Peter despertó en el hospital. No recordaba nada. ¿Qué había pasado? Estaban en la demostración del doctor Ottavius, y luego... ¿qué?

Estaba solo en la habitación. ¿Dónde estaba todo el mundo? ¿Dónde estaban sus tíos?

Tenía un gotero puesto. Se arrancó la aguja del brazo - siempre le habían dado pánico - y se levantó. Llevaba puesto uno de esos camisones de hospital, que dejan todo el culo al aire. Había un armario frente a la cama. Dentro estaba su ropa. Se vistió, y abrió lentamente la puerta. Había un policía sentado junto a la puerta, leyendo un periódico. Peter se asustó. ¿Qué estaba pasando?

Volvió a cerrar la puerta y se sentó en la cama. ¿Qué podía hacer? ¿Por qué estaban vigilando su habitación? ¿Y dónde estaban sus tíos?

"Exijo ver a mi sobrino", gritó una señora de unos cincuenta y tantos años, con la cara roja por la rabia, y gesticulando airadamente a un policía que la miraba con cara de pasota. Tras ella, un hombre algo mayor que ella, con el pelo canoso, observaba la situación con gesto entre divertido y preocupado.

"May...", dijo el hombre. "Ten cuidado... Tu tensión..."

"¡A la mierda mi tensión! ¡Ben, no nos dejan ver a Peter! ¡No nos dicen nada de él! ¿Cómo quieres que esté?"

"May..."

"¡Déjame!"

"May... tranquilizate, por dios."

La mujer le metió un tortazo a su marido.

"¡Te he dicho que me dejes! ¿Acaso no te preocupa Peter?" Rompió a llorar. Ben la abrazó.

"May... claro que estoy preocupado. Pero así no arreglamos nada. Si estos señores no nos dejan ver a Peter", hizo una pausa, y miró fijamente la médico, "tendremos que llamar a nuestro abogado. Ven, May, vamos a llamar a Murdock."

Pasándole el brazo por encima del hombro y atrayéndola hacia si, salieron de la habitación.

Peter estaba sentado en la cama, pensando. Lo ultimo que recordaba era que le había pinchado una araña... y se había desmayado. Se miró la mano. Las marcas de la picadura estaban ahí, no se lo había soñado. ¿Era alérgico a las arañas? No que supiera. A lo mejor es que la araña le había infectado con alguna cosa rara y lo tenían en cuarentena...

No, no podía ser. La puerta estaba abierta, aunque hubiera un vigilante detrás. Entonces, ¿qué?

Se levantó y se asomó a la ventana. Estaba cerrada, era de esas que no podían abrirse. Había leído en Internet que lo hacían para que la gente no se suicidara...

Un ruído lo sobresaltó. Dió un brinco... y se golpeó con el techo.

"¡Ouch!", se quejó, cuando volvió a aterrizar en el suelo. Miró hacia arriba. Era imposible que el techo estuviera tan bajo, ¿no?

Curioso, volvió a intentarlo. Flexionó las piernas, tomó impulso... y saltó. Esta vez reaccionó, extendiendo los brazos cuando vió que el techo se aproximaba... y se quedó pegado a él.

Despegó una de las manos. Seguía colgado con la otra. Avanzó por el techo despegando alternativamente cada mano. Estaba asustado, pero también intrigado. ¿Sería por esto que lo tenían encerrado? ¿Se había convertido en un monstruo?

De repente, oyó el pomo de la puerta al girarse. Alguien iba a entrar. No podían verle así, pegado al techo. Por puro instinto, extendió su mano en dirección a la misma... y un fino hilo surgió de su muñeca, formando una pasta al chocar con la puerta, bloqueándola. Desde fuera se oía ruído, como si alguien intentara abrir la puerta a golpes y no pudiera.

Se dejó caer. Estaba alucinando. Estaba asustado. ¿Qué era eso que había salido de su mano? ¿Telaraña? Se acercó a la puerta, y la tocó. Era una fibra, pegajosa, pero fuerte. Había bloqueado la puerta completamente, pues oía desde fuera golpes. ¿Qué hacer? No podía salir de allí... ¿o sí?

Se volvió hacia la ventana. Quizás pudiera escapar rompiéndola, y "trepando" por la pared.

De repente, alguien apareció en la ventana. Peter dió un brinco hacia atrás. Frente a él flotaba un pequeño ser, de algo más de medio metro, verde, montado en una especie de murciélago gigante. La criatura sonreía burlonamente...

Peter sintió un cosquilleo en la base del cráneo. Era como si notara que algo iba a pasar...

... y en ese momento el ser se lanzó contra la ventana, rompiéndola. Los cristales salieron en todas direcciones. Peter saltó como pudo, esquivandolos, refugiándose tras la cama.

Todo quedó en silencio. Peter levantó la cabeza, y el diminuto ser estaba sobre él.

"Soy el Duende Verde. Y tú, te vienes conmigo."

Antes de que pudiera reaccionar, le golpeó en la cabeza. Todo se volvió oscuro.

ENTRE REDES

¡Hola a tod@s!

Tras ver la peli del Spidey en la tele y como nadie cogía la serie me anime yo a lanzarme al ruedo (de nuevo)... a ve cuanto duro!

Y si, ya se que es un numero muy corto, pero es que to se pega!

Espero vuestras opiniones sobre los cambios... y busco dibujante pa las portadas!

Nos vemos en el 3...

Gwen