La ilusión de la Sala de Peligro se rompió en cuanto Lobezno entró por la
puerta. Un sudoroso Scott Summers lo miró con odio apenas disimulado.
- ¿Vienes a regodearte?
- No es mi estilo, Scott. Sobre todo si te estás comportando como un
imbécil.
Cíclope explotó.
- ¿Imbécil, yo? Maldita sea, Logan... ¡al final consigues lo que quieres!
Jean me dejará por ti.
Lobezno comenzó a reir. Primero, un poco... la risa le afloró para su propia
sorpresa... luego, las carcajadas se hicieron patentes e irrefrenables.
Algo se quebró en la mente de Cíclope. Un rayo derribó a Logan, lanzándolo
contra la pared... éste ignoró el dolor pero recuperó la compostura.
- Vigila lo que haces... Si consigues apartar los celos y reflexionar sobre
todo lo que han contado Doug y Rachel, te darás cuenta de que tú ganas.
- ¡Pero qué dices!
Logan lo intuye, pero nunca sabrá lo cerca que estuvo en ese momento de ser
asesinado por Cíclope.
- Sí, Rachel sería hija mía en un posible futuro... pero lo que también
sabemos es que ella creció como hija tuya y de Jean...
Cíclope se congeló.
- O sea, al final, Jean se irá contigo...
"Viendo" todo esto, pasando desapercibidas para ambos, Jean y Madelyne
cuidaban del pequeño Nathan.
- ¿Y ahora qué?
- No sé, Jean... ¿debiera sentir celos? En el fondo sería sentir celos de mí
misma.
Nathan fue rápidamente pasado de manos. Le encantaba pasar de manos de Jean
a Maddie y viceversa. Realmente, no las diferenciaba en lo más mínimo.
- Doug va a abandonar el barco, Jean. Otra baja. Está loco por Betsy, y va
en su busca...
- Y tú también. Ambos tenéis muy claro vuestras prioridades... vuestras
mentes son claras como el agua.
- Sí, Scott obviamente te escogió a ti. Alex, no... No puedo abandonarlo.
La pregunta siguiente era tan obvia que Maddie respondió por sí misma antes
que Jean la hiciera...
- Y sí, me llevo a Nathan. Éste no es lugar para criar a un niño.
Manhattan.
Richard Fisk sale de uno de sus rascacielos. La noche avanza sin compasión,
ahogando el Sol en la jungla de rascacielos en la que Kingpin se siente
pleno, poderoso. Se siente intocable.
Una moto comienza a sonar a lo lejos... Richard siente su cuerpo moviéndose
a cámara lenta... la realidad parece distorsionarse... gira la cabeza hacia
el sonido de la moto... la sangre se le congela... sus guardaespaldas
disparan al unísono... los pocos disparos que aciertan, lo hacen por
casualidad, la puntería destrozada por el terror... Kingpin siente el orín
fluir libremente en sus pantalones... algo pesado y pastoso pringa sus
calzoncillos... los guardaespaldas ya no disparan... gritan en llamas...
unas llamas que pronto contagian a un Kingpin que definitivamente alcanza
los profundos abismos de la locura en cuanto el Frank Castle, el Motorista
Fantasma imparte justicia.
La Noche cae sobre Manhattan.
EDITORIAL / CORREO MUTANTE
Inferno acabó, pero sus consecuencias tendrán infinitas repercusiones, como
era más o menos previsible... He aquí un breve y somero repaso a las más
importantes consecuencias de toda la saga anterior.
Así que tenemos un "nuevo" Universo definido (bueno, definiéndose) en el que
la Patrulla X se aleja de su status outsider, Spiderman encuentra su lugar y
se da cuenta de que no PUEDE salir de él, y bueno, lo de Cíclope se aclara
sólo en principio... porque él no se aclara en sí mismo.
Pues nada, en el próximo número... er, bueno, mejor os sorprendo, ¿no?
¡Hasta dentro de unos días! Ah, y ¡Feliz Navidad!