PODERES COSMICOS VOL. 2 #20
Girl Power (o ¡Space Girls al ataque!)
Guión:
Bergil
Portada: Dibujada por Adam Hughes. Vista cenital en plano picado. Las protagonistas (Ave de Muerte, Grito de Muerte, Binaria, Lyja, Nova y Suzy) en círculo, espalda contra espalda, rodeadas por miles y miles (bueno, no tantos, que no caben en la portada) de shi'ar armados hasta los dientes y apuntándolas.
Las prisioneras no podían dar crédito a sus
ojos. Allí, junto a ellas, en las profundidades de las mazmorras
de Hala, estaba...
- ¡Ave de Muerte! -exclamó Binaria-. ¿qué
demonios haces tú aquí?
- Exactamente lo mismo que vosotras, Binaria. Soy una
prisionera.
- Hey hey hey... -dijo Suzy-. Todos quietos parados un
momento. ¿No es ésta la tipa que nos ha encerrado aquí
abajo? ¿Por qué dice que es una prisionera?
- Si te callas, Susan Sherman -dijo Lyja-, a lo mejor
nos enteramos y todo.
- Bueno, Ave de Muerte -dijo Binaria-, tú mueves
ficha. Explícate.
- Como habréis podido deducir, terrestres -comenzó
la shi'ar-, os recibió una impostora. Todo ocurrió hace unos
días. Se recibió la información de que un objeto desconocido
había atravesado todas las defensas planetarias de Hala antes de
estrellarse en el polo Norte del planeta. Estaba tan aburrida que pensé
que un viaje de inspección a aquella región me distraería.
Cogí mi nave particular y volé sola hasta allí.
- Eso fue una solemne majadería -interrumpió
Binaria-. Te creía más inteligente.
- Qué me vas a contar. En fin, que una vez llegué
allí, pude ver sin dificultad de qué se trataba. Era un objeto
esférico, completamente cubierto de circuitos. Pero pareció
darse cuanta de que me acercaba, porque empezó a a cambiar ante
mis ojos, convirtiéndose en algo parecido a un robot, pero de aspecto
orgánico.
- Un tecnarca -dijo Binaria.
- Ah, entonces ¿sabes de qué se trata?
- Desgraciadamente, sí. Esa es la razón
de nuestro viaje a Hala. Venimos en misión por encargo de la facción
skrull liderada por S'byll, ante la sospecha de que los tecnarcas, un pueblo
habitualmente no expansivo, habrían cambiado de política
y podían estar infiltrándose en otras civilizaciones. El
Superskrull desbarató el intento de Satirani (1),
pero el incidente les hizo sospechar que podía no tratarse de un
caso aislado, por lo que se pusieron en contacto con los Vengadores (2).
La Tierra ha mantenido una posición neutral en todas estas guerras
galácticas, defendiéndonos sólo cuando éramos
atacados, y pensaron que actuaríamos de forma imparcial.
- Sí, bueno. Como iba diciendo, el tecnarca reveló
su verdadera naturaleza. Extendiendo un tentáculo hacia mí,
presionó un nervio y me dejó inconsciente. Cuando desperté,
estaba atada de pies y manos y amordazada, y navegábamos de vuelta
al palacio, mientras el desgraciado aquél estaba conectado a los
ordenadores de la nave, absorbiendo información a chorros. Cuando
estábamos a punto de aterrizar, ante mis ojos se transformó
en una réplica exacta mía. Volvió a dejarme inconsciente,
y cuando recuperé la consciencia estaba aquí abajo. De eso
hace ya algunos días.
- ¿Y los carceleros? -preguntó Lyja-. Porque
supongo que te habrán alimentado durante este tiempo, ¿no?
- Sí, me han alimentado. pero la comida me la
traen siempre robots, programados sólo para traerla, dejarla y llevársela.
No responden a nada de lo que se les diga.
- ¿Queda mucho para la próxima comida?
-preguntó Nova.
- Varias de vuestras horas terrestres. ¿Por qué?
- Oh, por nada -respondió Nova con una sonrisa-.
Sólo quería saber de cuánto tiempo disponíamos.
- Lo dices porque vamos a escapar de aquí y darle
su merecido a ese técnico, tecnócrata o como se llame -interrumpió
Suzy-, ¿verdad?
- Sí, Susan, vamos a escapar de aquí y
a darle su merecido a ese tecnarca. Nova, ¿crees que podrías
abrir la puerta con el mínimo de alharaca?
- Creí que nunca me lo ibas a pedir -. Nova se
concentró y comenzó a manipular el poder cósmico de
forma precisa para alterar la estructura molecular de la puerta. Ante los
asombrados ojos de Suzy, un pequeño orificio se abrió en
el centro de la misma, haciéndose cada vez mayor hasta que alcanzó
el tamaño de una persona. Por allí salieron Binaria, Ave
de Muerte, Nova y Lyja. Suzy y Grito de Muerte se disponían a seguirlas
cuando Binaria las detuvo con un ademán.
- Tsk tsk, niñas. Vosotras os quedáis aquí.
- Pero ¿por qué? -preguntó Suzy,
pugnando todavía por salir.
- Es demasiado peligroso. Para empezar, ninguna de las
dos debería estar aquí. Esta mazmorra es el lugar más
seguro de todos... y basta. Chicas, para atrás. Nova, cierra la
puerta.
Ante la orden mental de Nova, la puerta volvió
a quedar como estaba. Tras ella, se oían todavía las protestas
de Suzy, mientras que Grito de Muerte permanecía callada.
- Bueno -dijo Binaria, asumiendo el mando del grupo-,
vamos a hacer dos equipos. Vosotras, Nova y Lyja, debéis llegar
a un centro de comunicaciones y poneros en contacto con Chandilar para
informar a Lilandra de lo que está sucediendo. Mientras, Ave de
Muerte y yo iremos a por ese impostor.
Binaria tenía una razón que no había
mencionado para mantener a Grito de Muerte en las mazmorras. Sabía
que la shi'ar había sido vengadora y había demostrado su
valía en combate. Pero también había advertido la
mirada de profundo odio que le había dirigido Ave de Muerte cuando
se hizo la luz en la mazmorra, e intuía que había algo entre
las dos que hacía aconsejable mantenerlas separadas, al menos hasta
saber de qué se trataba. Y prefería tener vigilado a alguien
tan peligroso como la virreina shi'ar del antiguo Imperio Kree.
- ¡Bueno! -bufó Suzy cuando oyó alejarse
a las demás-. ¡Esto es el colmo!
- Es mejor que te tranquilices y esperes con paciencia,
terrestre. No podremos salir de aquí hasta que no nos abran la puerta.
- Me llamo Susan, no terrestre. Susan Sherman.
Y eso de que no podemos salir lo vamos a ver -dijo Suzy. Se acercó
a la puerta y se puso en cuclillas. Apoyando las manos en el suelo, acercó
su rostro a la parte inferior de la puerta. ¡Sí! ¡Había
una pequeña rendija por la que podría meter los dedos! Colocándose
frente a la puerta, se agachó e introdujo sus manos bajo la puerta.
Tensó los músculos y apretó los dientes, poniendo
toda su fuerza en el intento.
- ¿Por dónde? -preguntó Carol a Ave
de Muerte cuando se separaron de Lyja y Nova.
- Por aquí -replicó la shi'ar, al tiempo
que, tras arrancar una rejilla de ventilación, se introducía
por el agujero y comenzaba a arrastrarse-. No te olvides de dejar la rejilla
colocada. No queremos llamar la atención antes de lo preciso -añadió.
- Vaya vaya... -dijo Carol tras seguir el consejo de
Ave de Muerte y arrastrarse tras ella-. Nunca pensé que vería
a la virreina shi'ar arrastrándose por semejante lugar.
- ¿Cómo decís los terrestres? Información
es poder, ¿no? Pues poder es información. Conviene
estar al tanto del mayor número posible de cosas. Nunca sabes cuándo
te van a hacer falta. Y ahora ¡silencio!
Durante un rato, ambas mujeres se arrastraron por los
conductos de ventilación. El único sonido que se oía
era el rozar de sus manos y rodillas contra el suelo. En un par de ocasiones
llegaron a sitios tan estrechos que tuvieron que retorcerse para poder
pasar; pero ni una sola vez se encontraron obligadas a retroceder. Carol
estaba sorprendida del conocimiento exacto que Ave de Muerte tenía
de aquel sistema de conductos, por el que se movía sin dudar nunca
acerca del camino a tomar. Finalmente, se detuvo ante una rejilla y se
volvió hacia Binaria:
- Prepárate, Danvers -siseó-. Hemos llegado.
A continuación, se colocó cara a la rejilla
y de una patada la arrancó de sus anclajes. La rejilla cayó
sobre una de las alfombras que cubrían el suelo de la sala, por
lo que apenas produjo ruido. Ave de Muerte se introdujo por el agujero
y cayó al suelo, siendo seguida a los pocos segundos por Binaria.
Ambas giraron la cabeza buscando al tecnarca, pero no vieron nada.
- ¿Dónde demonios estará? -preguntó,
más para sí que para Binaria, la shi'ar.
- Dímelo tú, que eras la guía.
- Se suponía, dadas las horas que son, que debería
estar en mis habitaciones privadas, al menos para guardar las apariencias.
- Ah, ¿así que éstas son tus habitaciones
privadas? Muy monas...
- No es momento de gracias, Danvers. Si no está
aquí, no hemos conseguido nad... ¿Qué es eso?
Pero Binaria no pudo responderla. Antes de que tuvieran
tiempo de reaccionar, dos mazos al extremo de sendos brazos, formados por
material tecnoorgánico, les golpearon por detrás y cayeron
al suelo inconscientes.
Cuando despertaron, se encontraron con que estaban atadas
con los cordeles de los cortinajes que adornaban la sala, de espaldas a
la pared. Ante ellas se erguía Ave de Muerte; es decir, el tecnarca
que, de acuerdo con el relato de la shi'ar, había adoptado su identidad.
- Así que habéis conseguido escapar, bioformas.
Pero de poco os ha servido.
- ¿Cómo demonios nos descubriste? -preguntó
Binaria.
- Como no saldréis de aquí con vida, no
tengo inconveniente alguno en contároslo. Hay instalado sensores
en todas las vías que llegan o salen de esta sala. Nada puede acercarse
a ella sin que yo me dé cuenta.
- ¿Por qué no dejas esta charada y adoptas
tu verdadera forma, basura?
- Ningún inconveniente, virreina -dijo
el tecnarca con una mueca sardónica. Ante los ojos de las prisioneras,
su forma pareció fluir del aspecto de Ave de Muerte a su verdadera
forma. Al cabo de unos pocos segundos, se hallaba ante ellas un tecnarca,
todo negro y amarillo.
"Si está de color amarillo", pensó
Binaria, "quiere decir que no está a tope de carga. Todavía
tenemos una oportunidad".
- Bien, shi'ar. Antes de acabar contigo, extraeré
todos tus recuerdos -dijo, al tiempo que transformaba su mano derecha en
algo parecido a un casquete con sensores. Ave de Muerte intentó
resistirse, pero el tecnarca creó dos nuevos brazos que la inmovilizaron.
Finalmente colocó el casquete sobre la cabeza de la shi'ar y conectó
su brazo izquierdo al sistema de ordenadores que había en un extremo
de la sala, hasta el que llevó a Ave de Muerte. En la pantalla principal
comenzaron a aparecer las escenas de la vida de Ave de Muerte, vistas desde
su punto de vista. Binaria estaba tan fascinada que se olvidó de
que estaba prisionera y prestó toda su atención a lo que
estaba viendo. En la pantalla apareció una joven shi'ar jugando,
extendiendo sus brazos hacia la pantalla mientras el mundo giraba.
"Debe ser Lilandra, agarrando de las manos a su hermana",
pensó Binaria.
De repente, la escena cambió. Lilandra fue arrojada
hacia atrás, mientras el mundo parecía estar cabeza abajo.
Un rostro apareció, pareciendo llenar todo el campo de visión:
era un humanoide de piel violeta, con el pelo sucio y sin afeitar. Se echó
encima de Ave de Muerte, arrancándole la ropa y...
"¡Oh, Dios mío! ¡Ese strontiano
la está violando!"
La visión se deslizó a un lado. En el límite
del campo visual apareció a lo lejos la cabeza de Lilandra, con
una expresión de temor en el rostro. Finalmente, el strontiano se
apartó, y mientras se vestía le dio la espalda a a Ave de
Muerte. Grave error. De un salto, Ave de Muerte se incorporó e,
impulsada por una furia ciega, agarró lo primero que encontró
-una rama de árbol- y golpeó a su atacante en la cabeza,
que cayó al suelo. Ave de Muerte siguió golpeándole
una y otra vez hasta que la cabeza no fue más que una masa informe
de sesos y sangre. Sólo entonces se detuvo.
La escena volvió a cambiar. Se encontraba en el
salón del trono, en Chandilar, a solas con su hermano D'Ken.
- Hay que ocultar esta vergüenza, hermana. Partirás
de inmediato a Gavlo, hasta que todo se resuelva.
La visión se empañó, mientras la
cabeza caía y se sacudía por los sollozos. La escena cambió
de nuevo. Estaba en una sala amplia, con luces en el techo. Los ojos se
abrían y cerraban a intervalos, mientras Ave de Muerte soltaba gritos
de dolor. Finalmente, se relajó, y en el campo de visión
apareció un bebé shi'ar, aunque con la piel de color violeta.
"Pero si es..." pensó Binaria.
A continuación, se sucedieron una serie de escenas
de asesinatos, algunos en masa, en diferentes planetas, cada vez más
sangrientos. Luchas contra Ms. Marvel y Ojo de Halcón (3).
Un grupo de eslizoides del Nido (4).
La Patrulla-X, prisionera (5).
Las alas, arrancadas por Gladiador (6).
La huida de Chandilar (7).
El ataque a los líderes del Imperio Kree (8).
El nombramiento como virreina del antiguo Imperio Kree, ahora una provincia
dentro del Imperio Shi'ar (9).
Su captura por el tecnarca, el encierro en la mazmorra y el encuentro con
el grupo de Binaria (10).
- Bien, creo que eso es todo -dijo el tecnarca-. Despídete
de tus dioses, shi'ar. Vas a ser asimilada.
"Bueno, es ahora o nunca", pensó Binaria.
Llevaba todo el rato calentando suavemente las cuerdas para no descubrirse
antes de estar libre, y acababa de lograr liberarse. Poniéndose
en pie de un salto, lanzó un rayo al brazo del casquete, partiéndolo
y liberando a Ave de Muerte, que cayó al suelo. El tecnarca se giró
sorprendido, y metamorfizó sus brazos en tentáculos que se
dirigieron hacia Binaria. Ésta no se arredró: lanzó
un nuevo rayo que impactó de lleno en el centro del torso de su
enemigo. Éste salió despedido hacia atrás y chocó
contra el muro. Binaria se acercó rápidamente a Ave de Muerte,
que se incorporaba vacilante.
- ¿Estás bien?
- He estado mejor -repuso la shi'ar-, pero me recuperaré.
- Bien. Permanece detrás de mí. Voy a mandar
a este bastardo al infierno.
Gruesas gotas de sudor resbalaban por el rostro de Suzy,
que seguía intentando salir de la mazmorra.
- Escucha, ¿Susansherman?, yo creo que... -dijo
Grito de Muerte.
- Hazme un favor y no me distraigas -gruñó
Suzy-. Creo que esto empieza a ceder.
Lyja y Nova avanzaban en silencio por un corredor. Ave de
Muerte les había indicado la dirección en la que se encontraba
el centro de transmisiones y hacia allí se dirigían.
- ¿Cómo haremos para comunicarnos con Chandilar?
-preguntó Nova-. Porque no creo que podamos llegar y pedirles amablemente
"disculpe, oficial, ¿me deja utilizar su radio?". Y menos
tratándose de una skrull. Con que haya un solo kree, estamos apañados.
- Salvo que se lo pidas tú, ¿no, Nova?
Probablemente te estén muy agradecidos...
- ¿Por qu...? ¡Oh, venga! ¿Me odias
por eso?
- ¿ESO? ¿Llamas eso a la
destrucción de un planeta y de todos sus habitantes? ¿A reducir
un imperio a la ruina?
- No puedes culpar a Galactus por hacer lo que hizo.
Él es una fuerza natural, como el viento solar o las supernovas,
una prueba. Los que la pasen son más fuertes y dignos del gran destino
que es el prometido fin del Universo(11).
Es como echar la culpa a la lluvia o al viento de los desastres que causan.
- Bien, pero ¿y tú? ¿Qué
me dices de ti?
- ¿Yo? ¿Qué pasa conmigo?
- ¿Qué pasa conmigo? -repitió
Lyja, en son de burla-. ¿Y te atreves a preguntarlo? ¿O es
que tú también eres una entidad cósmica que está
por encima del bien y del mal?
- No -repuso Nova con frialdad-. Yo era simplemente el
heraldo de Galactus, y estaba dedicada a buscarle alimento. Simplemente,
me pareció que era más importante su existencia que la de
un imperio galáctico.
- ¿Ah, sí? ¿Pensarías lo
mismo si se hubiera tratado de la Tierra?
- Probablemente no, pero ¿estarías tú
tan enojada entonces?
- Bueno, yo...
- Ya me parecía. ¿Seguimos con nuestra
misión?
- De acuerdo. Pero esto no ha terminado.
- No lo esperaba, Ms. Storm.
Siguieron avanzando hasta que llegaron a un recodo. Lyja
se metamorfizó en un mosca y dobló la esquina, para volver
a los pocos segundos.
- Sólo hay un guardia. Un shi'ar con armadura
completa -dijo.
- ¿Cómo haremos para reducirle sin armar
escándalo?
- Espera y verás -. A continuación, los
rasgos de Lyja fluyeron hasta convertirse en los de Ave de Muerte-. ¿Está
bien así?
- Perfecto, excepto por un pequeño detalle.
- ¿Sí? ¿Cuál?
- Los shi'ar tienen la piel entre rosa y anaranjada,
no verde.
- ¡Demonios! ¡Se me había olvidado!
¿Mejor así?
- Perfecto. Engañarías a la propia Lilandra.
- Vamos allá, entonces -dijo, y dobló la
esquina-. ¡Guardia! -llamó-. ¡Ven aquí ahora
mismo!
- ¡Sí, señora! -dijo, acercándose
rápidamente-. ¿Qué ocurre?
- Ocurre que te vas a dormir, amigo -dijo Nova, golpeándole
por detrás. Cayó al suelo inconsciente-. Bueno, ¿y
ahora?
- Vístete con su armadura y vamos para allá.
es más o menos de tu tamaño, y el ser armadura completa ocultará
tus peculiaridades.
- ¿Peculiaridades? ¿A qué te refieres?
- No sé... ¿piel metálica y dorada?
¿Cabello flamígero? Esas cosas, ya sabes...
- Vale, vale, lo he captado -. Cuando terminó
de vestirse, dijo:- Bueno, ¿vamos allá?
- Vamos.
Cuando llegaron a la puerta, Lyja se detuvo. Nova, interpretando
su papel de guardia shi'ar, abrió la puerta y se cuadró.
Con toda la autoridad que pudo reunir, Lyja dijo secamente:
- Todo el mundo fuera. YA.
Acostumbrados al tono imperioso de Ave de Muerte, el
personal -shi'ar y kree- del centro de comunicaciones no dudó un
instante, y comenzó a abandonar la sala ordenadamente. Cuando todos
hubieron salido, Nova cerró la puerta y quedó fuera montando
guardia. Lyja se dirigió a la terminal de comunicaciones más
cercana y comenzó a introducir los datos de Chandilar para iniciar
la comunicación. Sin embargo, un tumulto al otro lado de la puerta
la interrumpió. Cuando la abrió, vio que Nova había
perdido la mitad de la armadura y luchaba a brazo partido con un numeroso
grupo. Mientras se unía a la refriega, preguntó:
- ¿Qué demonios ha ocurrido para que comenzara
todo esto?
- Por lo visto -contestó Nova mientras asestaba
un puñetazo a un shi'ar particularmente grande que se abalanzaba
sobre ella-, nos vieron noquear al guardia por el circuito de vigilancia.
- ¡Demonios! -dijo Lyja-. Todo marchaba demasiado
bien... -se lamentó, al tiempo que se metamorfoseaba en un kzin
y comenzaba a repartir golpes.
Finalmente, los esfuerzos de Suzy dieron resultado...
aunque no del modo que ella esperaba. La puerta, de hecho, siguió
intacta. Lo que cedió fueron los muros, ante la tensión a
que se veían sometidos. Tras arrojar la puerta a un lado, Suzy se
volvió hacia su compañera.
- ¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante
que tenías que decirme?
- ¡Oh, apenas nada! -respondió Grito de
Muerte con una sonrisa torcida-. Sólo que yo, viendo lo que se resistía
la puerta, habría empleado mi fuerza contra las paredes, que parecían
bastante menos resistentes... como así se ha demostrado, a propósito.
¿Y ahora qué hacemos?
- Oh, capto un rumor lejano de tangana... hacia allí.
- ¿A qué esperamos, pues? ¡Vamos
para allá!
Conforme avanzaban, el ruido de combate se intensificó.
Finalmente, al doblar una esquina, vieron como una marea de krees y shi'ar
entremezclados se lanzaba una y otra vez contra...
- ¡Lyja y Nova! -exclamó Grito de Muerte-.
¡Hemos de ayudarlas!
Pero Suzy ya se le había adelantado.
- ¡Biennnnnn! ¡PELEA! -gritó, lanzándose
directamente en medio del grupo de atacantes. Grito de Muerte la siguió.
Binaria se esforzó en lanzar un rayo tan potente y
dirigido como fuera posible. Alcanzó de lleno al tecnarca y comenzó
a vaporizarle al tiempo que le proyectaba hacia atrás. Seguía
vaporizándose cuando chocó contra la pared de la habitación,
y la atravesó, dejando un agujero de bordes humeantes mientras le
impulsaba a través del aire. Cuando detuvo el rayo, no quedaba nada
de él.
La explosión se oyó en todo el palacio. Aprovechando
la distracción y sorpresa de sus oponentes, Lyja y Nova se las arreglaron
para reunirse con Suzy y Grito de Muerte. Pero no era momento de efusiones:
el ataque se redobló y tuvieron que volver a repartir golpes a diestro
y siniestro.
De repente, una voz imperiosa detuvo a todos los contendientes.
- ¡Alto! ¡Detened esta pelea!
Todos los ojos se volvieron hacia el origen de la voz.
Allí estaba Ave de Muerte, con Binaria a su lado.
- ¡Carajo! -dijo Suzy, dando una patada al suelo-.
¡Ahora que empezaba a pasármelo bien!
Unas horas más tarde, el quinjet se disponía
a regresar a la Tierra. Sus ocupantes se despedían de Ave de Muerte
cuando la Fuerza Estelar hizo su aparición.
- ¿Y estos quiénes son? -preguntó
Suzy, apunto de entrar en la nave.
- Son mi guardia de seguridad (12).
- ¿Tus guardaespaldas, quieres decir? Pues como
decimos en la Tierra, a buenas horas, mangas verdes -exclamó, y
entró en la nave, mientras los miembros de la Fuerza Estelar se
miraban unos a otros, extrañados.
(1) Como se contó
en Poderes Cósmicos # 14-15.
(2) Como se contó
en Poderes Cósmicos # 16-17.
(3) Respectivamente,
en Ms. Marvel # 9 y Los Vengadores # 189.
(4) Ave de Muerte se
alió con el Nido para derrocar a su hermana Lilandra, como se descubrió
al final de La Patrulla-X # 161.
(5) De hecho, ocurrió
dos veces, en los números 162 y 274-275.
(6) La Patrulla-X
# 276
(7) La Patrulla-X
# 277
(8) En Los Vengadores
# 346, dentro de la saga Operación Tormenta Galáctica.
(9) En Los Vengadores
# 347, al final de la saga Operación Tormenta Galáctica.
(10) En este mismo
episodio.
(11) Esto no son palabras
mías. Las puso John Byrne en boca de Odín en la clásica
saga El juicio de Galactus. Sí, ya sé que Nova no
estaba allí (¿o sí? Porque llegó justo después),
pero el sentido sigue siendo válido.
(12) Desde Los Vengadores
# 347, por decisión de Lilandra.
En nuestro próximo número: El regreso
de un protagonista al que hace tiempo que no vemos. Además, un personaje
invitado... ¡Quasar! 'Nuff said! Nos leemos en el número
de Enero.
¡Caray, vaya rapidez! El número se distribuyó
el Viernes 26 de Noviembre, y el Lunes 29 me llega un mensaje de Wilfred
Orberto. Comenta que ha estado leyendo la serie, y considera que soy
muy bueno escribiendo (¡jo, me voy a poner colorado!... Bueno, mejor
no). Pero me plantea una inquietud: ¿escribo bien malas historias,
o escribo buenas historias mal? ¿O escribo bien buenas historias?
¿Progreso adecuadamente, o necesito mejorar? Cáspita, Wilfred,
no me dejes con esta zozobra. No, fuera coñas. Muchas gracias por
los elogios. El primero que disfruta escribiendo estas historias, y descubriendo
qué es lo que va a pasar, soy yo. Me explico: no es que no tenga
pensadas las líneas generales de la colección, como he dicho
otras veces, pero cada número es una aventura. Con frecuencia sé
cómo empieza y cómo acabará, pero no siempre tengo
tan claro qué es lo que ocurrirá entre medias. El caso más
extremo fue el del número 9, en el que, aparte del punto de partida
(Contraxia) y de que Perséfone sería derrotada, no sabía
nada más. Incluso el hecho de la debilidad de Sota no estaba previsto,
y fue una sorpresa hasta para mí. O como este mismo número:
cuando lo empecé, sólo sabía que los buenos iban a
ganar, pero nada más: todas las historias que van en medio se me
ocurrieron sobre la marcha. Otra característica de las historias
es que no suelen acabar cómo yo tenía pensado en un principio.
Por ejemplo, la saga La Guerra de los Heraldos II: debía
haber acabado en el planeta del Extraño, con Galactus interviniendo
de forma mucho más activa; pero de repente, sin comerlo ni beberlo,
se montó el viaje al infierno, y me quedó uno de mis números
favoritos. O los números desde el 14: no tenía pensado que
se relacionaran unos con otros, pero los hechos se han desarrollado de
modo que cada vez se entrelazan más (y más que lo harán
en el futuro, eso te lo aseguro). Wilfred manifiesta una duda: ¿por
qué sale Ultragirl en la serie, si debutó después
de Onslaught? Es que, leyendo las reglas, sólo se podían
usar cosas anteriores a esa saga, ¿no? Pues sí, esas
son las reglas. Pero Suzy Sherman no ha dicho (todavía) que se vaya
a llamar Ultragirl, ¿verdad? Y, además, su origen no es el
mismo. Permanece, eso sí, la orientación del personaje como
la típica quinceañera optimista y vital. Y no te creas que
me fue fácil convencer a los editores de que me dejaran usarla...
psst, Peter, no te retorcí demasiado el brazo, ¿verdad? ;-{Þ}.
¡Huy! ¡Acabo de echar un vistazo a la página de MarvelTopía
y veo que en el número anterior se dice que se presenta a Ultragirl!
Evidentemente, no le retorcí el brazo lo bastante...
Pues nada, un saludo y no dejéis de leernos, y
escribid a Autopista
hacia el espacio - Correo de los lectores (bergil@altavista.net) con
cualquier duda o comentario que os surjan. Que no muerdo, caramba, y es
muy agradable recibir e-milios (incluso aunque sean críticos)