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Perseguidos y odiados por un mundo que les teme. Luchando por el sueño de que mutantes y humanos puedan vivir juntos y en armonía. Ellos son: la Patrulla-X
 
Patrulla-X

PATRULLA-X #365
Crisis de fe I
La caída de los mutantes

Guión: Jose Cano Carlos Correia
Portada: Israel Huertas

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La historia hasta ahora: En Factor-X #200, la Patrulla-X fue detenida por actos de terrorismo.

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Miembros de la Patrulla-X: Tormenta, Arcángel, Mariposa Mental, Picara, Kaos, Polaris, Proudstar y Lanzallamas.

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- Listos o no, aquí estoy -grita Manoli Wetherell, mientras cierra la puerta con un golpe de cadera.

- ¡Manoli! -Liz Conan aparece desde el salón para recibirla, pero se encuentra con bolsas de la compra en equilibrio precario que cubren por completo a la visitante.

La adolescente se carga de víveres poco a poco, es un palmo más baja que la mujer y tiene los brazos más cortos. Manoli, libre, se pasa una mano por el pelo teñido de amarillo y rojo. Le resulta chocante que el atuendo de Liz parezca el suyo a escala, vaqueros, deportivas, camiseta blanca y chupa. Aparte de la altura y el pelo -el de Liz es largo, liso y moreno-, sólo se diferencian en las gafas que la periodista aprovecha para limpiar con el bajo de la camiseta antes de preguntar:

- ¿Dónde está?

Liz, en equilibrio precario, señala hacia el salón.

- Delante de la tele. Lleva dos días ahí.

- ¿Vas metiendo las cosas en el frigorífico mientras yo hablo con él?

Liz bufa, pero obedece.

Manoli entra en el salón, donde encuentra a su exjefe, Neal Conan, apostado en el sofá, delante del televisor. Las persianas están bajadas hacia la mitad, dejando la habitación en penumbra. Los deberes de Liz están desperdigados sobre la mesa y el polvo acumulado sobre los muebles está empezando a crear pelusa. Neal va vestido con una camisa y unos pantalones arrugado, tiene los zapatos quitados -dejando a la vista unos calcetines negros y llenos de bolitas que hacen arrugar la nariz a Manoli- y unas ojeras enormes. La mujer anda hasta situarse a su altura.

- Hola -saluda.

- Hola -repite él, sin mirarla.

Sube levemente el volumen del televisor.

En la pantalla se encuentra T'Challa de Wakanda, con su traje de Pantera Negra, sin la capucha, rodeado de micrófonos con los logos, entre otros, de la CNN, el Ojo en el Cielo o RTVE:

- "Wakanda siempre ha desaprobado la llamada 'política antiterrorista' de los Estados Unidos. Por lo que a mí respecta, como soberano, y a mi Gobierno y a mi pueblo, en nombre de los cuales estoy autorizado para hablar, la Patrulla-X es un grupo de héroes arrestados injustamente. Y creo que si mis compañeros vengadores y el Capitán América no estuviesen desaparecidos, opinarían lo mismo".

- Neal... -dice Manoli.

El levanta un dedo, pidiéndole silencio.

- Sssh, espera...

La imagen regresa a un plató con una enorme mesa de debate en cuyo centro se sienta Trish Thilby y en la que puede observase, entre otros, a Reed Richards, Jonathan Chambers, Graydon Creed y el senador Kelly, que tiembla como un flan. Hay un primer plano de J.J. Jameson:

- "¿Y quienes son estos tipos para opinar sobre la seguridad de los Estados Unidos? T'Challa de Wakanda o Namor, rey en el exilio, sólo intentan hacer propaganda de sí mismos... Y aún nos queda por escuchar a Magneto... Todas estas amenazas deberían...".

Manoli da dos pasos y apaga la televisión. Neal se vuelve a mirarla, casi como si no la reconociese.

- Jefe... Reacciona... ¿Qué vamos a hacer? -ella se ha colocado con los brazos en jarras, de pie pero algo inclinada.

Neal baja la vista hacia su mano izquierda, acariciándose el muñón de los tres dedos que le faltan1. Luego mira hacia la cocina, desde donde llega el ruido de Liz organizando la compra. Finalmente, se vuelve hacia Manoli, con una expresión de indefensión total.

Ella suspira. Mira por la rendija de una de las persianas mientras ahoga un gemido. Luego se sienta junto a Neal, la cabeza gacha y frotándose la nuca con una mano.

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Ni una nube en el cielo sobre la Plaza Eagle. El sol de Texas cae a plomo sobre el Nido de las Águilas, cuartel general de Factor-X, situado en pleno centro de Dallas. Acaba de pasar el mediodía, el termómetro supera de largo los treinta grados y no se mueve ni un ápice de viento. Pero a los manifestantes poco les importa.

Un equipo combinado de policías locales y XSEs2 mantiene un pasillo de seguridad entre ambos grupos, para evitar que peleen entre sí, pero también para asegurar la seguridad de la entrada al Nido, que está viviendo unas jornadas frenéticas de entrada y salida de autoridades civiles y policiales.

A un lado, el este de la plaza, unas cien personas, los anti-Patrulla, que no quiere decir necesariamente pro-XSE. Supremacistas de los Amigos de la Humanidad, fanáticos del Último Refugio de la Humanidad y algún honrado ciudadano enardecido por las noticias. El eslogan más repetido es "No más mutantes".

Entre los racistas, se adivinan pequeños grupos de mutantes o mixtos, algo apartados, y que exhiben sus pancartas con timidez. Destaca la repetición del logo de una asociación, la Unión Cívica de Mutantes. Su eslogan preferido parecer ser "Divididos caeremos".

Al otro lado, al oeste, casi el doble en número, que aumenta por la noche o en las horas puntas, los pro-Patrulla, que han montado incluso un pequeño escenario y cuentan, de largo, con mayor número de famosos entre sus filas. En estos momentos, sobre el vocerío de insultos devueltos o dirigidos hacia el edificio, se impone la voz de Lila Cheney, que canta una versión de "Hurricane", de Bob Dylan, en la que ha sustituido a Huracán Carter por la Patrulla-X:

- "This is the story of the X-Men" -le hacen los coros varios seguidores.

Los pro-Patrulla son un grupo mucho más variado, donde se puede ver a mutantes con deformidades evidentes que las lucen casi con exhibicionismo. Entre sus gritos y pancartas de "Orgullo Mutante", "Renacimiento Morlock" o "Magneto tenía razón" se ha impuesto esta jornada una nueva frase, dirigida a los XSEs, que nadie parece saber quién ha inventado: "No queremos Mesías".

El ruido del motor de un Águila Dorada al despegar desde la azotea del Nido se traga los insultos y las canciones por un segundo, pero consigue poner de acuerdo a casi todos los manifestantes, que empiezan a silbar a la nave de Factor-X mientras se pierde en el horizonte.

En el interior del edificio, Lou AntílopeIntrépido, joven navajo ayudante personal de Forja y jefe de seguridad del edificio, contempla el espectáculo desde uno de los monitores de la cabina central de vigilancia, desde donde se controlan todas las cámaras del edificio.

Uniformado como un XSE -pantalones y chaqueta negros, camiseta del mismo color con una X blanca en el pecho, y cinturón con kit de armas cortesía de Forja-, Lou sostiene un café una mano mientras se ajusta la coleta con la otra. Teclea un par de comandos en el panel de control y las celdas de la Patrulla-X van pasando una por una por la pantalla principal.

Mariposa Mental está sentada en el centro de su celda, los ojos cerrados, las piernas cruzadas sobre sí mismas, los codos sobre las rodillas, las yemas de los dedos pulgar y corazón tocándose, respirando acompasadamente. La habitación es un cubículo de blanco impoluto cuyo único mobiliario son un catre y un retrete, situados cada uno en una esquina, sin que se adivine puerta o ventana alguna, iluminación completamente artificial. Elisabeth lleva puesto un mono gris de presidario que le queda un par de tallas ancho y no tiene bolsillos, ni cremallera visible. Las babuchas a juego están perfectamente colocadas a los pies del catre, Mariposa está descalza. Las cuatro cámaras de la celda la muestran desde diferentes ángulos antes de pasar a la siguiente.

A Pícara la encuentra acurrucada sobre el catre, la cabeza apoyada en la pared, casi en postura fetal, las rodillas a la altura del pecho. Se ha recogido las mangas hasta los codos y se rasca las manos, nerviosa. Mueve los labios, hablando sola en voz baja.

- Ya sé que no debí hacerlo, Mamá.

Lou alza una ceja antes de que la pantalla pase a la siguiente celda.

David Cassidy, Lanzallamas, hace flexiones, los pies colocados en el borde de la cama, dando una palmada cada vez que estira los brazos. Está en calzoncillos, con el mono militarmente doblado sobre la cama. Pequeños regueros de sudor le corren por las mejillas, goteando hasta el suelo. Cuenta moviendo la boca, sin hablar. Cientouno, cientodos.

Alex Summers, Kaos, camina en círculos con las manos enlazadas a la espalda. Cada tres o cuatro paseos se detiene y cambia de dirección, en lugar de cruzar la habitación a lo largo, lo hace a lo ancho. Justo cuando la cámara va a cambiar de habitación, Alex lanza una rápida mirada a la que lo enfoca justo en ese instante. Mientras la imagen se va, se los escucha claramente mascullar.

- Que os jodan.

Lou se rasca la nuca, bajo la coleta, nervioso, y busca de reojo en el mar de monitores a su espalda el que mantiene constante la imagen de la celda de Kaos.

La celda de James Proudstar no lo arregla. El apache, que hace sentir a su vigilante un punto de culpabilidad racial que no admitiría, ocupa la cama tumbado boca arriba, las manos enlazadas bajo la cabeza. La primera imagen sólo muestra sus pies, pero las tres siguientes pueden grabarle la cara. James mira siempre directamente a la cámara que lo enfoca, sin variar la expresión neutra de su cara.

Esta vez Lou si que se vuelve y mira la pantalla fija. Pero Proudstar ha cerrado los ojos y parece intentar dormir.

Cuando regresa al monitor principal, Antílope puede ver a Lorna Dane, Polaris, sentada en el suelo, junto al catre, mordiéndose las uñas de una mano y rascándose una rodilla sobre el mono con la otra. Antes de que la imagen la abandone, se pone en pie y empieza a dar vueltas por la habitación.

- Menuda luna de miel de #%!& -dice, en voz alta.

La dos últimas celdas están vacías.

- Warlock, soy Antílope. ¿Puedes darme la localización Tormenta y Arcángel?

La voz del ordenador central, metálica y alienígena, responde por uno de los altavoces del monitor principal.

- Mí asiente. Reclusotormenta se encuentra en la sala de interrogatorios. Reclusoarcángel en la de visitas.

Lou mira los monitores correspondientes. Pantallas en negro.

- ¿Puedes darme imagen y audio?

- Mí disiente. Agenteantílope no tiene autorización.

- ¿Quién te ha dado esos protocolos de seguridad?

- Mí informa. Órdenes proceden de máximo nivel de seguridad. Código: Águila. Agenteantílope sólo Código: Lobo.

Lou tamborilea con los dedos sobre el teclado. Luego pasa de nuevo a las cámaras que vigilan la Plaza Eagle.

- Me alegro de verte, Fred.

Arcángel, al cual el mono gris le hace un bulto sospechoso a la altura de los hombros, toma asiento frente a su abogado.

- Para Landau, Luckman y Lake es un placer atender sus necesidades, señor Worthington.

Fred es un hombrecillo de traje gris y gafas pequeñas de cristales rectangulares, pelo rubio casi al rape y unas mejillas lampiñas que le dan aspecto juvenil. Estrecha la mano de Warren mientras toma asiento él mismo. Lo acompañan un hombre y una mujer que casi lo doblan en tamaño, vestidos con trajes de alta tecnología y de aire profesional, que permanecen de pie a ambos costados del abogado.

- Veo que no vas a ninguna parte sin tus guardaespaldas.

- Es la política de la empresa.

- ¿Y los dejan pasar? -Warren recorre con los ojos la habitación.

La sala de visitas es cúbica y aséptica, con una mesa en el centro y una puerta en cada extremo. En una de ellas, por la que entró el abogado, se ha colocado Lápsus, Maxine Thomspon, joven promesa de Factor-X, que se cuadra con las manos enlazadas a la altura de la cintura y procura mantenerse impasible. En la otra, cada uno a un lado, Comando y Random, que no necesitan hacer grandes esfuerzos para resultar imprenetables. Random incluso se permite apoyar la espalda contra la pared y ajustarse las gafas de sol.

- Factor-X sabe que puede confiar en LL&L -dice Fred, mientras empieza a sacar papeles de su maletín.

Warren sonríe de medio lado.

- Lo primero es lo primero. Su jefes saben que el pago por sus servicios está garantizado, ¿verdad?

- Por supuesto, señor Worthington. La división financiera de LL&L tomó todas las medidas que usted y el consejo de administración de su corporación nos indicaron. Aunque sus cuentas personales han sido congeladas por el gobierno, las empresas han quedado ya completamente desvinculadas de usted, y son las que garantizan los honorarios de nuestro... bufete -Fred se agacha hacia Arcángel y le alarga unas fotocopias antes de continuar-. También están a salvo, como puede ver, las cuentas... especiales..., que mantienen en funcionamiento su red de refugios para mutantes3 y la Liga de los Ángeles4.

- Por supuesto -dice Warren, mientra ojea por encima los pliegos.

- Bien -los dos se miran a los ojos un instante antes de que Fred recoja las fotocopias y las vuelve a guardar en el maletín-. Puedo empezar a detallarle los cargos contra usted y cada uno de sus compañeros. En LL&L hemos puesto a nuestro mejor equipo de abogados especialistas en legislación superhumana al cargo.

- Estoy seguro de ello -Warren mira de reojo a Comando y Random, que parecen estar concentrados en las manchas del techo-. Fred, voy a tener que pedirle a usted y a sus jefes que hagan de enlace entre mis compañeros y yo, ya que no se nos permite vernos entre nosotros. Tengo un par de indicaciones que quiero que les haga, y, por supuesto, los servicios que he requerido de LL&L se extienden a todos ellos.

- Mmm... Sí, ya estábamos trabajando en eso... Las Patrioct Acts son una auténtica pesadilla, ¿lo sabe? Pero quizás podamos arreglar que, al menos, los Summers puedan verse. Ya sabe, una especie de visita conyugal.

- Ya... Verá, quiero que cuando hablen con Ororo Munroe...

- Señor Worthington, le ruego que sea lo más discreto posible a ese respecto -Fred señala con las cejas a Comando y Random-. Ya tenemos diseñada la defensa para cada uno de sus compañeros, y he de decirle que en algunos casos va a ser más difícil de llevar que en otros. Y sobre la señorita Munroe... ella ha rechazado nuestros servicios.

- ¿Qué? -grita Warren, incorporándose sobre su silla y provocando un sútil movimiento de hombros en los dos guardaespaldas de Fred, además de que Comando, Lápsus y Random abandonen la clasificación de las manchas del techo.

- Señor Worthington...

- Convénzala, por Dios, dígale que... -Warren está ya prácticamente de pie. Random da un paso hacia él, pero Comando lo detiene con un gesto de la cabeza.

- No podemos obligarla a recibir una visita que rechaza, señor Worthington... El señor Proudstar ha hecho lo mismo, y debo decirle que es casi un alivio...

Arcángel levanta las manos mientras vuelve a sentarse, intentado tranquilizar a sus vigilantes. Vuelve a dirigirse a Fred, señalándolo con el dedo.

- Consíganme una entrevista con ellos dos, juntos o por separado, me da igual. Invéntense una ley si hace falta. Es una prioridad.

- Haremos lo que podamos -Fred se ajusta las gafas y revuelve en su maletín otra vez, aunque sin llegar a sacar un nuevo documento.

- ¿Por qué es un alivio que James no quiera ser defendido?

- Porque su caso es casi el más complicado, señor Worthington... y alguien tendrá que ser... eh... -Fred vuelve a ajustarse las gafas sobre el puente de la nariz.

- ¿Sacrificado?

- Señor Worthington...

- No voy a montar una escena, Fred. Continue.

- Verá, incluso para los estándares de las Patrioct Act, todo este proceso está siendo muy rápido. Parece como sí el Gobierno quisiese un... -Fred tose, mientras baraja ficheros- Bueno, que no decaiga la atención mediática sobre este caso.

- Dice que va a ser un linchamiento.

Maxine, junto a su puerta, mira a Arcángel por primera vez. Éste le devuelve la mirada un instante, sereno, antes de regresar a su abogado. Fred se arregla los puños de la camisa.

- Más bien una muestra de eficiencia legal y de seguridad. La acusación la va dirigir un fiscal ascendente, Nolan Humbert, un tipo joven y ambicioso. Está regalando titulares sobre mutantes buenos y mutantes malos, pero ustedes tienen de su lado a la comunidad superheroica. Le he traído de Nueva York el Dialy Bugle con las declaraciones de Reed Richards y Ben Grimm, son fantásticas...

- Mutantes buenos y mutantes malos -dice Warren, suspirando-. ¿Sabe que yo fundé Factor-X? -se dirige a Fred, pero mira a Maxine.

- Ese era otro Factor-X, señor Worthington. Aunque es algo que podemos usar... Usted siempre ha sido un miembro valioso de la comunidad...

- ¿Cuál es el peor caso? -interrumpe Arcángel- Ha dicho que el de James era casi el peor.

Fred blande uno de sus incontables ficheros.

- Pícara.

- ¿Cómo de malo?

Fred traga saliva.

- Pena de muerte.

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La habitación tiene un balcón que se abre hacia la inmensidad del Atlántico, dejando que el aire salado, fresco y húmedo, la inunde. Monet StCroix cierra los ojos mientras lo aspira, apoyada sobre la barandilla. Neo Avalon, con sus edificios imposibles mezcla de arquitectura alienígena, demoníaca5 y mutante, y su ecosistema artificial, por el que pasean mutantes de todas clases y colores, que lucen aquí su condición sin complejos, se extiende bajo sus pies.

- M, vamos a empezar -dice Magneto.

La chica se gira y vuelve a ponerse la chaqueta del discreto traje negro que utiliza cuando asiste a reuniones oficiales. La habitación es la sala del Consejo de Gobierno de Neo Avalon, una institución, que a falta de mayor consolidación del joven estado, ostenta por el momento la máxima autoridad en la isla.

En una mesa alargada que preside Magneto -y a cuya izquierda tiene Monet reservado un discreto asiento, como ayudante personal del líder- se acomodan ahora los principales personajes del país. La Luz, mutante asiático con la capacidad de detectar cuando alguien miente, jefe de la diplomacia, bajito, vestido con un traje blanco y luciendo un pequeño bigote, sentado en el otro extremo de la mesa, en el mismo costado que M.

Fortaleza, ministro en funciones de lo que podríamos llamar medioambiente, el antiguo heraldo de Onslaught, que dedica sus poderes de control sobre el ecosistema a crear uno para la isla, de color azul y con decenas de pequeñas pantallas cubriendo su cuerpo y volando a su alrededor, situado entre Monet y La Luz.

Amelia Voight, sin cargo específico, aunque encargada de un virtual ministerio de cultura, consejera de Magneto, con un traje gris, la melena pelirroja recogida en un moño y aspecto de muñeca de porcelana, situada frente a Monet.

El Mímico, jefe de seguridad, con sus melenas y barbas debidamente peinadas y recortadas y un traje que deja espacio para sus alas, presente más por cortesía que por lo que sus entendederas puedan aportar, situado frente a Fortaleza.

Y en una esquina, registrándolo todo, Niño Listo, deforme enano cabezón que viste su traje de supervillano tradicional y se aciricia mecánicamente la barbita mefistofélica mientra lanza miradas furtivas a las mujeres.

Tras un breve inicio formal de la reunión, Magneto, que luce su traje tradicional sólo que sin el caso, la capa recogida en un costado, va directamente al grano:

- Estamos aquí porque no podemos dilatar más la toma de posición oficial de Neo Avalon en el caso de la Patrulla-X.

Mira directamente a La Luz. Los demás darían su vida por Magneto, pero La Luz tiene su propia agenda. Un político hábil al que sus poderes otorgan mucha ventaja en cualquier batalla dialéctica.

- Opino -comienza el asiático, lanzando una mirada a su alrededor- que nuestra posición en este asunto es inmejorable. Podemos usar el caso como un ejemplo de la discriminación que los mutantes sufren en el mundo, con la Patrulla-X como mártires sea cual sea el resultado del juicio. Eso, unido a que Lord Magneto -arrastra las palabras con cierto retintín que hace que Fortaleza la dedique una mirada de censura- quedará como el único símbolo mutante de calado fuera de EEUU, decididamente mejorará nuestra imagen internacional. Y probablemente nos regale una nueva oleada de inmigrantes mutantes que soliciten la nacionalidad. La afluencia ha disminuido los últimos meses... ya ha pasado la novedad inicial -y mira brevemente a Monet.

Magneto se inclina sobre la mesa, enlazando las manos a la altura de la barbilla. Mira en derredor, esperando algún tipo de respuesta, aunque con poca esperanza de obtenerla. M querría hablar, rebatir a ese hombrecillo engreido, pero sólo tiene permiso para estar presente, no para participar.

- No me gusta que nos aprovechemos así -dice tímidamente Voight, sin levantar la vista, sorprendiendo a todos-, pero tiene razón. Por muy duro que me parezca -ahora se gira hacia Magneto-, Neo Avalon es más importante que mis sentimientos.

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- ¡Eh, tú! ¿Se puede saber que mierda estáis haciendo? -dice Illyana Rasputin.

En un patio del campús de UCLA, alrededor de estudiantes melenudos que juegan con pelotas de trapo, otros que leen al sol y algunos que se meten mano, una docena de chicos y chicas, pintan una pancarta en la que se lee "No más Patrulla-X". Illyana, vestida de paisano, sujeta una carpeta llena de apuntes, los brazos en jarras, mirando el rótulo con furia creciente.

- Illyana, no. -le susurra al oído Sam Guhtrie, mientras le tira de un brazo.

- ¿Qué pasa, tía? -dice uno de los chicos- Nos preparamos para la manifestación de apoyo al XSE que ha convocado la Unión Cívica de Mutantes. ¿Es que tú eres una extremista?

Los ojos de Magik se ponen en blanco.

- Te voy a dar yo a ti extremismo, genetraidor de los...

Una de las chicas se pone de pie y se interpone entre los dos. Tiene el cuerpo cubierto de escamas y le salen una pequeñas alas en la espalda.

- ¿Sabes qué? Me conozco a las tías como tú -le dice a Illyana, mientras la mira de arriba abajo-, muy rubitas y guapitas, que pasáis por humanas la mayor parte del tiempo y luego presumís de lealtad a Magneto o alguna mierda así...

- Qué sabrás tú de Magneto...

- ¡Basta! -dice Sam, arrastrando del brazo a su compañera- Lo siento mucho, chicos, no queríamos molestaros, ya nos vamos...

Magik refunfuña un trecho mientras se van alejando.

- Se merecen que les patee la cara, esos...

- Illyana. Ya. Basta. Estoy tan cabreado como tú, pero llamar la atención no es la mejor de las ideas. Dani ha hablado ya con Scott Summers, y dice que...

- Claaaro... El señor Sam sabe lo que hay que hacer, porque el señor Sam pactó con esos bastardos de Factor-X6 para permitir que sus pobres amiguitos mutantes tuviesen una educación decente en una universidad de humanos guapos, aunque se arrastre por el fango todo aquello por lo que...

Sam, que ha enrojecido y siente como le rechinan los dientes, hace un gesto con las manos, como si quisiese agarrar a su amiga del cuello y apretar. Sin que la hermana de Coloso deje de refunfuñar, Sam se da la vuelta y se marcha.

- No sé como la echaba de menos -murmura, mientras se aleja.

- Gilipollas -dice Illyana.

- Eh, perdona -dice una voz a la espalda de la joven rusa-. Se te ha caído esto.

El que le habla es un chaval un poco más joven que ella, de aspecto bastante normal, sonriente. Se da un aire con el protagonista de Dawson crece. Le devuelve unos apuntes que se han deslizado de la carpeta durante la dicusión con Sam. Illyana los coge sin decir nada.

- Oye... -dice él-. Os he oído, antes, con los de las pancartas. A mí tampoco me gusta eso, pero tu amigo tiene razón, no es la manera. No deberías enfadarte con él.

Illyana contiene una palabrota. El chaval parece en sincero, en un estilo muy boy-scout, será por eso que está de acuerdo con Sam.

- Joss7 -dice él, mientras extiende una mano.

- Eh... Illyana... -la estrecha sin mucho convencimiento.

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Después del ataque de los Centinelas que controlaba Donald Pierce8, la mansión familiar de los Xavier no fue reconstruida. Charles Xavier, el último de la saga, se trasladó a Washington para lanzar su carrera política, que lo ha llevado a ocupar un asiento en el Senado de los EEUU.

El edificio es ahora inhabitable y las instalaciones subterráneas que servían de base a la Patrulla-X han sido desmanteladas. Sólo una parcela de los terrenos sigue estando perfectamente cuidada por personal de confianza contratado por Xavier, y tienen acceso a ella todos los antiguos alumnos de la escuela.

El cementerio.

Scott Summers, vestido de paisano, traje y gabardina, con sus inevitables gafas de cuarzo de rubí, recibe el otoño en su antigua escuela, con las primeras hojas secas de los cedros del cementerio acumulándose bajo sus pies, mientras atardece sobre Westchester. El antiguo líder de la Patrulla contempla en silencio las tumbas parejas de John Proudstar y Nate Grey9. Tras estas hay varios túmulos que recuerdan al El Cambiante, Candy Southern, Mariko Yoshida, Cifra10 o El Sapo11. Entre las piernas de la estatua de Doug Ramsey se encuentra acurrucado Lockheed, los ojos cerrados y durmiendo plácidamente.

Prácticamente sin hacer ruido, sólo anunciado por el olor del puro que se está apagando en la suela de una de sus botas de montañero, Lobezno se coloca a la izquierda de Cíclope, los hombros casi rozándose. Lleva una camisa a cuadros de leñador, abierta y remangada hasta los codos, sobre una camiseta blanca de tirantes, vaqueros y el sombrero, que se ha quitado al entrar, en una mano.

- Jean te manda saludos.

- Dile que estoy deseando conocer a vuestro crío.

- Es una niña. Se llama Rachel.

Hablan sin mirarse, Logan mirando sobre el túmulo de Ave de Trueno, hacia la estatua de Mariko, y Cíclope enfrentado a la tumba de Nate Grey.

- Tenías asuntos que atender, me imagino...

- Sí... Problemas con viejos amigos12, cosas que debía resolver por mi cuenta... -hace una pausa-. Me enteré de lo del chaval -señala la tumba de X-Man-. Dicen que le echó un par, con Selene y sus Jinetes jodiéndolo a base de bien y todo eso.

- Sí que lo hizo.

Permanecen en silencio un par de segundos más. Lockheed abre un ojo, grazna, y vuela hasta colocarse en el hombro de Lobezno. Éste le acaricia bajo la barbilla. El dragón ronronea.

- ¿Vamos a conocer al novio ese de Kitty? -pregunta el canadiense.

- Pete Wisdom. Kurt responde por él.

- Seguro.

- Yo diría que os parecéis mucho.

- Qué te den, un-ojo -Lobezno olisquea el aire, Lockheed lo imita-. ¿No soy el último? ¿Estamos esperando a Fuego Solar, Britania o alguno así?

- Shiro se ha excusado13. Brian estará aquí con su mujer para el juicio, pero ahora mismo intenta ver qué puede hacer con sus contactos en el Gobierno inglés.

- Los mencionaba de coña, canijo.

- Ya. Vamos dentro.

Lockheed chilla, feliz, mientras echa a volar tras los dos hombres que abandonan el cementerio.

La antigua sala de recreo de la Mansión es las pocas que conserva el techo, aunque esté completamente vacía, las ventanas sin cristales y el suelo de madera desnudo. Los hombres-x repartidos en ella hayan improvisado algunos asientos con tablones sueltos y muebles abandonados de otras habitaciones.

Coloso, en su forma humana, chaleco sin mangas rojo y camisa blanca, está de pie junto a una de las ventanas.

- ...te teleportaste sobre mi cabeza. Nunca te había visto hacerlo tan de cerca y del susto me blindé y rompí la camisa...

Rondador, sin inductor de imágenes que valga, rapado al uno y con perilla14, traje gris, sonríe. Sean Cassidy, con una chaqueta de los Boston Celtics, pelirrojo y robusto, bromea con ellos.

- Y luego se subió encima del piano y empezó a hacer malabares...

- Sí -continua Kurt-. Era nuestra primera noche todos juntos. Recuerdo que después de lo del piano apareció, eh...

Los tres miran de reojo, en el otro extremo de la habitación, a Robert Drake, el Hombre de Hielo, también en su forma humana, que parece ignorar al resto de los presentes, mirando hacia los jardines de la Mansión por una de las ventanas, el ceño fruncido.

Con una diana trazada con hollín, usando cartas como si fuesen dardos, Gámbito también permanece apartado, probando puntería en silencio.

Lockheed entra en la sala volando hasta el regazo de Kitty Pryde, vaqueros y chupa de cuero, sentada junto a Wisdom, traje negro tradicional, en una esquina, y compartiendo un cigarro con él. Cíclope y Lobezno siguen al dragón un par de pasos por detrás, éste último encendiéndose un puro Montecristo. Kitty tira el cigarro -haciendo a Wisdom maldecir a todos los demonios- y se lanza en brazos de Logan.

- Ven aquí, viejo.

Lockheed les revolotea alrededor, graznando.

- Mucho tiempo, niña -dice él, dejándose abrazar.

Lobezno se levanta levemente la visera del sombrero con dos dedos para saludar a los demás, sin dejar de morder el puro.

- ¿Y ese cambio, cajun?

El ladrón sonríe mientras se pasa una mano enguantada por el cráneo rapado. No lleva su habitual gabardina ni su uniforme, tan sólo una camiseta negra y ceñida cubierta por un chaleco de cuero, un pantalón negro bombacho y unas botas de pirata.

- Obligado por las circunstancias15.

Cuando todos acaban de saludar el recién llegado, se acomodan como pueden, alrededor de una mesa alargada inexistente que presidiría Cíclope, con Lobezno y Rondador a derecha e izquierda y el Hombre de Hielo justo enfrente.

- Bueno... -Scott tose- Antes de empezar tengo que decir que esta mañana he hablado con Danielle Moonstar. Le he recomendado a los, eh, nuevos mutantes, que sigan con su vida normal. Ellos tenían su propio trato con Factor-X y...

- ¿Y la Academia? -pregunta el Hombre de Hielo.

- Emma se ocupa de eso... -dice Banshee-. Me extraña que no te lo haya dicho.

- ¿Qué nos hemos perdido, Peter? -susurra Gatasombra al oído de Coloso.

- No lo sé, Katya.

- Moira va a intentar mover algunos contactos también, pero cree que lo mejor en este momento es no abandonar su trabajo, ahora que ya están desarrollando una cura para el Legado16 -cuenta Rondador-. De todos modos piensa expresar su apoyo público a la Patrulla-X.

- Bueno, es una premio Nobel.

- No lo sé. Es Moira, su trabajo es importante, pero da igual cuanta gente los apoye si están encerrados. La Patrulla-X es más útil en la calle con mala prensa que entre rejas con buena.

- La Patrulla ha estado ausente otras veces y se ha repuesto...

- La última vez que la dimos por muerta tu estabas en Factor-X y nosotros fundamos Excálibur...

- Kurt...

- Mira, Scott, desde fuera de los Estados hay cosas que se ven con un poco más de perspectiva. La Patrulla no es un asunto local, ni privado, no es algo que se pueda detener.... Queramos o no, se ha convertido en un símbolo para todos los mutantes del mundo.

- Igual que Magneto -apunta el Hombre Hielo.

- No quisiera ser... brusco, dada tu nueva actitud, Robert, pero encuentro... irrespetuoso... el tono que has utilizado para referirte a Erik -interviene Coloso-. Si algo no se le puede discutir es que siempre ha luchado por un futuro mejor para todos los mutantes.

- Oh, cómo no... Mira Petey, eres un buen tío y estoy seguro de que tendrás tus razones para admirar a Mags, pero yo no conviví con el "Magneto bueno". No voy a fiarme de él ni va a parecerme un buen ejemplo. Nunca.

- A pesar de todo, entre los seguidores de Magneto siempre se pronunció el nombre de la Patrulla con respeto.

- Sinceramente, no quiero que te ofendas, pero me da igual la opinión de los seguidores de Magneto.

- Siento decir que estoy de acuerdo con Drake, grandullón -dice Gámbito-. Magneto y sus chicos no son el mejor ejemplo, aunque tú formases parte de ellos en el pasado.

- ¡Ja! Métete tu apoyo por donde te quepa, Lebeau.

- Quizás deberías calmarte, Hombre de Hielo... -dice Kitty.

- Aaah -Bob hace un gesto de hartazgo y se pone en pie- ¿Queréis hablarnos de la visión tan calmada de las cosas que se consigue desde Europa? Yo me he pasado los últimos meses en un planeta del espacio donde todos sus habitantes eran mutantes17... -se vuelve hacia Cíclope-, ¿lo recuerdas Scott? ¿De cuando nosotros eramos Factor-X18?

- Me acuerdo.

- En aquellos tiempos eramos realmente idiotas... Fingíamos ser cazadores de mutantes como cohartada para rescatarlos... -por el tono, los demás no están seguros de para quién exactamente ofrece la explicación.

- Tal vez -dice Cíclope.

- Ibas a decir otra cosa, Hombre de Hielo -dice Rondador.

- Sí, sí que iba a decirlo. Scott os lo puede contar... Todos son mutantes, el planeta entero, y se discriminan entre ellos por ser más o menos feos o tener poderes más o menos chulos. ¿Te suena de algo, Rondador?

- Creo que sé lo que intentas decir, pero...

- ¿Pero qué? Da igual las etiquetas que quieras ponernos, mutantes y humanos somos igual de imbéciles. Jugar a los pobrecitos marginados no sirve de nada, lo único que puede funcionar es... simplemente vivir, maldita sea.

- Bobby...

- Te he dicho que no más Bobby. Estoy de sobra aquí, Scott. Me vuelvo a la escuela, con Emma, para aceptar la plaza de profesor que me ha ofrecido. Son mis amigos, haré todo lo que esté en mi mano para ayudar a su defensa en el juicio, pero se lo han buscado ellos solitos... Qué me maten si me gusta lo que hacen Valerie Cooper y sus nazis-x, pero esto sólo era cuestión de tiempo y no lamento estar en este lado de las rejas...

- Yo sí -dice Cíclope.

- Has hecho tu elección, carambano -dice Lobezno-. Vete.

- No perteneces a este sitio más que yo, enano.

- Seguro que te lo crees y todo.

El Hombre de Hielo se detiene justo cuando está a punto de salir de habitación

- Scott... Todos, excepto los idiotas de Lebeau y el peludo... Dejad estas... idioteces, joder... Gatasombra... ¿No te habría ido mejor estudiando con otros críos, tanto humanos como mutantes, en un colegio normal... y no metida en... un ghetto?

- ¿Un colegio "normal" con la Reina Blanca de directora? -dice ella.

- Y conmigo y con Scott -dice Banshee-. Escucha, eh, Hombre de Hielo, ¿qué es esto? ¿La fé del converso? Nadie está más comprometido con la Academia que yo, pero no voy a dejar que mis amigos y el nombre de la Patrulla-X se vean arrastrados así...

- Y no simplifiques las cosas, Drake -dice Rondador-. Hay miles de mutantes en todo el mundo que necesitan a la Patrulla. En Genosha, en China, probablemente también en Estados Unidos... Gente que no llega a tener ni siquiera la oportunidad de vivir en eso que llamas un ghetto. La Patrulla-X ha existido siempre para ellos. Y la escuela nunca fue la cloaca de los morlocks.

- Para lo que les sirvió a ellos o a nosotros -dice Robert.

- Es mejor que te vayas ya -escupe Coloso, sin mirarlo.

- Sólo digo que ya hemos intentado esto muchas veces. Es hora de algo nuevo.

En silencio, el Hombre de Hielo abandona la sala.

- Bueno, voy a decirlo ahora para evitar que se repita esto -Lobezno toma la palabra cuando cree que Drake ya se ha alejado lo suficiente-. Estamos aquí porque nosotros también somos la Patrulla-X, y vamos a tratar de sacar a nuestros compañeros de la celda en la que los han metido esos %&# de Factor-X... Y si no puede ser probando que son inocentes...

- ...o borrando el rastro de lo que sí han hecho... -añade Gámbito.

- Debe haber una forma de demostrar que la Patrulla no tiene nada de qué avergonzarse -dice Sean.

- No lo tiene en cualquier caso -le responde Rondador.

- Eh, a mí me da igual, mi cabeza ya tiene precio... -dice Remy, levantando las manos como si fuesen a ponerle unas esposas- Lo digo por vuestro bien.

- Gámbito tiene razón. Se trata de impedir que manden a nuestros amigo a la silla eléctrica, pero también que no vayamos nosotros detrás...

- Flaco, no te emociones... Tú nos has reunido, pero te vuelves a casa con tu mujer, y, por supuesto, con el irlandés de la manita... En lo que a vosotros se refiere, el capullo de hielo tiene razón.

- Logan...

- Logan habla por todos Scott. Necesitamos que vuelvas a la Academia y nos coordines desde allí.

- Kurt, tú también vas a ser padre dentro de unos meses y no...

- No es por eso, Scott -dice Coloso-. Aunque la Academia la dirija Emma Frost...

- Y Sean Cassidy.

- No nos podemos quedar sin jefes, un-ojo. Así que danos nuestras órdenes, vete a casa y preparaos para lo peor entrenando a nuestros sustitutos.

- De hecho -interrumpe Pete Wisdom, interviniendo por primera vez en toda la conversación-, y sé que aquí sólo soy un invitado, pero si queréis hacer esto... y creo que alguno tenéis casi la misma experiencia que yo haciendo cosas como esto...

- Ve al grano, gospodin Wisdom, por favor...

- Lo que digo es que hay que ser quirúrgicos y arriesgar lo justo, ruso de lata... Un equipo reducido y prescindible. El enano -señala a Lobezno-, el gabacho -señala a Gámbito-, tú y yo.

- Hasta pensarás que voy a aceptar eso, Pete -dice Kitty.

- Podrías ser una gran profesora en la Academia esa, Pryde. Y Wagner tiene un crío en puertas.

- Agradezco tu preocupación por Amanda y por mí, Wisdom, pero es innecesaria. Aunque tu idea no es mala del todo.

Cíclope, vencido, empieza a pensar en voz alta.

- Dos equipos. Wisdom tiene razón. Él, Gámbito y tú, Logan, os encargaréis de la parte, eh... quirúrgica... En cuanto a los demás...

- Los demás somos pocos... -lo corta Rondador.

- ¿Pocos para qué? -dice Kitty.

- Algunos que no están aquí sólo necesitan otra llamada -dice Scott.

- ¿Pocos para qué? -insiste Kitty.

- ¿Quiénes? -dice Rondador.

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El fiscal Nolan Humbert se aleja de Sebastian Shaw sonriendo, con una inclinación cortés de cabeza. Tessa murmura un insulto.

- Déjalo, esa confianza acabará con él -dice el Rey Negro.

- No entiendo que ganamos con esta exhibición, Sebastian -dice Dwayne Taylor, Destructor Nocturno, uno de los líderes de los Nuevo Guerreros, pero también alfil negro del Círculo Interno.

Los tres se encuentran en la fiesta semanal de El Cisne, la sede del Club Fuego Infernal en Nueva York, que reúne a parte de las autoridades de la nación para contemplar actuaciones como las de Reeva Payge, la cantante mutante cuya voz produce efectos similares a los del LSD... o asistir a las fiestas privadas que, más tarde, organiza el Club. El ambiente está cargado, con olor alcohol y tabaco y el bullicio de los famosos algo pasados.

El rey, la reina y el alfil permanecen en un aparte. Dwayne y Sebastian visten elegantes trajes hechos a medida, mientras Tessa luce un vestido de noche que deja poco a la imaginación.

- Ya has expresado tu disgusto con esta línea de acción en concreto, Dwayne. Comprendo que no te resulta cómodo ver entre rejas a otros... superhéroes, ¿por qué no? -el chaval permanece impertérrito. Shaw coge tres copas de champán que ofrece uno de los camareros- Tienes que creerme, esto beneficia enormemente a los mutantes. Sólo nos queda acercarnos aún más a Factor-X... o desactivarlo... y todo irá sobre ruedas.

- Sinceramente...

- Dwayne, Dwayne... ¿Cuándo han empezado a ser respetados de verdad los Guerreros sino ahora que son el grupo oficial de Nueva York19? ¿Por qué los Cuatro Fantásticos son mejor considerados que Spiderman o Capa y Puñal? No, el camino de los grupos que apoye el CFI ha de ser el de la trasparencia... Debemos afianzar nuestros poder y persuadir a otros de seguir el camino de la Patrulla-X -hace otra pausa dramática y abarca con un gesto la sala-. Observa esto. Aquí y en sitios como este se decide realmente el destino del mundo, con los mejores y los más poderosos tratando los temas relevantes alejados de las cámaras, y no en absurdas peleas llenas de fuegos artificiales... Crearemos un lobby para los mutantes y los superhéroes, Dwayne, como el de la banca judía o la industria de las armas y el petróleo... Uno que influya de verdad y logre cosas importantes... Y esto que ves son sólo los primeros pasos.

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Charles Xavier dirige su silla de ruedas hacia el salón de su modesto apartamento en Washington DC. Acaba de darse un baño y ponerse un pijama limpio y un batín. Como cada noche, cenará mientras ve las noticias. Toda la casa, que está adaptada para que Xavier pueda desenvolverse con comodidad, tiene un aspecto ordenado y pulcro.

El senador coloca un tenedor, una ensalada, un trozo de pan y un vaso de agua sobre la mesa. y enciende el televisor. Se extiende la servilleta sobre los muslos y sintonizando la CNN. Trish Thilby informa de la última hora sobre el tema del año.

- "...tras escuchar las esperadas declaraciones de Magneto. Aún no está claro..."

Cambia de canal.

- "...no acabamos de recuperarnos de Onslaught cuando desaparecieron los Vengadores, y para volver a confiar necesitábamos..."

Cambia de canal.

- "Qué la Constitución avale que nadie esté obligado a admitir que es mutante es muy relativo..."

- "... y todos recordamos como acabó la 'cruzada' del reverendo Stryker..."

- "...relación con la Hermandad..."

- "...no sean necesarios los centinelas..."

- "¿Por qué todas esas 'X'?"

- ¿Siendo honesto? -dice Xavier, en voz alta-. Para poder firmarlo de alguna manera.

Crisis de Fe continúa en Factor-X #201

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1.- Los perdió en Neal Conan #13.

2.- X-Factor Sanctions Enforces. Pequeños equipos de policía mutante diseminados por todo el país, de los cuales los tres equipos de Factor-X Elite son la cabeza visible.

3.- Ver X-Men #69 para más explicaciones.

4.- La Liga de los Ángeles es una especie de miniescuela de superhéroes donde Warren acogió mutantes descarriados un tiempo. Las últimas menciones son el susodicho X-Men #69 y la maxiserie de Arcángel en MarvelTopia escrita por Narutaki.

5.- Está sobre la antigua isla de Magneto en la que se enfrentó a la Patrulla-X en el Uncanny X-Men #150 y que ¿daba? acceso al Limbo.

6.- En el especial X-Force/Excálibur donde Magik regresó a nuestro continuo espacio-tiempo (o no).

7.- ¿De verdad hay que decir quién es? Leed Marvel Kid, ignorantes.

8.- En Patrulla-X #352.

9.- Murió en X-Man #50.

10.- Se suponía que Douglock no era él y no saben de su "resurrección", así que ahí lo mantienen.

11.- Murió en Factor-X #177.

12.- Lee La Saga de la Flecha Negra, en los actuales números de Lobezno en Marveltopia, si quieres saber a qué se refiere.

13.- Será porque está ocupado en la serie Super Sentai Big Heroes, el grupo de superhéroes japoneses de MarvelTopia... ¡Leela!

14.- Las pintas de la etapa de Pacheco en Excalibur, allá por el año de la polka, cuando los dioses eran crueles y hacían sufrir a la humanidad.

15.- Si queréis saber de qué habla, asomaos a Gámbito #20.

16.- Se "obtuvo" en Factor-X #191 .

17.- Bobby, digo, Bob, se quedó en el planeta mutante tras la saga de Patrulla-X #355-358, sus aventuras allí pueden leerse en Hombre de Hielo #9-11. Regresó a la Tierra en el número anterior de esta misma serie.

18.- Planeta cuya primera aparición data de los tiempos del Factor-X original.

19.- Desde Nuevos Guerreros #84.

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X-MANIA

Esperamos vuestras opiniones

MarvelTópicos saludos

Carlos

 
 
   
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