X-MAN #44
Humanos
Guión: Ben Reilly
Portada: la nave de Nyriliam siendo perseguida por otra nave más grande con forma de triángulo (si alguien no me dice de qué peli está sacada la imagen le pego un tiro :P)
- ¡¡Conecta la maldita velocidad luz de una vez!!
- ¡¡¡¿Qué demonios crees que intento hacer?!!!
La nave se bambolea peligrosamente y pierdo el equilibrio.
- ¡Volamos sin escudos!.
- ¡Deja de meterme presión! ¡Estoy haciendo todo lo que puedo!
- ¡Pues o te das más prisa o dentro de poco tendrás que quejarte delante de
los Gorum!
Habíamos estado en Carratos intentando convencer a sus habitantes para
unirse en nuestra lucha contra los Gorum, los ladrones de almas. Habíamos
conseguido llegar a un acuerdo cuando las naves de los Gorum llegaron hasta
el sistema y comenzaron el ataque. Logramos convencer al gobierno de la
necesidad de una evacuación planetaria pero los Gorum ya estaban sobre
nosotros.
- ¡¿Cómo vas?!
- Dame cinco segundos.
- ¡No tenemos cinco segundos!
"Ese último impacto ha sonado muy mal, el casco debe estar deformándose.
¿Qué demonios le pasa a este trasto?. Todos los indicadores están en verde
pero la matriz energética del campo dos no me da energía para los motores de
salto". Golpe con furia varias veces el panel indicador hasta que se pone en
verde indicando su correcto funcionamiento.
- ¡Nyriliam!. ¡Ya está todo arreglado!
- ¡Ya era maldita la hora!. ¡Nos vamos de aquí!.
Un impacto sacude la nave. De pronto me fijo en que uno de los indicadores
se ha vuelto rojo, lo golpeo suavemente para ver si es que se ha estropeado
pero mantiene el color. Huelo algo extraño, hay un líquido verde justo a mi
lado. Lo toco y lo huelo.
- Refrigerante. ¡¡¡Refrigerante!!!. ¡¡Nyriliam!!
Pero es demasiado tarde. Nyriliam activa los motores de salto. En menos de
cinco segundos todos los indicadores cambian a rojo, los motores de salto
están sobrecalentados y explotan haciendo que salga volando y que sólo salve
mi vida gracias a un campo telekinético instintivamente activado en el
último momento.
Con la explosión de los motores de salto la nave vuelve al espacio normal
pero comienza a dar vueltas sin control. Intento posicionarme pero es
complicado con todos los objetos yendo y viniendo de un lado para otro.
- ¡Nyriliam!. ¿Me escuchas?.
"Sí -me dice telepáticamente-. Los mandos no responden. Estamos girando sin
control".
"Tranquilo, intentaré hacer algo". Utilizo mi telekinesia para intentar
frenar los giros de la nave creando un rozamiento psíquico que va
disminuyendo paulatinamente la velocidad de los giros hasta que la nave se
queda totalmente parada.
- Bien hecho. ¿Puedes darme un informe preeliminar de los daños?.
Miro el estado de los motores. Destruidos sería todo un eufemismo.
- Creo que vamos a quedarnos quietos durante mucho tiempo, Nyriliam.
- Mira a ver el estado de los sensores.
- De acuerdo.
Me meto por uno de los angostos pasillos de mantenimiento hasta que llego al
lugar donde están los sensores.
"En la próxima parada tendremos que comprar un nuevo grupo de sensores.
Estos están totalmente calcinados"
"Maldita sea. Contaba con los sensores para que nos pudieras impulsar
telekinéticamente hasta el planeta más cercano pero sin sensores estamos
ciegos"
"¿Qué vamos a hacer?"
"Intenta arreglar todo lo que puedas. Mientras intentaré averiguar dónde
demonios hemos ido a parar"
De pronto se produce una pequeña vibración en la nave.
"¿Hemos chocado con algo"
"Será mejor que subas. Tenemos problemas"
"¿Qué clase de problemas?"
"Piratas"
Subo rápidamente a la carlinga para descubrir que hemos sido atrapados en un
rayo tractor y que estamos siendo atraídos al interior de una gran nave
espacial. Nyriliam abre varios compartimientos de la nave y saca diversas
armas.
- Si somos rápidos quizás podamos subir a su nave y robarles algún
transporte.
Nos colocamos justo en el centro de la nave hasta que oímos cómo un soldador
láser intenta abrirse paso por el casco. Cuando los piratas atraviesan el
casco Nyriliam y yo nos preparamos. En ese momento nos tiran una bomba de
humo. Nyriliam me mira pero sé lo que tengo que hacer, con mi telekinesis
impido que el humo se expanda y lo concentro en la abertura, así los piratas
pensarán que su plan ha tenido éxito. Los asaltantes entran disparando
buscando cobertura pero los derribamos fácilmente.
Pasan unos segundos antes de que Nyriliam y yo salgamos protegidos por un
escudo telekinético. Pero pronto nos damos cuenta de nuestra desesperada
situación, a ambos lados del hangar hay decenas de hombres armados hasta los
dientes.
- ¡Son humanos! -dice Nyriliam a medio camino entre la ira y el odio-. Pero
se supone que están confinados en su sistema.
- A veces la gente exagera un poco.
De en medio de los piratas sale un humano alto, de barba castaña y gran
porte. Lleva una capa negra sobre los hombres y una pistola en la mano
apuntándonos directamente.
- Telekinético ¿eh? -me dice-. Nunca he conocido a alguien de los nuestros
con ese tipo de poderes. Podrías sernos muy útil.
- ¿Qué está pasando aquí?. ¿Cómo habéis logrado salir de vuestro sistema?.
¿Quiénes sois?.
El líder de los piratas se acercó despacio a Nyriliam mientras ésta seguía
apuntándole con su arma. Por mi parte estaba esperando a ver qué pasaba,
había escuchados cosas sobre la existencia de humanos en esta parte de la
galaxia pero nunca había visto uno y Nyriliam se mostraba esquiva con el
tema.
- Mi nombre es Paul Geisteik y soy el líder de los Renegados.
- ¡El Consejo Estelar prohibió a los humanos salir de su sistema! La simple
desobediencia a esa orden...
- El Consejo Estelar ya no existe. Hace setecientos años que dejó de
reunirse y la verdad, me alegro, nunca dio nada bueno para la galaxia.
- Logró devolveros al salvajismo de donde procedíais y minó vuestro sistema
para que nunca pudierais salir.
- Castigar a toda una raza por los pecados de sus antepasados demuestra la
falta de inteligencia del Consejo. Oí que tu pueblo dio el voto decisivo
para el aislamiento del mío, que apropiado que ahora sólo quedes tu y que
estés en mis manos.
- ¡Maldita babosa espacial!
- ¡Espera Nyriliam!
Mi advertencia es demasiado tarde. Nyriliam lanza un ataque psíquico
demoledor contra Paul pero este no parece sentirlo. Mi compañera se queda
extrañada hasta que Paul despeja su larga melena de la cabeza y deja ver una
fina diadema plateada.
- Protectores psíquicos. Reconocí el escudo de la Tríada de tu nave. Te
aconsejo que no nos subestimes, hemos aprendido mucho en estos últimos
siglos. Llevadlos al calabozo.
- ¿Qué vais a hacer con nosotros? -pregunto-.
- Vamos a llevar a tu amiga a nuestro planeta, será juzgada y probablemente
condenada a muerte. En cuanto a ti tienes dos opciones: o te devolvemos a tu
familia o te unes a nosotros.
- Me gustaría pensármelo. Mientras tanto estaré con ella.
- Como quieras.
Mientras nos llevan al calabozo barajo la posibilidad de abrirme paso
telekinéticamente por toda la nave hasta llegar al hangar pero quiero
respuestas. Si antes ya tenía ganas de saber porqué habíamos humanos en esta
parte de la galaxia ahora quería saber qué es lo que habían hecho para que
los hubieran aislado. Nos meten a empujones en la celda y cierran la puerta.
- Tenemos que salir de aquí. Rompe la puerta.
- Antes quiero unas cuantas respuestas.
- ¡¿Respuestas?! -después de suspirar y comprender que su actitud no lleva a
nada continúa hablando-. Está bien. Verás, hace miles de años razas muy
poderosas cruzaban la galaxia de una lado a otro sin ningún problema. Muchas
de esas razas hacían experimentos con seres inferiores como vosotros los
humanos. Algunas trasladaron a grandes cantidades de seres humanos,
sacándolos de vuestro planeta. Cuando esas razas desaparecieron los humanos
se quedaron aquí, en esta región del Universo sin posibilidad de volver.
Como todas las razas evolucionaron, conquistaron el espacio. Hace mil años,
los humanos eran una pequeña potencia, bastante beligerante pero que nunca
había tenido una gran guerra con otros mundos. En menos de un año, los
humanos iniciaron un gran plan expansionista, destruyeron cientos de mundos,
mataron a trillones de personas. Uno de esos mundos destruidos era Argos 7,
el planeta de la paz galáctica. Nunca habían entrado en guerra, no conocían
la violencia ni el odio, estaban considerados como los seres más pacíficos
del Universo, ninguna raza se había atrevido a atacarlos. Pero los humanos
lo hicieron. Arrasaron Argos 7. Impulsados por ese acto tan vil, las grandes
potencias formaron un ejército común y destruyeron toda la armada de los
humanos. El Consejo Estelar, el órgano que regía la Galaxia, decretó su
aislamiento, minaron los exteriores de su sistema solar y dejaron que se
pudrieran. Por eso a nadie le gustan los humanos, se sabe de algunos que han
conseguido escapar pero normalmente acaban siendo vendidos como esclavos o
asesinados.
- Vaya.
- ¿Entiendes ahora por qué tenemos que salir de aquí?. Estos congéneres
tuyos son asesinos brutales, no se parecen a los de tu planeta.
- Ojalá fueran tan distintos como piensas. Ahora entiendo por qué
reaccionaste así.
- ¡¿Te pones de su parte?!
- Eso no importa. Tenemos que salir de aquí, no quiero que te ejecuten.
Derribo la puerta y salgo rápidamente. Tres guardias me apuntan pero antes
de que disparen sus armas comienzan a volar y chocan contra las paredes.
Nyriliam también sale y ejecutando rápidos ataques consigue dejar a los tres
guardias inconscientes. Al igual que Nyriliam me acerco a uno de ellos y le
leo la mente para obtener un plano de la nave.
- El hangar está en la otra parte de la nave
- Tenemos que ir antes al puente de mando y bloquear las armas o no
saldremos vivos.
- De acuerdo, vamos. Nos llevaré allí.
El puente no está lejos así que utilizo mi telekinesis para irme abriendo
paso por todos los niveles de la nave evitando así que muchos guardias se
nos echen encima. Al final llegamos al puente, hay un silencio absoluto.
Paul está en el suelo de rodillas mirando la pantalla.
- ¿Qué pasa aquí?.
Paul mira hacia nosotros. Hay lágrimas en sus ojos. Miro hacia la pantalla,
veo ciudades en llamas gente en las calles, todos muertos.
- Los han matado a todos. No queda ninguno vivo -dice Paul-. ¿Quién ha
podido hacerlo?. El campo de minas está completamente destruido, nadie puede
haberlo atravesarlo a la fuerza.
- Los Gorum sí.
- ¡Timonel!.
- ¡Espera!. No puedes enfrentarte directamente a los Gorum, te destruirían.
- Me da igual. Voy a machacarlos por lo que han hecho.
- Escucha, únete a nosotros, estamos intentando reunir a los suficientes
mundos para hacer frente a los Gorum.
- Nunca lo conseguiréis, los demás mundos no querrán entrar en una guerra si
creen que pueden evitar a los Gorum no enfrentándose a ellos.
- Además nunca permitiría que se unieran a nosotros -dice Nyriliam-. La
mayoría de los mundos que nos apoyan ahora mismo romperían la alianza si
supiera que estamos tratando con humanos.
- Pues tendrán que acostumbrarse -digo-.
- ¿Por qué te pones de su parte?.
- ¿Es que no lo entiendes?. Ninguna persona, ningún pueblo, ninguna raza
debería ser juzgada por lo que sus antepasados hicieron. En mil años han
podido mejorar, aprender de sus errores, no es justo castigarles por algo
que no hicieron ellos. Y reconócelo, necesitamos su ayuda.
- Es sólo una nave
- Cuando empezaste a unir a los mundos sólo estabas tu y ahora estás
formando una coalición. Además fíjate en ellos, también buscan venganza, son
los últimos de su raza como tu lo eres de la tuya. Acéptalo.
- Está bien.
- Y tú Paul. Si de verdad quieres hacerle daños a los Gorum será mejor que
nos ayudes a juntar todas las fuerzas que podamos. Entonces pagarán por todo
lo que han hecho
PRÓXIMO NÚMERO: Un planeta se niega a ayudar a Nate y éste no se lo toma muy
bien.
EL CORREO DE LA SEGUNDA SERIE QUE NADIE LEE
Holadola
¡Tenemos cartas!. A comentarlas toca. La primera es de Dob comentando el
número 42 que nos dice que no le gusta la voz narrativa en primera persona
entre otras cosas porque hay una falta de fluidez en el texto. Bueno a ver,
en primer lugar gracias por la carta y en cuanto a la voz narrativa la
verdad es que en principio esta serie al igual que las otras que hago iba a
ser narrada en tercera persona, pero y aquí es donde está el truco, el
primer número iba a ser en primera persona por alguna razón que me se ha
olvidado :) Lo que pasa es que me gustó bastante y lo extendí al resto de la
serie. De todas formas anotada queda tu sugerencia/ queja e intentaré que el
texto fluya mejor.
La siguiente y última carta es de Forkys que empieza agradeciéndome la
dedicatoria del número 42. De nada hombre de nada pero si no he acertado con
Nate quizás ponga a alguien más feo :) Sigo leyendo y me felicita por
explicar lo ocurrido anteriormente y por explicar un poco de dónde salen los
personajes nuevos. Uh, mi ego está por las nubes... creo que este chiste ya
lo he hecho en otra serie que escribo llamada Star Wars (PUBLICIDAD
DESCARADA). Continuando Forkys me dice que las historias se parecen más a
las de Quasar o Estela Plateada que a las de Nate pero, y cito textualmente:
"quien coño le gustaban las historias de Hombrex?" Sigh... mira que no
gustarte Kavanagh... me decepcionas :P Y eso es todo, gracias por la carta
Forkys y todos a leer su Halcón (PUBLICIDAD DESTINADA A VER SI ASÍ SE LEE
STAR WARS XDDD... que cabrón que soy :D
Y na max, comentarios, quejas, alabanzas, sandeces varias a:
ben_reilly@terra.es