PODERES COSMICOS VOL. 2 #22
Emociones Primarias (1 de 4) - La calma antes de la tormenta
Guión:
Bergil y Doctor Cómic
Portada: Dibujada por Ángel Medina. La sala de I.S.A.A.C. en Titán. Los héroes que intervienen en este episodio miran la pantalla, mientras la sombra de una cabeza gigantesca se proyecta sobre ellos. Debajo del título, un subtítulo que dice Emociones Primarias # I.
PRÓLOGO I - Hace varios meses... (1)
En la dimensión de las manifestaciones, lo que
los terrestres llamarían un encuentro en la cumbre estaba
teniendo lugar.
- Entonces, estamos de acuerdo. Trabajaremos juntos para
destruir el Universo.
- Sí. ¡Imagina el éxtasis que alcanzaré...
mos! ¡Tanta angustia, tanta zozobra!
- Eso es cosa tuya. A mí sólo me preocupa
que este Universo desaparezca de una maldita vez.
- Eso depende en parte de tí. Eres tú el
que puede influir en el equilibrio y hacer que se desplace.
- Sí, pero de tí depende el que estén
demasiado preocupados como para encontrar un medio de oponérsenos.
- No me digas lo que he de hacer. Sé perfectamente
cuál es mi parte en este asunto.
- Muy bien, pues. Pongamos manos a la obra entonces.
Ambos interlocutores se separaron. Pero sus pensamientos
eran sorprendentemente parecidos.
"¡Estúpido! ¿Cree de veras que
va a sobrevivir? Sólo el que se encuentre en el ojo del huracán
podrá ver el alba de un nuevo Universo".
"¡Imbécil! Tu angustia será la
que saborearé con más delectación".
PRÓLOGO II - Hace varias semanas...
Avatar apareció en un lugar situado fuera del tiempo
y el espacio (2).
Ante ella se encontraba una bella mujer de cabello rubio, vestida con una
túnica de color rosa.
- ¡Amor! ¿Qué hago aquí? De
hecho... ¿dónde es aquí?
- Te encuentras en la Dimensión de las Manifestaciones,
mi Avatar. Te he convocado.
- ¿Para qué? ¿Qué es tan
importante que haga que me arranques de lo que estaba haciendo?
- La confrontación para la que fuiste creada (3)
y en espera de la cual te concedí tus poderes ha llegado. Está
a punto de iniciarse un conflicto que pondrá en el fiel de la balanza
el destino del Universo, y tú habrás de jugar un papel importante
en la batalla que se aproxima.
Por una vez, Avatar no respondió. Estaba demasiado
sorprendida.
PRÓLOGO III - Hace varios días...
El Tribunal Viviente abrió la boca del rostro que
miraba al frente y pronunció dos únicas palabras:
- Ha comenzado.
FIN DE LOS PRÓLOGOS.
Hoy...
Reed Richards estaba trabajando en uno de los laboratorios
de la Torre de las Cuatro Libertades.
- Veamos... hummmm... si el flujo de energía tiene
lugar en una matriz tetradimensional, y redirigimos la corriente de gluones
en sentido inverso, eso debería... con lo que, por otra parte...
y, si además, tenemos en cuenta el principio de Heisemberg, eso
nos permitiría... ¡ajá, claro! ¡No sé
cómo no lo he visto antes!
- Disculpe, doctor Richards -sonó por el comunicador.
Pero Reed estaba tan concentrado que no se dio cuenta y siguió con
lo que estaba haciendo.
- ¿Doctor Richards? ¿Sigue en el laboratorio?
-repitió, un poco más alto. Reed, erre que erre, seguía
a lo suyo.
- ¡¡DOCTOR RICHARDS!! -dijo finalmente la
voz, al límite del grito.
- ¿Eh? ¿Qué? -preguntó Reed,
percatándose al fin de que le estaban llamando-. ¿Qué
es lo que pasa, Roberta?
- Perdone que le interrumpa, doctor Richards, pero hay
alguien aquí que desea verle.
- ¿De quién se trata, Roberta? ¿Es
importante? Porque estoy en medio de un experimento, y...
- Se trata de alguien que dice llamarse Quasar,
doctor Richards. Y sí, ha dicho que se trata de algo importante.
De hecho, la palabra que ha empleado es vital.
- ¿Quasar? Voy para allá -dijo Reed, quitándose
los guantes protectores y caminando a la zona de recepción-. Buenos
días, Quasar -dijo, estrechando la mano de Wendell cuando estuvo
frente a él-. ¿Qué es eso tan importante que te trae
por la Torre de las Cuatro Libertades? (4)
- Bueno, doctor, verá... -balbuceó Quasar,
un poco azorado por la familiaridad con la que le trataba el famoso Mr.
Fantástico.
- No nos veíamos desde... ¿cuándo?
¿La lucha contra Supernova (5)?
- Bueno, de hecho nos hemos visto otras veces, como cuando
La Presencia y Luz Estelar atacaron este edificio (6),
pero....
- En efecto, en efecto -asintió Reed-. Bueno,
nos estamos apartando del tema... De hecho, el tema aún no ha salido...
¿Qué es lo que querías?
- Bien... creo que hay alguien que podría explicárselo
mejor que yo, señor.
- Bueno, ¿y dónde está? -preguntó
Reed, mirando a un lado y a otro.
- Err... no se encuentra aquí, señor. De
hecho, no está en la Tierra...
- Bueno, si hemos de viajar al espacio, es mejor que
llame a Ben para que pilote el Halcón Silencioso.
- No será necesario molestar al señor Grimm,
señor. Yo puedo llevarle más rápidamente a nuestro
destino.
- Bueno, ¿y a qué estamos esperando?
- Ah, err... tendríamos que salir al aire libre,
para que pueda despegar.
- Bien vamos pues. ¿Azotea o calle?
- La azotea se encuentra más cerca, ¿no,
señor?
- Azotea, pues. Roberta -dijo, dirigiéndose a
la recepcionista robótica-, si mi mujer pregunta por mí,
dígale que he salido y que no sési volveré a tiempo
para la cena.
- Muy bien, doctor Richards -respondió Roberta.
Una vez en la azotea, Quasar envolvió a Mr. Fantástico
en un capullo de energía cuántica y despegó. Una vez
en las capas exteriores de la atmósfera, efectuó un salto
cuántico que les llevó a...
- ¡Titán! -exclamó Mr. Fantástico-.
Reconocería esta arquitectura en cualquier sitio (7).
Ha sido un salto hiperespacial, ¿no, Quasar? De algún modo,
tus bandas te dan acceso a un espacio tetra o polidimensional que te permite
desplazamientos en las tres dimensiones espaciales sin que la dimensión
temporal se vea afectada significativamente, por lo que... Claro, y entonces...
- Disculpe, señor -dijo Quasar-. ¿Podemos
centrarnos en lo que nos ha traído a Titán? -. Wendell estaba
asombrado: incluso en las situaciones más inesperadas, la inquisitiva
mente de Reed Richards no paraba de analizar lo que ocurría a su
alrededor.
- Sí, claro, disculpa. ¿De qué se
trata?
- Si me sigue -dijo Wendell, encaminándose a la
sala de la pantalla principal de I.S.A.A.C.-, creo que hay alguien que
puede explicárselo mejor que yo.
En la sala encontraron a Mentor, acompañado de
Lyja, Binaria y Nova (8).
- ¡Lyja! -exclamó, sorprendido, Reed-. Y
¿Nova? Pero ¿qué es lo que está ocurriendo?
- Es una larga historia, Reed -repuso Lyja-. Pero creo
que I.S.A.A.C. te lo explicará todo... o, al menos, todo lo que
sabemos.
- Adelante, I.S.A.A.C. -dijo Mentor.
- Muy bien -dijo la computadora planetaria-. Estos son
los hechos. Desde hace algún tiempo, se están produciendo
fenómenos inusuales en el Universo: púlsares que se desintegran,
estrellas de neutrones que se transforman repentinamente en hipernovas,
estrellas que se apagan súbitamente, planetas que entran en una
espiral de actividad volcánica.... Si estos fenómenos hubieran
tenido lugar aisladamente, o si sólo hubieran coincidido algunas
de ellas, serían fenómenos infrecuentes, pero nada más.
Lo realmente excepcional es su coincidencia en un muy escaso lapso de tiempo.
Es esto lo que excluye el que se deban a la evolución natural del
Universo. Hay un factor añadido que lo ha provocado.
- Y ese factor no puede ser otro que... -dijo Reed.
- ... la desaparición de Galactus -dijo Nova,
completando la frase.
- En efecto -intervino Mentor-, la desaparición
del Devorador de Mundos podría explicar, al menos en parte, esta
emergencia desacostumbrada de fenómenos extraños. Sin embargo...
- Sin embargo -dijo Reed-, la desaparición de
un elemento esencial del Universo podría causar el derrumbe del
mismo. Pero no en tan poco tiempo. Estas cosas necesitan un cierto plazo,
y Galactus desapareció hace ¿cuánto? ¿Seis
meses?
- En períodos de tiempo terrestres, seis meses,
veintidós días, dieciocho horas y algunos minutos
(9),
para ser exactos -precisó I.S.A.A.C.-, si es que los datos que me
han suministrado son correctos.
- De acuerdo. Es un período muy escaso como para
que las cosas se descontrolen de esa manera. Ha de haber otro factor -dijo
Mentor.
- En cualquier caso -dijo Reed Richards-, eso es algo
que afrontaremos en su momento. La cosa parece estar clara: hemos de traer
de vuelta a Galactus.
- ¡Wow! -silbó, sorprendido, Quasar.
En su sancta sanctórum, Stephen Extraño
flotaba a un metro del suelo, sentado en la postura del loto. Con sus ojos
cerrados, respiraba acompasadamente mientras su forma astral exploraba
las dimensiones más próximas a la tierra en busca de posibles
amenazas. Repentinamente, se detuvo. Estaba cerca de la dimensión
de los sueños, el reino de Pesadilla.
"¿Qué es esto?", pensó. "Hay
una anormal concentración de energía mística en las
proximidades. Nunca había sentido nada parecido. ¿A qué
podrá deberse?".
Desplazando el ojo de Agamotto hasta su frente, el doctor
Extraño comenzó a rastrear la energía para detectar
su fuente.
"Vaya vaya", pensó al descubrirla. "Proviene
de la dimensión de las manifestaciones. Algo importante se está
preparando ahí dentro. ¿Qué podrá ser?"
Regresando a su cuerpo, Extraño abrió los
ojos y desenlazó las piernas para posarse suavemente en el suelo.
En ese momento entró en la habitación Wong, llevando una
bandeja en la que descansaba una humeante tetera.
- ¿Sucede algo? -preguntó, observando el
rostro preocupado del doctor.
- No estoy seguro, Wong. Algo raro está ocurriendo,
pero no puedo precisar de qué se trata. Sin embargo, mi intuición...
- ¿Sí?
- ...mi intuición me dice que no se trata de nada
bueno. Habrá que estar muy en guardia. Esto me da mala espina. Muy
mala.
- ¿Me vas a explicar de qué se trata toda
esa amenaza para la que me diste tus dones o no? -preguntó por enésima
vez Avatar.
Ante ella, Amor exhaló un suspiro de resignación
y asintió.
- Sí, te lo explicaré. Verás, desde
el comienzo de los tiempos, el Universo se encuentra en equilibrio; un
equilibrio dinámico, pero equilibrio al fin y al cabo.
- ¿Qué quieres decir?
- Quiero decir que cada fuerza, cada ser, cada cosa,
tiene su opuesto, su compensación. Así, caos y orden se contraponen
y equilibran mutuamente, sin que ninguno llegue a prevalecer sobre el otro.
Lo mismo ocurre con la vida y la muerte, la acción y la reacción,
la guerra y la paz, ...
- ...y el amor y el odio -dijo Avatar, terminando la
frase.
- Exacto, y el amor y el odio. En todos los casos que
te he mencionado, los dos polos opuestos se encuentran en una suerte de
conflicto, consiguiendo alternativamente lo que en términos que
puedas comprender podríamos denominar victorias y derrotas. Pero
desde hace algún tiempo, una de las dualidades se encuentra en desequilibrio.
El odio ha ido perdiendo gradualmente terreno, y sus peones son derrotados
cada vez con mayor facilidad.
- ¿Por ejemplo?
- ¿Por ejemplo? Verás, en el planeta llamado
Tierra por sus habitantes apareció hace algunos meses una entidad
llamada Onslaught. Se trataba de un ser nacido a partir de los peores elementos
de dos de sus habitantes más poderosos. Pues bien, ese ser estuvo
a punto de devastar el planeta y, quizá, todo el Universo, de haber
triunfado en su empeño. Ese Onslaught era una creación de
puro odio, de venganza fiera y desatada. Los héroes de ese planeta
hubieron de unirse para hacerle frente y detenerle. En condiciones normales,
el poder combinado de esos héroes apenas habría bastado para
equilibrar el de Onslaught, y se habría requerido el sacrificio
de muchos de ellos para detenerle. Sin embargo, Onslaught fue detenido
a un coste relativamente reducido (10).
Sólo tres personas cayeron antes de que el enemigo fuera destruido.
- ¿Y? No acabo de entenderte...
- Pues que, aunque fue Odio el que inició todo,
parece que luego se hubiera retirado, como si no le importara el resultado
final, como si supiera que iba a perder. Es casi como si hubiera desistido
de la eterna pugna que sostiene conmigo.
- ¿Y cuál es el problema? Si él
se retira, ¡tú ganas! Fin de la partida, ¿no?
- ¿Es que no has escuchado nada de lo que te he
explicado? No es sólo el fin de la partida. Si un desequilibrio
de semejante magnitud se produjera, sería el fin de todo.
- ¿Quieres decir...?
- Exactamente lo que he dicho. El fin de TODO.
En Titán, un nuevo ser había hecho su aparición
en la sala.
- ¡El Vigilante! -exclamó Quasar.
- Ya no, protector del Universo -dijo Uatu, sin alterar
su expresión-. He sido despojado de mi condición de Vigilante
por infringir el credo de mi raza.
- Entonces, es cierto... -murmuró Reed-. Sue me
había contado algo así (11).
- Vengo a advertiros. Vuestras deducciones son correctas,
tanto en cuanto a la causa de lo que sucede como a su posible solución.
También estáis en lo cierto al conjeturar que hay un factor
exógeno en el desarrollo de los acontecimientos. Es por ello que
os aconsejo que reunáis el mayor poder posible para hacer frente
a lo que se os avecina.
- ¿Te refieres a ese factor exógeno? -preguntó
Reed.
- No únicamente, Reed Richards. Es seguro que
encontraréis oposición en vuestros esfuerzos de rescatar
al devorador de mundos. Por ejemplo...
- Por ejemplo, los skrulls -dijo Lyja-. ¿Verdad?
- En efecto, es razonable pensar que los restos de un
imperio que fue reducido casi a la nada por Galactus no verán con
buenos ojos un intento de traerle de vuelta. Pero no son los únicos.
Hay más.
- ¿Qué más? -preguntó Nova.
Pero Uatu permaneció mudo.
- ¿¡¿QUÉ MÁS?!? -insistió
Nova.
- Déjale, Nova -dijo Reed-. Ya ha dicho suficiente.
- Pues si no va a ayudar, ya puede largarse -dijo Nova,
dando la espalda al grupo para que no vieran las lágrimas que pugnaban
por asomar a sus ojos. Lágrimas que eran tanto de pena como de frustración.
- No digas eso -intentó tranquilizarla Reed-.
El Vigilante ya nos ha ayudado en otras ocasiones (12).
Si en esta ocasión no lo hace, será por una buena razón
(13).
Bueno, pongamos manos a la obra. I.S.A.A.C., ¿puedes ponerme en
contacto con la Torre de las Cuatro Libertades?
- Por supuesto, Reed Richards -respondió la computadora.
Tras unos breves segundos, la imagen de Susan Richards, la Mujer Invisible,
apareció en la pantalla-. Cuando gustes.
- ¿Reed? ¿Dónde te has metido esta
vez? No me digas que has ido a la Zona Negativa, o algo así.
- No, Sue, cariño. De hecho, estoy bastante más
cerca. Me he acercado a Titán por un asunto, y creo que estaré
aquí algún tiempo. Han surgido problemas que vuelven todo
lo demás secundario.
- ¿Problemas? ¿A qué te refieres?
- De momento, sólo puedo decirte que tienen que
ver con Galactus. Escucha, Sue, necesito que el resto del grupo os vengáis
para acá, y que me traigáis además unas cuantas cosas.
Además, vamos a tener que reunir tanto poder como seamos capaces.
- Escúchame, Reed Richads, y escúchame
bien: ya no soy la adolescente asustadiza con la que te casaste hace años.
Hemos pasado por demasiadas cosas juntos como para que te andes con pamplinas
a la hora de decirme las cosas, así que habla claro.
- Lo siento, Sue, pero no puedo decirte nada más
por el momento. Te prometo que te contaré todo cuando os reunáis
conmigo aquí,e n Titán. Bien, Quasar irá para la Tierra
con una lista de lo que necesito y de los héroes que podríamos
necesitar.
- Muy bien, Reed, hasta pronto.
- Hasta pronto, cariño. Y dale recuerdos a Franklin
de mi parte.
En el salón del trono de Chandilar, el jefe de
los servicios de inteligencia del Imperio Shi'ar fue recibido por Lilandra.
Tras ella, Gladiador, pretor de la Guardia Imperial, vigilaba.
- Majestrix, tengo algo muy importante que comunicaros.
- ¿De qué se trata?
- De los terrestres, majestrix. Parece que van a volver
a actuar en relación con el devorador de mundos.
- ¿Con Galactus? -dijo Gladiador-. ¿Es
que esos terrestres no van a escarmentar nunca?
- Sí, Pretor. Hemos captado una transmisión
entre una de las lunas del sexto planeta del sistema y la Tierra, en la
que se mensionaba el nombre del Devorador. He creído que sería
conveniente avisaros, Majestrix.
- Has obrado bien. Ahora, puedes retirarte.
- Sí, Majestrix.
Una vez el espía hubo salido, Gladiador preguntó:
- ¿Qué vamos a hacer, Majestrix?
- No lo sé, Pretor. La lógica me impulsa
a intentar impedir cualesquiera actos que los terrestres o cualquier otra
civilización emprendan en favor de Galactus. Ahora bien, hay algo
que no puedo precisar, pero que me dice que los terrestres están
obrando correctamente (14).
- Pero Majestrix, si el Devorador de Mundos vuelve a
vagar por el Universo, el Imperio Shi'ar puede ser el próximo en
caer, al igual que cayó el Imperio Skrull. ¡Hemos de actuar!
- En este caso, Pretor, no puedo pronunciarme. Obra según
tu conciencia.
- Sí, Majestrix -e, inclinándose, salió
de la habitación.
Casi al mismo tiempo que la anterior conversación,
otra muy similar tenía lugar en Satirani. Los interlocutores, Dezan,
Talos y Kl'rt.
- ¿Qué vamos a hacer? -preguntó
Dezan-. Ya habéis oído el informe, los terrestres vuelven
a involucrarse con Galactus.
- ¿Cómo que qué vamos a hacer? ¡Pues
borrarles de la faz del Universo, está claro! ¡El Devorador
de Mundos destruyó el Mundo Trono y redujo casi a la nada el antaño
orgulloso imperio skrull! -bramó Talos-. ¡Permitir que se
resucite al Devorador de Mundos sería tanto como escupir en la tumba
de todos los que perecieron en aquel fatídico día!
- Sé realista, Talos -dijo Dezan-. Apenas estamos
recuperándonos tras nuestras guerras con los kree y la destrucción
del Mundo Trono. Además, tenemos el problema de esa posible infiltración
tecnarca que descubrió Kl'rt y que los terrestres han ido a investigar
a Hala. Y si nos dedicamos a atacar a los terrestres, dejaríamos
nuestro flanco al descubierto ante un ataque shi'ar, que además
tienen lazos de amistad con algunos héroes terrestres. De hecho,
es gracias a ellos que engulleron el Imperio Kree, como nos engullirían
a nosotros sin dudarlo ni un instante, si se presentara la ocasión.
Bastantes problemas tenemos, divididos en facciones que aspiran a la supremacía,
como para encima dedicarnos a arreglar los problemas del Universo.
- Dezan tiene razón, Talos -intervino suavemente
Kl'rt-, y tú lo sabes. No haremos nada, salvo vigilar y esperar.
Sólo eso. Si es necesario, estaremos preparados para intervenir.
Pero sólo si es necesario.
A pesar de lo dicho, esa noche una nave despegó
de Satirani. Su destino: el sistema solar de la Tierra.
(1) Todos los períodos
de tiempo están referidos al T.M.M. (Tiempo MarvelTópico
Medio), es decir, el de la continuidad MarvelTópica oficial.
(2) Desapareció
al final de Poderes Cósmicos # 16. ¿Os acordáis
de que entonces prometimos revelar qué había pasado en algo
llamado Emociones Primarias? ¡Pues aquí lo tenéis
por fin!
(3) Se vio hace muuuucho,
en Estela Plateada # 66.
(4) De hecho Quasar
ha estado muy frecuentemente en la Torre, pero en su identidad civil de
Wendell Vaughn. La compañía de seguridad que dirigía
tenía sus oficinas allí.
(5) En Los Vengadores
# 302-303.
(6) En Quasar
# 20.
(7) Los Cuatro Fantásticos
estuvieron en Titán con ocasión del fallecimiento de Mar-Vell,
en la Novela Gráfica
La Muerte del Capitán Marvel.
(8) De vuelta de Hala,
tras los sucesos narrados en Poderes Cósmicos # 19-20.
(9) Galactus desapareció
del Universo en el número 109 de Estela Plateada, con fecha
de portada de Octubre de 1.995. Asumiendo que los números americanos
llevan una fecha dos meses posterior al mes en que salen, dicho número
estuvo a la venta en Agosto. Si tenemos en cuenta que el tiempo Marvel
transcurre cuatro veces más despacio que el real, y que el MarvelTópico
oficial va a la misma velocidad, pero a la mitad del que trasncurre esta
serie (problemas de escribir tan rápido), desde entonces hasta Febrero
de 2.000 (en mi caso, la fecha de portada coincide con la de puesta a la
venta) ha transcurrido (marveltópicamente hablando) el lapso de
tiempo que ha mencionado I.S.A.A.C.
(10) Como se vio en
Relatos
de MarvelTopía: Onslaught.
(11) Lo que relata
el Vigilante ocurrió en Los Cuatro Fantásticos # 400.
En esos momentos, Reed estaba ausente, y no sería hasta el número
407 que se reuniría con el resto de los Cuatro Fantásticos.
(12) Por citar sólo
dos relacionadas con Galactus, en su primera venida a la Tierra (Los
Cuatro Fantásticos # 48-50) y durante el juicio de Reed Richards.
(13) En efecto. Leed
Quasar
# 69, para saberla.
(14) Ese algo
es haber presenciado el juicio de Reed Richards y haber escuchado las palabras
de Eternidad. Aunque no las recuerda con exactitud, como de hecho no lo
hace ninguno de los que allí estuvo (ni siquiera Byrne), permanece
el sentido de lo que se dijo.
En nuestro próximo número: ¿Cómo
harán frente los héroes (y los personajes no tan heroicos)
a lo que se les viene encima? ¿Qué colecciones harán
crossover con ésta? No te pierdas la continuación de Emociones
Primarias, en Poderes Cósmicos # 23.
Un saludo y no dejéis de leernos, y escribid a Autopista
hacia el espacio - Correo de los lectores (bergil@altavista.net) con
cualquier duda o comentario que os surjan. Que no muerdo, caramba, y es
muy agradable recibir e-milios (incluso aunque sean críticos)