Jamie Matthews y Paul Deer: dos compañeros de clase de Joss y Alyssa, uno fuma demasiado, el otro habla demasiado.
Estoy en clase de Ciencias. La última clase de la semana. No estoy prestando
atención. No porque no me guste, sino porque tengo otras cosas en la cabeza.
Por si no lo recuerdas, hace dos meses que rompí con Donna. Me di cuenta que
la estaba engañando, que no podía seguir con ella cuando estaba enamorado de
Aly. Claro que, como es normal en mi, no le dije nada de esto... ni tampoco
le dije nada a Aly... y Aly me dijo hace unos días que había empezado a
salir con alguien... Dylan, de la clase de español... así que estoy hecho
polvo... y he tomado la decisión de contarle la verdad a Donna... y pedirle
perdón por el daño que le he hecho.
Quizás también deberías saber que soy un mutante. Sí, he nacido con poderes
que me sitúan por encima de la humanidad y soy un peligro para todos... o
eso dicen los fanáticos que salen en la tele de vez en cuando... La verdad
es que puedo volar, soy bastante fuerte, muy duro, y lanzo rayos... vamos,
un Superman cualquiera... La prensa local me ha llamado "Marvel Kid"... no
sé por qué, ni me importa. La verdad es que desde que descubrí mis poderes
sólo me he enfrentado a demonios y matones de barrio... no es que sea una
carrera espectacular... no me he enfrentado al Doctor Muerte... ni siquiera
a Electro...
Esto de tener poderes no es tan genial como podría parecer. Sí, vale,
gracias a ellos he conocido a Júbilo, que es una gran amiga, y volar es una
sensación maravillosa... pero cuando de verdad me han hecho falta no me han
servido para nada... no pude hacer nada cuando Peter murió, por ejemplo...
Bueno, gracias a ellos salvé a Donna cuando intentó suicidarse, y a Aly
cuando la atacaron aquellos matones... Mejor dejamos el tema, ¿vale?
El caso es que llevo toda la semana llamando a Donna... y ella no se quiere
poner. Lógico, vale. En fin, he decidido pasarme por su casa al salir de
clase, ya conseguiré que me vea... siempre puedo entrar por la ventana, ¿no?
Suena la campana, me despido de Aly, deseándole un buen fin de semana, y me
meto en los servicios. Me pongo mi uniforme y salgo volando por la ventana
(menos mal que son lo suficientemente anchas). En un par de minutos llego a
la casa de Donna. Aterrizo en un callejón cercano y me vuelvo a poner la
ropa de calle... tiene que haber una forma más fácil de cambiarse... no se,
algo como los Power Rangers... tengo que acordarme de preguntarle a
Júbilo...
Me acerco a la puerta. Estoy nervioso. Llamo. Abre Granny, la asistenta de
Donna.
"¿Qué quieres, Joss?"
"Hola, Granny. Quería hablar con Donna."
"No creo que ella quiera hablar contigo, Joss."
"Ya lo sé. Pero quiero... necesito explicarle por qué ha pasado todo
esto..."
"¿Para qué, niño? ¿Tienes remordimientos y quieres limpiar tu consciencia?"
"No. Creo que Donna merece saber la verdad."
"Lo siento, niño. No te puedo dejar entrar."
Y me cierra la puerta en las narices.
Por supuesto, eso no me va a detener. Veo a Donna en su habitación. Está de
espaldas, no sabe que estoy aquí. Hay un árbol junto a la ventana. Lo
aprovecho para subir, sin descubrirle a nadie mis poderes.
"Donna."
"¿¡¿Joss?!? ¿Qué haces aquí?"
"Tengo que hablar contigo, y Granny no me dejaba pasar."
"No quiero hablar contigo, Joss."
"Lo sé. Pero quiero explicarte lo que pasó."
"¿Y por qué ahora?"
"Porque me he dado cuenta que me porté como un auténtico cerdo contigo."
"¿Y qué más te da? Haberme enviado una postal."
"Por favor, Donna, dejame pasar."
Duda.
"Por favor."
"Está bien. Pero sólo un momento."
Me deslizo por la ventana.
"Gracias."
"Bien. Habla. Te escucho", me dice mientras se sienta en la cama.
Hacía tiempo que no entraba aquí. Veo que ha quitado todas mis fotos (no me
extraña, claro). Y ha cambiado los posters que tenía.
"Donna... lo siento."
"Bueno, eso ya lo dijiste la última vez."
"Sí, lo sé. Lo recuerdo. Pero la última vez no te dije toda la verdad."
"¿Ah, no?"
"No. Te dije que me gustabas, pero que no quería seguir con una relación de
instituto, ahora que iba a empezar la universidad..."
"Sí, si, recuerdo lo que dijiste", me interrumpe. "¿Acaso no era verdad?"
"En parte sí. Pero hay otra cosa."
"Oh, déjame adivinar. Aly."
"Sí."
"¿Crees que soy tonta? ¿Crees que no lo sabía?"
Noto mucha calor en el pecho. Qué raro.
"Lo suponías, lo sé. Me lo echaste en cara muchas veces."
"¡Y con razón!"
Cada vez noto más calor... ¿qué demonios pasa?
"Vale, Donna. Sí, lo admito. Estoy enamorado de Aly."
"Pues claro que estás enamorado, idiota. Lo sabe todo el mundo menos ella."
Joder... ¿qué tengo en el pecho?
"Donna... no fui justo contigo... no podía seguir contigo si estaba
enamorado de otra persona. Por eso corté."
"¡¡¡Claro, cuando ya tuviste todo lo que querías de mi!!! Como Aly tenía
novio, tú estabas conmigo. Cuando cortaron, tu cortaste. ¡¡Y ahora que Aly
se ha echado novio de nuevo, vienes aquí a... ¿qué? ¿A intentar volver
conmigo? ¿A pedir perdón? ¿Tienes remordimientos?"
No... puedo... pensar... me arde el pecho... tengo que... ¡¡¡la cadena!!
Me quito la cadena que llevo lo más rápido que puedo, y la tiro al suelo.
Está ardiendo.
"¿Qué demonios haces?", me pregunta Donna.
"La cadena estaba ardiendo... no sé qué pasaba."
La cadena está brillando... la medalla... ¿¡¿se está abriendo?!?
"Donna, ponte detrás mio, deprisa."
El brillo inunda toda la habitación. ¿Qué hago? ¿Cojo a Donna y salgo volando?
CRACK
De repente, el brillo se apaga. Hay algo clavado en el sitio donde estaba la
medalla... parece un trozo de madera.
"No deberías jugar con esas cosas, son malas", dice una voz detrás nuestro.
Nos giramos. Hay una chica rubia, vestida con una gabardina negra, un sueter
y vaqueros. En la mano lleva una estaca de madera.
"Hola. Soy Buffy. Acabo de salvaros la vida."
KIDMAIL!
Bueno, otro capítulo más de 90210 Sensación de Vivir... espero que lo
critiqueis vilmente, por supuesto...
Y en el próximo número, por si alguien lo dudaba... ¡¡¡Buffy!!!
MarvelTópicos saludos...
-- Carlos