PODERES COSMICOS VOL. 2 #25
Emociones Primarias (4 de 4) - El fin de todo
Guión:
Bergil y Doctor Cómic
Portada: Dibujada por Ángel Medina. Es triple (contraportada, portada y solapa de la portada). En el tercio correspondiente a la portada, aparecen, espalda contra espalda, Avatar y Estela Plateada. Detrás de ellos, en un fondo muy luminoso, se percibe una silueta oscura (Galactus). En el tercio de la contraportada aparece, en el borde, D'spayre, y en el de la solapa, el Intermediario; ambos con ademán amenazador hacia las figuras del centro. En la parte baja de toda la portada aparecen todos los héroes, inconscientes. Como en los números anteriores, un subtítulo advierte que se trata de un episodio de la saga Emociones Primarias (el cuarto y último, en este caso).
Nota importante: Para comprender mejor los hechos
narrados en este episodio, no es imprescindible leer antes Quasar
# 69. Pero os vendrá bien, creedme.
PRÓLOGO
Dimensión de las Manifestaciones.
Amor conversaba con Lord Caos y el Señor Orden:
- ¿De veras piensas que tu Avatar será
capaz de llevar a buen fin la tarea que le has encomendado, Amor?
- Para eso le otorgué mis dones, Señor
Orden. Y te recuerdo que no es esta la única amenaza que afrontan
los mortales. Vuestro sirviente, el Intermediario, parece que sigue sin
saber asumir su puesto en el tejido del cosmos. ¿O es que tengo
que recordaros todas las ocasiones en que se ha rebelado y ha intentado
escapar a su destino? Una y otra vez ha sido detenido por entes como Galactus
(1)
o Thanos (2),
pero eso no parece detenerle.
- Basta, Amor. Tienes razón -intervino Lord Caos-.
Habrá que hacer algo para poner coto a esta insolencia..
Órbita de Titán.
El Intermediario se enfrentaba a los héroes. Su
gigantesca figura proyectaba una sombra ominosa sobre los paladines decididos
a entregar hasta la última gota de su sangre (o el último
ergio de su energía) para impedirle cumplir sus malignos propósitos,
cualesquiera que los mismos fueren. Allí estaban todos los que no
eran necesarios para abrir el portal que les llevaría a intentar
rescatar a Galactus. Así, Drax, Gladiador, Capitán Marvel,
Nova, Kismet, Quasar, Rayo Estelar, Pegador, Estrella de Guerra, Neutrón,
Impulso, Titán, la Fuerza Estelar al completo y la Mujer Invisible
se enfrentaban al causante de la mayoría de sus problemas.
- ¡Así que eras tú el que estaba
detrás de todo! -exclamó Quasar, los puños crispados-.
¡Tú eres el que ha acelerado la entropía y provocado
el desánimo en el Universo!.
- No sólo yo, lacayo de Eón, pero sí
principalmente -respondió el Intermediario, obviamente ufano de
sí mismo-. Estando en medio de todas las cosas, me fue fácil
destruir el inestable equilibrio sobre el que descansa el delicado tapiz
de la existencia y despeñar todo lo que existe hacia el caos y la
destrucción.
- ¿Qué es lo que buscas, exactamente? -preguntó
la Mujer Invisible.
- Como no tenéis ninguna esperanza, no tengo inconveniente
alguno en decíroslo. Busco lo que ansía todo ser vivo: libertad,
independencia, poder hacer lo que quiera, y no estar sometido al arbitrio
de nadie. Y también buscaba, ¿por qué no decirlo?,
venganza. Venganza contra los que me derrotaron, los que me han humillado,
los que frustraron mis planes en el pasado: Galactus y Thanos. Galactus
perdería otra vez un Universo (3),
y superaría a Thanos en lo que el nunca logró conseguir:
matar a toda la población del Universo. Y en ese nuevo Universo
(4)
ya no estaría sujeto a las órdenes de nadie. Sería
supremo, libre para hacer mi voluntad sin tener que hacer de lacayo de
señores caprichosos y arbitrarios. Y no vais a ser vosotros, piojos
mortales, los que me impidáis llevar a término mi plan.
Así diciendo, el Intermediario se lanzó
hacia los héroes. A toda velocidad, y sin dudar un instante, Quasar
creó un muro de energía cuántica que no resistió
el embate del Intermediario. Esto no desanimó al vengador cósmico:
concentrándose otra vez, creó un ariete que golpeó
al Intermediario en el mentón. Antes de que pudiera recuperarse,
Gladiador se lanzó a toda velocidad contra él, y, aunque
logró hacerle girar la cabeza unos cuantos grados, salió
rebotado. Tras él atacaron Nova y Drax, que salieron despedidos
en dirección contraria a la de Gladiador. A continuación,
la que lo intentó fue la Guardia Imperial en pleno, en una maniobra
perfectamente sincronizada que evidenció que estaban acostumbrados
a trabajar en equipo. Fue inútil: salieron despedidos en todas direcciones,
mientras las carcajadas del Intermediario atronaban sus oídos. Le
tocó entonces el turno a la Fuerza Estelar, con más voluntad
que acierto; todavía no estaban tan conjuntados como la Guardia
Imperial, y atacaron en tromba, estorbándose unos a otros más
que ayudándose. La Mujer Invisible generó entonces una barrera
alrededor de su oponente, pero éste se liberó con un simple
gesto, haciendo que Susan Richards gritara de dolor. Pero sólo por
un instante. No podía permitirse fallar. De todos modos, ¿quién
era aquel fulano blanco y negro? Ella había acabado prácticamente
sola con un Celestial (5),
qué caramba. Esto no podía ser mucho peor que aquello.
Sala de Ciencia, Titán.
La máquina que generaría el portal a la
dimensión en que se encontraba Galactus estaba por fin a punto.
- Muy bien, Estela. Tú, Nova y el Señor
del Fuego, alimentad de energía la máquina. Vosotros, Guerra
Relámpago, Tempestad y Electrón, descargad vuestra energía
en estas bobinas para generar un campo magnético lo suficientemente
potente como para contener el flujo de energía cósmica. Y
vosotros dos, Tesla y Polaris, canalizad el campo magnético dentro
de los márgenes que os he indicado. Tormenta, tú habrás
de hacer descender la temperatura en el conjunto, para evitar que todo
se caliente en exceso. Está bien: ¡adelante!
Todos siguieron las instrucciones de Reed. Este sintió
una tosecilla a su espalda. Volviéndose, se encontró ante
el científico de la Guardia Imperial.
- Disculpa, Reed Richards...
- ¿Sí, Mentor? -dijo Mr. Fantástico.
- Creo que debo indicarte que trabajando sobre estas
premisas, el portal se colapsará en menos de una de sus horas terrestres.
Mantenerlo abierto durante más tiempo provocaría una implosión
que engulliría todo este sistema solar.
- Espera un momento... -dijo Reed, efectuando los cálculos
a toda velocidad-. ¡Es cierto! Bueno, al menos ya sabemos el tiempo
de que disponemos.
Dimensión de las Manifestaciones.
El doctor Extraño y sus aliados tenían frente
a sí a...
- ¡D'spayre! -exclamó el doctor, no demasiado
sorprendido-. ¡Debí haber supuesto que serías tú!
- Claro que deberías haberlo supuesto, mi buen
doctor. ¿Era evidente, no? -se burló el demonio, su rostro
cadavérico cruzado por una mueca sardónica-. Pero claro,
es comprensible, estabas demasiado preocupado para pensar en ello, no tenías
demasiados ánimos...
- ¿Quién demonios es este tío? -preguntó
Talismán, sin perder de vista a su oponente.
- Bueno -dijo Shaman-, podríamos decir que es
el tío segundo de una vieja enemiga de Alpha Flight (6)
a la que creo que recordarás, Elizabeth.
- No te estarás refiriendo a aquella albina cornuda,
¿no? La Reina de los Sueños...
- Sí, a ella me refiero. Bien, pues el individuo
de aspecto cadavérico que tenemos enfrente es un demonio que genera
y se alimenta de desesperación y desánimo. Aviva la más
leve chispa de pesimismo que pueda encontrar en lo más oculto del
corazón de cualquier criatura y se alimenta de la desesperación
que les embarga como una sanguijuela de la sangre.
- Sin embargo -intervino el doctor Extraño-, tu
poder nunca había alcanzado semejantes niveles. Hasta ahora, nunca
habías sido capaz de afectar al Universo de esa manera, D'spayre.
Supongo que Odio tiene que ver algo que ver en todo ello.
- ¿Te refieres a este despojo babeante que está
a mis pies? -dijo D'spayre, echando una mirada de desprecio a la manifestación
corporal que yacía a sus pies-. Sí, el bueno de Odio ha tenido
algo que ver en el asunto. Casi diría que ha tenido todo
que ver, si no fuera porque pecaría de una excesiva modestia, cualidad
de la que, afortunadamente, carezco.
"Mientras peques de una excesiva locuacidad",
pensó Warlock, "tendremos una oportunidad contra ti, demonio".
- El bueno de Odio estaba frustrado -prosiguió,
pavoneándose, D'spayre-. No sólo en esta realidad, que vosotros
consideráis como la verdadera, sino en lo que denomináis
dimensiones alternativas, los seres vivos dan ejemplo por doquier de abnegación
y amor a sus semejantes. Se sacrifican, sin dudarlo, para salvar a sus
seres queridos, e incluso a personas a las que no conocen de nada. Los
actos heroicos proliferan de modo obsceno, vomitivo. Hasta a mí
me daba asco alimentar su desesperación, pues eso no parecía
producir más efecto que dar lugar a más actos nobles. En
semejante estado de cosas, fue fácil aumentar esa frustración
hasta que Odio cayó en la más negra de las desesperaciones.
¡Fue delicioso! ¡Sublime! ¡Casi diría extasiante!
¡Por más desesperación que absorbiera, siempre quedaba
suficiente para darme un festín! Así que pensé: ¿para
qué conformarme con esto, cuando puedo tenerlo TODO?
- ¡Necio! -exclamó Extraño-. ¿No
has aprendido nada, después de todos los enfrentamientos que hemos
tenido? El espíritu siempre se impone a la desesperación,
por negra que esta sea. También esta vez serás detenido.
Estate seguro, D'spayre: encontraremos un modo de detenerte. Si no nosotros,
otros que vendrán tras de nosotros lo harán.
- ¡No digas insensateces, Extraño! En nuestros
anteriores enfrentamientos triunfaste por pura casualidad. Casi diría
que, más que por méritos tuyos, saliste airoso gracias a
despistes míos. ¿Qué esperanza tienes ahora, cuando
las entidades que te daban tus poderes te han retirado sus favores (7)?
¡Oh, sí! -rió, al ver el gesto de sorpresa en el rostro
del doctor-. ¿No lo sabías? Fue la comidilla en el inframundo
durante un par de vuestras semanas. ¡Si vieras cómo nos reímos
mi primo y yo...!
Órbita de Titán.
Los héroes proseguían su enfrentamiento
con el Intermediario. Aunque no veían una posibilidad clara de vencer,
habían aprendido que no debían rendirse bajo ningún
concepto. Estaba en juego la supervivencia del propio Universo. Por ello,
pese a ser rechazados una y otra vez, no cejaban en su empeño, y
redoblaban sus esfuerzos intentando encontrar un hueco en la cerrada defensa
que presentaba su rival.
Genis lanzó un rayo doble con sus negabandas al
plexo solar del Intermediario. Cuando el villano se dobló por el
impacto, Kismet y Gladiador se cruzaron, golpeando su barbilla. Aprovechando
que había bajado la guardia, Susan Richards creó un campo
de fuerza tan denso como le fue posible, y lo proyectó a toda velocidad
contra el Intermediario, que salió despedido hasta la órbita
de Urano.
- ¿Ha terminado ya? -preguntó Kismet, esperanzada-.
¿Hemos vencido?
- Ni mucho menos, insecto amarillo -dijo una voz a sus
espaldas-. Esto sólo acaba de empezar.
Volviéndose, los héroes se encararon de
nuevo con el Intermediario. La energía crepitó en las muñecas
de Quasar y el Capitán Marvel. Susan se apartó un mechón
que le caía sobre la cara y pensó en su hijo Franklin, allí
en la Tierra. Los demás defensores dedicaron también un fugaz
pensamiento a sus seres queridos -cónyuges, amantes, hijos o padres-,
antes de lo que parecía iba a ser su última batalla.
Pero antes de que pudieran hacer ningún movimiento,
un borrón rojo y azul surgió de la superficie de Titán.
Ascendiendo cada vez más deprisa, pasó a toda velocidad ante
el grupo de héroes. Tan rápido iba que ninguno fue capaz
de reconocerle. Antes de que nadie pudiera hacer nada para intentar detenerle,
había llegado donde se encontraba el Intermediario. En el silencio
del espacio (8),
explotó en su cara.
Blecker Street, Greenwich Village.
No todos los seres con facultades místicas que
habían percibido la llamada del doctor Extraño habían
entrado en la mansión. Algunos, fiel a su modus operandi
discreto, habían preferido esperar en el exterior, observando. Entre
ellos se encontraban el Hombre de Paja, Cráneo Ardiente, la Momia,
Cadáver, la Gárgola y Asesino de demonios.
Repentinamente, algo llamó su atención.
Una horda de demonios se aproximaba en silencio a la mansión, con
la evidente intención de atacarla.
- ¿Quiénes son esos? -preguntó la
Gárgola.
- Son los d'sprytes -respondió Asesino de Demonios-,
una raza de demonios que actúan a las órdenes de D'spayre.
Parece que el Cara de Calavera... sin ofender, Cráneo...
- No me he ofendido.
- ...es el que está detrás de todo esto.
Los héroes se aprestaron para la batalla.
Saliendo de las sombras en las que se ocultaban, un rayo lanzado por la
Gárgola atrajo su atención. Virando todos a una, enfilaron
hacia el nuevo blanco.
En poco tiempo, la batalla se entabló. El Hombre
de Paja convocó una bandada de cuervos que oscureció el cielo.
La Gárgola lanzaba sus rayos biomísticos a diestro y siniestro,
mientras que Cráneo Ardiente, la Momia y Cadáver preferían
recurrir a medios más... físicos. Asesino de Demonios, por
su parte, hacía honor a su nom de guérre, eliminando
a cuanto d'spryte se le ponía a tiro de las armas que extraía
de su capa.
Nueva York, la Tierra.
Peter Parker se balanceaba por los tejados de Manhattan,
cuando oyó unos gritos de terror.
- ¿Qué ocurre? ¿Será acaso
otro malvado villano que no sabe que su amistoso vecino ronda por la zona,
dispuesto a ganarse las lentejas con unas pocas fotografías que
vender al tacañ... digooo, al paladín de la prensa libre
y objetiva, el nunca bien ponderado (me pregunto por qué) J. Jonah
Jameson?
Spidey se lanzó decidido hacia abajo, pero se
detuvo a mitad de camino.
- Pensándolo bien, ¿qué sentido
tiene? Aunque atrape a ese chorizo, probablemente esté en la calle
en un par de horas, listo para reanudar su carrera delictiva. Y, encima,
Jonah me echará la culpa de todo, como siempre. Si ni siquiera fui
capaz de salvar a tío Ben... -abatido, se sentó en una cornisa.
De repente, levantó la cabeza con decisión-: ¡No! ¡No
debo caer en el pesimismo! Cuando se me concedió este poder, vino
acompañado de una gran responsabilidad: fue para emplearlo, no para
quedarme sentado lamentándome por no poder arreglarlo todo. ¡Prepárate,
chorizo, Spidey ataca de nuevo!
Oficinas de Sharpe, Nelson & Murdock.
A solas en su despacho, Matt Murdock llevaba en pie casi
dos minutos (9).
Cuando las piernas le fallaron, se dejó caer en su silla de ruedas,
mesándose los cabellos.
- ¡Es inútil! ¡Debo asumir que jamás
volveré a caminar!
Entonces, el dulce rostro de Karen Page apareció
ante él.
- No digas eso, Matt. No debes perder la esperanza. Ambos
hemos salido de peores situaciones, ¿verdad? Al fin y al cabo, ¿no
eres el hombre sin miedo?
Levantándose a pulso con la fuerza de los brazos,
Matt se puso de nuevo en pie.
La emisión de la NWTC.
Una vez hubieron retirado el cadáver ensangrentado
de Cyril Vincent, el informativo continuaba:
- ...y los desastres se suceden sin parar -dijo el locutor.
Aparecía despeinado y sin afeitar-. A la ola de suicidios que parece
haberse desatado, se ha unido una inexplicable tasa de defunción
en las unidades de cuidados intensivos. Parece como si los enfermos allí
internados hubieran perdido las ganas de vivir. Una ola de caos parece
estar sacudiendo a todas las naciones del planeta. Sin embargo -dijo, alzando
la cabeza con energía y mirando directamente a la cámara-,
hemos de tener fe. El mundo ha enfrentado crisis más graves, y siempre
ha salido adelante. En momentos como estos, conviene tener presentes las
palabras de Sir Winston Churchill, cuando dijo -la imagen del presentador
desapareció, siendo sustituida por una fotografía del antiguo
premier británico, con su puro y su bombín y haciendo
la señal de la victoria-: No desmayaremos ni nos doblegaremos.
Seguiremos luchando hasta el fin. Lucharemos en los mares y océanos;
lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire; lucharemos
en las playas; lucharemos en los aeródromos; lucharemos en los campos
y en las calles; lucharemos en las montañas. No nos rendiremos jamás.
Nexo de las Realidades.
En los pantanos de Florida, el ser conocido como Hombre
Cosa se retorcía en silencio, abrumado por las emociones negativas
que saturaben el éter.
Edificio del Daily Bugle. Despacho
del Editor.
J. Jonah Jameson, propietario y editor del periódico,
paseaba arriba y abajo por el despacho. Con él se encontraba Robbie
Robertson, su mejor amigo y, probablemente, la persona que mejor le conocía.
- ...te digo, Robbie, que esta ola de suicidios tiene
que ser culpa de ese maldito arácnido. Estoy seguro de que ha sido
él, te lo digo en serio. De alguna manera que no alcanzo a discernir,
con esos extraños poderes que tiene debe de haber influido en la
psique de la gente para empujarles a la desesperación. No tuvo bastante
con librarse de Daredevil, al que consideró un rival peligroso en
su intento de alcanzar la gloria, y ahora se dedica a exterminar a toda
la especie humana. Díme, Robbie: ¿qué esperanza tenemos
las personas normales como tú y como yo contra semejante cúmulo
de iniquidad?
Asgard.
Thor yacía inmóvil en el suelo. A su lado,
apoyado en su mano abierta, descansaba Mjölnir. Sin fuerzas, sin alimento
que le reanimara, parecía haber llegado el fin de todo (10).
- Así pues -musitó-, el dios del trueno
no caerá gloriosamente en combate, sino aquí, apartado de
todo, derrotado por el hambre, la fatiga y el cansancio. ¿Vencerá,
pues, el misterioso enemigo que ha devastado Asgard? ¿Será
este el fin del reino dorado?
- No estáis solo, Thor -dijo una voz a su lado-.
Yo estaré con vos hasta el final, cualquiera que éste sea.
En el espacio.
Las flotas skrull seguían destrozándose
entre sí (11),
cuando de repente todas las naves se detuvieron a la vez.
- ¿Qué estamos haciendo? -dijo uno de los
comandantes-. ¿Es ésta forma de acabar con las esperanzas
de recobrar la gloria del Imperio Skrull? ¡Regresemos más
bien a nuestras bases, y esforcémonos por conseguir que el futuro
sea tan brillante como lo fue el pasado! ¡Que los cielos se preparen!
El Imperio Skrull volverá a ser lo que fue, unido y grande, temido
allá donde haya una especie inteligente. De nuevo prevaleceremos,
y los que no se nos unan, perecerán.
Sancta sanctorum del doctor Extraño.
Con gruesas gotas de sudor resbalando por sus ceños
fruncidos por la tensión, los hechiceros redoblaron sus esfuerzos
para neutralizar la onda de desesperación. ¿Todos? No, había
dos que permanecían apartados, fuera del círculo místico:
un anciano de larga barba blanca y una hermosa joven rubia.
- No lo entiendo, Dakihm. ¿Por qué nos
mantenemos al margen?
- Porque nuestra ayuda será necesaria en otra
parte, Jennifer. Ahora -dijo Dakihm, penetrando decidido por el portal
a la Dimensión de las Manifestaciones, tan de repente que nadie
habría podido detenerle aunque lo hubiera intentado-, ¡sígueme,
y no te separes de mí!
Órbita de Titán
El humo de la explosión se disipó, y todos
pudieron ver a...
- ¡Sota de Corazones! -gritó Kismet, volando
a toda velocidad y alejándole del momentáneamente aturdido
Intermediario. Aunque no había sido un sentimiento romántico
el que la llevó a considerarle como posible compañero (12),
Kismet había llegado a apreciar al vehemente mestizo contraxiano.
Jack estaba inconsciente. Su armadura había resistido
la deflagración, pero ¿quién sabía que efectos
habría podido tener aquel esfuerzo en su ya debilitado organismo?
¿Y si aquello había sido demasiado para él? (13)
- ¿Cómo está? -preguntó una
voz a su lado. Era Genis.
- No lo sé -dijo Kismet, volviéndose hacia
él-. No parece demasiado bi...
No pudo concluir la frase. Había visto como, a
espaldas de Genis, el Intermediario lanzaba un rayo de energía hacia
ellos. El Capitán Marvel estaba de espaldas a su enemigo, y Sota
de Corazones inconsciente. Sólo ella podía hacer algo para
salvarles. no lo dudó ni un instante: apartando al Capitán
Marvel y a Sota de Corazones, se interpuso en la trayectoria del rayo,
recibiendo lo peor del impacto. Aunque sus poderes cósmicos pudieron
metabolizar la mayor parte de la energía recibida, quedó
inconsciente.
Sala de Ciencia.
El portal interdimensional estaba por fin abierto.
- Bueno -dijo el Señor del Fuego-. ¿Quiénes
irán a buscar a Galactus?.
Sin titubear, Reed Richards designó a los miembros
de la partida que iría en busca del devorador de mundos.
- Iréis tú, Nova, Estela, Bill Rayos Beta
y... ¿dónde demonios se ha metido Quasar?
- Voy a buscarle -dijo Bailarina Lunar, desapareciendo
rápidamente.
- Mientras, todos los demás que generáis
energía, tomad una de esas varillas... así... y comunicadla
al portal para mantenerlo abiert... ¡Ah, Quasar, aquí estás!
Llegó el momento, muchacho. Disponéis de unos tres cuartos
de hora, antes de que el portal se colapse. Si tenemos que cerrarlo, quién
sabe si podríais regresar con bien. Tú, Cíclope, descarga
su rayo sobre ese absorbedor de energía.
- Buena suerte, muchacho -dijo Mentor-. Nuestras bendiciones
y esperanzas viajan con vosotros.
Órbita de Titán.
- Ya basta. Vamos a terminar con esta molestia de una
vez -dijo el Intermediario.
Gladiador se lanzó contra él, pero el Intermediario
le frenó en seco con un rayo. Sin embargo, el Pretor de la Guardia
Imperial volvió a coger velocidad y prosiguió su avance.
Un nuevo rayo del Intermediario le detuvo, pero eso no hizo que el shi'ar
desistiera de su empeño. Arrancándose de un tirón
los jirones de su capa, se arrojó de nuevo contra su enemigo. Estaba
decidido a detenerle... o morir en el intento.
Titán.
"Si sigue así, se va a matar", pensó
Oráculo, que observaba telepáticamente la contienda. Concentrándose,
la hermosa albina shi'ar intentó sondear la mente del Intermediario,
pero fue rechazada. El shock de intentar penetrar en una psique tan alienígena
habría enloquecido a cualquier telépata menos entrenado que
ella. Con un grito, cayó al suelo sin conocimiento, como una marioneta
a la que hubieran cortado los hilos.
Órbita de Titán.
Cuando el Intermediario se disponía a acabar con
la oposición, una mueca contrajo su cara, para retorcerse a continuación,
entre gritos de dolor. Se llevó las manos a las orejas, pero esto
no pareció mitigar su sufrimiento.
- ¿Qué le ocurre? -preguntó Drax,
extrañado-. Parece que está...
- ...encogiendo -le contestó Titán-. Sí,
eso es lo que ocurre. Cada vez es más pequeño. Ya apenas
tiene mi tamaño, y sigue disminuyendo.
- Apartaos -dijo una voz a sus espaldas-, y dejad esto
a quien puede manejarlo. Bien, Intermediario, esto es entre tú y
yo. A ver cómo lo haces esta vez (14).
- ¡Thannooss! -murmuró el Intermediario.
En silencio, con una mueca de satisfacción en
el rostro, el titán loco avanzó decidido, haciendo crujir
sus nudillos.
Subespacio (dimensión en la que está Galactus).
- ¿Cómo vamos a regresar? -preguntó
Bill Rayos Beta.
- Bueno, Bill, he dejado un ancla de energía cuántica
en Titán. Cuando vayamos a regresar, mis bandas podrán guiarnos
de vuelta.
- Y si ello no fuera suficiente -intervino Estela Plateada-,
nuestros sentidos cósmicos rastrearían el camino.
- Es extraño -dijo el Señor del Fuego-.
Esta dimensión no parece tan diferente de la nuestra...
- No confíes únicamente en tus sentidos
físicos, Pyreus. Si observas con más atención, verás
que no es, ni mucho menos, como la nuestra. Simplemente, tu cerebro busca
adaptar a lo que conoce lo que perciben tus sentidos.
El Señor del Fuego siguió el consejo de
Estela Plateada... y a los pocos segundos dio un respingo.
- ¡Por las lunas de Xandar! -exclamó-. ¡Tenías
razón, zennlaviano! Francamente, estaba mucho mejor cuando no lo
sabía...
Sólo Nova guardaba silencio, expectante ante la
posibilidad de volver a ver al ser que la había convertido en lo
que era ahora.
Finalmente, tras un cuarto de hora (medido en unidades
terrestres de tiempo), llegaron a donde se encontraba Galactus, flotando
en el espacio.
- ¡Allí está! -exclamó Bill.
Sin embargo, sus quijadas no llegaron a formular la pregunta que rondaba
en las mentes de los cuatro: ¿accedería el Devorador de Mundos
a regresar con ellos? Pronto lo sabrían.
Dimensión de las Manifestaciones.
Nunca como entonces había Stephen Extraño
echado de menos los poderes que perdió (15).
Aun con el auxilio de Shaman y Talismán, apenas podía contener
a D'spayre. Su poder era increíble, y eso teniendo en cuenta que
el demonio estaba inundando el Universo con oleadas de desesperación.
Aburrido de todo aquello, D'spayre lanzó un rayo
concentrado de energía en dirección a los humanos. Pero no
llegó a hacer blanco. Algo se interpuso en su trayectoria, deteniéndolo.
- ¿Qué? ¡Dakihm! Bueno -dijo con
una sonrisa, mientras contemplaba el cuerpo humeante de su archienemigo-,
al fin me he librado de esa molestia.
- ¡Noooooooo! -gritó Jennifer Kale, mientras
las carcajadas de D'spayre resonaban en su cabeza.
"¡Ahora!" pensó Stephen Strange,
sin concederse un segundo de lástima por el anciano hechicero que
yacía ante él.
Una habitación en la mansión del doctor
Extraño.
"¡Ahora!" resonó en la mente de Charles
Xavier.
- ¡Ahora, Jon! ¡No te preocupes, muchacho,
todos estamos contigo!
Jon se concentró, y dejó que su poder fluyera
libremente, guiado místicamente. Nunca hasta entonces había
afrontado tarea semejante, pero no podía fallar: todo dependía
ahora de él. Sintió cómo, en oleadas de energía
psíquica cada vez más poderosas, las capacidades de todos
los telépatas que ocupaban la sala se iban sumando gradualmente
a las suyas.
Dimensión de las Manifestaciones.
De repente, D'spayre sintió que algo tomaba control
de su voluntad, pero no pudo resistirse, aunque intentó luchar contra
ello con todas sus fuerzas. Poco a poco, rompió los vínculos
que le unían a Odio, del que tomaba su poder. Luego, giró
su cabeza para enfocar directamente la del Motorista Fantasma.
- Recibe mi mirada de penitencia, demonio -dijo el jinete
llameante-. Recíbela... ¡y sufre!
Incapaz de evitar la mirada del Espíritu de la
Venganza, D'spayre comenzó a conocer lo que tantas veces había
infligido a otros.
"Ahora, mi Avatar"
Sin saber cómo ni por qué, Avatar cerró
los ojos y se concentró. Visualizó a D'spayre en su mente,
y comenzó a absorberlo dentro de sí. Poco a poco, sus compañeros
vieron con sorpresa cómo el demonio se iba volviendo más
y más tenue, hasta que finalmente desapareció. En ese momento,
Avatar se desplomó.
Mientras, Jennifer Kale acunaba con ternura la cabeza
de Dakihm. El anciano se moría.
- Esto... no es el fin, querida... discípula -dijo,
entrecortadamente-. D'spayre no... puede ser... destruido, sólo
contenido... durante... un tiempo. Volverá, y... has de... estar
preparada... para... hacerle... fr...
- ¡Dakihm! ¡¡Dakihm!! ¡¡¡DAKIHMMmmm!!!
-sollozó Jennifer.
Pero ya era tarde. Había muerto (16).
Subespacio.
- Podéis iros por donde habéis venido. No
voy a regresar -dijo Galactus, cuando el grupo llegó a su presencia.
- Pero Galactus... -dijo Nova.
- Déjame a mí, Nova -le interrumpió
Estela-. Galactus, escúchame.
- ¿Qué quieres, primero de mis heraldos?
- Galactus, has de regresar, y tú lo sabes.
- No veo por qué. En esta dimensión, las
energías de Hipertormenta me proporcionan sustento. No necesito
consumir planetas para alimentarme. No volveré.
- Ésa no es la cuestión, Galactus -dijo
Quasar-. Todo ser, desde Eternidad hasta la más pequeña de
las criaturas de los universos subatómicos, tiene un papel que cumplir.
Un papel al que no puede sustraerse, y que condiciona todos sus actos.
- Quasar tiene razón, Galactus -dijo Estela-.
Tu papel te fue impuesto desde antes de que naciera nuestro Universo, y
no se verá satisfecho hasta que termine tu existencia. No puedes
sustraerte a ese papel por tu sola voluntad. Has de regresar con nosotros
y cumplir tu papel. Mi papel fue salvar Zenn-la para ser tu heraldo, al
igual que ahora lo es vagar libre por el cosmos.
- Dices bien, Estela. Todos tenemos un papel. Pero ¿no
ves que, si regreso con vosotros, habré de volver a alimentarme?
¿Que habré de consumir de nuevo planetas? ¿Que alguno
estará habitado?
- Eso es algo con lo que todos tendremos que pechar,
Galactus -intervino el Señor del Fuego-. Pero, en lo más
íntimo de tu ser, sabes que Norin Radd tiene razón. Has de
volver con nosotros... y tendrá que ser pronto, si queremos evitar
un desastre.
- Bien, pues -dijo Galactus, cediendo al fin-. Marchemos
entonces.
- ¡Ja! -rugió Hipertormeta, que había
permanecido silencioso hasta entonces-. No puedes escapar, Galactus. Quizá
te alimentes de mis energías infinitas, pero estás atrapado
aquí conmigo.
- No estés tan seguro, mortal -dijo Galactus-.
Heraldos, haced el favor de separarnos.
Lanzando al unísono sus energías, los tres
ex-heraldos de Galactus lograron separarle de Hipertormenta. Antes de que
éste tuviera tiempo de reaccionar, el Devorador de Mundos le aplicó
un pequeño (para sus estándares) dispositivo en el pecho.
Hipertormenta parpadeó un instante, y se desvaneció.
- ¿Qué? -preguntó Nova-. ¿Dónde
ha ido?
- He programado el dispositivo que le coloqué
-explicó Galactus-, para que salte continuamente entre dimensiones.
Así habrá menos posibilidades de que Hipertormenta escape.
- Pero... -intervino el Señor del Fuego-, ¿no
recuperará sus energías, ahora que no estás tú
para absorberlas?
- Lentamente, ex-heraldo. Además, la nave continúa
drenando sus energías. Pasará mucho tiempo hasta que alcancen
el nivel suficiente para permitirle liberarse, y aún más
hasta que logre regresar. Ahora... ¡regresemos!
"Vaya vaya" pensó Quasar. "Apuesto a
que nadie ha pensado en ello, pero ¿cómo va a salir Galactus
a la superficie de Titán sin cargárselo todo? ¡Abulta
demasiado para andar por los pasillos!"
Sala de Ciencia, Titán.
- El tiempo se acaba, doctor Richards -dijo Mentor.
- Demasiado bien lo sé -respondió Míster
Fantástico-. Espera un momento... ¿qué demonios es
eso? -. El fondo estrellado que podía contemplarse a través
del portal había sido sustituido por un brillante color amarillo-.
Parece...
- Es un portal de energía cuántica, Reed
Richards -dijo I.S.A.A.C.
Sancta sanctorum del Doctor Extraño.
El portal místico a la Dimensión de las
Manifestaciones crepitó unos instantes, y a continuación
lo atravesaron sucesivamente el doctor Extraño, Talismán,
Shaman llevando a Dakihm en los brazos, Jennifer Kale y el Motorista Fantasma
llevando el cuerpo inconsciente de Avatar. Cuando todos hubieron pasado,
el portal se cerró, y un suspiro de alivio escapó de las
bocas de todos los que formaban el círculo místico.
- Hemos vencido, amigos míos -dijo el doctor Extraño-.
El mal ha sido derrotado de nuevo, y el Universo queda a salvo... hasta
la próxima vez.
En ese momento, Avatar entreabrió los ojos, y
musitó una sola palabra:
- Estela...
- ¿Qué ha dicho? -preguntó Talismán.
- ¿Dovela? -dijo Amanda Sefton.
- ¿Una vela? -apuntó el Hermano Vudú.
- ¿Rodela? -sugirió Topaz.
- ¿De tela? -aventuró Mujer Sombra.
- ¿Gabela? -intervino Shaman.
- ¿Parcela? -propuso el aborigen australiano conocido
como Guardia del Sueño.
- Ha dicho Estela -afirmó el Motorista
Fantasma.
- ¿Estela? -dijo el doctor Extraño-. ¿Estela
Plateada? ¿Dónde estará ahora?
"Si me permite, doctor" resonó la voz de
Nate Grey en la mente de Stephen Strange, "creo que puedo aventurarlo.
O mucho me equivoco, o debería estar cerca de Titán. Un sujeto
con capa llamado Quasar andaba reclutando científicos y héroes
con poderes energéticos para llevarles allí".
- ¿Titán? -se preguntó el doctor-.
¿La luna de SATURNO? ¿Cómo vamos a llevarla allí
a tiempo? Nuestras energías místicas están demasiado
exhaustas como para trasladarnos tan lejos en tan poco tiempo.
- Creo, doctor -dijo Guardia del Sueño-, que podría
ayudarle en eso. Si me permite... -. El místico australiano se concentró,
y a través de la misteriosa dimensión conocida como Tiempo
del Sueño entró en contacto con Pórtico, el aborigen
teleportador. A los pocos instantes, un portal se abría en medio
de la sala. Por él pasó sólo el doctor Extraño,
llevando a Avatar en sus brazos. Apareció en un risco situado en
mitad del desierto, con un pueblo en ruinas a sus pies. Ante él
sólo vio a un anciano aborigen, que hacía girar una bramadera
más y más rápido. Un nuevo portal se abrió,
y el doctor lo atravesó. Apareció entonces en mitad de la
plaza central de Titán.
- ¿Hola? -dijo-. ¿Sabe alguien dónde
está Estela Plateada?
Órbita de Titán.
Thanos y el Intermediario daban y recibían golpes
sin dar ni perder cuartel. Sin embargo, parecía que el titán
loco había mordido aquella vez más de lo que podía
tragar. En un combate físico, no era rival para una entidad cósmica
como su rival, ni siquiera con la ayuda de la tecnología que le
había encogido a proporciones humanas.
Poco a poco, el Intermediario fue haciendo retroceder
a Thanos. Con un golpe final, se deshizo de él, dejándole
inconsciente. Pero la lucha se había cobrado su precio. Apenas le
quedaban fuerzas. Jadeando se volvió hacia los héroes.
- Ahora, vosotros... luego, esa luna... después...
¡el Universo!
De repente, un portal cuántico se abrió
en mitad del espacio. Por él apareció Quasar.
- Perdona, Intermediario -dijo con sorna-, pero creo
que aquí hay alguien que desea hablar contigo...
- ¿¡¿Qué?!? ¡No! ¡No
ahora, cuando estaba tan cerca...! -y desapareció.
Tras Quasar, apareció la figura de...
- ¡Galactus! -dijo Kismet, abalanzándose
sobre Quasar y dándole un largo beso-. Entonces... ¡hemos
triunfado!
- Bueno, sí -dijo Quasar, completamente colorado-.
Creo que puede decirse así.
EPÍLOGO I
Minutos después...
- Bien, heraldos -dijo Galactus-, es hora de partir.
- ¿Y tú no vienes, Estela? -preguntó
Nova con un hilo de esperanza en la voz.
- No, Nova. Dejé de estar al servicio de Galactus
hace ya mucho tiempo. Mi destino es vagar por el Universo... siempre solo.
Sin decir una palabra más, Galactus dio media
vuelta y comenzó a alejarse. Nova y el Señor del Fuego le
siguieron en silencio.
- Bueno -dijo Thanos, señalando a Sota de Corazones-,
¿y a ése que la pasa?
- El fluido que le da sus poderes está desapareciendo.
Se muere -dijo Ganímedes, que había llegado desde Titán
en cuanto notó la desaparición de Jack, temiendo lo que encontraría.
- ¿Sólo eso? Parece fácil de arreglar...
- ¿Fácil dices? -gritó la célibe,
crispada-. Has de saber que ni tu padre ni I.S.A.A.C. han sido capaces
de encontrar un remedio.
- No me extraña. Deja que me lo lleve, y yo hallaré
la cura.
- Pero...
- Sé que no te fías de mí, pero
¿qué tienes que perder? -dijo Thanos, sarcástico.
Mientras, en la Tierra, los seres místicos se estaban
separando. En la calle, el Motorista Fantasma movió la cabeza, extrañado.
Había creído oir una voz... Antes de poder preguntar a alguien
si había oído algo, desapareció (17).
EPÍLOGO II
Horas después...
La Guardia Imperial y la Fuerza Estelar ya habían
partido de regreso a Chandilar y Hala. El cuerpo de Novas también
se había marchado. Asimismo, los héroes terrestres también
habían embarcado en el Halcón Silencioso de regreso
a la Tierra (llevándose con ellos a Susan Sherman, de paso). En
Titán, por lo tanto, sólo quedaban los Eternos, Estela Plateada,
Drax, Gamora, Binaria, Quasar, Bill Rayos Beta Capitán Marvel y
Ganímedes. Kismet se encontraba en la enfermería de Titán,
reponiéndose de las heridas recibidas. Fue pues una comitiva reducida
la que acompañó a Avatar al lugar en que descansaría
su cuerpo.
- Bueno, Estela -dijo Adam Warlock-, ninguno de nosotros
la conocimos demasiado. Creo que si alguien ha de decir algo, deberías
ser tú.
- ¿Yo? Bien. Incluso antes de convertirse en Avatar,
Alaisa Ruantha Pethnan ya era un ser de contradicciones, dominada por los
sentimientos. Si adquirió sus poderes, fue con fines exclusivamente
egoístas, sólo para su propio beneficio. Sin embargo, sus
actos finales la han redimido. Con su sacrificio sin par aseguró
la pervivencia del Universo. Por tanto, creo que es apropiado que descanse
aquí, en Leda, en el santuario de una orden que fue creada para
proteger el Universo. ¿No es así, Ganímedes?
- Errr... sí, Estela -dijo, algo distraída,
la célibe-, en efecto.
- Descansa, pues -concluyó Estela, dirigiéndose
al cuerpo exánime de Avatar y depositando un beso sobre sus labios-.
Tu sacrificio no será olvidado mientras el Universo perdure.
Una vez salieron del templo, Mentor se apartó
unos pasos con Ganímedes:
- ¿Qué piensas hacer ahora, hija mía?
- Sin Jack, ya no hay nada que me ate a Titán.
Voy a marcharme, a ver si descubro algún sentido a mi existencia.
Tiene que haber alguna razón para que yo despertara...
Mientras, en la tierra de nadie que existe entre los reinos
infernales, se produjo un encuentro a tres bandas.
- Acabemos con esto pronto.
- Tranquilo, Belial -dijo Corazón Negro-. A ninguno
nos hace ninguna gracia estar aquí.
- Tranquilos los dos -dijo Daimon Hellstorm-.
El hecho es que, finalmente, el demonio D'spayre ha sido derrotado.
- Sí. Desde luego. Eso era lo único
importante -dijo Corazón Negro.
- Claaaaro, tío -dijo Belial-. Un obstáculo
menos en tu ascenso hacia el poder, ¿verdad?
- ¿Qué quieres decir?
- Pues está bastante claro, colega. Fue
muy oportuno que se te ocurriera que implantáramos subliminalmente
en la mente del Espíritu de la Venganza la compulsión de
visitar al hechicero humano. Demasiado oportuno.
- ¿Colega? ¿A quién llamas colega?
¿De alguien como tú?
- Eso quisieras, amuermado.
- Pasota.
Mientras, harto de la actitud de sus brevemente aliados,
Hellstorm ya había regresado a sus propios dominios.
EPÍLOGO III
Días después (medidos según los criterios
terrestres)...
En la Dimensión de las Manifestaciones, el Intermediario
se materializó.
- ¡Malditos sean! ¡Malditos sean todos! ¡Pero
me vengaré! ¡Me las pagarán, todos y cada uno de ellos!
- Intermediario, has sido convocado ante el Tribunal
Viviente -dijo una voz a su espalda. Intermediario se volvió, y
vio ante él a Lord Caos y el Señor Orden-. Has de responder
por tus actos.
- Pero mis señores... -dijo el Intermediario,
adoptando un tono servil en un intento por evitar el previsible castigo-,
os aseguro que yo... es decir... -titubeó, sin saber demasiado bien
qué decir que salvara su cuello y fuera plausible al mismo tiempo.
- Calla, Intermediario -dijo el Tribunal Viviente, apareciendo
ante él-. La gravedad de tus actos no tiene parangón posible
con nada que haya sucedido desde el principio de los tiempos. Tu intento
consciente y deliberado de acabar con el Universo es un delito de magnitud
cósmica. Por ello, la consecuencia de tus actos será proporcional
a tu falta. Intermediario -dijo el Tribunal, haciendo una pausa-, sufrirás
el mismo destino que perseguías para el Universo.
- ¿Qué quieres decir? -preguntó
el Intermediario, previendo lo que le iba a ocurrir.
- Demasiado bien lo sabes. Querías hacer desaparecer
el Universo. Sea ese, pues, tu destino. Te condeno a desaparecer. Serás
borrado de la existencia. Dejarás de existir.
- ¡Me las pagarás! -gritó el Intermediario,
ya completamente enajenado-. ¿Me oyes? ¡Sufrirás, como
yo voy a sufrir!
- Espero que no sea así, Intermediario. Ni siquiera
yo tengo poder para hacerte desaparecer para siempre, así que regresarás
en una nueva encarnación, sin recuerdos de la presente. Por ello,
espero que en esa próxima encarnación muestres más
juicio y prudencia que el que has tenido hasta ahora.
- ... -intentó gritar el Intermediario, antes
de desaparecer. Pero no pudo. En un instante, se había desvanecido.
- Ha terminado -dijo el Tribunal Viviente.
(1) En Estela Plateada
volumen III # 18.
(2) En la miniserie
La búsqueda de Thanos.
(3) Galactus es la forma
evolucionada de Galen, único superviviente del Universo anterior
al nuestro, tal como se contó por primera vez (de forma completa)
en Super Villain Classics # 1.
(4) No, no el de Shooter
;-{Þ}
(5) En el ya clásico
Los Cuatro Fantásticos # 400.
(6) Shaman se refiere
a la Reina de los Sueños. Esta demonio es hija de Pesadilla, y éste
y D'spayre se han referido el uno al otro como primos. Alpha Flight
se enfrentó a la Reina de los Sueños en dos ocasiones, en
los números 58-60 y 67-70 de su colección. De hecho, fue
la responsable de que Elizabeth Twoyoungmen volviera a ser Talismán.
(7) Dichas entidades
requirieron el apoyo del doctor Extraño en un enfrentamiento que
duraría milenios. Al negarse, le retiraron su favor. Ver Doctor
Extraño vol. III # 49.
(8) Porque, como todo
el mundo debería saber, en el espacio nadie puede oír
tus gritos... excepto si posees algún tipo de poder, como quedó
claro en Las Guerras Troyanas (El Increíble Hulk #
413-416).
(9) Matt lleva paralizado
de cintura para abajo desde Daredevil # 361.
(10) Leer Falta
de Esperanza # 4, en El Poderoso Thor # 510, para saber por
qué.
(11) Leer Quasar
# 69 para saber de qué hablamos (¿veis? No es imprescindible,
pero viene bien haberlo leído).
(12) En Quasar
# 28-29.
(13) EL Fluido Cero
está perdiendo su efecto, y Sota de Corazones se está debilitando
progresivamente. Ver números 9 y # de Poderes Cósmicos.
(14) Ver nota 2.
(15) Ver nota 7.
(16) ¡JA! Seguro
que ya pensabais que íbamos a terminar la saga sin cargarnos a alguien.
Pues como decía Super Ratón, no se vayan todavía,
que aún hay más.
(17) Para saber dónde,
sigue la serie Motorista Fantasma, ya en Marveltopía.
Y ahora, por iniciativa de uno de los autores de la saga
(no, no yo) y aplauso unánime del otro (ESE sí soy yo), Todo
lo que siempre quiso saber sobre Emociones Primarias y nunca se
atrevió a preguntar. O, dicho de otra manera, Cómo
hacer una saga cósmica con consecuencias (y con crossovers, oiga).
P es Peter, y B es Bergil (o sea, yo).
P: Para celebrar el segundo aniversario de la
serie, y el espectacular nº 25, he pensado que seria interesante contar
toda la historia y los cambios que ha tenido la saga desde su concepción
hasta el momento. Esperamos no aburrir a nadie. :)
B: ¿Bromeas? Si han llegado hasta aquí,
es que son capaces de resistir lo que les echemos, así que empieza
de una vez.
P: La historia empezó hace casi dos años,
cuando...
B: Bueno, tengo que decir que yo me incorporé
a MarvelTopía sobre la marcha. Por aquella época,
tenía fastidiado el disco duro y el ordenador en el taller, así
que cuando volví a conectarme y recibí los mensajes de la
ML Cómics me quedé muy sorprendido con todo aquello.
P: Decía que cuando tú, que estabas
empezando tu fantástica serie, Poderes Cósmicos...
B: ¿Sabes? Nunca ha acabado de quedarme
claro si lo de fantástica se refiere a la temática
de la serie o a la calidad de los guiones...
P: ¿Pero quieres dejar de interrumpirme?
Presentaste tus planes de futuro.
B: Sí, en cuanto pude dejar de ocuparme
de los planes de presente. ¡Si hubierais visto la cantidad de veces
que hube de rehacer los primeros números de la serie! En vez de
celebrar el número 25, estaríamos celebrando el 50... o casi
;-{0}
P: Entre los planes, el mas polémico fue
resucitar a Nova hacia el final del primer año de la serie. Pero
la cosa no acababa ahí, también querías recuperar
a Galactus, perdido en otra dimensión desde hacía algún
tiempo.
B: Sí, no me gustó nada cómo
habían ocurrido ambas desapariciones, y quería remediarlo.
P: Tras mucho insistir, ambas ideas fueron aceptadas.
La saga "La Guerra de los Heraldos II" se planificó prácticamente
tal y cómo se vio finalmente...
B: ... excepto por el detalle de que, en principio,
Galactus iba a tener un papel mucho más determinante en el desenlace
de los acontecimientos, luchando mano a mano con el Extraño y todo
eso. Pero luego se me ocurrió lo de meter un viaje a los mundos
infernales, y la cosa quedó como quedó (todo sea dicho, es
uno de mis números favoritos de la serie). Hay que señalar
que la idea de crear una segunda generación de dirigentes
infernales fue cosa de Peter, apoyándose en los casos ya conocidos
de Corazón Negro y Hellstorm. El crear a Belial y darle ese temperamento
de pasota modelno fue cosa mía. ¡De milagro no le pongo
escuchando rap con un walkman!
P: A la vez acordamos que eso serviría
como prologo a una futura saga que desembocaría en el nº 25,
en la que Galactus tendría que ser rescatado por un contingente
de héroes, formado por todos los héroes cósmicos que
pudiéramos reunir. Je, que poco sabíamos.
B: Dímelo a mí...
P: Pasó el tiempo, y hace menos de un año
empezaste a hacer planes para la saga. Para empezar, había que buscar
una amenaza, ya que aunque estaba claro que el rescate de Galactus iba
a ser una carrera contra reloj, ese no podía ser todo el peligro.
Partiendo del Juicio de Galactus, dedujimos que...
P: ¿Dedujimos? ¡Deduje!
P: ...que se produjo un desequilibrio cósmico
causado por la desaparición de Galactus. Y para preparar el terreno,
Bergil fue añadiendo pistas de ello a partir del nº 13. Pero
entonces pensamos...
B: ¿Pensamos? ¡Pensaste!
P: ...pensé: ¿No va demasiado deprisa
el deterioro? Así que, juntamos ambas necesidades (una explicación
para esto, y la necesidad de un villano cósmico) y tras pensar un
poco, tuvimos a nuestro villano: el Intermediario. Tenia motivos, tenia
poder, y resultaba efectivo. Nos lo quedamos.
B: ¡Adjudicado!
P: Por otro lado, mientras pensaba esto, Bergil
estaba escribiendo el nº 16 de Poderes Cósmicos, en
el que aparecía Avatar. Y pensando en su origen, vio la posibilidad
de hace una buena historia acerca del conflicto para el que fue creada:
Emociones Primarias.
B: Sí, es que eso de los cabos sueltos
resulta la mar de molesto...
P: La idea original sería una miniserie
de unos cuatro episodios (aunque otros formatos fueron propuestos B:
por ejemplo, un One-Shot, o una novela gráfica... aunque
sería la primera novela gráfica ¡sin dibujos! ;-{Þ}
Ya me callo, ya me callo...) en la que Avatar tenia que librar una guerra
relacionada con los seres cósmicos y las emociones.
B: Sí, tenía (y todavía tengo,
pero ¡a ver de dónde saco el tiempo!) ganas de tocar algo
el lado místico del Universo Marvel...Tópico.
P: Tras varias propuestas, decidimos que el villano
perfecto seria Desesperación (o D'Spayre, como queráis).
Bien, solo quedaría elegir fecha de comienzo, y que Bergil comenzara
a escribir.
B: Lo que, por aquel entonces, era un verdadero
problema, creedme. Por varias razones: era verano, y estaba fuera de mi
residencia habitual. O, en dos palabras: sin ordenador.
P: Y mientras empezábamos a confeccionar
la lista de personajes necesarios para la saga del nº 25, surgió
la idea: "¿Y si juntamos El retorno de Galactus con Emociones
Primarias?". Así la saga seria mas grande, mas espectacular,
y serviría para juntar los lados místico y cósmico
de Marvel... Topía. Sin pensarlo dos veces, aceptamos, y empezamos
a preparar la saga.
B: Eso, con tiempo...
P: Lo primero eran los personajes: teníamos
claros los villanos, y también a toda la plantilla habitual de Poderes
Cósmicos, Thanos, Quasar y Estela Plateada incluidos.
B: Sí, con Quasar y Estela Plateada me
saqué dos espinas, porque había querido meterles, respectivamente,
en la saga del Extraño (Poderes Cósmicos # 1-5) y
en la de los Heraldos (Poderes Cósmicos # 10-12), pero por
problemas de continuidad no pude hacerlo en ninguna de las dos. Lo de meter
a Thanos fue, básicamente, cosa tuya.
P: También necesitaríamos otros
héroes terrestres, tanto científicos (como Mr. Fantástico)
como energéticos. Para la amenaza mística habría que
reclutar a telépatas y hechiceros. Fuimos haciendo una lista con
todos los que podríamos usar, si estarían disponibles, y
su papel. Y teníamos el final, la derrota de los villanos y el retorno
de Galactus. Durante los siguientes meses, poco a poco, fuimos pensando
los demás detalles. Pensamos en las repercusiones que podría
traer el rescatar a Galactus, en como reaccionarían otras razas.
Así surgió el argumento de la parte central de la saga, la
lucha contra los alienígenas. Originalmente, tendría que
haber sido una invasión conjunta de los Shi'ar, los Skrull y otros
mundos. El pueblo habría presionado a Lilandra y a los líderes
skrull. No habrían sido solo superseres, sino también una
flota entera amenazando a Titán y a la Tierra, aunque el enfrentamiento
con los superseres habría sido lo mas importante. La Guardia Imperial,
el Cuerpo de Novas y el Superskrull estuvieron desde un principio, aunque
este ultimo cambió de bando primero, y de identidad después
(logrando usar por fin a uno de mis héroes poco conocidos, el Capitán
Héroe, en una historia; al final he podido meter más). La
idea de la flota fue desechada más tarde... o cambiada, en cierto
modo. También pensamos en el final, con Avatar salvando el día
(al fin y al cabo, era su historia), y con el Intermediario siendo destruido,
tal y como se ha visto. Tras tanto preparativo, también se acordó
que la participación de un servidor excedía en mucho la ayuda
normal del editor, y se me incorporó como coargumentista.
B: Sí, ya habíamos trabajado juntos
en Quasar # 61 (y volveremos a hacerlo, si todo va bien, a partir
del nº 63), y nos compenetrábamos bien. Podríamos decir
que, en un encuentro cara a cara, discutimos la línea general de
la saga. Luego, yo mandé un plot no muy detallado, resumiendo las
conversaciones. Tú me contestaste número a número,
enviando un plot bastante detallado, con todas las escenas que debería
haber. Y yo hice los números, cambiando lo que se me iba ocurriendo
(lo que te hacía disfrutar como lector y sufrir como escritor de
los crossovers) y añadiendo esas cosas de última hora del
tipo "¡Ey, podríamos meter al Hombre de Paja!", o "¡Que
me dejo a Pantera Negra, que me dejo a Pantera Negra!". O, sobre todo,
el mayor problema que de hecho planteó esta saga: "¿Qué
hacemos con Hipertormenta?". Pero eso es adelantar acontecimientos,
así que sigue.
P: Meses después, el argumento ya estaba
bastante bien planeado, y se acercaba la fecha de empezar. (Poderes
Cósmicos ya iba por el nº 19) Pero aun había que
pensar algunas cosas externas. Primero, la saga originalmente iba a ocupar
cinco números, pero se pensó que sería demasiado,
y tal y cómo iban los argumentos de la serie hasta ahora, seria
mejor pasarlo a tres números, del nº 23 al nº 25 (ya que
la historia del anual iba a ser presentada originalmente en los nº
21-22).
B: Además, una de las quejas casi constantes
de los editores (sobre todo, de Peter) es que en mis números pasan
pocas cosas. Así, comprimiéndolo en sólo tres
números, parecería que pasaban más cosas (habéis
picado, ¿verdad?).
P: Pero tres números parecía demasiado
poco para tanta saga, así que pensamos que la historia de Quasar
y el Capitán Marvel estaría bien en un anual, tras Emociones
Primarias. Finalmente, quedamos en cuatro números, el termino medio,
y Bergil preparo rápidamente el nº 21.
B: ¡Y no fue fácil! Me acuerdo bien.
Mi ordenador estaba con una transferencia de ficheros del carajo, y luego
tenían que utilizarlo mis hermanos para un trabajo, así que
un amigo me prestó su portátil y escribí ese número
mientras merendaba en la cocina, un Viernes por la tarde antes de salir
del viaje el fin de semana.
P: Segundo, debido al importante argumento, y
a la cantidad de personajes implicados, estaba claro que Emociones Primarias
podría ser usado como un pequeño crossover. Hubo en proyecto
un crossover con Estela Plateada, pero se quedo en nada debido a
la desaparición de Anjuin. Y ya que estaba yo implicado, y se me
fueron ocurriendo varias ideas, pensé que podría hacer un
crossover con Quasar. Al fin y al cabo, Quasar había participado
en todos los cruces cósmicos. Había un problema que solventar,
el de la continuidad de la serie, pero los editores me dejaron hacer el
salto numérico ;).
B: No le hagáis caso, es que el pobre tiene
problemas de personalidad múltiple... ;-{Þ} Además,
hubo que contactar con los autores de las series de X-Man, X-Factor,
Alpha Flight e Iron Man, ya que íbamos a usar personajes
suyos en la saga (desde aquí les doy las gracias, porque me permitieron
usar a sus personajes sin ningún problema, y os recomiendo que las
leais, porque son francamente buenas). Con las series de los demás
personajes no hubo problemas, ya que las llevan los editores (o yo), y
nos mantenemos bastante en contacto.
P: En él, quería presentar los acontecimientos
desde el punto de vista de Quasar, ademas del repaso a las distintas sagas,
y mostrar algo de la interacción entre los personajes usados. Pero
conforme fui escribiendo, pensé en mas y mas escenas, y el numero
acabo desdoblándose en dos.
B: Más o menos, lo mismito que me pasa
a mí... A propósito, existe una pequeña contradición
(o lapsus argumental) en los hechos narrados en la primera mitad de la
saga. A ver si lo descubrís... Pero sólo podréis saberlo
leyendo los ejemplares que se distribuyen por e-milio, porque en la versión
que se coloque en Internet estará solventada...
P: Igualmente, la saga principal también
fue modificándose sobre la marcha, como suele pasar con la mayoría
de series. Sobre todo hacia el final, algunas cosas como la baja de este
número no fueron pensadas hasta última hora (señalar
que no ha sido una muerte gratuita para que la saga parezca más
importante, sino un final lógico para el personaje, morir a manos
de su archienemigo en lo que podía ser su mayor victoria).
B: Eso, eso, la saga ya es bastante importante
de por sí... Tengo que decir que me sorprendió bastante lo
de matar al (ahora) difunto. Con lo que me cuesta que acepten lo de resucitar
o matar a alguien... (si supierais todas las propuestas que he hecho en
mis otras series, Daredevil y Thor). Pero claro, el editor
es el que manda, y...
P: ...y así ha salido. Ha sido un año
de preparativos, y estamos orgullosos del resultado. Esperamos que os haya
gustado, nosotros nos hemos divertido haciéndolo (aunque el final
ha sido un tanto frenético). ¡Os esperamos cada mes en Poderes
Cósmicos y Quasar!
B: ¡Y ya veréis lo que tenemos preparado
para el 50 de Poderes Cósmicos!
P: ¡Oh, cállate ya!
En nuestro próximo número: ¿Cómo
quedan las cosas después de esta saga trascendente? Averiguadlo
en Poderes Cósmicos # 26, en la red en el mes de Junio.
Pero antes, leed el Anual Quasar/Poderes Cósmicos,
dentro de poco en MarvelTopía.
Un saludo y no dejéis de leernos, y escribid a
Autopista
hacia el espacio - Correo de los lectores (bergil@altavista.net) con
cualquier duda o comentario que os surjan. Que no muerdo, caramba, y es
muy agradable recibir e-milios (incluso aunque sean críticos).