PODERES COSMICOS VOL. 2 #12
La Guerra de los Heraldos II (3 de 3). Hasta que el Infierno se congele...
Guión:
Bergil
Portada: Es triple: contraportada, portada y solapa de la portada. En el centro (lo que sería la portada de un número normal), los héroes se enfrentan a hordas de demonios que amenazan con sepultarles. A la izquierda (lo que correspondería a la contraportada), Corazón Negro. A la derecha (lo que correspondería a la solapa de la portada), Belial. Ambos seres demoníacos sentados en tronos elevados. Oleadas de demonios parten de la zona que hay bajo cada trono para converger en el grupo de héroes.
Titán, la luna mayor de Saturno.
Su diámetro es de unos 5.150 Km, mayor, incluso, que el del planeta
Mercurio. Su atmósfera tiene un espesor de unos 300 Km, y está
compuesta de nitrógeno con trazas de metano, etano, acetileno, etileno,
cianuro de hidrógeno, monóxido de carbono y dióxido
de carbono. La temperatura en la superficie es de -182 °C. Sin campos
magnéticos. El hemisferio sur es algo más brillante, y el
único detalle visible es un anillo oscuro en la región del
polo norte
Hogar de una rama de los Eternos,
que moran allí desde que Alars, ahora conocido como Mentor, llegó
desde la Tierra. Un grupo de seres, poseedores de un gran poder, esperaban
nerviosamente a que otro, aparentemente el más débil de entre
ellos pero que poseía en realidad el mayor poder, el del conocimiento,
terminase de examinar el cuerpo aparentemente sin vida de Nova, la ex-heraldo
de Galactus nacida y criada en la Tierra como Frankie Raye, y a la que
todos dieron por muerta tras la batalla con Morg (1).
Cada cual entretenía la espera
como mejor sabía, o podía: Drax y Terrax echaban un pulso,
que parecía encontrarse en tablas; Sota de Corazones y Ganímedes
paseaban cogidos de la mano por las amplias avenidas que unían las
estancias intraplanetarias de Titán; el Señor del Fuego y
el Capitán Marvel se entrenaban en el exterior de la luna, mientras
que Mentor y Adam Warlock, sabedores de que su nerviosismo en nada aceleraría
el desenlace, se limitaban a esperar, sumidos en sus pensamientos, a que
concluyera el examen que del cuerpo de Nova, y ayudado por Dragón
Lunar, estaba realizando el Doctor Extraño, al que una nave de Titán
había traído desde la Tierra, tras la sorprendente noticia
dada por Dragón Lunar: Nova no estaba, como todos creían,
muerta (2).
- Oye, Terrax, dime una cosa.
- No intentes distraerme, Drax, porque
no lo vas a conseguir.
- No lo pretendo. Lo que quiero saber
es lo siguiente: tenía entendido que, tras tu, digamos, resurrección,
no podías desplazarte tú solo por el espacio. ¿Cómo
es que has recuperado esa facultad?
- No hagas preguntas idiotas y atiende
a lo que de verdad importa -. Terrax no estaba dispuesto a revelar a nadie
que su capacidad de desplazarse por el espacio dependía de tener
un elemento (como, por ejemplo, su hacha) a través del cual canalizar
su poder. No podía permitirse el lujo de revelar una debilidad.
- Así que ya conocías
a Adam Warlock, ¿no, Señor del Fuego?
- Así es. Fue con ocasión
de la amenaza que sufrí por parte de...
- ¡Cuidado con ese asteroide
que se te acerca por detrás!
- Gracias. Decía que hace
algún tiempo fui atacado por Domitian (3)
y necesité de su ayuda.
- Parece un tipo bastante frío,
¿no?
- Bueno, no tanto. Quienes le conocen
bien me han dicho que en el fondo no es tan insensible como le gusta aparentar.
Cambiando de tema, ¿qué tal te va, Genis?
- Bueno, me las apaño. Ser
el hijo de Mar-Vell no es fácil, pero voy saliendo adelante. Resulta
un poco duro que todo el mundo, empezando por mí mismo, me mida
de acuerdo con lo que hizo mi padre. Nadie podrá nunca estar a su
altura.
- No te preocupes, Genis. Tu padre
estaría orgulloso de ti.
- ¿En qué piensas,
Ganímedes?
- ¡Oh! En nada, en nada...
- No me engañas. Llevamos
juntos el tiempo suficiente para que pueda darme cuenta de cuándo
me estás mintiendo, aunque sea por una buena razón.
- Está bien, ya que lo preguntas
te lo diré: estoy preocupada por ti. Venir con nosotros al planeta
del Extraño fue la mayor estupidez que has hecho nunca.
- Pero...
- ¡No me interrumpas! En tu
estado, con el Fluido Cero abandonándote, deberías cuidarte,
no malgastar energías, y concentrarte en encontrar una cura.
- ¡Pero si me siento fuerte
como un roble! La solución que encontramos I.S.A.A.C. y yo me permite
reabsorber la energía que desprendo, y...
- Sí, pero eso no es una solución
permanente. No es más que aplazar lo inevitable y... ¡Oh,
Jack, perdona, no quería decir eso!
- No te preocupes, cariño,
te entiendo perfectamente. Pero míralo así: si de veras es
inevitable, ¿no es mejor entonces dedicar mi energía a hacer
algo de provecho, algo que tenga una utilidad, en lugar de irme apagando
poco a poco como un inútil?
- Pero Jack, ¡es tan duro!
Ahora que por fin estamos juntos... ¡no es justo!
- La vida nunca es justa, cielo.
Es parte de su desencanto...
- ¿Cómo es que has
llegado a Titán, Adam Warlock?
- Me encontraba encerrado en Mundo-Alma
cuando sentí una perturbación en el plano espiritual. Al
regresar a este Universo, sentí una pulsión en mi mente que
me impelió a venir a Titán. Al llegar aquí, comprendí
todo el asunto.
- ¿De veras?
- En efecto. La alteración
en el plano espiritual debió producirse a consecuencia de la situación
de Nova. Y la llamada que sentí la debió emitir mi ex-compañera
Dragón Lunar. Es reconfortante comprobar que, a pesar de haber perdido
la Gema de la Mente, su telepatía continúa siendo tan formidable
como de costumbre.
"Atención todos", resonó
en las mentes de los ocho seres. "Hemos terminado. Reuníos con nosotros
en la sala principal".
Minutos después, los diez
se sentaban alrededor de una mesa, mientras Stephen Extraño les
explicaba la situación:
- Debéis entender que hablo
como médico y como mago. El estado de Nova no se parece a nada que
haya visto antes.
- Pero, ¿está...? -interrumpió
el Señor del Fuego.
- ¿Viva? Es difícil
decirlo. ¿Muerta? No... de momento.
- ¿Qué quieres decir?
-Pyreus Kril estaba francamente nervioso.
- A eso iba. Por lo que me habéis
contado, Nova fue atacada por... ¿cómo se llamaba? ah, sí,
por Morg, que le lanzó un rayo de energía. Ante el colapso
orgánico que esto provocó, su especial metabolismo, alterado
sin duda por la transmutación experimentada al recibir el poder
cósmico de manos de Galactus, suspendió todas las funciones
no esenciales -sensoriales, motoras- y emprendió la formidable tarea
de recuperarse. Es por ello que la disteis por muerta. También me
habéis dicho que Estela Plateada os contó haberla sepultado
en el seno del sol junto al cual luchasteis. No fue una buena idea. De
haber permanecido allí mucho tiempo, su metabolismo no habría
podido hacer frente a la amenaza externa al mismo tiempo que la interna,
y habría muerto. Por lo tanto, y paradójicamente, Nova tiene
que agradecer el no haber muerto a ser recogida por el Extraño.
- Mejor no se lo decimos -dijo Genis,
zumbón-. Se le podría subir a la cabeza, ya sabéis...
- Sin embargo, y en ese estado, su
yo espiritual, su "alma", si queréis, no se encontraba tan fuertemente
unida a su cuerpo como lo estaría en condiciones normales. Por eso
mismo, era más fácilmente sustraíble por cualquier
entidad con poder suficiente para hacerlo. Examinando el cuerpo de Nova
con el Ojo de Agamotto, he percibido rastros de una actividad de tal naturaleza:
alguien ha raptado, por así decirlo, el alma de Nova.
- ¿Quién ha podido
ser tan canalla? -rugió Drax.
- Los rastros dejados se dirigían
hacia los dominios de Mefisto, pero...
- ¿De quién? -preguntó
Sota de Corazones.
- Mefisto. Se trata de un ente antiquísimo (4),
una especie de personificación del mal. A menudo se le ha confundido
en la Tierra con el Diablo judeocristiano, pero eso es un hecho aún
por demostrar. De hecho, hay varios entes, varios demonios, cada uno con
su infierno o reino de los muertos particular. Por otra parte, también
existen reinos de los muertos desprovistos de tales connotaciones diabólicas,
como pueden ser el Hel asgardiano, el Hades olímpico o... pero me
parece que estoy apartándome de la cuestión. Y como ya veréis,
el tiempo no nos sobra precisamente. A lo que iba: el rastro apunta sin
dudar al reino de Mefisto. Sin embargo, es extraño: las almas no
pueden ir al reino de Mefisto, salvo que hayan sido malvadas o que su dueño
haya hecho un trato con él. Y en cualquier caso, después
de muerto. Y ninguna de las tres condiciones se aplica a Nova. Así
pues, cabe concluir que, saltándose todas las reglas que rigen en
estos casos, Mefisto se apropió de algo a lo que no tenía
ningún derecho.
- ¿Por qué dices que
no nos sobra el tiempo? -preguntó Mentor.
- Porque, al separar el alma del
cuerpo, y encontrarse éste tan debilitado, ha empezado a degenerar
poco a poco. Dentro de unas quince horas, o bien el cuerpo morirá
o, aunque sobreviva, no será posible reintegrarle el alma y Nova
quedará convertida en una especie de vegetal.
- Entonces, lo más práctico
es dejarnos de palabras y pasar a los hechos -apuntó, con su calma
habitual, Adam Warlock.
- En efecto. Eso es lo que hay que
hacer. Y sin pérdida de tiempo.
Inmediatamente, todos se reunieron
en la gran plaza de Titán.
- Entonces, ¿me habéis
entendido bien? -preguntó el Doctor Extraño-. Debéis
cumplir la misión y regresar en menos de quince horas, o nuestros
esfuerzos habrán sido en vano. Dragón Lunar se quedará
conmigo, ayudándome a monitorizaros y como un ancla en esta realidad
que os ayude a regresar. Y ahora... ¡partid! -. Y con un estallido
de luz, los siete desaparecieron.
- ¿Dónde infiernos
estamos? -gruñó Terrax.
- Justamente donde has dicho: en
el Infierno -le contestó Warlock-. Y ahora, no nos separemos y avancemos
rápidamente. Es... por allí -indicó, señalando
hacia su derecha.
- ¿Y tú como lo sabes?
- Muy sencillo. Me lo acaba de comunicar
el Doctor Extraño vía la telepatía de Dragón
Lunar.
Sin más objeciones, el grupo
emprendió la marcha. De repente, cada uno vio como los demás
desaparecían.
- ¿Qué ha ocurrido?
¿Dónde están los demás? ¿Qué
hago aquí? -exclamó cada uno, ya que se había visto
trasladado a...
TERRAX
...la azotea de las torres gemelas
del World Trade Center.
Ante él se alzaba la imponente
figura de Galactus, el Devorador de Mundos.
- De todos mis heraldos, ninguno
me causó tantos problemas como tú. ¡Lo que Galactus
hizo, Galactus lo deshará! -. Terrax se elevó sin poder evitarlo-.
¡Terrax dejará de existir! (5).
Súbitamente el panorama cambió.
Ahora se encontraba a bordo de un deslizador.
- ¡Oh, no! ¡Por las lunas
de Kertiap! ¡Ya sé qué es lo que va a pasar ahora!
Efectivamente. Ante él apareció
la silueta del primer heraldo de Galactus, del odiado Estela Plateada.
Terrax intentó evitar la confrontación, sabiendo qué
es lo que ocurriría a continuación: su cuerpo, incapaz de
contener el poder cósmico recibido del Doctor Muerte, se sobrecargaría
y estallaría (6).
Pero sus miembros se negaban a obedecerle.
La escena cambió de nuevo.
Ahora se encontraba en Pluraris VI, solo y sin su hacha.
- ¡No es posible! ¡Esto
ya me ocurrió! ¡No puede estar pasando de nuevo! (7)
Nuevo cambio de escenario. El espacio
profundo. Ante él estaba el despreciable Morg, el último
de los esbirros de su ex-amo.
- Eres un fracasado, Terrax, y siempre
lo serás.
- ¡Eso no es cierto! -rugió
Terrax, al tiempo que cargaba hacia Morg.
- Oh, sí que lo es. Te las
das de despiadado, pero tienes demasiados escrúpulos. En el fondo,
me envidias: soy mejor que tú, soy todo lo que tú nunca llegarás
a ser. Es más: a mí, Galactus me trajo de la muerte, mientras
que a ti te quitó tus poderes. Los que tienes ahora -añadió,
mientras esquivaba la furiosa carga de Terrax- no son más que una
pálida imitación de aquellos de los que una vez disfrutaste.
Y este hacha -prosiguió, al tiempo que con un volteo de la suya
se la arrebataba de las manos- no es más que un pobre arma que no
evitará lo que te espera. Prepárate a morir.
-¡¡¡NO!!!
CAPITÁN MARVEL
...la tumba de su padre.
Un viento helado soplaba en la superficie
de Titán. Genis no entendía demasiado bien cómo había
aparecido allí. Lo único que sabía es que...
- Yo no debería estar aquí.
Estaba en el Infierno, el Hades o como se llame. ¿Cómo demonios
he venido a parar aquí?
- Quizá porque es aquí
donde por fin deberás enfrentar la verdad, hijo mío -. Aunque
Genis no había oído nunca aquella voz, salvo en viejas grabaciones,
supo instintivamente de quién se trataba.
- ¿¡Tú!? ¡Padre!
Pero... ¡estás muerto!
- ¿Crees acaso que la Muerte
iba a detenerme ante el oprobio que has traído a mi nombre? ¿Cómo
te atreves a llevar el título de Capitán Marvel? ¿Acaso
piensas que eres digno de él?
- Pero... pero yo lo porto como homenaje
a ti.
- ¿¡QUÉ!? ¿Acaso
crees que esa fútil excusa es disculpa suficiente? No basta con
ponerse el título: hay que ganárselo.
- Yo es... estoy haciendo lo posible
por ganarme el derecho a emplearlo -. Genis no sabía por qué
estaba tan nervioso ante una persona a la que sólo había
visto en grabaciones de holovídeo; pero así era. Y no tenía
ningún derecho. El famoso Capitán Marvel, antes de "ver la
luz", había servido en un ejército imperialista que sojuzgaba
a otros pueblos, había acatado las órdenes de una entidad
computerizada sin sentimientos y sin piedad. Así que Genis decidió
pasar a la ofensiva-. De todos modos, ¿quién eres tú
para darme lecciones? No eres perfecto, ni mucho menos.
- ¡A callar, jovencito!
- ¿Qué?
- Que te calles. Veo, además,
que portas las negabandas. tampoco tienes derecho a llevarlas, así
que te despojaré de ellas.
- ¡¡¡NO!!!
DRAX
...una carretera de Nevada.
Era de noche. Arthur Douglas estaba
al volante de un coche. Su mujer estaba en el asiento del copiloto, mientras
que su hijita Heather dormitaba en la parte de atrás. De repente,
los focos de una nave iluminaron la carretera ante ellos. Un rayo cayó
sobre el coche, que estalló. Douglas salió despedido, y antes
de sumirse en la negrura vio las llamas que consumían el vehículo (8).
Cuando volvió a ver, ya ocupaba
el cuerpo de Drax el destructor. Su hija Heather, la vengadora conocida
como Dragón Lunar, se hallaba ante él. Reconoció el
lugar: se hallaba en Ba-Bani.
- Lo siento, padre. No comprendes
que mis planes son lo mejor para esta gente.
Drax sintió como su cerebro
iba apagándose poco a poco (9),
y luego...
Frente a él estaba la corpulenta
figura del titán loco.
- Resultas patético, Drax.
Te creó mi abuelo (10)
con un solo propósito, destruirme, ¿y qué ocurre?
Que fracasas miserablemente. No fuiste tú, sino Adam Warlock, quien
me detuvo. Y ni él fue capaz de evitar que regresara de la Muerte
y casi dominara el Universo. Y ahora que incluso la Parca me ha rechazado,
nada puede destruirme: soy virtualmente inmortal. Mientras que tú...
¡vas a morir por tercera vez!
- ¡¡¡NO!!!
SEÑOR DEL FUEGO
...Xandar.
Santuario II, la nave de Thanos comandada
por su autoproclamada nieta Nébula, acababa de pasar por el planeta,
dejando tras de sí sólo caos y destrucción (11).
Era un panorama desolador: grandes humaredas salían de aquí
y de allá, mientras los edificios se derrumbaban con estrépito.
Súbitamente, Pyreus Kril vio una forma que reconoció:
- ¡Reina Adora! ¿quién
ha hecho esto, reina mía?
-.Hace dos días... apareció
una nave... de la nada... ¡Mató a todos los campeones de Xandar!
¡Lo... destruyó todo... en minutos!
- ¿Quién? ¿Por
qué?... ¿Fueron Skrulls?
- No... ¡Fueron mercenarios!
¡Su líder se llamaba... Nébula! Dijo que... estábamos
en su camino.
- ¡Esto no quedará así!
¡Vengaré la muerte de mi planeta! -gritó, enfurecido
mientras despegaba...
... sólo para aparecer en
medio de la isla terrestre de Manhattan. Una figura embutida en un ceñido
traje negro, con una blanca silueta octópoda (que le recordaba vagamente
a los ghufflis de su planeta natal) en el torso, se lanzaba hacia él
y comenzaba a descargar una lluvia de puñetazos (12):
- ¡Te has pasado el día
intentando freírme por una imaginaria ofensa a tu precioso ego alienígena!
¡Ya estoy harto! Serás más grande, más poderoso...
¡pero no basta, tío! Jamás me detendrás... ¡por
fuerte que seas! ¡Soy muy cabezota para abandonar! ¡Seguiré
luchando hasta que encuentre la forma de derrotarte! ¡No me rendiré!
¿Me oyes? ¡JAMAAÁS!
La voz del enmascarado se fue apagando
gradualmente conforme el Señor del Fuego se hundía en la
inconsciencia.
Cuando volvió a abrir los
ojos, estaba en el espacio profundo. Sus compañeros, predecesor
y sucesores en la dignidad de heraldo de Galactus, se encontraban cerca
de él. Pero el maníaco llamado Morg apuntaba con su hacha
a la dulce Nova:
- No... creo que no lo has hecho.
Pero creo que has captado su atención (13).
El Señor del Fuego se lanzó
hacia adelante, intentando detener lo que sabía era inevitable,
pues estaba demasiado lejos y demasiado débil.
- ¡¡¡NO!!!
SOTA DE CORAZONES
...Contraxia.
El planeta tenía el mismo
bello aspecto de costumbre. Sin embargo, Jack no se sentía bien.
La debilidad que había sentido en las últimas semanas había
sido sustituida por la devoradora sensación que Sota de Corazones
conocía tan bien: la energía que le daba sus poderes estaba
alcanzando niveles críticos y amenazaba con hacerle estallar. El
dolor le hizo doblarse en un espasmo incontrolable.
Cuando volvió a alzar la mirada,
vio que una multitud de personas se aproximaba hacia él. En cabeza
del gentío marchaba la contraxiana que Peter Parker había
conocido como Marcy Kane.
- Sota de Corazones, has de salvar
Contraxia. Nuestra estrella se muere, falta de energía. Sólo
tú puedes proporcionarle la suficiente para que nuestro planeta
no perezca. (14)
- De mil amores, Marcy. Si algo me
sobra es precisamente... -de repente, Jack se interrumpió.
- ¿Qué pasa?
- ¡La he perdido! ¡He
perdido la energía del Fluido Cero!
En un instante, Jack se vio transportado
al espacio, en un punto intermedio entre Contraxia y su estrella. Ante
sus ojos, el sol se fue apagando como una vela que se consume. Jack intentó
volar hacia él, pero era inútil. No lograba desplazarse.
La ira creció en su interior ante su impotencia:
- ¡¡¡NO!!!
GANÍMEDES
...Leda.
La base del Celibato estaba completamente
destruida. Los cascotes salpicaban la superficie de la pequeña luna
joviana. Con el pánico oprimiendo su corazón, Ganímedes
atravesó casi a la carrera el dintel derruido de lo que antaño
había sido la entrada a la base.
La cápsula de hibernación
estaba destrozada. El humo salía de entre los fragmentos de su rota
cubierta. Del cuerpo de Perséfone no había ni rastro. Sin
embargo, ¿qué era aquél ruido? Sonaba como un cuerpo
arrastrándose. Girándose con presteza, Ganímedes empuñó
su bastón en posición de defensa. De repente la vio: era
Perséfone. Su cuerpo estaba destrozado, sangraba por múltiples
heridas y su respiración era entrecortada y jadeante.
- ¡Hermana! ¿Qué
ha ocurrido?
- ¡No me llames así!
¡No tienes derecho a hacerlo! ¡Traicionaste al Celibato y a
todo lo que representa! ¿Qué ha ocurrido, dices? Lo que tenía
que ocurrir. Tirano ha regresado, como te advertí, y no había
nadie sino yo frente a él. ¿Qué podía hacer
una sola Célibe contra semejante criatura?
- ¿Dónde está
ahora? ¿Dónde? -pero era inútil. Perséfone
había exhalado su último suspiro.
- Date la vuelta, hembra. Quiero
que me veas antes de morir -la odiosa voz era inconfundible. El horrible
rostro, tensado por los cables que partían de su boca, también.
Las afiladas garras se adelantaban hacia ella-. Reza lo que sepas, Célibe.
Es tu fin.
- ¡¡¡NO!!!
ADAM WARLOCK
...la Contratierra.
Adam Warlock estaba clavado en una
cruz (15).
Un dolor lacerante partía de sus manos y pies, clavadas al instrumento
de suplicio. Frente a él, una muchedumbre le contemplaba. E inmediatamente
bajo sus pies, una figura que representaba la maldad encarnaba le observaba,
mientras sus ojos relucían con el inconfundible brillo de la satisfacción.
- Asúmelo, Warlock. He ganado.
Este mundo es mío, y no has podido hacer nada para impedirlo -levantando
su garra hacia el cielo estrellado, la cerró en un ademán
de ira-. ¿Puedes verlo, Evolucionador? ¿Ves a tu campeón?
¡Ha fracasado, igual que tú! -girándose de nuevo hacia
Warlock, bajó el tono de su voz, aunque no la ira que rezumaba-.
Seguro que nos observa. Demasiado cobarde para intervenir él mismo,
aunque no para enviar a otros al sacrificio, como ovejas al matadero...
Cambio de escenario. la fortaleza
de Thanos, en la que había construido una única y gigantesca
gema para dominar el Universo (16).
Cuando Warlock se desvanecía, su alma absorbida por su propia gema-alma,
vio como sus esfuerzos eran vanos: Thanos se levantaba, fuerte como un
roble y con una mueca burlona en sus labios.
- ¡No es posible! -alcanzó
a musitar Adam Warlock-. Estabas vencido...
Warlock se giró a un lado
y a otro, sorprendido. Estaba en la Isla Monstruo, en el Triángulo
de las bermudas terrestre: el aroma de la vegetación que entraba
por la ventana era inconfundible. Como también lo era la hermosa
mujer que se acercaba:
-¡Maya! ¡Amor mío! (17)
Pero... es imposible. Además... lo que sentimos el uno por el otro
es fruto de ese brebaje que bebimos, engañados por el Conde Abismo.
- ¿Importa eso acaso, Adam?
El hecho es que ambos sentimos lo mismo por el otro. No indaguemos la causa,
y disfrutemos de ello.
- ¡¡¡NO!!!
Desde Titán, en una sala aislada
completamente de lo que la rodeaba, Dragón Lunar y el Doctor Extraño
se hallaban sentados en la postura del loto uno frente a otro. La magia
del Doctor y la telepatía de la Vengadora se complementaban y les
permitían seguir a los héroes en su odisea.
"¿Qué ocurre, Extraño?"
"El reino de Mefisto tiene una especie
de defensa automática, que hace que quien entre en él por
sus propios medios se vea enfrentado a sus infiernos personales, salvo
que tenga defensas de tipo místico o mental, cosa que no les ocurre
a ninguno de ellos. Por eso se han detenido: probablemente, cada uno cree
encontrarse en las peores situaciones que han afrontado o imaginado en
su vida."
"¿Podemos hacer algo por ayudarles?"
"Desde luego. Prepárate: voy
a enviarles una especie de bofetón mental que les saque de su trance."
- ¡¡¡NO!!! -todos
pensaban que el grito había partido de sus propios labios, pero
no era así. Alguien se les había adelantado por décimas
de segundo-. ¡Lo que estáis creyendo vivir no es real! ¡Debéis
vencer esta ilusión!
De repente lo que rodeaba a cada
uno se desvaneció, y se encontraron en el mismo lugar en que estaban
cuando todo comenzó. Todos tenían la misma cara, mezcla de
extrañeza y de ira por la manipulación a que habían
sido sometidos.
- Bueno, parece que esto no va a
ser demasiado fácil -dijo Warlock-. Avancemos de nuevo. Es por allí.
- ¿Y cómo lo sabes?
-volvió a interesarse Terrax-. Durante nuestra alucinación,
por si no te has dado cuenta, nos hemos movido. ¿Es que te lo ha
vuelto a decir el mago?
- No. Pero la horda de demonios que
se nos echa encima viene de allí, así que es lógico
suponer que allí es donde nos dirigíamos. Además -añadió
al cabo de una pausa-, "el mago" acaba de confirmármelo.
Al poco tiempo, la horda mencionada
por Warlock se hizo evidente a los ojos de todos. Una abigarrada multitud
de demonios, a cual más horrible que su vecino, se precipitaba sobre
ellos.
Los héroes avanzaron resueltamente
hacia ellos, decididos a abrirse paso. Todos procuraban causar el menor
daño posible, sabedores de que en aquellos cuerpos contrahechos
podían ocultarse almas no completamente demoníacas. Todos...
excepto Terrax, que avanzaba blandiendo su hacha a derecha e izquierda
con un frenesí salvaje en su mirada.
- ¡Terrax! ¡Contente!
- ¿Por qué? Ya están
muertos, ¿no? Pues entonces, no les estoy haciendo nada irreparable.
Además, ¿no tenemos tanta prisa? Pues déjate de pamplinas
y avancemos de una vez.
Finalmente, llegaron al corazón
del reino que una vez rigió Mefisto con puño de hierro y
que ahora gobernaba su hijo, Corazón Negro (18).
El ser demoníaco se hallaba ante ellos, sentado en su trono.
- Dejadme hablar a mí -susurró
Warlock cuando se acercaban. Incluso Terrax aceptó esta petición
en silencio-. Saludos... ¿Mefisto?
- No. Mefisto ya no rige este reino.
Ahora gobierno yo, Corazón Negro. Soy, podríamos decirlo
así, su hijo.
"Empezamos bien", pensó Terrax.
- Bueno. Hemos venido a tu reino
sin invitación en busca del alma de una amiga nuestra.
- ¿Por qué pensáis
que se halla en mis dominios? Y, suponiendo que estuviera, ¿no debería
estar?
- Comprenderás que no arrostraríamos
los peligros que supone introducirnos en este reino sin ser invitados sin
tener buenos motivos para ello. Incluso una mala bestia como Terrax ha
arrostrado los peligros inherentes -Genis, Drax y el Señor del Fuego
agarraron a Terrax por si se le ocurría abalanzarse sobre Warlock-.
El alma de que te hablo pertenece a Nova, la terrestre nacida como Frankie
Raye, que fue tomada por el ser conocido como Galactus como heraldo. Y,
puesto que aún no ha muerto, ni hizo un trato demoníaco,
su alma no debería estar aquí. Que es, por otra parte, a
dónde conduce el rastro místico que parte de su cuerpo.
- Aunque, como dices, uno no entra
de rondón en mis dominios sin una buena razón, no tengo conocimiento
de que el alma que me describes se halle en mi reino. Sin embargo, tampoco
tengo motivos para desconfiar de vosotros, así que... -Corazón
Negro se concentró unos instantes, y a continuación se volvió
a dirigir a los héroes-. Ya he descubierto lo que ha ocurrido: alguien
robó ese alma, en efecto, y el rastro apunta hacia aquí;
pero continúa, dirigiéndose hacia los dominios de Satannish.
A los que llegaréis si atravesáis ese portal -indicó,
al tiempo que un portal místico se abría en el punto hacia
donde había señalado-. Parece que sigue decidido a continuar
con la guerra emprendida hace tiempo (19).
Pobre idiota...
- Comprenderás, Corazón
Negro, que espere no volver a verte en una larga temporada -se despidió
Warlock mientras se dirigían hacia su próximo destino.
- No cuentes con ello, mortal...
- ¿Qué has querido
decir con eso de "mala bestia", rubito? -masculló Terrax cuando
estuvo seguro de encontrarse fuera del alcance del oído de Corazón
Negro, mientras balanceaba ominosamente su hacha, pero sin dejar de caminar...
por si acaso.
- Quise decir -le replicó
Warlock- que eres despiadado, sin escrúpulos, completamente egoísta
y perfectamente amoral.
- ¡Ah, bueno! Creía...
El portal convocado por Corazón
Negro les condujo directamente ante el trono de Satannish... que tampoco
estaba ocupado por el viejo demonio verde. Un ser mucho más delgado,
de color amarillo, se sentaba en él.
- Disculpa, pero tú no eres
Satannish.
- En efecto, soy su hijo, Belial.
El viejo la palmó hace algún tiempo y ahora yo mando en el
cotarro. La nueva generación llega al poder hasta en los reinos
inferiores. Ya iba haciendo falta algo de sangre fresca por aquí.
Mefisto, Satán (20),
mi papi... todos ellos estaban pasados de moda. Los tiempos cambian y hay
que adaptarse a ellos. Bueno, ¿qué demonios, y perdonad el
chiste, queréis?NT>
Warlock tomó de nuevo la palabra,
y refirió a Belial los mismos hechos que ya había contado
a Corazón Negro.
- ¿Y quieres convencerme de
que un ser que es responsable de la desaparición de civilizaciones
enteras, entre las que incluyo el Mundo-Trono skrull (21),
no merece estar aquí?
- Quizá, pero no es ese el
punto crucial. El hecho es que Nova no ha muerto, y por lo tanto tu padre
no tenía derecho a tomar su alma. El que dicha alma sea o no malvada
resulta irrelevante.
- Supongamos que admito tus argumentos.
Pero ¿y si no quisiera devolvértela?
- Los aquí presentes tenemos
suficiente poder para causar graves daños a tu reino. Y no estamos
solos: tenemos amigos, amigos poderosos, que nos ayudarían de ser
necesario. Tu negativa podría resultarte muy cara. ¿Y qué
decir de Galactus? ¿Cómo le sentaría esta ofensa infligida
a uno de sus heraldos? ¿O es que no sabes que por una ofensa mucho
menor estuvo dispuesto a consumir el reino de Mefisto? (22)
- No me engañas, mortal. Galactus
ha desaparecido, está kaputt.
- No te engañes tú.
Si Galactus hubiera muerto, como dices, el Universo habría sentido
semejante pérdida, pues él es uno de los puntales en los
que se apoya. ¿Crees acaso que la desaparición de semejante
ser no acarrearía consecuencias gravísimas? Y, en cualquier
caso -recalcó Warlock-, nosotros y nuestros amigos nos bastamos
y sobramos para dejar tu reino en ruinas. ¿estás dispuesto
a correr el riesgo?
- Bueno, bueno, tampoco hace falta
ponerse así, tío. Aquí tienes el alma que buscabas
-añadió, conciliador, al tiempo que arrojaba a Warlock una
esfera brillante.
- Has obrado sabiamente, Belial.
Hasta nunca.
- ¡Buf! -respiró aliviado
Genis cuando se habían alejado un buen trecho de Belial-. Ha ido
de un pelo...
- No tanto -replicó Warlock-.
No era un farol completo, aunque no creí que supiera lo de Galactus.
Pero contaba con que es un recién llegado al puesto, y todavía
no conoce completamente la verdadera extensión de sus poderes. Además,
todos los demonios son, por definición, cobardes. Y ahora, démonos
prisa. El tiempo se nos está acabando -. Se concentró en
el Doctor Extraño, que recibió su mensaje y les transportó
de inmediato de vuelta a Titán.
- Dádmelo, deprisa. Casi no
nos queda tiempo -. El mago trazó los signos místicos precisos,
mientras los que le rodeaban vieron como la esfera parecía hundirse
en el pecho de Nova. Pero ningún cambio aparente sobrevino.
- ¿Qué ocurre? -preguntó,
ansioso, el Señor del Fuego-. ¿Hemos llegado tarde?
- No, estábamos dentro del
plazo. Sin embargo, el reintegrar el alma no garantizaba la recuperación
instantánea.
- Mentor -la metálica voz
de I.S.A.A.C. resonó en la sala-, creo que deberíais subir
a la superficie. Y llevar a Nova con vosotros.
- Es mejor que le hagamos caso, amigos
-dijo el anciano-. Si lo dice, tendrá sus razones.
Subiendo a la carrera, los diez llegaron
a la superficie con Nova en los brazos del señor del Fuego, para
encontrarse con una visión del todo inesperada. Ante ellos, a través
de una grieta en el espacio, había aparecido la mitad superior del
cuerpo del Devorador de Mundos.
- ¡Galactus! ¡Estás
vivo! -gritó el Señor del Fuego.
- Sí, Pyreus Kril. Y creo
que puedo ayudaros. Tengo las energías necesarias para sanar completamente
a Nova (23).
Por desgracia, no puedo permanecer mucho tiempo en este plano -. Extendiendo
la mano, Galactus vertió el poder cósmico sobre la forma
inerte de Nova. Los que la rodeaban casi pudieron ver la energía
fluir entre uno y otra-. Y ahora, ¡adiós! -añadió,
al tiempo que se retiraba y la grieta se cerraba.
Súbitamente, Nova comenzó
a moverse, y sus párpados se abrieron.
- ¿Qué ocurre? ¿Dónde
estoy?
- Estás en Titán, chiquilla.
Con amigos. De vuelta.
(1)
En Estela Plateada # 75.
(2)
Como se narró en Poderes Cósmicos # 11.
(3)
Warlock y la Guardia del Infinito # 37-39
(4)
Ver la Cronología No Oficial del Universo Marvel, en http://members.xoom.com/Beregondson/index.html,
seleccionando Cómics y luego HNOUM.
(5)
Los Cuatro Fantásticos # 243
(6)
Los Cuatro Fantásticos # 260
(7)
Los Nuevos Guerreros # 17
(8)
Capitán Marvel # 32
(9)
Los Vengadores # 220
(10)
Se contó en Capitán Marvel # 32
(11)
Los Vengadores # 260
(12)
Asombroso Spider-Man # 270
(13)
Estela Plateada # 75
(14)
Serie Limitada Sota de Corazones # 4
(15)
En la serie Hulk #177-178.
(16)
Marvel Two-in-one Annual # 2
(17)
Warlock y la Guardia del Infinito # 30
(18)
Desde Motorista Fantasma/Lobezno/Castigador: Oscuro destino (la
continuación de Motorista Fantasma/Lobezno/Castigador: Corazón
de Tinieblas)
(19)
Se habló de esa guerra en Vengadores Costa Oeste # 100
(20)
Hellstorm # 16
(21)
Los Cuatro Fantásticos # 257
(22)
En la Novela Gráfica El día del juicio.
(23)
Gracias a absorberlas de Hipertormenta, desde Los Cuatro Fantásticos
# 414
En el próximo número:
¿qué pasa con Nova, vuelta a la vida? ¿Y con el resto
de los personajes de la serie? Nuevas expectativas se abren ante todos
ellos. Explóralas con nosotros a partir de PODERES CÓSMICOS
# 13
Como ya habíamos anunciado,
este mes conoceremos el resultado del concurso para bautizar a los futuros
Primigeniables del Universo. Y el ganador es... PETER GARCÍA SÁNCHEZ.
No, no es porque sea el editor, sino que sus propuestas son las más
originales de las recibidas. Como prometimos, recibirá en su buzón
un hermoso premio virtual. Y estos son los nombres que propuso:
Estela seria el Protector; Jack,
el Fugitivo; Genis-Vell, el Aspirante; Pyreus, el Errante; Drax, el Destructor
e Impy, el Guasón