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Marvel Premiere vol. 2

MARVEL PREMIERE VOL. 2 #14
DOCE capítulo IV
Lenin en Varsovia

Guión: Jose Cano y Tomás Sendarrubias
Portada: Marce Parra

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Mes 4, día 1. Alexei Vazhin. Moscú, Rusia

Pasan diez minutos de la medianoche del día 1 de Enero, y el coronel Alexei Vazhin ya se encuentra trabajando, de camino a Baikonur, donde se había detectado una brecha en la seguridad del centro de investigación situado en Kazajstán. Y lo que más le preocupaba a Vazhin es que habían tardado más de un mes en darse cuenta de que la seguridad de la estación se había visto comprometida. Y había proyectos en Baikonur sobre los que Vazhin no tenía interés en que trascendiera nada.

Viaja en su avión privado, a Mach 5, esperando llegar lo antes posible a la estación militar, y ante él, revisa los datos procedentes de la estación kazaka, buscando algo que sabe que se le escapa. Como única concesión a lo no profesional, Vazhin se ha permitido sintonizar una pantalla plana de televisión de doce pulgadas, situada sobre su asiento, con la televisión oficial rusa en tiempo real, viendo la imágenes de la celebración del Año Nuevo en la Plaza Roja de Moscú, con las cúpulas del Kremlin al fondo.

-¿Café, Coronel?-dice la única azafata que viaja junto a él, apareciendo de detrás de unas cortinas de color azul intenso con una bandeja en la que llevaba una taza de porcelana y una cafetera que hizo que todo el espacio del avión oliera inmediatamente a café.

-Sí-asintió, y la mujer se apresuró a servir la taza de café solo y cargarlo de azúcar, como Vazhin acostumbraba a tomarlo. El coronel percibió una mirada de la mujer a la pantalla de televisión, y percibió en ella cierto mohín de repentina tristeza.

-¿Tiene familia en Moscú... Valentina?-preguntó tras comprobar el nombre de la mujer en la tarjeta que llevaba sujeta a su chaquetilla. Ella negó con la cabeza mientras dejaba la taza de café en una bandeja junto al Coronel.

-No, señor. Mi familia vive en Irkutsk, muy lejos de Moscú. Bueno, muy lejos de casi cualquier sitio...

El discurso de la muchacha se interrumpe bruscamente cuando un tremendo estruendo y un flash de luz blanca emergen de la televisión, llamando de inmediato la atención de Vazhin. El Coronel sube el volumen del receptor, y al instante, se arrepiente de haberlo hecho.

-...esto es un infierno...-lloriquea a los micrófonos la mujer que hasta ese momento hablaba con aire festivo de todo lo que iba a traer el año nuevo. No podían ver a qué se refería, la escena estaba completamente a oscuras, y se distinguía sólo una gran cantidad de humo y resplandores apagados aquí y allá, como si de fuego se tratara-. Hay... hay tantos muertos...

Vazhin no necesita escuchar más. Con un gesto indica a la azafata que le deje solo, y coge el comunicador que le pone en contacto directo con la cabina del piloto.

-Volvemos a Moscú-ordena, cortando de nuevo la comunicación tras la orden y descolgando su móvil cuando apenas ha sonado medio tomo-. Lo he visto en televisión, quiero saber cómo de malo es. Sí, vuelvo a Moscú-suspira, se recuesta en el asiento y observa que el humo comienza a disiparse en la Plaza Roja-. Quiero conexión vía satélite con la Visión preparada para dentro de diez minutos, parece que inauguraremos el Proyecto: Iniciativa antes de lo que pensábamos.

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Mes 4, día 2. Alistaire Stuart y la Viuda Negra. Bruselas, Bélgica.

Natacha no puede evitarlo, y siente que los ojos se le llenan de lágrimas cuando a través de las pantallas holográficas pueden ver las imágenes procedentes de la Plaza Roja de Moscú... o más bien, de lo que queda de ella tras lo que la prensa ha llamado "El Atentado de Año Nuevo". A lo largo de su vida, Natacha ha visto mucha destrucción, pero lo que ahora se abría ante sus ojos, no lo había visto ni en sus peores pesadillas. De los monumentos a Minin y Pozharsky no quedaban ni las cenizas, el mausoleo de Lenin había desaparecido, y la mayor parte de la Catedral de San Basilio se había derrumbado sobre sí misma. Todo un lateral del Kremlin había resultado dañado, aunque el presidente ruso no había sufrido daños personales, y podía considerarse afortunado por ello.

Habían muerto 7923 personas. 452 estaban heridas graves, y 2341 habían desaparecido. A nivel interno, se hablaba de más de 11000 bajas causadas por las doce explosiones que se habían abatido simultáneamente sobre la Plaza Roja. Ante las imágenes de la Plaza Roja, aparecía la figura holográfica del Coronel Vazhin, lo que daba a la imagen global aún más patetismo, pues daba la sensación de que el agente ruso se encontraba en solitario en medio de toda aquella devastación. Una mano se apoya sobre el hombro de la Viuda Negra, y ella se gira a tiempo de ver como el doctor Alistaire Stuart, enviado de WHO a la reunión de seguridad le pasaba un kleenex. Por un momento, el ceño de la Viuda Negra se frunce, y Alistaire teme que la agente le haga tragar el pañuelo, ofendida de alguna manera que él no llega a entender, pero finalmente, ella sonríe y coge el pañuelo de papel.

-...los trabajos de rescate aún continúan-está diciendo Vazhin-, la Guardia de Invierno y el ejército ruso estarán funcionando las 24 horas hasta que estemos seguros de que no queda ningún superviviente ni nada que podamos rescatar.

-Hay operativos de la Iniciativa en marcha-informa la Visión-, llegarán a Moscú en las próximas horas bajo la dirección de la Doctora Jennifer Nyles, y permanecerán en Rusia hasta el momento en el que el gobierno ruso lo considere adecuado. Por supuesto, todos los recursos del Proyecto: Iniciativa se encuentran a disposición de lo que pudiera necesitarse.

-Y desde SHIELD, establecemos el estado de Alerta Máxima, y sugerimos al resto de las agencias que hagáis lo mismo-dice Natacha-. No sabemos en qué momento podría repetirse algo así, ni donde. Ni lo sabremos hasta no saber por qué, ni quien ha sido.

Un rumor se extiende por la sala cuando los diferentes representantes de las agencias de seguridad comentan las palabras de la Viuda Negra, desde el representante de la SEDA española a los Templarios vaticanos o Black Cedar de Israel... pero Vazhin alza las manos, pidiendo silencio a los presentes.

-Hay algo que todo el mundo debería ver-dice Vazhin, atrayendo de nuevo la atención de los presentes, y la Visión asiente, tomando el relevo.

-Desde la Iniciativa se interfirió una comunicación viral que debería haber estado en todas las televisiones y páginas de Internet alojadas en Rusia una hora después de las explosiones. Suponemos que en algún momento volverán a hacer algo parecido, pero es preferible que estemos preparados de antemano.

Las pantallas holográficas oscilan, cuando las imágenes de la Plaza Roja son sustituidas por un símbolo que hace que todos sientan escalofríos: el cráneo tentaculado de Hydra, que inmediatamente es remplazado por una grabación de una sala de lo que parece un castillo decimonónico. Dos butacones rojos flanquean una chimenea en la que se centra la imagen, donde el fuego arde de forma acogedora. Justo sobre la chimenea, hay un escudo de armas, que muchos de los presentes reconocen de inmediato, el escudo de los Von Strucker. Eso hubiera bastado para identificar a los dos ocupantes de las butacas, un hombre y una mujer físicamente perfectos, tremendamente atractivos y vestidos con ceñidas ropas que dejan poco a la imaginación, ambos con el escudo de Hydra sobre el pecho. Andrea y Andreas von Strucker.

-Pueblo de Rusia-comienza a decir la mujer en ruso, mirando fijamente a la cámara-. Somos Fenris, y hablamos en nombre de Hydra.

-Corta una cabeza y dos la sustituirán-interviene Andreas, y Andrea asiente.

-Somos el martillo que ha golpeado el corazón de la Rodina, el arado que ha segado la sangre y la vida en vuestra casa, la señal de la sangre en el nuevo año. Odiadnos si así lo queréis, hijos de Rusia, pero sabed que todo esto lo habéis buscado vosotros mismos.

-Erais un pueblo fuerte-continúa él-. Erais un pueblo orgulloso. Los hijos de los varegos, de los rus, de los cosacos, de los tártaros. Los hijos de la Gran Rusia, los hijos de la Revolución. Y os habéis vendido-dice Andreas, con gesto amargo-. La corrupción de occidente ha penetrado en vosotros, y lo llamáis "avance". La perversión os pudre y lo llamáis "libertad". El Capitalismo occidental se ha aferrado a vuestras entrañas y lo llamáis "evolución". Os vestís de decadencia y decís que os liberáis de los fantasmas del pasado. Os habéis hecho débiles.

-Y os mostramos vuestra debilidad-sentencia Andrea-. Pero nos consideramos como el padre severo que da un azote a su hijo para que no olvide cual es el buen camino. Este es el destino que le espera a Rusia si continúa el camino que ha iniciado, el camino de la podredumbre moral y espiritual.

-Hail, Hydra-dicen los dos al mismo tiempo, y la imagen se funde de nuevo en el emblema de la organización terrorista.

-¿Cuánto tardará esto en estar en los medios de comunicación?-pregunta la Viuda Negra, tensa como la cuerda de un arco.

-Probablemente podamos retenerlo durante al menos entre doce y veinticuatro horas más, pero incluso si no hay filtraciones, lo tendremos en la calle mañana-responde Visión.

-Va a correr la sangre-dice María Pilar Cortés, la representante de SEDA, cruzando las manos sobre su mesa-. ¿Cuál será la postura oficial de Rusia?

-Hydra es una agencia terrorista y daremos todo nuestro apoyo a nuestros aliados occidentales para luchar contra ellos-dice Vazhin-. Pero hay muchos nostálgicos del viejo régimen que probablemente aprovechen esta situación para reivindicar un regreso a los principios de la Unión Soviética. El camino que nos queda no será ni bonito ni fácil.

-Como he dicho, un equipo de la Iniciativa estará allí en pocas horas-dice la Visión, y Vazhin asiente-. Tenemos mucho trabajo por delante, trabajo diplomático y trabajo de seguridad. Si Fenris está reestructurando Hydra, nos enfrentamos a un problema a nivel mundial.

-Protocolos de seguridad máximos-asiente Cortés.

-Sí-afirma la Visión-. Como establece el Protocolo 1/213, coordinaremos el sistema de seguridad desde el Proyecto: Iniciativa, aunque cada agencia tendrá independencia en cuanto al enfoque. Coronel Vazhin, estaremos todos pendientes del desarrollo de la situación.

-Eso espero-masculla el holograma de Vazhin antes de difuminarse y finalmente desaparecer. Las pantallas holográficas se apagan, y las luces de la sala se encienden, mientras los diferentes delegados se incorporan para informar a sus respectivos gobiernos de las decisiones tomadas.

Natacha se incorpora, pensando en contactar con Furia, cuando ve que el delegado de WHO permanece sentado, pálido.

-Profesor Stuart-dice Natacha-. ¿Le ocurre algo?

-El vídeo de Fenris-masculla él-. Había un signo tallado en la chimenea, justo bajo el escudo de los Von Strucker.

-No lo he visto, pero...

-Era el signo de Géminis-susurra Alistaire, volviéndose hacia Natacha-. Dios mío... ¿Qué es todo esto?

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Mes 4, día 6. Kismet. Entorno de Deneb, Constelación Cisne.

Incluso desde la distancia a la que se encuentra, puede sentir el tirón gravitacional del agujero negro, del que no escapa ni siquiera la luz. Fascinada, Kismet, la mujer anteriormente conocida simplemente como Ella, extiende sus sentidos para percibir el flujo de partículas a su alrededor, la caricia de los fotones mientras se dirigen a su desconocido destino más allá del cinturón de aquella singularidad cósmica. Como siempre que se encuentra en esa situación, por un momento, Kismet se plantea la posibilidad de dejarse llevar, de avanzar hacia el Agujero Negro y traspasar su umbral de atracción, para descubrir qué había al otro lado de la Singularidad. Aunque lo más probable es que simplemente quedara estirada tendiendo al infinito entre los dos extremos de la singularidad...

Sonríe, y se aleja, volando hacia las estrellas jóvenes, y escucha la música que procede de estas, y ríe mientras se deja llevar por los vientos estelares, por las corrientes de partículas y los giros gravitacionales de los planetas y los satélites que se encuentran aquí y allá en su peregrinar cósmico. Por un instante, Kismet siente la tentación de comenzar a cantar... y se traga sus propias palabras cuando siente que el Universo cambia alrededor de ella.

Kismet detiene su vuelo, y mira a su alrededor. Hay algo imperceptible alrededor de ella que ha cambiado, algo que no sabe identificar, algo que...

Kismet...

La voz resuena en su mente, que parece romperse con el peso de aquel sonido que se transmite en su mente como lo haría un trueno en un espacio repleto de aire, como si ignorase el vacío en el que se encuentran, y Kismet percibe las imágenes que asaltan su mente, como empujadas por aquella voz. Conoce a la mayoría de los que aparecen repentinamente en sus recuerdos, mientras siente que el espacio a su alrededor parece vibrar y ondularse...

Sota de Corazones. Genis-Vell. Ganímedes. Quasar. El Centurión Nova Rich Rider... A muchos los conoce, de otros, sólo ha oído hablar... pero sabe lo que el universo la está pidiendo que haga, y no tiene más opción que aceptar.

Porque cuando Eternidad habla, uno no puede simplemente decir "no".

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Mes 4, día 8. Proyecto: Iniciativa. Zona 0, Moscú. Rusia.

-Dios bendito...-masculla Ave de Fuego observando toda la devastación a su alrededor y con lágrimas en los ojos. Cincuenta y tres bolsas con restos humanos se encuentran ante ella, y sabe que aún aparecerán más. Se persigna antes de girarse hacia sus compañeros de equipo. Spiderwoman está sentada sobre un montón de escombros, tratando de quitarse el polvo de los labios antes de beber agua, y el Hombre Hormiga, que, lleno de polvo y cenizas, y completamente pálido. Sus poderes le convierten probablemente en el más útil de todos los presentes, pero también el que más tiene que esforzarse... y el que peor lo está pasando, ya que guiado por la mística rusa de la Guardia de Invierno, una adolescente que responde al nombre clave de Vasilisa, acompañada siempre de una criatura sáurida a la que llamaban Zmei1, había encontrado el noventa por ciento de los cadáveres que se iban amontonando a los pies de los muros del Kremlin. Los otros dos integrantes del equipo enviado por el Proyecto: Iniciativa (al margen de Jennifer Nyles, que se encontraba reunida con Alexei Vazhin), se acercaron a ellos, dejándose caer agotados junto a sus compañeros. El Escarabajo coge una botella de agua y deja el yelmo a su lado, mientras el Hombre de Arena se limita a permanecer cabizbajo con los ojos vidriosos.

-Marko... ¿estás bien?-pregunta Spiderwoman, y Flint Marko niega con la cabeza.

-Esto... es como volver a estar en la Zona Cero después del 11S. Pensé que era algo que no iba a volver a vivir, pero... pero aquí estoy otra vez...

-No sabía que habías estado allí-dice Julia, palmeando la espalda de su compañero, que se encoge de hombros.

-La policía me buscaba, así que no me hice notar demasiado. Pero sí, estuve allí. Y era la misma mierda que aquí. Sé que no soy la persona adecuada para hacer juicios morales a nadie, y que tengo un historial que habla por mi... pero cuando la cosas ocurren tan... sin sentido...

-Quizá deberías haber hablado de eso con Doc cuando te nombraron para venir a Moscú-interviene Scott Lang-. Quizá deberías haberte quedado en casa...

-Mis poderes son útiles aquí-responde Flint Marko, encogiéndose de hombros-, no creo que haya mucho más que discutir...

-Nunca había estado antes en Rusia-dice Jenkins-. Aunque alguien me contó un chiste muy gracioso. Dicen que cuando cayó el Muro, un americano, llamémosle Jimmy, vino a Moscú, y fue a ver un cuadro que le habían recomendado, se llamaba "Lenin en Varsovia". Cuando llegó ante el cuadro, Jimmy vio que en el cuadro lo que se veía era a la mujer de Lenin en la cama con un apuesto y joven obrero de la construcción soviética. Sorprendido, Jimmy le preguntó a uno de los guardias que pasaba por allí donde estaba Lenin... y el guardia, encogiéndose de hombros, contestó "En Varsovia".

-¿Están cansados nuestros invitados? ¿Se divierten?-masculla alguien en inglés con un fuerte acento ruso a sus espaldas, y los cinco miembros de la Iniciativa se encuentran con Perun, uno de los miembros de la Guardia de Invierno, el dios ruso del trueno, lo que le convertía en poco más o menos el equivalente de Thor. Tras él, Vasilisa, Zmei, Estrella Oscura, el nuevo Vanguard, Dínamo Carmesí, el androide Vostok y Guardiana Roja continuaban con sus labores, a pesar de estar muchos de esos visiblemente al borde de la extenuación.

-Sí-responde Ave de Fuego, volviéndose hacia Perun-. Llevamos horas trabajando sin parar, y necesitamos un descanso.

-Mi gente no descansa-señala Perun, y Bonita niega con la cabeza.

-Pues deberían hacerlo. Estrella Oscura parece estar al borde del desmayo, y no ayudará mucho si tenemos que preocuparnos de ella también.

-¿Estás insinuando que mi gente es débil?-gruñe el dios eslavo, y un centello eléctrico que hace que el Hombre Hormiga, el Escarabajo, Spiderwoman y el Hombre de Arena se incorporen. Un trueno retumba en el cielo despejado, lo que hace que los propios miembros de la Guardia de Invierno interrumpan su trabajo.

-Perun-interviene Abe Jenkins, situándose junto a Ave de Fuego-. Todos estamos cansados, y vuestro empeño es loable, pero...

-Todo esto es culpa vuestra-gruñe Perun, señalando con su hacha toda la devastación que les rodeaba-. Hydra nos atacó por ser vuestros aliados, porque habéis hecho débil al pueblo ruso...

-Eso no es justo-comienza a decir Spiderwoman, pero Perun lanza un gruñido y alza su hacha, dejándola caer ante ellos con toda su fuerza. Una explosión eléctrica arroja a los cinco miembros de la Iniciativa por los aires, mientras un relámpago cae del cielo y envuelve el hacha del dios, mientras el cielo se llena de nubes negras.

-¡Perun, no!-grita Estrella Oscura, y de inmediato, docenas de tentáculos de fuerza oscura brotan del entorno del dios, envolviéndole y sujetándole, pero Perun extiende sus musculosos brazos, y con un tirón, rompe las sujeciones de Laynia, que cae al suelo arrastrada por la tensión sobre sus tentáculos.

Un chorro de arena a presión que hubiera arrancado la carne de los huesos a cualquiera que no hubiera sido un dios, golpea a Perún en pleno rostro, haciéndole tambalearse, mientras el Hombre de Arena se incorpora, convirtiendo su mano puño izquierdo en un enorme martillo y alzándose sobre el dios eslavo.

-Como te atreves...-murmura Perun, invocando un fuerte viento que desvía el ataque de Marko, y destilando rabia en cada uno de sus gestos. Un rayo de partículas se estrella contra Perun, que ni siquiera retrocede, para desesperación del Escarabajo, que ve que Spiderwoman ha perdido el sentido.

-¡Detenedle!-ordena Laynia, y aunque no muy decididos, los miembros de la Guardia de Invierno tratan de intervenir entre Perun y los miembros de la Iniciativa. Pero el dios eslavo se mueve como un tanque entre ellos, apartándoles violentamente, hasta que ante él aparece un inmenso pájaro de fuego.

-¡Ya está bien!-grita Bonita, rodeada de llamas que arden con tal resplandor que incluso el dios tiene que apartar la mirada. A su alrededor, la temperatura es tan alta que la arena y el polvo se cristalizan-. ¡Aquí han muerto miles de personas, y no permitiré que nadie mancille este lugar con violencia! ¡Eres un dios y decías defender a esta gente, Perun! ¡Respétales en su muerte!

-Basta, Perun-sisea la Dinamo Carmesí, agarrando con fuerza a su compañero, que lanza una desafiante mirada a los occidentales-. Sergei está aquí.

Las miradas de todos confluyen en el punto de la plaza en el que ha hecho su presencia el más controvertido miembro de la Guardia de Invierno, Sergei Krylov, más conocido como La Presencia. Sentado en una silla flotante, Sergei aparecía casi distraído, con la cabeza inclinada sobre su hombro izquierdo, pero todos sabían que les estaba vigilando. Y el poder nuclear que tenía Krylov era suficiente como para reducirles a todos a cenizas. Tras lanzar una última mirada a los miembros de la Iniciativa, Perun lanza un reniego y, apartando a Dinamo Carmesí, gira su hacha a su alrededor, y con un nuevo relámpago en los cielos, echa a volar, desapareciendo de la vista en pocos segundos.

-Disculpad a Perun-comienza a decir Laynia, pero es interrumpida por la voz de la propia Presencia.

-Ne izvinyaites, Laynie Petrovna. Yesli otnoshenie Peruna pod voprosom, eto ne fon, chto on govoril. Rossiya slaba segodnya.

-My obsudim eto pozzhe, otets. Vy mozhete poi?ti-replica Laynia, y con una vaga sonrisa, la Presencia se desvanece2.

-Ese tío da auténticos escalofríos-masculla Abe Jenkins, mirando a su alrededor, mientras los miembros de la Guardia de Invierno, incómodos, vuelven a lo que estaban haciendo, salvo el robótico Vostok, que permanece junto a ellos.

-Lamentamos-profundamente-el-temperamento-de-nuestro-compañero-dice Vostok, mientras Julia Carpenter se incorpora a duras penas, apoyándose en Scott Lang.

-Supongo que no importa mucho-dice, encogiéndose de hombros-. Todos hemos vivido a Thor y sus momentos "Soy el Dios del Trueno". ¿Hay algún dato que quieras compartir con nosotros, Vostok?

-He-establecido-con-seguridad-la-temporización-de-sucesos-que-llevaron-a-la-debacle-sucedida-en-la-Nochevieja-explica el androide, mientras un holograma tridimensional de lo que había sido la Plaza Roja aparece ante ellos-. Fueron-doce-las-bombas-que-estallaron-de-forma-simultánea-a-las-doce-horas-diecisite-minutos-de-la-noche-del-treinta-y-uno-de-Diciembre-en-los-siguientes-puntos-señala, y en ese momento, dentro del mapa tridimensional, se iluminan doce puntos-. Los-análisis-indican-que-se-trató-de-terrorirtas-humanos, es-decir, terroristas-suicidas-miembros-de-Hydra-con-total-seguridad.

-Mirad-interviene el Escarabajo-. Explosiones en cada una de las zonas de salida además de en los puntos centrales de la plaza. No sólo quisieron asesinar, han querido que la gente muriera víctima del pánico.

-Panda de cabrones-gruñe el Hombre de Arena, cruzando los brazos ante el pecho.

-¿Quién se beneficia de todo esto?-susurra Spiderwoman, mirando la devastación que les rodea-. ¿Quién?

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Mes 4, día 12. Géminis. Ekaterimburgo, Rusia.

Andreas von Strucker se incorpora de la cama, frotándose los ojos somnoliento mientras avanza por el pasillo, completamente alfombrado. Tras él, en la enorme cama de la habitación que ocupaba en aquel palacete cercano al lugar donde la familia imperial rusa había sido ejecutada en los sombríos días de la Revolución Rusa, deja a tres personas dormidas o extenuadas, dos mujeres y otro hombre. Baja las escaleras que llevan a la planta baja, y sonríe al entrar en un gran salón de decoración barroca. Andrea está allí, sentada en un butacón, con una mesa supletoria a su lado, con un plato de croissants, diferentes tipos de mermelada y café humeante; y varios periódicos de todo el mundo. Frente a ella, vestido con un perfecto traje de diseño italiano, se encuentra lo que Andreas considera un invitado inesperado, Daniel Rand, que mira, entre sorprendido e incómodo al desnudo Andreas, que haciendo caso omiso de la turbada mirada de su nuevo asociado, se acerca a su hermana y coge uno de los bollos de la bandeja, dándole un bocado mientras se reclina en el apoyabrazos del butacón.

-Andreas, cielo-dice Andrea, sonriendo-. Creo que estás incomodando a nuestro invitado...

-Creía que era demasiado temprano para reuniones formales-responde Andreas, encogiéndose de hombros y mirando un reloj que, según los anticuarios que se lo habían vendido, había pertenecido a Catalina la Grande y que marcaba las doce del mediodía-. Veo que me equivocaba.

-El Señor Rand ha venido a informarnos del desarrollo de las negociaciones de Rand Industries con el gobierno ruso para la reconstrucción de la Plaza Roja. Hydra obtendrá cuantiosos beneficios a través de esta obra.

-Perfecto-asiente Andreas-. Un trabajo redondo. Me siento tentado incluso de perdonar al señor Rand la falta de avances en lo relativo al señor Cage. Solo tentado, señor Rand.

-Continuamos trabajando en ese asunto, y esperamos tener pronto avances...-replica Danny, enrojeciendo de ira contenida, pero de pronto, Andrea alza una mano. Sus ojos se han vuelto grises, metálicos.

-Tenemos visita-dice, y de inmediato se incorpora. Imágenes que recuerdan a circuitos y chips aparecen sobre la piel de los tres, que de inmediato se dirigen hacia el fondo del salón, donde una pared se desvanece en silencio, dándoles paso a lo que parece un hangar de alta tecnología. Varios operarios de Hydra trabajan en la zona, apartándose y haciendo respetuosas reverencias al paso de sus líderes, y finalmente unas puertas se deslizan, abriendo paso a una de las salas de control de Hydra, donde su visitante les espera.

-Géminis-dice con respeto para luego volverse hacia Danny-. Es una sorpresa, Escorpio.

-Cáncer-saludan simultáneamente Géminis al recién llegado-. Esperamos que tu llegada haya sido discreta.

-Completamente invisible-responde Cáncer-. Quería informar personalmente de que las labores de rescate en la Plaza Roja han sido oficialmente clausuradas. Los enviados occidentales regresarán a su país mañana, su trabajo aquí ha finalizado. Podemos asumir que hemos cumplido nuestro objetivo.

-Debemos felicitarte por la ejecución del plan-afirman Géminis.

Frente a ellos, Dínamo Carmesí asiente.

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Mes 4, día 15. Collen Wing y Misty Knight. Morningshide Heights, NY.

-No me puedo creer que nadie sepa nada de él-masculla Misty Knight, mientras le pasa a Collen un perrito caliente cubierto de cebolla y chorreante de Ketchup y mostaza, que Collen coge mientras Misty paga los dos perritos al tendero, que la sonríe mientras busca el cambio, y que sonríe aún más cuando Misty niega con la cabeza, indicándole que puede quedárselo.

-Hace dos meses y medio que nadie le ha visto-gruñe Colleen, dando un mordisco al pan y a la salchicha-. Anoche Daredevil se reunió conmigo en la Cocina del Infierno, y nada que ofrecer. Spiderman acudió a mi casa hace una semana, después de dejarle un mensaje en clave en todos los periódicos de Nueva York... y nada.

-Y Danny de viaje por Europa-asiente Misty-. Se está portando como un auténtico cabrón...

-Supongo que los intereses de su empresa en Rusia son mucho más importantes que localizar a su mejor amigo...-farfulla Colleen, limpiándose restos de mostaza de los labios-. Y estoy empezando a volverme loca, Mist. Ya no sé donde buscar. Luke no puede haberse disipado sencillamente en el aire... Había demasiado de él como para desvanecerse...

-Ya, eso lo sabes tú mejor que nadie...

-Misty... dime que eso no ha sido una broma sobre lo que creo que lo ha sido...

-Eh, lo siento, lo siento, sé que no es el momento, pero es que no he podido evitarlo...-pide disculpas Misty, alzando las manos en son de paz-. Pero Collen, sé que este no es el mejor momento para decirte esto, y de hecho, dudo que haya algún momento bueno. Luke tenía muchos enemigos, y... bueno, quizá alguno de ellos ha conseguido...

-No. Eso no ha ocurrido-la interrumpe Collen, volviéndose furiosa hacia su amiga-. No vayas por ese camino, Mercedes.

-Ey, ey, eso ha sido un golpe bajo...-protesta Misty, y en ese momento, Collen arroja el perrito a una papelera y le da un golpe en el hombro para que se detenga-. ¿Qué ocurre?

-Todo está demasiado silencioso-sisea Collen, y en ese momento, Misty se da cuenta de que su amiga tiene razón. Es de noche, pero no tan tarde como para que las calles de Morningshide Height estén vacías. Y sin embargo, no se han cruzado con nadie prácticamente desde que dejaron atrás el puesto de perritos calientes. Las ventanas de todos los edificios están cerradas, y ni siquiera hay cerca un grupo de pandilleros para intentar atracarlas.

Collen cierra los ojos, concentrándose, tratando de cubrir con los otros sentidos el vacío dejado por la vista. Y lo consigue. Escucha pasos arrastrados, voces susurrantes. Y casi percibe el odio en el aire.

-Problemas, Misty-susurra Collen, adquiriendo una postura defensiva de artes marciales avanzadas. Misty. Y en ese momento, la tensión que se había acumulado en el aire estalla, cuando por tres de las calles que las rodean, aparece más de una veintena de personas, ataviadas con los trajes verdes y amarillos de Hydra.

-Hail, Hydra-exclaman todos al tiempo-. Corta una cabeza y dos más ocuparán su lugar...

-Estupendo, yo también me sé una-gruñe Misty-. Hare, hare, hare Krishna.

-Hydra ha decretado vuestra eliminación-dice uno, que parece actuar como portavoz-. Pero habéis sido rivales honorables, y se ha ordenado que se os de una muerte limpia. Moriréis en mano a mano, y viendo el rostro de vuestros asesinos.

-Bien-masculla Collen-. Tenía demasiada adrenalina acumulada y no sabía como soltarla, esto me va a ahorrar mucho Pilates...

El líder hace una señal, y en ese momento, algo cae del cielo sobre ellos, marcando un círculo alrededor de las mujeres. Con una serie de estallidos sordos, varias bombas de humo estallan, para sorpresa de Collen y Misty, llenándolo todo de lo que parece una espesa niebla. Y apenas escuchan un siseo cuando desde el cielo cae a su lado una figura envuelta en un manto blanco. En sus manos, centellean cuchillas en forma de luna menguante que vuelan certeras hacia los hombres de Hydra.

-Señoritas-murmura el Caballero Luna-, espero que no les venga mal un poco de ayuda.

-Que va-responde Misty-. Cuantos más seamos, mejor lo pasaremos...

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Seis minutos después, Collen, Misty y el Caballero Luna se encuentran en el centro de lo que parece ser un campo de batalla urbano. A su alrededor, una veintena de soldados de Hydra yacen esparcidos en diferentes estados de postración, y en la distancia, comienzan a escucharse sirenas de policía.

-Será mejor que me vaya-dice el Caballero Luna, y un cable brota de su guantelete derecho, enroscándose gracias a un contrapeso en una escalera de incendios.

-¡Espera!-dice Collen, y él se vuelve hacia ella-. No sé si... Estamos buscando a Luke Cage, hace meses que nadie le ve y...

-Disculpa, pero apenas conozco a Cage-la interrumpe Luna-. Creo que no puedo ayudaros.

-Aún así, si sabes algo...-interviene Misty, y le entrega al Caballero Luna una tarjeta de Investigaciones Nightwing-. Puedes encontrarnos en ese número de teléfono.

-Lo guardaré, siempre es interesante tener el teléfono de dos mujeres tan... étnicamente interesantes-responde él, y el cable se tensa, desapareciendo como una sombra blanca en los edificios de Morningshide Heights.

Cuando la policía, los delegados de SHIELD y un transporte de contención especial de la Isla de Ryker abandonan el lugar, llevándose con ellos a Collen y Misty para testificar, Randall Spector aún observa las calles desde la azotea de un edificio, utilizando lentes prismáticas de alta definición.

-Todo esto es muy raro, Marc-dice por micrófono subvocal, y escucha la respuesta de su hermano en el transmisor que lleva en uno de los oídos.

-Esas chicas deberían estar muertas-asiente Marc-. Hydra jamás ha tenido algo parecido al sentido del honor, si hubieran querido matarlas, las hubieran envenado con los perritos que se estaban comiendo, o las hubieran reducido a gelatina con armamento pesado. Todo esto ha sido o una advertencia muy torpe... o algo que no termino de entender.

-Buscan a Cage-dice Randall-. ¿Quizá tratan de apartarlas de esa búsqueda?

-Si es así, quien lo ha hecho es muy torpe. Luke Cage lleva dos meses desaparecido, y tiene muchos enemigos. Probablemente incluso Puño de Hierro a día de hoy le haya dado por muerto. Lo único que han conseguido con esto es reavivar su interés... y el mío.

-Sí, la verdad es que parece que hay algo interesante cociéndose. Tengo su tarjeta, podemos localizarlas. Pero... tengo una pregunta, Marc. ¿No te parece demasiada casualidad que precisamente esta noche hayas encontrado rastros informáticos de la presencia de Hydra en esta zona?

-Sí. Todo parece demasiado... casual-gruñe Marc Spector-. Creo que volveremos a ver a las señoritas Knight y Wing...

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Mes 4, día 17. Karnak y el Doctor Banner. Savannah, Georgia.

Un hombre pasea una correa de perro sin perro. Un individuo demasiado alto, demasiado alto, con un llamativo sombrero y botas verdes asomando bajo la gabardina se cruza con él y no se vuelve a mirarlo. Va contando las casas en un vecindario de casitas blancas de estilo colonial. Se detiene en un porche con jardín donde una niña de 13 años pinta las flores de su madre con acuarelas sobre un lienzo.

La madre, una mujer quizás algo joven para serlo realmente, pelo corto teñido de rubio y un sombrero para protegerse del sol mientras poda -los guantes no hacen juego con las tijeras-, mira directamente a los ojos al extraño.

- Emma, ve dentro.

- ¿Recojo las pinturas?

- No. Sólo avisa a papá.

El extraño mira el buzón. Los Chandler. La mujer se apoya en la valla con sus guantes verdes.

- No eres el Líder, ¿verdad?

- No... ¿Cómo debo llamarla?

- Rickie... Rickie Chandler.

- Claro -el hombre sonríe, levantando su fino bigotito. Se levanta el sombrero-. Me llamo Karnak, soy de la familia real de los Inhumanos.

Betty Ross, también Betty Banner, ahora Rickie Chandler, se levanta la visera del sombrero y entrecierra los ojos.

- ¿Hemos coincidido alguna vez? El guantelete del infinito, Onslaught o algo así...

- No, no creo.

- Si se supone que eres de los buenos, no te chantajea nadie para que nos mates, ¿verdad?

- No -Karnak sonríe-. Es una mujer fuerte e inteligente, pero oculta su miedo tras una capa de cinismo. Un poco típico, pero eficaz.

- Ya... Recuérdame lo tuyo...

- Detecto los puntos débiles.

- Ya -Betty abre la puerta de la valla y se aparta-. Pues con Bruce te vas a hartar. Deja el abrigo en el perchero, nadie se va a asustar.

Karnak atraviesa el porche y cuelga el abrigo. Saca de un bolsillo interior un libro, que carga ahora bajo el brazo.

Empieza a jugar a adivinar la decoración, que no le sorprende descubrir minimalista, con un salón remedo de jardín zen y tonos pastel para las paredes. El padre, un hombre espigado y con grandes gafas, esta sentado en un puf frente a la niña.

- Ahora respira, Emma.

- No quiero romper...

- No vas a romper nada...

Emma mira a Karnak. Bruce Banner se vuelve hacia él.

- El doctor Chandler, supongo.

- Robert Chandler... Mi hija y yo tenemos que terminar los ejercicios de relajación.

- ¿Me permite acompañarles?

"Robert" se coloca las gafas sobre el puente de la nariz con el dedo índice. Señala otro puf.

- Por favor.

Karnak, al que Emma mira ya más cerca de la curiosidad que de la ansiedad, ocupa su lugar, sin dejar de sonreir de medio lado con el bigotillo. Se coloca el libro sobre las rodillas, que el doctor mira sin demasiada sorpresa.

- En la tercera arqueta deben inspirar más profundamente. Abre los chakras.

Media hora después, Bruce ocupa el asiento giratorio tras la mesa de su despacho y Karnak examina la silla para los invitados, el libro aún bajo el brazo. Señala una de las hebras del respaldo de mimbre.

- En un año y medio...

- El Doctor ya lo vio. Pero Joe Fixit opina que deberíamos dejar que se rompa sola y sólo en ese momento arreglarlo... -Bruce gira en su silla observando la reacción de Karnak- Hace a Betty sentirse más normal, y yo sé que eso le gusta, aunque lo niegue.

- El Doctor es ese aspecto que son todos ustedes en su máximo potencial... Fixit debe ser ese aspecto desagradable que se cuela en la cadencia de las frases cuando lo hace sentirse incómodo.

- Es una definición... Siéntese, Karnak, la silla aguantará un poco menos por culpa del peso de un inhumano, pero no será nada grave... Sé quién es usted, y que podemos estar así todo el día, pero no es más inteligente que ninguno de nosotros... ¿Le gustó mi novela?

Karnak obedece, dejando el tomo sobre la mesa. En el título se puede leer El gran río.

- Ciencia ficción accesible con un toque de esoterismo. Un éxito en las listas de ventas, pero lo suficientemente raro como para que alguien como Reed Richards sintiese curiosidad, por ejemplo. O Stephen Extraño.

- Dicen que Richards se lee 60 libros al mes. Probablemente exageren, por lo bajo. De todos modos, seguro que está deseando leer la segunda parte, que ya está en imprenta. Los escribo en menos de dos meses.

- Estaba advirtiendo a sus amigos de donde podían encontrarle, doctor Banner.

- Es posible. Betty y yo hemos hablado del tema. Es poco realista pensar que alguien como yo pueda permanecer mucho tiempo alejado de este tipo de vida, ¿sabe? Verle aparecer no es una sorpresa.

- En realidad, vengo a advertirle, doctor Banner. Algo que puede descifrar un amigo...

- También puede hacerlo un enemigo -Bruce sonríe-. Joe Fixit dice que los dejemos venir. Hulk tiene gana de aplastarlos. Pero el Doctor lo ha previsto. ¿Qué quiere realmente, señor Karnak? ¿Viene en nombre de Rayo Negro? ¿Del mismo Richards?

- Vengo en mi propio nombre. He visto algo donde los demás no, como es habitual, y creo que necesitamos su ayuda, doctor Banner.

- ¿Para qué? Por lo que he leído en los periódicos, actualmente se dedican más a la política que otra cosa. No sé si serviría para refundar el circo... En fin...

- Le necesitamos para devolver Atlantis al fondo del mar...

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Mes 4, día 18. Transbordador Estelar "Cruzado". Lunas de Kyl´n, El Crujido.

-Me cago en la puta...-masculla John Jameson sin dejar de mirar hacia el frente, la zona que los Xandarianos llamaban "El Crujido". A sus ojos, es una inmensa aurora boreal, una oscilante cortina espiral de múltiples colores, muchos de los cuales el piloto de la Cruzado no sería capaz ni de nombrar. Y aunque le resulta fascinante, la doctora Rao ya se ha encargado de explicarle que lo que está viendo es sólo la pobre interpretación que sus sentidos hacen de lo que realmente está ante ellos, a siete minutos luz de la plataforma de aterrizaje de las Lunas de Kyl´n, iluminando todo el entorno de las lunas artificiales que los Xandarianos habían construido alrededor del centro del Universo.

Aquel era el lugar en el que antes de que existiera el propio espacio había estado, rodeado de no-espacio el huevo cósmico, la unión de toda la masa y energía que, tras su estallido, había conformado el Universo. Aquel era el punto fijo desde el cual el Universo se expandía, y allí, las energías que habían dado origen a todo lo que existía, seguían estando presente.

-Mis compañeros de facultad matarían por esto-masculla la doctora Kavita Rao, sentada junto a Jameson en los mandos de la nave con la que habían cruzado medio universo, la Lanzadera "Cruzado", el primer proyecto de exploración espacial diseñado por la Torre, con diseños de Reed Richards y T´Challa-. Recordadme que le envíe una cesta de fruta como regalo al embajador Ka´ardum de los Shi´ar por permitirnos utilizar sus portales para llegar hasta aquí.

-Seguro que se sentirá bastante agradecido si salvamos el universo de lo que quiera que sea que los Siete Hermanos quieren hacerle-dice tras ellos Starfox, sonriendo mientras se inclina hacia delante, apoyándose en el asiento de la doctora Rao-si no se siente suficientemente pagado por poder disfrutar del brillo de sus ojos, Kavita...

-No me había visto a mí misma como una prostituta ocular, señor... Eros-replica Kavita, aunque el temblor de sus manos desmiente la frialdad que intenta transmitir con sus palabras.

-Starfox, tío, déjalo ya-dice la Antorcha Humana, lanzándole una sonrisa a Lyja, que pone los ojos en blanco.

-La belleza exótica de Kavita es un aliciente para este viaje, Johnny, espero que no te moleste que le dedique a ella mi atención. Tú también has resultado una compañía agradable en estos veinte días de viaje...

-Vaya, gracias por reconocerlo, Eros, debo admitir que...¡eh, tío, deja de hacer eso!-exclama repentinamente Johnny, al darse cuenta de que se estaba inclinando en su asiento hacia Starfox, bajo la mirada atónita de Lyja.

-Señores...campos de contención apagados-anuncia John, interrumpiendo la situación de tensión que se estaba generando entre sus pasajeros-. Kavita, ¿tienes los datos que necesitabas?

-Están almacenados. Volveré a tomar muestras de radiación cuando salgamos de este sitio y las enviaré por ultralínea a la Torre.

-¿También vas a enviarle fruta al embajador Kree por facilitarnos la tecnología ultralínea?-sonríe John, mientras la gravedad de la nave se ajusta a la gravedad artificial de las Lunas de Kyl´n y los sistemas de sujeción que les mantenían en sus asientos desaparecen, permitiéndoles incorporarse. John ajusta las salidas de la Cruzado a las esclusas de entrada a la zona habitada de la inmensa prisión cósmica que los Xandarianos habían construido en aquellas lunas artificiales que aprovechaban la propia energía del Crujido para mantener encerrados a sus reclusos. Escuchan un silbido cuando la atmósfera de la nave se mezcla con la de la estructura a la que se han unido, y finalmente, un panel de la pared de desliza, abriendo paso a un pasillo circular de aspecto semilíquido, como si fuera alguna variante del mercurio. Al final del pasillo, pueden ver a dos de los guardias Xandarianos de las Kyl´n, acompañados de uno de los Centuriones Nova, que se quita el yelmo cuando los ve acercarse.

-Adam-dice John Jameson, respondiendo con un saludo militar al gesto de Adam-X-. Me alegra verte de nuevo. Conoces a la doctora Kavita Rao y a Lyja, pero no sé si has coincidido alguna vez con el resto de nuestros compañeros.

-Mis saludos, doctora Rao, y un placer volver a verla, embajadora Skrull Lyja-saluda Adam, antes de volverse hacia Eros y Johnny-. Soy el Centurión Nova Adam-X, delegado de los Cuerpos Nova en La Torre.

-Jonathan Storm, la Antorcha Humana de los Cuatro Fantásticos-presenta John-, y Eros de Titán, más conocido como Starfox.

-Es un honor-asiente Adam-X, mientras los guardias de la prisión se encargan de cerrar y presurizar la zona de compuertas-. Estoy seguro de que querréis volver a poneros en marcha cuanto antes, pero lleváis más de veinte días terranos de viaje, y seguro que no os vendría mal algo de alimento fresco.

-¿Las lunas están abastecidas?-pregunta Johnny, y Adam-X asiente.

-Es una de las pocas cosas en las que prácticamente todos los imperios interestelares del Universo colaboran. Xandar se encarga de la logística y el almacenaje, pero se reciben vituallas de todas partes del Universo. Quizá estemos un poco desprovistos de manjares terranos, pero hay algunas carnes y verduras que podrían recordaros a vuestra comida habitual.

-Te pones de los más alien cuando hablas así de nosotros-sonríe John, y Adam le mira por un instante como si no entendiera a qué se refería, hasta que finalmente sonríe.

-Perdonadme, supongo que es lo que pasa cuando se es hijo de dos mundos, que acabas por no pertenecer a ninguno3.

-Bueno, supongo que podríamos probar esas verduras extraterrestres-masculla, curiosa, la doctora Rao, y Adam-X asiente.

-Acompañadme y os mostraré las celdas de contención, nuestro último compañero está allí.

-¿Le habéis encerrado?-pregunta Eros, sonriendo-. A veces resulta un tanto pedante, pero no creo que eso pueda ser considerado un crimen Interlac.

-Está viendo algo que... bueno, que todos deberíais ver...-masculla Adam, volviendo a ponerse el yelmo mientras llegan a una plataforma que, en el momento en que todos suben en ella, desciende a través de un túnel que pasa por un sistema de teleportación. Tienen que pasar varios controles de seguridad, pero finalmente consiguen acceder a una de las celdas, un campo de fuerza gravimétrico situado dentro de un área de triple redundancia. Al escucharles llegar, Quasar se gira hacia ellos, serio.

-Ey, yo también me alegro de verte-sonríe Starfox, pero la vista de Quasar vuelve al interior de la celda de contención.

-Siento no ser hoy el alma de la fiesta, pero es que esto me ha dejado... bastante atónito, por decirlo de alguna manera. Será mejor que echéis un ojo a esto.

Los enviados de la Torre se acercan a Quasar, y el campo de contención, al percibir su presencia, parece aclararse, volverse más transparente para permitir atisbar el interior con mayor nitidez.

-Él no nos ve-dice Adam-X, y la doctora Rao, fascinada por las maravillas técnicas que está viendo asiente mientras mira el interior de la cámara. Allí, un titán de color verde, aparece agazapado en el centro de la estancia, vestido con uno de los trajes de contención de las Kyl´n. Sus ojos aterrorizados miran a un lado y a otro, como si esperase que algo se manifestara en cualquier momento en el interior de la celda.

-No puede ser-sisea Starfox, y la sonrisa se borra de su rostro-. ¿Es...?

-Drax el Destructor-asiente Quasar.

-Dos agentes del Cuerpo Nova le encontraron en un mundo orbital kymeliano, desorientado-explica Adam-X.

-¿Y le habéis detenido?-masculla Johnny-. Pero si no es más que un grandullón con el cerebro de una nuez...

-Sufrió un ataque de ira, acabó con la vida de veintitrés efectivos del Cuerpo Nova y la destrucción de Na´Blas, un mundo kymeliano con ochenta y tres millones de habitantes.

-¿Drax hizo eso?

-Fue diseñado específicamente para acabar con Thanos-gruñe Starfox-. Pero él nunca haría algo así.

-Mirad-ordena Adam-X, pasando una mano por un sector de la pared gravimétrica, apareciendo una serie de iconos en interlac, y el Centurión Nova pulsa uno de ellos. La celda se llena de luz, aunque Drax no parece darse cuenta de ello, mientras la luz va definiéndose y tomando forma, la forma de siete criaturas parecidas a siete ángeles, o al menos, a versiones retorcidas de lo que serían los ángeles, cada uno de ellos resplandeciendo de un color-. Son imágenes basadas en sus recuerdos.

-Los Siete Hermanos-dice Johnny, y Quasar asiente-. ¿Le obligaron a hacer eso?

-Creemos que modificaron su mente para que lo hiciera, sí-asiente Adam-X.

-Pero... ¿por qué?-pregunta Lyja, y todos guardan silencio.

-Porque están jugando con nosotros-responde Quasar.

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Mes 4, día 21. Proyecto Iniciativa. Baltimore, Maryland.

-Bien, señor Schicting-dice la doctora Nyles, tomando asiento frente a Frank, que se encuentra sentado en un butacón ribeteado de cuero frente a la mesa de la doctora, que entra en su despacho en ese momento, después de haber dejado a Constrictor esperándola durante cinco minutos mientras ella le observaba a través de un espejo de doble cara. Realmente, no había hecho nada que Jennifer no esperara: había recorrido el despacho con la mirada sin mostrar interés por nada, ni siquiera por el Kandinsky original que tenía tras su silla ni por los libros de la estantería, ni siquiera por el ordenador portátil que había sobre el escritorio. Había mirado a su alrededor, se había sentado y sólo se había movido para servirse un vaso de agua de un dispensador situado en un rincón, justo antes de que ella entrara en el despacho-. Soy la doctora Jennifer Nyles, directora ejecutiva del Proyecto: Iniciativa.

-La he visto en televisión-dice él, estrechando la mano que ella le tiende-. Y bueno, también de vez en cuando por el campus, aunque no nos hayamos presentado nunca formalmente. Discúlpeme, Doctora Nyles, estoy un poco nervioso...

-No hay motivo, señor Schilcting-sonríe ella, tomando asiento frente a él-. Me gusta pensar que en el Proyecto: Iniciativa todos terminaremos siendo como una gran familia. ¿Quiere algo? Un café, té quizá...

-No, muchas gracias, estoy bien-replica él, sintiéndose tremendamente torpe-. Quizá que me llame Frank, no estoy acostumbrado a lo de "Señor Schilcting"...

-Frank entonces-asiente ella, abriendo el portátil y revisando un instante los datos de Constrictor que en él aparecen-. Llevas con nosotros varias semanas, Frank, y has superado las evaluaciones de todos los responsables de la Iniciativa... incluso las del Doctor Samson, y créeme, eso es todo un logro. ¿Estás cómodo con nosotros?

-La verdad es que es un cambio que alguien se preocupe por mí para variar-responde Frank-. No estoy muy acostumbrado a trabajar en grupo, y se me hace un poco raro... no sé como decir...

-¿Estar en el lado de los buenos?-sonríe Nyles, y él asiente-. De cualquier modo, una pregunta ajena a la evaluación, Frank. Usted me resulta familiar, ¿es posible que nos hayamos conocido antes?

-Sí, nos conocimos en Bélgica... usted estaba con... bueno con... ejem, con la Bestia. Bueno, no es que nos conociéramos como tal, nos vimos un par de veces.

-Ah, sí. Ha pasado mucho tiempo desde entonces-sonríe Jennifer, cerrando la pantalla del ordenador-. Frank, ¿comprendes todas las consecuencias que tiene formar parte del Proyecto: Iniciativa y de lo que te hemos ofrecido?

-Creo que sí. Supongo que es arriesgado, pero me vendrá muy bien. Reduciré los antecedentes penales, el dinero me hace falta... y bueno, estaré protegido.

-Ah, sí, leí el informe del USAgente. Ha debido molestar mucho a alguien para que todos sus antiguos amigos estén detrás de usted así...

-Sí, y me encantaría saber qué...

-Entonces, Frank, no me queda más que darle la bienvenida.

-¿Ya está? ¿Lo he hecho bien?

-Estaba preaceptado desde antes de cruzar esa puerta-señala Nyles, sonriendo-. Usted ha sido seleccionado personalmente por el director operativo del Proyecto: Iniciativa, La Visión.

-¿Qué? ¿Yo?

-Así es. Acompáñeme, Frank.

Jennifer Nyles se incorpora, y hace una señala a Constrictor para que la siga, mientras salen del despacho y se dirigen a uno de los pabellones del complejo. La doctora pasa la mano por un lector digital, y una gran puerta deslizante se abre, permitiéndoles pasar a lo que parece un inmenso gimnasio en el que Frank puede ver a varias personas.

-Señores-les llama la atención la Doctora Nyles, y todos se giran hacia ella-. Les presento a su nuevo compañero, el señor Frank Schlicting, al que todos conocerán como Constrictor. Señor Schlicting, aunque ya conozcas a algunos de tus compañeros, déjeme que se los presente. Caín Marko, Juggernaut. Abe Jenkins, Escarabajo. Satana Hellstrom, Satanna. Y Calisto... simplemente Calisto. Juntos, formaréis el Equipo Alfa de la Fuerza de la Libertad. Conoceos y pasadlo bien, mañana haremos la primera rueda de prensa. En fin, señores, tengo mucho trabajo que hacer. Frank, ahora vendrá la doctora Cooper para encargarse de todos los trámites; y el señor Craig se encargará de coordinar su primera sesión de entrenamiento conjunto, así que en cuarenta y cinco minutos, todos con el equipamiento completo en el Sótano.

Con una nueva sonrisa, Jennifer sale del gimnasio, cerrando la muerta tras de sí, y al instante, saca su teléfono móvil de uno de los bolsillos, y tras asegurarse de que no hay nadie cerca de ella, de otro bolsillo saca un pequeño artilugio que conecta a la entrada del cargador, un pequeño invento que impide que su llamada sea registrada, interceptada o pinchada por ningún tipo de tecnología.

-Hail, Hydra-dice Jennifer Nyles-. No, no sabe nada. Sí, lo sé. Mi vida es vuestra, Madame Hydra.

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Mes 4, día 23. Capitana UK y Nathaniel Richards. El Limbo.

-¡Cuidado!-exclama Capitana UK, cuando unas afiladas garras están a punto de decapitar a su compañero, que evita el embate de una criatura de aspecto demoníaco por centímetros, pero no consigue impedir que algunas salpicaduras de saliva ácida salpiquen uno de los brazos de Nathaniel Richards. De inmediato, y mordiéndose el labio inferior, Richards activa un campo de fuerza personal, mientras Linda se interpone entre el demonio y Nathaniel. La criatura les mira y una lengua que gotea ácido resbala en sus fauces caballunas, y el líquido chisporrotea en sus propias escamas. Un derechazo de Capitana UK le borra la sonrisa de las fauces y le hace volar media docena de metros hasta estrellarse contra una roca, que se desmenuza bajo la fuerza de su impacto.

-¿Estás bien?-pregunta Linda, volviéndose hacia Richards, y este asiente, pero cuando va a responder, aparta a la mujer de delante de él y dos proyectiles de fotones sólidos vuelan desde sus muñequeras hacia la criatura demoníaca, que repta hacia ellos. Hay un estallido de luz... pero la criatura continúa avanzando...

-Cossssssquillassssss...-sisea-. Dameeee massssssss....

-Todo lo que quieras-responde alguien a unos pasos de Richards y UK, y se giran a tiempo de ver a una muchacha de unos catorce o quince años, con el pelo castaño recogido en una coleta, y cubierta con una armadura plateada, empuñando una espada resplandeciente, con un complejo entramado de cristal tallado sobre la pechera y los brazales. Empuña una espada resplandeciente, y mira al demonio con gesto de desprecio. Este, al verla, retrocede algunos pasos, pero la muchacha se muestra inclemente, y de sus manos, brotan dardos de luz de color ámbar que impactan contra la criatura, que grita obligando a Nathaniel y UK a taparse los oídos. Una nueva andanada de dardos luminosos brota de los dedos de la joven, y finalmente, el demonio se desploma.

-¿Qué hacéis aquí?-gruñe la muchacha, hablándoles en inglés con un fuerte acento mientras se acerca a ellos, enfurruñada por algún motivo-. Si Margali no os hubiera sentido, ahora seríais poco más que chucrut...

-Buscamos a...-comienza a decir Richards, pero la muchacha le interrumpe, alzando una mano.

-Este no es lugar para tener una conversación-dice, y hace un gesto a su espalda, donde aparece un círculo blanco, del tamaño idóneo para que tres personas pasen a través de él. UK tiene una extraña sensación cuando lo mira, como si emitiera luz pero fuera completamente mate-. Eso era sólo un rapiñador, pero suele haber ejércitos no muy lejos de ellos...

-¿Ejércitos? ¿Qué está pasando aquí?-gruñe Richards, confuso por primera vez en mucho tiempo. Según los datos que había obtenido de los archivos de Roma, los Infiernos y el Limbo se encontraban en paz después de las Guerras Infernales, los primeros dominados por Jonathan Blaze y Agatha Harkness, y el segundo con una nueva guardiana...

-Anciano, no es el momento-gruñe la chica, y el círculo se mueve, envolviéndoles. No tienen percepción de movimiento, pero cuando el círculo desaparece, se encuentran en lo que parece ser el interior de una fortaleza, una salón amplio, con las paredes cubiertas de tapices de colores púrpura y azul cobalto, y una mesa de robusta madera en el centro. Hay varias sillas repartidas por la habitación, que huele a especias y a hierbas amargas. Y junto a la mesa, sentada en una de las sillas, de aspecto pesado, había una mujer vestida de color azul claro, con el rostro oculto tras una máscara dorada, ornamentada con dos cuernos de carnero enrollados.

-Margali Szardos-gruñe Richards-. Soy...

-Nathaniel Richards-le interrumpe ella-. Vi vuestra llegada en un reflejo de lo que había por venir. Supongo que vuestra visita no es una mera cortesía, desde luego no habéis llegado en el momento oportuno.

-Parece ser que somos especialistas en eso-masculla Capitana UK-. ¿Qué era esa cosa?

-N´Garai-responde la muchacha, mientras la armadura parece disolverse en el aire a su alrededor, quedándose en unos vaqueros gastados y un suéter deshilachado de color gris, lo que la hace parecer aún más joven.

-Eres solo una niña-masculla Linda, y la muchacha la mira con gesto sorprendido.

-Soy Ángela Comaneci, la Guardiana del Limbo. Hace mucho que dejé de ser una niña...

-Al menos esa es su percepción-sonríe con acidez Margali.

-Así que tú eres la nueva Magik-dice Nathaniel, y ella niega con la cabeza. Hace un gesto, y dos sillas se deslizan sobre el suelo de piedra para acercarse a los invitados, y Margali les hace un gesto para que se sienten.

-Ese nombre ya tiene una dueña, y desde luego yo no soy ella-dice Ángela, reprimiendo un escalofrío-. Si es necesario que me deis un nombre, llamadme Morrigan.

-Un nombre de diosa-masculla Nathaniel-. Quizá algo pretencioso, niña.

-Quizá hoy sí-dice Ángela, encogiéndose de hombros-. Pero mañana, ¿quién sabe?

-¿Por qué están aquí los N´Garai?-pregunta Linda, preguntándose a sí misma cuando han dejado que la conversación con una niña les haga perder el tiempo.

-El equilibrio mágico ha cambiado-dice Margali-. El Limbo permanece firme y centrado, pero a nuestro alrededor, todo lo mágico se desmorona. Los N´Garai y sus locos dioses han pensado que pueden tomar el Limbo.

-Necesitaréis ayuda aquí...-dice Linda, pero Margali niega con la cabeza.

-La necesitarán ellos-sisea la mujer, tan convencida que Capitana UK siente un escalofrío.

-Quizá esté relacionado con el motivo de nuestra presencia aquí-interviene Nathaniel-. ¿Qué es la Era de Acuario?

Por unos instantes, Richards siente que los ojos de Margali se clavan en él, y casi puede sentir el calor que transmiten.

-Para mucha gente, la Era de Acuario es simplemente un movimiento cultural relacionado con la Nueva Era, la fuerza del pensamiento positivo y ese tipo de paparruchas.

-¿Y para los magos?

-Para algunos magos, los que creen en ello, la magia a lo largo de la historia se ha dividido en una rueda de doce eras, que se corresponden con los signos del Zodíaco.

-Desde Aries a Piscis-interviene UK, pero Margali niega con la cabeza.

-No exactamente. Cuando los primeros seres humanos comenzaron a dominar las artes de la magia, en los tiempos posteriores a la guerra entre Chthon, Set y Atum, cuando este se convirtió en el Demogorgo, los estudios de la magia comenzaron en Atlantis, bajo la enseña de Acuario. Fue la primera era de la magia, cuando la magia era más poderosa y más potente, el tiempo en el que los artesanos de la voluntad manejaban la propia realidad. El tiempo fue desplazando la rueda de las eras, y de Acuario pasó a Piscis, Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, etc. Según algunos de los practicantes de la vieja magia atlante, vivíamos en la Era de Capricornio, el antecedente al nuevo inicio de la rueda.

-¿Y las Guerras Infernales pudieron desencadenar el final de la Era de Capricornio y el principio de la de Acuario?

-Capricornio es un signo de tierra, un signo de firmeza. La magia estaba reglada, la acción llevaba a la reacción. A día de hoy, la magia es fluida, impredecible, como un signo de aire. Como Acuario. Las viejas reglas no se aplican, los antiguos sistemas no son válidos. El propio Sendero Tortuoso ha virado completamente de destino, lo que antes era arriba ahora no tiene por qué serlo... Para derrotar a Belial, Agatha Harkness realizó un poderoso hechizo, convirtió los espíritus de los muertos en un ejército. No desequilibró la balanza, la hizo añicos.

-¿Y cómo solucionamos esto?-pregunta UK, y Margali se encoge de hombros.

-El tiempo se ha vuelto etéreo, como la propia magia.

-La propia Realidad se está resintiendo por causa de las desviaciones temporales-gruñe Richards, volviéndose hacia Linda-. Deberíamos clausurar el Limbo.

-Inténtalo-dice Margali, incorporándose, mientras la Espada-Alma aparece de nuevo en manos de Ángela Comaneci. Richards y UK se incorporan también, poniéndose espalda con espalda para encarar a las dos mujeres-. Tu tecnología tendrá aquí el mismo efecto que ha tenido con el demonio N´Garai que os atacó. Así que... vamos, trata de clausurar el Limbo...

-Nathaniel-dice UK, llamando la atención de su compañero, y ambos advierten el círculo blanco que les envuelve, convocado por Ángela. Richards trata de activar sus sistemas de teleportación para bloquear la magia de la muchacha, y atónito, se da cuenta de que es inútil. Lo último que ve antes de que todo se funda en blanco, es la máscara resplandeciente de Margali.

Un frío gélido golpea a Nathaniel y a Linda, y una ráfaga de viento que está a punto de arrojarles al helado suelo. Los localizadores de posición de Richards enseguida les dan su ubicación: Antártida, a cincuenta kilómetros de la Estación Vostok y en medio de una ventisca de vientos catabáticos de 150 kilómetros por hora...

-Esa niña tiene un retorcido sentido del humor-gruñe Richards, mientras conecta un campo de fuerza que le envuelva junto a Linda-. Tendrás que acercarte, Capitana UK, el alcance de mi campo de fuerza es limitado...

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Mes 4, día 28. Talismán. Universidad McGill, Montreal. Canadá.

-Señorita Twoyoungmen-dice el policía, abriendo el cordón policial y permitiendo a Talismán entrar en el recinto de la Universidad. Cualquier otro viernes a mediodía, el entorno de la universidad estaría lleno de estudiantes, corriendo hacia los bares que rodeaban la zona, o dirigiéndose hacia los subterráneos para refugiarse del frío. En aquel momento, todo el perímetro de la Universidad estaba acordonado, con policías de aspecto nervioso cada pocos metros. Los más cercanos, miraban a Elizabeth, que en lugar de presentarse ataviada como Talismán, lo había hecho vestida con unos simples tejanos, un pesado abrigo de piel curtida y un gorro de lana sobre el pelo suelto. Hubiera podido ser una estudiante más de no haber sido por la identificación del Departamento H que había dejado en manos de los policías, que se la devolvieron atentamente.

-¿Elizabeth Twoyoungmen?-pregunta un hombre de unos cuarenta años y barriga prominente, que se acerca a ella, mientras asiente-. Soy el inspector DuBois, de la policía montada de Canadá. Muchas gracias por acudir tan pronto.

-Se trata de una amiga, no podía hacer menos. ¿Dónde está?

-Por aquí, sígame-indica el inspector, dirigiéndose hacia uno de los laterales del campus, en dirección a la biblioteca-. Los agentes están tomando declaración a los testigos, pero todo parece indicar que... bueno, que cayó del cielo.

Elizabeth asiente, sin decir nada. Hay algo mágico latiendo en el aire, lo puede sentir, prácticamente lo respira. Y se da cuenta de que buena parte de las paredes de los edificios colindantes están congeladas, cubiertas por una capa de escarcha que muestra extrañas formas.

Cuando gira la esquina del edificio de la biblioteca, Elizabeth no puede evitar un grito ahogado. Allí, cerca de un pequeño parquecillo, hay lo que parece ser una estatua de hielo, una inmensa rosa de varios metros de diámetro y cuyos zarcillos están formados por la escarcha que se extiende por doquier en la Universidad. Y en el corazón de la rosa helada, medio fundida con el hielo, se encuentra un rostro que Elizabeth reconocería en cualquier parte.

-¡Narya!-grita Elizabeth, y de inmediato, el aire ondula a su alrededor cuando Elizabeth Twoyoungmen es sustituida por Talismán. Con un ágil salto, se incorpora a la rosa de hielo y aferrándose a los afilados salientes, consigue trepar hasta llegar a Ave Nevada, cuyos ojos sin pupilas ni iris parecen mirar a todas partes sin ver-. ¡Narya!

-Elizabeth-susurra Ave Nevada, volviendo hacia ella su mirada ciega-. ¿Dónde está Michael? ¿Dónde está Shaman?

-¿Estás bien?-pregunta Talismán, mientras convoca calor a través de sus manos para, poco a poco, ir deshaciendo el hielo y liberando a su amiga y compañera.

-Tenemos que avisar a tu padre, tenemos que estar en alerta-murmura Ave Nevada, y una de sus manos aferra a Elizabeth-. Me atacó en Iqaluit, apenas pude escapar... Se ha llevado parte de mi magia, casi todo mi poder... Nos perseguirá y nos cazará a todos hasta recuperar lo que considera suyo...

-¿Quién, Narya?-susurra Talismán-. ¿Quién te ha hecho esto?

-Morgana-responde Ave Nevada, rompiendo a llorar-. Morgana ha vuelto.

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1.- Tanto Vasilisa como los Zmei son personajes clásicos de las tradiciones rusas, que comparten protagonismo con personajes más conocidos como Baba-Yaga.

2.- Sí, es ruso. La Presencia dice "No pidas disculpas, Laynia Petrovna. Si la actitud de Perun es discutible, no lo es el trasfondo de lo que estaba diciendo. Rusia es débil hoy". A lo que Laynia replica "Discutiremos eso más tarde, padre. Puedes marchar".

3.- Adam-X, también llamado X-Tremo, es realmente Adam Summers, medio humano(mutante) y medio Shi´ar.

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EL DISCO DEL REGISTRADOR

¡Este mes tenemos correo! (Bueno, o algo así...)

Correia:

Doce III

Habéis hecho que tenga pena del pobre Constrictor... panda de cabrones.

Errr... pues no le queda nada al pobre...

¡Ya estamos con el quinto! Y ya sabéis lo que dicen, ¡no hay quinto malo!

 
 
   
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