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Joss Ryan era un chico normal, hasta que un día sus poderes mutantes salieron a la luz. Ahora se enfrenta a un mundo para el que no está preparado bajo el nombre de Marvel Kid.
 
Marvel Kid

MARVEL KID #8
Massachussetts
Guión: Carlos Correia

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PORTADA: Marvel Kid en medio de la sala de peligro, enfrentándose a todo tipo de peligros.

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Galería de personajes

  • Joss C. Ryan AKA Marvel Kid: diecisiete años, moreno, ojos verdes, metro setenta y ocho, ochenta kilos. El protagonista. Vive con sus padres, Michael y Mary, y su hermano pequeño Chris.

  • Donna López: la novia de Joss. Hispana, cabello y ojos negros, metro sesenta. Quince años. Su madre es una conocida cantante, que siempre está de gira.

  • Alyssa Douglas: la mejor amiga de Joss, de la que está enamorado. Dieciséis años, rubia, ojos castaños, metro sesenta y cinco, cincuenta y cinco kilos.

  • Mandy y Rachel: camareras de la cafetería Sonata, donde suelen ir después de clase. Una rubia y una morena, son ya parte del grupo.

  • Jamie Matthews y Paul Deer: dos compañeros de clase de Joss y Alyssa, uno fuma demasiado, el otro habla demasiado.

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    "¡Joss!"

    Júbilo salió corriendo hacia él, lanzándose en sus brazos y tirándolo al suelo.

    "Ey, Júbilo, tranquila", dijo Joss, intentando levantarse. "Yo también me alegro de verte."

    "Me alegro tanto de que estés aquí. Ahora mismo nos vamos con Cassidy para que te haga las pruebas, y luego nos vamos a ir a pasárnoslo bien y no nos tendremos que preocupar por..."

    "¡Ey, Júbilo, respira, te vas a ahogar!"

    "Nah, ya estoy acostumbrada. ¿Qué tal el viaje?"

    "Bien, bueno, era la primera vez que iba en avión, pero como que lo de volar ya no me da miedo."

    "¿Y qué has dicho en casa? ¿Y a Donna?"

    "A mis padres les dije que era una prueba para vuestro instituto, por si me interesaba. A Donna, más o menos lo mismo. Sólo Aly sabe la verdad."

    "Bien, pues vámonos ya. Sean nos espera."

    En la puerta del aeropuerto les esperaba una limusina. Sean Cassidy, el director de la escuela, les estaba esperando.

    "Bienvenido, Joss. ¿Qué tal el viaje?"

    "Bien, señor, gracias. Y gracias por invitarme."

    "De nada, hijo, vamos, déjame que te ayude con las maletas."

    Cargaron el coche y salieron en dirección a la Academia. Júbilo y Joss se sentaron en el asiento trasero, mientras Sean conducía.

    "¿Y qué tal todo? No sé nada de ti desde el gremlin", le preguntó Júbilo.

    "Pues bien, no he tenido que usar mis poderes en estas dos semanas. He estado entrenando un poco en la playa. Eso sí, han hablado de mí en la prensa local. Me llaman 'Marvel Kid'."

    "No te quejes por el nombre, que los hay peores. Piensa en la Chica Ardilla."

    "Pues tienes razón."

    "¿Y qué tal Donna? ¿Sigue con sus cabreos?"

    "Sí. No acepta que Aly sea mi amiga."

    "Ya sabes lo que opino yo al respecto."

    "Sí, ya lo sé. Que tengo que decidirme. O quiero a una o a la otra. Pero no es fácil, ¿sabes? Aly es mi mejor amiga, y no quiero estropear eso. Y a Donna la quiero, quizás no tanto como a Aly, vale, pero la quiero, y no quiero hacerle daño."

    "¿Y es justo para ella que sólo estés con ella porque no puedes estar con Aly?"

    "Supongo que no."

    "Entonces ya sabes lo que tienes que hacer, ¿no?"

    Antes de que Joss pudiera contestar, el coche se paró. Habían llegado a la Academia de Massachussets, hogar de Generación-X, y hace poco abierta a estudiantes no mutantes.

    "Hemos llegado, chicos. Verás que hay andamios por varios sitios, pero es porque hace poco que nos atacó un supervillano, y aún no hemos acabado la reconstrucción", dijo Sean.

    "Sí, nos atacó un bicho raro que envió Apocalipsis, pero al que mi amigo Logan dio una patada en el culo como siempre y..."

    "Ya vale, Júbilo", la interrumpió Sean. "Joss, supongo que querrás hacer las pruebas enseguida, así que dejaremos que la dicharachera señorita Lee cargue con tus cosas hasta tu cuarto mientras tu me acompañas, ¿de acuerdo?"

    "De acuerdo, señor. Hasta ahora, Júbilo."

    "Ahora iré a verte, Joss. Y no tengas miedo, que está tirado."

    Minutos después, Joss se encontraba en el centro de la "biosfera de peligro", una completa sala de prácticas en la que se podían hacer todo tipo de pruebas a los mutantes, así como enfrentarlos a cualquier tipo de enemigo o peligro.

    "Muy bien, Joss, vamos a empezar por algo sencillo", dijo Sean desde la cabina de control. "Quiero que te pongas debajo de esa prensa, y aguantes. Si ves que no puedes, lo dices, la prensa se parará con el sonido de tu voz, o si tus signos se salen de la zona segura, ¿de acuerdo?"

    "De acuerdo, señor."

    Joss se puso debajo, y comenzó a hacer fuerza.

    "Vas bien, Joss. Tus constantes están normales, aun no has llegado a tu límite."

    Siguió haciendo fuerza. La presión seguía aumentando. A los cinco minutos empezó a sudar. A los siete, no pudo más.

    "¡Ya!"

    La presión paró de golpe, y Joss cayó al suelo.

    "Felicidades, Joss. Has aguantado hasta quince toneladas. Teniendo en cuenta tu edad, supongo que alcanzarás las cuarenta o cincuenta con el tiempo."

    "Sí, vale, gracias..."

    "Tranquilízate. Lo estás haciendo bien. Ahora, si te parece bien, vamos a comprobar tus rayos, ¿de acuerdo? Nos interesa saber exactamente qué hacen, así que quiero que te concentres y los lances contra ese orificio que hay a tu derecha."

    "Pero, ¿no me cargaré algo?"

    "No, tranquilízate. Está especialmente diseñado para eso. Dispara sin miedo."

    Joss se concentró. Apuntó con su mano hacia donde le había señalado Cassidy, y un rayo de energía salió de la punta de sus dedos en la dirección deseada. Pero no hizo nada. El rayo se perdió dentro del orificio, como si de un agujero negro se tratase.

    "Uauh", exclamó Joss. "¿Qué se supone que es eso?"

    "Eso es un analizador espectral shi'ar", le contestó Sean. "Absorbe cualquier tipo de energía que se le lance, y devuelve su espectrometría, según la cual tus rayos son de energía luminosa, es decir, son lásers, luz coherente de alta energía, lo que te permite usarlos tanto como rayos de fuerza, para destruir, o caloríficos, para quemar, según la energía que les dediques. Por cierto, que según he comprobado por tus constantes vitales, la energía que lanzas la absorbes del medio que te rodea, porque la temperatura a tu alrededor ha descendido varios grados. Eso significa que en un ambiente frío te será más difícil. Tenlo en cuenta, ¿de acuerdo?"

    "Sí, claro", respondió Joss, que se había liado un poco. "Supongo que una pelea en el polo norte no es aconsejable, ¿no?"

    "Eso mismo."

    "Lo tendré en cuenta."

    "Bueno, ahora nos queda ver qué tal maniobras en tu vuelo. Como verás, a tu espalda hay un laberinto de cables y tuberías. Quiero que lo recorras en el menor tiempo posible, ¿de acuerdo?"

    "Entendido."

    Joss despegó. El vuelo era una de las cosas que más le había costado controlar, pero las horas de práctica en la playa le habían ayudado a mejorar. Sin embargo, la prueba era difícil. Había que maniobrar muy rápido en muy poco espacio, y al principio le costó, pero a medida que avanzaba, mejoró, y logró recorrer la última parte sin mayores complicaciones.

    "Felicidades, Joss. Veo que por este lado no vas a tener muchos problemas. Bien, sólo nos falta comprobar tu posible invulnerabilidad. Verás, hay dos tipos de invulnerabilidad. En unos, tu piel es dura, y en otros, es un campo de fuerza el que les rodea. Debemos averiguar qué clase de invulnerabilidad tienes... si es que la tienes, y cuál es su alcance. Pero tranquilo, no vamos a dispararte ni nada de eso. Simplemente quiero que te sitúes sobre esa plataforma, y que te relajes."

    Joss no estaba muy convencido, pero obedeció. Un rayo de luz comenzó a recorrer su cuerpo, y él sintió un leve cosquilleo.

    "Ya está. Tendré los resultados dentro de un par de horas", le dijo Sean.

    "¡Así que dúchate, que nos vamos a ver Nueva York!", le gritó Júbilo desde la cabina.

    Minutos después, Joss se reunió con Júbilo en el hall. Ella había logrado convencer a Sean para que los dejara pasar el día en NY (donde Joss nunca había estado), y así estar tranquilos. Sean había aceptado, más que nada para dejar de oírla quejarse, y les acercó a la ciudad, ya que ninguno de los dos tenía aún edad para conducir, al menos en solitario.

    "Os recogeré aquí a las ocho. No os retraséis", les dijo, tras dejarlos junto al Madison Square Garden.

    "Vale, pesado", le respondió Júbilo. "Ahora déjanos ya un rato."

    Los dos pasaron el día visitando las zonas típicas de la ciudad: Central Park, el Empire State, la Estatua de la Libertad, la ONU, e incluso pasaron por la Zona Cero. Se lo pasaron bien, charlaron, rieron, y disfrutaron de todo lo que la Gran Manzana podía ofrecer a dos adolescentes con dinero.

    De vuelta a la Academia, ya cansados, Júbilo y Joss continuaron hablando en la habitación.

    "Es una pena que te tengas que ir mañana ya", dijo Júbilo.

    "Sí, lo sé. Pero tengo mucho que hacer allí", le respondió.

    "Me lo he pasado genial."

    "Y yo."

    Se quedaron los dos en silencio durante unos minutos.

    "Júbilo..."

    "¿Sí?"

    "Tenías razón."

    "¿En qué?"

    "En lo de Donna."

    "¿Y qué vas a hacer?"

    "Lo que tengo que hacer."

    "¿Vas a romper con ella?"

    "Sí."

    "¿Estás seguro?"

    "Sí."

    "¿Y vas a hablar con Aly?"

    "No."

    "¿Por qué no?"

    "Porque ella sienta lo mismo que yo."

    "¿Y cómo lo sabes?"

    "No lo sé. Sólo lo creo."

    "Quizás deberías arriesgarte."

    "Quizás. Pero no me atrevo."

    "¿Y si dijese que sí?"

    "¿Y si dijese que no?"

    "..."

    "Precisamente. Es mi mejor amiga. No quiero perderla."

    "¿Acaso crees que vuestra amistad no soportaría eso?"

    "No lo sé. Quizás sí. Pero quizás yo no."

    "¿No te lo vas a pensar?"

    "No. Si pienso, seguro que ni siquiera rompo con Donna. No me atrevería."

    Júbilo le dio un beso en la mejilla.

    "Es lo mejor. Es lo correcto. Todo saldrá bien."

    "Eso espero."

    Se despidieron, y Júbilo volvió a su habitación. Joss apenas durmió esa noche.

    A la mañana siguiente, Sean les acercó al aeropuerto. El vuelo salía temprano. Se despidieron junto a la puerta de embarque. Joss prometió volver. Sean le recordó que podía ir a estudiar allí cuando quisiera.

    El avión despegó. Por delante tenía seis horas de viaje. Y después, Joss tendría que hacer lo más difícil que había hecho nunca. Tenía que romper con su novia.

    CONTINUARÁ...

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    KIDMAIL!

    Otro mes más con vosotros, y esta vez con invitados especiales. Espero que os guste.

    Pasemos a las cartas.

    Xumer dice que el número le mola mazo, aunque solo sea por la presencia de un tal Jamie que le suena mucho, jejeje... y además me dice que Paul y Jamie deberían montar un "Marvel Kid Fan Club", lo que no está del todo descaminado...

    Fordcopp dice que el número es muy parecido al de Halloween... y sí, tienes razón, pero no lo he anarroseado, es que me molan los monstruos grandes. Y tu idea de cómo hacer un gremlin (un hamster, orejas de plástico y grapadora) es sencillamente genial. ¡Deberías patentarla!

    Y para acabar, un saludo a cierto matrimonio feliz que me estará leyendo...

    Bueno, eso es todo, hasta la próxima...

    MarvelTópicos saludos...

    -- Carlos

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