Jamie Matthews y Paul Deer: dos compañeros de clase de Joss y Alyssa, uno fuma demasiado, el otro habla demasiado.
Ha sido el mejor verano de mi vida.
Aly y yo hemos pasado todo el tiempo juntos. En estos dos meses nos hemos
ido a Nueva York (donde aproveché para presentarle a Júbilo), hemos pasado
un fin de semana en el parque nacional de Yosemite, de excursión, hemos
estado visitando UCLA, para prepararnos para nuestro primer año en la
universidad... y, sobre todo, hemos disfrutado de nuestra compañía.
Como ya he dicho, ha sido el mejor verano de mi vida.
Pero ahora ya ha empezado el curso. Es nuestro primer año en la Universidad.
Estamos los dos en UCLA, viviendo en un loft alquilado junto al campus, que
pagamos trabajando en una cafetería cercana. A nuestros padres no les ha
gustado que nos quedemos juntos, pero, al final, han acabado aceptándolo.
Supongo que piensan que somos demasiado jóvenes, que hace poco que salimos,
y que hace poco que teníamos otras parejas diferentes, pero... no sé, lo veo
lógico. Total, pasamos todo el rato que podemos juntos, que no es mucho, y
si viviéramos en el campus, compartiendo habitación con otras personas, no
podríamos estar juntos todo el tiempo que quisiéramos...
Eso si, el peor trago fue contárselo a ellos. Y tampoco sé muy bien por
qué... con Donna se enteraron enseguida (nos vieron por la calle, que se le
va a hacer), pero esta vez nos tocó ir y decirlo... era la única forma de
conseguir que nos dejaran quedarnos juntos... aunque comprendo que, por muy
tolerantes que sean, la idea de que sus hijos de dieciocho años convivan no
tiene que ser muy agradable...
¿Por dónde iba? No sé como me las arreglo, pero siempre acabo desviándome
del tema. A veces parece que me es imposible escribir nada sin irme por las
ramas...
Llevamos dos semanas de clase. Aun estamos ajustándonos a los horarios, a
los nuevos compañeros, a los profesores, al trabajo... todo es nuevo, todo
es diferente. Aunque nuestra ciudad es medianamente grande, no es nada
comparado con Los Ángeles, donde estamos ahora. Es impresionante. Es enorme.
En todos los sentidos. Las autopistas, los edificios... la gente... El otro
día estuvimos visitando Rodeo Drive, y es tal y como se ve en las películas.
Tiendas enormes supercaras. Supermodelos paseando caniches por la calle...
¿Dije antes que todo era nuevo? Pues no. De algún modo, no sé cómo, Paul
Deer y Jamie Matthews, mis dos excompañeros de instituto más raros, se las
han arreglado para obtener plaza en UCLA. Cuando los vi en la cola para
matricularnos, por poco me da algo. Me explicaron que habían tenido una
recomendación especial del director de nuestro instituto (¿sería para
quitárselos de en medio?), y que pensaban vivir en una fraternidad, y que,
si ninguna los aceptaba, crearían la suya propia. Quizás debería haberme
alegrado de ver caras conocidas, pero... estos dos son los mayores
admiradores (¿o debería decir los únicos?) de Marvel Kid, mi "alter ego"
superheroico, y se las arreglaron para meterme en líos más de una vez...
Hablando de poderes... no he tenido que usarlos ni una sola vez. Vale, sí,
he ido volando de un lado a otro muchas veces, pero no me he encontrado ni
demonios, ni vampiros, ni mutantes locos. Todo un alivio, comparado con el
año pasado, que parecía que cada vez que me daba la vuelta aparecía algún
tipo raro.
En fin, diario, lo dejo por hoy. Empiezo mi turno en el Starbucks dentro de
media hora. Ya seguiré otro día.
Joss cerró el fichero de Word en el que estaba escribiendo y apagó el
portátil. Hacía mucho que no escribía, pero le apetecía poner en claro sus
pensamientos, y ésta era la mejor manera. Alyssa no estaba en el loft -
tenía clase hasta tarde -, así que, aprovechando que había hecho la limpieza
a supervelocidad gracias a sus poderes, utilizó el tiempo que le quedaba
para escribir. Le encantaba escribir. Se había matriculado en una clase de
escritura creativa, aunque tenía claro desde hacía tiempo que quería
estudiar informática. Había pensado que, quizás, aunque se graduara en
informática, cogería las suficientes asignaturas de literatura como para
tenerla de secundaria1...
Cogió la mochila y salió del loft. Estaba muy contento con su vivienda. Aly
y él habían tenido mucha suerte, porque estaba lo suficientemente cerca de
la universidad y del trabajo para que no necesitaran usar coche. Si había
algo que le daba pánico a Joss era conducir por Los Ángeles...
Joss salió del edificio. Había un sol radiante, y unos treinta grados, a
pesar de ser las cinco de la tarde de mediados de octubre. Cosas de
California. Cruzó la avenida y se metió en un callejón cercano. Allí echó un
rápido vistazo a su alrededor. No había nadie. Sacó de la mochila su
uniforme y se lo puso. Había decidido no salir volando desde su piso, por si
acaso había alguien mirando. No es que le preocupara que le reconocieran,
pero tampoco era cuestión de dar pistas. Una vez cambiado de ropa, salió
volando por encima del callejón. Le encantaba la sensación de libertad que
le daba el volar, el sentir el aire en la cara... por eso aprovechaba
cualquier oportunidad, aunque no le hiciera falta, como ahora: la cafetería
estaba a cinco minutos andando de su casa.
Diez minutos después, Joss aterrizó en otro callejón, cercano al Starbucks
en el que trabajaba. Se volvió a cambiar y se dirigió al local. Le gustaba
el trabajo de camarero, no era demasiado estresante, al menos de momento, y
le permitía pagarse el piso, entre otras cosas.
"Buenas tardes, Miki", saludó a su compañera al entrar. "¿Todo tranquilo?"
"Sí, Joss", le respondió la chica, de rasgos asiáticos. "Eres el primero que
entra desde hace una hora."
"Bien. Voy a cambiarme y enseguida salgo."
Joss entró en el almacén, donde también se encontraban los vestuarios. Colgó
su mochila en su taquilla y se puso el delantal, cuando oyó unos gritos. Con
cuidado, se asomó a la cafetería. Un tipo con una media en la cabeza,
empuñando una recortada, le estaba gritando a su compañera que le diera el
dinero. ¿Qué hacer? Si le lanzaba un rayo, Miki se daría cuenta, pero si no,
podría salir herida...
El tipo seguía gritando, y Miki gritaba, histérica. El tipo, cabreado, la
golpeó en la cabeza con la culata de su recortada, dejándola inconsciente.
Joss no esperó más, y, apuntándole con sus manos, le lanzó un rayo, que le
arrancó el arma de los dedos. El tipo no sabía qué había pasado, miraba
asustado de un lado a otro. Intentó volver a coger su arma, pero otro rayo
de Joss la acabó por destrozar, y el tipo salió corriendo del local.
Joss salió del almacén y se acercó a su compañera. Estaba inconsciente, pero
aparentemente bien. Llamó al 911 y dio aviso. La policía llegaría en unos
minutos. Parecía que todo había acabado bien...
California está llena de webcams. Las hay en todos lados, hasta los más
insospechados. Una de ellas ha captado algo. El usuario ve las imágenes con
asombro: ¡ha cazado a un superhéroe cambiándose!
CONTINUARÁ...
1.- En los USA, las carreras son una cosa extraña que depende de qué asignaturas escojas. Según tu elección, y unas guías de estudio que hay, te dan un título u otro. Hay incluso carreras "genéricas" para gente que no tiene ni idea de lo que hacer. Además, te permiten sacarte otro título (que sería el secundario) escogiendo más asignaturas de las normales.
KIDMAIL!
Bienvenidos a la segunda temporada de Marvel Kid.
Esta es mi serie más personal, ya lo sabéis. Si habéis seguido la primera
temporada, ya estaréis familiarizados con los personajes, si no, os
recomiendo que la leáis (son solo trece números de nada...), aunque os pongo
en situación al comienzo del relato.
Este número tenemos una carta. Salva nos felicita por la serie, de la que
dice haberse leído algunos números y que le han parecido muy buenos,
divertidos e interesantes. Pues muchas gracias, Salva, y espero que al final
te pongas a hacernos ilustraciones para MarvelTopia.
Y eso es todo por este mes. Ya sabéis dónde encontrarnos.
¡MarvelTópicos saludos!